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Asociación Argentina de Economía Agraria

LA TRAZABILIDAD EN LA APICULTURA ARGENTINA.


ELEMENTOS PARA SU DISEÑO E IMPLEMENTACIÓN

Comunicación A

Agosto, 2008

Mogni, Fernando A. Palau, Hernán


fmogni@agro.uba.ar1 hpalau@agro.uba.ar2

Senesi, Sebastián Vilella, Fernando


ssenesi@agro.uba.ar 3 vilella@agro.uba.ar 4

Formento, Susana N.
formento@agro.uba.ar5

1
Ayudante de 2° Simple, Cátedra de Comercio. Asistente Programa de Agronegocios y Alimentos. Facultad de
Agronomía, Universidad de Buenos Aires. Av. San Martín, 4453, Buenos Aires (CP 1417). Te/Fax: 005411-
4524-2490/2490/0957.
2
JTP Exclusivo, Cátedra de Comercio. Responsable Área de Investigación, Programa de Agronegocios y
Alimentos. Facultad de Agronomía, Universidad de Buenos Aires. Av. San Martín, 4453, Buenos Aires (CP
1417). Te/Fax: 005411-4524-2490/2490/0957.
3
Ayudante de 1° Exclusiva, JTP Ad Honorem, Cátedra de Comercio. Sub-Director Programa de Agronegocios y
Alimentos. Facultad de Agronomía, Universidad de Buenos Aires. Av. San Martín, 4453, Buenos Aires (CP
1417). Te/Fax: 005411-4524-2490/2490/0957.
4
Director Programa de Agronegocios y Alimentos. Facultad de Agronomía, UBA. Av. San Martín, 4453,
Buenos Aires (CP 1417). Te/Fax: 005411-4524-2490/2490/0957.
5
Prof. a Cargo Cátedra de Comercio. Facultad de Agronomía, UBA. Av. San Martín 4453, Buenos Aires (CP
1417). Te/Fax: 005411-4524-0957.
LA TRAZABILIDAD EN LA APICULTURA ARGENTINA.
ELEMENTOS PARA SU DISEÑO E IMPLEMENTACIÓN

RESUMEN

En los últimos años la trazabilidad ha cobrado un papel importante en todas las producciones
de alimentos. Diferentes crisis alimentarias -como por ejemplo la BSE- hizo que el
consumidor final se interese por el origen y proceso de los alimentos que consume. En los
países más desarrollados la trazabilidad alimentaria es requisito para poder ingresar en sus
mercados y, en los que no es requisito, se llega a pagar un precio diferencial. El objetivo de
ésta comunicación es identificar los elementos necesarios para el diseño y la implementación
de un sistema de trazabilidad en la cadena de la miel argentina. El sector apícola argentino se
caracteriza por tener un sistema de trazabilidad que es aplicado parcialmente a bajas escalas
productivas. A su vez los controles institucionales son laxos con lo cual a pesar de existir una
reglamentación la rastreabilidad ante un problema es compleja. La conformación de grupos de
pequeños y medianos apicultores permite ganar escala y aplicar trazabilidad desde la colmena
o colmenar hasta la comercialización permitiendo acceder a los mercados más exigentes y
obtener un valor diferencial por la miel producida.

PALABRAS CLAVES

Trazabilidad – Apicultura – Calidad – Mercados - Desarrollo

SUMMARY

In recent years, traceability has become an important role in every food production. Different
food crises -such as BSE- led to the final consumer curious about the origin and process the
food they eat. In more developed countries food traceability is a prerequisite to enter into their
markets and, where it is not a requirement, will arrive to pay a price differential. The
objective of this communication is to identifiy the elements necessary for the design and
implementation of a traceability system in the Argentine honey chain. The Argentine
beekeeping industry is characterized by a traceability system that is partially implemented at
low production scales. In turn institutional controls are lax and thus despite a regulatory
traceability before a problem is complex. The formation of groups of small and medium scale
beekeepers allows win and implement traceability from the hive or beekeeper to marketing
allowing access to markets more demanding and obtaining a value differential by honey
produced.

