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DATAS, PROTOCOLOS Y TOPONIMIA ABORIGEN EN LA COMARCA DE TEGUESTE.

SILENCIOS Y APARIENCIAS EN EL PROCESO DE ACULTURACIÓN DE TENERIFE *

Francisco Pérez Caamaño


Javier Soler Segura
Tomás Rodríguez Rodríguez

El análisis histórico requiere investigar múltiples aspectos que afectaron a las


formaciones sociales de cualquier época y ámbito geográfico, siendo uno de ellos (quizás el
más relevante en cuanto a la cantidad y calidad de información que puede proporcionar), el
referido a la documentación escrita. Para la Isla de Tenerife este tipo de fuentes puede
remontarse, con carácter ocasional, al siglo XIV. Se trata de una documentación que
proporciona información sobre las características geográficas y la población aborigen de la
Isla entre los siglos XIV y XV, elaborada por viajeros europeos (castellanos, portugueses,
mallorquines, italianos, franceses, etc.), a partir de relatos de viajes, descripciones, historias
o crónicas que narran diversos hechos e intervenciones militares con el objetivo de
dominar la Isla 1 .
Sin embargo, la producción de documentación con carácter habitual tuvo lugar a
partir de la segunda mitad del siglo XV y, especialmente, a partir de su última década. Se
trata de documentos originados por personas insertas en la sociedad estamental europea
cuyas intenciones eran establecerse en la Isla durante un tiempo indeterminado, lo cual fue
posible a partir de la incorporación de la Isla a la Corona de Castilla después de la
finalización de su conquista en 1497.
Estos documentos son de carácter administrativo, como asientos de datas de
repartimientos de propiedades (esencialmente de carácter rústico), protocolos notariales de
compra, venta y permuta de propiedades, transmisiones patrimoniales mediante testamento
o matrimonio, etc. Esta documentación no fue conceptualizada como fuente documental de

*
Este estudio se enmarca dentro del proyecto, financiado por el Excmo. Ayuntamiento de la Villa de
Tegueste, denominado: “Revalorización Patrimonial del Municipio de Tegueste. Investigación arqueológica del Barranco del
Agua de Dios y su Comarca” (jsolers@gmail.com; atogmatoma@gmail.com; tomasin70@gmail.com)
1 Para disponer de una información más detallada y precisa sobre este periodo en relación con el

redescubrimiento de Canarias por parte de los europeos, puede consultarse la obra de Sergio Baucells Mesa
titulada Crónicas, historias, relaciones y otros relatos: las fuentes narrativas del proceso de interacción cultural entre aborígenes
canarios y europeos (siglos XIV a XVII) (2004).

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relevancia hasta finales del siglo XIX 2 , pero a lo largo del siglo XX fue utilizada con
asiduidad 3 (Soler Segura et al., 2011: 58). En este sentido, el reconocimiento de la
importancia de este tipo de información para el estudio de los procesos históricos
acaecidos en Tenerife entre finales del siglo XV y comienzos del XVI, y los revelantes
datos en ella contenidos, llevará a iniciar al Instituto de Estudios Canarios a partir de 1933
(primero con investigadores como Elías Serra Ràfols, Leopoldo de la Rosa Olivera y
Buenaventura Bonnet Reverón, y posteriormente con otras como Manuela Marrero o
Francisca Moreno Fuentes), la recopilación de numerosos documentos originales, no sólo
relativos a Tenerife, sino a otras islas como Gran Canaria y La Palma, y que viene
agrupándose en lo que generalmente se conoce como Fontes Rerum Canariarum.
Aquí nos interesa especialmente lo que Elías Serra Ràfols inició a partir de la década
de los setenta del siglo XX: la trascripción y sistematización de toda una serie de archivos
documentales que contenían datas de repartimiento de propiedades concedidas por el
primer gobernador de Tenerife tras la conquista, Alonso Fernández de Lugo, y
posteriormente por sus sucesores. En 1979 Serra Ràfols emprendió la primera publicación
de una serie documental que pretendía recopilar y transcribir los antiguos repartimientos de
propiedades del Cabildo de Tenerife que estaban en posesión del Archivo Municipal del
Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna, y que se tituló Datas de Tenerife, contenidas en
los Libros I a IV de las datas originales. En 1988, siguiendo con la misma dinámica, Francisca
Moreno Fuentes transcribe y publica el Libro V de datas originales, y en 1992 la misma autora
publica Las Datas de Tenerife (Libro primero de datas por Testimonio), siendo hasta el momento la
última publicación en relación a este tipo de documentos para la Isla de Tenerife.
Con respecto a la comarca de Tegueste, nuestro objetivo se orienta a elaborar un
primer estudio aproximativo sobre algunos contenidos existentes en las datas de
repartimiento y algunos protocolos notariales 4 , alusivos a toponimia de raigambre aborigen
y a personajes naturales de las islas. Buena parte de esta documentación (esencialmente la
referida a las datas), ha sido sistematizada y actualizada por Francisco Báez Hernández en
su reciente estudio titulado La Comarca de Tegueste (1497-1550). Un modelo de organización del

2 Por ejemplo Juan Bethencourt Alfonso, en su Historia del pueblo guanche (1994 [1912]), utilizó diversa
documentación administrativa de finales del siglo XV y comienzos del XVI como testamentos o datas de
repartimiento, como apoyo documental de sus argumentaciones.
3 Buenos ejemplos son algunos trabajos de investigación de Elías Serra Ràfols y Leopoldo de la Rosa Olivera

(1944), sobre los menceyatos guanches de Tenerife, o Leopoldo de la Rosa Olivera (1956), sobre los menceyes y sus
familias.
4 En este sentido, se ha consultado la publicación de los protocolos notariales que el escribano público

Alonso Gutiérrez elaboró entre 1520 y 1521 (Lobo Cabrera, 1979), y entre 1522 y 1525 (Coello Gómez,
Rodríguez González y Parrilla López, 1980). También se ha consultado la trascripción de los protocolos del
escribano Juan Márquez entre 1518 y 1521 (Padrón Mesa, 1993).

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espacio a raíz de la conquista (2006), en el que el autor, además de transcribir las datas
relacionadas con los repartimientos efectuados en la comarca, establece un marco de
referencia válido para conocer la organización sociopolítica y la estructura económica que
se implantó en el territorio que había conformado el antiguo Menceyato de Tegueste, el cual, a
partir de la conquista, se fragmentó en diversos asentamientos y pagos dependientes del
único Concejo de Tenerife con sede en la nueva ciudad matriz de San Cristóbal de La Laguna.
En las referidas datas de repartimiento y los protocolos consultados, aparecen
diversos topónimos aborígenes relacionados con la adjudicación o transmisión de
propiedades, y si bien una buena parte de ellos se relaciona con topónimos guanches,
producto sin duda de la ocupación y explotación de la zona por éstos antes del proceso de
conquista, otros no parecen vincularse a esa raíz, y así parecen confirmarlo diversas datas.

