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RELATIVISMO ÉTICO Y CONCEPTO MODERNO

DE TOLERANCIA

ETHICAL RELATIVISM AND THE MODERN


CONCEPT OF TOLERANCE

Jean Laffitte
Pontificia Academia pro Vita
Via della Conciliazione, 3 - 00189 Roma
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tte@acdlife.va

Resumen

La historia ha ofrecido siempre ejemplos de hombres y mujeres que se han en-


contrado en la posición de deber desobedecer a la ley civil. Los motivos de la deso-
bediencia a una ley se deben poder referir a la conciencia moral, en la cual entran en
juego otras leyes, inmutables, reconocidas como verdaderas.
El autor estudia el contexto histórico de la aparición, en el siglo de las luces, de un
nuevo concepto: la tolerancia. Dejando de ser expresión de la clásica virtud práctica
de la prudencia, la tolerancia ideológica se ha deslizado al rango de virtud teórica. Tal
pretensión es de esencia política, pero con inumerables consecuencias éticas. Se ha
creado una sociedad ideológicamente tolerante. El autor desarrolla la tesis paradójica
según la cual una sociedad ideológicamente tolerante no está dispuesta a tolerar la
idea de que exista una verdad que buscar.
Hoy asistimos a una secularización de la objeción de conciencia, en torno a
dos temas precisos: el servicio militar y las cuestiones ligadas a la protección de la
vida humana. Examinando el ejemplo paradigmático del aborto, el autor muestra
cómo la sociedad no se encuentra ya en la posibilidad de reflexionar serenamente
sobre la cuestión del estatuto del embrión, por temor a replantear la cuestión de
la elección legislativa de su legalización. Así, la sociedad ya no tiene la capacidad

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de afrontar los desafíos ligados a prácticas que lesionan la dignidad de la vida


humana. Ha quitado a toda futura reflexión los criterios esenciales que le permi-
tirían afrontar estos temas.
Palabras clave: Relativismo ético, Tolerancia, Objeción de conciencia, Ley positiva.

Abstract

History presents many examples of men and women who find themselves in
a position of having to disobey civil law. The motives for such disobedience can
only be founded on moral conscience, as influenced by other laws - immutable and
recognized as true.
The author studies the historical context of the appearance, during the Age of
the Enlightenment, of a new concept: tolerance. Ceasing to represent the expression
of the classical practical virtue of prudence, ideological tolerance achieves the rank of
theoretical virtue. Such a pretension has a political in essence but also innumerable
ethical consequences. An ideologically tolerant society is created. The author develops
this paradoxical thesis according to which an ideologically tolerant society is not
prepared to tolerate the idea that there might exist a truth for which to search.
Today, we see a secularization of conscientious objection concerning two particular
themes: military service and matters connected with the protection of human life.
Examining the paradigmatic example of abortion, the author demonstrates how society is
no longer capable of reflecting peacefully upon the question of the status of the embryo,
for fear of questioning the legislative choice concerning its legalization. Thus, society
no longer has the capability of confronting challenges connected to practices that are
detrimental to the dignity of human life, the essential criteria that would allow it to face
these matters having been declared outside the confines of future reflection.
Key words: Ethical relativism, Tolerance, Objection of conscience, Positive law.

1. Introducción con implicaciones religiosas o morales,


se encuentran en la situación de tener
Los más antiguos escritos de la li- que desobedecer a las leyes de su país.
teratura griega, tanto filosóficos como Aunque el concepto de objeción de
dramáticos, los escritos filosóficos de los conciencia todavía no existe —en efecto,
estoicos romanos, los libros del Antiguo la objeción de conciencia propiamente
Testamento, nos ofrecen el testimonio dicha ha sido pensada recientemente,
de hombres y mujeres que, llegados apenas hace un siglo, en el contexto
a un momento decisivo de su vida en militar del servicio o del uso de las
que se les plantea un dilema personal armas— la realidad misma del acto, a

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saber, la negativa a obedecer a una ley civil debilitamiento e incluso la desaparición


considerada en conciencia gravemente injus- de ciertos valores suscita necesariamente
ta, parece haber existido siempre. Uno nuevas normas sociales de comporta-
de los propósitos de esta conferencia miento. Nos encontramos ante referentes
es mostrar la permanencia, a través de sociales y políticos surgidos de filosofías
los siglos, de una exigencia interior del alternativas y de corrientes ideológicas
hombre que en ocasiones le lleva a poner presentes cada vez más transversalmente
en juego su propia vida, y a juzgar que en las culturas en el marco de un mundo
el respeto a las leyes divinas y el deber globalizado. Estas ideas generan juicios y
moral son valores que prevalecen sobre comportamientos insólitos, en la medida
la propia vida. en que se apoyan sobre concepciones
Actualmente, el recurso a la objeción verdaderamente revolucionarias de la
de conciencia ha superado los límites naturaleza humana, marcadas por un
de la lucha pacifista al que se había relativismo cultural del que presentare-
circunscrito —si bien no siempre estuvo mos algunos aspectos.
inmune de influencias ideológicas— para
situarse en los dominios de la medicina 2. Tolerancia ideológica y objeción de
y de la acción política. Ciertamente, la conciencia
objeción requiere un profundo estudio
diferenciado, como también un análisis Sin duda, una de estas novedades
de las condiciones culturales y sociales es el concepto actual de tolerancia,
de su ejercicio. El testimonio de los siglos que prospera gracias a una verdadera
pasados, al menos hasta el fin de la Edad ambigüedad que trataremos más ade-
Media, parece lineal y fácil de describir. lante. Para hacernos una primera idea,
Existía un acuerdo general sobre los valo- diremos que si la misma idea de tolerar
res considerados esenciales que fundaban con paciencia un mal provisional que
la autoridad política y unas relaciones no se puede evitar en cierto momento
sociales equilibradas: aceptación de los sin causar daños mayores aún, o bien de
deberes ante la patria y ante Dios, reglas aguantar serenamente opiniones contra-
personales de comportamiento, nobleza rias, ha significado siempre una expresión
del trabajo, cuidado del núcleo familiar, clásica de la virtud de la prudencia y de
piedad filial, autoridad paterna y tantos su expresión moderada, la tolerancia ha
otros aspectos de la vida en sociedad. dejado de ser una virtud práctica: pretende
Sería excesivo decir que todos estos situarse en el rango de una virtud teórica.
valores hoy han desaparecido, y sin em- Esta pretensión es esencialmente política,
bargo el realismo nos impone constatar aunque de ello se deriven numerosas
que ya no son objeto de un consenso consecuencias en el orden del ethos.
total sino que, al contrario, están some- El concepto de tolerancia tiene, como
tidos a una constante puesta en cuestión también el de objeción de conciencia,
teórica y práctica. Es evidente que el una historia relativamente reciente:

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podemos ver su origen en la Reforma Espinoza3, de Bayle4 a Voltaire5 y el siglo


protestante. Desde Erasmo1 a Locke2 y de las luces, ha sido objeto de estudios

1 Erasmo, a pesar de su ruptura con Lutero 3 La tolerancia de Baruc Espinoza articu-


de quien había sido amigo y que deploró su acción la en su Tractatus theologico-politicus (1670) un
sediciosa, se implicó públicamente para que los mé- planteamiento totalmente centrado en la libertad
todos violentos fueran evitados en la lucha contra la individual. En este sentido, Espinoza es un gran
Reforma. El promovía una especie de compromiso inspirador de los filósofos subjetivistas actuales,
político que contemplaba dejar a las religiones de los cuales muchos se refieren a él. La idea es la
practicar su se, en la espera de que se realizara un siguiente: los Estados no deben constituirse más que
acuerdo entre las diferentes partes. Es lo que le sobre la base de la libertad de los individuos; ésta
valió a quien llegó a ser el mejor amigo de Tomás funda a su vez el derecho fundamental del Estado
Moro, una reputación de tolerante. En Erasmo, la de garantizarla. Ninguna consideración religiosa
tolerancia era más una actitud religiosa que el fruto tiene que intervenir, pues, en esta materia, propo-
de un relativismo, como equivocadamente se suele ne una libertad total de conciencia. El derecho de
interpretar. juzgar y de interpretar la religión pertenece a cada
2 El Ensayo sobre la tolerancia (1667) constituye uno, es una cuestión personal. Se puede encontrar
la primera obra filosófica sobre el tema de la tole- en esta posición un origen filosófico del laicismo
rancia. En el periodo marcado por las crisis de la militante que existe hoy en ciertas democracias
Reforma, la posición de Locke consiste esencialmente (especialmente Francia y España).
en que se retiren, de dos en dos, las partes que se han 4 Pedro Bayle (1647-1706), calvinista frances,
enfrentado durante más de un siglo, para favorecer es considerado como uno de los teóricos de la tole-
la paz civil que se inspira para él en la enseñanza rancia. Su obra titulada: Comentario filosófico sobre las
evangélica. En una segunda Carta sobre la tolerancia, palabras de Jesucristo: oblígales a entrar, desencadena
publicada en 1686, el filósofo inglés escribe: «Puesto una polémica sobre la idea de tolerancia. El hogo-
que a vd. Le parece justo preguntarme cuál es mi note Pedro Jurieu replicó con su Tratado de las dos
opinión sobre la tolerancia que los diferentes sectores soberanías… contra la tolerancia universal (1687). Si
cristianos deben tener los unos por los otros, yo le Bayle ha sido famoso, lo es en razón de su Dicciona-
respondería francamente que es, según mi opinión, rio histórico y crítico que defendía la tesis totalmente
la principal nota de la verdadera Iglesia. Unos tie- relativista (o más bien escéptica) según la cual los
nen a bien afirmar la antigüedad de sus oficios, o hombres son incapaces de llegar a una certeza abso-
de la solemnidad de su culto exterior, los otros, de luta. Desde ahí llama a la tolerancia fundada sobre el
la reforma de su disciplina, y todos en general, de primado de la conciencia personal. En el caso en que
la ortodoxia de su fe (porque cada uno se cree orto- fuera el pretexto de promover una persecución, la
doxo); todo esto, pienso yo, y mil otras más de esta conciencia se debería someter a la razón. Por tanto,
naturaleza, son más bien pruebas del deseo que los Bayle otorga a la razón la capacidad de juzgar sobre
hombres tienen de dominarse unos a otros que notas todo lo que se refiere a la Revelación. Su sistema
de la Iglesia de Jesucristo. Por muy justas que sean desarrolla así un racionalismo extremo.
las pretensiones que tengan de estas prerrogativas, 5 A partir del siglo de las luces, la tolerancia
si no se tiene caridad, dulzura y benevolencia con se ha hecho presente en el corazón del mensaje
el género humano en general, también con aquéllos difundido entre las élites políticas y económicas
que no son cristianos, con toda seguridad se está bien por las logias masónicas. «La tolerancia del siglo
lejos de ser cristiano» (Locke, J. Lettre sur la tolérance, XVII ha sido concebida como una conquista de la
J.M. Tremblay Université de Québec, Chicoutimi, libertad humana frente a un discurso que pretende-
2002, 7). Respecto de Erasmo se ha dado un paso ría establecer el bien y el mal. Se refiere, en primer
importante: la ortodoxia no se concede a ninguna lugar, al catolicismo romano: la fe, considerada
religión. Locke, como todo tolerante teórico, se pone negativamente es, tanto a los ojos del masón como
por encima de las partes y establece criterios que a los ojos del filósofo ilustrado, esa ceguera que
considera auténticos de la verdadera ortodoxia: es permite a inteligencias sospechosas de adherirse
verdaderamente cristiano quein es tolerante. ingenuamente a una cuantas afirmaciones que la

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cada vez más profundos donde ha adqui- en la forma de una paradoja conocida
rido nuevos matices. Para ser rigurosos como la paradoja de Epiménides:
tendríamos que intentar sistematizar este
proceso; sin embargo, basta ahora consi- Epiménides de Creta dice: todos los cre-
derar la evolución semántica del término tenses son mentirosos.
a partir del Ensayo sobre la tolerancia de Epiménides es cretense.
Locke de 1667, que evidencia que el térmi- Por tanto, Epiménides miente.
no se ha convertido, en nuestros días, en Por tanto, los cretenses dicen la verdad
un instrumento propiamente político, que Luego Epiménides dice la verdad, porque
contiene en sí mismo, paradójicamente, él es cretense.
un dinamismo totalitario y excluyente. Puesto que dice la verdad, todos los cre-
Si la naturaleza del tema nos exige tenses no son mentirosos
pensar simultáneamente dos cuestiones
bien distintas como la objeción de concien- Como vemos, entramos en un bucle
cia y la tolerancia, hay que tener en cuenta que nos lleva de una afirmación a su
que el acto de rehusar en conciencia contraria. La razón es que Epiménides,
la obediencia a una ley injusta tiene haciendo esta afirmación, destruye por su
hoy lugar en un contexto de tolerancia contenido la validez de la afirmación que
ideológica que, por naturaleza, no está él enuncia. Al decir todos los cretenses son
dispuesta a soportarla. Nuestra tesis es mentirosos, él se dice a sí mismo mentiroso
que la sociedad ideológicamente tole- y destruye así la validez de sus propias
rante no puede tolerar la objeción de afirmaciones.
conciencia, porque ésta escapa, en cierta El tolerante ideológico es una especie de
manera, a su control. Epiménides. ¿Por qué? Al decir: todas las
Comenzar con una afirmación como opiniones son válidas, afirma como regla
ésta puede ciertamente sorprender: que general algo que no es sino una opinión
la tolerancia sea intolerante es una pa- entre otras, según su propia afirmación.
radoja cuya formulación puede parecer ¿Cómo salir de este «impasse»? Solamente
provocadora y simplista. Por tanto, el por la violencia que se acaba expresando
tolerante ideológico es una especie de en estos términos: si me contradices cuan-
Epiménides, ese pensador cuyo renombre do digo que todas las opiniones son válidas,
se ha transmitido a lo largo de los siglos eres un intolerante peligroso que hay que
combatir por todos los medios. En efecto,
la alternativa que consistiría en decir: mi
razón no puede sino rechazar… Así interpretada, la
fe no puede ser más que el lugar de un sectarismo tolerancia no es más que una opinión entre
y de un fanatismo del que los masones no tienen otras, le resulta insoportable. La tolerancia
inconveniente en decir que, frecuentemente, han ideológica se quiere imponer a todos. Por
dado lugar al terror. Superior a ella, aparece en-
tonces esa virtud ejemplar: la tolerancia» (Emont, esta razón decimos que es de naturaleza
N. La Franc-Maçonnerie, Plon/Mame, Paris, 1995, política y no moral, incluso si manifiesta
231-232). una pretensión moral abusiva. Cuanto

