Вы находитесь на странице: 1из 9

LA SEMÁNTICA LÉXICA.

RELACIONES SEMÁNTICAS ENTRE LAS PALABRAS:


HIPONIMIA, SINONIMIA, POLISEMIA, HOMONIMIA Y ANTONIMIA.
LOS CAMBIOS SEMÁNTICOS.

1. Introducción a la Semántica
2. Relaciones semánticas entre las palabras
2.1 Hiponimia. Hiperonimia. Cohiponimia
2.2 Sinonimia
2.3 Antonimia
2.4 Monosemia, polisemia y homonimia
3. Los cambios semánticos
3.1 Denotación y connotación
3.2 Cambios semánticos: metáfora y metonimia
3.3 Cambios lexicológicos: tabú, eufemismo, disfemismo. La etimología
popular

1. Introducción a la Semántica

La Semántica puede definirse como la parte de la Lingüística encargada del


estudio del significado. El problema viene a la hora de definir qué se entiende por
significado. En todo caso, está claro que hay dos tipos de significado: significado léxico
y significado gramatical. Ambos son, pues, objeto de estudio de la Semántica. Sin
embargo, el estudio de los monemas de significado gramatical (morfemas) suele
entenderse como correspondiente exclusivamente a la Morfología, y fue allí donde los
estudiamos (Tema 4). Esto ocurre debido a lo poco que se puede decir acerca de la
significación de los morfemas de singular o plural, por ejemplo. El estudio del
significado de los morfemas es mucho más fácilmente sistematizable que el de los
lexemas, ya que el significado gramatical constituye un conjunto cerrado y breve
(singular, plural, masculino, femenino, superlativo, tiempo, modo, aspecto, etc.). El
significado léxico, sin embargo, constituye una clase relativamente abierta o no
limitada, en continua ampliación, restricción y cambio, como veremos. Por otro lado,
del significado de las oraciones se encarga casi exclusivamente la Sintaxis, mezclando
conceptos funcionales y formales que llevan en muchos casos a confusiones y
equívocos. Los estudios semánticos propiamente dichos se han reducido, por tanto, al
estudio de los significados léxicos. Podemos redefinir entonces la Semántica léxica
como la descripción del significado de las palabras, de la estructura que esos
significados tienen y de las diferentes relaciones que mantienen unos con otros
dentro del sistema de la lengua.

1.1 Significado y referencia.

No debemos confundir el significado de una palabra con su referente, es decir, el


objeto u objetos a los que el signo representa. Así, el signo lingüístico caballo está
formada por un significante /kabáλ o/ y un significado ‘animal cuadrúpedo de la
familia de los équidos...’. esta representación, este signo lingüístico, nos permite aludir
Lengua Castellana y Literatura. 2º de Bachillerato. Tema 8

en un mensaje a un ser real, un caballo, que es el referente del signo. El significado es


un hecho del sistema, y es constante: cada signo tiene su propio significado específico,
mientras que la referencia a un ser concreto de la realidad puede cambiar, y
depende del uso que le demos en un determinado discurso: en Tu caballo es más
rápido que el otro caballo del establo, el significado del signo caballo es el mismo, es
inmutable (‘animal cuadrúpedo...’), pero la referencia varía en uno y otro caso. Esto
permite entender que haya palabras que carecen de un referente real, pero que sí poseen
un significado en el sistema, como unicornio, y que haya palabras con diferente
significado pero que puedan ser utilizadas para un mismo referente: A mi gato lo mató
un coche un día en que el pobre animal se escapó de casa.

1.2 El significado en el sistema: sema, semema, archisemema, archilexema y


campo semántico.

