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Revolución de Octubre

Para el movimiento huelguístico en la Segunda República Española, véase Revolución de


1934.

Para otros movimientos revolucionarios rusos, véase Revolución rusa (desambiguación).

Revolución de Octubre

Mapa de Petrogrado entre el 6 y 7 de noviembre


de 1917.

Fecha 23 de octubre - 8 de noviembre de


1917

Lugar Petrogrado

Resulta Victoria bolchevique


do
• Creación de la República
Socialista Soviética de Rusia
• Final del Gobierno Provisional
Ruso

• Comienzo de la Guerra Civil


Rusa
Beligerantes

Partido Comunista Gobierno Provisional


Ruso (Bolchevique) Ruso
Guardia Roja
Sóviet de
Petrogrado
República Socialista
Federativa Soviética de
Rusia

Comandantes

Lenin Aleksandr Kérenski


León Trotsky
Iósif Stalin
Pavel Dibenko

Fuerzas en combate

10.000 marineros rojos 1.000 soldados


30.000 soldados de la voluntarios
Guardia Roja Batallón de 1.000
mujeres

Bajas

Algunos soldados de la Todos


Guardia Roja
La Revolución de Octubre, también conocida como Revolución bolchevique, fue la segunda fase de la Revolución
rusa de 1917, tras la Revolución de Febrero.

La denominación de hechos históricos determinantes por los meses proviene de una costumbre francesa (periodos de
brumario o thermidor para la Revolución francesa, revolución o monarquía de julio para los acontecimientos de 1830
y Luis Felipe de Orleans). En España se acostumbraba a motejar al franquismo como el Régimen del 18 de julio. Es
curioso señalar que la fecha octubre, inmortalizada por la épica revolucionara y el título de la película de Sergéi
Eisenstein, corresponde al calendario juliano vigente en la Rusia zarista, después abolido por la Revolución. En el
resto del mundo, bajo el calendario gregoriano, las fechas serían del mes de noviembre.

La Revolución de Octubre fue liderada por los bolcheviques bajo la dirección de Vladimir Lenin y significó la
primera revolución socialista declarada del siglo XX. Las actividades revolucionarias en Petrogrado, que acabaron
siendo decisivas, estuvieron comandadas por el Comité Militar Revolucionario. Este comité era formalmente una
organización del sóviet de la capital, cuyo presidente era León Trotsky, pero virtualmente estaba controlado por los
bolcheviques.

• La revolución culminó con una insurrección militar-popular que derribó al gobierno


provisional, y conduciría a una guerra civil (1918–1920) y a la posterior creación de la
Unión Soviética en 1922.

denominación

Inicialmente, a la Revolución de Octubre se la designó Alzamiento de Octubre o Alzamiento de los 25, como se puede
comprobar, por ejemplo, en las primeras ediciones de los trabajos completos de Lenin. Con el tiempo, la Revolución
de Octubre fue vista como uno de los acontecimientos más trascendentales del siglo XX, el primero de una serie que
plantaría la semilla del épico enfrentamiento entre la Unión Soviética junto a sus aliados socialistas y los estados
capitalistas occidentales, incluyendo los Estados Unidos, conocido como Guerra Fría.

La Gran Revolución Socialista de Octubre fue el nombre oficial de la Revolución de Octubre en la Unión Soviética
desde la celebración del 10° aniversario de la Revolución en 1927. Hoy en día el Partido Comunista de la Federación
Rusa utiliza comúnmente este nombre. La expresión Octubre Rojo también ha sido atribuida a los acontecimientos de
dicho mes; este nombre fue adoptado a su vez por una fábrica de tractores que se haría famosa durante la Batalla de
Stalingrado y un submarino ruso ficticio, del conocido film norteamericano.

Antecedentes

Tras el paulatino deterioro de la situación en el país, la parálisis del gobierno, el fracaso del intento de golpe de estado
del comandante de la fuerzas armadas en agosto y el reforzamiento de los bolcheviques como principal partido de
oposición al desprestigiado gobierno y en defensa de la revolución, la orden de este de trasladar las tropas de la
guarnición de Petrogrado al frente (9 de noviembrejul./ 22 de noviembre de 1917greg.) hizo que estas repudiasen al
Gobierno Provisional y proclamasen su lealtad al Consejo de la ciudad.1 Las tropas que habían sido más leales
durante la supresión del levantamiento de julio declararon su neutralidad o se alinearon con el Sóviet.1

La orden se consideró como un ataque a la revolución y el Comité decidió tomar medidas en defensa de la misma,
que acabarían resultando en el derrocamiento del Gobierno y la transferencia teórica del poder a los consejos
("sóviets"), quedando en la práctica en manos del partido bolchevique.