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más inconsciente permanece esta intole- juzgar a las partes presentes;


rancia, tanto más violenta se muestra. haciendo esto, no realiza un ver-
dadero arbitraje —el que se podría
3. Lo que la tolerancia no puede tolerar esperar de un auténtico poder
político— porque su posición
La paradoja del tolerante ideológico tolerante se situará en la práctica
no es un ejercicio retórico. Hay que siempre del lado de las posiciones
comprender que una sociedad que está de los interlocutores teóricamente
profundamente convencida de ser una más tolerantes, posiciones por
sociedad tolerante, no es capaz de sopor- supuesto menos incómodas para
tar, de tolerar nada que ponga en peligro el equilibrio consensual que pre-
su equilibrio inestable y contradictorio. tende mantener;
En particular: En suma, la sociedad tolerante impone
— no tolera la idea de que haya una un pensamiento único. Es este el sentido
verdad que buscar; en que decimos que es totalitaria y que
— no tolera que una tal verdad pueda favorece, sin saberlo, los totalitarismos, a
tener carácter universal; veces en muy poco tiempo. Por ejemplo,
— impone el vaciamiento de todo la proclamación de las ideas revoluciona-
debate de fondo; en efecto, en un rias de la tolerancia en los teóricos de 1789
debate de fondo, los interlocutores ha dado lugar, en el corto espacio de tres
pueden no estar de acuerdo, pero años, a la instauración de un verdadero
tienen en común el deseo de una régimen de terror6. Ha sido inútil que,
verdad aceptable por todas las poco después, los sacerdotes hayan que-
partes del debate. En la sociedad rido recurrir a la objeción de conciencia
ideológicamente tolerante, se vacía que les prohibía jurar la Constitución civil
la cuestión de la búsqueda de la del clero. La oposición de aquellos que elo-
verdad y, al hacerlo, transforma cuentemente fueron llamados refractarios,
el debate de fondo en un inter- les supuso la muerte o, en el mejor de los
cambio de ideas relativas. Cada casos, el exilio con la pérdida de todos sus
interlocutor informa a los otros de derechos civiles y de todos sus bienes.
sus propias ideas y debe renunciar La ideología de la tolerancia no está
a considerarlas eventualmente vá- exenta de prejuicios filosóficos. Se ha
lidas para el otro. Así dejan de ser subrayado justamente que los grandes
ideas de fondo. No hay nada sobre teóricos de la tolerancia en el momento
lo que debatir; de la Reforma protestante han sido, en su
— no soporta las implicaciones éticas mayor parte, escépticos. Esto es particu-
de las ideas de fondo;
— se sitúa siempre por encima de 6 Remitimos a la pequeña síntesis crítica: Se-
los debates de fondo y reivindica villia, J. «La Révolution ou la mort». En: Le terrorisme
el derecho, con toda razón, de intellectuel, Perrin, Paris, 2004.

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larmente claro en el caso de Bayle. Este La posición de Locke, el padre de la to-


filósofo no se contentó con reclamar los lerancia moderna, es bastante más proble-
mismos derechos para aquéllos que se mática que la de Bayle. Su concepción era
encontraban en el error y para los que más amplia: el pretendía abrir la sociedad
no. Llegó incluso a querer reconocer civil no solamente a los judíos, sino también
el mismo estatuto para las doctrinas a los mahometanos e incluso a los paganos.
erróneas que para las expresiones de la Sin embargo, añadió dos condiciones: quedan
verdad: una conciencia que se engaña debería excluidos de la tolerancia los católicos y los
poder garantizar a sus convicciones erróneas ateos8. Dejemos de lado la exclusión de los
los mismos privilegios que un espíritu or- católicos sin duda muy condicionada por
todoxo obtiene para la verdad, escribe en los prejuicios que estructuraban la socie-
su Diccionario. A la objeción de que, en dad inglesa con Jacobo II; pero notemos
este caso, se expondría a las asechanzas que la de los ateos se fundaba sobre aque-
de aquéllos cuya conciencia obligaría a lla idea de Locke según la cual un ateo,
perseguir a los otros, Bayle no tiene otra aunque sea virtuoso, no puede comprometerse,
respuesta que apelar al carácter racional ni por razón de sí mismo ni por los demás, a
de la conciencia moral7. Lo hace de un perseverar; es una virtud sin consecuencias
modo un poco idealista, sin darse cuenta porque niega la necesidad de castigos o de
de la contradictio terminorum presente en recompensas en el otro mundo9. Por tanto,
sus tesis: si la conciencia debe obedecer la tolerancia de Locke, consciente de las
a la razón, también es cierto que ésta le vinculaciones sociales fundadas en las
propone criterios de verdad. Por este creencias religiosas, no se funda en una
motivo, Bayle encontrará la mayor opo- concepción nihilista o solamente neutra
sición precisamente entre sus primeros de la sociedad humana: en esto se dis-
partidarios, por ejemplo Jurieu. tingue de la tolerancia ideológica de las
Pero tenemos que ser equitativos: sociedades laicistas contemporáneas.
Pedro Bayle era totalmente sincero en su Si ahora queremos dar respuesta a la
deseo de luchar contra las intolerancias legítima preocupación de Bayle, de Locke
reales de su tiempo. Es lo que intentó y de tantos otros, sobre el peligro de los
al dedicar varios capítulos de su obra totalitarismos, notemos que no puede
a los abusos cometidos por sus propios encontrarse en una exigencia teórica de
hermanos hugonotes contra las minorías tolerancia. La tolerancia ideológica en una
anabaptistas, los católicos y también respuesta falsa10. Decir, para escapar a
los judíos (muerte de Nicolás Antoine, la tentación totalitaria, que todas las
estrangulado y quemado en Ginebra el
año 1632). 8 Cfr. Thierry, P. La tolérance. Société démocrati-
que, opinions, vices et vertus, Puf, Paris, 1997, 35-57.
9 Ibid., 38.
10 Nosotros vivimos bajo la amenaza de
7 Cfr. Kamen, H. L’éveil de la tolérance, Ha- un terrorismo moral… una moral del confort. El
chette, Paris, 1967, 236-241. pensamiento único, la moral única son, la mayoría