Para llegar a la definición de campo semántico, antes debemos definir las


unidades semánticas fundamentales del sistema de la lengua:

• el sema es la unidad mínima de significación, es decir, un rasgo semántico


distintivo mínimo. Estos rasgos vienen dados por los diccionarios, aunque no
siempre con exactitud
• el semema es el conjunto de semas que componen una unidad léxica o lexema
• el archisemema es el conjunto de rasgos distintivos o semas comunes a varios
sememas. Si equivale a un lexema, este se convierte en archilexema.
Haciendo uso de estos conceptos, podemos establecer los denominados campos
semánticos, o estructuraciones de los semas que sirven para diferenciar a una serie de
signos lingüísticos en el sistema. Reproducimos aquí uno de esos campos semánticos:

semas
mueble para para una para con con cómodo
sentarse persona varias brazos respaldo
personas
taburete + + + - - - -
silla + + + - - + -
sillón + + + - + + -
butaca + + + - + + +
sofá + + - + + + +
diván + + - + - - +
banco + + - + - - -
lexema semema
Cada uno de los rasgos que definen el significado de los signos es un sema
(‘mueble’, ‘cómodo’, ‘para sentarse’...). El semema de butaca sería el conjunto de
semas que posee: ‘mueble para sentarse, para una persona, con brazos, con respaldo y
cómodo. El archisemema de todos estos signos sería el conjunto de semas que todos
comparten: en este caso, ‘mueble para sentarse’, que sería la definición de asiento,

2
Lengua Castellana y Literatura. 2º de Bachillerato. Tema 8

archilexema de los elementos de este campo semántico. El campo semántico lo


compondrían todos aquellos sememas que comparten entre sí al menos un sema.

Debemos diferenciar entre campo semántico y familia léxica. Un campo


semántico lo compondrían todos aquellos signos que comparten al menos un sema
(como el campo semántico que hemos visto arriba). Una familia léxica estaría formado
por todos aquellos signos que comparten el mismo lexema: así, existe la familia léxica
de terr- (tierr-), formada por palabras como tierra, terreno, terroso, aterrizar,
desterrar, destierro, entierro, enterramiento, enterrar, terrícola, terraplén,
terrateniente, terremoto, etc.

2. Relaciones semánticas entre las palabras

2.1 Hiponimia. Hiperonimia. Cohiponimia

Estos tres términos se refieren a la relación de inclusión de significados. Cuando


el significado de un término incluye el de otro, se dice que es su hiperónimo. Así, flor
es hiperónimo de rosa, clavel, azucena, margarita, etc., y animal sería hiperónimo de
mamífero, ave, pez, insecto..., que son sus hipónimos. Por supuesto, un hipónimo puede
convertirse a su vez e hiperónimo de otros términos: mamífero sería el hiperónimo de
términos como perro, gato, vaca, oveja, mono, delfín, ballena, etc., y estos a su vez
podrían ser hiperónimos de otros términos. Los hipónimos de un mismo hiperónimo son
cohipónimos entre sí (por ejemplo, ave y pez son cohipónimos entre sí, ya que ambos
son hipónimos de un mismo hiperónimo, en este caso animal).

2.2 Sinonimia

En general, se define la sinonimia como la identidad de significado entre dos


significantes distintos. Puede haber distintos grados de sinonimia:

a) sinonimia completa o total: aquellas palabras cuyos significados coinciden


en todas sus acepciones y usos, es decir, aquellas palabras que son intercambiables en
todos los contextos. Este tipo de sinonimia es muy poco frecuente, ya que ataca
directamente la ley de la economía de la lengua (utilizar el menor número de unidades
posibles: a cada signo le corresponde un significado único y exclusivo). Ni siquiera
palabras como blando y tierno son sinónimos completos: la manteca es a la vez blanda
y tierna, pero no se dice que la cama está tierna, sino blanda, ni que el asado está
blando, sino tierno. Un caso de sinonimia completa sería el de cecitis y tiflitis, con
idéntico significado en Medicina: ‘inflamación del intestino ciego’.

b) sinonimia conceptual o parcial (o contextual): es mucho más habitual que


la total o completa. Se produce cuando dos términos son equivalentes y conmutables
entre sí en algunos contextos, no en todos. Por ejemplo, anotar y apuntar son sinónimos
parciales, ya que podemos decir He anotado/ apuntado su número de teléfono. Lo

3
Lengua Castellana y Literatura. 2º de Bachillerato. Tema 8

mismo ocurre con torear y lidiar: podemos decir Manolete toreó/ lidió en la
Maestranza, pero no podemos decir *Hay que torear este asunto y sí Hay que lidiar
con este asunto.

