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La filosofía de la ciencia de Karl R.

Popper

Í NDICE
1. Introducción. 2

2. Inducción y demarcación como problemas. 3

3. La lógica de la investigación científica. 4


3.1. La falsabilidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
3.2. El problema de la base empírica y la confirmación. . . . . . . . . . . . . . . . 7
3.3. Probabilidad y corroboración. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10

4. El objetivo y método de la ciencia. 11


4.1. La verdad y la verosimilitud. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
4.2. La ciencia, entre la epistemología y la metafísica. . . . . . . . . . . . . . . . . 13

5. Síntesis. 14

Bibliografía 16

Resumen

En este trabajo se hace un resumen de la filosofía de la ciencia de Karl Popper. Como se


verá, en una primera etapa su trabajo se centra en el desarrollo de la idea de la falsación
como criterio de demarcación de la ciencia. En una segunda etapa, tras conocer la teoría
de la verdad de Tarski, desarrollará en mayor detalle aspectos destinados a la comparación
de teorías científicas, en particular la noción de verosimilitud. Por último se examinará
brevemente la concepción general de la ciencia en Popper, en concreto la relación entre
esta y la epistemología y ontología popperianas.

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La filosofía de la ciencia de Karl R. Popper

1. I NTRODUCCIÓN .
obra filosófica de Popper ha abordado una gran cantidad de temas a lo largo de la extensa
L A
y fructífera vida de este autor. La política y la sociedad abierta, el estudio de las concep-
ciones filosóficas, la naturaleza y el método de la ciencia han sido algunos de los temas tratados
por él. A pesar de la diversidad de la temática, una característica central de todas estas facetas
ha sido la insistencia en la necesidad de una mentalidad crítica y la oposición a toda forma de
dogmatismo. En este trabajo se hace un recorrido por la concepción de la filosofía de la cien-
cia de Karl Popper, desde los inicios de su andadura tras la Primera Guerra Mundial hasta sus
últimas obras sobre el tema, si bien el grueso del trabajo se centrará en su obra más conocida,
La lógica de la investigación científica. Como se verá, han sido varias veces las que este autor
ha debido modificar o rectificar aspectos de su concepción filosófica, y sin embargo el núcleo
esencial de su pensamiento ha quedado intacto. Aunque muchos aspectos de sus primeras tesis
serían modificados con el tiempo, su defensa de la necesidad de la racionalidad crítica de la
ciencia ha sido constante.
Popper comienza su carrera intelectual preguntándose qué distingue a la ciencia de la pseu-
dociencia, y más adelante se plantea la cuestión de qué distingue la ciencia de la metafísica.
Asimismo se plantea cuál es la condición de posibilidad del crecimiento del conocimiento cien-
tífico y el método que lo hace posible. En todo momento el eje de su investigación es una
pregunta por la especificidad por la ciencia frente a otras formas de pensamiento, y opina que
el rasgo específico no viene dado por la forma de elaborar hipótesis científicas, sino por el mo-
do de contrastarlas con la realidad, más concretamente de poder falsarlas. Aquí entra en juego
una de las principales características de la concepción popperiana de la ciencia, el énfasis en la
posibilidad de las teorías científicas de ser puestas a prueba más que en su forma de elaboración
o en los criterios de verificación.
El comienzo de la obra de Popper se enmarca en el contexto de la discusión propiciada por
los avances científicos de principio del siglo XX, en la Austria del Círculo de Viena, y durante un
tiempo tendrá como interlocutores principales a los miembros de este grupo. Popper se situará
contra el inductivismo, proponiendo un método hipotético-crítico no exento de problemas, pero
en todo caso ineludible de conocer. La justificación de la ciencia, como conjunto de afirmaciones
sobre el mundo, se enfrenta al problema de cómo puede pasarse de observaciones empíricas
limitadas a leyes de carácter general; el problema sobre la validez o invalidez de la inducción
y en particular su papel dentro del crecimiento del conocimiento científico será uno de los
problemas a los que habrá de responder Popper. A partir de sus reflexiones sobre la especificidad
de la ciencia irá enfrentándose a sucesivos retos, como el problema de la comparación de teorías
rivales y, en especial, la relación entre verdad y realidad que anima en el fondo la pregunta sobre
la validez y el método de la ciencia.

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La filosofía de la ciencia de Karl R. Popper

