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Una biblioteca velada detrás de un museo.

El caso de la
Biblioteca Raúl A. Cortazar.

Ezequiel Canavero

Buenos Aires. Diciembre 2009.

Abstract

1
El presente trabajo intentará investigar una serie de
presupuestos que están presentes en las concepciones de los
usuarios de la Biblioteca Raúl A. Cortázar perteneciente al
Museo Etnográfico de la ciudad de Buenos Aires. Las líneas
teóricas de abordaje a la problemática de los usuarios y el
papel de las instituciones públicas estarán centradas en
variadas corrientes de investigación, desde la Gestión
Cultural, pasando por la Antropología Social y la
Etnografía. El acercamiento a las prácticas culturales y
estéticas supone, desde la perspectiva que se intenta
esbozar aquí, concebir la producción cultural como una
relación crítica específica con respecto a las condiciones
de su época. Es decir que, en el intento por superar un
acercamiento interno meramente formal de los materiales, la
búsqueda debe dirigirse a enunciar respuestas –o mejor, a
producir nuevos interrogantes- acerca de los modos de
constitución, legitimación y funcionamiento del mapa de
significaciones posibles de cierta práctica cultural,
siempre articulada con experiencias socialmente compartidas
dentro de configuraciones culturales insertas en un devenir
histórico.

Estaremos diagnosticando los problemas y buscando


herramientas y estrategias para lograr que las dos
instituciones sean parte de un mismo conglomerado cultural.

2
A las estrellas que guían mi camino: Verónica, Violeta y
Maite

Agradecimientos:

3
Mi reconocimiento y gratitud a todos los que colaboraron,
por su disposición, hacia mi trabajo. Debo agradecer de
manera muy especial al Personal del Museo Etnográfico. Muy
especialmente a la responsable del Programa de Público
General: Verónica Stáffora.

Introducción

4
"En esta tierra del error, uno no se
encuentra jamás 'aquí', sino siempre
'lejos de aquí'"
Maurice Blanchot
El acercamiento a las prácticas culturales y estéticas
supone, desde la perspectiva que se intenta esbozar aquí,
concebir la producción cultural como una relación crítica
específica con respecto a las condiciones de su época. Es
decir que, en el intento por superar un acercamiento
interno meramente formal de los materiales, la búsqueda
debe dirigirse a enunciar respuestas –o mejor, a producir
nuevos interrogantes- acerca de los modos de constitución,
legitimación y funcionamiento del mapa de significaciones
posibles de cierta práctica cultural, siempre articulada
con experiencias socialmente compartidas dentro de
configuraciones culturales insertas en un devenir
histórico.

Esta perspectiva, desde luego, excede el ámbito específico


de la museología, pero intenta acercarse a ella teniendo en
cuenta las complejas interacciones internas entre ciertas
estrategias y dispositivos. Es decir, advirtiendo los
vínculos entre producción cultural e instituciones que se
adaptan, se apartan y regresan a métodos usados por sus
predecesores específicos, en períodos y sociedades
particulares. En esta concepción, por supuesto, deben
contemplarse las condiciones de producción y la recepción
de estos materiales, sin considerar las muestras
museográficas como entidades carentes de relación con
aquello que está por fuera de su estructura, sino como
artefactos cuyos marcos y condiciones de funcionamiento los
determinan y son a su vez determinados por ellos.

Cap I. Usuarios y Biblioteca.

5
“La concepción del otro remite al concepto
mismo de civilización y por ende al de cultura, al
choque y confrontación que se produce en el encuentro
con los otros, desde entonces y hasta nuestros días”

Beatriz Rodríguez Villafuerte

En la década de 1870 el arquitecto Pedro Benoit construyó,


en la calle Moreno 350 de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, un edificio de estilo historicista italianizante
para la nueva sede de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Buenos Aires. El arquitecto Daniel
Schávelzon afirma que "...el proyecto reunía los rasgos
característicos de la composición académica: fachada
retirada, elevación del terreno, simetría, acceso
imponente, remate central superior, alegorías, capiteles de
orden compuesto. El interior se centraba alrededor de un
patio abierto, hoy techado, con aulas alrededor, oficinas
de administración y un pequeño primer piso. Atrás, un
jardín permitía el acceso al ala posterior, destinada a la
biblioteca. Cabe destacar que el pórtico de esa biblioteca
es de excepcional calidad, quizá parte de lo mejor logrado
en todo el edificio". A principios del siglo XX se levantó
en el jardín interior un pabellón prefabricado de madera,
que es uno de los pocos ejemplos de este tipo de
construcción que quedan en la ciudad. Una modificación
posterior de la fachada -que cerró dos vanos de la entrada
y estrechó la escalera- fue respetuosa de las líneas del
proyecto original. Se cubrió el patio central y, en otras
intervenciones menos afortunadas, se incluyeron
cerramientos de hierro y vidrio y se agregaron
construcciones precarias, tanto en el primer piso como en
el jardín. En la última década se ha desarrollado un
proyecto sistemático para revalorizar el edificio, con la

6
intención de adecuarlo de manera racional a las funciones
de un museo universitario moderno.
Hoy en día el edificio ubicado en la calle Moreno 350,
alberga al Museo Etnográfico “Juan B. Ambrossetti” y a la
Biblioteca Raúl A. Cortázar. (Véase Anexo II)
La biblioteca Raúl A. Cortázar posee buenas colecciones
clásicas de antropología, material actualizado de
arqueología americana y arte precolombino, clásicos de
antropología social y de folclore, textos de viajeros y de
etnografía argentina y americana. Está abierta a todo
público con la única restricción de las limitaciones del
espacio. Tiene servicio de préstamo a domicilio para
docentes, graduados y alumnos de la Facultad de Filosofía y
Letras e investigadores del Conicet, con carné de la
Biblioteca Central.