2.3 Antonimia

La antonimia es un caso particular de oposición semántica. Dentro de las


oposiciones semánticas, John Lyons distingue entre:

a) complementariedad: la característica que define a estos términos es que la


negación de uno implica la aserción del otro y la aserción del uno implica la negación
del otro. Es lo que ocurre en pares de palabras tales como: soltero-casado, puntual-
impuntual, legal-ilegal, macho-hembra... Estos términos son complementarios.

b) antonimia propiamente dicha: es la relación que se da entre términos como


grande y pequeño. En estos términos la relación de oposición es gradual, y la aserción
de uno implica la negación del otro, pero no se puede decir que la negación de uno
implique la aserción del otro. Así, grande implica no pequeño, pero no grande no
implica necesariamente pequeño (puede ser mediano).

c) inversión o reciprocidad: es la relación que se da entre comprar y vender o


entre padre e hijo, términos que guardan una relación de inversión lógica, sin que la
negación o aserción de uno implique ni la negación ni la aserción del otro. Tampoco
hay una posible gradación. En español existe un caso curiosísimo de inversión o
reciprocidad en los significados de un mismo lexema: nos referimos a huésped, que
significa, según el DRAE, al mismo tiempo ‘persona alojada en casa ajena’ y ‘persona
que hospeda en su casa a uno’.

3.4 Monosemia, polisemia y homonimia

Si recordamos la definición de signo lingüístico, decíamos que estaba dotado de


un significante y de un significado. Parecería lógico que a cada significante le
correspondiera un solo significado y viceversa. Sin embargo, a fuerza de funcionar en
diversos contextos y de asumir usos metafóricos, muchas palabras han ido adoptando a
lo largo del tiempo significados diversos.

a) Una palabra es monosémica cuando a su significante le corresponde un solo


significado, como geología o mendigo.

b) Una palabra es polisémica cuando a su significante le corresponden varios


significados: hoja (de árbol, de papel, de cuchillo...) o ilustrar (‘explicar’, ‘adornar con
grabados’...) son palabras polisémicas. En realidad, cada relación entre un significante y
su significado supone un signo lingüístico diferente: hoja (de árbol) sería un signo
lingüístico y hoja (de cuchillo) sería otro signo distinto. La polisemia también afecta al
significado gramatical: el prefijo in- es polisémico, y puede significar ‘movimiento
hacia dentro’, ‘situación interior’ y ‘negación’ (ver Tema 4).

4
Lengua Castellana y Literatura. 2º de Bachillerato. Tema 8

c) Por último, es importante no confundir polisemia con homonimia, que es un


fenómeno diferente: la homonimia consiste en la coincidencia formal de dos palabras
originariamente distintas, es decir, con significante y significado diferentes, cuya forma
ha llegado a coincidir a causa de la evolución fonética o de la derivación:

latín MERUS ‘pez’ mero  portugués mero ‘simple’

latín IOTA ‘letra’ jota  árabe satha ‘baile’

A veces, la coincidencia es tanto fónica como gráfica: en este caso, los términos
homónimos son homófonos (igual sonido) y homógrafos (igual grafía):

latín CLAMA ‘golpea la puerta’, ‘nombra’


latín llama ‘masa gaseosa derivada de la
FLAMMA combustión’
voz quechua ‘animal’