1. Datas, protocolos y toponimia aborigen relacionados con la Comarca de Tegueste

En la Comarca de Tegueste confluyen, además del territorio que ocupa actualmente


el Término Municipal de Tegueste, las zonas sobre las que se asientan los núcleos de
Tejina, Valle de Guerra, Bajamar y la Punta del Hidalgo, especialmente si se atiende al
periodo histórico situado entre la última década del siglo XV y la primera mitad del siglo
XVI 5 . Este territorio, de forma más o menos precisa, habría conformado una de las nueve
demarcaciones políticas en las que se dividía la Isla de Tenerife al tiempo de la conquista, y
que la historiografía ha convenido en denominar Menceyato de Tegueste. El investigador Báez
Hernández ha llevado a cabo un estudio relacionado con la ocupación y explotación del
territorio que comprendía esta comarca durante la primera mitad del siglo XVI, y en él
realiza un análisis exhaustivo de los principales documentos generados en relación a este
proceso, documentos que transcribe y publica: las datas de repartimiento de tierras y aguas
efectuadas por el primer gobernador de la Isla Alonso Fernández de Lugo, y las incidencias
de las visitas que los gobernadores de la Isla hicieron a la zona en 1542 (San Juan Verdugo),
y 1544 (Álvarez de Sotomayor) (Báez Hernández, 2006: 215-242).

5 No existe una posición clara entre los investigadores acerca de si la zona de La Laguna y Geneto también

formó parte del Menceyato de Tegueste. Según la referencia de Alonso de Espinosa (1980 [1590/1594]: 95), el
lugar en el que se reunieron Alonso Fernández de Lugo y los menceyes del sur (bando de paz), se produjo en
Gracia, que era territorio del Menceyato de Tegueste, lo cual incluiría efectivamente la zona. Sin embargo, la
inclusión o no de esta zona como perteneciente al mencionado menceyato requiere de un análisis más amplio y
exhaustivo que el que aquí se va a efectuar, y por tanto se relega para otro momento.

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De la lectura de las datas de repartimiento pueden extraerse algunas conclusiones
en la relación al poblamiento aborigen del Barranco de Tegueste y, en general, de la Comarca,
menos sin duda de las referencias alusivas a otros territorios de la Isla, como Tacoronte, La
Orotava, Los Realejos o Adeje. Estas indicaciones no suelen ir más allá de establecer una
relación entre la posesión repartida, ya fuera tierras o cuevas, y su antigua pertenencia a
individuos de origen guanche, o en general al antiguo colectivo aborigen que habitó la zona.
En otros casos la referencia se limita a establecer que alguno de los límites de la posesión
repartida es aneja a un lugar antiguamente frecuentado por guanches, ya sea cuevas, campos
o caminos. En otros casos, los más habituales, las referencias se limitan a transcribir
topónimos aborígenes en relación a la denominación de las posesiones que se están
repartiendo.
En el caso concreto de las datas referidas a los repartimientos otorgados en
Tegueste, no existe ninguna referencia a lugares habitados, ocupados o frecuentados por
guanches, ni relacionados con sus prácticas económicas o sociales. Así, las pocas referencias
existentes al mundo aborigen tienen que ver con dos datas otorgadas a repobladores
guanches (Báez Hernández, 2006: 89, 211), y con la mención de algunos topónimos
aborígenes en la comarca, al margen de los ya conocidos de Tegueste y Tejina. En cuanto a las
datas, la primera de ellas se trata de la confirmación de una posesión de tierra de
aproximadamente 23 fanegas en Tegueste, sin más especificaciones, a Fernando Tacoronte, en
octubre de 1503:

O.II.18.LXXXIII, doc. 969


«Juan Martín. El adelantado, don Alonso Fernández de Lugo, Adelantado de las yslas de
Canarya, mando a los repartydores de las tyerras de esta ysla de Tenerife que no tomeys ni deys vn
pedaço de tyerra que Fernando Tacoronte tyene en Tegeste, que son lynde de Jorge Grymon a
la cabezada de Alonso de la Fuente, que son XXIII fanegas de tyerra, antes le anparad y defendé
en ellas por quanto él las ha labrado tres años. Fecha a XIII de otubre de mill DIII años.- El
Adelantado. En XII de agosto de MDVIII. Fernando Tacoronte. Luys Sardina» (Báez
Hernández, 2006: 225).

El apellido indica su procedencia al antiguo Menceyato de Tacoronte, y según Báez


Hernández, pocos años después vendió sus tierras. En cuanto a la segunda data fue
concedida a Gaspar Guanche en abril de 1505, en la zona de Yçooga, topónimo aborigen, en
una cantidad de 50 fanegas en primera instancia, aunque luego el gobernador sólo confirmó
18. Como el anterior, parece que también se deshizo de sus tierras al poco tiempo. Cabe
destacar la importante cantidad de tierras otorgadas a estas dos personas de origen guanche,
pues se trata de algo más de 6 y 5 hectáreas respectivamente. El hecho de que la conquista

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estuviese muy reciente, podría indica que estos aborígenes colaboraron de alguna manera
en la misma, y como recompensa el gobernador les concediese estas datas. Concretamente
estos guanches parece que colaboraron en el proceso de pacificación de alzados una vez
terminada la conquista. Al menos Fernando Tacoronte se situó en la órbita de Guillén
Castellano (aborigen canario y conquistador de Tenerife), teniendo casa en el barrio guanche
del entorno de la iglesia de la Concepción. Tanto Fernando Tacoronte como Gaspar
Guanche encabezaron varias expediciones con el objetivo de pacificar a los alzados, y el
primero de ellos, junto a su hermano Hernando Tacoronte, recibieron también datas en
Heneto, al lado de otras asignadas a guanches de Tegueste como Juana de Tegueste.

T.I.143v
«Registrada en I de abril de MDVI. Yo don Alonso Fernandes de Lugo, Adelantado de las yslas
de Canaria, governador e justiçia mayor de Tenerife e San Miguel de la Palma por el poder que de
sus altezas, tengo para repartir casas e tierras y otros heredamientos de esta ysla, do en veçindad y
como a vesino a vos Gaspar Guanche, vezino de esta ysla, çincuenta fanegas de tierra de
sequero en Tegueste, en Yçooga, abaxo de las tierras de Hernando de Llerena. E mando a los
repartydores que vos las den, e al escrivano vos las asiente en su registro e que de ellas vos dé carta
de repartimiento e donaçión para en guarda e confirmaçión de vuestro derecho. Fecha oy domingo, a
IX de nobienbre año de MDV años. “Que digo que se vos de cahiz e medio de tierra, con tal que no
aya sido dada por mi”. El Adelantado». (Báez Hernández, 2006: 235).