KEY WORDS:

Traceability - Beekeeping - Quality - Markets - Development

CLASIFICACIÓN TEMÁTICA: 6.3.

2
LA TRAZABILIDAD EN LA APICULTURA ARGENTINA.
ELEMENTOS PARA SU DISEÑO E IMPLEMENTACIÓN
1. INTRODUCCION
1.1. Planteo del problema
En los últimos años, varios países de Europa, así como Estados Unidos, Japón y Canadá se
han visto afectados por severas crisis agroalimentarias, y Argentina y Brasil no han sido la
excepción. Estas crisis fueron originadas por la transmisión de enfermedades a través de los
alimentos, principalmente la carne, dando como resultado una mayor preocupación, por parte
de los consumidores respecto de lo que ingieren (Gellynck & Verbeke, 2001). Mientras que
algunos consumidores solo se preocupan por aspectos hedonísticos de los alimentos como el
buen sabor o la palatabilidad, en los países industrializados, como consecuencia de los
eventos antes mencionados, los consumidores están exigiendo conocer el origen de los
alimentos y que se les asegure la calidad de los mismos (Gilg & Battershill, 1998;
Karantininis & Nielsen, 2004). Los consumidores han comenzado a interesarse por los
métodos utilizados en la producción de los alimentos, preocupándose no solo por su salud
sino también por el medio ambiente y por el cuidado de los animales (Mitchell, 2004).

Las recientes crisis alimentarias, como la BSE, la dioxina y otras, han demostrado a las
empresas agroalimentarias y a los gobiernos, que existen incentivos para prevenir futuras
crisis y disminuir sus peligros cuando aparezcan (Karantininis & Nielsen, 2004). Por otro
lado, existen estudios que demuestran que los consumidores estarían dispuestos a pagar
precios especiales por alimentos producidos bajo procesos específicos, como bienestar
animal, orgánicos o alimentos libres de OGM (Mitchell, 2004; Karantininis & Nielsen, 2004).

En respuesta a la nueva situación, la industria junto al sector público y a las ONG (Buzby &
Unnevehr, 2003; Casswell & Henson, 1997) han diseñado sistemas –por ejemplo, diferentes
tipos de certificaciones y sistemas de trazabilidad– para asegurar la calidad y la inocuidad de
los alimentos (Bredahl et al. 2001, Goldsmith et al. 2003). A su vez, empresas internacionales
del sector agroalimentario han comenzado a implementar estándares de calidad propios
recomendado métodos de producción a lo largo de toda la cadena agroalimentaria que los
abastece (un ejemplo de esto es Nestle) (Karantininis & Nielsen, 2004).

En Argentina, se han desarrollado diversos certificados para asegurar la calidad de los


alimentos, especialmente aquellos destinados a abastecer clientes y consumidores extranjeros
(Ordóñez et al. 2004; Palau, 2005). Por ejemplo, algunas empresas Argentinas han
implementado sistemas de trazabilidad, certificaciones para garantizar la inocuidad de los
alimentos y otros estándares de calidad con la finalidad proveer mercados internacionales
(especialmente a la UE). sin embargo, estos estándares se aplican parcialmente en el mercado
de la miel argentino. A pesar de ello grupos de pequeños y medianos apicultores han
implementado sistemas de trazabilidad para aumentar su competitividad y llegar a mercados
más exigentes.

1.2. Objetivos
El objetivo de ésta comunicación es identificar los elementos necesarios para el diseño y la
implementación de un sistema de trazabilidad en la cadena de la miel argentina.

3
1.3. Metodología

La metodología usada para la elaboración de esta comunicación se basa principalmente en la


búsqueda de información a partir de fuentes secundarias (páginas web, tesis e instituciones
públicas) y fuentes de información primarias principalmente entrevistas con productores,
autoridades del sector público y CEO’s del negocio de la miel. Estas entrevistas, tienen como
objeto profundizar en el tema de trazabilidad y en las limitaciones que existen para el diseño y
la implementación de la misma en el negocio de la miel en Argentina.