Otras veces, la coincidencia solo es fónica, no gráfica; en este caso, los términos
homónimos son homófonos, pero no homógrafos:

verbo haber  habría / abría  verbo abrir

3. Los cambios semánticos

3.1 Denotación y connotación

Las palabras tienen por sí mismas un significado objetivo, que es el que


encontramos en los diccionarios. Así, toro significa, entre otras cosas, ‘mamífero
rumiante, de metro y medio de altura hasta la cruz, con cabeza gruesa armada de dos
cuernos’. Este es el significado denotativo. A veces, las palabras son capaces de
sugerir algo o se contagian de alguna característica del objeto al que designan, de modo
que a su significado objetivo se le añaden rasgos significativos subjetivos. Así, la
palabra toro puede evocar nociones de valor, fortaleza, bravura, belleza, muerte,
espectáculo..., lo cual nos permite emplearla en expresiones como Este hombre es un
toro. Este es el significado connotativo.

El significado denotativo es común, estable, constante y objetivo para todos los


hablantes de una lengua, y asegura la eficacia de la comunicación, ya que supone un
acuerdo entre lo que el hablante desea transmitir y lo que el oyente interpreta. El
significado connotativo, por el contrario, supone un contenido que el hablante sugiere o
evoca intencionada o involuntariamente en la mente del oyente y que éste ha de
comprender para que la comunicación tenga éxito y sea completa: El problema es que
cuando bailas te mueves como un caballo.

5
Lengua Castellana y Literatura. 2º de Bachillerato. Tema 8

Las connotaciones pueden ser de tres tipos: socializadas, cuando son


compartidas por toda la sociedad (asno ‘ignorante’); de grupo, cuando son propias de
un grupo determinado (proletario para un aristócrata, y noble para un proletario); e
individuales, dentro de las que incluimos las de los poetas.

3.2 Cambios semánticos: metáfora y metonimia.

Entendemos por cambio semántico todo aquel proceso en el que el cambio de


sentido de una palabra afecta al semema (al conjunto de semas de la palabra), en el cual
alguno de sus semas ha sido suprimido o sustituido, no afectando al lexema, que se
mantiene intacto. Cuando se cambie también el lexema, la forma del signo, hablaremos
de cambio lexicológico, que veremos más adelante (3.3).

En cuanto al cambio semántico, podemos encontrarnos con que la alteración del


semema supone una extensión significativa, una ampliación de su contenido
significativo: así ocurre con maestro, que antiguamente solo era ‘de escuela’, mientras
que en la actualidad se ha producido una extensión significativa que ha hecho que su
significado sea más amplio: ‘persona hábil en un oficio’, ‘ejemplo a seguir’, ‘torero’,
etc. Por el contrario, podemos encontrarnos con una restricción significativa:
banderilla significaba antes cualquier ‘bandera pequeña’ y hoy ‘palo delgado que usan
los toreros’. Los cambios semánticos enriquecen el idioma y, muchas veces, son la
expresión de la creatividad del hablante. Un ejemplo de ello son los denominados
tropos: sobre todo, metáfora y metonimia.1 Contrariamente a lo que se pueda pensar,
metáfora y metonimia no son elementos exclusivos de la lengua literaria, sino que están
muy presentes en el uso cotidiano del idioma, y son instrumentos privilegiados de esa
creatividad de los hablantes que antes mencionábamos.

a) la metáfora es la transposición de significados entre dos palabras que tienen


alguna semejanza significativa (real o imaginada). De esta forma el término araña pasa
a significar, metafóricamente, ‘lámpara’ (cuando esta se parece por su forma al animal).
La metáfora se usa constantemente en la lengua común: brazo de mar, valle de
lágrimas, pata de gallo...

b) la metonimia es la transposición semántica basada, no ya en la similitud, sino


en la contigüidad. Por ejemplo, cuello significa ‘parte de la camisa’ porque se abrocha
al cuello de la persona. La contigüidad puede deberse a distintas relaciones: el todo y la
parte2 (cabeza de ganado como ‘res’), el continente y el contenido (un plato de
estofado), el objeto y el lugar de donde procede (un rioja), el agente y el instrumento
(un espada para referirse a un torero), etc.