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opiniones tienen valor, legitimaría jus- De hecho, hemos visto que la toleran-
tamente lo que se ha querido evitar. La cia ideológica destruye el único punto de
única respuesta verdaderamente realista, vista que respeta la dignidad del hombre.
a nivel filosófico, es la afirmación positiva ¿Cómo sorprenderse entonces de que en
de la dignidad del hombre como verdad nombre de la tolerancia se atente contra la
válida para todos. Esta permite un ver- vida de los hijos en el seno de su madre,
dadero debate, porque en toda situación que se manipulen los embriones huma-
el interlocutor es considerado digno, nos? Todo se convierte en posible, excepto
es decir, se le reconoce como sujeto de respetar incondicionalmente al hombre.
esa libertad fundamental que se quiere Este absurdo, que es un cortocircuito
salvaguardar. Una actitud como esta es de la razón, se desarrollará en el debate
auténticamente tolerante, o dicho en su social y legal11.
sentido clásico, respetuosa y paciente, La dignidad del hombre se sitúa en un
pero no se sitúa en la tolerancia ideológica, plano filosófico; es un dato fundamental
en cuanto que supone y afirma una ver- que puede contribuir socialmente a un
dad universal. acercamiento de diferentes concepciones
Si se renuncia a la búsqueda de una filosóficas. Pero con una condición: evitar
verdad sobre el hombre, por naturaleza el indiferentismo que reduce las elecciones
universal, y que por tanto puede fundar fundamentales a simples expresiones de
el respeto incondicional que tiene que opiniones diversas. La dignidad del hom-
caracterizar su vida, en cualquiera de sus bre exigiría, sobre todo en lo que se refiere
etapas, los comportamientos concretos al respeto de la vida humana, que el políti-
hacia el ser humano ya no estarán regu- co tenga la prudencia de saber que no está
lados por la acogida de una verdad que moralmente autorizado para legalizar lo
se refiere a su dignidad, verdad que le que muchos ciudadanos consideran como
protege. En realidad, estarán regulados una acción indigna del hombre.
por un equilibrio de fuerzas ideológicas, En el plano religioso, el concepto de
políticas y financieras. dignidad implica también una visión del
hombre como ser creado. Así, desde la
perspectiva cristiana, el hombre encuen-
tra su consistencia última en su ser ima-
de las veces, reacciones de comodidad. A veces
se le ha llamado conformismo… En un régimen
de despotismo, el conformismo puede darse en
sentido de la violencia. En democracia, siempre 11 Esto es lo que se ha podido observar en la
va unido al sentido de la moderación. El problema reciente controversia en el Téléthon (festival benéfico
es que la moderación pude llegar a ser despótica. anual organizado por la Asociación Francesa contra
Tocqueville lo ha explicado bien… Hay algo de las miopatías), en Francia. Hasta hoy, un verdadero
totalitario en el pensamiento débil que nos rige debate, sereno y leal, sobre la cuestión de la ética de
actualmente» (Tesson, P. «Un terrorisme intellectuel los medios utilizados en la investigación biomédica
assez bienveillant». En: Chardon J.M. y Lensel, D. para avanzar en el tratamiento de ciertas enferme-
La pensée unique. Le vrai procès, Economica, Paris, dades (en esl caso de téléthon, las miopatías), no ha
1998, 34-35). podido tener lugar.

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Relativismo ético y concepto moderno de tolerancia

gen de Dios: se tiene en cuenta entonces puede sino llevar a un empobrecimiento


un determinado designio del Creador de la conciencia social de que la vida
deducible de la naturaleza de las cosas (en humana, incluidos sus primeros ins-
lo que toca a la vida, podemos citar como tantes, es un bien que hay que respetar
ejemplo el crecimiento del ser humano o incondicionalmente, proteger y servir. Se
el finalismo de los fenómenos biológicos comprende que en este contexto la vida
en la formación del cuerpo). Los creyentes se banalice y se reduzca cada vez más a
no pueden imponer una inteligibilidad un simple dato biológico.
de los fenómenos de la vida que integre De hecho, la tolerancia ideológica
explícitamente una perspectiva de fe. priva a la sociedad de la aportación es-
Sin embargo, la aportación de la fe no es pecífica de las proposiciones filosóficas y
intrascendente para la sociedad de los religiosas que se niega a integrar, impi-
hombres. Para tomar un ejemplo de la diendo su contribución al bien común.
vida humana, la fe y la cultura cristianas
ciertamente han contribuido a pensar la 4. La pérdida del sentido de la objetivi-
venida a la existencia de un nuevo ser dad del juicio de conciencia
humano en clave de evento (o mejor, de
adviento). El rechazo a priori, por parte de La tolerancia ideológica está unida
una sociedad ideológicamente tolerante, siempre a una concepción individualista
de la expresión de esta sensibilidad12, no de la conciencia moral, según la cual el
individuo que decide actuar y asumir
12 La expresión pública de la sensibilidad de un comportamiento particular es visto
una cultura propia a las tradiciones de un país ya como una especie de mónada totalmente
no está totalmente garantizada en las sociedades autónoma en sus elecciones. La norma
occidentales, como tristemente ha quedado de
manifiesto en dos pequeños incidentes recientes:
moral se convierte en una amenaza para
en Londres, en diciembre de 2006 se ha decidido la libertad. En el mejor de los casos, las
suprimir en las celebraciones festivas públicas de normas recibidas de la autoridad moral,
fin de año toda mención de la Navidad, para no
de la tradición social, de las prescripcio-
ofender a las comunidades de inmigrantes; en el
norte de Italia, una maestra de escuela ha decidido nes magisteriales de la autoridad religio-
dejar de hacer cantar a los niños los villancicos tra- sa, serán recibidas como indicaciones, sin
dicionales de Navidad, para no ofender a los niños duda interesantes, o como opiniones que
que van a esa escuela. Tras el acto de violencia que
consiste en privar a los ciudadanos de un país del pueden estimular la reflexión; pero bajo
acceso legítimo a sus tradiciones, que son parte del ningún concepto obligarán al sujeto. Es
bien común, se esconde una antropología totalmente esta perspectiva, vana es la idea de que
deficiente: desconoce la importancia que, para la
cohesión social, tiene salvaguardar los aspectos fes-
una ley, escrita o no13, se pueda imponer
tivos que asemejan todas las generaciones durante al sujeto, en razón de la misma fuerza
siglos; por otra parte, adolece inconscientemente de de la verdad que en esta ley pueda estar
un profundo desprecio de los pueblos inmigrantes,
al prejuzgar que podrían, en su conjunto, sentirse
molestos por la alegre celebración en su país de 13 Conc. Oecum. Vat. II, Const. past. Gaudium
acogida de una fiesta tradicional. et Spes, 16.

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contenida. Las leyes no escritas a las moral un estatuto de infalibilidad, con-


