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LOS <<SI>> DE LA RESURRECCIÓN

(Abril 24 de 2011)

INTRODUCCIÓN
El famoso filósofo y matemático francés R. Descartes (1596-1650) planteó el
procedimiento de la duda como método para llegar a la verdad. Él es el autor de la
conocida frase:
“Soy una cosa que piensa, pienso luego existo. ¿Y si me
engaño? Si me engaño soy, porque algo que no es, no puede
engañarse a sí mismo. Luego entonces, no hay duda de que existo”
Mil seiscientos años antes que Descartes, el apóstol Pablo usó este método para
resolver la cuestión quizá más importante y extraordinaria de la vida de Jesús y del
cristianismo: ¿Ha resucitado Cristo? La respuesta a esta pregunta es realmente
importante porque de ella depende la seguridad de nuestra vida eterna. Porque Jesús
aseguró a sus discípulos:
Jn. 14:3 “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí
mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”
Pero si él no resucitó, está muerto y bien muerto y, ¿cómo vendrá otra vez para
llevarnos con él?

I.- LA SEÑAL DE SEÑALES


A pesar de que los judíos habían visto o sabían de fuentes fidedignas que Jesús
había hecho muchos prodigios y maravillas, como: convertir el agua en vino, caminar
sobre el mar, multiplicar el alimento de un niño para dar comida a cinco mil hombres,
sanar toda clase de enfermedades en un instante, etc., todavía, al igual que algunos
cristianos de hoy, querían ver una señal más, una señal tal, que no quedara duda de
quién era él. Y Jesús prometió darles esa señal de señales:
Jn. 2:18,19 “Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya
que haces esto? Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo
levantaré”
¿Qué quiso decir Jesús con esto? En ese momento Jesús estaba físicamente en el
templo de Jerusalén, acababa de de echar a todos los que tenían sus negocios de venta
de palomas, ovejas y a los cambistas; así que, es lógico que ellos creyeran que estaba
hablando literalmente del templo; pero en los versículos siguientes se nos aclara que no,
que él se estaba refiriendo a su cuerpo como templo, el cual sería destruido (muerto),
pero en tres días resucitaría:
Jn. 2:20-22 “Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este
templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? Mas él hablaba del templo de su cuerpo. Por
tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había
dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho”
Así entonces, la resurrección de Jesús sería la señal de señales, la prueba
máxima del poder, autoridad, y veracidad del Señor Jesús. Los discípulos no tendríamos
un iniciador del cristianismo muerto, como los seguidores de Mahoma, Buda o algún
otro; sino un Señor vivo, que murió por nosotros pero también resucitó y vive para
siempre. Hoy, puede que todavía exista la tumba de Jesús, pero está vacía.
Pero......., ¿es verdad que Cristo resucitó? ¿Y si no?