2. I NDUCCIÓN Y DEMARCACIÓN COMO PROBLEMAS .


El problema del método y la naturaleza de la ciencia aparecen pronto en la vida intelectual
de Popper. En el clima de efervescencia intelectual de su juventud en Viena Popper llega a la
conclusión de que lo que caracteriza a la ciencia como tal es su método, no su contenido; obser-
va que teorías muy influyentes en aquel momento como el psicoanálisis o el marxismo tenían
un contenido muy definido, igual que la teoría de la relatividad de Einstein, que también había
revolucionado el clima del momento, y sin embargo, había un elemento que permitía separar
netamente la última de las primeras, ya que esta proporcionaba situaciones que podrían refutar-
la, mientras que las primeras no, pues cualquier hecho les podía servir como confirmación de
la validez de sus teorías1 . En este primer momento la intención del filósofo austriaco no es car-
acterizar propiamente la actividad científica, sino más bien diferenciarla de la pseudociencia2 .
Durante esta época está influido por la lectura de Kant, que según él es el primero que ha dis-
cernido lo que Popper llamará “el problema de la demarcación” de la ciencia, pues Kant hizo de
él el problema central de la teoría del conocimiento3 . Así Popper se empieza a plantear a partir
de 1919 una serie de cuestiones sobre la ciencia, su método y sus intenciones, en particular la
posiblidad de la existencia de algún criterio para determinar el carácter o estatus científico de
una teoría4 . Durante ese periodo, su principal preocupación es de carácter epistemológico, a la
que no es ajena su experiencia como maestro o sus estudios sobre la psicología de la inducción.
Más adelante, influido por la crítica de Hume a la inducción, se planteará la problematicidad de
la misma como método válido para la ampliación del conocimiento.
En 1928 Popper resuelve que podría resolverse el problema de la demarcación de la cien-
cia sin necesidad de apelar a la inducción, señalando que es posible establecer como criterio
la falsabilidad o contrastabilidad de una teoría, un criterio mejor que el de la verificación, que
conduce al uso de la inducción 5 . Sin embargo, en esto habría de chocar con las posturas del
empirismo lógico vigente en su época en Viena con el que entra en contacto. Pese a no ser parte
integrante del Círculo de Viena nunca, Popper mantendrá una relación singular y abundantes
debates con diversos miembros de este grupo. Tanto uno como otros coinciden en que lo que
distingue la reflexión científica es su carácter normativo, pero Popper se distingue por su carác-
ter antiinductivista. Su postura se perfila ya claramente en una carta al editor de Erkentnnis en
1933 en la que afirma el principio de invalidez de la inducción, el principio de empirismo y que
al tiempo hay incontables regularidades en la naturaleza de las que dar cuenta6 .
1 Cfr. Popper, K.R., Búsqueda sin término, págs. 48-51.
2 Cfr. Popper, K.R., Conjeturas y refutaciones, pág. 57.
3 Keuth, H., The philosophy of Karl Popper, pág. 30.
4 Kraft, V., “Popper and the Vienna Circle” en Schilpp, P.A. (ed.), The Philosophy of Karl Popper, pág. 58.
5 Popper, K.R., Búsqueda sin término, pág. 103.
6 Originalmente en Popper, K.R., “Ein Kriterion des empirischen Charakters theoretischer Systeme”, Erken-

ntnis, 3, págs. 426 y ss., que se incluye como apéndice I dentro de Popper, K.R., La lógica de la investigación

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La filosofía de la ciencia de Karl R. Popper

El positivismo lógico del Círculo de Viena y de otros grupos semejantes como el de Rei-
chenbach en Berlín destacaba por su defensa del empirismo, justificando al tiempo el método
inductivo como válido. Si bien había cierta variedad de planteamientos, algunos objetivos eran
evidentes: “Las rigurosas exigencias del pensamiento científico han de valer también para la
filosofía [. . . ]. La metafísica [ha] de ser eliminada por completo”7 , era el grito de guerra pro-
gramático neoempírico que va a conocer el joven Popper. El Círculo de Viena debía mucho a
la lectura de las tesis del Tractatus de Wittgenstein8 e identificaba el criterio de demarcación
con un criterio de sentido: lo que tiene sentido es lo empíricamente verificable, lo metafísico es
lo que no lo es. El alcance de la verificación empírica no era un tema trivial, y así por ejem-
plo Moritz Schlick consideraba, partiendo de las ideas de Wittgenstein, que una proposición
tiene sentido si es verificable en principio, es decir, cuando se sabe qué haría falta para que
fuera cierta, aunque estas condiciones no se den en la práctica. La verificabilidad abocaba a
una defensa del método inductivo por parte de los neoempiristas, pero la inducción necesitaba
una defensa cuidadosa que diese cuenta de sí desde una postura no ingenua. Varios autores se
dedicaron a esta tarea. Carnap inició un programa de justificación inductiva que estableciera di-
versos grados de confirmación apoyándose en un programa de carácter lógico-epistemológico.
Otras posturas aceptaban la crítica humeana a la inducción pero intentaban justificarla desde un
criterio probabilista, como en el caso de Reichenbach.

3. La lógica de la investigación científica.


Frente a la defensa de la inducción como método científico y como criterio de demarcación
de la ciencia, Popper va a proponer un enfoque del problema de la demarcación basado en la
falsabilidad. La postura de Popper respecto a la inducción destaca por su radicalidad, ya que
otros autores, tras reconocer la insuficiencia de ésta la justificaban en un sentido débil, como el
caso de Peirce9 , mientras que otros autores trataban de hallar una salida lógica o estadística al
problema de la inducción, como ya se ha señalado. El libro conocido en español como La lógica
de la investigación científica es una versión reducida de la proyectada obra magna de Popper,
Los dos problemas fundamentales de la epistemología, que serviría de base para lo que sería
finalmente Logik der Vorschung (1934), que no fue publicado en inglés hasta 1956 como The
Logic of Scientific Discovery, periodo en el que Popper hizo algunos cambios y matizaciones
científica, págs. 289-292. En esta breve carta Popper destaca los puntos centrales de lo que ampliamente tratará en
La lógica de la investigación científica, es decir, cómo poder combinar el método empírico propio de las ciencias
naturales con el rechazo a la inducción y a la vez fundamentar un método que permita el descubrimiento progresivo
de las leyes naturales.
7 Kraft, V., El Círculo de Viena, págs. 23-24.
8 Cfr. Wittgenstein, L., Tractatus Logico-Philosophicus, §§ 6.53 y 6.54. Otro asunto es que la lectura que

hicieron los miembros del Círculo de Viena fuese compartida por Wittgenstein, cosa como mínimo discutible.
9 Haack, S., “Dos falibilistas en busca de la verdad”, Anuario Filosófico (34), pág. 23.