Asimismo se identificará un caso de estudio –Cooperativa COSAR- en donde pequeños y


medianos apicultores aplican trazabilidad a su producción agregándole valor a su producción,
aumentando su escala individual y mejorando su comercialización. La información para la
confección de este caso se recopiló en base a fuentes de información secundaria.

2) BREVE RESEÑA DEL AGRONEGOCIO DE LA MIEL ARGENTINA


El sector apícola argentino tiene un potencial de producción de 4,5 millones de colmenas6.
Según especialistas, desde hace años la producción por colmena está disminuyendo, debido
principalmente a una menor variedad florística en el campo. La Argentina tiene una gran
diversidad de zonas productoras, no centralizadas. Si bien la mayor parte de la producción de
miel proviene de la provincia de Buenos Aires, existe una gran variedad de regiones que
permiten diferenciar el producto en base a la vegetación de la zona. Por otro lado, para la
producción de mieles orgánicas, se buscan zonas no exploradas o no tradicionales
(Napolitano, 2006).

La producción argentina de miel se exporta casi en su totalidad, no existiendo un mercado


interno desarrollado. Del total que se exporta, el 90 % se realiza a granel en tambores de 330
kilogramos. Como se puede observar en el Gráfico 2 las exportaciones argentinas de miel
acompañaron, en los últimos 9 años, la tendencia de la producción. En Argentina se exporta
casi toda la producción anual, es muy baja la cantidad de miel remanente de un año para otro,
y, debido en parte a la baja cultura de acopio, la exportación de miel presenta un incremento
durante los meses de cosecha (Enero-marzo).

GRÁFICO 2. EVOLUCIÓN DE LA PRODUCCIÓN Y EXPORTACIÓN DE MIEL ARGENTINA 1998


Y 2006 (MILES DE TN.)

120

100

80
Toneladas

Producción
60
Exportaciones
40

20

0
1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

Fuente: Elaboración propia en base a datos Sagpya

6
Fuente: Invertir en la Argentina: Miel. Agencia de desarrollo de inversiones.

4
La Argentina tuvo dos situaciones conflictivas en los últimos años. Por un lado la denuncia de
EE.UU. por dumping durante el 2001 lo que provocó un incremento del arancel de
exportación de hasta un 60% y una reducción de exportaciones a ese país, que se refleja en el
Gráfico 2 en el año 2001. Por otro lado, la presencia de nitrofuranos en un embarque
argentino enviado a Gran Bretaña a fines de 2003 generó una tendencia negativa en las
exportaciones de miel durante 2004, dando como resultado el cierre de muchos mercados que
son inflexibles con esta sustancia. Esto ha llevado a diseñar programas de trazabilidad
oficiales y privados a fin de continuar exportando a los mercados internacionales.

3. TRAZABILIDAD EN EL AGRONEGOCIO DE LA MIEL ARGENTINA


La cadena apícola fue uno de los primeros sectores que tuvo una normativa de trazabilidad en
Argentina. Esto surgió a raíz de que la Unión Europea solicitaba saber cual era el recorrido
del producto hasta llegar a Europa. El productor se encuentra individualizado y las salas de
extracción por donde pasa la miel exportada se encuentran inscriptas y/o habilitadas, a saber:
• El Registro Nacional de Productores Apícolas (RENAPA), fue creado por la SAGPyA
en el año 2001. A partir de la creación del mismo se exigió a todos los apicultores que
fueran propietarios de más de 5 colmenas la inscripción al mismo. Éste registro
permite obtener datos sobre las existencias de colmenas, los volúmenes de
producción, y otras cifras que sirven para delinear medidas de aliento a la actividad. A
su vez, los apicultores tienen la obligación de actualizar el registro cada vez que se da
una variación en el número de colmenas que poseen, y los gobiernos provinciales
deben actualizar en forma mensual la información y remitirla a la Unidad
Coordinadora de la SAGPyA.
• La Resolución Nº 870/06 da las normativas para la autorización del funcionamiento de
salas de extracción de miel. A su vez, identifica al SENASA7 como el organismo
responsable de la fiscalización y auditoría de las salas de extracción. Descentraliza las
inscripciones en los gobiernos provinciales y unifica las salas de extracción
identificándolas en fijas y móviles. Obliga a cumplir las buenas prácticas apícolas
(BPAp) y de manufactura, e identifica la zona limpia en donde no puede haber
almacenamiento de sustancias químicas. También divide a las salas de extracción en
habilitadas (inspeccionada) y registradas (sin inspeccionar aún), aunque ambas pueden
ser utilizadas.

