Вы находитесь на странице: 1из 2

Factores de medicion de la competitividad

Competitividad de México en el mundo


El concepto “competitividad” ha adquirido gran relevancia en nuestra cultura ha
partir de dos eventos de cambio estructural: la apertura de nuestras fronteras al
comercio internacional, y la transición hacia un clima de estabilidad de precios.
De hecho, a pesar de la popularidad de la palabra, de índices, de medidores,
de reclamos, de discusiones, la competitividad de una economía se reduce a la
confianza en el clima de inversión.
Incluso, sería más práctico, hasta más limpio, sustituir la palabra
“competitividad” por “productividad,” ya que en el fondo el problema de
competitividad que enfrentamos es un problema de los diversos obstáculos que
inhiben el crecimiento de la productividad. En esta materia, a pesar de los
cambios en materia de apertura comercial, de estabilidad, se ha observado un
deterioro sistemático de la competitividad de la economía—con la angustia
consecuente, con la impotencia natural ante las necesidades de reforma
estructural.
El Índice de Competitividad Económica del World Economic Forum evalúa las
condiciones competitivas de 117 economías en dos aspectos principales
relacionados con el crecimiento y el clima de negocios: primero, un ambiente
macroeconómico estable, y un clima institucional basado en el imperio de la
ley, los derechos de propiedad, bajo nivel de corrupción, y elevados
estandartes de transparencia tanto en gestión de gobierno como en actividad
empresarial.
En la versión 2005 del índice, Finlandia obtuvo la primera posición como el país
más competitivo del mundo. Ello se debe, según los criterios, a que este país
posee uno de los climas de negocios más innovadores en el mundo, dirigido
explícitamente a mejorar la productividad. La economía estadounidense, la cual
se ha beneficiado enormemente de un choque positivo de productividad,
obtuvo la segunda posición, sobre todo dado el avance del desarrollo
tecnológico. Otros casos importantes que figuran en los altos rangos de este
índice incluyen a Suecia, Dinamarca, Islandia, Taiwán, Singapur, e Inglaterra,
entre otros.
Los nuevos jaguares económicos aparecen en una segunda escala, donde de
alguna forma deberíamos estar representados, países como Chile o Irlanda,
que han mostrado un avance constante en los últimos diez años. China y la
India, tan sonados en los debates, no han logrado escalar de los lugares
intermedios, sobre todo por problemas de índole fiscal y financiero, aun a pesar
del formidable flujo de nueva inversión extranjera.
México, es, pues, México. El país cayó siete lugares respecto a la posición del
año anterior, para ocupar el lugar 55 en competitividad. Según el reporte, tanto
la caída como la tendencia a la baja se debe a la mala calidad de sus
instituciones públicas, un ineficiente sistema impositivo, y, sin duda, la parálisis
de las reformas pendientes derivadas de una ruptura del consenso político. El
índice también destacó preocupación por los elevados niveles de criminalidad,
fenómeno que ha afectado severamente el ambiente de negocios.
Precisamente, debido al alto índice de criminalidad, México se ubica como el
tercer país más costoso del mundo respecto a los gastos extraordinarios que
las empresas deben enfrentar para protegerse de la inseguridad.
En materia de competitividad en los negocios, México cayó cinco posiciones a
una posición 60 de un universo de 116 países—debido, nuevamente, a factores
como los altos costos de transacción, la tramitología, la corrupción, y la
dificultad para que las empresas obtengan capital, así como la disponibilidad de
tecnología.
Es prácticamente la misma historia todos los años: a pesar de haber
consolidado la estabilidad macroeconómica, la ausencia de reformas de
segunda generación se traduce en una caída no coyuntural sino estructural, de
la competitividad. Antes, se decía, teníamos que reformar para salir de la
recesión, o de plano rezar que llegaran los mejores tiempos. ¿Será este el
último camino que nos queda para ser más competitivos?

Вам также может понравиться