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La filosofía de la ciencia de Karl R. Popper

en sus tesis10 .
Popper acepta la crítica de Hume a la inducción hecha en el Tratado de la naturaleza hu-
mana en la que el filósofo escocés planteaba el problema que se daba al intentar compatibilizar
el principio del empirismo con el principio de la inducción, ya que justificar éste de forma
no apriorística caía en un proceso infinito de justificaciones. La inducción no es válida lógi-
camente porque, por muchas pruebas que se consigan a favor de un enunciado universal, en
principio siempre sería posible encontrar en el futuro una observación empírica que lo false11 .
No obstante, que en la práctica se usa como método de inferencia, justificado o no, es un he-
cho. Popper centra su interés en la justificación del conocimiento, no en el modo en el que éste
es obtenido, y afirma que “la etapa inicial, el acto de concebir o inventar una teorema no (...)
parece que exija un análisis lógico ni sea susceptible de él”12 . Siguiendo el razonamiento de
Hume, separa los aspectos psicológicos y metodológicos de la inducción centrándose en los
últimos13 . Reichenbach había distinguido entre contexto de descubrimiento y contexto de jus-
tificación, siguiendo la distinción establecida por Herschel. Popper va a basar su estudio del
carácter normativo de la ciencia en el segundo. Respecto a la centralidad del descubrimiento,
Popper afirma que “retrocediendo hasta Hume, Mill y Mach, la mayoría de los filósofos tomaron
al conocimiento humano como algo establecido”, mientras que para él “[l]o interesante era el
conocimiento problemático, el aumento del conocimiento - el descubrimiento -”14 , es decir, su
crecimiento y por tanto el método que lo hace posible. De este modo, para Popper proponer la
inducción como rasgo que demarque a la ciencia frente a otras formas de pensamiento no es cor-
recto, y la metodología científica no es el conjunto de reglas que permiten llegar al conocimiento
científico a partir de la experiencia, pues a la formulación de hipótesis puede llegarse de muy
diversas formas, sino el conjunto de reglas que permiten evaluarlo15 .

3.1. L A FALSABILIDAD .

La posibilidad de falsar las hipótesis es una diferencia notoria que se observa al comparar
los animales con los seres humanos, afirma Popper; todos los animales poseen algún tipo de
10 En este trabajo no se distingue entre la versión en alemán y la versión en inglés, y se considera ambas como
una sola obra en aras de la simplicidad de exposición.
11 Cfr. Popper, K.R., Conjeturas y refutaciones, pág. 235.
12 Popper, K.R., La lógica de la investigación científica, pág. 30.
13 Cfr. Popper, K.R., Conocimiento objetivo, págs. 15-19.
14 Popper, K.R., Búsqueda sin término, pág. 118.
15 Precisamente esta concepción popperiana de la ciencia será criticada entre otras razones por poner exclusiva-

mente el acento de la racionalidad científica en la forma de justificar las hipótesis y descuidar la fase de formación
de las mismas, pues Popper señala que en principio puede llegarse a la formulación de las mismas de muy diversas
formas. Por ello, en ocasiones se tachará a este autor de irracionalista y de poco realista en cuanto a la forma de
operar la ciencia que se da en la práctica. Cfr. por ejemplo las críticas en Newton-Smith, W.H., La racionalidad de
la ciencia.

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La filosofía de la ciencia de Karl R. Popper

inferencia inductiva a partir de sus experiencias, pero no son capaces de falsar sus presuposi-
ciones. La falsabilidad de una teoría puede sintetizarse en una pregunta muy simple: “¿Bajo
qué condiciones admitiría que mi teoría es insostenible?”16 . El desarrollo de su defensa de la
falsabilidad va pareja a la crítica lógica a la inducción que parte de que sólo pueden existir
observaciones limitadas sobre determinados acontecimientos en número finito, y sin embargo
las leyes científicas aspiran a tener validez universal, pero no puede justificarse el paso de una
serie de observaciones particulares a leyes generales17 . Inmediatamente surge el problema de la
justificación del paso de las primeras a las segundas18 . Hay una asimetría entre verificación y
falsación que descansa en la asimetría entre enunciados universales y particulares; un enunciado
universal no es la conjunción de un número finito de enunciados particulares. Esta asimetría es
la base de la posibilidad de la falsación19 . Un enunciado universal en sentido estricto afecta a
un número potencialmente infinito de casos, mientras que un universal en sentido numérico es
simplemente la conjunción de un número finito de enunciados particulares:

Universal numérico: (Pa1 ∧ Pa2 ∧ ... ∧ Pan ) para un número finito n.


Universal estricto: ∀x Px 6≡ (Pa1 ∧ Pa2 ∧ Pa3 ∧ Pa4 ∧ ...Pan )

Aquí radica una de las principales diferencias entre falsación y verificación, la imposibilidad de
dar el salto de lo particular de las observaciones a lo universal de las leyes, pues un enunciado de
ley general aporta más información que la mera conjunción de enunciados sobre observaciones
particulares. La propuesta de Popper va en otro sentido; los enunciados existenciales indican
la existencia concreta de una entidad que cumple una propiedad, mientras que los universales
afirman que toda entidad que cae bajo su dominio cumple la propiedad que afirman o, lo que es
lo mismo, niegan la existencia de algún ser que no la cumpla:

∃xPx≡ ¬∀x ¬Px


∀xPx ≡ ¬∃x ¬Px

Los enunciados existenciales no se pueden falsar a no ser que se examine todo el universo en
todo tiempo, pero los universales sí, ya que actúan a modo de prohibiciones, pues restringen
los enunciados empíricos compatibles con la teoría; basta encontrar un caso que transgreda
la prohibición para falsarlo20 . Siendo T una teoría que conste de al menos una proposición
universal y q una consecuencia empíricamente contrastable en forma de enunciado existencial,
se cumple que
16 Popper, K.R., Búsqueda sin término, pág. 54.
17 Cfr. Popper, K.R., Conjeturas y refutaciones, pág. 81.
18 Cfr. Popper, K.R., Los dos problemas fundamentales de la epistemología, pág. 45.
19 Cfr. Popper, K.R., La lógica de la investigación científica, pág. 60.
20 Expresado en otros términos, un enunciado existencial sólo es incompatible con la inexistencia de aquello

que afirma, pero no se compromete con nada más. Un enunciado universal, en cambio, se compromete con que
todo el universo sobre el que afirma algo cumple la propiedad que enuncia, es decir, es incompatible con una sola
excepción a la regla que propone, pues restringe las posibilidades dentro de su universo.

