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El caso de la
Biblioteca Raúl A. Cortazar.
Ezequiel Canavero
Abstract
1
El presente trabajo intentará investigar una serie de
presupuestos que están presentes en las concepciones de los
usuarios de la Biblioteca Raúl A. Cortázar perteneciente al
Museo Etnográfico de la ciudad de Buenos Aires. Las líneas
teóricas de abordaje a la problemática de los usuarios y el
papel de las instituciones públicas estarán centradas en
variadas corrientes de investigación, desde la Gestión
Cultural, pasando por la Antropología Social y la
Etnografía. El acercamiento a las prácticas culturales y
estéticas supone, desde la perspectiva que se intenta
esbozar aquí, concebir la producción cultural como una
relación crítica específica con respecto a las condiciones
de su época. Es decir que, en el intento por superar un
acercamiento interno meramente formal de los materiales, la
búsqueda debe dirigirse a enunciar respuestas –o mejor, a
producir nuevos interrogantes- acerca de los modos de
constitución, legitimación y funcionamiento del mapa de
significaciones posibles de cierta práctica cultural,
siempre articulada con experiencias socialmente compartidas
dentro de configuraciones culturales insertas en un devenir
histórico.
2
A las estrellas que guían mi camino: Verónica, Violeta y
Maite
Agradecimientos:
3
Mi reconocimiento y gratitud a todos los que colaboraron,
por su disposición, hacia mi trabajo. Debo agradecer de
manera muy especial al Personal del Museo Etnográfico. Muy
especialmente a la responsable del Programa de Público
General: Verónica Stáffora.
Introducción
4
"En esta tierra del error, uno no se
encuentra jamás 'aquí', sino siempre
'lejos de aquí'"
Maurice Blanchot
El acercamiento a las prácticas culturales y estéticas
supone, desde la perspectiva que se intenta esbozar aquí,
concebir la producción cultural como una relación crítica
específica con respecto a las condiciones de su época. Es
decir que, en el intento por superar un acercamiento
interno meramente formal de los materiales, la búsqueda
debe dirigirse a enunciar respuestas –o mejor, a producir
nuevos interrogantes- acerca de los modos de constitución,
legitimación y funcionamiento del mapa de significaciones
posibles de cierta práctica cultural, siempre articulada
con experiencias socialmente compartidas dentro de
configuraciones culturales insertas en un devenir
histórico.
5
“La concepción del otro remite al concepto
mismo de civilización y por ende al de cultura, al
choque y confrontación que se produce en el encuentro
con los otros, desde entonces y hasta nuestros días”
6
intención de adecuarlo de manera racional a las funciones
de un museo universitario moderno.
Hoy en día el edificio ubicado en la calle Moreno 350,
alberga al Museo Etnográfico “Juan B. Ambrossetti” y a la
Biblioteca Raúl A. Cortázar. (Véase Anexo II)
La biblioteca Raúl A. Cortázar posee buenas colecciones
clásicas de antropología, material actualizado de
arqueología americana y arte precolombino, clásicos de
antropología social y de folclore, textos de viajeros y de
etnografía argentina y americana. Está abierta a todo
público con la única restricción de las limitaciones del
espacio. Tiene servicio de préstamo a domicilio para
docentes, graduados y alumnos de la Facultad de Filosofía y
Letras e investigadores del Conicet, con carné de la
Biblioteca Central.
7
clásica, ofrendas funerarias centroamericanas y hasta
cerámica prehistórica del actual Japón.
8
Cap II. Los límites de un Museo.
9
asigna un carácter religioso y se la transforma en mito;
esta operación se produce poniendo un objeto y un cartelito
sobre una base, tarima o vitrina iluminada (nada más
fácil”3. En los museos de historia el mito es el origen de
la nación y los objetos sacralizados a partir de su
exhibición los bienes más ligados a los eventos y
personajes protagónicos.
Los museos intentan, además, generar consenso sobre el
significado de los objetos que exhiben para crear, discutir
o fortalecer ciertas identidades. Pomian considera que
toman el lugar de la iglesia como espacio donde todos los
miembros de una sociedad pueden celebrar un mismo culto
integrador: "aquel donde la nación se hace al mismo tiempo
sujeto y objeto"4. Incluso los objetos que vienen de otras
sociedades o de la naturaleza se integran como mérito de la
nación que los ha recogido y ha intermediado para que
artistas, sabios y exploradores reconozcan su valor y se
sacrifiquen para obtenerlos, adquirirlos y preservarlos.