que, después de Sócrates y Sófocles, se fundiendo de este modo los dos niveles
referirá el pensamiento cristiano con San de la conciencia que clásicamente se han
Pablo, permiten integrar armoniosamente designado como syndéresis y conciencia15.
exigencia racional y enseñanza divina. Me limitaré a subrayar solamente una
En cambio, desde el momento en que se dimensión importante de la cuestión
rechaza a priori la idea misma de leyes delicada y ampliamente debatida de la
no escritas presentes en el corazón del autonomía de la conciencia moral: si
hombre, se excluye irremediablemente existe una especie de soberanía del sujeto
toda relación entre Dios y la conciencia. moral que, por sus actos, dispone de sí
En otras palabras, Dios es expulsado de mismo y de la construcción de su propia
la esfera moral y no se le reconoce la po- vida, virtuosa o no, ha estado siempre en
sibilidad de intervenir más en la acción el corazón del pensamiento clásico: sólo
humana. Muy por encima del problema el carácter razonable del juicio de con-
de la ética, como sabemos, los cristianos ciencia16 da a la libertad los medios para
tienen toda una concepción de la gracia alcanzar, siguiendo la verdad inscrita en
divina, de su eficacia y su poder para el bien moral, su verdadera autonomía
justificar al ser espiritual, que es cuestio- (en este caso, el lenguaje común habla
nada. Las concepciones individualistas, de la libertad de los santos). El hombre
que son también, por definición, nece- razonable, sometido a la providencia
sariamente relativistas, no puede dejar divina, participa en cierto modo de esta
intactos los fundamentos de la fe. libertad. Tiene la capacidad de gobernarse
Esta relación entre libertad y verdad a sí mismo y de gobernar a los demás.
moral no es el único problema que plan- Sin embargo, la autonomía suele verse
tea la visión tolerante de la conciencia. como una capacidad de la conciencia de
Toda la problemática de la conciencia decidir el bien. Se afirma en este sentido
errónea queda así eludida. O bien el una especia de primado de las opiniones
error de la conciencia es una posibilidad
que permite actuar ordinariamente sin
cometer falta moral14, o bien la realidad 15 Notemos que en el artículo citado más
arriba, J. Ratzinger propone sustitur el primero de
misma del error moral es negada, por el estos términos, demasiado oscuro y poco accesible
mismo echo en que otorga a la conciencia según él, por el de anamnesia que le parece más
claro y más profundo, además de ser particularmen-
te adaptado al lenguaje de la antropología bíblica
14 «La conciencia errónea, que permite vivir (ibid., 122ss).
una vida más fácil e indica un camino más huma- 16 «Rationalis creatura (…) sic divinae provi-
no, sería también la verdadera gracias, el camino dentiae subditur quod etiam similitudinem quan-
normal a la salvación. La no verdad, el permanecer dam divinae providentiae participat, inquantum se
lejos de la verdad, sería para el hombre mejor que in suis actibus et alia gubernare potest. Id autem quo
la verdad» (Ratzinger, J. «Coscienza e Verità». En: aliquorum actus gubernantur, dicitur lex. Conve-
La Chiesa. Una comunità sempre in cammino, Paoline, niens igitur fuit hominibus a Deo legem dari» (Sto.
Cinisello Balsamo, 1991, 113-137). Tomas de Aquino, Contra Gentes, III, 114).

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morales del sujeto, que no puede nunca con un objeto bien definido: objetar
equivocarse moralmente si le mueve es realizar una acción de negación, en
la sinceridad. Como mucho se admite razón de convicciones suficientemente
la posibilidad de que cometa errores; importantes como para ser referidas a la
pero éstos son considerados sólo como conciencia personal18. No se objeta para
errores de conocimiento, al fin y al cabo no obedecer a una ley positiva solamente
comprensibles; y la conducta moral que por el motivo de que esa ley no nos gusta,
se sigue no es en sí misma merecedora de o porque se tiene una opinión distinta a la
reproche. Se la califica como inadecuada del legislador. Las leyes positivas obligan
o como inapropiada. cuando provienen de la autoridad legíti-
El desplazamiento de sentido del ma a la que estamos sometidos. Las leyes
concepto de autonomía de la conciencia, forman un ordenamiento legislativo que
se expresa así en el deslizamiento se- debe asegurar la justicia entre los ciuda-
mántico del lenguaje ético, en el que con danos, regular sus relaciones y la buena
frecuencia ya no cabe la formulación de organización de sus roles y funciones,
juicios de valor sobre los comportamien- en todos los dominios de la vida social:
tos humanos. A título de ejemplo y para economía, educación, salud, cultura, in-
seguir en el dominio de la autonomía, formación. Las leyes obligan porque se
Carlo Caffarra ha mostrado cómo el he- da por supuesto que protegen los bienes
cho de hablar de decisión de conciencia en y derechos desde una perspectiva de
lugar del término tradicional de juicio de salvaguardia y promoción, en principio,
conciencia contribuye a vaciar toda posi- del bien común.
bilidad de referirse a criterios de verdad Los motivos para desobedecer una ley
en el campo de la acción17. positiva deben poder ser referidos a la
instancia de la conciencia, donde entran
5. El doble ámbito de la objeción de en juego otras leyes distintas de la ley
conciencia positiva: estas leyes se distinguen de la
ley positiva en que no están sujetas a
El debate interior que precede a toda cambio como las legislaciones humanas;
decisión moral y a su posterior manifes- son leyes inmutables y que comprometen
tación visible y pública, es una deliberatio, la totalidad de la persona. Veamos algu-
un juicio práctico que se refiere a lo que nos ejemplos que nos han quedado para
se propone hacer (o, en el caso de la ob- la posteridad:
jeción de conciencia, de no hacer). Elegir
no actuar es también un acto moral, a) La condenación a muerte de Sócrates

Nos podemos preguntar cómo la con-


17 Caffarra, C., «L’autonomia della coscienza e
dena a muerte del filósofo ha podido ser
la sottomissione alla verità». En: AA.VV, La coscienza,
Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano, 1996,
142-162. 18 Ratzinger, op. cit.

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obra del primer gobernante democrático vosotros causaréis un mal que va más allá
de la historia. No carece de interés con- de mi propia persona; pues a mí, ni Anitos
siderar el contexto político y cultural de ni Meletos pueden ocasionarme ningún mal;
este proceso porque no faltan semejanzas no pueden porque estoy convencido de que
con el contexto occidental de este prin- un hombre malvado jamás puede perjudicar
cipio del siglo XXI. Atenas salía agotada a un hombre justo. Los bienes terrenos, e
de una guerra que había segado la vida incluso salvar la vida misma no me pa-
de casi una cuarta parte de su población recen tener una dignidad semejante a la
(guerras del Peloponeso); si dos tentati- pureza de conciencia: No niego que puedan
vas de revocar el poder democrático han lograr mi condena a muerte, al destierro o
fracasado, los debates intelectuales se a la pérdida de mis derechos de ciudadano,
encuentran en cambio amenizados por penas que para Anitos y los otros pueden ser
las paradojas de los sofistas. Su habili- males muy grandes, sin embargo yo no soy
dad, heredado del racionalismo jónico, de su opinión; más bien creo que es mucho
consistía en poner en cuestión todos los peor hacer lo que Anitos hace hoy, que es
fundamentos de la ciudad, en particular intentar hacer morir a un inocente19.
los dioses y las leyes. Al insinuar la duda Nos podemos preguntar lo que hace a
sobre todo lo que había contribuido a la la muerte, a ojos de Sócrates, una suerte
gloria de Atenas en el siglo de Pericles, mejor que la injusticia que consiste en
eran considerados como una amenaza. condenar al inocente. Aquí, el sentimien-
Fue en base a la originalidad de Sócrates to religioso alcanza la convicción moral
y al impacto de su enseñanza como sus y le da toda su perspectiva. Se trata de
acusadores llegaron a formular contra un juicio de los dioses, y de todos los que
él dos graves acusaciones: corrupción nos han precedido hacia el Hades: pues
de la juventud y creencia en dioses que al llegar al reino del Hades, liberados de los
no eran los de la ciudad, y así hacerlo que aquí se hacen llamar jueces, nos encon-
condenar a muerte como resultado traremos con los auténticos jueces, que, según
de un proceso del que ha pasado a la cuentan, siguen ejerciendo allí sus funciones:
posteridad el admirable discurso del Minos, Radamanto y Triptólemo, y toda una
condenado. larga lista de semidioses que fueron justos en
La muerte fue aprobada por una ma- su vida. ¿Y qué me decís de poder reunirnos
yoría de 280 votos contra 221: ¡nos encon- con Orfeo, Museo, Hesiodo y Homero? ¿Qué
tramos ya con un consenso democrático no pagaría cualquiera por poder conversar con
en un asunto que supone una muerte! En estos héroes? En lo que a mí se refiere, mil y
su defensa, el filósofo pone por delante mil veces prefiero estar muerto, si tales cosas
la rectitud de su propia conciencia y son verdad20.
afirma tener en su muerte una suerte
mejor que aquéllos que le condenan in-
justamente: Estad persuadidos de que si me 19 Platon, Apología de Sócrates, 30 c y 30 d.
hacéis morir, tal como lo acabo de declarar, 20 Ibid., 41 a.