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La filosofía de la ciencia de Karl R. Popper

T −→ q
¬q
¬T

Este es el fundamento lógico básico de la falsación y su diferencia respecto a la verificación;


aunque las leyes no pueden ser verificadas por la experiencia, sí pueden ser refutadas por esta21 .
Una teoría compatible con toda observación es tautológica y por tanto no científica, y una con
ninguna, es contradictoria y tampoco científica, con lo que el criterio de demarcación de la
ciencia para Popper es el de ser falsable.
No obstante, aunque una teoría infalsable no es científica, no es necesariamente un sin-
sentido, pese a que no pueda ser contrastada con la evidencia empírica; igualmente una teoría
falsable que no haya sido falsada es científica, pero no necesariamente verdadera. Estas son
algunas de las principales diferencias con los miembros del Círculo de Viena, que identificaban
el criterio de demarcación con el de sentido y que consideraban que la verificación de una teoría
la hacía verdadera en algún grado. Para Popper, el pasar con éxito una falsación no hace más
cierta una hipótesis científica, que siempre conserva su carácter provisional y puede ser falsada
en el futuro, ya que considerar que el haber pasado con éxito una prueba en el pasado garantiza
un éxito futuro es precisamente apelar a la inducción.
Así cree Popper haber resuelto el problema de Hume sobre la inducción y el problema
de la demarcación. Mientras los neopositivistas habían intentado resolver el problema de la
inducción como base de la demarcación entre ciencia y metafísica, Popper corta de raíz el
mismo, señalando su invalidez como método. La falsación es un criterio de demarcación, pero
no de sentido, es una decisión metodológica que permite contrastar las hipótesis y hacer que
el conocimiento crezca, aunque no es por sí sola lo que hace que el conocimiento científico
aumente, ya que requiere la formulación previa de conjeturas arriesgadas falsables. Cuantas
más afirme una teoría más, más se compromete y más posibilidades tiene de ser refutada, y por
tanto más científica es.

3.2. E L PROBLEMA DE LA BASE EMPÍRICA Y LA CONFIRMACIÓN .

Hasta ahora se ha aceptado que tanto las teorías como los posibles falsadores de las mismas
son enunciables en forma proposicional. Sin embargo surge una dificultad al constatar que,
aunque un enunciado falsador posee la forma de un enunciado existencial singular, ya que
hace referencia al menos a un concepto ha de contener al menos un universal que por tanto
no proviene inmediatamente de la experiencia, lo cual aboca a la cuestión del fundamento de
21 Cfr.Popper, K.R., Los dos principios fundamentales de la epistemología, pág. 51. En este caso Popper habla
no de una teoría T sino de un enunciado p singular, pero el caso de la teoría es más general y por tanto el ejemplo
original de Popper puede ser considerado un caso particular.

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La filosofía de la ciencia de Karl R. Popper

la base empírica de una teoría. El saber cuándo un enunciado falsador es verdadero plantea ya
un problema que lleva a las tres alternativas que configuran el trilema propuesto por J.F. Fries:
Aceptar estos enunciados dogmáticamente, justificarlos a partir de otros enunciados, lo que da
origen a una regresión infinita, o bien justificarlos por la experiencia directa.
Ya que Popper no acepta la inducción, argumenta que el método científico no trata de partir
de observaciones puras y ascender por la escalera de la ciencia hacia enunciados cada vez más
generales, pues de hecho toda observación presupone una teoría previa, un punto de partida
y problemas teóricos, no hay una observación pura22 ; el hecho de observar ya conlleva una
carga teórica, ya que observar no es registrar en bruto todas las impresiones sensoriales. Hay
una preconcepción de aquello que se espera observar, una cierta discriminación que se basa en
una carga teórica. La solución al trilema planteado intenta evitar el recurso al psicologismo de
la experiencia directa aceptando los enunciados básicos como una regla de método, que evite
proponerlos como dogma inatacable pero a la vez como remedio al recurso infinito de sucesivas
justificaciones23 . En otras palabras, en algún momento hay que parar en el proceso de asumir
ciertos enunciados, pero con la idea de que en un futuro se puede proseguir analizando estos
enunciados antes aceptados. En definitiva, “la base empírica de la ciencia (...) no tiene nada de
absoluta; la ciencia no está cimentada sobre roca”24 , no se basa en lo dado, sino que se apoya
en estratos sucesivamente más profundos y más firmes, pero no hay un último cimiento. El
desarrollo de la ciencia es así la sucesión de hipótesis arriesgadas que van siendo refutadas en
favor de otras mejores.
De este modo se observa que Popper tiene una visión evolutiva del desarrollo de la ciencia.
Como afirma él mismo, la preferencia de una teoría respecto a otras “no se debe a nada seme-
jante a una justificación experimental de los enunciados que componen una teoría, es decir, no
se debe a una reducción lógica de la teoría a la experiencia. Se elige la teoría que se mantiene
mejor en la competición con las demás teorías, la que por selección natural muestra ser más apta
para sobrevivir; y ésta será la que no solamente haya resistido las contrastaciones más exigentes,
sino que sea, asimismo, contrastable del modo más riguroso”25 .
En este punto, una cuestión que surge a la hora de considerar que existen distintas teorías
en liza es que éstas puedan ser comparables por ser contrastables en distinto grado, con lo que
Popper se adentra en un terreno que más adelante, al considerar la verosimilitud de las teorías,
le ocasionará numerosos problemas. Considera varios aspectos dentro de una teoría; en primer
lugar la dimensión y la relación de subclasificación entre teorías. Dadas dos teorías, T y U ,
si T ⊂ U , entonces la segunda es falsable en mayor grado que la primera por tener mayor
posibilidad de ser contrastada con los enunciados básicos, que puede hacerse comparando sus
22 Popper, K.R., La lógica de la investigación científica, pág. 101.
23 Cfr.Ibídem, pág. 100.
24 Ibídem, pág. 106.
25 Ibídem, pág. 103.