El Museo Etnográfico es una institución dedicada a la


investigación, difusión y conservación del patrimonio
histórico y antropológico, desde la perspectiva de los
procesos sociales y el respeto por la pluralidad cultural.
Posee vastas colecciones de arqueología, etnografía y
antropología biológica. Aunque se ha interesado
principalmente en las poblaciones aborígenes del actual
territorio argentino y de otras áreas del continente
americano, ha valorado también objetos procedentes de
diversas partes del mundo.

El acervo arqueológico proviene en su mayoría del noroeste


argentino y la Patagonia y en gran medida fue reunido por
las investigaciones sistemáticas organizadas y financiadas
por el propio museo desde su fundación. Pero incluye un
fondo antropológico más amplio, representativo de lo que a
principios del siglo XX se denominaba el "mundo primitivo":
alfarerías y tejidos de los Andes, vasos de la Grecia

7
clásica, ofrendas funerarias centroamericanas y hasta
cerámica prehistórica del actual Japón.

El área de antropología biológica dispone de unas 10.000


piezas óseas de individuos de diferentes poblaciones y
algunos cuerpos momificados.

Las colecciones etnográficas corresponden principalmente a


la cultura material de los grupos étnicos que han poblado
lo que hoy es el territorio de la Argentina. También
abarcan bienes de otras sociedades: arte plumario del
Chaco, cerámica de los indios pueblo, tallas africanas y de
la isla de Pascua, piezas de Oceanía, objetos de culto de
diversas religiones.

En la actualidad es la sede de varios grupos de


investigación de la Facultad, del Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas y de otras
instituciones.

Los usuarios de la Biblioteca Raúl A. Cortazar perciben a


la institución escindida del lugar que las cobija: el Museo
Etnográfico, perteneciente a la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad de Buenos Aires.

Esta visión por parte de los usuarios a la Biblioteca


derivaría de las políticas institucionales desde el
interior de la institución o de la consideración
diferencial entre los documentos del acervo de la
Biblioteca como fuentes de información más valiosos en
detrimento de los objetos que conforman las colecciones de
los depósitos del Museo Etnográfico.

8
Cap II. Los límites de un Museo.

"Para los fines de este Museo, que son a la vez


didácticos y de investigación, cualquier objeto
producto de la industria del hombre primitivo o
de cultura exótica llenará un vacío"
Juan B. Ambrosetti

Marta Dujovne plantea que, en su búsqueda de


legitimación, las nuevas naciones, particularmente en
América, constituyeron museos históricos como “forma de
incorporarse al ‘mundo civilizado’, al tiempo que
‘elegían’ su historia, recortaban el pasado de acuerdo al
proyecto de país que querían construir. Los museos fueron
un lugar para afirmar la idea de nación”1, para exhibir el
patrimonio, consagrar y celebrar la propia historia.
Diferentes autores han reflexionado sobre el valor asignado
a los bienes resguardados en los museos. Krzysztof Pomian2
plantea que, por un lado, al incorporarse a una colección
se suspende su circulación dentro del mercado y se anula su
valor de uso pero, por otro, la protección especial a la
que son sometidos los ubica como objetos preciosos. Es
decir, mientras pierden su valor de uso inicial, su valor
de cambio aumenta notablemente por su sola categorización
como bien museológico.
Desde otro campo disciplinar, el director teatral Pompeyo
Audivert analiza también los mecanismos que se ponen en
juego en los museos de una manera muy crítica: “El museo es
una máquina mamotrética de designificación; su
funcionamiento es muy simple: consiste en llevar unas
partículas insignificantes al grado de signo de
señalización de una época histórica. Se endiosa la
partícula, se la vacía de su sentido histórico, se le
1
Dujovne, Marta. “Una visita al Museo Histórico Nacional”. En Entre musas y musarañas. Buenos
Aires: FCE, 1995. Pág. 111.
2
Pomian, Krzysztof. Collectionneurs, amateurs et curieux. París: Éditions Gallimard, 1987.
Traducción Claudia Amigo.

9
asigna un carácter religioso y se la transforma en mito;
esta operación se produce poniendo un objeto y un cartelito
sobre una base, tarima o vitrina iluminada (nada más
fácil”3. En los museos de historia el mito es el origen de
la nación y los objetos sacralizados a partir de su
exhibición los bienes más ligados a los eventos y
personajes protagónicos.
Los museos intentan, además, generar consenso sobre el
significado de los objetos que exhiben para crear, discutir
o fortalecer ciertas identidades. Pomian considera que
toman el lugar de la iglesia como espacio donde todos los
miembros de una sociedad pueden celebrar un mismo culto
integrador: "aquel donde la nación se hace al mismo tiempo
sujeto y objeto"4. Incluso los objetos que vienen de otras
sociedades o de la naturaleza se integran como mérito de la
nación que los ha recogido y ha intermediado para que
artistas, sabios y exploradores reconozcan su valor y se
sacrifiquen para obtenerlos, adquirirlos y preservarlos.
Cameron Duncan analiza también una continuidad entre museo
y templo religioso: "…por sus funciones, está
sociológicamente mucho más cerca de la iglesia que de la
escuela. Ofrece la oportunidad de reafirmar la fe: es un
lugar de experiencias privadas e íntimas, aún cuando las
compartamos con otros. De manera conceptual, es en el
templo de los museos donde podemos ver nuestra experiencia
personal de vida representada en un contexto5.
Contemplación, veneración, creencia, ejemplificación, valor
ético y estético son algunas de las cualidades y actitudes
que se desprenden de la selección e inclusión de ciertos
objetos escogidos en un espacio de resguardo museístico.
Las concepciones sostenidas en cada contexto son parte del

