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Este estudio se enmarca dentro del proyecto, financiado por el Excmo. Ayuntamiento de la Villa de
Tegueste, denominado: “Revalorización Patrimonial del Municipio de Tegueste. Investigación arqueológica del Barranco del
Agua de Dios y su Comarca” (jsolers@gmail.com; atogmatoma@gmail.com; tomasin70@gmail.com)
1 Para disponer de una información más detallada y precisa sobre este periodo en relación con el
redescubrimiento de Canarias por parte de los europeos, puede consultarse la obra de Sergio Baucells Mesa
titulada Crónicas, historias, relaciones y otros relatos: las fuentes narrativas del proceso de interacción cultural entre aborígenes
canarios y europeos (siglos XIV a XVII) (2004).
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relevancia hasta finales del siglo XIX 2 , pero a lo largo del siglo XX fue utilizada con
asiduidad 3 (Soler Segura et al., 2011: 58). En este sentido, el reconocimiento de la
importancia de este tipo de información para el estudio de los procesos históricos
acaecidos en Tenerife entre finales del siglo XV y comienzos del XVI, y los revelantes
datos en ella contenidos, llevará a iniciar al Instituto de Estudios Canarios a partir de 1933
(primero con investigadores como Elías Serra Ràfols, Leopoldo de la Rosa Olivera y
Buenaventura Bonnet Reverón, y posteriormente con otras como Manuela Marrero o
Francisca Moreno Fuentes), la recopilación de numerosos documentos originales, no sólo
relativos a Tenerife, sino a otras islas como Gran Canaria y La Palma, y que viene
agrupándose en lo que generalmente se conoce como Fontes Rerum Canariarum.
Aquí nos interesa especialmente lo que Elías Serra Ràfols inició a partir de la década
de los setenta del siglo XX: la trascripción y sistematización de toda una serie de archivos
documentales que contenían datas de repartimiento de propiedades concedidas por el
primer gobernador de Tenerife tras la conquista, Alonso Fernández de Lugo, y
posteriormente por sus sucesores. En 1979 Serra Ràfols emprendió la primera publicación
de una serie documental que pretendía recopilar y transcribir los antiguos repartimientos de
propiedades del Cabildo de Tenerife que estaban en posesión del Archivo Municipal del
Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna, y que se tituló Datas de Tenerife, contenidas en
los Libros I a IV de las datas originales. En 1988, siguiendo con la misma dinámica, Francisca
Moreno Fuentes transcribe y publica el Libro V de datas originales, y en 1992 la misma autora
publica Las Datas de Tenerife (Libro primero de datas por Testimonio), siendo hasta el momento la
última publicación en relación a este tipo de documentos para la Isla de Tenerife.
Con respecto a la comarca de Tegueste, nuestro objetivo se orienta a elaborar un
primer estudio aproximativo sobre algunos contenidos existentes en las datas de
repartimiento y algunos protocolos notariales 4 , alusivos a toponimia de raigambre aborigen
y a personajes naturales de las islas. Buena parte de esta documentación (esencialmente la
referida a las datas), ha sido sistematizada y actualizada por Francisco Báez Hernández en
su reciente estudio titulado La Comarca de Tegueste (1497-1550). Un modelo de organización del
2 Por ejemplo Juan Bethencourt Alfonso, en su Historia del pueblo guanche (1994 [1912]), utilizó diversa
documentación administrativa de finales del siglo XV y comienzos del XVI como testamentos o datas de
repartimiento, como apoyo documental de sus argumentaciones.
3 Buenos ejemplos son algunos trabajos de investigación de Elías Serra Ràfols y Leopoldo de la Rosa Olivera
(1944), sobre los menceyatos guanches de Tenerife, o Leopoldo de la Rosa Olivera (1956), sobre los menceyes y sus
familias.
4 En este sentido, se ha consultado la publicación de los protocolos notariales que el escribano público
Alonso Gutiérrez elaboró entre 1520 y 1521 (Lobo Cabrera, 1979), y entre 1522 y 1525 (Coello Gómez,
Rodríguez González y Parrilla López, 1980). También se ha consultado la trascripción de los protocolos del
escribano Juan Márquez entre 1518 y 1521 (Padrón Mesa, 1993).
