Вы находитесь на странице: 1из 3

Biotecnología y bioeconomía en México

Por el C.D. José Antonio Carballo Junco


Unitec
Director médico y editor Odontólogo moderno®

La biotecnología es una actividad trans y multidisciplinaria, sustentada en el


conocimiento de avanzada de varias ramas del conocimiento como la
bioquímica, la microbiología y la ingeniería, entre otras.
La biotecnología busca utilizar organismos vivos, sus productos o sus partes,
para satisfacer demandas sociales en diferentes sectores: salud, industria
químico farmacéutica etc. En realidad, la biotecnología no tiene nada de nuevo.
Se sabe que se han utilizado organismos vivos para satisfacer necesidades
desde tiempos antiguos, por ejemplo, procesos como los de la fabricación de
pan y bebidas alcohólicas datan de fechas muy remotas. Realmente como
trabajos biotecnológicos del pasado es posible señalar los de Jenner y
Pasteur, que de algún modo son los padres de la biotecnología, en 1780y
1880, respectivamente, en los cuales utilizaron virus atenuados para la
producción de las primeras vacunas. También es importante señalar los
trabajos de Fleming, gracias a los cuales se entiende que existen sustancias
antimicrobianas producidas por organismos vivos que pueden matar a otros
organismos vivos, siendo la penicilina la primera sustancia antibiótica que se
posicionó en el mercado.
Gracias a medicamentos biotecnológicos, la esperanza de vida de la población
mundial se incrementó de manera extraordinaria en el siglo pasado; de entre
40 y 50 años a entre 70 y 80 dependiendo del país. Entonces, fue el uso de
sistemas vivos, sus partes y sus productos, que hoy se tiene mejor vida y
mejores elementos para contender con diferentes problemáticas en el área de
la salud, la alimentación y la industria.
A partir de los años cincuenta, con el descubrimiento de la estructura del ADN y
gracias al trabajo de Watson y Crick, se entiende que la información genética
reside en esta sustancia y la usa la célula para, a partir de ahí, generar
herramientas celulares como las proteínas para llevar a cabo la mayor parte de
las funciones celulares. Estas proteínas, junto con las técnicas de ADN
recombinante que aparecen en los setentas, representan el conocimiento que
se tiene de la célula viva.
En esta misma época, se empezaron a utilizar estas herramientas para aislar
material genético de diferentes orígenes, gracias a lo cual, se tiene la
posibilidad de modificar el organismo a voluntad en diversos aspectos para el
desarrollo de transgénicos genéticamente modificados que, como primer
impacto, se utilizaron en la producción de proteínas humanas en bacterias. La
insulina fue el primero de estos transgénicos, seguida de la hormona de
crecimiento y varios interferones con los que hoy se cuenta en las farmacias.
Anteriormente, un número importante de estos productos, usados para paliar
ciertas enfermedades, no se podían obtener en grandes cantidades
comerciales, dado que se tenían que obtener del cuerpo humano. Hoy es
posible orientar estos genes humanos al introducirlos en diferentes organismos;
a partir de esto, se pueden producir proteínas humanas y animales no solo
para medicar a los seres humanos, y todo ello gracias a la apertura de este
nuevo paradigma traído por la ingeniería del ADN recombinante, la cual
permite, a diferencia de lo que se tenía antes, diseñar organismos y
construirlos de manera específica para que se produzcan proteínas y otras
moléculas importantes para diferentes usos en beneficio de la sociedad. En
particular, hay que señalar que México es un país de extraordinaria
biodiversidad y una riqueza que, si se usa de manera responsable e inteligente
para generar nuevos productos biológicos, realmente será posible dar un
importante valor agregado en muchas áreas. Hoy ya se cuenta con la
posibilidad de tener mejores medicamentos y herramientas para contender con
diversos problemas en diferentes áreas. Entonces, es claro que la
biotecnología es una gran oportunidad para México, en la medida en que se
cuenta con esta diversidad. En la Academia Mexicana de Ciencias, asociación
integrada por cerca de 2000 académicos en diferentes lugares del país, se ha
trabajado en el tema desde hace ya varios años. Esta institución cuenta con un
Comité de Biotecnología integrado por 20 profesionales de la disciplina
provenientes de diferentes instituciones, en el cual se han elaborado
documentos de biotecnología que han permitido definir las áreas de
oportunidad de esta rama del conocimiento en nuestro país, además que ha
brindado apoyo al Congreso de la Unión para la creación y elaboración de la
Ley de Bioseguridad para el Manejo de Organismos Genéticamente
modificados, que constituye el marco jurídico para el manejo responsable de
esta clase de seres vivos. Si bien hace falta perfeccionarlo, tiene las cualidades
necesarias que permiten un funcionamiento responsable en la intervención con
organismos genéticamente modificados. México tiene que desarrollar y
consolidar la biotecnología moderna, contar con centros de mayor nivel y
capacidad y promover la formación de un capital humano altamente capacitado
en el área de la biotecnología, formando profesionales en el área de
biosimilares y productos biotecnológicos. Simultáneamente debe tomarse en
cuenta la relación directa que se establece entre la fármaco-economía y los
productos biotecnológicos, los biosimilares o biocomparables en cuanto a la
reducción de costos de tratamiento o en la atención de un padecimiento
específico.
Los medicamentos biotecnológicos han revolucionado la manera de combatir
las enfermedades, y consisten en utilizar procesos biológicos y los productos
que derivan de ellos para mejorar la salud de los seres humanos. En la
actualidad no solo es importante contar con una mayor cantidad de
medicamentos, sino también mejorar la calidad que algunos tienen para que
sean innovadores, más específicos, precisos y predecibles, para que ofrezcan
mayor seguridad con menores efectos secundarios. De ser así, podrían
generarse ahorros potenciales para las instituciones y obviamente para los
pacientes que puedan adquirir este tipo de medicamentos. Sin discutir si los
medicamentos biotecnológicos son más baratos o caros, uno de los rasgos que
éstos han tomado, por lo menos en las primeras etapas es su mayor precio,
pero también se deben considerar los beneficios clínicos y terapéuticos que
tienen, y que generan ahorros económicos de forma directa por tener un nivel
superior de respuesta terapéutica. Rápidamente surge la pregunta: si los
biosimilares también podrán reducir costo al aumentar su eficacia. Por principio
de cuentas, hay que reiterar que los temas de sustitución y la
intercambiabilidad están todavía por verse, pues requieren costosos estudios
de inmunogenicidad para probar su eficacia y seguridad frente a la autoridad
regulatoria. Al día de hoy, tenemos biomedicamentos de innovación con alto
beneficio, de precio elevado y con escasas alternativas de intercambiabilidad.
La fármaco-economía busca comparar los costos y las consecuencias clínicas
de las intervenciones en salud para una determinada enfermedad. Entonces, lo
que puede hacer es identificar todos los costos asociados a un medicamento
que se den en el corto, mediano o largo plazo, para así identificar si contiene
ahorros potenciales para las instituciones de salud o los pacientes.
En conclusión, la fármaco-economía debe ser un instrumento para evaluar los
medicamentos biotecnológicos y biocomparables en México. No solo es
importante conocer la seguridad y la eficacia de estos fármacos, sino su valor
en la práctica médica y odontológica. Observar únicamente los precios de los
medicamentos biotecnológicos es un error y limita la capacidad para tomar
decisiones apropiadas, pues los mayores ahorros se observarán en aquellas
intervenciones que sean costo-efectivas a corto, mediano o largo plazo.

Вам также может понравиться