Estas reglamentaciones fueron la base para la posterior trazabilidad en miel. Según la Ing.
Mercedes Nimo8 “la Argentina es pionera en trazabilidad de miel a nivel mundial; hay
países como Chile, Uruguay, México y España que están tomando la misma normativa que
nosotros”. A pesar de esto hay ciertos puntos que deben mejorarse en el sistema utilizado. La
miel argentina se encuentra trazada desde las salas de extracción (no están individualizados
los colmenares o colmenas) y existe un punto de conflicto en el acopiador que homogeniza
mieles de diferentes orígenes.

La normativa de trazabilidad funciona bajo la supervisión del Estado Nacional, más


precisamente bajo el SENASA, debido a que el mismo audita y controla las salas de
extracción. Mercedes Nimo amplía: “en líneas generales, como el 90% de la miel se exporta,
casi todo pasa por el SENASA, motivo por el cual hay un control de parte del estado del
sistema de trazabilidad”. Queda claro que la miel que se destina a mercado interno no cuenta
con el control estatal y por tanto, la trazabilidad es casi inexistente.

7
Servicio Nacional de Seguridad Alimentaria.
8
Directora Nacional de Alimentos de la SAGPyA. Ex responsable apícola de la Nación.

5
Dentro de la normativa de trazabilidad, existen planillas de llenado de datos en las salas de
extracción. El sistema de trazabilidad se basa en registros volcados en esas planillas en el cual
se detalla de qué productor viene y en qué sala de extracción se procesó. Las planillas son
presentadas por los exportadores en el SENASA que aún no tiene informatizado el sistema de
trazabilidad. Los exportadores homogenizan la miel en sus depósitos y luego es exportada en
tambores consolidados en contenedores. Por lo tanto, la trazabilidad generada en la etapa de
extracción se pierde parcialmente al homogenizar, ya que se hace más difícil identificar el
origen de la miel, producto de ese proceso9. Por lo tanto, vale destacar lo que afirma
Mercedes Nimo: “Tenemos que informatizar todo el sistema de trazabilidad que el
exportador o el acopiador cargue directamente toda la información en vez de planillas de
papel directamente en una base centralizada del SENASA o de la SAGPyA”.

A nivel productivo, el apicultor no debe generar registros para volcar luego en planillas.
Tampoco está instrumentado oficialmente un manual de Buenas Prácticas Apícolas. Por lo
tanto, la trazabilidad comienza en la sala de extracción, pudiendo existir riesgos sanitarios que
no son prevenidos y que generan costos de control y rechazo en procesos posteriores.

La miel que sale de sala de extracción es controlada por parte del comprador y/o acopiador en
aspectos químicos, físicos y microbiológicos por medio de análisis en laboratorios privados.
Se realiza un análisis por tambor en función de la reputación del apicultor. En el caso de
existir algún riesgo, el comprador debería rechazar la partida. Los costos de los análisis son
altos para el apicultor y es él quien debe costearlos. Lucas Martínez10 sostiene “hoy existen
una serie de reglamentaciones para asegurar la calidad y la trazabilidad. Una de ellas es el
análisis de los residuos, si un apicultor pequeño o mediano debe analizar dos tambores no
le dan los costos”.