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espacio a raíz de la conquista (2006), en el que el autor, además de transcribir las datas
relacionadas con los repartimientos efectuados en la comarca, establece un marco de
referencia válido para conocer la organización sociopolítica y la estructura económica que
se implantó en el territorio que había conformado el antiguo Menceyato de Tegueste, el cual, a
partir de la conquista, se fragmentó en diversos asentamientos y pagos dependientes del
único Concejo de Tenerife con sede en la nueva ciudad matriz de San Cristóbal de La Laguna.
En las referidas datas de repartimiento y los protocolos consultados, aparecen
diversos topónimos aborígenes relacionados con la adjudicación o transmisión de
propiedades, y si bien una buena parte de ellos se relaciona con topónimos guanches,
producto sin duda de la ocupación y explotación de la zona por éstos antes del proceso de
conquista, otros no parecen vincularse a esa raíz, y así parecen confirmarlo diversas datas.
5 No existe una posición clara entre los investigadores acerca de si la zona de La Laguna y Geneto también
formó parte del Menceyato de Tegueste. Según la referencia de Alonso de Espinosa (1980 [1590/1594]: 95), el
lugar en el que se reunieron Alonso Fernández de Lugo y los menceyes del sur (bando de paz), se produjo en
Gracia, que era territorio del Menceyato de Tegueste, lo cual incluiría efectivamente la zona. Sin embargo, la
inclusión o no de esta zona como perteneciente al mencionado menceyato requiere de un análisis más amplio y
exhaustivo que el que aquí se va a efectuar, y por tanto se relega para otro momento.
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De la lectura de las datas de repartimiento pueden extraerse algunas conclusiones
en la relación al poblamiento aborigen del Barranco de Tegueste y, en general, de la Comarca,
menos sin duda de las referencias alusivas a otros territorios de la Isla, como Tacoronte, La
Orotava, Los Realejos o Adeje. Estas indicaciones no suelen ir más allá de establecer una
relación entre la posesión repartida, ya fuera tierras o cuevas, y su antigua pertenencia a
individuos de origen guanche, o en general al antiguo colectivo aborigen que habitó la zona.
En otros casos la referencia se limita a establecer que alguno de los límites de la posesión
repartida es aneja a un lugar antiguamente frecuentado por guanches, ya sea cuevas, campos
o caminos. En otros casos, los más habituales, las referencias se limitan a transcribir
topónimos aborígenes en relación a la denominación de las posesiones que se están
repartiendo.
En el caso concreto de las datas referidas a los repartimientos otorgados en
Tegueste, no existe ninguna referencia a lugares habitados, ocupados o frecuentados por
guanches, ni relacionados con sus prácticas económicas o sociales. Así, las pocas referencias
existentes al mundo aborigen tienen que ver con dos datas otorgadas a repobladores
guanches (Báez Hernández, 2006: 89, 211), y con la mención de algunos topónimos
aborígenes en la comarca, al margen de los ya conocidos de Tegueste y Tejina. En cuanto a las
datas, la primera de ellas se trata de la confirmación de una posesión de tierra de
aproximadamente 23 fanegas en Tegueste, sin más especificaciones, a Fernando Tacoronte, en
octubre de 1503:
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estuviese muy reciente, podría indica que estos aborígenes colaboraron de alguna manera
en la misma, y como recompensa el gobernador les concediese estas datas. Concretamente
estos guanches parece que colaboraron en el proceso de pacificación de alzados una vez
terminada la conquista. Al menos Fernando Tacoronte se situó en la órbita de Guillén
Castellano (aborigen canario y conquistador de Tenerife), teniendo casa en el barrio guanche
del entorno de la iglesia de la Concepción. Tanto Fernando Tacoronte como Gaspar
Guanche encabezaron varias expediciones con el objetivo de pacificar a los alzados, y el
primero de ellos, junto a su hermano Hernando Tacoronte, recibieron también datas en
Heneto, al lado de otras asignadas a guanches de Tegueste como Juana de Tegueste.
T.I.143v
«Registrada en I de abril de MDVI. Yo don Alonso Fernandes de Lugo, Adelantado de las yslas
de Canaria, governador e justiçia mayor de Tenerife e San Miguel de la Palma por el poder que de
sus altezas, tengo para repartir casas e tierras y otros heredamientos de esta ysla, do en veçindad y
como a vesino a vos Gaspar Guanche, vezino de esta ysla, çincuenta fanegas de tierra de
sequero en Tegueste, en Yçooga, abaxo de las tierras de Hernando de Llerena. E mando a los
repartydores que vos las den, e al escrivano vos las asiente en su registro e que de ellas vos dé carta
de repartimiento e donaçión para en guarda e confirmaçión de vuestro derecho. Fecha oy domingo, a
IX de nobienbre año de MDV años. “Que digo que se vos de cahiz e medio de tierra, con tal que no
aya sido dada por mi”. El Adelantado». (Báez Hernández, 2006: 235).