II.- LA DUDA: LOS SI’s DE PABLO


1 600 Años antes que Descartes, el apóstol Pablo, en su primera carta a los
corintios, planteó la duda: ¿Y si Cristo no resucitó? Esto lo hizo porque, entre los
muchos errores que tenían los miembros de esta iglesia, había algunos que decían que
no había resurrección de los muertos. Así empiezan los “Si’s” de Pablo:
1)1Cor. 15:12 “Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo
dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?”
El racionalismo humano lleva a pensar al hombre que la muerte es el fin de la
existencia; pero un pensamiento racional para serlo, debe ser congruente, de otro modo
sería irracional, y no hay congruencia si, por un lado se predica que Cristo resucitó y
por otro lado, se niega la resurrección de los muertos. Este es el argumento de Pablo en
el segundo “si”
2)1Cor. 15:13 “Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo
resucitó”
Siempre que el hombre intenta negar una verdad de Dios, se vuelve
incongruente, y por lo tanto, un necio irracional. Por ejemplo, los hombres de ciencia
desprecian a los creyentes por aceptar las cosas por fe. ¡Necios! ¿Acaso la ciencia no
acepta por fe muchos de los “conocimientos” que predica? Por supuesto que sí. Por
ejemplo, la teoría de la generación espontánea, la teoría de la evolución, o la teoría de la
composición del átomo.
Pablo continúa su tercer “si”:
3)1Cor. 15:14 “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación,
vana es también vuestra fe”
Ahora, poniendo en duda que Cristo haya resucitado, menciona dos terribles
consecuencias:
“vana es nuestra predicación”. Estamos perdiendo tiempo, dinero y esfuerzo al
cumplir la gran comisión: id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
Algunos incluso, están arriesgando inútilmente la vida para nada.
“vana es vuestra fe”. La fe puesta en un muerto es vacía, inservible, inútil. ¿En
qué nos puede ayudar un cadáver? En nada. Otra consecuencia más la tenemos en el
cuarto “si”:
4)1Cor. 15:15 “Y si somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos
testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los
muertos no resucitan”
Si Cristo no resucitó, estaríamos violando el noveno mandamiento, que dice: No
hablarás contra tu prójimo falso testimonio, y con la agravante de que el prójimo del
que estamos dando falso testimonio es Dios. ¡Qué horror!
El quinto “si” es una repetición del segundo:
5)1Cor. 15:16 “Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó”
El siguiente “si” es una aterradora consecuencia:
6)1Cor. 15:17 “Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en
vuestros pecados”
Jesús le había dicho a Pablo que lo había escogido para este propósito:
Hch. 26:18 “para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a
la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban por la fe que es en mí,
perdón de pecados y herencia entre los santificados”
Por medio de la fe recibirían perdón de pecados, pero ¿cuál fe?
Ro. 10:8b,9 “...Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con
tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los
muertos, serás salvo”
Pero si Cristo no resucitó, esta fe es vana y nuestros pecados todavía no han sido
perdonados. Pasamos ahora al último “si” que es desesperanzador:
7)1Cor. 15:19 “Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más
dignos de conmiseración de todos los hombres”
Si Cristo no resucitó, cuando muera tu ser amado, aunque haya sido un fiel
cristiano; llora, y llora desconsoladamente porque no hay ninguna esperanza de que
estará gozando en el cielo ni de volver a verlo jamás. Por favor, no me hablen cuando
tengan su ser querido en la funeraria para tener un culto y decir unas palabras de
consuelo, porque no tendría nada que decir. Sin embargo, aquí no termina la disertación
de Pablo.

III.- CRISTO SÍ RESUCITÓ


1Cor. 15:20-22 “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de
los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre,
también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos
mueren, también en Cristo todos serán vivificados”
Después de hacernos concientes de las terribles consecuencias de que Cristo no
hubiera resucitado, ahora afirma con toda seguridad: Mas ahora Cristo ha resucitado y
puesto que él tuvo poder para hacerlo, también probó que tiene poder para levantarnos
de la muerte a nosotros mismos. ¿Qué le daba esa seguridad? Bueno, para entender la
respuesta, les pregunto: ¿Cómo estás seguro de que Colón descubrió América
financiado por los españoles? Porque hubo hombres que lo vieron, lo conocieron de
cerca, fueron testigos de los hechos y escribieron de él. Todavía más, tenemos la
evidencia actual de que la mayoría de los habitantes de América tenemos sangre
española y hablamos el idioma español. También Pablo conocía a personas dignas de
confianza que conocieron a Jesús antes de morir y lo vieron vivo después de haber
muerto, platicaron con él, y hasta comieron con él.
1Cor. 15:3-7 “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí:
Que Cristo murió por nuestros pecados; conforme a las Escrituras; y que fue
sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a
Cefas, después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de
los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después
a todos los apóstoles”
Estos testigos eran antes, unos miedosos que huyeron cuando Jesús fue arrestado
y se escondieron, pero ahora eran unos valientes que por predicar a Cristo resucitado
perdieron sus trabajos, sus bienes, sus propiedades, eran perseguidos, encarcelados,
torturados y muchos asesinados.
Pero no solamente otros cambiaron al ver a Jesús resucitado, Pablo mismo lo
había visto y él también había cambiado por ello, de ser un perseguidor de cristianos a
ser un perseguido por ser cristiano:
1Cor. 15:8 “Y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí. Porque
yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol,
porque perseguí a la iglesia de Dios”

CONCLUSIÓN
Si la cuestión de la resurrección de Jesús se llevara ante una Corte terrenal, el
veredicto sería unánime:
¡Jesús ha resucitado!
Ningún tribunal se atrevería a negarlo. Hubo más de 500 testigos que lo vieron,
y luego, no les importó perder sus bienes o su vida por proclamar esta verdad.
El pecado es la peor tragedia de la humanidad, trajo como consecuencia la
muerte; pero ahora, la resurrección de Cristo, nos trajo la victoria sobre la muerte. Esta
es la seguridad de un cristiano:
1Cor. 15:54,55 “Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y
esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está
escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte tu aguijón? ¿Dónde,
oh sepulcro tu victoria?”

¿Has hecho ya tuya la victoria de Jesucristo sobre la muerte?

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