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URASAKISHIKIBU

HISTORIA DE GENJI

EDICiÓN
ROYALL TYLER

TRADUCCiÓN

JORDI FIBLA


....

~
¡/
ATALANTA
2°°5
•• -------------!--------
I't'_ _

ÍNDICE
En portada: El festival de los cerezos en flor (Cap. 8)
En contraportada: La práctica de la escritura (Cap. 53]
Escuela Tosa. Siglo XVII

Introducción
11

1. El pabellón de la paulonia
(Kiritsubo)
35
2. El árbol de retama

Á
(Hahakigi)
55
3. El caparazón de cigarra
CASA ASIA
( Utsusemi)
Este libro ha recibido una ayuda a la investigación 87
del programa de becas integradas Ruy de Clavijo 2aa~; 4. La belleza crepuscular
concedida anualmente por Casa Asia. (Yúgao)
97
5. La joven Murasaki
(Wakamurasaki)
12 9

6. El alazor
(Suetsumuhana)
16 3
7. Baj O las hoj as otoñales
(M omiji no Ca)
r87
8. Bajo las flores de cerezo
(Hana no En)
2°9
Todos los derechos reservados. 9. Aoi
(Aoi)
Título original: The Tale of Genji
21 9
© De la edición original: Royal! Tyler
r o. La rama verde
© De la traducción: Jordi Fibla
© EDICIONES ATALANTA, S. L. (Sakaki)
Mas Pou. Vilaür 17483. Girana. España 253
Teléfono: 972 79 58 05 Fax: 97 2 79 58 34 r r. Flores que caen
atalantaweb.com (H anachirusato)
28 7
ISBN: 84-934625-2-7
Depósito Legal: B-42.835-05
32
UMEGAE

La rama de ciruelo

«Umegae» rama de ciruelo») es el título de una canción saibara


que canta en una reunión festiva uno de
los hijos de Tó no Chújó.
RELACIÓN CON LOS CAPÍTULOS ANTERI

«La rama de ciruelo» sigue a «La hermosa columna» en cronológica.

PERSONAJES

Su Gracia, el canciller~rJ:ii) de

La dama del lado sudeste, de r años ~:~,)


Su Alteza de la Guerra, hermano de Genji ~~HY6b1ky6 no Miya) ',
(3 enji planea.ba.alg. o...excepcional para la cere.. mo. n.ia.d.e.. la.~~.o.. l.<:'~~ción de la cola de su hija.
~ELpríncipe heredero iba a llegar a la mayoría de edad en e! mismo segundo mes, y
La ex sacerdotisa del Kamo ({i\sagao) presumiblemente a la ceremonia seguiría Gpresentación de la muchacha al príncipe.
Era el último día de! primer mes, y Genji pas6~rint~rVarod~~aj~a en cas~ y en la
El capitán consultor, hijo de Genji, de r8 años
corte, mezclando incienso.' Al examinar la madera que le había regalado el delegado del
El capitán secretario, hijo mayor de T6 no Chüjó, de virrey de Dazaifu, pensó que tal vez sería mejor la madera añeja, así que pidió que abrie-
ran los almacenes de Nijó y le entregaran toda clase de objetos chinos.
El ~~E~~_:enescal, de 22 o 23 años
-Cuando se trata de brocados, sargas y materiales porel estilo -comentó mientras los
Su Majestad, la emperatriz, de años (Akikonomu) cornparaba-, los antiguos siguen siendo los más bellos y mejores.
ioven dama, hij~~~9:':.nji, de 11 años Para cubrir los accesorios personales de la muchacha, o como piezas sobre las que des-
cansarían, o para confeccionar los bordes de los cojines, etcétera, eligió entre la gran variedad
El príncipe heredero, de 1, años
de sarga:"XErocados de color carmesí y dorado,' de calidad superior a cualquier tela moder-
Su Excelencia, e! ministro de Palacio 11 o no nacrestos de-las regaladas a la corte por la embajada de Koma durante e! reinado de su padre,
e! difumo emperador.v ofreció a sus damas las sargas y gasas acababa de recibir. Hizo
Su hija, de 20 años (Kumoi no Kari)
que dispusieran ante él las maderas de ijilci~!1so antiguas ynuevasy entonces las entregaran a
sus damas con la petición de que cada/hna efectuara dos mezclas. Todo el mundo en Rokuj6
y otros lugares tuvo que ponerse man~s a la obra en la preparación de s~berbios regalos para
los invitados, recompensas para los nobles de alto rango, etcétera; pero ahora cada uno tam-
bién tenía decisiones que tomar, y los morteros de hierro) sonaban ruidosamente por doquier.
Genji se encerró en la casa principal y s<;"puso a mezclar.de acuerdo con los dos métodos
(¿cómo los había aprendido?) que figuran en las Instrucciones de Sówa.' Su dama se había
instalado especialmente en lo más recóndito de los aposentos de! ala este, afinde dominar
el método enseñado por e! Señor del Ceremonial de Hachijó.' Así pues, los dos competían,