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Relativismo ético y concepto moderno de tolerancia

b) La estructura de la libertad de los creyentes 3. la predicación es una transmisión


de una verdad precisa sobre Dios:
Desde el principio, los cristianos se enseñar en nombre de Jesús;
han encontrado fuera de la ley, primero 4. la predicación es hecha posible por
judía y luego romana. Desde el principio, la fuerza y la ayuda del Espíritu
su testimonio es evidentemente de natu- Santo;
raleza religiosa, lo que explica el desenca- 5. el creyente no puede vacilar: la
denamiento de las persecuciones. Gracias objeción es un deber de concien-
a la intervención de Gamaliel, los apósto- cia justamente porque el Don del
les que acompañan a Pedro escapan a la Espíritu Santo le ha sido dado.
ira del Sanedrín que quiere condenarlos
a muerte. El delito es haber desobedecido c) La fidelidad a la Iglesia como contenido de
a la orden de dejar de enseñar en nombre la objeción de conciencia del cristiano: el caso
de Jesús. La respuesta de Pedro comienza de Tomás Moro
por dar una regla absoluta de discerni-
miento: hay que obedecer a Dios antes que Los cristianos saben desde este mo-
a los hombres, principio que acompañará mento que la presión de los acontecimien-
a todos los bautizados después de él; tos puede requerirles elegir el camino
sigue con el anuncio del kerygma, y a estrecho que les lleva a no renegar de su
continuación, añade el Apóstol, él y sus fe. Santo Tomás Moro constituye sin duda
compañeros son testigos con el Espíritu el ejemplo más destacado en el principio
Santo que Dios da a los que le obedecen. de los tiempos modernos de una objeción
Estas palabras referidas por los Hechos de conciencia fundada en motivos religio-
de los Apóstoles proporcionan la estruc- sos, y más concretamente de pertenencia
tura de lo que es para los cristianos la eclesial: habiendo abandonado, como sa-
objeción de conciencia específica que les bemos, a su mujer para poderse casar con
puede conducir al martirio. Esta expresa Ana Bolena, el rey Enrique VIII se encon-
la libertad del creyente21. traba en la necesidad de hacer declarar
Los elementos que constituyen esta nulo su matrimonio bajo pena no sola-
estructura son los siguientes: mente de ser excomulgado, sino también
1. Las leyes divinas priman; de enfrentarse con problemas insolubles
2. solamente en el caso en que la ley de sucesión. Puesto que Roma, ponién-
humana contradice formalmente dose de parte de Catalina de Aragón,
la ley divina el creyente puede rechazó la anulación de su matrimonio
encontrarse en la situación de (23 de marzo de 1534), la legitimidad de
desobedecer; la sucesión real de los hijos que nacieran
del matrimonio del rey con Ana Bolena
quedó automáticamente en entredicho.
21 Schooyans M., Le terrorisme à visage humain, El rey reaccionó haciendo admitir por su
F.X. de Guibert, Paris, 2006, 112. Parlamento una nueva ley de sucesión de

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la Corona de Inglaterra. Quien rechazara damente cristiana en sus motivaciones,


el contenido sería considerado traidor. To- es primeramente la expresión de un don
dos los altos funcionarios debían prestar divino: Yo no puedo sino esperar que no
juramento: los miembros de la Cámara recurran a medios violentos de coacción, pero
de los comunes así como la de los Lores. si fuera el caso, que Dios con la ayuda de su
Entre los Lores solamente el obispo Fisher gracia así como la de las múltiples oraciones
rechazó hacerlo. de las personas fieles me dará la fuerza para
De hecho, había dos juramentos dife- mantenerme firme… porque estoy totalmente
rentes: el primero se refería a la sucesión cierto de que si alguna vez yo prestara jura-
real y se dirigía a los laicos. El segundo es- mento, estaría actuando en total contradicción
taba destinado a los clérigos, a los cuales con mi conciencia personal22.
se imponía la supresión de toda autoridad Moro muestra que el derecho a objetar
del Papa en Inglaterra. Cuando Moro a una ley injusta no es el fruto de una
sea juzgado, el argumentará la invalidez decisión altiva de alguien que se pone por
de la ley de sucesión respecto de la ley encima de las leyes. Es más, la dificultad,
natural. Pero la cuestión de la sucesión como en su caso preciso, de ejercer este
no fue la única que se le planteó a Tomás derecho como por etapas, atestigua que
Moro. En efecto, cuando le presentaron el el martirio no es nunca escogido a priori:
texto del juramento, descubrió que se le es el final de un esfuerzo laborioso para
exigía no solamente aprobar la sucesión encontrar a toda costa una solución que
real, sino también la autoridad del rey salvaguarde los derechos de la conciencia
sobre la Iglesia de Inglaterra. Sabemos al mismo tiempo, si es posible, que el
por su yerno Roper lo difícil que fue su respeto a la autoridad.
combate interior. En efecto, Tomás debió Tomás Moro no es un revolucionario.
no dejarse llevar del amor a su familia Su problemática no es en primer lugar
justo en el momento en que, en Lambeth, de naturaleza política. Tomás Moro no
se le exigió juramento. Tuvo el coraje de escapa a ninguna de las obligaciones que
protestar por el carácter ilegal del doble se le imponen: el va a Lambeth porque
juramento que se le pedía. Se le requirió ha sido convocado ahí, da testimonio de
explícitamente que diera prioridad sobre respeto y consideración a su soberano,
sus dudas y su conciencia a su deber y no se desentiende de ninguna de las
de obediencia al soberano. En efecto, el obligaciones formales que le son plan-
episcopado, exceptuado Fisher, había ya teadas, a excepción de aquello que justa-
abandonado su unión con Roma. mente lleva a la objeción de conciencia:
Entonces Tomás Moro fue encarcelado el rechazo de la autoridad del Papa. En
por contumacy. La firmeza de la que dará ningún momento se niega la legitimidad
prueba hasta el final se acompañará de
un sentimiento muy agudo de su propia 22 Citado por Ganne E.M., Thomas More
debilidad, de suerte que el ejemplo que él L’homme complet de la Renaissance, Nouvelle cité,
da de una objeción de conciencia profun- Montrouge, 2002, 216.