También cabe destacar el repartimiento de tierras en la Comarca de Tegueste a


otros dos grupos de aborígenes, pero en este caso canarios y gomeros (Báez Hernández, 2006:
87-89). En cuanto a los primeros, se cuantifican cinco datas (aunque afectaron sólo a cuatro
personas), implicando unas 127 fanegas (además de diversas cuevas). La mayoría de las
tierras fueron otorgadas en la zona de Pico Bermejo (entre Valle de Guerra y Tejina), y parece
que no quedó rastro de su presencia hacia mediados de siglo. En cuanto a los gomeros, se
contabilizan ocho datas, que afectaron a siete personas, aunque tres de ellas de la misma
familia, con un total de 144 fanegas (y también diversas cuevas y fuentes), principalmente
en el sector montañoso oriental, muy agreste, y cuya dedicación fue principalmente la
ganadería de cabras. Una de ellas es la siguiente:

O.II.16.LXII, doc. 820


«Yo don Alonso Fernandes de Lugo, Adelantado de las yslas de Canaria, e gouernador e justiçia
mayor de esta ysla de Tenerife e de la ysla de Sant Miguel de la Palma, por la reyna doña Juana
nuestra señora, por la presente por virtud de los poderes que de la reyna nuestra señora tengo para
dar e repartir las tierras e heredamientos de esta dicha ysla, fago merçed e repartimiento a vos
Fernando, fijo de Fernando Aguaberqo, vn pedaço de tierra de sequero, que es ençima de
tierras de Juan Perdomo e del risco que dizen zogua, que puede aver hasta cient fanegas de tierra
de sequero, las quales dichas tierras son asy mismo ençima de las tierras de Pedro del Obispo, e

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son dende el risco que está entre las tierras e las de Juan Perdomo, hasta la deçendida de la Punta,
las quales vos doy con su cueva e la fuente que está en la dicha cueva, para vos y para vuestro
hermano Juan Hernández, por juro de heredad para agora e para syenpre jamás, para vos e para
el dicho vuestro hermano e para los que de vos, e por esta mando al escriuano que lo asyente en su
registro del repartimiento. Fecha a quatorze días de mayo de MDVII años. “Digo que vos do a vos
Hernando, hijo de Fernando Avberque, veynte y quatro hanegas de tierra solamente en el
dicho lugar donde disen y por esta mando se vos asyente en el regystro”.- El Adelantado. En syete
de agosto de MDVIII» (Báez Hernández, 2006: 223-224).

Uno de los repartimientos efectuados a pobladores de origen canario, es la siguiente


data, en la que se observa que los dos canarios beneficiados eran criados, es decir, sirvientes,
del gobernador:

O.II.14.XXXVI, doc. 694


«Yo Alonso de Lugo, governador e capitán general de Tenerife y la Palma, por el rey e la reyna
nuestros señores, e por virtud del poder que de sus altesas tengo do a vos Martín Cosme, e a vos
Diego Delgado, canarios, mis criados, vn pedaço de tierra que está en Tegeste abaxo de
las tierras de Hervás, asa la mar, de dos cayses de senbradura devaxo las dichas tyerras, para que
sean vuestras fagays de ellas como de cosa vuestra propya. Fecho a XXIIII de setienbre de MDVII
años.- El Adelantado». (Báez Hernández, 2006: 221).

En cuanto a los topónimos de raigambre aborigen que aparecen citados en las datas
de repartimiento, Báez Hernández (2006: 280), ofrece una relación de 21 términos, que
representan el 37% de todos los topónimos que aparecen en los documentos analizados
por el autor, tanto datas como otros documentos (ibidem, p.: 64). Una buena parte de ellos,
más de la mitad, se concentra en el sector montañoso oriental, menos antropizado, y donde
se asentaron esencialmente pobladores de origen gomero.
En menor proporción se citan topónimos aborígenes en las zonas más pobladas de
la comarca (Tegueste, Tejina y Portezuelo-Tegueste el Nuevo), y en ningún caso hay
topónimos aborígenes relacionados con el Barranco del Agua de Dios. Es más, se puede
observar cómo la mitad (diez), de los topónimos aborígenes clasificados por Báez
Hernández, están relacionados con repartimientos de tierras otorgados a repobladores de
origen gomero, a sus sucesores o que lindaron con tierras de gomeros (Báez Hernández, 2006:
280).

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Tabla I.
Topónimos aborígenes extraídos de las datas de repartimiento relacionadas con la Comarca de
Tegueste entre 1497 y 1550 (Fuente: Báez Hernández, 2006: 280)

POSIBLE FUENTE DE
TOPÓNIMO FECHA LOCALIZACIÓN
ORIGEN REFERENCIA

Montañas
Açades Incierto O.III.25.VIII 08.08.1507
orientales
Ajocorcoroga Guanche F.VII, doc. 486 10.09.1509 Portezuelo-Socorro
O.III.25.VIII y Montañas
Aramuigo Gomero 08.08.1507
XVI orientales
Arequiz Guanche F.VII, doc. 1.104 27.11.1508 Tegueste
Arguayonja ¿Gomero? O.IV.2.VIIII 20.04.1514 Tejina
F. XXXVII, doc.
Arguayoza ¿Gomero? 14.04.1534 Tejina
409
Barranco de los
Guanche T.III.98r 08.07.1497 Tegueste
Hauchones
Ac. I, p. 60 04.08.1503 Montañas
Benehían/Benhía Incierto
Ac. V, p. 103 01.03.1526 orientales
Montañas
Chinamata ¿Gomero? O.III.25.16 08.08.1507
orientales
Montañas
Dartinamara Gomero O.IV.7.XXII 15.12.1513
orientales
Gina Incierto Ac. II, p.206 23.09.1513 Tejina
Rooga Guanche T.III.93r 16.08.1497 Portezuelo-Socorro
Montañas
Taborno Guanche Ac. V, p. 103 01.03.1526
orientales
Tagoro Guanche Ac. V, p. 103 01.03.1526 Punta del Hidalgo
Tamasa Guanche O.I.12.III 26.08.1507 Tegueste
Montañas
Tedixe Guanche T.I.89r 13.10.1504
orientales
Montañas
Tehegente Guanche O.II.17.L 23.10.1501
orientales
Montañas
Tesegre Guanche O.IV.7.XXI 15.12.1513
orientales
Montañas
Tezegid Guanche O.III.25.VIII 07.02.1514
orientales
Yçooga Guanche T.I.143v 09.11.1505 Portezuelo-Socorro
Yesa* Guanche O.I.1.X 10.02.1500 Tejina
Zogua Guanche O.II.16.LXII 14.05.1507 Tejina
* Yesa no está en la relación que Báez Hernández realiza

Un ejemplo de esto es la siguiente data:

O.III.25.XVI, doc. 1.292


«Yo Antón de Vallejo, escribano público y del Conçejo de esta ysla de Tenerife, doy fee e hago
saber a los señores que la presente fe vieren en como en vn libro e registro que por mi presençia
pasó, está vn título oreginalmente su thenor es este que se sygue: Yo, don Alonso Fernandes de
Lugo, Adelantado de las yslas de Canaria, governador e justiçia mayor de esta dicha ysla de
Thenerife e de la de San Miguel de la Palma por la reyna nuestra señora, e por el poder que de

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ella tengo para hazer repartimientos e vezindades en esta ysla de Thenerife, do a vos Francisco
Hara gomero, vezino de esta dicha ysla, en vezindad y repartimiento, quatro cayzes de tierra
de sequero, que son en Chinamata, ençima de Aramuygo, baxo de Açades, las quales vos
do para vos, e para vuestros herederos, para agora e para syenpre jamás. E por esta mondo al
escribano que lo asyente en su registro, e vos do carta bastante de ello. Fecho a ocho a ocho días del
mes de agosto, año de mill e quinientos e syete años. Digo que vos do en nonbre de su alteza
treynta hanegas de senbradura syn perjuizio. El Adelantado. E yo Antón de Vallejo, escrivano
público del conçejo de esta ysla de Tenerife (…)» (Báez Hernández, 2006: 227-228).

Si se analizan los protocolos notariales pertenecientes al escribano público Alonso


Gutiérrez entre 1522 y 1525, se observa también la existencia de pocos datos relativos a la
participación de aborígenes (canarios, gomeros o guanches), en operaciones de compra y venta
de propiedades en Tegueste, o de saldos de deudas. El protocolo más interesante en
relación a este aspecto es el que certifica una operación de compraventa entre una persona
de origen gomero (Juan de Autejo), a Juan Fernández de Tegueste, apellido éste que aún se
conservaba en esta época:

Doc. 1043. Septiembre de 1523, 7: fol. 339 v.


«Pedro Autejo, gomero, vecino, vende a Juan Fernández de Tegueste, vecino, 6 fanegas de tierra de
sequero, en el término de Tegueste, lindantes con tierras de Juan de Almansa, con tierras de
Martín de Espinal, con tierras de Hernando de Llerena, y con el barranco. El precio de la venta
es de 3.000 mrs. de esta moneda, de los que se da por contento y pagado. Testigos.: Silvestre
Pinelo, el bachiller Núñez y Rodrigo Roldán.- Por testigo, Rodrigo Roldán». (Coello Gómez et
al., 1980: 408-409).

Esta recopilación de datos extraídos de fuentes documentales como las datas de


repartimiento, y de algunos protocolos publicados (caso de los de Alonso Gutiérrez), nos
permite realizar un análisis aproximativo en relación a las continuidades y discontinuidades
en la ocupación y explotación del territorio teguestero protagonizado por el colectivo
guanche que ocupó la zona justo antes del inicio del proceso de conquista en 1494, y las
décadas inmediatamente posteriores a su finalización. El objetivo es tratar de dirimir qué
protagonismo tuvieron los guanches en la ocupación y explotación del territorio después de
la conquista; si su importancia fue real, mínima o estuvo oculta; si hubo una mayor
trascendencia de otros colectivos aborígenes de Canarias; y en qué medida, en el caso de
poder determinarse la importancia de la participación de los aborígenes canarios (guanches,
canarios y gomeros), se mantuvieron aspectos de las actividades económicas anteriores a la
conquista.

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2. Silencios y apariencias del proceso de aculturación entre aborígenes y europeos

Tras el análisis de una buena parte de la documentación producida desde finales del
siglo XV hasta mediados del siglo XVI relativa a la Comarca de Tegueste, cabe la
posibilidad de realizar una reflexión en torno al protagonismo que tuvieron los colectivos
aborígenes que se instalaron en ella (tanto guanches, gomeros y canarios), en la ocupación y
explotación de esta parte la Isla una vez finalizado el proceso de conquista. La primera de
las reflexiones atañe al colectivo guanche, pues, por una parte, en los documentos
administrativos analizados existe un importante silencio con respecto a sus actuaciones
económicas dentro de la nueva sociedad que se instaura en la Comarca, aunque por otra
continúan en vigor, adaptado al nuevo sistema de comunicación lingüística que se está
extendiendo (el castellano), una serie de topónimos guanches que se constituyen como
recursos lingüísticos válidos para denominar referencias espaciales. Esto indica, a pesar de
que su contrastación por esta vía resulte compleja, la aparente pervivencia de un colectivo
guanche lo suficientemente relevante como para propiciar la continuidad de ciertas
estructuras lingüísticas, en este caso topónimos, en momentos posteriores a la conquista,
pese a su posterior desaparición cultural.
Según Aznar Vallejo y Tejera Gaspar (1994: 61), tras la finalización de la conquista
de las islas de realengo, los conquistadores ofrecieron, de manera general, mayores
privilegios a los jefes tribales y a sus familiares que al resto de naturales, reservándoles en
algunos casos el título de don, como así hay constancia, por ejemplo, para el mencey de Adeje,
Don Diego de Adeje (Olivera de la Rosa, 1979). Esto implicaba que se les reconocía cierto
papel político de intermediación con el resto de aborígenes. Sin embargo, estos privilegios
no formaron parte en ningún momento de un plan de integración de los guanches en la
nueva sociedad, y mucho menos si se trataba de bandos de guerra como lo fue el Menceyato de
Tegueste. La principal de las obligaciones que debían acatar estos aborígenes era seguir los
preceptos religiosos cristianos, pero tampoco como un programa evangelizador planificado
de antemano, sino como resultado de su dominación mediante las armas (ibídem, p.: 42). En
muchos casos, hábitos alimenticios y costumbres funerarias aborígenes fueron perpetuadas
en el tiempo y, en general, los preceptos y normas de comportamiento cristianas no fueron
asumidas por todos los aborígenes. Ello causó, en diversas ocasiones, gran estupor por
parte de los castellanos, por lo que en algunos casos fueron denunciados ante el Tribunal
de la Santa Inquisición, en otros se les encomendó a familias castellanas para su correcto