1. Para que su hija lo llevara a palacio. El proceso consistía en mezclar madera de incienso en polvo y Un aglu-
tinante como la miel o la savia, dulce y hervida, de la enredadera amachazuru, formando bolas de incienso.
2. Higonki, brocado rojo COn hilo de Oro.
). La madera de incienso se golpeaba hasta reducirla a polvo con un mortero y una mano de hierro.
4. Las dos recetas (para los tipos de incienso kurobó y jiju) enseñadas por el emperador Ninrnyó durante el
periodo Sówa (también Shówa o Jówa) (834-848). En principio sólo se transmitían a las mujeres.
5. El príncipe Motoyasu, séptimo hijo del emperador Ninmyó.

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y el estricto secretismo de ella hizo observar a Genji: Tras leerlo, lo entre murmullos.
-¡Después de todo, una fragancia gana o pierde según sea más leve El capitán fue en busca del mensajero, lo detuvo y le dio de beber hasta que
o más profunda! estuvo Genji pidió que le pusieran en los hombros un juego
Estaba tan absorto en la tarea que apenas parecía el padre de la de túnicas femeninas, con un vestido largo de tela china y forro de color rojo cirue-
muchacha po;.T~q;-~"Tb-ii-ccl~brarsela ceremonia. Pocas damas la. Respondió en mismo color, y arrancó de su árbol una ramita con flores a la
les atendían. Las mujeres habían confeccionado los accesorios que ató la misiva.
del modo más beJf;;-p;:;-~rbTe~y-~ntr~en;;:~~fdi~~-ii;-d~-j~~tarros -Me pregunto qué decir esa carta -dijo Su Alteza con cierta animación-o ¿Qué
y c_~;¡.s_de incienso, así como el estilo del incensario, eran tan secreto requiere que -Sentía una intensa curiosidad.
originales y curiosos que Genji esperaba con ilusión llenarlos -Sí, ¿qué puede Lamento que imagines que querría guardarte algún secreto.
con el mejor incienso una vez hubiera seleccionado los aromas Genji dejó que su respondiera más o menos:
que ahora todas estaban preparando.
Incensario El décimo día de! segundo mes caía una lluvia ligera, y el invade todavía más mi corazón con su dulce perfume,
ciruelo rojo situado ante la residencia de Genji estaba en flor, aunque suprimido un aroma para que no se note en el aire.
magnífico y emitiendo una fragancia incomparable, cuando su Alteza de la Guerra llegó para
presentarle sus respetos, puesto todo debía estar listo aquel día o e! siguiente. Él y Genji siem- -Admito que todo puede parecer bastante frívolo, pero ella es mi única hija y creo
pre habían tenido una intimidad especial, y hablaban animadamente de esto y aquello cuando que hago lo único Sería incómodo pedírselo a alguien que no sea un pariente,
llegó un mensajero con una car¡;~~-t~~Ea una rama de ciruelo a laque le faltaban la mayor parte puesto que no es belleza, y había pensado que podría solicitar a la emperatriz que
de las flores.vEl mensajero informó de que procedía de la ex sacerdotisa del Kamo. venga desde palacio. una relación muy estrecha, pero su categoría inspira tanto
Su Alteza oyó hablar de ello. respeto que no me a exponerla a cualquier vulgaridad.
-¿Qué clase de carta te ha enviado? -le preguntó con regocijado interés. -Sí, por supuesto Su Alteza-, y tú también debes considerar que ella es alguien
Genji sonrió. cuya buena fortuna ser emulada.
-Me tomé la libertad de hacerle una petición, y ella parece haberla satisfecho de un Genji aprovechó para enviar recaderos para que recogieran los inciensos que
modo magnífico. -Ocultó la carta. las damas habían diciendo que se-p~~p;;~ía probiflostodos e; la humedad de
En una caja de madera de aloe' había colocado dos tarros llenos de bolas de incienso de E noche." EÍlas los presentaron de muchas maneras primorosas.
considerable tamaño. Los nudos de regalo de! azul oscuro representaban una rama de pino -Te ruego que los ¿A quién más podría mostrárselos?" -dijo Genji. Pidió
y los del blanco, flores de ciruelo,' e incluso los cordones que los ataban eran muy bonitos. que le trajeran un e insistió en que su Alteza los probara.
-¡Qué objetos tan primorosos! -exclamó Su Alteza, y entonces reparó en e! poema -¡No soy yo conoce! -replicó con modestia Su Alteza, pero estableció finas
escrito con tinta tenue: distinciones de ellos, incluso entre los de la misma clase, y así, después de
}2/1- todo, logró decidir eran los mejores.
El aroma de las flores no permanece en la rama de la que han caído, Finalmente Genji que trajeran los dos que él mismo había mezclado. De la misma
pero ojalá este incienso perfume intensamente las mangas que pronto impregnará.' manera que en incienso se entierra junto al arroyo que fluye ante los aposentos
de la Guardia de la él había enterrado el suyo junto al que pasaba bajo la pasa-
rela del oeste de su El ayudante de la Guardia, hijo del consultor Koremitsu, lo
6. Shuishu 1063, de Nyokaku Hóshi. «La primavera ha quedado atrás y han desaparecido las flores de! cirue-
lo; esto es todo lo que queda de ellas». desenterró y el se lo llevó a Genji.
i· fin, madera de incienso procedente del centro especialmente fragante del árbol; se llamaba jin (esumergi- -¡Qué tarea le has a tu desdichado juez! ¡Mi cabeza está llena de humo!
ble») porque se hundía en el agua.
8. El azul debía de contener incienso kurobo (confeccionado con madera de aloe, almizcle, sándalo, clavo y otros
ingredientes, y estaba especialmente asociado al invierno), y el blanco, baika (clavo, sándalo, flores de ciruelo, y se 10. Ser e! padrino que (koshiyui) la cola.
asociaba a la primavera). Ir. El aire húmedo (ha lloviendo) realza la fragancia del incienso.
9, «La fragancia floral de este incienso no me sirve de nada, pues ha pasado mi tiempo, pero confío en que le 12. Kokinshú 38, de Ki que el príncipe. cita amedias en su réplica: «Si no es así, ¿a quién más se
sea útil a la joven dama». las mostraría, estas flores con su aroma>, pues sólo quien las conoce lo sabe'>.