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son dende el risco que está entre las tierras e las de Juan Perdomo, hasta la deçendida de la Punta,
las quales vos doy con su cueva e la fuente que está en la dicha cueva, para vos y para vuestro
hermano Juan Hernández, por juro de heredad para agora e para syenpre jamás, para vos e para
el dicho vuestro hermano e para los que de vos, e por esta mando al escriuano que lo asyente en su
registro del repartimiento. Fecha a quatorze días de mayo de MDVII años. “Digo que vos do a vos
Hernando, hijo de Fernando Avberque, veynte y quatro hanegas de tierra solamente en el
dicho lugar donde disen y por esta mando se vos asyente en el regystro”.- El Adelantado. En syete
de agosto de MDVIII» (Báez Hernández, 2006: 223-224).
En cuanto a los topónimos de raigambre aborigen que aparecen citados en las datas
de repartimiento, Báez Hernández (2006: 280), ofrece una relación de 21 términos, que
representan el 37% de todos los topónimos que aparecen en los documentos analizados
por el autor, tanto datas como otros documentos (ibidem, p.: 64). Una buena parte de ellos,
más de la mitad, se concentra en el sector montañoso oriental, menos antropizado, y donde
se asentaron esencialmente pobladores de origen gomero.
En menor proporción se citan topónimos aborígenes en las zonas más pobladas de
la comarca (Tegueste, Tejina y Portezuelo-Tegueste el Nuevo), y en ningún caso hay
topónimos aborígenes relacionados con el Barranco del Agua de Dios. Es más, se puede
observar cómo la mitad (diez), de los topónimos aborígenes clasificados por Báez
Hernández, están relacionados con repartimientos de tierras otorgados a repobladores de
origen gomero, a sus sucesores o que lindaron con tierras de gomeros (Báez Hernández, 2006:
280).
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Tabla I.
Topónimos aborígenes extraídos de las datas de repartimiento relacionadas con la Comarca de
Tegueste entre 1497 y 1550 (Fuente: Báez Hernández, 2006: 280)
POSIBLE FUENTE DE
TOPÓNIMO FECHA LOCALIZACIÓN
ORIGEN REFERENCIA
Montañas
Açades Incierto O.III.25.VIII 08.08.1507
orientales
Ajocorcoroga Guanche F.VII, doc. 486 10.09.1509 Portezuelo-Socorro
O.III.25.VIII y Montañas
Aramuigo Gomero 08.08.1507
XVI orientales
Arequiz Guanche F.VII, doc. 1.104 27.11.1508 Tegueste
Arguayonja ¿Gomero? O.IV.2.VIIII 20.04.1514 Tejina
F. XXXVII, doc.
Arguayoza ¿Gomero? 14.04.1534 Tejina
409
Barranco de los
Guanche T.III.98r 08.07.1497 Tegueste
Hauchones
Ac. I, p. 60 04.08.1503 Montañas
Benehían/Benhía Incierto
Ac. V, p. 103 01.03.1526 orientales
Montañas
Chinamata ¿Gomero? O.III.25.16 08.08.1507
orientales
Montañas
Dartinamara Gomero O.IV.7.XXII 15.12.1513
orientales
Gina Incierto Ac. II, p.206 23.09.1513 Tejina
Rooga Guanche T.III.93r 16.08.1497 Portezuelo-Socorro
Montañas
Taborno Guanche Ac. V, p. 103 01.03.1526
orientales
Tagoro Guanche Ac. V, p. 103 01.03.1526 Punta del Hidalgo
Tamasa Guanche O.I.12.III 26.08.1507 Tegueste
Montañas
Tedixe Guanche T.I.89r 13.10.1504
orientales
Montañas
Tehegente Guanche O.II.17.L 23.10.1501
orientales
Montañas
Tesegre Guanche O.IV.7.XXI 15.12.1513
orientales
Montañas
Tezegid Guanche O.III.25.VIII 07.02.1514
orientales
Yçooga Guanche T.I.143v 09.11.1505 Portezuelo-Socorro
Yesa* Guanche O.I.1.X 10.02.1500 Tejina
Zogua Guanche O.II.16.LXII 14.05.1507 Tejina
* Yesa no está en la relación que Báez Hernández realiza
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ella tengo para hazer repartimientos e vezindades en esta ysla de Thenerife, do a vos Francisco
Hara gomero, vezino de esta dicha ysla, en vezindad y repartimiento, quatro cayzes de tierra
de sequero, que son en Chinamata, ençima de Aramuygo, baxo de Açades, las quales vos
do para vos, e para vuestros herederos, para agora e para syenpre jamás. E por esta mondo al
escribano que lo asyente en su registro, e vos do carta bastante de ello. Fecho a ocho a ocho días del
mes de agosto, año de mill e quinientos e syete años. Digo que vos do en nonbre de su alteza
treynta hanegas de senbradura syn perjuizio. El Adelantado. E yo Antón de Vallejo, escrivano
público del conçejo de esta ysla de Tenerife (…)» (Báez Hernández, 2006: 227-228).