3
Audivert, Pompeyo. “Museo ocultismo”, en Funámbulos, a.4, Nº 15, Buenos Aires, junio/julio de 2001,
pp.18-19
4
Pomián, K. op.cit. p.56
5
Cameron, Duncan: “Le musée: un temple ou un forum” en Vagues. Une anthologie de la nouvelle
muséologie 1. Lyon: Diffusion Presses Universitaires de Lyon, 1992. Traducción de Claudia Amigo.

10
modo de pensar el museo y asignan también un
posicionamiento a los visitantes y validan o establecen un
tipo de relación con los discursos históricos.
Una reliquia es un bien, un cuerpo o parte de él que se
convierte en digno de veneración por pertenecer o haber
estado en contacto con un santo. Pomián también reconoce
como reliquias los objetos que se encuentran en lugares de
culto y destaca, en particular, las imágenes de dioses o
santos por su doble representación de lo sagrado y del
pasado: "representan lo sagrado porque se supone que
provienen de una persona que tiene su lugar en la historia
sagrada" (1987: 33). Plantea además su posición de
intermediarias pues relacionan al observador con lo
invisible, con lo sagrado.
Néstor García Canclini denomina esta tendencia como
conservadurismo patrimonialista y considera que su objetivo
es naturalizar ciertas formas culturales y tornarlas
inmutables. Los museos, junto a las conmemoraciones y los
monumentos, son los espacios de ritualización cultural y
legitimación de un modo de organización social, política y
económica: "Se celebra el patrimonio histórico constituido
por los acontecimientos fundadores, los héroes que los
protagonizaron y los objetos fetichizados que los evocan.
Los ritos legítimos son los que escenifican el deseo de
repetición y perpetuación del orden"6. El museo se erige
como espacio ceremonial que resguarda la esencia de la
nacionalidad desconociendo los procesos de selección
cultural, ocultando disidencias y visiones alternativas
apelando a un orden natural, trascendente y, por ende,
inmodificable.
Desde la perspectiva del público, el museo, pensado como
espacio para fieles, pierde eficacia entre los no iniciados
pues, como señala Dujovne “los visitantes pasan así de una

6
García Canclini, N. op.cit. p.153

11
sala a otra culpabilizados por su ignorancia e intentando
aferrarse a unas pocas imágenes conocidas”7. Es decir, el
Museo Etnográfico apela a quienes ya conocen la historia,
los hitos y los símbolos habitualmente destacados y
refuerza la narración del pasado difundida del sistema
escolar. Pero, como contraparte, se presenta como
incuestionable y resulta difícil de descifrar para el resto
de los visitantes que poco saben de dicho relato.

Cap III. Objetos y Sujetos.

La civilización me abandona poco a poco.


Empiezo a pensar con sencillez, a no sentir más
7
Dujovne, Marta op.cit.

12
que poco odio por mi prójimo (...) Huyo de lo
ficticio, entro en la naturaleza.
Paul Gauguin

La noción de ciudadanía como status se ancla en el derecho


positivo y en cómo éste define, restringe o extiende
derechos civiles, sociales y políticos a determinados
sectores de la población nativa o residente en un
territorio políticamente unificado. Siguiendo a Susana
Villavicencio8, la ciudadanía es considerada como un
conjunto de derechos civiles y políticos que se hayan
distribuidos en los diferentes códigos y que son asignados
a partir de la pertenencia a la comunidad política. El
status de ciudadano tiene así un triple registro político,
civil y nacional, puesto que desde la modernidad la
pertenencia es a un estado-nación. No es esta la única
forma de entender la ciudadanía Norman Wayne plantea este
concepto enfatizando en la acción política más que en el
status, en donde aparece la ciudadanía como una praxis en
defensa del bien público colectivo. Desde esta perspectiva,
no es tanto en los códigos sino en las acciones y en los
discursos que encontramos el significado de la ciudadanía.
Así, la praxis ciudadana la llevan adelante los sujetos
independientemente un status positivo de ciudadano, tal
como ocurrió con el movimiento de las sufragistas y con los
obreros extranjeros y anarquistas en la Argentina de
principios de siglo.
Aplicadas a las concepciones museológicas actuales, estas
dos formas de pensar el concepto y las prácticas de la
ciudadanía permiten leer ciertas disputas en torno a lo
político en una clave que va más allá de las posiciones
conquistadas o retenidas por actores subalternos o

8
Villavicencio, Susana. El ciudadano (im)posible: ciudadanos y extranjeros en la Argentina del
Centenario. Ponencia presentada al IV Congreso Nacional de Ciencia Política, Sociedad Argentina de
Análisis Político. Buenos Aires, 17 al 20 de noviembre de 1999.