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Habría sido de esperar que el mismo método de mezcla les «La rama de ciruelo"," la canción que se puso a cantar, tenía una gran belleza. Fue él quien
todas ellas, pero no, cada una había hecho las cosas a su manera, y h;¡;T~~;ntado «Takasago» cuando era paje,~quelLl ocasión en que los caballeros se reu-
superficial del logro era una actividad muy interesante. nieron para adivinar rimas. Su Alteza y Genji se le unieron, y la misma informalidad de la
Entre los muchos que se resistían a la clasificación, el kurobo la ex sacerdotisa del ocasión dio a la música de la velada un encanto especial.
Kamo tenía sin embargo') una magnífica cualidad balsámicaque 10 especial. En cuan- Su Alteza ofreció la taza a Genji y le dijo:
to al jiju," Su Alteza decidió que el de Genji poseía una fragancia encanto y elegancia
''-..
52 J-
excepcionales. La que reinaba en el ala sudeste de la mansión de había proporciona- Ah, mi corazón podría elevarse siempre más alto al oír el canto del ruiseñor,
do tres clases de incienso, de las cuales el baikae'Ya novedoso y con un toque fino ahora estas flores deliciosas lo inundan de tal manera con su encanto ...
y personal de peculiar calidad.
-No podría haber fragancias más primorosas que éstas para dify.ndirlas con las brisas - ... y durante mil años, estoy seguro."
de la estación -observó eÍogiosamente Su Alteza. Genji ,replicÓ:
La dama de los aposentos de verano no había deseado competir c~n las demás, y le daba "'-- 3 2...~
pavor la mera idea de que el humo de su incienso se elevara en tal compañía. Así pues, se había ¡Quisiera que vinieses esta primavera a este hogar mío donde hay tales flores,
a limitado a preparar uno solo, unkayo. '5 Era algo fuera de lo corri~fte, con una fragancia hasta que su color y su aroma fuesen del todo tuyos!
serena y de una suavidad conmovedora, La dama que habitaba en los~posentos de invierno,
a quien le había desagradado la idea de que la superasen en la prepara~ión de fragancias esta- Le pasó la taza al capitán secretario, que acto seguido se la ofreció al capitán consultor.
cionales, había dado con una maravillosa mezcla deincienso para rop~.que el difunto empe-
rador Suzaku' le transmitió a Su Majestad y que había confeccionado de acuerdo con el Sigue tocando, oh, sigue tocando con tu flauta durante toda la noche muchas dulces melodías,
método de los «cien pasos", especialmente seleccionado por el señor ~ntada.'7 Tenía una ele- ¡hasta que el adormilado ruiseñor abandone la percha de su rama!
superlativa que evidenciaba la superioridad de su concepción. Su Alteza reconoció el
de todos ellos, lo cual hizo que Genji exclamara: El capitán consultor respondió:
/ -; l
-¡Desde luego, no eres gran cosa como juez! )- ¿ '<;"
Cuando salió la luna, tomaron sake y hablaron de los viejos La brumosa luz Cuando con tacto y sigilo resuelta parece la misma brisa a evitar ese árbol,
de la runa era encantadora, tras la lluvia reciente soplaba una ligera y, con el delicio- ¿de veras querrías que tocara hasta hacer que huya el pájaro?
so aroma de las flores que llenaba la atmósfera de un modo inefable alrededor, a todos
les sobrevino un estado de ánimo muy tierno. -¡Eres demasiado cruel!
En la sala de la .servidumbre estaban colocando las cuerdas a mps instrumentos para Todo el mundo se echó a reír. El teniente senescal dijo:
ensayar la música del día siguiente, y con tantos cortesanos presentes se oían aquí y allá
los bellos sonidos de las flautas. Los hijos de Su Excelencia, el 9pitán secretario y el Mientras no haya bruma deslizándose entre la luna en lo alto y las flores aquí,
teniente senescal, habían llegado desde palacio, en visita puramente~ormal, pero Genji los no hay duda de que el pájaro en su rama seguirá emitiendo su canto."
detuvo y pid;¿ varios instrumentos de cuerda. A Su Alteza le correspondió un biwa, a
Genji unsó no koto y al capitán secretario uIl,.~agon, y se pusiero~ a tocar una animada Su Alteza no se marchó hasta que hubo amanecido. A modo de regalos, Genji le hizo
música que tuvo un efecto delicioso. L" flaui:a'·del capitán consult estableció el modo, subí;' a su carruaje vestido con un manto y un juego de sus propias túnicas, así como dos
1L
uno perfecto para la estación, que resonÓ en el aire. El teniente senescal marcó el ritmo, y tarros de incienso que había dejado sin abrir.
\'----

