Vázquez, Rodolfo.

Educacion 1, 1er semestre 2010.

Ensayo

La igualdad de Rancière, una mirada actual.

Jocotot, en su contexto de producción, nos da a conocer la fuerza de la

Revolución Francesa a través de las reflexiones que genera: “una experiencia
intelectual”, que le permitió enseñar lo que el ignoraba y así proclamar la emancipación,
demostrando que se puede aprender sin maestro explicador: concibiendo así que la
instrucción es como la libertad revolucionaria, no se da, se toma. Rancière sostiene que
se debe partir de una relación de igualdad como punto de partida del aprendizaje donde
el docente se ubique desde el reconocimiento de su propia ignorancia, en una relación
de asombro frente al conocimiento. El maestro ignorante nos invita a pensar las
relaciones que se dan en el proceso de enseñanza-aprendizaje, y también relativizarlo
sobre la relación de los sujetos (docente-estudiante) con el conocimiento en la
actualidad.
Debatir sobre si existe igualdad o no frente al conocimiento entre docente y
alumno puede llevarnos a equívocos. El camino que siguió Rancière al desarrollar la
cuestión del significado social de la emancipación intelectual lo llevó a concentrar su
atención en la igualdad, en Jacotot, el tema de la igualdad está focalizado en la igualdad
de las inteligencias. La emancipación intelectual de los individuos no tiene otro objeto
que permitir “verificar” o poner en acto dicha igualdad. Por otro lado la igualdad es un
término que se asocia a valoraciones de tipo social, subjetivas, a ausencia de relaciones
de poder, o de dominación, lo que no se sostiene en nuestra mirada sobre la educación
ya que para Jacotot, la institución educativa tiene como función reproducir esta
distinción jerárquica porque de ella justamente vive, es su condición de posibilidad. El
maestro administra, en nombre del estado, un segmento de poder. Él controla la
distancia que hay entre lo que se debe enseñar y lo aprendido, entre lo enseñable y la
comprensión de lo enseñado. Seria inapropiado decir que las dos partes saben lo
mismo, ya que si fuera así no tendría sentido establecer vinculo entre uno y otro,
tampoco se trata de realzar una relación en un supuesto ignorante frente a un sabio. En
este último sentido es afortunado Jacotot que se adelanto a su época, que vivió la
Revolución Francesa y durante su experiencia como docente descubrió que sus alumnos
belgas no necesitaban sus explicaciones, a partir de su experiencia Jacotot infiere que
la explicación no es necesaria y sigue: el maestro explicador necesita de la
incapacidad del ignorante para ejercer su función. El explicador es el que constituye al
ignorante como tal1
En las escuelas contemporáneas a nuestros días, la explicación es solo uno de los
recursos que se utiliza para ayudar al proceso de construcción de conocimiento. La
didáctica, apoyada en los avances de la psicología educacional describe que no se
aprende simplemente por la toma de contacto con el conocimiento, sino que se
construye a partir de saberes previos y el alumno va conformando esquemas cognitivos
que le permiten establecer conexiones con cosas ya vistas. La mirada del maestro
ignorante podría no ser tan innovadora, ya que se trabaja con saberes previos de los
alumnos, con sus representaciones, lo que es mas claro en la educación del adulto que
siendo analfabeto no es ignorante. Ya Pablo Freire en la década del 70 partía de los
conocimientos que los adultos tenían de sus medios para otorgarles la posibilidad de
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Rancière J., El Maestro Ignorante, Editorial Alertes, Barcelona, 2003, p.15.

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acceder a la palabra, oral y escrita. Los procesos de enseñanza hoy recurren a variadas
herramientas; sin embargo, la apelación a nuevos recursos para la construcción del
conocimiento, que es un proceso individual, pero que se realiza en espacios sociales, se
utilizan guías de investigación, el uso de libros de textos con actividades, la búsqueda
de información por Internet, ejercicios de aplicación, las actividades de integración de
conceptos a partir de nuevos casos, etc. No significa que el docente no deba conocer en
profundidad los temas de que se trata. Es difícil que se pueda ayudar a esa construcción
si se es ignorante como lo propone Rancière.
El método Jacotot es, indudablemente, un método de relaciones institucionales,
es indudablemente un método novedoso. Jacotot-Rancière sostiene que partir de una
situación de igualdad, es concebir las inteligencias de los docentes y de los alumnos
análogamente, no hay en esta concepción diferencias en la capacidad del hombre para
comprender. Se abre un mundo de posibilidades inéditas en la que la posesión de
saberes limita la tradición escolar homogenizadora. Pero al mismo tiempo, el giro de la
escuela de hoy en día, en crisis constante, a la no explicación, a modelos de
explicación que nutran el vocabulario, en una cultura audiovisual, con perdida creciente
de la lectura de textos, la falta de explicaciones ¿estaría operando como un refuerzo de
la cultura del zapping, de la imagen en la pantalla? Y por que no pensar que Jacotot
debe esforzarse en ajustarse a la realidad de nuestros problemas educativos.