13
hegemónicos. Pensar a la ciudadanía como status y como
praxis, y a los contendientes intentando anclarla en un
polo o en el otro, permite recuperar el lazo que va de la
communitas a la polis, del ethnos al demos. Los argumentos
que emplean para sostener sus acciones y propuestas dejan
entrever las especificidades del “nosotros” desde el que
enuncian, las relaciones que pueden existir entre ese
“nosotros” y la sociedad mayor -donde existen muchos
“otros”-, y la manera en que lo político puede usarse para
articular, expandir, defender y legitimar no sólo los
intereses, sino la naturalidad de las clasificaciones que
ordenan la sociedad y definen su nexo con lo político. La
hipótesis que orienta esta mirada es que es justamente en
la recuperación de este lazo donde es posible pulsar la
construcción de las legitimidades que convierten a la
figura del ciudadano en inclusiva y excluyente, en
universal y nacional, en formal y sustantiva
simultáneamente.
Cuando a través de la figura del ciudadano y de los derechos
de ciudadanía (entendidos como status y como praxis) se
buscó domesticar, anular, conservar o incorporar al espacio
de lo político entendido en sentido amplio a diversos
“otros” previamente excluidos (los obreros, los extranjeros,
las mujeres, etc.), la alteridad de todos estos otros cobra
una nueva dimensión. En un contexto en que la legitimidad en
el espacio de lo político, y más aún el ejercicio de los
derechos políticos, difícilmente podía pensarse para sujetos
que no se ajustaran al nosotros (varón, blanco, civilizado,
nacional, republicano, liberal), la explicitación de la
alteridad y sus usos resultaban imprescindibles para
demarcar y sostener fronteras internas que preservasen la
exclusividad de un único lugar/sujeto legítimo de
enunciación de lo político.

14
Luis Gerardo Morales Moreno considera que el “el desarrollo
histórico del museo público tiene que entenderse como la
consecuencia de una serie de factores interrelacionados,
incluyendo la idea moderna de progreso y la emergencia de
‘la idea de la historia como ciencia’. La habilidad de
colocar objetos en contextos organizados a menudo significó
un control sobre el pasado, con un énfasis en lo lineal,
didáctico y narrativo”9. Este ordenamiento e inclusión
selectiva, sin embargo, han sido frecuentemente negados
apelando a la inherente objetividad de los bienes
expuestos.
La presentación de los objetos como neutrales no ha sido
una práctica privativa del MHN. En este sentido, Eilean
Hooper-Greenhill describe: “Los objetos son el resultado de
procesos sociales, muchos de los cuales han provocado la
explotación de seres humanos o han sido conflictivos. En
los museos esto se ignora o se disfraza ubicando los
objetos en un entorno aparentemente neutral y objetivo,
creado y mantenido a través de las palabras que le
proporcionan el contexto”10. Su exhibición como entidades
aisladas con una existencia de hecho, sin indagar sobre
cómo y por quiénes fueron elaborados o utilizados,
dificulta ubicarlos como productos de una determinada
dinámica socioeconómica.
En un libro publicado hace 10 años, Eilean Hooper Greenhill
observaba la aceptación por parte de los museos de su no
neutralidad y del potencial de acercar el discurso
museográfico a otras narrativas: “Igual que el cine, la
televisión o la literatura, (que) construyen imágenes del
presente y el pasado, las exposiciones y otros “productos”
de los museos también lo hacen. Han llegado a ser
conscientes (¡por fin!) de la facultad que tienen para

9
Morales Moreno, Luis G. “Qué es un museo”, en Cuicuilco, vol. 3, número 7. México: ENAH, 1996.
Pág. 76:
10
Hooper-Greenhill, E. Op. cit. Pág. 158.

15
interpretar y representar la “realidad” en todas sus ricas
variaciones”11. En Argentina, en cambio, no es posible
afirmar este logro de modo tan categórico.
Aunque muchos museos vienen replanteando sus funciones y
discursos, estos temas son fuente de controversia entre
especialistas y encuentran cierta resistencia en algunos
sectores del público.
En este sentido, el caso del Museo Etnográfico es
particularmente interesante ya que frente a la imagen
tradicional de un museo neutral y apolítico, surgen en los
último años nuevos intereses y concepciones
institucionales. Durante la gestión de Américo Castilla
como Director Nacional de Patrimonio y Museos, es convocado
José Antonio Pérez Gollán para conducir el Museo
Etnográfico y renovar su discurso museográfico. Su postura
confronta fuertemente con las anteriores: “Desde sus
exhibiciones se difundió una narración histórica unilineal
y homogénea –muchas veces respaldada por una iconografía
patriótica hecha por encargo– que ignoraba los conflictos y
la diversidad de identidades étnicas, regionales y sociales
que convivían dentro de los límites del Estado
argentino”12.
Pompeyo Audivert sostiene que “…los museos siempre son más
por lo que callan que por lo que dicen”13, y, por
extensión, son más por el patrimonio que excluyen que por
el que exhiben. Si los museos son espacios que participan
en la definición del nosotros, la inclusión o negación de
un grupo como parte de la historia se relaciona también con
su reconocimiento como ciudadanos: ¿quiénes tienen el poder