'3. A pesar de las expresiones de humildad del poema de Asagao. 18. Canción saibara: «A la rama de ciruelo llega el ruiseñor para cantar durante toda la primavera, toda la pri-
14. La gama del jijii, asociada con el otoño, contenía, entre otros ingredientes, de aloe y clavo. _mavera, pero aún está nevando. [Mira, qué hermoso, está nevando!».
15. Un incienso de verano que recuerda el aroma de la flor de loto. 19. Koleinshic 44, de Sósci: «¿Durante cuánto tiempo errará mi corazón por los prados? Tal vez mil años, siem-
16. El histórico emperador Uda (vivió entre 867 y 931). pre que las flores no caigan».
17. Minamoro no Kintada, distinguido cortesano y poeta (889-948). 20. Porque confundirá la luz de la luna con el amanecer.

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)2,
Con tal dulce perfume que se alza de tan bellas mangas, mi amor, que aguarda en casa, tesanos estaban de ofrecerle a sus hijas; pero .las intenciones de Genji eran tan
algo dirá sin duda... ¡reprobando mi actitud pecaminosa!, evidentes que el de la Izquierda y otras personalid~de~~eabstuvieron de hacer-
lo, temerosos de arrepentirse si daban tal paso.
-dijo Su Alteza. Al enterarse de observó:
-¡Qué marido tan pusilánime! -replicó Genji, riendo, y le siguió mientras uncían al buey. -Esto es en extremo. Sin duda la misma esencia del servicio en palacio
es el esfuerzo para un poco por encima de las demás. La vida será muy triste para
El amor que aguarda en casa te mirará asombrada cuando vuelvas, esas excelentes si permanecen encerradas en sus casas.
¡al verte soberbiamente vestido con un brocado de flores! Entonces pospuso ingreso de su hija en palacio. Los demás interesados no habían
deseado tan sólo tropel tras ella y, cuando se enteraron de su decisión, la tercera
-¡Serás todo un espectáculo! -Ie dijo, y Su Excelencia admitió la derrota a regañadientes. hija del ministro de la allá. Era conocida como Reikeiden.
Entonces Genji puso vestidos largos o túnicas sobre los hombros de los demás jóvenes Genji acondicionó su hija el Kiritsubo, que en el pasado había sido su propio apo-
caballeros. sento en que el ingreso 't~~lera lugar el cuarto mes, porque a Su Alteza
Llegó al lado sudoeste a la hora del Perro." El ala oeste, donde vivía la emperatriz, "'C no le gustaba la idea posporiie:ndOs;';11egada.Mejoi6~C;obiliario, prestó aten-
habí;-~id~preparadapara ~j acontecimiento, y una dam~ d~ honor, encargada del tocado ción personalmente a diseños de los accesorios y los bocetos para las pinturas, reunió
de la joven, ya estaba allí. En esta ocasión también acudió la dama que vivía en el lado a los mejores que los realizaran, y se ocupó de que lo hicieran todo con el
sudeste de la mansión de Genji, para ver a la emperatriz. Las damas de honor procedentes mayor esmero. Para su cofre de libros, eligió volúmenes" que podían servirle direc-
de los diversos sectores de Rokujó parecían innumerables. tamente como caligrafía. Contenían muchos ejemplos que habían hecho famo-
A la hora de la Rata" le pusieron la cola a.la joven dama. Las lámparas ardían con llama sos a los mejores del pasado entre las generaciones posteriores.