Cameron Duncan analiza también una continuidad entre museo
y templo religioso: "…por sus funciones, está
sociológicamente mucho más cerca de la iglesia que de la
escuela. Ofrece la oportunidad de reafirmar la fe: es un
lugar de experiencias privadas e íntimas, aún cuando las
compartamos con otros. De manera conceptual, es en el
templo de los museos donde podemos ver nuestra experiencia
personal de vida representada en un contexto5.
Contemplación, veneración, creencia, ejemplificación, valor
ético y estético son algunas de las cualidades y actitudes
que se desprenden de la selección e inclusión de ciertos
objetos escogidos en un espacio de resguardo museístico.
Las concepciones sostenidas en cada contexto son parte del
3
Audivert, Pompeyo. “Museo ocultismo”, en Funámbulos, a.4, Nº 15, Buenos Aires, junio/julio de 2001,
pp.18-19
4
Pomián, K. op.cit. p.56
5
Cameron, Duncan: “Le musée: un temple ou un forum” en Vagues. Une anthologie de la nouvelle
muséologie 1. Lyon: Diffusion Presses Universitaires de Lyon, 1992. Traducción de Claudia Amigo.
10
modo de pensar el museo y asignan también un
posicionamiento a los visitantes y validan o establecen un
tipo de relación con los discursos históricos.
Una reliquia es un bien, un cuerpo o parte de él que se
convierte en digno de veneración por pertenecer o haber
estado en contacto con un santo. Pomián también reconoce
como reliquias los objetos que se encuentran en lugares de
culto y destaca, en particular, las imágenes de dioses o
santos por su doble representación de lo sagrado y del
pasado: "representan lo sagrado porque se supone que
provienen de una persona que tiene su lugar en la historia
sagrada" (1987: 33). Plantea además su posición de
intermediarias pues relacionan al observador con lo
invisible, con lo sagrado.
Néstor García Canclini denomina esta tendencia como
conservadurismo patrimonialista y considera que su objetivo
es naturalizar ciertas formas culturales y tornarlas
inmutables. Los museos, junto a las conmemoraciones y los
monumentos, son los espacios de ritualización cultural y
legitimación de un modo de organización social, política y
económica: "Se celebra el patrimonio histórico constituido
por los acontecimientos fundadores, los héroes que los
protagonizaron y los objetos fetichizados que los evocan.
Los ritos legítimos son los que escenifican el deseo de
repetición y perpetuación del orden"6. El museo se erige
como espacio ceremonial que resguarda la esencia de la
nacionalidad desconociendo los procesos de selección
cultural, ocultando disidencias y visiones alternativas
apelando a un orden natural, trascendente y, por ende,
inmodificable.
Desde la perspectiva del público, el museo, pensado como
espacio para fieles, pierde eficacia entre los no iniciados
pues, como señala Dujovne “los visitantes pasan así de una
6
García Canclini, N. op.cit. p.153
11
sala a otra culpabilizados por su ignorancia e intentando
aferrarse a unas pocas imágenes conocidas”7. Es decir, el
Museo Etnográfico apela a quienes ya conocen la historia,
los hitos y los símbolos habitualmente destacados y
refuerza la narración del pasado difundida del sistema
escolar. Pero, como contraparte, se presenta como
incuestionable y resulta difícil de descifrar para el resto
de los visitantes que poco saben de dicho relato.
12
que poco odio por mi prójimo (...) Huyo de lo
ficticio, entro en la naturaleza.
Paul Gauguin
8
Villavicencio, Susana. El ciudadano (im)posible: ciudadanos y extranjeros en la Argentina del
Centenario. Ponencia presentada al IV Congreso Nacional de Ciencia Política, Sociedad Argentina de
Análisis Político. Buenos Aires, 17 al 20 de noviembre de 1999.
13
hegemónicos. Pensar a la ciudadanía como status y como
praxis, y a los contendientes intentando anclarla en un
polo o en el otro, permite recuperar el lazo que va de la
communitas a la polis, del ethnos al demos. Los argumentos
que emplean para sostener sus acciones y propuestas dejan
entrever las especificidades del “nosotros” desde el que
enuncian, las relaciones que pueden existir entre ese
“nosotros” y la sociedad mayor -donde existen muchos
“otros”-, y la manera en que lo político puede usarse para
articular, expandir, defender y legitimar no sólo los
intereses, sino la naturalidad de las clasificaciones que
ordenan la sociedad y definen su nexo con lo político. La
hipótesis que orienta esta mirada es que es justamente en
la recuperación de este lazo donde es posible pulsar la
construcción de las legitimidades que convierten a la
figura del ciudadano en inclusiva y excluyente, en
universal y nacional, en formal y sustantiva
simultáneamente.