11
Hooper-Greenhill, Eilean. Los museos y sus visitantes. Gijón: Trea, 1998. Pág. 39.
12
Museo Etnográfico. En “Patrimonio y Museos”, Secretaría de Cultura Presidencia de la Nación. 2007.
En: http://www.cultura.gov.ar/direcciones/?info=organismo&id=14&idd=5
13
Audivert, Pompeyo. “Museo ocultismo”, en Funámbulos, a.4, Nº 15, Buenos Aires, junio/julio de 2001,
pp.18-19

16
de representar a quiénes? ¿Quiénes son parte de una
sociedad y en qué términos?14
Néstor García Canclini afirma que "los museos, como medios
masivos de comunicación, pueden desempeñar un papel
significativo en la democratización de la cultura y en el
cambio del concepto de cultura"15. Cabe preguntarse
entonces si el museo ha tenido la capacidad de proponer
modelos ordenadores y unificadores de la nacionalidad
estableciendo vínculos entre presente y pasado, lo propio y
lo extraño… ¿por qué no habrían de generar nuevas
reflexiones en torno a la diversidad y la transformación, a
los aspectos identitarios compartidos y a las divergencias
e incompatibilidades?
En este sentido, Andreas Huyssen nos advierte sobre la
esterilidad y simplificación que conlleva la crítica al
museo como inevitablemente legitimador de ambiciones
imperialistas o nacionalistas. Aunque reconoce que el museo
"con sus archivos y colecciones disciplinares, contribuyó a
definir la identidad de la civilización occidental, al
trazar unas fronteras exteriores e interiores basadas en
exclusiones y marginaciones, no menos que en codificaciones
positivas"16, considera que la afirmación de un orden
social no es su único efecto sino que, en tanto conlleva un
excedente de significado, permite intersticios para la
reflexión sobre la temporalidad, la identidad y la
alteridad y la construcción de una memoria
contrahegemónica17. Más aún, a partir de la década del
ochenta, junto a su éxito masivo y espectacularización, los

14
Alvarez y Reyes plantean que al definirse a Argentina como país multiétnico y multicultural desde la
reforma constitucional de 1994 (art.75, incs. 17, 19 y 22) “debiera ser preciso incluir en su patrimonio (...)
la consideración de los actores recurrentemente excluidos de su historia, de las singularidades y de los
silencios culturales Alvarez, M. y Reyes, N. P. “El patrimonio según el MERCOSUR”, en Temas de
Patrimonio Cultural II, Comisión para la preservación del Patrimonio Histórico y Cultural de la Ciudad
de Bs. As. Buenos Aires: Eudeba, 1999. p.107.
15
García Canclini, N. Op. Cit. P.159
16
Huyssen, Andreas. En busca del futuro perdido. Cultura y memoria en tiempos de
globalización. FCE. México, 2002. p. 41
17
Huysen, A. Op. Cit. p. 45

17
museos han revisado sus prácticas y modos de representación
e incorporado tradiciones subrepresentadas. Mientras se
insertan en dinámicas político-económicas que incluyen
nuevos usos de la cultura18, donde los museos son pensados
en términos de rédito comercial, revitalización urbana,
atractivo turístico o cantidad de visitantes; muchos de
ellos asumen, sin embargo, la difícil tarea de "refinar
sus estrategias de representación y ofrecer sus espacios
como lugares de contestación y negociación cultural"19
Huyssen rescata el valor de la contemplación en el contexto
del museo como puntapié para un ejercicio de memoria y
relativización cultural: "la mirada al objeto museístico
puede proporcionar una conciencia de la materialidad opaca
e impenetrable del objeto, así como un espacio amnésico
dentro del cual sea posible captar la transitoriedad y la
diferencialidad de las culturas humanas"20. A partir de la
pérdida de consenso sobre qué debe incluirse en un museo y
la creciente aceptación de la importancia de documentar la
vida cotidiana, los múltiples objetos museables permiten la
reflexión y materializan otros modos de existencia
presentes y pasados.
Al revisar el potencial de la institución y su
participación en la producción de modelos identitarios y
culturales, es posible imaginar un nuevo relato museístico
de la historia nacional que se aleje de la noción de
reliquia para incluir mayor diversidad de bienes
patrimoniales y tenga en cuenta la equidad de
representación. La reflexión sobre la pluralidad de
experiencias y posiciones en torno a los acontecimientos
narrados, permitirá un abordaje de la sociedad, la economía

18
Yúdice, George. 2002. El recurso de la cultura. Usos de la cultura en la era global. Editorial
Gedisa. Barcelona. El autor plantea la concepción de la cultura como un recurso que tiene diversos usos y
se ha transformado en un instrumento central de la economía simbólica que gobiernos y empresas
intentan aprovechar.
19
Huysen, A. Op. Cit. p.74.
20
Huysen, A. Op. cit. P.73

18
y la cultura en tanto procesos históricos y espacios de
conflicto.
El Museo Etnográfico comienza a insertarse en estos debates
y, al replantear su función, modifica la mirada sobre sus
colecciones. Nuevos objetos para ser vistos y recordados.
Viejos objetos que den presencia a otras voces, otras
experiencias y otras luchas lejanas y cercanas a la vez.

19
Cap IV Proyectos. Idas y Vueltas.

“Lo que ahora importa es recuperar nuestros


sentidos. Debemos aprender a ver más, a oír
más, a sentir más.”
Susan Sontag. Contra la interpretación.