baja, pero lo que la emperatriz distinguía de ella le pareció grato en extremo. -Todo está en comparado con los viejos tiempos -le confió Genji a su arnor-,
-Mi confianza en que no I~ abandonarías me ha alentado a traerla ante ti de esta guisa y esta tardía época ha perdido toda profundidad, pero por lo menos ahora la escri-
impertinente" -le dijo Genji-i.El deseo que un padre alberga en su fuero interno es que turakanaes superior. escritura antigua parece firme, pero no transmite amplitud ni gene"
esto pueda servir de ejemplo a las generaciones futuras." rosi¿;;'¿ y parece la misma pauta. Sólo más adelante la gente empezó a escri-
grandeza de que has rodeado al acontecimiento ha sido de verdad impresionante, bir con una caligrafía fascinante, pero entre los numerosos y sencillos modelos
puestO que no tenía ni idea de cómo hacerlo apropiadamente -respondió con modestia la que reuní cuando.yo estaba muy interesado en cultivar el «estilo femenino»,' una
emperatriz, llena de encanto juvenil. línea trazada de modo el Refugio, la madre de Su Majestad, una línea con la que
Era un placer para Genji observar la armonía que reinaba entre aquellas encantadoras ella no había y que yo adquirí, me pareció especialmente notable. Sí, me
jóvenes que le rodeaban. La madre de la muchacha se quejaba amargamente de que ni siquie- temo que a! fina! injustamente su nombre. No había sido esa mi intención, pero le
ra entonces iba a ver a su hija, y Genji, compadecido, pensó en la posibilidad de invitarla dolió en lo más hondo. comprendía muchas cosas, y tal vez ahora que ha desaparecido su
después de todo, pero el temor a lo que los demás pudieran decir le disuadió de hacerlo. espíritu ha tenido cuanto he hecho por Su Majestad y me ha perdonado. La propia
Este tipo de ceremonias implicaban atender a gran cantidad de minuciosos detalles, escritura de Su un consumado encanto, pero -bajó la voz para susurrar- care-
incluso cuando se realizaban a la manera ordinaria, y no he dejado constancia de ellos por- ce de cierta gracia. La de Su Eminencia desaparecida" mostraba una gran sagacidad
que el intrincado relato de tan sólo una parte podría ser más perjudicial que beneficioso. y elegancia, pero tenía un aspecto d¿Sil poco estilo. La d;;:;;:-de p~rson~i de Su
y
Poco después del día vigésimo de aquel mes tuvo lugar la ceremonia de puesta de los Eminencia" es la que en nuestra época, aunque su caligrafíapresenta muchos detalles
pantalones del príncipe heredero. Su Alteza era un muchacho muy desarrol1adü, y los cor- caprichosos. Con generosamente-,ella,l;¡ex_§"cerclQtis:l.d_el:K.amoy tú misma
sois las9_11e realmente como es debido..
21. Aproximadamente las ocho de la tarde.
22. Aproximadamente la una de la madrugada. 25. Sóshi, volúmenes diferentes de los rollos (makimono).
2}. La hija de Akeshi llegó vestida como la niña que era. 26. Onnade, llamado así en principio eran las mujeres quienes escribían en kana.
2+ Ninguna emperatriz había representado hasta entonces ese papel en la colocación de la cola, y Genji con- 27. La de Fujitsubo.
fía en que a partir de ahora la emperatriz seguirá concediendo ese honor a padres tan distinguidos como él. 28. Oborozukiyo.