Cuando a través de la figura del ciudadano y de los derechos
de ciudadanía (entendidos como status y como praxis) se
buscó domesticar, anular, conservar o incorporar al espacio
de lo político entendido en sentido amplio a diversos
“otros” previamente excluidos (los obreros, los extranjeros,
las mujeres, etc.), la alteridad de todos estos otros cobra
una nueva dimensión. En un contexto en que la legitimidad en
el espacio de lo político, y más aún el ejercicio de los
derechos políticos, difícilmente podía pensarse para sujetos
que no se ajustaran al nosotros (varón, blanco, civilizado,
nacional, republicano, liberal), la explicitación de la
alteridad y sus usos resultaban imprescindibles para
demarcar y sostener fronteras internas que preservasen la
exclusividad de un único lugar/sujeto legítimo de
enunciación de lo político.
14
Luis Gerardo Morales Moreno considera que el “el desarrollo
histórico del museo público tiene que entenderse como la
consecuencia de una serie de factores interrelacionados,
incluyendo la idea moderna de progreso y la emergencia de
‘la idea de la historia como ciencia’. La habilidad de
colocar objetos en contextos organizados a menudo significó
un control sobre el pasado, con un énfasis en lo lineal,
didáctico y narrativo”9. Este ordenamiento e inclusión
selectiva, sin embargo, han sido frecuentemente negados
apelando a la inherente objetividad de los bienes
expuestos.
La presentación de los objetos como neutrales no ha sido
una práctica privativa del MHN. En este sentido, Eilean
Hooper-Greenhill describe: “Los objetos son el resultado de
procesos sociales, muchos de los cuales han provocado la
explotación de seres humanos o han sido conflictivos. En
los museos esto se ignora o se disfraza ubicando los
objetos en un entorno aparentemente neutral y objetivo,
creado y mantenido a través de las palabras que le
proporcionan el contexto”10. Su exhibición como entidades
aisladas con una existencia de hecho, sin indagar sobre
cómo y por quiénes fueron elaborados o utilizados,
dificulta ubicarlos como productos de una determinada
dinámica socioeconómica.
En un libro publicado hace 10 años, Eilean Hooper Greenhill
observaba la aceptación por parte de los museos de su no
neutralidad y del potencial de acercar el discurso
museográfico a otras narrativas: “Igual que el cine, la
televisión o la literatura, (que) construyen imágenes del
presente y el pasado, las exposiciones y otros “productos”
de los museos también lo hacen. Han llegado a ser
conscientes (¡por fin!) de la facultad que tienen para
9
Morales Moreno, Luis G. “Qué es un museo”, en Cuicuilco, vol. 3, número 7. México: ENAH, 1996.
Pág. 76:
10
Hooper-Greenhill, E. Op. cit. Pág. 158.
15
interpretar y representar la “realidad” en todas sus ricas
variaciones”11. En Argentina, en cambio, no es posible
afirmar este logro de modo tan categórico.
Aunque muchos museos vienen replanteando sus funciones y
discursos, estos temas son fuente de controversia entre
especialistas y encuentran cierta resistencia en algunos
sectores del público.
En este sentido, el caso del Museo Etnográfico es
particularmente interesante ya que frente a la imagen
tradicional de un museo neutral y apolítico, surgen en los
último años nuevos intereses y concepciones
institucionales. Durante la gestión de Américo Castilla
como Director Nacional de Patrimonio y Museos, es convocado
José Antonio Pérez Gollán para conducir el Museo
Etnográfico y renovar su discurso museográfico. Su postura
confronta fuertemente con las anteriores: “Desde sus
exhibiciones se difundió una narración histórica unilineal
y homogénea –muchas veces respaldada por una iconografía
patriótica hecha por encargo– que ignoraba los conflictos y
la diversidad de identidades étnicas, regionales y sociales
que convivían dentro de los límites del Estado
argentino”12.
Pompeyo Audivert sostiene que “…los museos siempre son más
por lo que callan que por lo que dicen”13, y, por
extensión, son más por el patrimonio que excluyen que por
el que exhiben. Si los museos son espacios que participan
en la definición del nosotros, la inclusión o negación de
un grupo como parte de la historia se relaciona también con
su reconocimiento como ciudadanos: ¿quiénes tienen el poder
11
Hooper-Greenhill, Eilean. Los museos y sus visitantes. Gijón: Trea, 1998. Pág. 39.