El anuncio del gobierno de sus intenciones hacia la guarnición capitalina el 21 de octubrejul./ 3 de


noviembre de 1917greg. hizo que el Comité Militar Revolucionario, controlado por los bolcheviques, comenzase a
tomar medidas para alzarse con el poder, alegando en todo momento hasta el 25 de octubrejul./ 7 de noviembregreg. que
sus acciones eran puramente defensivas.2 Los intentos del gobierno en la mañana del 24 de octubrejul./ 6 de
noviembregreg. de aplastar a la izquierda hicieron que el levantamiento militar que Lenin venía reclamando desde hacía
más de un mes se pusiese en marcha, gracias a la simpatía de las masas de la capital por la revolución y los consejos,
que consideraron amenazados por la medidas del gobierno.3

León Trotsky, revolucionario ruso y principal organizador de la revolución en Petrogrado

El 24 de octubre el primer ministro Kérenski trata de acelerar la llegada de tropas leales al gobierno a la capital, de
acuartelar a la guarnición y de retirar a los comisarios políticos del Comité Militar Revolucionario destacados en ella,
sin éxito.4 Durante la mañana y comienzos de la tarde quedó claro que la mayoría de las tropas de la capital seguían
las directivas del Consejo de la ciudad y desoían las órdenes del gobierno.4 Por la tarde se supo que las tropas que
habían de acudir a la capital para socorrer al gobierno se habían pasado a las filas del Comité o estaban siendo
retenidas lejos de la ciudad por los partidarios del mismo.5 El gobierno contaba en la ciudad con apenas unos pocos
miles de tropas, muchos menos que sus adversarios.5

Kérenski acudió por la tarde al Preparlamento para solicitar su apoyo incondicional, que le fue negado.6 Los
socialistas moderados lograron aprobar por escasa mayoría una moción de apoyo al gobierno condicionado a la
adopción por este de reformas radicales inmediatas, con el fin de atraer a los partidarios de los bolchviques y calmar a
aquellos que reclamaban desde febrero dichas medidas.6 Kérenski rechazó al propuesta y afirmó ser capaz de resolver
la situación por sí solo.7

A media tarde los principales puentes de la capital quedaban en manos de los insurrectos.8 A las 4 de la tarde los
ciclistas que protegían el Palacio de Invierno decidieron retirarse, ocupando una hora después la central de telégrafos
por orden del Comité Militar.8 Pasadas las 8 de la tarde tropas insurrectas ocuparon la Estación del Báltico, cortando
los posibles refuerzos al gobierno desde el oeste.8

En la madrugada del 25 de octubre de 1917 (según el calendario juliano, que se encontraba aún en uso en Rusia en
esa época; 7 de noviembre según el calendario gregoriano, adoptado a partir de 1918), el líder bolchevique, Vladimir
Lenin, llegó a la sede del Sóviet de Petrogrado, intensificándose entonces las acciones del Comité contra el gobierno
provisional de Aleksandr Kérensky, abandonándose toda referencia a la pura defensa de la revolución y adoptando
medidas para crear un nuevo gobierno revolucionario antes de la apertura el mismo día del Segundo Congreso
Nacional de Consejos.9

A las 2 de la madrugada tropas del Comité ocupaban la Estación Nikolaievsky y la estación eléctrica de la ciudad.10
El puente Nikolaievsky fue capturado poco después.10 A las 6:00 se ocupaba en Banco Estatal y a las 7 caía la central
telefónica.10 A las 8 el Comité capturaba la última gran estación de ferrocarril, la de Varsovia.10

A las 11 de la mañana, ante la situación desesperada en la capital, Kérenski abandona la ciudad camino del frente con
el objetivo de reunir tropas leales que aplasten la revuelta, ya victoriosa en Petrogrado.11

En su mayor parte, la revuelta en Petrogrado se efectuó sin derramamiento de sangre. Las tropas leales al Sóviet,
dirigidas por los bolcheviques, se hicieron con los principales edificios gubernamentales donde encontraron poca
oposición antes de lanzar un asalto final sobre el Palacio de Invierno durante la noche del 7 al 8 de noviembre. La
ocupación, dirigida por Vladímir Antónov-Ovséyenko, se produjo a las 9:45 de la noche tras un disparo de salva
desde el crucero Aurora. El Palacio de Invierno estaba protegido por los cosacos, el Batallón de Mujeres y varias
cuadrillas de cadetes. El palacio fue tomado hacia las dos de la madrugada del día 8; el 7 de noviembre sería
establecido oficialmente como fecha de la Revolución.