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La filosofía de la ciencia de Karl R. Popper

enunciados. A la hora de comparar la falsabilidad de dos enunciados simples se plantean las


siguientes opciones:

a.- Un enunciado x es falsable en mayor grado que otro y, Fsb(x) > Fsb(y), si
y sólo si la clase de los posibles falsadores de y es subclase propia de x.
b.- Si los posibles falsadores de y son los mismos que los de x, entonces x e y
tienen el mismo grado de falsabilidad.
c.- Si ninguna clase de los posibles falsadores de una incluye a los de la otra,
los grados de falsabilidad de x e y no son comparables.

La falsabilidad de un enunciado empírico estará comprendida entre 0 y 1 sin incluir ambos


extremos. Para una tautología y para un enunciado metafísico, Fsb(m) = Fsb(t) = 0 por no ser
falsables de ningún modo, y para una contradicción Fsb(c) = 1. Igualmente dos teorías pueden
ser comparables por su dimensión, de forma que el grado de falsabilidad de una teoría aumenta
cuanto menor sea su dimensión26 .
Popper reduce también otros conceptos que se habían propuesto como deseables en una
teoría científica, como la sencillez, al grado de contrastabilidad, sin recurrir a criterios pragmáti-
cos o estéticos. De este modo, una teoría más sencilla es una teoría falsable más fácilmente27 .
La universalidad y la precisión de una teoría, características también deseables de la misma,
son reducibles a un mayor contenido empírico. Un mayor grado de universalidad en una teoría
implica un mayor contenido empírico, igual que una mayor precisión, pero comparar teorías
con distinta universalidad y precisión que no se encuentren en una relación de orden es prob-
lemático, como en el caso propuesto abajo28 . Siendo p más universal que q y éste que s, es
fácil ver que el contenido empírico de p es mayor que el de q y s. Análogamente sucede con el
grado de precisión de p, r y s en ese orden. Sin embargo, es problemático comparar el grado de
falsabilidad de q y r, situación que Popper ilustra según este esquema:

p>
>>
>>
>>
>
q? r
??
??
??
?  
s
26 El ejemplo propuesto por Popper es muy ilustrativo, el de un conjunto de curvas en el plano a partir de una
serie de puntos en él. Un recta que pasa por un punto tiene un grado de libertad, una recta que no esté constreñida
a pasar por un punto determinado o una circunferencia que pasa por dos puntos dados tiene dos grados de libertad,
una circunferencia o una parábola que pasa por un punto dado tiene tres, y así sucesivamente. Cuanto menor sea
el grado de libertad que ofrece la teoría, mayor es su falsabilidad. Cfr. Popper, K.R., La lógica de la investigación
científica, págs. 123-127.
27 Cfr. Ibídem, págs. 128-136.
28 Ibídem, págs. 116.

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La filosofía de la ciencia de Karl R. Popper

3.3. P ROBABILIDAD Y CORROBORACIÓN .

Respondiendo al problema de la interpretación de los enunciados probabilitarios, Popper


hace una crítica de la posición de Reichenbach, que coincidía con Popper en la imposibilidad
de lograr un conocimiento plenamente cierto aceptando la tesis de Hume, pero difería de Popper
en su propuesta de solventar la crítica a la inducción recurriendo a la probabilidad. Reichenbach
identifica la probabilidad con el límite de la frecuencia relativa; esto es criticado por Popper, ya
que precisamente sólo se conoce un fragmento finito de observaciones de un suceso, del cual
no puede inferirse una secuencia infinita, por las mismas razones que ha aducido anteriormente,
pues es ilegítimo pasar de una serie de observaciones particulares a un enunciado universal.
Igual que Popper, Reichenbach cree imposible alcanzar un conocimiento cierto de la verdad,
pero sí una aproximación probabilista. Por ello, la inferencia inductiva en Reichenbach es un
postulado hipotético, no un procedimiento para conseguir enunciados verdaderos, pero para
Popper la ciencia busca explicaciones, no teorías meramente probables, por lo que rechaza
la postura de Reichenbach29 . Según Popper un enunciado probabilitario es metafísico, pues
es completamente infalsable, ya que es compatible con cualquier resultado30 ; en particular es
problemático el caso de los enunciados probabilitarios en la física cuántica, tema que Popper
desarrolla en uno de los apéndices de La lógica de la investigación científica.
Popper contrapone la lógica probabilitaria con la lógica inductiva, y frente a las posturas
estadísticas cree que la corroboración de una teoría no es una medida de su grado de validez,
sino simplemente el resultado el haber salido una teoría indemne de las contrastaciones a las
que es sometida, aunque esto no asegura que no pueda resultar falsada en un futuro. Dicho
de otro modo, la corroboración pasada no asegura el éxito de la teoría en el futuro de ningún
modo. No obstante, es cierto que unas teorías están mejor corroboradas que otras, hay una cierta
“dureza” que depende del grado de corroborabilidad de una teoría. Una teoría está corroborada
mientras salga indemne de las pruebas a las que se la somete31 , pero en la práctica el grado de
corroboración, concepto distinto al de grado de probabilidad, no es completo. Igual que el grado
de falsación entre dos teorías, el de corroboración no es comparable siempre. Una teoría no se
descarta porque no esté completamente corroborada, siempre que no haya una teoría mejor y
que haya unas bases mínimas que permitan considerarla mínimamente, y existe una relación
entre el grado de falsabilidad de una teoría y el de corroborabilidad. Por tanto para Popper la
ciencia no es conocimiento, ni siquiera probabilidad, “nunca puede pretender que ha alcanzado
la verdad”32 , si bien sí acercarse a ello.
29 Cfr.Rivadulla Rodríguez, A., Probabilidad e inferencia científica, págs. 49 y 55.
30 Popper, K.R., La lógica de la investigación científica, pág. 244.
31 Ibídem, pág. 248.
32 Ibídem, pág. 259.