3.3 Cambios lexicológicos: tabú, eufemismo, disfemismo. La etimología popular

Hemos considerado hasta ahora los casos en los que ha cambiado el sentido,
pero no la palabra que lo designa. Cuando esto ocurre, es el semema el que permanece
sin variación y es el lexema el que varía. Hemos de hablar de tabú, eufemismo,
disfemismo y etimología popular.

1
Por su escaso rendimiento, no consideraremos la sinécdoque.
2
Esta metonimia es precisamente la que recibe el nombre de sinécdoque.

6
Lengua Castellana y Literatura. 2º de Bachillerato. Tema 8

a) los lexemas tabú son aquellos que, existiendo en la lengua, no se concretan


en el habla por causas extralingüísticas que hacen de ellos términos “innombrables”.
Las causas pueden ser la superstición, los prejuicios sociales, etc. No está bien visto
decir Mira ese negro o Tengo criada. Lo mismo ocurre con términos como pobre,
viejo, ciego, subnormal, etc.

b) en lugar de las palabras tabú utilizamos los eufemismos, que no son más que
sustitutos léxicos que, basándose en metonimias, liberan al hablante que considera
impropios los otros términos. Lo curioso del caso es que a veces se consigue el efecto
contrario, de modo que si utilizamos la expresión hombre de color se puede poner de
manifiesto la connotación negativa que ha adquirido el término negro, por lo cual el
sujeto aludido puede sentirse aún más marginado: ¿qué tiene de malo ser negro, que no
se puede decir? Por esta razón, los eufemismos suelen convertirse rápidamente en
tabúes lingüísticos, hasta que al final no queda más significante posible que la simple
omisión del término: es lo que ha ocurrido con la expresión estar preñada, que dio paso
al eufemismo estar embarazada (embarazo significa ‘obstáculo’: ¡qué eufemismo!),
que rápidamente se convirtió en tabú para dar lugar a expresiones tan “cursis” como
estar en estado de buena esperanza, estar en estado (¡genial redundancia!), estar
esperando (¿esperando qué?) o, en el colmo de la finura, estar, a secas: ¿Te has
enterado de que Ángeles está?.

c) el caso opuesto al eufemismo es el disfemismo, que consiste en utilizar, casi


siempre en tono humorístico o con intención degradante (o ambas a la vez), una palabra
o expresión de tono menos elevado (pero no tiene por qué ser vulgar) del que
correspondería denotativamente: matasanos por médico, coco por cabeza, estirar la
pata por morir, garras por manos, patas por piernas, picapleitos por abogado, etc.

d) por último, debemos mencionar las llamadas etimologías populares. Se trata


de una forma de contaminación, de confusión en la mente de gente poco cultivada, que
atribuye a una palabra un origen y formación fantasiosos, de manera que se modifica su
valor y se produce un cambio de sentido. El hablante cree encontrar familiaridad entre
dos lexemas, porque sus significantes se asemejan, aunque no tengan ningún parentesco
etimológico. Así, del latín ANTEOSTIANUM (‘terreno situado ante las puertas de la
ciudad’) surgió el castellano anteuzano, pero como solía estar en alto, la etimología
popular lo convirtió en altozano. También Sanlúcar, derivado de un primitivo SOLIS
LOCUM (‘lugar del sol’), donde se relacionó el primer lexema con santo (como San
Juan, en lugar de zaguán). Esto mismo ocurre en el Aljarafe sevillano, donde los
“todoterrenos” de la empresa NISSAN se denominan San Patrol (Nissan Patrol). Por
cierto, es conveniente que a estos vehículos les revisen cada cierto tiempo los
gomáticos. Otros casos de etimologías populares son destornillarse en lugar de
desternillarse, azararse en lugar de azorarse, etc.