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2. Silencios y apariencias del proceso de aculturación entre aborígenes y europeos
Tras el análisis de una buena parte de la documentación producida desde finales del
siglo XV hasta mediados del siglo XVI relativa a la Comarca de Tegueste, cabe la
posibilidad de realizar una reflexión en torno al protagonismo que tuvieron los colectivos
aborígenes que se instalaron en ella (tanto guanches, gomeros y canarios), en la ocupación y
explotación de esta parte la Isla una vez finalizado el proceso de conquista. La primera de
las reflexiones atañe al colectivo guanche, pues, por una parte, en los documentos
administrativos analizados existe un importante silencio con respecto a sus actuaciones
económicas dentro de la nueva sociedad que se instaura en la Comarca, aunque por otra
continúan en vigor, adaptado al nuevo sistema de comunicación lingüística que se está
extendiendo (el castellano), una serie de topónimos guanches que se constituyen como
recursos lingüísticos válidos para denominar referencias espaciales. Esto indica, a pesar de
que su contrastación por esta vía resulte compleja, la aparente pervivencia de un colectivo
guanche lo suficientemente relevante como para propiciar la continuidad de ciertas
estructuras lingüísticas, en este caso topónimos, en momentos posteriores a la conquista,
pese a su posterior desaparición cultural.
Según Aznar Vallejo y Tejera Gaspar (1994: 61), tras la finalización de la conquista
de las islas de realengo, los conquistadores ofrecieron, de manera general, mayores
privilegios a los jefes tribales y a sus familiares que al resto de naturales, reservándoles en
algunos casos el título de don, como así hay constancia, por ejemplo, para el mencey de Adeje,
Don Diego de Adeje (Olivera de la Rosa, 1979). Esto implicaba que se les reconocía cierto
papel político de intermediación con el resto de aborígenes. Sin embargo, estos privilegios
no formaron parte en ningún momento de un plan de integración de los guanches en la
nueva sociedad, y mucho menos si se trataba de bandos de guerra como lo fue el Menceyato de
Tegueste. La principal de las obligaciones que debían acatar estos aborígenes era seguir los
preceptos religiosos cristianos, pero tampoco como un programa evangelizador planificado
de antemano, sino como resultado de su dominación mediante las armas (ibídem, p.: 42). En
muchos casos, hábitos alimenticios y costumbres funerarias aborígenes fueron perpetuadas
en el tiempo y, en general, los preceptos y normas de comportamiento cristianas no fueron
asumidas por todos los aborígenes. Ello causó, en diversas ocasiones, gran estupor por
parte de los castellanos, por lo que en algunos casos fueron denunciados ante el Tribunal
de la Santa Inquisición, en otros se les encomendó a familias castellanas para su correcto
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adoctrinamiento y, en otros, de forma general, se cristianizaron sus lugares sagrados con la
imposición de calvarios e, incluso, el levantamiento de ermitas cercanas a los mismos 6 .
Los guanches de los bandos de guerra fueron, en general, esclavizados, aunque, como
afirman Aznar Vallejo y Tejera Gaspar (1994: 60), la conquista difuminó la distinción entre
bandos de paz y de guerra, y el gobernador Alonso Fernández de Lugo efectuó
esclavizaciones indiscriminadas aprovechándose del desconocimiento que los aborígenes
tenían de los procedimientos judiciales que les podían beneficiar, y retrasando o
tergiversando las actuaciones que sus defensores pudieran llevar a cabo. La solidaridad
intergrupal de los guanches, propia de formaciones sociales tribales fundamentadas en
criterios de consanguinidad, fue desarticulada en lo posible, aunque se mantuvieron algunas
costumbres, prácticas y estructuras lingüísticas, que desaparecieron con el paso del tiempo.