Para realizar el trabajo de campo, es decir, la


investigación empírica, de la presente investigación, había
surgido la idea primigenia de realizar una encuesta a los
usuarios de la Biblioteca Raúl A. Cortázar. El lugar que se
había previsto para la realización de la encuesta era el
patio trasero del edificio. Es el lugar bisagra entre una
institución (el Museo) y la otra institución (la
biblioteca). Se iba a tomar como parámetros estadísticos un
muestreo por cuotas, tomando como indicador el género. Se
realizarán 15 encuestas a mujeres y 15 encuestas a varones
de una población universitaria. En todos los casos los
estudiantes se seleccionarán a partir de su pertenencia a
la carrera de Antropología y Arqueología de la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

Los formularios constaban de siete preguntas cerradas. Este


tipo de preguntas incluyen todas las respuestas posibles y
los sujetos harán elecciones entre ellas. Algunos ejemplos
incluyen las preguntas de elección múltiple y las preguntas
de escala. Las preguntas cerradas, por otra parte,
proporcionan respuestas que son más fáciles de interpretar

y de tabular. 21

Sin embargo, surgieron inconvenientes en la puesta en


marcha del trabajo de campo. El primer intento de realizar
la encuesta fue un el día martes 20 de Octubre en el
horario de la tarde. Nos apostamos en el lugar físico

21
Se adjunta en el Anexo 1 el modelo de encuesta seleccionada.

20
seleccionado, antes mencionado y desde las 14 horas hasta
las 19 horas (horario de apertura y cierre de ambas
instituciones respectivamente) sólo transitaron rumbo a la
Biblioteca cuatro personas. Tres de ellas no entraban
dentro de las cuotas del universo seleccionado, por
tratarse de extranjeros que estaban visitando el Museo y el
individuo restante no quiso contestar el cuestionario
alegando falta de tiempo.

El segundo intento consistió en seleccionar el día sábado


14 de noviembre. En esa ocasión se iba a realizar el evento
conocido como La Noche de los Museos. Se trata de un
circuito por todos los museos, paseos y espacios de cultura
y arte de la ciudad de Buenos Aires en donde cada visitante
va armando su propio recorrido. La 6º edición de este
evento iba a contar con la participación de más de 150
instituciones. Durante la Noche de los Museos del año 2008,
según nos informó Verónica Stáffora, Responsable del Área
de Público General del Museo Etnográfico, se habían
recibido más de 3000 personas, entre público general y
estudiantes de Arqueología, Historia y Antropología Social.
Dados los altos números que se manejaban para la edición
2009 se proyectó realizar la encuesta en esa jornada.

Sin embargo el día miércoles anterior al evento, un


comunicado de prensa enviado a la lista de mailing de la
institución informaba lo siguiente:

“Estimados Amigos:

Lamentablemente nuestro museo no puede participar en la


Noche de los Museos 2009; ya que no fue posible garantizar
una apertura adecuada para un público masivo. Disculpen las

21
molestias ocasionadas.”22

Finalmente, luego de los dos intentos fallidos por realizar


la encuesta a los estudiantes se procedió a cambiar de
metodología de recolección de datos y proceder a contactar
a los responsables de ambas instituciones. La Dra. Vivian
Spoliansky Directora de la Biblioteca y del Archivo
Fotográfico y Documental se mostró con buena predisposición
de contesta el siguiente cuestionario.

En su artículo "Cómo organizar una biblioteca pública",


Umberto Eco critica con ironía la desorganización de
algunas bibliotecas públicas. Entre otras cosas, el usuario
suele encontrarse con bibliotecarios que consideran al
lector un enemigo, un vago (ya que si no estaría
trabajando) o un ladrón potencial. Sin embargo,
consideramos que si Umberto Eco visitara esta Biblioteca se
sentiría a gusto. Sin duda transmite candorosa amabilidad,
cortesía y eficiencia en su trabajo diario

Vivian Spoliansky, Directora de la Biblioteca, hace de


"guía turística" por los diferentes rincones de la
institución y va explicando los servicios que se ofrecen y
las dificultades económicas de presupuesto con las que
cuenta por ser parte de la Universidad de Buenos Aires.

Pregunta: Vivian, ¿quién viene a la Biblioteca del


Etnográfico?

Vivian Spoliansky. – Bueno, mayoritariamente, vienen


estudiantes de las carreras de Antropología Social y
Arqueología, investigadores, y en menor medida estudiantes
de nivel medio, que de manera seguida o puntual necesita
información sobre contenidos curriculares específicos.
22
El mensaje fue enviado el día miércoles 11 de noviembre de 2009 a las 19:30 desde la dirección
etnovis@filo.uba.ar

22
Pregunta: Generalmente los estudiantes de las carreras que
mencionas, ¿pasa por la biblioteca o "pasa de" la
biblioteca?

V. S. - Pasa por la biblioteca, pero es muy importante


comentar esta evolución durante estos últimos años. La
Facultad de Filosofía y Letras ha venido trabajando
conjuntamente con el Museo en la difusión de la Biblioteca.
La Biblioteca ha dejado de ser un oscuro y olvidado rincón
para dar paso a otro tipo de emigración cualificada
académica y profesionalmente.

Pregunta: ¿Las actividades culturales que se dan en la


Biblioteca se deciden en conjunto con las autoridades del
Museo?

V. S. - Hay una serie de actividades que son propias de la


biblioteca y que se proponen de manera itinerante para
difundir el acervo de la institución. Sin embargo, dentro
de este marco podemos movernos libremente. Así, por ejemplo
Nueva York, las actividades en torno al 12 de Octubre se
pueden trabajar de manera interdepartamental.