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adoctrinamiento y, en otros, de forma general, se cristianizaron sus lugares sagrados con la
imposición de calvarios e, incluso, el levantamiento de ermitas cercanas a los mismos 6 .
Los guanches de los bandos de guerra fueron, en general, esclavizados, aunque, como
afirman Aznar Vallejo y Tejera Gaspar (1994: 60), la conquista difuminó la distinción entre
bandos de paz y de guerra, y el gobernador Alonso Fernández de Lugo efectuó
esclavizaciones indiscriminadas aprovechándose del desconocimiento que los aborígenes
tenían de los procedimientos judiciales que les podían beneficiar, y retrasando o
tergiversando las actuaciones que sus defensores pudieran llevar a cabo. La solidaridad
intergrupal de los guanches, propia de formaciones sociales tribales fundamentadas en
criterios de consanguinidad, fue desarticulada en lo posible, aunque se mantuvieron algunas
costumbres, prácticas y estructuras lingüísticas, que desaparecieron con el paso del tiempo.
Como norma general, aunque con numerosos matices, cuando los guanches
recibieron propiedades en Tenerife tras la conquista, el otorgamiento de las mismas era una
mera confirmación de antiguas posesiones, lo cual favoreció a los jefes tribales (ibídem, p.:
63). Esta situación debe ser aplicable esencialmente a los guanches que pertenecieron a los
bandos de paz, pues los aborígenes de los bandos de guerra fueron esclavizados o
expulsados de su lugar de procedencia. Sin embargo, esto último no sólo afectó a los
guanches de los bandos de guerra, sino también a quienes habían participado junto a los
europeos, ya fuesen guanches o gomeros. Así, Aznar Vallejo y Tejera Gaspar (1994: 64),
exponen que el Concejo de Tenerife trató en varias ocasiones de elaborar proyectos para
expulsar a guanches y gomeros de la Isla, ya que su solidaridad grupal y el manteniendo de
prácticas y actividades anteriores a la conquista podían generar una amenaza seria y poner
en peligro la estabilidad socioeconómica de la Isla.
Pese a los numerosos casos, no fue una cuestión común a todos los miembros de
los colectivos aborígenes instalados en la Isla, pues muchos guanches, gomeros y canarios
solicitaron que no se les aplicase medidas restrictivas. Así, por ejemplo, los canarios
instalados en Tenerife reclamaron en varias ocasiones que se les incluyese en el estatuto de
los castellanos; diversos guanches solicitaron que se les distinguiese de los que vestían
entamarcados y que no se trataban con castellanos, y que no se expulsase a los gomeros que poseían
tierras de cultivo (ibídem, p.: 64).
Con respeto a la Comarca de Tegueste, lo que puede extraerse de la documentación
analizada va en el sentido anteriormente expuesto, aunque pueden realizarse algunas
precisiones que permiten al mismo tiempo ampliar estas consideraciones. Los

6 Resulta frecuente la existencia de calvarios y símbolos cristianos grabados sobre rocas junto a grabados
rupestres y cazoletas y canales de factura aborigen.

106
repartimientos concedidos a guanches en Tegueste se limitaron a dos, los efectuados a
Fernando Tacoronte y a Gaspar Guanche, y que, probablemente, no procedían de la zona
(con seguridad el primero de ellos). Además, ya se ha comentado que Báez Hernández
especifica con claridad que ambos se deshicieron con prontitud de sus tierras, por lo que
no consolidaron una estructura familiar ni un patrimonio rústico en Tegueste. A pesar de
esto, y como queda reflejado en la tabla adjunta, hubo una importante pervivencia de
referencias toponímicas aborígenes en la Comarca de Tegueste, aunque no todas
estrictamente guanches.
En apariencia, y a tenor de la documentación disponible, el análisis que cabría
realizar en relación a la participación en la ocupación y explotación del territorio teguestero
una vez finalizada la conquista por parte de colectivos aborígenes, es aquel que da algún
protagonismo a grupos de canarios y gomeros. En relación a los primeros, sus posesiones se
concentraron en la zona de Pico Bermejo, entre Tejina y Valle de Guerra 7 . Sus tierras se
situaron en las proximidades de uno de los conquistadores más importantes de la Isla, Lope
Fernández de la Guerra que, al parecer, siguió el mismo procedimiento que Alonso
Fernández de Lugo en Los Realejos al concederle también a canarios propiedades en las
proximidades de las suyas; de hecho, en una de las datas se observa que dos de los canarios
beneficiados con estas propiedades en Valle de Guerra eran criados del propio Alonso
Fernández de Lugo. Otros canarios, como Juan de las Casas o Pedro del Hierro, sirvieron en
la conquista de la Isla y, por tanto, podían ser beneficiarios de datas como conquistadores.
Lo más destacable es que, por una parte, los canarios asentados en esta zona de la
Comarca de Tegueste no consolidaron sus posesiones ni crearon producciones
agropecuarias destacadas. Además, en sólo una de las datas referidas a estos canarios aparece
un topónimo de raigambre aborigen (Montaña de Yesa), lo que indica, por una parte, que
las tierras les fueron entregadas sin un conocimiento previo exhaustivo de las mismas sin
conocer la historicidad guanche del paisaje. Por otra, no puede deducirse que entre canarios,
de una parte, y gomeros y guanches de otra, hubiese habido algún tipo de relación,
comunicación, entendimiento o comprensión especial, por lo menos en la Comarca de
Tegueste. Como ya se ha comentado, el mayor interés del colectivo de canarios instalado en
Tenerife fue que los distinguiesen de los demás naturales, y que los considerasen, a todos
los efectos, como castellanos, pues habían tomado parte como conquistadores en la
dominación de la Isla.

7 Aunque uno de estos canarios pidió cuatro fanegas y unas cuevas en el Barranco de Tegueste, que puede
vincularse al Barranco del Agua de Dios.

107
En relación a los gomeros, la reflexión alcanza conclusiones muy diferentes. En
teoría, los gomeros llegaron a la Isla formando parte de los contingentes de conquistadores y
de colonos que acudieron con las huestes de Alonso Fernández de Lugo, aunque su
participación fue bastante limitada si se compara con la de los canarios. Así, por ejemplo, se
observa que de los gomeros que obtuvieron datas en Tegueste ninguno de ellos fue
conquistador, o al menos eso es lo que se desprende de la lectura de las datas, sino colonos,
y alguno de ellos, como Diego López, sirviente de Fernández de Lugo. Varios de ellos
pertenecieron a la misma familia, encabezada por Fernando Aguaberque, y se asentaron en lo
que Báez Hernández define como Montañas Orientales, esto es, en la zona más abrupta de la
Comarca, en torno a la Punta del Hidalgo y las estribaciones occidentales del Macizo de
Anaga.
Aunque se les repartieron hasta 24 fanegas de tierra, teóricamente para sembrar o
simplemente se secano, lo cierto es que, en buena medida, la mayoría de las concesiones
incluyeron también cuevas, y frecuentemente se hace referencia al pastoreo de cabras y a la
elaboración de quesos. Si se tienen en cuenta las características biogeográficas de la zona de
asentamiento más habitual, las Montañas Orientales, se observa precisamente la presencia
de importantes desniveles orográficos y una fisonomía muy abrupta, con escasos espacios
aptos para el desarrollo de prácticas agrícolas, pero con cierta disponibilidad de agua, no
sólo a partir de fuentes y manaderos, sino probablemente en los cursos de los barrancos.
Todo lo anterior indica que las prácticas económicas más destacadas llevadas a cabo por los
gomeros asentados en la Comarca de Tegueste fueron las ganaderas, concretamente el
pastoreo de cabras (aunque ello no implica que no se desarrollasen prácticas agrícolas).
Si se atienden a las reflexiones realizadas por Aznar Vallejo y Tejera Gaspar (1994:
51-55), en relación a la dominación y colonización de la Isla de La Gomera, se observa que
ambos procesos fueron progresivos y duraderos en la Isla, pues la dominación nunca fue
militar sino pactada durante todo el siglo XV hasta las esclavizaciones y revueltas de 1477 y
1488. Esto generó una aculturación de los gomeros muy pausada en el tiempo, lo cual les
permitió continuar con sus modos de vida y sus costumbres tribales de forma más intensa
que en el caso de otros aborígenes canarios. Tal fue así que incluso después de la conquista
de Tenerife, la presencia de gomeros en ésta Isla estuvo en muchas ocasiones sujeta a
reticencias por parte de los nuevos pobladores europeos, incluso canarios muy aculturados,
pues sus modos de vida y sus costumbres resultaban poco adecuadas y decorosas para la
sociedad y mentalidad cristianas. Esto conllevó que en los años de 1505 y 1508 el Concejo
de Tenerife plantease su expulsión de la Isla, pues muchos no se bautizaban, continuaban