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La filosofía de la ciencia de Karl R. Popper

4. E L OBJETIVO Y MÉTODO DE LA CIENCIA .


Durante toda la obra estudiada hasta ahora, Popper ha evitado enfrentarse directamente al
concepto de verdad33 , pero más adelante variará su postura al respecto, como pronto se va a ver.
El estudio de este tema enlaza con los problemas que en fases posteriores de su trabajo Popper
tendrá que desarrollar sobre la comparación de la verosimilitud de las teorías científicas.
El punto de inflexión que marca el cambio es la teoría de la verdad propuesta por Tarski.
Tras conocerla Popper cree haber encontrado un fundamento sólido para hablar del contenido
de verdad de una teoría científica y hace su propia interpretación de la teoría tarskiana a partir
de 193534 . Tarski entendía su propuesta entendida como aplicable a lenguajes formalizados,
pero Popper la reinterpreta como aplicable a cualquier lenguaje, en particular cualquier lengua-
je científico. Mediante esta teoría Popper cree que se resuelven los problemas que planteaba
una concepción de la verdad como coherencia, en particular sus paradojas, y que le habían lle-
vado anteriormente a esquivar este concepto. Para Popper, la teoría de Tarski vendría a rescatar
la concepción aristotélica de verdad como adecuación del enunciado al hecho evitando estos
inconvenientes. Popper afirma que, a no ser que se afirme que se adopte una teoría pictórica
del significado como la de Wittgenstein, no puede hablarse de nada tal como la corresponden-
cia entre un enunciado y un hecho, y la teoría del Tarski viene precisamente a responder a la
pregunta de qué quiere decir que un enunciado corresponde a un hecho35 . No obstante, esta
posición no está exenta de problemas. El primero que puede plantearse es que, si la verdad es la
correspondencia del enunciado al hecho, esto es difícilmente compatible con que Popper mismo
considera que no hay enunciados fácticos puros, es decir, que todo enunciado sobre hechos pre-
supone una carga teórica previa36 . También está por ver que la interpretación que hace Popper
de Tarski sea adecuada, ya que la interpreta según su propia visión de la ontología realista y
Tarski había propuesto su teoría para un lenguaje formalizado aplicable a ámbitos restringidos,
pero este aspecto no se abordará en mayor profundidad en este trabajo, si bien hay que reseñar
que puede dar lugar a una amplia discusión sobre el tema37 .

4.1. L A VERDAD Y LA VEROSIMILITUD .

Popper empieza a manejar el concepto de verdad por primera vez en La sociedad abierta y
sus enemigos (1945); también hace una mención a la misma en la edición inglesa de La lógica
de la investigación científica de 1959. Para Popper existe una relación entre las ideas de realidad
33 Cfr. Ibídem, pág. 255, y también véase el comentario en Keuth, H., op. cit., pág. 140.
34 Martínez Solano, J.F., El problema de la verdad en K.R. Popper: Reconstrucción histórico-sistemática, pág.
141.
35 Popper, K.R., Búsqueda sin término, pág. 185.
36 Martínez Solano, J.F., op. cit., pág. 151.
37 Para una discusión más detallada de estas cuestiones, ver Martínez Solano, J.F., op. cit., págs. 148-166.

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La filosofía de la ciencia de Karl R. Popper

y verdad, que sin embargo no es en la práctica tan sencilla de articular y gran parte de los traba-
jos posteriores de Popper se orientan en esta dirección. Puesto que no hay un acceso directo a
la realidad, la verdad como correspondencia es un ideal regulativo, pero si no hay un criterio de
verdad claro, esto puede volverse problemático. Por ello Popper desarrollará el concepto de ve-
rosimilitud. Si el conjunto formado por una teoría T más una proposición existencial empírica
es contradictorio, entonces la teoría no se ajusta a la verdad completamente. Ninguna teoría real
responde por completo al ideal de verdad y hace falta entonces medir en qué grado una teoría
es más verosímil que otra. Popper distingue entre probabilidad y grado de corroboración de una
teoría38 , pero dar una definición cuantitativa de este último es problemático.
No obstante, tampoco carece de problemas el uso del concepto de verosimilitud; siguiendo
la crítica de Newton-Smith al respecto, puede plantearse que aunque la meta sea siempre en
ciencia la verdad, ha de poder saberse si uno está más cerca de ella o no39 , y una verosimilitud
sin verdad conocida a la que referirse es difícil de defender, ya que no se tiene un criterio
satisfactorio para saber a qué se refiere entonces esa similitud a esa verdad que es por otra parte
inalcanzable.
Para Popper, una sentencia es cierta si y sólo si se corresponde al los hechos a los que se
refiere, una noción de la verdad absolutista y objetivista que relaciona su ontología realista y su
epistemología crítica40 . Las nociones de verdad objetiva y de cercanía a la verdad sirven para
explicar el problema del crecimiento del conocimiento científico, y Popper quiere hacer del
concepto de verosimilitud algo semejante al de verdad tarskiana, pero considera que se suele
confundir, desde Platón, verosimilitud con probabilidad41 . A la hora de comparar teorías rivales,
la teoría B será potencialmente mejor que la teoría A si el contenido empírico de la primera
es mayor que el de la segunda, y realmente mejor si el exceso de contenido de la primera
sobre la segunda pasa las pruebas empíricas, y este criterio sirve como índice del progreso
científico42 . El problema surge particularmente a la hora de establecer un criterio cuantitativo
que permita comparar los contenidos de verdad de dos teorías A y B, cuestión con la que Popper
luchará durante un tiempo tratando de dar una definición satisfactoria de la comparación de la
verosimilitud que no alcanzará. Sin embargo, esta concepción es inaplicable, pues conlleva
contradicciones lógicas inherentes a su definición que más adelante se revelarán, con lo cual
este trabajo, en el cual Popper invierte una gran cantidad de esfuerzo, se revela inútil. En su
“Addenda” a Conjeturas y refutaciones Popper reconoce finalmente esta inviabilidad43 .
A partir de 1970, Popper postula la correspondencia biunívoca entre verdad y realidad, re-
38 Popper, K.R., Conjeturas y refutaciones, pág. 85.
39 Cfr. Newton-Smith, W.H., La racionalidad de la ciencia, pág 59.
40 Keuth, H., op. cit., pág. 147.
41 Ibídem, pág. 152.
42 Ibídem, págs. 155-56.
43 Cfr. Popper, K.R., Conjeturas y refutaciones, pág. 478-482.