Pregunta: ¿Las autoridades de la Biblioteca son receptivas


a las propuestas que vengan de otras instituciones de la
Facultad?

V. S. - Nosotros somos portavoces de lo que sucede en


Filosofía y Letras. Te repito, somos la institución
encargada de promocionar las actividades del Museo y de la
Biblioteca. En el pasado hemos colaborado con ellos, pero,
a priori, tenemos planteamientos completamente diferentes.

Pregunta: Hablemos de los fondos de la biblioteca. ¿Qué


obras o qué géneros son los más solicitados?

23
V. S. - Es muy importante el material concerniente a
revistas periódicas especializadas. Decenas de
investigadores consultan las novedades. Los estudiantes de
Antropología Etnografía e Historia suelen consultar autores
teóricos clásicos (Todorov, Giddens, M. Harris, L, Strauss)
durante los primeros años de sus respectivas carreras.

Pregunta: ¿Cuáles son los criterios a la hora de adquirir


los fondos nuevos? ¿Hay presiones por parte de la Facultad
para elegir los títulos?

L.A - No, los elegimos nosotros y éstos se basan en varios


criterios. El primero sería los criterios fundacionales de
la institución: a qué debemos responder. El segundo sería
las lagunas bibliográficas sobre algunas temáticas
específicas. Y en último lugar están las desideratas de los
usuarios, es decir aquello que el usuario necesita en algún
momento pero que al mismo tiempo sabes que será necesario
para el fondo de la biblioteca.

Pregunta: ¿Logran mantenerse al día con las novedades


teóricas de las disciplinas, como Antropología?

V. S. - Lo intentamos, pero no lo conseguimos del todo


porque la producción es enorme y lamentablemente los fondos
del presupuesto no acompañan esa demanda.

Pregunta: Y entre todo lo que se publica, ¿cómo se elige


qué título comprar?

Pregunta: ¿Qué relación tienen con las demás bibliotecas


universitarias o con otros organismos culturales?

V. S. - Hay una buena relación de colaboración. Nos


conocemos, nos tratamos, sabemos qué es lo que hace cada
uno y qué es lo que hace mejor.

24
Conclusiones.

“Se consideraba a sí misma una mujer libre y


tenía respuestas para todo. Lo que no entendía
no le interesaba.”

25
Roberto Bolaño. 2666.

El presente trabajo de investigación se había propuesto en


un comienzo rastrear y establecer diferentes modos de ver a
los usuarios de una biblioteca. Las concepciones pre
establecidas, los modos de representación en un museo. Un
trabajo de investigación que circuló a través de los
desafíos que involucra una institución pública. La lucha de
una institución que cree en la gestión cultural, que
apuesta a la calidad y la eficiencia. Una institución
pública que intenta salir de los moldes academicistas y
sale a mostrarse a la comunidad. Una institución que ha
luchado contra planes de ajustes económico y que se ha
forjado a partir de una estructura de valores que no
tambalea.
Es indudable que la sociedad argentina vive desde hace años
un contexto de crisis. Por consiguiente, las bibliotecas
especiales no son ajenas a ese tejido social. Las
Bibliotecas especiales se encuentran dentro de
instituciones mayores que las cobijan y por lo tanto, si
esa institución tiene, por ejemplo, problemas económicos,
se verá afectada indefectiblemente, porque están
compartiendo la misma realidad. Las Bibliotecas son parte
integrante de la sociedad de cada ciudad y tienen un
potencial invalorable. No es sólo promotora de cultura,
sino que es parte de la cultura misma.
Las bibliotecas son generadoras de conocimiento y cultura.
Y deberían trabajar, haciendo fuertemente hincapié, para
aquellos sectores desplazados y marginados. Trabajando en
la disminución de las desigualdades sociales y culturales
que se hacen cada día más evidentes en las sociedades
urbanas. Justamente en estos contextos se debería abordar,
desde estas instituciones, estrategias para abordar los

26
procesos de inclusión en espacios públicos, donde se
evidencian de forma rotunda estas desigualdades.
Desgraciadamente la existencia de sectores sociales
excluidos ha pasado de ser concebida como una situación a
combatir, a ser un hecho definitorio de nuestra sociedad.
Algo que muchos entienden ya como un fenómeno estructural.
La exclusión cultural es una forma más de exclusión social.
Los bienes culturales se hacen cada día más inalcanzables
para aquellos que, por excluidos, no pueden acceder a las
fuentes de conocimiento con normalidad
No hay inclusión e igualdad social sin políticas culturales
que avalen el acceso universalizado y democrático a la
cultura. Ya que la cultura se ha convertido en un fuerte
elemento de identidad que construye colectividad y se
convierte en un fuerte elemento de cohesión social. Una
política pública tiene que garantizar el acceso a las
fuentes de información y cultura para poder luchar con
eficacia contra la desigualdad. Y en esta estrategia la
biblioteca desempeña un papel fundamental. Por lo tanto,
la biblioteca no puede dar la espalda a las nuevas
realidades sociales, por muy duras que estas puedan ser, y
se tiene que convertir en un agente más de socialización
para todos los sectores.
Las bibliotecas han demostrado que son centros estratégicos
para aplicar las políticas de disminución de las
desigualdades culturales. El acceso público y gratuito a
las fuentes de información y a la cultura hace de éstas un
elemento clave en la lucha por la cohesión social que deben
desarrollar las administraciones públicas en los diferentes
terrenos.
Bibliografía Consultada

27
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Culturales, en Ciudad Virtual de Antropología y Arqueología.
En: http://www.naya.org.ar/articulos/identi01.html.