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estoy fuera de lugar Cuando anunciaron a Su Alteza de la Guerra, el sorprendido Genji se alisó el manto,
pidió otro cojínpara su visitante y le hizo entrar enseguida. Su Alteza subió los escalones
modesta! En cuan- en actitud majestuosa, con un atuendo espléndido, mientras las mujeres le miraban desde
debes saber el interior. La grave formalidad con que se saludaron también fue admirable.
Cuanto -He estado aquí encerrado con poco que hacer -le dijo Genji alegremente- y la inacti-
ch{:. vidad empezaba a cansarme. ¡Llegas en el momento oportuno!
unos Su Alteza "~r. f<l~upropio libro terminado, y Genji lo examinó de inmediato. La caligra-
fía del recién llegado no era muy brillante, pero constituía su pequeño logro, y la escritura
era en verdad muy pulcra. Los poemas que había elegido de las antiguas antologías eran cla-
con cubiertas y ramente poco corrientes, y los había trazado en sólo tres versos cada uno, en pocos y agra-
cordones exquisitos-. Debo pedirles dables caracteres chinos. Genji estaba sorprendido.
a Su Alteza Guerra y al inten- -¡Jamás había esperado de ti tales maravillas! -exclamó emocionado-o ¡Tendré que tirar
dente de la de la Puerta mis pi;celes!
Escritura de juncos Izquierda" -He pensado que debía esforzarme al máximo, ya que vaya tener el descaro de pre-
mismo haré sentar mi escritura en semejante compañía -replicó jovialmente Su Alteza.
También se tenía a sí mismo en alta consideración. Genji no podía ocultar los libros que había estado llenando, de modo que los sacó.
Seleccionó lospinceles y la tinta más exquisitos e hizo peticione~urg;entesa las damas Ambos los examinaron. Su escritura corrida en rígido papel chino le pareció a S~-AT1:eza
habi~uales, des~;nce;¿~dcl;s de tal m;~e;;quéalg;unas rehusáron¡~is ci;; iIil"ffiifágro, mientras que su-estilo femenino, sereno, dueño de sí mismo, en papel de Koma
lo cual se limitó a redoblar sus súplicas. Tenía unas bellísimas suave y delgado, de color bonito pero tenue, era incomparable. Su Alteza notó que le bro-
para poner a prueba «a nuestros taban las lágrimas para unirse al flujo de aquellas líneas flexibles que jamás cansarían, y los
mtendente de 1~"Gll;;;di~~"~1 hijo poemas en escritura corrida, ejecutados con una total libertad en papeles de magníficos
mlD1SUO de Palacio, el capitán secretario, con la orden de que realizaran colores procedentes del taller de la corte japonesa, procuraban un placer inefable. El cáli-
juncos" olaspinturas de poemas" que les viniera en gana. do y variado encanto de aquellas obras cautivó tanto a Su Alteza que ni siquiera miróÍo
Como siempre, fue al edificio principal para escribir. Las flores de ya habían caído, que habían hecho otros.
el cielo era de un seren-o-~~ry·esc;ibi(nosaIJ:ti~uos poemas a sus tal como acudían a En el trabajo que había presentado, el intendente de la Guardia de la Puerta Izquierda
su mente, en número asombroso, unos en caligrafía corrida, otros en varios al esti- se había empeñado en mostrar lo inteligente que era, pero se notaba-~¡go turbio en el
lo femenino." Tenía consigo a algunas damas de honor, sólo dos o p~~-;. moler la tinta, movimiento de su pincel, y también se detectaba el intento por su parte de ocultarlo. Su
mujeres con las que merecía la pena hablar cuando sopesaba uno u de una antigua elección de los poemas era un tanto maliciosa.
y noble colección. Todos los postigos estaban abiertos, y sumido en cerca de Genji apenas permitió ver a su visitante la obra de las damas, y no le mostró nada de lo
la terraza, con el libro sobre un apoyabrazos a su lado y el extremo pincel en la boca, su que había hecho la ex sacerdotisa del Kamo.
estampa era demasiado espléndida para que una pudiera cansarse de Cualquier Los libros de escritura de junco, cada uno de ellos diferente a su manera, eran una pura
persona sensible se habría extasiado al verle ante el papel rojo y blanco, contemplar su mane- delicia. En el del capitán consultor el agua estaba muy bien trazada, los vivaces juncos recor-
ra de sostener el pincel y de aplicarse a la tarea. daban la costa de Naniwa y la mezcla de los dos revelaba una gran desenvoltura. Aquéllas
eran también unas páginas en las que con briosa inventiva había intentado un estilo del todo
29. Un medio hermano de T6 no Chüjó.
diferente y hecho plena justicia a las letras, la colocación de las rocas y demás elementos.
30. Ashide, que consistía en piIlt.~r.~n~ escena a<:.~át~ca (con juncos, remolinos, etcétera) de tal r- -t-era
'E~_:}_~__~í.~~"~~ d:",,~_<:pinturaJor;;¡;r;n las 1,_~tras kana ¿{e liñ poema." -Es deslumbrante -dijoS;Alt~~a apreciativamcnte--. Hacer esto déb~ dehab~;l~ lle-
31. Utee, en la que un poerp.?inspirado por una pintura se escribía sobre ésta en más tenue. vado mucho tiempo.
32. La «caligrafía cO~,~ida»_k§Jconsiste en caracteres chinos escritos en cursiva su valor fonético,
mientras que la «~.~3jE~~ fftda) es kana ordinario, es decir, signos puramente sin valor ideográ-
Aquel hombre, amante de los objetos bellos y que cultivaba una gran elegancia, estaba
fico. La diferencia entre «s"Cñcílla» y «estilo femenino» ~onnade)- no está clara. impresionado en extremo.
. "---...--.