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Relativismo ético y concepto moderno de tolerancia

del legislador en cuanto tal: la objeción El primero es el servicio militar, obli-


se refiere solamente a la ley considerada gación civil requerida por la mayor parte
injusta. Como para todo verdadero obje- de las legislaciones y que impone a todo
tor de conciencia, su pasividad, su docilidad joven adulto un cierto tiempo de servicio
a las sanciones impuestas impiden que se le en el ejército; este servicio implica recu-
tenga por traidor o rebelde. Sólo su incapaci- rrir al uso de las armas en el caso en que
dad asumida da testimonio de su adhesión al el país se viera sometido a un conflicto
Estado, al que reconoce la autoridad soberana armado. El rechazo de esta eventualidad
y el poder de legislar23. por parte de aquéllos que se han llamado
El rechazo de actuar contra su propia objetores de conciencia a dado lugar a una
conciencia se ha desarrollado a lo largo codificación que ha sido el fruto de una
de los siglos en un sustrato cristiano; se larga evolución durante más de un siglo.
refiere, como hemos visto, a materias tan El estatuto de la objeción de conciencia, el
diversas como el servicio de armas, la ne- contexto cultural y político de Occidente
gación de la fe, las leyes contra la Iglesia en el cual esta acción ha sido legitimada
por parte del poder temporal. Detrás del por la ley, así como el objeto de lo que
rechazo a una ley o de la desobediencia con frecuencia se ha convertido en una
a un mandato inmoral, está siempre reivindicación de naturaleza política, nos
presente una fuerza que, más allá de la obliga a confrontarla con la tradición de
firmeza de un testimonio personal, es la objeción de conciencia tradicional.
sentida e interpretada por la autoridad El segundo campo de aplicación es
civil como una amenaza potencial. La reciente, y se refiere tras algo menos de
negación de los adolescentes mártires medio siglo a la cuestión de la práctica
de Uganda, por ejemplo, a doblegarse a del aborto, despenalizada y finalmente
los caprichos inmorales del rey ha sido legalizada. El hecho de que el aborto pro-
interpretada y juzgada como un crimen vocado sea no solamente tolerado sino in-
de lesa majestad. cluso reconocido como un derecho y una
libertad individual, crea una situación
6. La secularización de la objeción de totalmente inédita en la historia de las
conciencia: los tiempos modernos expresiones públicas de las exigencias de
la conciencia personal: es el objeto mismo
La objeción de conciencia se expone, de un derecho positivo lo que llega a ser
por naturaleza, a represalias y sancio- objeto de la objeción de conciencia.
nes, salvo que esté reconocida por la ley Examinemos solo el secondo ejemplo
misma. La objeción de conciencia de los de la objeción de conciencia relativo al
tiempos modernos se ha secularizado al desarrollo reciente de la objeción de con-
cristalizar en torno a dos temas precisos. ciencia en materia de salud.
Los debates actuales referidos a la ob-
23 Cfr Broc M., Pietra R. «L’objection de cons- jeción de conciencia en materia médica se
cience», Esprit (10 octobre 1963), 375. han desarrollado primeramente en torno

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a la despenalización y a la legalización del religiosos. Con frecuencia ambos


aborto, para referirnos a un gran número coinciden, además, por las razones
de cuestiones suscitadas actualmente en ya expuestas al tratar del testimo-
contextos muy diferentes. Las problemáti- nio de los mártires cristianos.
cas abordadas son numerosas. Entre estos — desde el punto de vista del sujeto
problemas que han dado lugar a la obje- objetor, estos nuevos campos de
ción, además del aborto, se encuentra la aplicación, comparados con el
cuestión del rechazo, por parte de ciertos ámbito del servicio militar, dan a
pacientes, de recibir ciertos cuidados (es la objeción de conciencia, al menos
el caso de la transfusión de sangre para todas las veces que una vida huma-
los Testigos de Jehová, por ejemplo), el na está en juego, una consistencia
rechazo a participar en actos de eutanasia, moral objetivamente superior:
la esterilización, la participación en la eje- negarse a servir en el seno de las
cución de la pena capital, la investigación fuerzas armadas de su propio país
que implica la destrucción de embriones, es un caso reconocido de objeción
las técnicas de reproducción asistida, y de conciencia; sin embargo, nacie
tantas otras cuestiones. Todas ellas se re- puede poner cuestionar en el pla-
fieren a la práctica médico-quirúrgica por no moral el derecho de un país a
una parte, y a la investigación biomédica poner los medios proporcionados
por otra; no los trato, en la perspectiva de a la defensa de su territorio y a la
esta conferencia, más que bajo el ángulo protección de sus ciudadanos. En
particular de lo que caracteriza este tipo cambio, el poner en peligro cierto
de objeción de conciencia: la existencia de un ser humano
inocente por un acto deliberado
— desde el punto de vista de la auto- justifica no solamente la objeción
ridad del Estado, es una concesión de conciencia, sino que la impone
hecha al ciudadano exactamente absolutamente.
como lo fue la licencia concedida
al objetor de negarse al servicio Observemos que el derecho interna-
de las armas. Notemos que este cional no desconoce la existencia de tal
derecho a abstenerse de actos deber puesto que, en ciertos casos, ha
«médicos» (o pseudo-médicos, podido reprochar a unos subordinados
tratándose del aborto y de todo el haber, en el contexto de un conflicto,
lo que amenace la vida humana), ejecutado órdenes a las cuales deberían
o a actos de investigación que im- haber desobedecido (participación en crí-
pliquen manipulaciones juzgadas menes de guerra), incluso cuando estos
por la persona como moralmente actos estuvieran falsamente presentados
inaceptables, se funda o bien en como una investigación científica; este
exigencias éticas (la tradición fue el caso en el segundo proceso de
hipocrática) o bien en motivos Nuremberg hecho a los médicos nazis en

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Relativismo ético y concepto moderno de tolerancia

1946-1947. Retengamos de estas observa- incluyendo el aborto terapéutico en los


ciones el hecho del encadenamiento de procedimientos habituales de selección
responsabilidades en el mal realizado. de embriones sanos por eliminación de
Lo encontramos en modo particular- los embriones portadores de una enfer-
mente desarrollado en la cuestión del medad (por ejemplo en el contexto del
aborto: preparación de la ley, presión a diagnóstico prenatal).
través de los medios de comunicación, En este contexto, la objeción de con-
trabajo del legislador con diversas contri- ciencia se pone en diversos niveles: el de
buciones de los juristas, participación de los profesionales de la salud y el de los
los diputados que votan las leyes, la pre- políticos. Tomaremos como ejemplo el
paración de las condiciones materiales caso de la legislación francesa.
(establecimientos hospitalarios, servicios La ley prevé en este país un derecho
sociales, prescripciones «médicas») que a la objeción de conciencia para los pro-
animan y orientan a las personas, final- fesionales de la salud, pero restringiendo
mente la ejecución del acto, con todos de tal modo la posibilidad de su ejercicio,
los aspectos de cooperación inmediata que de hecho ha establecido un sistema
y mediata en la acción abortiva. Las de derecho al aborto. Todo se articula en
leyes de despenalización han sido una torno a la distinción entre establecimien-
forma políticamente sutil de presentar a tos públicos y establecimientos privados.
la opinión pública lo que ya había sido Como la objeción no se reconoce a los
dicho por una intención de legalización establecimientos, sino solamente a las
pura y simple: en este sentido, la Ley personas, problema que por otra parte
Weil de 1975 en Francia no ha sido en se ha planteado recientemente en va-
Europa occidental más que la primera rios países, todos los establecimientos
de una larga serie. Para negociarla, públicos deben prever servicios donde
convenía presentarla con un término téc- el aborto pueda ser practicado. Los
nicamente neutro, moralmente aséptico médicos especialistas en obstetricia que
si se puede decir así (interrupción volun- trabajan en esos establecimientos no
taria del embarazo) o mejor aún, sólo por pueden oponerse a que se practiquen
las iniciales (IVE). Después de algunos abortos en su servicio. En el caso de que
años, se ha utilizado también el término lo hicieran, se les solicitaría que dejaran
salud reproductiva para designar el aborto la medicina pública. En el sector privado,
provocado realizado en el ámbito de los evidentemente no se obliga a los médicos
cuidados médicos a la madre. La historia a practicar el aborto, ni a aceptarlo si
reciente de los últimos treinta años no ha son responsables de un establecimien-
hecho sino incrementar un movimiento to. Sin embargo, tienen que indicar a
que es presentado no solamente como un los pacientes que lo deseen un lugar
derecho individual (derecho de la mujer alternativo, donde podrán someterse a
a disponer de sí misma), sino a establecer la interrupción del embarazo. Negarse a
condiciones de una verdadera eugenesia, orientarles supondría incurrir en graves