Como norma general, aunque con numerosos matices, cuando los guanches
recibieron propiedades en Tenerife tras la conquista, el otorgamiento de las mismas era una
mera confirmación de antiguas posesiones, lo cual favoreció a los jefes tribales (ibídem, p.:
63). Esta situación debe ser aplicable esencialmente a los guanches que pertenecieron a los
bandos de paz, pues los aborígenes de los bandos de guerra fueron esclavizados o
expulsados de su lugar de procedencia. Sin embargo, esto último no sólo afectó a los
guanches de los bandos de guerra, sino también a quienes habían participado junto a los
europeos, ya fuesen guanches o gomeros. Así, Aznar Vallejo y Tejera Gaspar (1994: 64),
exponen que el Concejo de Tenerife trató en varias ocasiones de elaborar proyectos para
expulsar a guanches y gomeros de la Isla, ya que su solidaridad grupal y el manteniendo de
prácticas y actividades anteriores a la conquista podían generar una amenaza seria y poner
en peligro la estabilidad socioeconómica de la Isla.
Pese a los numerosos casos, no fue una cuestión común a todos los miembros de
los colectivos aborígenes instalados en la Isla, pues muchos guanches, gomeros y canarios
solicitaron que no se les aplicase medidas restrictivas. Así, por ejemplo, los canarios
instalados en Tenerife reclamaron en varias ocasiones que se les incluyese en el estatuto de
los castellanos; diversos guanches solicitaron que se les distinguiese de los que vestían
entamarcados y que no se trataban con castellanos, y que no se expulsase a los gomeros que poseían
tierras de cultivo (ibídem, p.: 64).
Con respeto a la Comarca de Tegueste, lo que puede extraerse de la documentación
analizada va en el sentido anteriormente expuesto, aunque pueden realizarse algunas
precisiones que permiten al mismo tiempo ampliar estas consideraciones. Los
6 Resulta frecuente la existencia de calvarios y símbolos cristianos grabados sobre rocas junto a grabados
rupestres y cazoletas y canales de factura aborigen.
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repartimientos concedidos a guanches en Tegueste se limitaron a dos, los efectuados a
Fernando Tacoronte y a Gaspar Guanche, y que, probablemente, no procedían de la zona
(con seguridad el primero de ellos). Además, ya se ha comentado que Báez Hernández
especifica con claridad que ambos se deshicieron con prontitud de sus tierras, por lo que
no consolidaron una estructura familiar ni un patrimonio rústico en Tegueste. A pesar de
esto, y como queda reflejado en la tabla adjunta, hubo una importante pervivencia de
referencias toponímicas aborígenes en la Comarca de Tegueste, aunque no todas
estrictamente guanches.
En apariencia, y a tenor de la documentación disponible, el análisis que cabría
realizar en relación a la participación en la ocupación y explotación del territorio teguestero
una vez finalizada la conquista por parte de colectivos aborígenes, es aquel que da algún
protagonismo a grupos de canarios y gomeros. En relación a los primeros, sus posesiones se
concentraron en la zona de Pico Bermejo, entre Tejina y Valle de Guerra 7 . Sus tierras se
situaron en las proximidades de uno de los conquistadores más importantes de la Isla, Lope
Fernández de la Guerra que, al parecer, siguió el mismo procedimiento que Alonso
Fernández de Lugo en Los Realejos al concederle también a canarios propiedades en las
proximidades de las suyas; de hecho, en una de las datas se observa que dos de los canarios
beneficiados con estas propiedades en Valle de Guerra eran criados del propio Alonso
Fernández de Lugo. Otros canarios, como Juan de las Casas o Pedro del Hierro, sirvieron en
la conquista de la Isla y, por tanto, podían ser beneficiarios de datas como conquistadores.