662 663
Pasaron el resto de! día hablando de caligrafía, y cuando Genji sacó una colección de de aquel color azul que llevaba sólo confirmaban su.resolución de lograr que primero
rollos poesía ~;;;feccl-oñ.aao~;-por élsistema de unir diversos papeles," Su Alteza envió a le vieran promovido a
su hijo, e! consejero, de regreso a su residencia en busca de algunos de los suyos. Eran cua- Genji deploraba la de vida extrañamente desarraigada que llevaba su hijo.
tro rollos del Man 'yóshú elegidos y escritos por el emperador Saga," y un Kokin wakashú -Si has ambiciones en esa dirección ":le dijo-, el ministro de fa Derecha
g
de! emperador En ÍJ5 en tiras de papel chino azul claro pegadas, moili:;;Gs sobre un pape! y el príncipe parecen interesados en ti, y confío en que te decidirás por uno u
azul oscuro con un llamativo diseño, rodillos de jade verde oscuro y cordones planos entre- otro. -Sin embargo, se limitaba a mantener una actitud de silenciosa deferencia. -A
tejidos siguiendo una pauta ondulante china, todo lo cual tenía un efecto encantador. Su mí tampoco me hizo gracia obedecer las lecciones de mi difunto padre sobre este
Majestad Engi había exhibido una maravillosa habilidad para cambiar de caligrafía en cada particular, por lo que estoy convencido de que deba hacerte pasar por lo mismo -siguió
rollo"d~l Kokin wakashú, y acercaron una lámpara para examinarlos. diciendo Genji-. No la experiencia me indica que lo que él me dijo es tan cierto
-Nunca le decepcionan a uno, ¿verdad? -observó elogiosamente Genji-. Ahora la gente ahora como siempre. permanezcas soltero, la gente sospechará que lo haces por
sólo es capaz de lograr una aproximación afectada. alguna razón y se sentirán tristemente decepcionados si permites que tu des-
Su Alteza se los presentó a Genji de inmediato. tino te lleve a una persona de tediosa grisura. Apuntar demasiado alto es cor-
-Aunque tuviera una hija, no querría que los viera una persona que apenas sabría qué ver tejar e! fracaso, las cosas tienen su propia medida, pero eso no es motivo para
en ellos, y la verdad es que sería un desperdicio -comentó. que te concedas libertades. Crecí en palacio, donde nunca podía hacer lo que se
Genji colocó unos rollos de caligrafía china en una caja de madera de aloe muy bella y me antojara y donde con el temor de que cualquier desliz me convirtiera en un répro-
añadió una preciosa flauta de Koma, para e! consejero. bo y que, incluso así, me condenara por mi libertinaje. No te permitas a ti mismo
También se enfrascó entonces en el estudio de la escritura kana, y buscó a cuantos, de hacer lo que te plazca tu rango es bajo y tienes escasa importancia. A veces el cora-
rango alto, o eran c~nocid~~p;;;~-;~-habiT;dad:~fin de que cada uno escribiera zón sigue su propio y es fácil buscarse la ruina a causa de una mujer cuando no hay
lo que más le gustara. No puso nada de origen bajo en la caja de libros de su hija, y distin- nadie a tu lado que tu deseo de dominarte, como muestran los ejemplos de los
guía cuidadosamente e! rango de cada redactor cuando pedía un libro o un rollo. Entre todos sabios del pasado. Si extralimitas y escandalizas a una mujer, tendrás que soportar la
sus maravillosos tesoros, algunos desconocidos incluso en el reino al otro lado del mar, e~a~ carga de su odio, que seguirá atándote a esta vida. Si te casas con una mujer que
esto, libros loquernás despertaban e! interés de la joven. También preparó una colección de no te conviene, te en extremo soportarla violando tus sentimientos, pero de
»ara ella. Que;í; que el diario que había escrito en Suma fuese para su hija y sus todos modos deberás la voluntad de reconsiderarlo y ceder a los deseos de sus
ocscenc.icntes, pero de momento no se lo dio, pues había de¿i-did;;-no hacerlo hasta que ella padres o, incluso si desgracia, no los tiene, pensar siempre en aquellos aspectos de
supiera un poco más de! mundo. ella que son más La confianza en que al final todo saldrá bien es lo que más
~asnoticiasdeestosprep~rativos llegaron (Su E:x:<;~enciael ministro de Palacio desde importa, tanto por tu como por el de ella.
lej;)s,y le-de¡;;'on al~;~~~i:iempo muyp~e()C:llP~o-y amargamente decepcionado. Su hija Siempre que de tiempo libre, se pasaba e! rato dando esta clase de consejos.
estaba ahora en la flor de la juventud y era demasiado bella para permitir que se echara a per- El joven no le incitaran para prescindir, por e! bien de su joven dama, y tal
der. Detestaba verla aburrida y desanimada, pero e! joven que la cortejaba seguía tan sereno como le esrimulaban ahacerlos sermones de Genji, in~¡uso de! interés más superficial por
como siempre, y si él le abordaba sumisamente parecería tonto. «No -se dijo-, ¡ojalá me cualquier otra. ella estaba avergonzada al ver a su padre más atribulado que de
hubiera dejado persuadir cuando él se interesaba por ella tan claramente!" No podía culpar ordinario, y culpaba entristecida, a su mala suerte; pero la aflicción que le causaba su
sólo al joven. El capitán consultor se enteró de que había suavizado un tanto su actitud, pero monótona. vida no se en su semblante, que mostraba una serenidad imperturbable.
aún estaba demasiado irritado por la brusca m:;nera en que le h;¡;í;n tratado para que fin- Él le escribía unas conmovedoramente apasionadas cada vez que necesitaba liberar sus
giera que eso le era indiferente, y aunque a menudo no se sentía en absoluto inclinado al sentimientos': Ella preguntarse «¿en quién más puedo creer?»,' pero hay que ser más
optimismo, puesto que en verdad no tenía interés por nadie más, las pullas de su aya acerca experimentado para seriamente de! corazón de un amante, y muchos pasajes la afectaron
profundamente. La decía que e! príncipe Nakatsukasa había sondeado a Su Gracia y que
los dos habían adelante, lo cual debió de significar otro golpe para su padre.
33. Tsugigami: papeles de diferentes colores rasgados en líneas irregulares y pegados para formar un rollo.
34· Reinó entre 809 y 82).
)5· Emperador Daigo (reinó entre 897 y 930). El Kokin wakashú Kokinshú consta de veinte rollos. )6. Kokinshú 713: a estas alturas creo que mientes, ¿en quién más puedo creer?».