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La filosofía de la ciencia de Karl R. Popper

calcando los aspectos metafísicos de esta postura más que los puramente metodológicos. Si la
verdad es la correspondencia con los hechos, la realidad es aquello que se corresponde con un
enunciado verdadero44 . La verdad es compatible con el realismo, pero éste es un ideal regu-
lativo, ya que las sucesivas teorías científicas no pueden pretender haber alcanzado la verdad
definitiva nunca y por tanto dar una visión completa del mundo, sino tan sólo verosímil en gra-
dos progresivamente crecientes, incluso aunque efectivamente no sea posible dar una definición
cuantitativa de la verosimilitud de una teoría.

4.2. L A CIENCIA , ENTRE LA EPISTEMOLOGÍA Y LA METAFÍSICA .

Finalmente es necesario hacer unos apuntes sobre algunos aspectos generales de la concep-
ción de la ciencia en Popper. Contra el convencionalismo y contra el instrumentalismo, Popper
considera que la ciencia busca dar explicaciones cada vez más ciertas sobre la naturaleza, es
decir, aumentar el conocimiento de la misma. Este proceso no puede eludir su componente
empírico, ya que Popper considera que “todo aprendizaje es aprendizaje a partir de la experi-
encia”45 . Sin embargo, no es posible deducir las leyes de la naturaleza simplemente a partir de
una observación pretendidamente pura ni tampoco el postular reglas a priori, sean de carácter
trascendental o de carácter instrumental. Si bien la ciencia y la metafísica son dos ámbitos dis-
tintos, no están netamente separados. Por ejemplo, el principio de la regularidad de las leyes
es un principio metafísico con el que Popper está de acuerdo, aunque no sea demostrable. De
este modo, el origen de una teoría no es la observación, sino muchas veces una idea previa de
carácter metafísico y no empírico, como es el caso del atomismo de Demócrito y Leucipo. A
diferencia de los positivistas lógicos, Popper no rechaza el conocimiento no científico, pues con
frecuencia la ciencia proviene del mito y la especulación o es precedida por estos.
Por otra parte, la defensa de una epistemología basada en la noción de una verdad sobre el
mundo que no obstante no es accesible directamente tiene como correlato ontológico la defensa
del realismo que ya se ha señalado, frente a posturas como el instrumentalismo o el pragma-
tismo. En cuanto a la teoría del conocimiento, para Popper uno de los falsos presupuestos de la
inducción es que parte de una teoría epistemológica propia del empirismo que considera falsa,
la teoría de la mente como tabula rasa. Popper acepta la idea de Kant de que es la mente la
que impone sus condiciones de posibilidad al mundo, no ella la que adopta la forma del mundo,
pero en un sentido distinto al kantiano, ya que la teorías propuestas son hipótesis que no tienen
necesariamente un éxito, sino que son tentativas de aprehender la forma del mundo, no formas
a priori del entendimiento46 . La tabula rasa va ligada así a la distinción entre observación y
44 Cfr.
Martínez Solano, J.F., op. cit., pág. 240.
45 Popper, K.R., Post Scriptum. Vol I, pág. 79.
46 Popper, K.R., Los dos problemas fundamentales de la epistemología, pág. 22.

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La filosofía de la ciencia de Karl R. Popper

teoría que Popper rechaza. Para Popper, como para Lakatos, en todo programa científico hay
una metafísica implícita de la que se parte para confirmarla o rechazarla.
Respecto a los fines últimos de la ciencia, Popper no cree en “la doctrina esencialista de
las razones últimas”47 , pero sí en una forma de esencialismo modificado en forma de leyes
universales que afirmen algo sobre el mundo. Con sus planteamientos Popper ha pretendido
resolver el problema que Bertrand Russell denominaba los “límites del empirismo”. Para evitar
caer en alguna forma de principio de inducción apriorístico, Popper propone un empirismo
crítico que huya tanto del dogmatismo como del sensualismo, es un falibilista que cree en
una verdad y una realidad inalcanzables, pues no cree en la verdad como conocimiento cierto
e indudable sino más bien como ideal de progreso. Por ello, la ciencia no es conocimiento,
sino la búsqueda del mismo. Para Popper, el punto de partida de una teoría es por tanto no la
observación pura, sino una teoría previa, es decir, un problema, en un proceso sin término que
continúa desarrollándose sin llegar nunca a un fin, pues las teorías van destapando problemas al
tiempo que se van sucediendo.