Lo más destacable es que, por una parte, los canarios asentados en esta zona de la
Comarca de Tegueste no consolidaron sus posesiones ni crearon producciones
agropecuarias destacadas. Además, en sólo una de las datas referidas a estos canarios aparece
un topónimo de raigambre aborigen (Montaña de Yesa), lo que indica, por una parte, que
las tierras les fueron entregadas sin un conocimiento previo exhaustivo de las mismas sin
conocer la historicidad guanche del paisaje. Por otra, no puede deducirse que entre canarios,
de una parte, y gomeros y guanches de otra, hubiese habido algún tipo de relación,
comunicación, entendimiento o comprensión especial, por lo menos en la Comarca de
Tegueste. Como ya se ha comentado, el mayor interés del colectivo de canarios instalado en
Tenerife fue que los distinguiesen de los demás naturales, y que los considerasen, a todos
los efectos, como castellanos, pues habían tomado parte como conquistadores en la
dominación de la Isla.
7 Aunque uno de estos canarios pidió cuatro fanegas y unas cuevas en el Barranco de Tegueste, que puede
vincularse al Barranco del Agua de Dios.
107
En relación a los gomeros, la reflexión alcanza conclusiones muy diferentes. En
teoría, los gomeros llegaron a la Isla formando parte de los contingentes de conquistadores y
de colonos que acudieron con las huestes de Alonso Fernández de Lugo, aunque su
participación fue bastante limitada si se compara con la de los canarios. Así, por ejemplo, se
observa que de los gomeros que obtuvieron datas en Tegueste ninguno de ellos fue
conquistador, o al menos eso es lo que se desprende de la lectura de las datas, sino colonos,
y alguno de ellos, como Diego López, sirviente de Fernández de Lugo. Varios de ellos
pertenecieron a la misma familia, encabezada por Fernando Aguaberque, y se asentaron en lo
que Báez Hernández define como Montañas Orientales, esto es, en la zona más abrupta de la
Comarca, en torno a la Punta del Hidalgo y las estribaciones occidentales del Macizo de
Anaga.
Aunque se les repartieron hasta 24 fanegas de tierra, teóricamente para sembrar o
simplemente se secano, lo cierto es que, en buena medida, la mayoría de las concesiones
incluyeron también cuevas, y frecuentemente se hace referencia al pastoreo de cabras y a la
elaboración de quesos. Si se tienen en cuenta las características biogeográficas de la zona de
asentamiento más habitual, las Montañas Orientales, se observa precisamente la presencia
de importantes desniveles orográficos y una fisonomía muy abrupta, con escasos espacios
aptos para el desarrollo de prácticas agrícolas, pero con cierta disponibilidad de agua, no
sólo a partir de fuentes y manaderos, sino probablemente en los cursos de los barrancos.
Todo lo anterior indica que las prácticas económicas más destacadas llevadas a cabo por los
gomeros asentados en la Comarca de Tegueste fueron las ganaderas, concretamente el
pastoreo de cabras (aunque ello no implica que no se desarrollasen prácticas agrícolas).
Si se atienden a las reflexiones realizadas por Aznar Vallejo y Tejera Gaspar (1994:
51-55), en relación a la dominación y colonización de la Isla de La Gomera, se observa que
ambos procesos fueron progresivos y duraderos en la Isla, pues la dominación nunca fue
militar sino pactada durante todo el siglo XV hasta las esclavizaciones y revueltas de 1477 y
1488. Esto generó una aculturación de los gomeros muy pausada en el tiempo, lo cual les
permitió continuar con sus modos de vida y sus costumbres tribales de forma más intensa
que en el caso de otros aborígenes canarios. Tal fue así que incluso después de la conquista
de Tenerife, la presencia de gomeros en ésta Isla estuvo en muchas ocasiones sujeta a
reticencias por parte de los nuevos pobladores europeos, incluso canarios muy aculturados,
pues sus modos de vida y sus costumbres resultaban poco adecuadas y decorosas para la
sociedad y mentalidad cristianas. Esto conllevó que en los años de 1505 y 1508 el Concejo
de Tenerife plantease su expulsión de la Isla, pues muchos no se bautizaban, continuaban
108
teniendo nombres gomeros y, en general, no vivían según la moral y el recato cristianos
(ibídem, p.: 52).
Todas estas características se exponen con la intención de contextualizar en lo
posible la presencia de los gomeros en las Montañas Orientales de la Comarca de Tegueste,
zona apta para el pastoreo de cabras y muy parecida en sus condiciones orográficas y
bioclimáticas a la Isla de la Gomera. Pero lo que más destaca del análisis de la información
documental de la zona de Tegueste es lo que se esconde tras la presencia de gomeros en la
zona a tenor de lo observado en las datas y protocolos analizados. Y lo que parece
esconderse es la presencia de un contingente guanche en la comarca (sin precisar su
importancia), que mantuvo relaciones muy fluidas con los pobladores gomeros recientemente
asentados.