Bibliografía

BOSQUE MUÑOZ, Ignacio (et al.), Lengua Castellana y Literatura. 2º de Bachillerato,


Madrid, Akal, 2004.
COSERIU, Eugene, Principios de semántica estructural, Madrid, Gredos, 1986 (2ª ed.)
GÓMEZ TORREGO, Leonardo, Gramática didáctica del español, Madrid, SM, 1998.

7
Lengua Castellana y Literatura. 2º de Bachillerato. Tema 8

GUTIÉRREZ ORDÓÑEZ, Salvador, Introducción a la Semántica Funcional, Madrid,


Síntesis, 1989.
LAMÍQUIZ, Vidal, Lingüística española, Sevilla, Publicaciones de la Universidad de
Sevilla, 1975.
LYONS, John, Introducción en la lingüística teórica, versión española de Ramón
Cerdá, Barcelona, Teide, 1977 (4ª ed.)

Ejercicios

1. En las siguientes palabras, indica cuál es el significado y qué entidades


pueden ser su referente –en distintos contextos-: Júcar, agua, nuestro, aunque, y,
que, aquel, pronto, Venus, Cuenca, cuyo, pegaso, Manuela, perro, arena, suave.

2. Señala si hay homonimia o polisemia en las palabras subrayadas


siguientes:
Manda sobre ti como si fuera tu amo / Ya no te amo.
Con su arco, era capaz de cualquier cosa / El arco de la puerta de la iglesia es
ojival.
Dame otra hoja, que tengo que seguir escribiendo / Esa puerta tiene dos hojas.
Lo tuyo no tiene cura / Este pueblo no tiene cura.
Mientras haya vida, hay esperanza / Se durmió al pie de una noble haya.
Arrancaron el árbol de raíz / La raíz del problema está en que no cambia de
actitud.
Cerca de mi casa hay un estanco / Rodeó la casa con una cerca.

3. Establece con ejemplos si en las siguientes palabras hay homonimia o


polisemia: vino, metro, celos, curso, cara, gato, lava, cromo, pie, pluma, cola, ante,
ocaso, red, cabina, talón, íntegro, ala, buitre, cabo, tara, columna, vela, brazo, cateto,
operación, cuello, gallina.

4. Distingue denotación de connotación en las siguientes palabras: jesuita,


higo, churro, boutique, Judas, Pilatos, parado, negro, cordero, viejo, anciano, abuelo.

5. En ocasiones, se utilizan nombres de animales para referirse a las


personas. ¿Qué connotan los siguientes? águila, burro, delfín, cerdo, cordero, perro,
hormiga, zorro, loro, pulpo, gusano, víbora, gallina, gallo, tiburón, renacuajo, ganso,
zángano.

6. En los siguientes sinónimos conceptuales, señala los matices significativos


que permiten diferenciarlos y construye enunciados para ejemplificarlos: fallecer-
morir, mentira-embuste, carta-epístola, alabanza-loa, soltarse-desasirse, rostro-cara,
orinar-mear, parir-dar a luz, castrar-capar, lamentar-deplorar, cansancio-fatiga.

7. Señala el tipo de oposición léxica que hay entre los siguientes pares de
palabras: tónico-átono, sabroso-insípido, siempre-nunca, salado-soso, lleno-vacío,
cóncavo-convexo, masculino-femenino, limpio-sucio, juventud-vejez, ofrecer-aceptar,
apreciar-despreciar, crudo-guisado, legal-ilegal, pagar-cobrar, completo-incompleto,
gigante-enano, antes-después, odiar-amar, esposo-esposa, sencillo-complicado,
encendido-apagado, gordo-flaco, carecer-poseer, fácil-difícil, culto-inculto, padre-hijo,

8
Lengua Castellana y Literatura. 2º de Bachillerato. Tema 8

enseñar-aprender, rápido-lento, conocido-desconocido, empezar-acabar, fuera-dentro,


doblar-desdoblar, exacto-inexacto, unido-desunido, lícito-ilícito.

Вам также может понравиться