5. S ÍNTESIS .
La reflexión sobre la naturaleza y el método de la ciencia ha ocupado una gran cantidad
de pensamiento filosófico del siglo XX, especialmente en el ámbito de la filosofía analítica,
aunque no de forma exclusiva, y de hecho gran parte de los problemas que se van a estudiar ya
habían sido planteados o anticipados por autores anteriores de un modo u otro. El paradigma
neopositivista, con el cual puede entenderse en diálogo la primera parte de la obra de Popper,
tuvo que enfrentarse al problema de la inducción; no se podía apelar a principios a priori por
tratarse de una corriente de carácter empirista. Frente a esto, la propuesta de Popper va a rec-
hazar de plano la inducción y la verificación de las teorías desde el punto de vista metodológico
y a proponer la falsación como criterio de demarcación de la ciencia. No importa la forma en
la que se llegue a las hipótesis científicas, opina Popper, sino el que estas sean contrastables
con la evidencia empírica, es decir, una hipótesis es científica si es capaz de enfrentarse a la
prueba de la contrastación con los datos empíricos. Si una teoría está hecha de tal modo que
no puede someterse a esa prueba entonces no es científica, toda teoría científica ha de tener un
grado suficiente de carga empírica. El haber pasado con éxito la prueba de la contrastación con
la realidad simplemente corrobora la teoría en su momento actual, pero no garantiza su éxito
futuro, pues no hay un mecanismo inductivo ascendente claro y seguro que garantice el éxito
de una teoría. La teoría de Newton gozó de corroboraciones abundantes hasta que finalmente
fue falsada, y es previsible que en un futuro las teorías actuales corran el mismo destino al ser
47 Popper, K.R., Conocimiento objetivo, pág. 183.

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La filosofía de la ciencia de Karl R. Popper

falsadas y desplazadas por teorías mejores que expliquen más satisfactoriamente la realidad.
Ese es el mecanismo básico de la ciencia para Popper.
Hay varios puntos criticables en esta concepción de la ciencia popperiana, algunos de los
cuales se harían evidentes más adelante, y otros inmediatamente. Cabe hacerse varias preguntas
al respecto, como si la falsabilidad es un criterio aplicable en la práctica a la ciencia, es decir,
si es suficiente y también es necesario, ya que una gran cantidad de teorías científicas que de
hecho son aceptadas no serían falsables según los estrictos criterios de Popper y no por eso
dejan de ser válidas en la práctica efectiva de la ciencia. Otra cuestión es la relación entre las
teorías científicas y la controvertida cuestión de la verdad y la verosimilitud. Popper cree en
una verdad y una realidad existentes aunque nunca alcanzables, pero tampoco existe un método
para medir el grado de cercanía de una teoría a la verdad que no acabe siendo insuficiente o
lógicamente contradictorio. Efectivamente, el postular una verdad la cual no puede saberse si se
ha alcanzado es como mínimo problemático. Una tercera cuestión se refiere a la naturaleza del
método científico que permita formular las hipótesis científicas. Popper no concede importancia
a la forma de enunciación de las teorías, reduciendo todo el sistema de la ciencia a una sucesión
de hipótesis arriesgadas y ulteriores falsaciones que la corroborarán o desecharán. No deja de
parecer poco racional el dejar de lado la fase de formulación de las hipótesis para centrarse
exclusivamente en la forma en la que se justifican.
Popper ha pasado a la historia como defensor a ultranza de un racionalismo crítico que está
en un continuo proceso de postulación y examen de ideas, opuesto en todo momento al empiris-
mo ingenuo que quiere partir de la experiencia pura, pero aún más si cabe del dogmatismo, sea
en ciencia, sea en filosofía, sea en política. Esta alabanza de la crítica racional constante, sin
descanso, que nunca pretende haber alcanzado una verdad en la que instalarse cómodamente,
merece el más alto elogio. Él debe tanto a sus detractores y adversarios en el plano intelectual
como ellos a él, y muchos filósofos de la ciencia posteriores son en gran medida herederos
de esta visión racionalista pero no inflexible, tanto aquellos que han pretendido reformular el
falsacionismo en términos menos ingenuos como aquellos que han cuestionado la propuesta
popperiana en favor de otros enfoques. En suma, si bien no se puede decir que Popper haya
pasado a la historia por haber propuesto un método científico práctico, realista y eficaz, su críti-
ca ha sido saludable y ha permitido abrir nuevos horizontes, muchas veces netamente distintos
a los del propio Popper, pero esto es algo que no habría que lamentar, sino más bien celebrar.

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La filosofía de la ciencia de Karl R. Popper

B IBLIOGRAFÍA
Primaria

Kraft, V., El círculo de Viena, Taurus, Madrid, D.L. 1966.


Popper, K.R., La lógica de la investigación científica, Tecnos, Madrid, 1962.
——–, Conocimiento objetivo, Tecnos, Madrid, 1992.
——–, Conjeturas y refutaciones, Paidós, Barcelona, 1983.
——–, Búsqueda sin término: Una autobiografía intelectual, Tecnos, Madrid, 1994.
——–, Los dos problemas fundamentales de la epistemología, Tecnos, Madrid, 2007.
——–, Post scriptum a La lógica de la investigación científica. Volumen I, Tecnos, Madrid,
1986.
Wittgenstein, L., Tractatus Logico-Philosophicus, Tecnos, Madrid, 2003.

Secundaria

Haack, S.,”Dos falibilistas en busca de la verdad” en Anuario Filosófico, 2001 (34), págs. 13-38.
Keuth, H., The philosophy of Karl Popper, Cambridge University Press, Londres, 2005.
Kraft, V., “Popper and the Vienna Circle” en Schilpp, P.A. (ed.), The Philosophy of Karl Popper,
Open Court, La Salle (Illinois), cop. 1974.
Martínez, J., El problema de la verdad en K.R. Popper: reconstrucción histórico-sistemática,
Netbiblo, La Coruña, 2005.
Newton-Smith, W.H., La racionalidad de la ciencia, Paidós, Barcelona, 1981.
Rivadulla Rodríguez, A., Probabilidad e inferencia científica, Anthropos, Barcelona, 1991.

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