Debe recordarse que el Menceyato de Tegueste había sido un bando de guerra y que, en
teoría, muchos guanches fueron cautivados y vendidos como esclavos en mercados
peninsulares y europeos, hasta el punto de que aún se desconoce cuál fue el destino final
del último mencey de Tegueste: si fue vendido como esclavo, si llegó a viajar a la Corte para
rendir pleitesía a los Reyes Católicos o si murió en la contienda. Junto a esto, también
resulta necesario mencionar que tras la batalla de La Laguna, donde los conquistadores,
según Espinosa (1980 [1590/1594]: 107-115) habían obtenido una importante victoria
sobre los guanches confederados del norte, se produjo la extensión de una pestilencia que
acabó con la vida de muchos guanches, siendo los más afectados los menceyatos de Tegueste y
Tacoronte. Según el análisis realizado sobre esta enfermedad contagiosa por Rodríguez
Martín y Hernández González (2005: 124), lo más probable es que los conquistadores
introdujeran el virus de la gripe en la segunda entrada a la Isla, en el invierno de 1494-1495,
lo que afectaría de manera sustancial a los guanches, pues siguiendo las historias de la
conquista, la pestilencia habría sido la causa de la muerte de numerosos naturales en toda la
Isla, pero especialmente entre los bandos de guerra situados al norte.
Sin embargo, y a pesar de estas evidencias que han sido refrendadas por numerosas
investigaciones, la población guanche de diversas comarcas de Tenerife, y entre ellas la de
Tegueste, mantuvo cierta continuidad en la ocupación y explotación de sus territorios de
origen, si bien resulta necesario tener en cuenta que tal continuidad no tuvo en todas las
zonas ni la misma intensidad ni estuvo sometida de forma similar a las presiones de las
élites gobernantes. Así, por ejemplo, en la Comarca de Isora (Chávez Álvarez et al., 2007:
299-306), la intensidad de la pervivencia aborigen fue importante (con una presencia de
gomeros también relativamente llamativa), coincidiendo en este caso con una baja intensidad
109
de la ocupación castellana en la zona. Por el contrario, la presencia europea en Tegueste
puede considerarse destacada, lo que probablemente incidió en una mayor ocultación de lo
aborigen dentro de la nueva sociedad instalada en la Isla.
Pero a través de las datas de repartimiento efectuadas en la Comarca de Tegueste, y
atendiendo especialmente a aquellas en las que los gomeros fueron protagonistas, puede
observarse que es en estas últimas donde aparecen no sólo todos los topónimos de origen
gomero, sino una buena parte de los topónimos de origen guanche. Todo ello permite deducir,
que los pobladores gomeros pronto entablaron relaciones con los guanches que aún quedaron
en la Comarca. En algunos protocolos notariales aparecen guanches de Tegueste
relacionados con gomeros, siendo precisamente la actividad ganadera el elemento que sirvió
de unión. Así, por ejemplo, en el testamento de Diego de Tegueste realizado ante Alonso
Gutiérrez en 1520 se hace constar la relación con distintos gomeros como Juan de Flandes y
Aguaberque:
110
1.103.- 1521, septiembre, 29: fol . 474r
«Juan de Tegueste, natural, vº, hace testamento. Fórmulas de fé. Manda que le entierren en
la Iglesia de la Concepción, y le digan una misa de réquiem cantada, los 9 días y cabo de 9 días, 1
cabo de año con responso cantado, a la Merced, a la Cruzada y a las ermitas a cada una 2 mrs,
para la obra de Ntra. Sra. De la Concepción 10 mrs. Debe a Francisco Gomero, criado
que fue del Teniente viejo, 2 ½ reales, a Bastián Perdomo guanche, ½ real; a
Juan Lozano 4 ½ reales. Le debe Pedro Martín de la Barquilla 3 ½ doblas de ciertos carnero.