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sanciones si el paciente decidiera poner Tercera observación: los tocólogos y


una denuncia (por ejemplo, apelando a ginecólogos no están en la situación de
razones médicas: infecciones u otras). poder ejercer su profesión en condiciones
Para las enfermeras que están vin- serenas; se exponen a sanciones even-
culadas a un servicio donde se practica tuales si, en el ejercicio del diagnóstico
la IVE, tienen la libertad de pedir un prenatal, cometen un error de aprecia-
cambio de servicio, algunas veces no sin ción que disminuiría la enfermedad de
dificultades. un feto, influyendo así en la decisión
Este sistema requiere varias observa- de la madre de dejarlo nacer. Pero aquí
ciones. La primera es que con la objeción se nota el desequilibrio: cuando, por el
de conciencia tenemos un derecho teórico, y contrario, el error del médico supone la
no un derecho práctico. No tiene absolu- muerte del feto, mientras que la madre
tamente el mismo estatuto que el derecho desea el nacimiento del niño, el médico
al aborto: va acompañado de restricciones no es perseguido24.
y de tales condiciones de aplicación, que El recorrido de la historia reciente del
su ejercicio público margina al que lo usa aborto en Francia permite comprender
y a veces le expone a sanciones. Lo que una deriva que, en vista de lo que pasa
es verdad para los tocólogos del sector cada vez en más países, margina cada vez
público, lo es a fortiori para la profesión más al objetor de conciencia. El hecho de
de los farmacéuticos que no pueden ne- que desde 1982 (Ley Roudy) los abortos
garse a vender productos considerados y sean reembolsados por la Seguridad So-
catalogados como contraceptivos, cuando cial, muestra que el acto de abortar ya no
en realidad son productos abortivos. Así es considerado como una acción negativa
nos encontramos de nuevo en el campo que la ley inicial de 1975, a pesar de sus
de la objeción de conciencia suscitada por intenciones lejanas, pretendía querer di-
el aborto, con las mismas limitaciones que suadir a las madres de realizar. El acto de
las incómodas condiciones que hemos abortar ha llegado a ser prácticamente lo
indicado en el campo de la objeción de contrario de una elección inicua, porque
conciencia contra la actividad militar. no supone mayor desaprobación que la
La segunda observación es una conse- decisión de traer al mundo a un niño. El
cuencia de lo anterior: los valores superio- Estado mismo facilita las condiciones de
res que solos, en principio, justifican que ejecución y el hecho de que lo reembolse
uno rehúse en conciencia la participación es simbólicamente su llamativa y triste
en una acción juzgada como moralmente expresión material.
inaceptable, no son considerados por la La ley sanciona ciertas acciones mili-
autoridad estatal como verdaderamente tantes interpretadas como no respetuosas
superiores, ni siquiera de hecho equipa- de la ley e intolerantes. Desde 1993, se ha
rables a los valores considerados políti- creado incluso un nuevo delito: obstaculi-
camente como consensuados (como la
libertad del individuo, la tolerancia). 24 Cfr Gènéthique 72 (décembre 2005).

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Relativismo ético y concepto moderno de tolerancia

zar la IVE. El paralelo con el delito de la la cuestión fundamental del estatuto del
insumisión, en el ámbito militar de otros embrión, por justo miedo a que no se
tiempos, es instructivo: obstaculizar la IVE ponga en cuestión esta opción legislativa.
conlleva penas de prisión comparables Haciendo esto, ha perdido la capacidad
(de dos a tres años de prisión); pero la de confrontarse éticamente a los desa-
descripción del delito parece indicar que fíos que representan cierto número de
la IVE designa un bien social objetivo, y prácticas médico-quirúrgicas y de ma-
no un mal que el Estado se abstendría nipulaciones ligadas a la investigación
de sancionar al despenalizarlo. Insumi- biomédica. Cómo, en virtud de qué, po-
sión, en cambio, se refiere solamente a dría manifestar una reserva de principio
una actitud subjetiva (la acción de no respecto a los procesos que implican la
someterse a la acción del servicio mi- destrucción de muchos embriones, si no
litar). Queda claro: la IVE en la cultura ha aceptado hasta ahora afrontar objeti-
contemporánea se ha convertido en vamente el problema en el caso del abor-
un bien, no solamente para la persona to. Ha excluido de toda reflexión futura
libre de practicarla, sino para la misma sobre estos temas los criterios esenciales
sociedad que lo permite, lo impulsa, y lo que le habrían permitido afrontarlos
promueve y financia. Como demuestra serenamente.
la experiencia, este planteamiento no Una tal acción política tiene un efecto
puede sino extender cada vez más la inmediato sobre las posibilidades que
práctica del aborto banalizándola. En tendrán los ciudadanos en el futuro de
julio de 2001, las condiciones de acceso ejercer un derecho a la objeción de con-
a este procedimiento fueron objeto de ciencia respecto a procedimientos cientí-
nuevas medidas de las cuales algunas ficos amenazadores para la vida humana.
podrían, sin ser injustos, ser califica- Esta acción política pone las condiciones
das como incitadoras: el plazo legal se para una limitación inmediata y después
amplía a doce semanas, la autorización una supresión expresa del derecho a
de los padres es suprimida para las la objeción de conciencia en el ámbito
menores, y también la entrevista hasta del respeto a la vida humana. En este
entonces obligatoria para las mujeres momento, se manifiesta una voluntad
mayores desaparece. En noviembre de jurídica de evolucionar hacia la abolición
2004, fue firmado por el Ministro de de ese derecho del hombre ligado por
Sanidad (!) un decreto autorizando el tanto a las exigencias más fundamentales
aborto químico en casa. de la conciencia moral de los hombres.
El caso del aborto es paradigmático: La razón sugerida es clásica: la objeción
la ideología que lo ha establecido y fo- expresaría un medio para sustraerse a la
mentado presentándolo como un derecho ley, y violaría el principio de igualdad de
personal de las mujeres embarazadas, todos ante ella.
ha privado a la sociedad de toda posibi- Entonces se cumpliría lo que ha
lidad de reflexionar serenamente sobre sido nuestra tesis inicial: una sociedad

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tolerante no puede tolerar que se ejerza se expresan en ella. Entonces ella elige
en su seno un derecho de objeción de los valores consensuados, de los cuales
conciencia, porque no es capaz de acep- algunos, infaliblemente, la conducen a
tar y respetar los valores superiores que la muerte.

Recibido: 17-12-2007
Aceptado: 08-04-2008

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