12
Museo Etnográfico. En “Patrimonio y Museos”, Secretaría de Cultura Presidencia de la Nación. 2007.
En: http://www.cultura.gov.ar/direcciones/?info=organismo&id=14&idd=5
13
Audivert, Pompeyo. “Museo ocultismo”, en Funámbulos, a.4, Nº 15, Buenos Aires, junio/julio de 2001,
pp.18-19
16
de representar a quiénes? ¿Quiénes son parte de una
sociedad y en qué términos?14
Néstor García Canclini afirma que "los museos, como medios
masivos de comunicación, pueden desempeñar un papel
significativo en la democratización de la cultura y en el
cambio del concepto de cultura"15. Cabe preguntarse
entonces si el museo ha tenido la capacidad de proponer
modelos ordenadores y unificadores de la nacionalidad
estableciendo vínculos entre presente y pasado, lo propio y
lo extraño… ¿por qué no habrían de generar nuevas
reflexiones en torno a la diversidad y la transformación, a
los aspectos identitarios compartidos y a las divergencias
e incompatibilidades?
En este sentido, Andreas Huyssen nos advierte sobre la
esterilidad y simplificación que conlleva la crítica al
museo como inevitablemente legitimador de ambiciones
imperialistas o nacionalistas. Aunque reconoce que el museo
"con sus archivos y colecciones disciplinares, contribuyó a
definir la identidad de la civilización occidental, al
trazar unas fronteras exteriores e interiores basadas en
exclusiones y marginaciones, no menos que en codificaciones
positivas"16, considera que la afirmación de un orden
social no es su único efecto sino que, en tanto conlleva un
excedente de significado, permite intersticios para la
reflexión sobre la temporalidad, la identidad y la
alteridad y la construcción de una memoria
contrahegemónica17. Más aún, a partir de la década del
ochenta, junto a su éxito masivo y espectacularización, los
14
Alvarez y Reyes plantean que al definirse a Argentina como país multiétnico y multicultural desde la
reforma constitucional de 1994 (art.75, incs. 17, 19 y 22) “debiera ser preciso incluir en su patrimonio (...)
la consideración de los actores recurrentemente excluidos de su historia, de las singularidades y de los
silencios culturales Alvarez, M. y Reyes, N. P. “El patrimonio según el MERCOSUR”, en Temas de
Patrimonio Cultural II, Comisión para la preservación del Patrimonio Histórico y Cultural de la Ciudad
de Bs. As. Buenos Aires: Eudeba, 1999. p.107.
15
García Canclini, N. Op. Cit. P.159
16
Huyssen, Andreas. En busca del futuro perdido. Cultura y memoria en tiempos de
globalización. FCE. México, 2002. p. 41
17
Huysen, A. Op. Cit. p. 45
17
museos han revisado sus prácticas y modos de representación
e incorporado tradiciones subrepresentadas. Mientras se
insertan en dinámicas político-económicas que incluyen
nuevos usos de la cultura18, donde los museos son pensados
en términos de rédito comercial, revitalización urbana,
atractivo turístico o cantidad de visitantes; muchos de
ellos asumen, sin embargo, la difícil tarea de "refinar
sus estrategias de representación y ofrecer sus espacios
como lugares de contestación y negociación cultural"19
Huyssen rescata el valor de la contemplación en el contexto
del museo como puntapié para un ejercicio de memoria y
relativización cultural: "la mirada al objeto museístico
puede proporcionar una conciencia de la materialidad opaca
e impenetrable del objeto, así como un espacio amnésico
dentro del cual sea posible captar la transitoriedad y la
diferencialidad de las culturas humanas"20. A partir de la
pérdida de consenso sobre qué debe incluirse en un museo y
la creciente aceptación de la importancia de documentar la
vida cotidiana, los múltiples objetos museables permiten la
reflexión y materializan otros modos de existencia
presentes y pasados.
Al revisar el potencial de la institución y su
participación en la producción de modelos identitarios y
culturales, es posible imaginar un nuevo relato museístico
de la historia nacional que se aleje de la noción de
reliquia para incluir mayor diversidad de bienes
patrimoniales y tenga en cuenta la equidad de
representación. La reflexión sobre la pluralidad de
experiencias y posiciones en torno a los acontecimientos
narrados, permitirá un abordaje de la sociedad, la economía
18
Yúdice, George. 2002. El recurso de la cultura. Usos de la cultura en la era global. Editorial
Gedisa. Barcelona. El autor plantea la concepción de la cultura como un recurso que tiene diversos usos y
se ha transformado en un instrumento central de la economía simbólica que gobiernos y empresas
intentan aprovechar.