En referencia al apicultor y su percepción de la trazabilidad aún no lo ve como una


oportunidad. Si el precio de la miel está alto implementa lo que se le pide y si está bajo no
tiene incentivos a implementar. Por otra parte, la cultura informal e individualista de la
producción hace que sea muy difícil llevar a cabo un sistema de trazabilidad. En referencia a
esto Lionel Diaz11 argumenta: “el productor estuvo acostumbrado toda la vida a vender su
producción sin ningún análisis y ningún número; extractaban su producción, la ponían en
un tambor y la vendía. Ahora debe ponerle número a los tambores y otra serie de
cuestiones que no todos lo implementan rápidamente”. Es por tanto el exportador quien
mantiene el sistema de trazabilidad porque el cliente se lo exige, el productor todavía no
visualiza la trazabilidad o la calidad como una oportunidad, aún lo consideran como un gasto
innecesario.

Según Mercedes Nimo “lo que falta hoy es que el productor implemente las buenas
prácticas apícolas porque si las implementara no va a tener problemas de residuos, va a
tener más rendimiento en las colmenas, menos rechazos, etc.”. Pero como bien se expone
en el párrafo anterior es muy difícil cambiar la cultura del productor, con lo cual en este

9
El problema es que muchos acopiadores no realizan los controles correspondientes a la salida de la sala de
extracción y los contenedores luego son analizados para cumplir con la reglamentación del SENASA. Esto
supone un gran costo de control en el caso de que en un contenedor se encuentren residuos de miel. Hay que
rastrear de qué salas provienen, de que apicultor es, e inspeccionar cada uno de los apiarios de los apicultores a
ver quien fue el que no cumplió con la norma.
10
Presidente de SADA (Sociedad Argentina de Apicultores)
11
Parodi Apicultura

6
momento el Estado se encuentra trabajando en afianzar el sistema de trazabilidad existente y
el próximo paso sería sumar la implementación de normas de buenas prácticas.

Actualmente la trazabilidad exigida para exportar permiten comercializar miel trazada desde
las salas de extracción pero seguramente en unos años la trazabilidad debería avanzar hacia
atrás hasta llegar a ser por colmenar o por colmena. Concluyendo Mercedes Nimo sostiene
“la trazabilidad ideal sería poder llegar hasta por colmena. Vamos por la trazabilidad por
colmenar/apiario. Este sería el paso que sería de acá a unos años a donde vamos a
apuntar”.

3.1 Caso Cooperativa COSAR

La Cooperativa COSAR Ltda. surge a partir del año 1999 cuando pequeños y medianos
apicultores del centro de Santa Fe y este de Córdoba se organizaron en grupos con el objetivo
de producir miel bajo protocolos de calidad y competir en mercados más exigentes. COSAR
permite mejorar la competitividad de los pequeños y medianos apicultores.

Entre los grupos se encuentra el Grupo Ceres (16 productores); el Grupo Gálvez (12
productores); el Grupo San Justo (7 productores); el Grupo La Costa (9 productores); el
Grupo Felicia (9 productores); el Grupo Malabrigo (12 productores); el Grupo Humboldt (14
productores); el Grupo Rafaela (5 productores) y el Grupo FCJAC (11 productores). Los
grupos son empresas jurídicas constituidas para poder realizar inversiones en salas de
extracción bajo normas higiénico-sanitarias que permitan cumplir con las condiciones de
calidad necesarias para implementar un sistema de trazabilidad. Cuando se encontraron
consolidados los grupos en empresas jurídicas se conformó la Cooperativa COSAR Ltda., en
la que cada grupo es un socio. En la actualidad, la Cooperativa cuenta con 10 grupos,
integrados por un total de 110 productores que se encuentran registrados en el RENAPA, y
poseen 43.700 colmenas en conjunto por un volumen cercano a las 1.300 toneladas anuales.