Deja el capote a su tío Pedro, la capa a la madre de su hijo y la camiseta a su hijo. Hace 3 ½
años que tomó a partido de su señor Guillén Castellano, según escritura ante Vallejo, 400
ovejas por 4 años, de las crías él se llevará una parte y Castellano las 2 restantes, con las 400
ovejas vivas el final del tiempo, de ellas se han muerto 40 y por mal recaudo se han perdido 130,
60 serían de las ovejas mayores que recibió a renta y 70 de las crías entre ambos, quedan entre
chicas y grandes 560 ovejas, pero ha dado a su señor 150 reses. Nombra albaceas a su tío Pedro y
a su hermana Juana, y herederos a Juan su hijo y de Catalina.- Ts. Guillén Castellano, Alonso
Castellano, Juan López y Alonso González.- A ruego.- Alonso Perdomo». (Lobo Cabrera,
1979: 1103).
Según los acuerdos del Cabildo de Tenerife analizados por Serra Ràfols (1949) y
correspondientes al periodo de 1497 y 1507, existen al menos dos guanches de Tegueste con
ciertas propiedades en la isla de La Gomera. Uno de ellos, Juan de Tegueste (miembro
probable de la élite aborigen del menceyato), poseyó un rebaño en dicha isla, heredado de su
padre Juan de Tegueste. El otro fue Pero Negrín de Tegueste, guanche de la zona afincado en La
Gomera y con cierta capacidad económica, al que se le permite la compraventa de esclavos,
algo significativo para un aborigen de un bando de guerra en una fecha tan temprana como
1507:
Además, Padrón Mesa (1993) publica varios protocolos del escribano Juan Márquez
realizados entre 1518 y 1521, apareciendo en uno de ellos la siguiente referencia a Juan de
Tegueste, padre e hijo:
111
323.- 1519.- diciembre.-19 Fol. 878r.- Leg594.
«Ante el Lcdo. Sebastián de Brizianos, juez de residencia y Justicia Mayor de Tenerife y La
Palma, en presencia del, esc. y ts., comparece Juan de Tegueste, natural de Tenerife, hijo de
Juan de Tegueste, difunto, y pide un curador para regir y administrar sus bienes y hacienda,
por tener ciertos bienes y ganado en la isla de la Gomera, y en esta isla y ser menor
de 25 años y mayor de 19». (Padrón Mesa, 1993: 323)
112
datas concedidas a los gomeros y a otros colonos europeos reflejan numerosos topónimos
guanches cuyo conocimiento y perpetuación en el tiempo no se hubiesen producido si no
hubiese habido presencia guanche en la zona, aunque ésta estuviese culturalmente
desarticulada y fuese invisible para la nueva administración.
Bibliografía
113
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La Laguna, Instituto de Estudios Canarios (Fontes Rerum Canariarum, XXXV), 354 pp.
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114
Actas de las IV Jornadas
Prebendado Pacheco
de Investigación Histórica
2011
Título:
Actas de las IV Jornadas Prebendado Pacheco de Investigación Histórica
Edita:
Ilustre Ayuntamiento de la Villa de Tegueste
Coordina la edición:
Roberto J. González Zalacain, Blanca Divassón Mendívil y Javier Soler Segura
Imprime:
Airam Hernández Rodríguez
ISBN:
978-84-938791-0-5
José Manuel Molina Hernández
Saluda ...................................................................................................................................................................7
ANTIGUO RÉGIMEN
4
Alberto Pérez Camarma
¿Prerreforma o Reforma? Un ejemplo de renovación eclesiástico-espiritual anterior al movimiento protestante de
1517: Fray Francisco Jiménez de Cisneros y el ordo franciscanus....................................................................... 147
Nuria Álvarez Rodríguez, Mª Laura Bencomo Fernández, Alejandra Calderón Ordoñez, Alejandro
Gámez Mendoza, Victorio Heredero Gascueña, Aarón León Álvarez, Gema Ramos Pérez, Luana
Studer Villazán y Aioze Trujillo Mederos
La recuperación de la memoria histórica en Tenerife. Un estudio multidisciplinar sobre los desaparecidos durante la
guerra civil......................................................................................................................................................... 245
5
HISTORIA DEL ARTE
Josue Ramos Martín, Roberto J. González Zalacaín, Blanca Divassón Mendívil, Javier Soler Segura,
Javier Luis Álvarez Santos, Victorio Heredero Gascueña, Pablo Jerez Sabater, Aarón León Álvarez
y Zebensui López Trujillo
El Aula Canaria de Investigación Histórica (ACIH): primera vista atrás y perspectivas de futuro .................... 533