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-Eso es lo que tengo entendido -le dijo en privado con en los ojos-o ¡Qué
cruel es! Supongo que quiere volver conmigo por mi testarudez me abordó al res- 33
pecto. ¡Qué necia parecería si cediera!
FUJI NO URABA
Profundamente avergonzada, las lágrimas acudieron a sus desvió la mirada, un
gesto que resultaba inefablemente adorable. «¿ Qué voy a -se preguntaba él-o
Hojas tiernas de glicina
¿Sigo adelante incluso ahora para ver lo que él siente?» Estas y preguntas cruzaban
por su mente.
Ella permaneció cerca de la terraza incluso después de que él ido, abstraída
«Fuji no uraba «<hojas tiernas de glicina») aparece en un antiguo poema
y desconsolada. ,,¡Qué extraña es la manera en que mis lágrimas por sí solas! ¿Qué
que cita Tó no Chújó en este capítulo, cuando aprueba
puede él haber pensado de mí?» Mientras permanecía allí reflexionando sobre
el matrimonio de Yügiri con su hija
tales cosas, le llegó una carta de él, y sí, la leyó. Era larga y seria. había escrito:
Kumoi no Kari.
5:2.18-


Una crueldad como la tuya no es más que lo que uno espera en mundo nuestro,
más, ¿por no olvidarte a ti soy entonces tan pvtyhi'in(

La joven no podía olvidar la frialdad con que él ni siquiera dado a entender lo


que ella acababa de saber, pero, a pesar de su enojo, r.eplicó:
>"2~
Que esto fuese todo y que olvidaras ahora a la que
.sin duda es esto lo que significa ceder a la realidad

Esto desconcertó a Yügiri, que no podía dejar la misiva de Se quedó sentado,


mirándola y sacudiendo la cabeza.

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