108
teniendo nombres gomeros y, en general, no vivían según la moral y el recato cristianos
(ibídem, p.: 52).
Todas estas características se exponen con la intención de contextualizar en lo
posible la presencia de los gomeros en las Montañas Orientales de la Comarca de Tegueste,
zona apta para el pastoreo de cabras y muy parecida en sus condiciones orográficas y
bioclimáticas a la Isla de la Gomera. Pero lo que más destaca del análisis de la información
documental de la zona de Tegueste es lo que se esconde tras la presencia de gomeros en la
zona a tenor de lo observado en las datas y protocolos analizados. Y lo que parece
esconderse es la presencia de un contingente guanche en la comarca (sin precisar su
importancia), que mantuvo relaciones muy fluidas con los pobladores gomeros recientemente
asentados.
Debe recordarse que el Menceyato de Tegueste había sido un bando de guerra y que, en
teoría, muchos guanches fueron cautivados y vendidos como esclavos en mercados
peninsulares y europeos, hasta el punto de que aún se desconoce cuál fue el destino final
del último mencey de Tegueste: si fue vendido como esclavo, si llegó a viajar a la Corte para
rendir pleitesía a los Reyes Católicos o si murió en la contienda. Junto a esto, también
resulta necesario mencionar que tras la batalla de La Laguna, donde los conquistadores,
según Espinosa (1980 [1590/1594]: 107-115) habían obtenido una importante victoria
sobre los guanches confederados del norte, se produjo la extensión de una pestilencia que
acabó con la vida de muchos guanches, siendo los más afectados los menceyatos de Tegueste y
Tacoronte. Según el análisis realizado sobre esta enfermedad contagiosa por Rodríguez
Martín y Hernández González (2005: 124), lo más probable es que los conquistadores
introdujeran el virus de la gripe en la segunda entrada a la Isla, en el invierno de 1494-1495,
lo que afectaría de manera sustancial a los guanches, pues siguiendo las historias de la
conquista, la pestilencia habría sido la causa de la muerte de numerosos naturales en toda la
Isla, pero especialmente entre los bandos de guerra situados al norte.
Sin embargo, y a pesar de estas evidencias que han sido refrendadas por numerosas
investigaciones, la población guanche de diversas comarcas de Tenerife, y entre ellas la de
Tegueste, mantuvo cierta continuidad en la ocupación y explotación de sus territorios de
origen, si bien resulta necesario tener en cuenta que tal continuidad no tuvo en todas las
zonas ni la misma intensidad ni estuvo sometida de forma similar a las presiones de las
élites gobernantes. Así, por ejemplo, en la Comarca de Isora (Chávez Álvarez et al., 2007:
299-306), la intensidad de la pervivencia aborigen fue importante (con una presencia de
gomeros también relativamente llamativa), coincidiendo en este caso con una baja intensidad

109
de la ocupación castellana en la zona. Por el contrario, la presencia europea en Tegueste
puede considerarse destacada, lo que probablemente incidió en una mayor ocultación de lo
aborigen dentro de la nueva sociedad instalada en la Isla.
Pero a través de las datas de repartimiento efectuadas en la Comarca de Tegueste, y
atendiendo especialmente a aquellas en las que los gomeros fueron protagonistas, puede
observarse que es en estas últimas donde aparecen no sólo todos los topónimos de origen
gomero, sino una buena parte de los topónimos de origen guanche. Todo ello permite deducir,
que los pobladores gomeros pronto entablaron relaciones con los guanches que aún quedaron
en la Comarca. En algunos protocolos notariales aparecen guanches de Tegueste
relacionados con gomeros, siendo precisamente la actividad ganadera el elemento que sirvió
de unión. Así, por ejemplo, en el testamento de Diego de Tegueste realizado ante Alonso
Gutiérrez en 1520 se hace constar la relación con distintos gomeros como Juan de Flandes y
Aguaberque:

476.- 1520, septiembre, 18, 630 r


«Ante el doctor Lebrija y escribano, comparece Antón de los frailes y pide se le dé autenticidad al
escrito que presenta por Testamento de Diego de Tegueste porque se hizo en parte donde no
había escribano. En 20 de Septiembre el escribano mostró el escrito a los padres fray Juan de
Villarrasa y Fray Alonso de San Miguel. Presentes como testigos, al tiempo que Tegueste otorgó
testamento. En 30 de agosto de 1520 Diego de Tegueste, hace testamento. Manda que le entierren
en la iglesia Mayor; a la Santa Cruzada 1 real de plata; a las iglesias, monasterios y ermitas 2
mrs de limosna a cada una para ganar las santas indulgencias. 1 dobla de oro a San Francisco
para que le digan 5 misas, 3 al Espiritu Santo y 2 a nuestra Señora; 1 misa de réquiem con su
responso en su entierro; todo ello se ha de pagar de 41 reses; 26 de año arriba y 15 cabritos. Debe
a Fernando, barquero, 3 ½ reales y ½ real del diezmo de la manteca. Deudas que le deben,
Francisco Aula, 1 real; el hijo de Aubrequeve, el menor, 1 real, Juan Perdomo ½ real;
Francisco Flandes 10 mrs, Diego de Armas 1 puerco de 2 años que le vendió a Juan
Ramírez sin su licencia. Manda al señor San Francisco 1 res de limosna. Nombra albaceas a
Antón de los Frailes y Francisco López, su trujimán en el acto de la confesión. Nombra herededor
a un hijo que está en Castilla, en Jérez de la Frontera, si a los dos años no viniera o no supiesen
nuevas de él, que aparten 6 cabras para los hijos de Antón de los Frailes y Francisco López, y a
un hijo de Juan de Tegueste; la mitad de lo que quede sea para la obra de Ntra. Señora de
Candelaria y la otra mitad para su sobrina, hija de su hermana. Que recauden de Juan de
Tegueste, 1 gaveta de palo, 1 cuchara de palo y una camiseta que está en casa de Ana González.-
Ts.- Fray Juan de Villarrasa y Fray Alonso de San Miguel, padres de San Francisco, y Juan
Navarro, natural.- Fray Juan de Villarrrasa y Fray Alonso de San Miguel». (Lobo Cabrera,
1979: 476).