Fue importante la ayuda de organismos oficiales y a partir del Programa Apícola Provincial,
el cual fue creado con el fin de estimular el asociativismo en la apicultura. El grupo contó con
la ayuda de la SAGPyA y desde el aspecto tecnológico por el Proyecto Integrado de
Desarrollo Apícola del INTA (PROAPI). Con la aplicación de un nuevo paquete tecnológico
los apicultores vieron resultados rápidamente durante el primer año. Básicamente el paquete
tecnológico utilizado consistía en mejorar la genética que permitía la producción sin
antibióticos con mayor potencial de producción y bajo comportamiento defensivo. Esto,
sumado a mejoras en el manejo de la colmena, permitió bajar los costos de producción
individuales. Uno de los principales activos específicos para el grupo fue el aprendizaje de los
apicultores.

Se desarrolló un protocolo de calidad de Buenas Prácticas Apícolas en conjunto con


profesionales del Instituto de Tecnología de los Alimentos del INTA y el equipo del PROAPI-
INTA en donde no se utiliza antibióticos. A su vez, se desarrolló un sistema documental que
agrupa los registros de campo que cada productor lleva a cabo de cada colmena. Para la parte
de procesamiento, se desarrolló un software que registra las actividades en las salas de
extracción. El software permite identificar la miel por apiario y por productor, cada tambor
tiene información necesaria para identificar el grupo, sala de extracción, productor y apiario.
Una vez que se identifica la miel con los registros de campo se puede conocer el manejo de
las colmenas. Los productores que pertenecen al sistema poseen información del precio de

7
venta y la estructura de costos lo que permite cubrirse ante una eventual situación de dumping
en el país.

Desde el aspecto comercial, los grupos exportaron miel certificada en forma conjunta y sin
intermediación obteniendo un diferencial del precio de venta que va desde un 7,5% a un 30%.
Este incremental fue porque al exportar directamente los apicultores se quedaron con la renta
que obtenían los acopiadores y exportadores. A su vez también favoreció al precio los
protocolos aplicados a la producción, la trazabilidad y la extracción en salas habilitadas lo que
hizo que los compradores paguen un precio diferencial por la miel. El paso siguiente para
seguir diferenciando la miel será por origen floral, pero solo cuando se logren volúmenes
considerables.

Es importante el tema de las salas de extracción. Las mismas son comunitarias y se


encuentran habilitadas. Para evitar aumento en los costos por pérdida de tiempo, se contrató
mano de obra para que opere en las salas de extracción lo que le permite al apicultor
desligarse de este proceso y dedicarse directamente al trabajo de apiario o a otra actividad. Al
compartir la sala de extracción se ve reducida la brecha tecnológica existente en el sector
entre los apicultores grandes profesionalizados y los pequeños y medianos dado que en
conjunto pueden tener una sala con tecnología de punta correctamente habilitada.

Los integrantes de la cooperativa saben que a futuro deberán evaluar el sistema con diferentes
certificadoras oficiales, avaladas por los mercados externos. Esto es con el fin de garantizarles
mayor confianza a los clientes. Al momento, los resultados obtenidos son muy satisfactorios
dado que se exportó en forma directa un producto diferenciado. Bajo esta forma de trabajo los
pequeños y medianos apicultores tienen mejores condiciones competitivas y, de seguir
desarrollando los canales comerciales abiertos pudiendo llegar a exportar miel fraccionada,
obtendrán mayor valor agregado y en consecuencia mayores ganancias.

Si bien en este caso no se detectaron importantes restricciones, las exportaciones siguen


siendo a granel. Esto quiere decir que no se avanza en la cadena con lo cual no llega al
consumidor final o supermercado lo que no permite agregar valor por diferenciación de
producto en base al origen y calidad certificada. Fue muy importante para los pequeños y
medianos apicultores formar parte de este grupo debido a que en forma individual es muy
complicado que puedan aplicar protocolos de calidad y trazabilidad dada la baja escala.

4. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Actualmente la trazabilidad llega a ser un requisito para el ingreso de productos alimenticios
en mercados desarrollados. Existen normativas generales para los alimentos en países de
Europa, Norteamérica y Japón. Los países proveedores de alimentos deben reglamentar
internamente y luego diseñar e implementar planes de trazabilidad para ingresar en los países
compradores. No se observaron reglamentaciones oficiales de trazabilidad en miel
específicamente en los países estudiados. En cambio, se observa que la Argentina y Chile han
diseñado e implementado la trazabilidad en miel, a partir de exigencias europeas.

El sistema de trazabilidad de la miel argentina implica documentar los procesos desde la sala
de extracción hasta el destino. De esta forma, una vez que el apicultor extrajo la miel –ya sea
en salas comunitarias como en sala propia- los tambores son trasladados con una etiqueta que
indica el nombre del productor y otros datos. Posteriormente, el exportador puede
homogeneizar la miel para cargar un contenedor lo cual genera una posible restricción a
mantener la trazabilidad ya que se mezclan los orígenes.

8
El sistema de trazabilidad argentino actual permite exportar con las exigencias vigentes de
parte de los compradores. Lionel Díaz dice “cuando tuvimos el problema de los nitrofuranos
pudimos seguir exportando por el sistema de trazabilidad que implemento la SAGPyA”. Las
exigencias de los mercados compradores se van incrementando, Mercedes Nimo expone
“Europa nos está pidiendo además de la trazabilidad que las empresas que homogenicen o
fraccionen miel tengan HACCP implementado”.

La limitante de control en este momento por parte del Estado es de infraestructura, personal y
costos. En el caso de identificarse un problema en una exportación Mercedes Nimo sostiene:
“se puede identificar el problema, cuesta más, tiene un costo mayor para el Estado. Es una
cuestión de recursos humanos y económicos de parte de los organismos de control.
Digamos, el sistema te permitiría llegar al origen primario del problema”. En concordancia
con la limitante de recursos, Rodolfo Imberti12 argumenta “las exigencias que se imponen, ni
las provincias, ni el SENASA las pueden controlar; es una cuestión de infraestructura y de
falta de creatividad porque los fondos pueden estar”.

Se observa que si existiera un caso de contaminación o riesgo de inseguridad alimentaria solo


puede ser detectado cuando se hacen los análisis microbiológicos y físico-químicos al
momento de la venta en la sala de extracción. Sin embargo, esto implica costos elevados que
normalmente deben afrontarlos los apicultores. Es por ello que en muchos el análisis no es
realizado y los tambores solo tienen un registro de procesos en la sala de extracción.

De lo expuesto se concluye que las restricciones que existen en el diseño e implementación de


la trazabilidad en miel argentina son:
• Informalidad fiscal de los apicultores.
• Atomización de los apicultores, bajo asociativismo.
• Bajos incentivos económicos para implementar la trazabilidad desde la etapa de
producción de miel.
• Escasos recursos económicos y gerenciales por parte del Estado para el control.
• Altos costos de análisis del producto.
• Baja conciencia por parte de los productores a no utilizar elementos prohibidos (falta
de capacitación).
• Casos de ausencia de control en la etapa sala de extracción – sala de acopio.
• Doble estándar de la sala de extracción.
• Escaso posicionamiento de la calidad de la miel argentina en consumidor final
europeo.

A partir de las mismas se recomiendan las siguientes acciones:


• Implementación de un manual de Buenas Prácticas Apícolas desde la producción a fin
de garantizar la inocuidad y la uniformidad de producto.
• Diseñar un plan nacional de trazabilidad en miel con agencias locales (similar a las
fundaciones de la aftosa).
• Llevar adelante un plan de capacitación a productores.
• Desarrollar incentivos para la formalización de los apicultores.
• Desarrollar incentivos para la conformación de grupos de apicultores.
• Diseñar un plan de marketing de las mieles argentinas en los mercados destino.

12
Productor apícola y Secretario de SADA

9
BIBLIOGRAFIA

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10

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