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Biodiversidad

TURISMO RURAL COMUNITARIO

Costa Rica es conocida internacionalmente como un destino ecoturístico, y por sus esfuerzos para
promover un turismo sostenible. Sin embargo, la realidad es que la población local casi siempre ha
quedado al margen de los beneficios del desarrollo turístico. Las áreas donde la inversión turística
ha sido más alta, siguen presentando los más bajos niveles de desarrollo del país. Y tampoco el
turismo ha contribuido de manera significativa con la conservación de los recursos naturales, que
son la base en la que se sustenta.

La práctica de un turismo sostenible gestionado localmente ha surgido con fuerza como una opción
económica para la preservación de los recursos naturales y culturales. Hasta la fecha el Programa
ha apoyado en Costa Rica cerca de cincuenta pequeños proyectos en esta línea, ubicados
principalmente en zonas de amortiguamiento de áreas protegidas, corredores biológicos y
territorios indígenas.

Todos estos proyectos son desarrollados íntegramente por las comunidades locales mediante
grupos organizados que al mismo tiempo desempeñan acciones de protección y educación
ambiental. El papel del Programa es dotar de asistencia financiera y apoyo técnico a estos grupos,
con el fin de fortalecer las capacidades locales para gestionar la actividad de forma eficiente y con
criterios de sostenibilidad ambiental, social, económica y cultural.

Como parte de ese fortalecimiento se hace especial énfasis en la creación de redes, el intercambio
de experiencias, la adopción de tecnologías de bajo impacto y el uso racional de los recursos
locales.

Entre otras prácticas, se promueve la generación de energía eléctrica por medio de fuentes
renovables, el uso de cocinas solares, el buen manejo de residuos, la producción orgánica, el
manejo adecuado de aguas residuales , entre otros.

El turismo rural comunitario representa una etapa avanzada del ecoturismo. En términos
socioeconómicos, complementa y diversifica los ingresos de las familias campesinas, combate el
aislamiento económico, desarrolla capacidad empresarial, contribuye a frenar la migración rural,
permite valorar y recuperar la cultura local y suscita el desarrollo de infraestructura en zonas
rurales.

En términos ambientales, el turismo rural comunitario desarrolla capacidades en las comunidades


para brindar servicios ambientales, al convertirse en un incentivo para la conservación como en el
caso de reservas privadas que conforman corredores biológicos, o estimulando acciones de
protección y prácticas productivas sostenibles.

En el contexto costarricense actual, la participación de las poblaciones locales en los beneficios


derivados de la conservación se impone como una necesidad para la Sostenibilidad del propio
sistema de áreas de conservación. La limitada capacidad del Estado para garantizar la integridad
de los ecosistemas protegidos, unido a la necesidad de generar alternativas productivas en las
áreas de amortiguamiento, hacen que la opción de un turismo sostenible gestionado por las
propias poblaciones vecinas se convierta en una posible solución al eterno conflicto entre
conservación y desarrollo.

El turismo rural comunitario se ha convertido en una opción que, sin ser la panacea, puede
contribuir a generar medios de vida sostenibles, y de este modo reducir la presión sobre los
recursos naturales. La distribución equitativa de los beneficios, el rescate de la identidad cultural y
el fortalecimiento de la organización local para la solución de problemas ambientales se
constituyen en los pilares básicos sobre los que se fundamenta el esfuerzo en este eje del
Programa de Pequeñas Donaciones del GEF y otras organizaciones de apoyo.

Cabe destacar algunos alcances e impactos en estas áreas de trabajo:

1. En primera instancia, por ser el turismo rural comunitario un medio para la protección y
conservación de los recursos naturales, le permite a estos grupos organizados, la
protección de más de 15000 hectáreas de bosque, especies en peligro de extinción como
las tortugas baulas y contribuir a las actividades de vigilancia y control de incendios
forestales.

2. En general, el nivel de calidad del servicio ha mejorado significativamente. Se cuenta con


un conjunto de estándares de calidad y criterios de sostenibilidad, los cuales se han
aplicado a diez grupos meta que serán experiencias modelo.

3. ACTUAR se ha posicionado como una importante red de turismo rural comunitario a nivel
nacional, con participación en foros sobre turismo sostenible, en ferias nacionales e
internacionales y está comenzando a comercializar las iniciativas afiliadas. ACTUAR
cuenta con representación a nivel nacional, brinda capacitación a las organizaciones
involucradas en diferentes aspectos organizativos, técnicos y definición del producto,
facilita la comunicación y la venta de servicios con la industria turística. Actualmente cuenta
con 30 afiliados que han sido apoyados por el PPD.

4. Con las instituciones del gobierno se han gestionado numerosas actividades conjuntas y
existe un marco de colaboración ya consolidado, especialmente con el INA y el ICT

5. Apoyo a iniciativas de etnoturismo a organizaciones en el TI de Terraba (ASODINT), en


Salitre a Asociación Bribripa Kaneblo, en Nairi-Awari a la Asociación de Turismo Cultural
Indígena Jameikari.

6. Se cuenta con la Ley 8724 para el Fomento al Turismo Rural Comunitario-TRC, publicada
en la Gaceta No.191, del 1 de octubre de 2009.

7. Con la creación de la nueva Ley de Fomento al TRC se conformó la Cámara Nacional de


Turismo Rural Comunitario (Canturural), con la cual dará un impulso mayor a este
subsector.
8. Se han abierto importantes oportunidades de comercialización, y el turismo rural
comunitario ya está posicionado en Costa Rica como un sector con identidad propia, que
agrupa toda una oferta alternativa, diversa y atractiva, para quienes desean hacer turismo
con responsabilidad social, ambiental y cultural.

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