También, el testamento de Juan de Tegueste realizado ante el mismo escribano un año


después, hace alusión a alguna deuda con Francisco Gomero.

110
1.103.- 1521, septiembre, 29: fol . 474r

«Juan de Tegueste, natural, vº, hace testamento. Fórmulas de fé. Manda que le entierren en
la Iglesia de la Concepción, y le digan una misa de réquiem cantada, los 9 días y cabo de 9 días, 1
cabo de año con responso cantado, a la Merced, a la Cruzada y a las ermitas a cada una 2 mrs,
para la obra de Ntra. Sra. De la Concepción 10 mrs. Debe a Francisco Gomero, criado
que fue del Teniente viejo, 2 ½ reales, a Bastián Perdomo guanche, ½ real; a
Juan Lozano 4 ½ reales. Le debe Pedro Martín de la Barquilla 3 ½ doblas de ciertos carnero.
Deja el capote a su tío Pedro, la capa a la madre de su hijo y la camiseta a su hijo. Hace 3 ½
años que tomó a partido de su señor Guillén Castellano, según escritura ante Vallejo, 400
ovejas por 4 años, de las crías él se llevará una parte y Castellano las 2 restantes, con las 400
ovejas vivas el final del tiempo, de ellas se han muerto 40 y por mal recaudo se han perdido 130,
60 serían de las ovejas mayores que recibió a renta y 70 de las crías entre ambos, quedan entre
chicas y grandes 560 ovejas, pero ha dado a su señor 150 reses. Nombra albaceas a su tío Pedro y
a su hermana Juana, y herederos a Juan su hijo y de Catalina.- Ts. Guillén Castellano, Alonso
Castellano, Juan López y Alonso González.- A ruego.- Alonso Perdomo». (Lobo Cabrera,
1979: 1103).

Según los acuerdos del Cabildo de Tenerife analizados por Serra Ràfols (1949) y
correspondientes al periodo de 1497 y 1507, existen al menos dos guanches de Tegueste con
ciertas propiedades en la isla de La Gomera. Uno de ellos, Juan de Tegueste (miembro
probable de la élite aborigen del menceyato), poseyó un rebaño en dicha isla, heredado de su
padre Juan de Tegueste. El otro fue Pero Negrín de Tegueste, guanche de la zona afincado en La
Gomera y con cierta capacidad económica, al que se le permite la compraventa de esclavos,
algo significativo para un aborigen de un bando de guerra en una fecha tan temprana como
1507:

125.- 1507.- Septiembre- 12.- Fol. 155v.


«Francisco de Sepúlveda, vº, vende, trueca y cambia a Pero Negrín de Tegueste, natural de
Tenerife, y vº de la Gomera, presente, una criada esclava suya llamada María de Güimar, natural
de Tenerife, blanca, por una esclava negra llamada Isabel, de unos 20 años de edad, apreciada en
20.000 mrs, y además, 5.000 mrs de la moneda de Canarias, que declara haber recibido. Negrín,
está obligado a casarse con María en el plazo de 8 días a partir de la fecha; en caso contrario, el
contrato no tendrá validez y María volverá a poder de su amo. Ts: Pero Negrín, Fernando
Tacoronte, Gaspar de Betancor y Rodrigo de Baeza». (Serra Ràfols, 1949).

Además, Padrón Mesa (1993) publica varios protocolos del escribano Juan Márquez
realizados entre 1518 y 1521, apareciendo en uno de ellos la siguiente referencia a Juan de
Tegueste, padre e hijo:

111
323.- 1519.- diciembre.-19 Fol. 878r.- Leg594.
«Ante el Lcdo. Sebastián de Brizianos, juez de residencia y Justicia Mayor de Tenerife y La
Palma, en presencia del, esc. y ts., comparece Juan de Tegueste, natural de Tenerife, hijo de
Juan de Tegueste, difunto, y pide un curador para regir y administrar sus bienes y hacienda,
por tener ciertos bienes y ganado en la isla de la Gomera, y en esta isla y ser menor
de 25 años y mayor de 19». (Padrón Mesa, 1993: 323)

Guanches y gomeros compartían no sólo procedimientos similares en relación a las


prácticas ganaderas, sino diversas cuestiones más, como un tipo de hábitat similar, la
explotación de un entorno bioclimático y orográfico muy parecidos, desarrollando unas
técnicas de gestión del medio de fácil reconocimiento por ambos colectivos. Esto facilitaría
que los gomeros se fuese imbuyendo de la dinámica social que los guanches aún conservaban
de su medio, y eso se refleja en la pervivencia de numerosos topónimos aborígenes que
están contenidos en las datas de repartimiento.
Los gomeros solicitaron en Tegueste aquellas tierras similares a las de su lugar de
procedencia (zonas abruptas, barrancos con cuevas, fuentes), y así se refleja en sus datas y
protocolos que los referencian. Al describirlas al administrador que redactaba los asientos,
no sólo le referían demarcaciones espaciales con topónimos en su propia lengua, sino
usando los ya preexistentes de origen guanche, pues los conocían, así como a los segmentos
de grupos sociales guanches que aún circulaban por la zona. Pero como se observa, los
guanches apenas recibieron datas en Tegueste (sólo dos); fueron mayoritariamente para
castellanos, y en proporciones considerablemente menores para portugueses, canarios y
gomeros. Estos pequeños colectivos guanches, quizás compuestos tanto por individuos
semilibres que pastoreaban rebaños de nobles u otros colonos de menor categoría social, o
por aborígenes con una situación jurídica imprecisa y que los hacían invisibles para la
administración, mostrarían a los colonos gomeros la lógica medioambiental de la zona en que
se instalaban, una lógica de la que forma parte inseparable la toponimia.
Probablemente esto no sólo ocurrió con los pobladores gomeros, sino también con
otros colonos de origen castellano o portugués, pues en algunas de sus datas de
repartimiento también aparecen topónimos de origen guanche que continuaron siendo
referencia para las descripciones espaciales. Sin embargo, con el colectivo gomero la relación
debió ser más estrecha. Así, si bien existe una ausencia de individuos guanches con datas en
Tegueste, ello no implica correlacionar de forma directa que tal situación se deba al
despoblamiento total de guanches que pudo haber en la zona tras la finalización de la
conquista, pues frente a esta apariencia, lo que parece producirse es un silencio y una
ocultación administrativa de la presencia de naturales en la Comarca de Tegueste, ya que las

112
datas concedidas a los gomeros y a otros colonos europeos reflejan numerosos topónimos
guanches cuyo conocimiento y perpetuación en el tiempo no se hubiesen producido si no
hubiese habido presencia guanche en la zona, aunque ésta estuviese culturalmente
desarticulada y fuese invisible para la nueva administración.