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Cultural. En Revista Debate. Año 5, Nº 242. 2007

• Dujovne, Marta. Entre musas y musarañas. Buenos Aires, FCE,


1995

• García Canclini, Néstor. “Introducción. Políticas culturales y


crisis de desarrollo: un balance latinoamericano”, en AA.VV.
Políticas culturales en América Latina. México, Grijalbo, 1987.

• García Canclini, Néstor. Culturas híbridas: estrategias para


entrar y salir de la modernidad. Buenos Aires, Paidós, 2001.

• García, S. et. Al. "El Museo Histórico Nacional y la historia" ". I


Jornadas Nuestros museos “500 años a través de su
patrimonio”. Buenos Aires. 1992.

• González Varas, Ignacio: Conservación de bienes culturales.


Teoría, historia, principios y normas. Madrid, Cátedra, 2000

• Gutiérrez Estévez, Manuel. Dialogo intercultural en el Museo:


silencios, malentendidos, encasillados. En Anales del Museo de
América Nº 2

• Hooper-Greenhill, Eilean. Los museos y sus visitantes. Gijón,


Trea, 1998

• Huyssen, Andreas. En busca del futuro perdido. Cultura y


Memoria en tiempos de globalización. México, FCE, 1997.

28
• Kymlicka, Will y Wayne Norman. "El retorno del ciudadano. Una
revisión de la producción reciente en teoría de la ciudadanía".
En: Agora, Nº 7, Buenos Aires, 1997.

• Morales Moreno, Luis G. “Qué es un museo”, en Cuicuilco, vol.


3, número 7. México, ENAH, 1996

• Pegoraro, Andrea. Instrucciones y colecciones en viaje. Redes


de recolección entre el Museo Etnográfico y los Territorios
Nacionales. Anuario de Estudios de Antropología Social. CAS-
IDES, 2005

• Pérez Gollán, José Antonio y Dujovne, Marta. El Museo


Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras. Balance de una
gestión. En Runa XXII, Buenos Aires, 1995.

• Pérez Gollán, José Antonio y Dujovne, Marta. El Museo


Etnográfico: Funciones, diagnóstico y propuestas. En Runa XXII,
Buenos Aires, 1995.

• Podgorny, Irina. El Museo soy yo. En Ciencia y Sociedad. Buenos


Aires, 2003

• Pomian, Krzysztof. Collectionneurs, amateurs et curieux. París,


Éditions Gallimard, 1987

• Prats, Llorenç. Antropología y patrimonio. Barcelona, Ariel, 1997

• Roca, Andrea. El Museo Etnográfico “Juan B. Ambrosetti”: Los


usos del tiempo en una colección de pasados. Anuario de
Estudios de Antropología Social. CAS-IDES, 2005

29
• Roca, Andrea C. M. Objetos Ajenos, Historias compartidas: los
usos del tiempo en un museo etnográfico. Universidad Federal
De Río De Janeiro. Río De Janeiro, 2006

• Rodríguez Villafuerte, Beatriz. “El encuentro con el otro: historia


de expansión y conquista”, en: La palabra y el hombre, No. 120,
Universidad Veracruzana, Xalapa

• Villavicencio, Susana. El ciudadano (im)posible: ciudadanos y


extranjeros en la Argentina del Centenario. Ponencia
presentada al IV Congreso Nacional de Ciencia Política,
Sociedad Argentina de Análisis Político. Buenos Aires, 17 al 20
de noviembre de 1999.

• Vugman, Laura. Formular lo moderno: el museo en la feria,


entre lo efímero y lo permanente. En V Congreso de
Antropología Social. La Plata, Agosto, 1998

• Yúdice, George. El recurso de la cultura. Usos de la cultura en la


era global. Barcelona, Editorial Gedisa, 2002.

Anexo 1

Modelo de Encuesta

30
Cuestionario de la encuesta:

Sexo
Femenino Masculino

1- Conoce la Biblioteca Raúl A. Cortázar.

 SI

 NO

 NS/NC

2- ¿Con qué frecuencia visita la Biblioteca Raúl A.


Cortázar?

 Diariamente  Semanalmente  Quincenalmente


 Mensualmente  Cuatrimestralmente  Otros Períodos

3- ¿Con que intención concurre a la Biblioteca Raúl A.


Cortázar?

 Búsqueda de libros teóricos para investigación

 Búsqueda de novedades y/o revistas de investigación

 Para utilizar la sala de lectura

 Para buscar información y asesoramiento especializado

 Otros motivos

4- ¿Conoce el Museo Etnográfico Juan B. Ambrossetti?

 SI

 NO

 NS/NC

5- ¿Se ha acercado al Museo Etnográfico en búsqueda de


información?

31
 SI

 NO

 NS/NC

6- ¿Ha visitado alguna de las salas del Museo


Etnográfico?

• SI

• NO

• NS/NC

7- ¿Qué sala ha recorrido y visitado

 Entre el  En el confín del  Más allá de la


exotismo y el mundo frontera
progreso
 De la Puna al  Las fronteras  Danzantes de la
Chaco del África luz

Anexo 2
Marcación Geográfica

32
33

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