19
Huysen, A. Op. Cit. p.74.
20
Huysen, A. Op. cit. P.73
18
y la cultura en tanto procesos históricos y espacios de
conflicto.
El Museo Etnográfico comienza a insertarse en estos debates
y, al replantear su función, modifica la mirada sobre sus
colecciones. Nuevos objetos para ser vistos y recordados.
Viejos objetos que den presencia a otras voces, otras
experiencias y otras luchas lejanas y cercanas a la vez.
19
Cap IV Proyectos. Idas y Vueltas.
y de tabular. 21
21
Se adjunta en el Anexo 1 el modelo de encuesta seleccionada.
20
seleccionado, antes mencionado y desde las 14 horas hasta
las 19 horas (horario de apertura y cierre de ambas
instituciones respectivamente) sólo transitaron rumbo a la
Biblioteca cuatro personas. Tres de ellas no entraban
dentro de las cuotas del universo seleccionado, por
tratarse de extranjeros que estaban visitando el Museo y el
individuo restante no quiso contestar el cuestionario
alegando falta de tiempo.
“Estimados Amigos:
21
molestias ocasionadas.”22
22
Pregunta: Generalmente los estudiantes de las carreras que
mencionas, ¿pasa por la biblioteca o "pasa de" la
biblioteca?
23
V. S. - Es muy importante el material concerniente a
revistas periódicas especializadas. Decenas de
investigadores consultan las novedades. Los estudiantes de
Antropología Etnografía e Historia suelen consultar autores
teóricos clásicos (Todorov, Giddens, M. Harris, L, Strauss)
durante los primeros años de sus respectivas carreras.
24
Conclusiones.
25
Roberto Bolaño. 2666.
26
procesos de inclusión en espacios públicos, donde se
evidencian de forma rotunda estas desigualdades.
Desgraciadamente la existencia de sectores sociales
excluidos ha pasado de ser concebida como una situación a
combatir, a ser un hecho definitorio de nuestra sociedad.
Algo que muchos entienden ya como un fenómeno estructural.
La exclusión cultural es una forma más de exclusión social.
Los bienes culturales se hacen cada día más inalcanzables
para aquellos que, por excluidos, no pueden acceder a las
fuentes de conocimiento con normalidad
No hay inclusión e igualdad social sin políticas culturales
que avalen el acceso universalizado y democrático a la
cultura. Ya que la cultura se ha convertido en un fuerte
elemento de identidad que construye colectividad y se
convierte en un fuerte elemento de cohesión social. Una
política pública tiene que garantizar el acceso a las
fuentes de información y cultura para poder luchar con
eficacia contra la desigualdad. Y en esta estrategia la
biblioteca desempeña un papel fundamental. Por lo tanto,
la biblioteca no puede dar la espalda a las nuevas
realidades sociales, por muy duras que estas puedan ser, y
se tiene que convertir en un agente más de socialización
para todos los sectores.
Las bibliotecas han demostrado que son centros estratégicos
para aplicar las políticas de disminución de las
desigualdades culturales. El acceso público y gratuito a
las fuentes de información y a la cultura hace de éstas un
elemento clave en la lucha por la cohesión social que deben
desarrollar las administraciones públicas en los diferentes
terrenos.
Bibliografía Consultada
27
• Bayardo, Rubens. “Antropología, Identidad y Políticas
Culturales, en Ciudad Virtual de Antropología y Arqueología.
En: http://www.naya.org.ar/articulos/identi01.html.
28
• Kymlicka, Will y Wayne Norman. "El retorno del ciudadano. Una
revisión de la producción reciente en teoría de la ciudadanía".
En: Agora, Nº 7, Buenos Aires, 1997.
29
• Roca, Andrea C. M. Objetos Ajenos, Historias compartidas: los
usos del tiempo en un museo etnográfico. Universidad Federal
De Río De Janeiro. Río De Janeiro, 2006
Anexo 1
Modelo de Encuesta
30
Cuestionario de la encuesta:
Sexo
Femenino Masculino
SI
NO
NS/NC
Otros motivos
SI
NO
NS/NC
31
SI
NO
NS/NC
• SI
• NO
• NS/NC
Anexo 2
Marcación Geográfica
32
33