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Comarca de Tegueste (Tenerife). Tegueste, Gobierno de Canarias-Ayuntamiento de la Villa de
Tegueste, 269 pp.

114
Actas de las IV Jornadas
Prebendado Pacheco
de Investigación Histórica

Roberto J. González Zalacain, Blanca Divassón Mendívil


y Javier Soler Segura (coords.)

Ilustre Ayuntamiento de la Villa de Tegueste

2011
Título:
Actas de las IV Jornadas Prebendado Pacheco de Investigación Histórica

Edita:
Ilustre Ayuntamiento de la Villa de Tegueste

Coordina la edición:
Roberto J. González Zalacain, Blanca Divassón Mendívil y Javier Soler Segura

Imprime:
Airam Hernández Rodríguez

ISBN:
978-84-938791-0-5
José Manuel Molina Hernández
Saluda ...................................................................................................................................................................7

Mª de los Remedios de León Santana


Presentación ...........................................................................................................................................................9

Juan Manuel Bello León y Roberto J. González Zalacain


Las Jornadas Prebendado Pacheco de Investigación Histórica: una iniciativa única en la historigorafía canaria ......11

PREHISTORIA, ARQUEOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA

Nuria Álvarez Rodríguez y Jorge Pais Pais


Los yacimientos funerarios Benahoaritas en las antiguas demarcaciones territoriales de La Palma..........................17

Alejandra Calderón Ordóñez


Los estudios de ADN antiguo: Algunas implicaciones del trabajo interdisciplinar.................................................43

Jorge Machado Gutiérrez


Nuevas perspectivas para el estudio histórico de grupos cazadores-recolectores a partir de la producción lítica...........63

Aioze Trujillo Mederos y Juan Manuel González Toledo


Tafonomía de Alta Montaña: Aproximación multidisciplinar al estudio de restos parcialmente conservados .........71

Francisco Pérez Caamaño, Javier Soler Segura y Tomás Rodríguez Rodríguez


Datas, Protocolos y Toponimia aborigen en la Comarca de Tegueste. Silencios y apariencias en el proceso de
aculturación de Tenerife ........................................................................................................................................97

Francis Elena Uriana Portillo


Pasado y presente del pueblo indígena Wayuu .................................................................................................... 115

ANTIGUO RÉGIMEN

Javier Luis Álvarez Santos


Los portugueses en Tegueste durante la Edad Moderna: Una primera aportación............................................... 131

4
Alberto Pérez Camarma
¿Prerreforma o Reforma? Un ejemplo de renovación eclesiástico-espiritual anterior al movimiento protestante de
1517: Fray Francisco Jiménez de Cisneros y el ordo franciscanus....................................................................... 147

Gustavo A. Trujillo Yánez


Los milagros de la imagen de Nuestra Señora del Pino de Teror (Gran Canaria). Tipología y contexto
histórico............................................................................................................................................................. 167

Belinda Rodríguez Arrocha


Escenas de la cotidianeidad: Tegueste en el siglo XVIII..................................................................................... 201

HISTORIA CONTEMPORÁNEA Y ACTUAL

Ramón Álvarez Arvelo


El testamento de Domingo González Rodríguez (1847).................................................................................... 231

Nuria Álvarez Rodríguez, Mª Laura Bencomo Fernández, Alejandra Calderón Ordoñez, Alejandro
Gámez Mendoza, Victorio Heredero Gascueña, Aarón León Álvarez, Gema Ramos Pérez, Luana
Studer Villazán y Aioze Trujillo Mederos
La recuperación de la memoria histórica en Tenerife. Un estudio multidisciplinar sobre los desaparecidos durante la
guerra civil......................................................................................................................................................... 245

Jesús de Felipe Redondo


Ciudadanía social, formación del Estado y movimientos sociales en España (1840-1914).................................. 257

Alejandro de León Burgos


Educación y pensamiento: principales reflexiones de José Cabrera Díaz.............................................................. 273

Néstor García Lázaro


La ciudad etiquetada. Los casos de La Laguna y Santa Cruz de Tenerife......................................................... 281

Aarón León Álvarez y Victorio Heredero Gascueña


Aproximación al papel del historiador en el proceso de recuperación de la memoria histórica en España.............. 309

5
HISTORIA DEL ARTE

Pablo F. Amador Marrero y Carlos Rodríguez Morales


San Marcos de Tegueste y el escultor Lázaro González de Ocampo ................................................................... 333

Noemi María Feo Rodríguez


La presencia de la Transvanguardia italiana en Canarias en la década de los ochenta ........................................ 365

Pablo Jerez Sabater


Algunas aportaciones sobre el patronazgo artístico en La Gomera en el siglo XVIII.......................................... 415

Juan Alejandro Lorenzo Lima


Espacios para el ocio en la ciudad del siglo XIX. Fernando Estévez y la alameda de La Orotava ..................... 425

HISTORIA: FUENTES, METODOLOGÍA, DIVULGACIÓN E INNOVACIÓN CIENTÍFICA

Agustín Dorta Rodríguez y Catherine M. Täger Pérez


El vino en Canarias como recurso de promoción turístico. Desde la literatura inglesa al enoturismo..................... 463

Javier Gutiérrez Mesa


SIRES: Una herramienta para el estudio de poblaciones. El caso de Tegueste.................................................... 489

María Jesús Luis Yanes y Juan Elesmí de León Santana


Aproximaciones al estudio del Tegueste de mediados del siglo XIX a través de los amillaramientos .................... 499

Josue Ramos Martín, Roberto J. González Zalacaín, Blanca Divassón Mendívil, Javier Soler Segura,
Javier Luis Álvarez Santos, Victorio Heredero Gascueña, Pablo Jerez Sabater, Aarón León Álvarez
y Zebensui López Trujillo
El Aula Canaria de Investigación Histórica (ACIH): primera vista atrás y perspectivas de futuro .................... 533

Jesús Emiliano Rodríguez Calleja


Metodología para la explotación demográfica de los registros parroquiales ........................................................... 543

Blanca Divassón Mendívil y Javier Soler Segura


Conclusiones de las Jornadas.............................................................................................................................. 580

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