Los posteriores informes oficiales —y soviéticos por tanto— sobre estos sucesos les añadirían un mayor dramatismo
del que realmente tuvieron. Las películas filmadas bastantes años después mostraron una gran revuelta en el Palacio
de Invierno y una lucha feroz, cuando en realidad los insurgentes bolcheviques encontraron poca o ninguna
resistencia sin tener dificultad alguna de entrar en el edificio y tomarlo.

Entretanto, el mismo día 7, a las once menos veinte de la noche,12 con casi nueve horas de retraso, se inauguraba el
Segundo Congreso de Sóviets de Representantes de Trabajadores y Soldados de Todas las Rusias. El Segundo
Congreso de los Soviets estuvo compuesto por 670 delegados electos, de los cuales 300 eran bolcheviques y cerca de
cien eran social-revolucionarios de izquierdas, que también apoyaron el derrocamiento del gobierno de Kérensky.12 El
apoyo a los bolchviques había crecido espectacularmente en los últimos meses antes del congreso, aunque no
contaban con mayoría absoluta entre los delegados.12

Inicialmente, el Congreso de los Sóviets aprobó por unanimidad una propuesta del dirigente menchevique Julius
Martov, de proclamar un gobierno democrático conjunto de todos los partidos del Sóviet.13 Sin embargo, al saberse
que el Gobierno Provisional había sido derrocado, y que sus miembros, entre los cuales se encontraban los ministros
socialistas revolucionarios (eseristas) y mencheviques, habían sido detenidos, algunos congresistas de estos partidos
representados en el Sóviet denunciaron estos hechos y abandonaron la sala en señal de protesta.13 Las principales
fracciones de los socialrevolucionarios y de los mencheviques se oponían a las acciones de los bolcheviques.13

León Trotsky aprovechó para dirigirse las fracciones que acababan de abandonar el congreso y a los partidarios del
acuerdo con ellas como Martov diciendo: «Sois unos penosos individuos aislados; estáis corruptos; ya no pintáis
nada. Marchad ahora mismo a donde pertenecéis, ¡al vertedero de la historia!». Tras la salida de la sala de las
facciones de centro y derecha de los social-revolucionarios, además de los mencheviques, que consideraban que
Lenin y los bolcheviques habían tomado el poder de forma ilegal, el Congreso adoptó un decreto que transfería el
poder a los soviets de trabajadores, de soldados y de campesinos, ratificando así la Revolución. La mayoría de los
mencheviques internacionalistas de Martov abandonaron también el congreso al ver sus propuestas de concordia
entre los partidos socialistas rechazadas por el ala radical de los bolcheviques representada por Trotsky.14 Los
socialrrevolucionarios de izquierda permanecieron con el objetivo de tratar de moderar la postura de los bolcheviques
y lograr un acuerdo entre los diversos socialistas.15

A las 5:00 a.m. del día siguiente el soviet legitimó al Consejo de Comisarios Populares (Sovnarkom) como base de un
nuevo gobierno,16 pendiente de convocar una asamblea constituyente y publicar el Decreto de Paz y el Decreto de
Tierra. Todos los comisarios eran miembros del partido bolchevique.17

El decreto de tierra ratificó las acciones que los campesinos que se habían apropiado, a través de toda Rusia, de las
tierras de la aristocracia y de los kulaks, las cuales habían redistribuido.17 La propiedad de la tierra quedaba abolida y
los terrenos pasaban a manos de los consejos para ser distribuidos entre los campesinos de acuerdo a sus
necesidades.17 El decreto se basaba principalmente en el programa político de los socialrrevolucionarios de
izquierda.17 Los bolcheviques se vieron a sí mismos como los representantes de una alianza de trabajadores y
campesinos y dejaron constancia de ello con la Hoz y el Martillo en la bandera y en el escudo de armas de la Unión
Soviética.

Antes de clausurarse, el Congreso eligió un nuevo Comité Ejecutivo Central, encabezado por el bolchevique
moderado Kamenev y compuesto por 62 bolcheviques, 29 socialrrevolucionarios de izquierda, 6 mencheviques
internacionalistas y 4 miembros de otros partidos menores.17 El intento de los líderes bolcheviques con una postura
intermedia, como Trotsky, entre los leninistas, partidarios de un alzamiento bolchevique inmediato, y los moderados,
partidarios de la formación de un nuevo gobierno exclusivamente socialista, que decidieron utilizar el prestigio y las
organizaciones subordinadas a los consejos para derrocar al Gobierno Provisional y hacerse con el poder habían
triunfado.2

Oposición al golpe y el comienzo de la guerra civil

La revuelta militar contra el nuevo gobierno de los opositores al mismo en la capital en la mañana del 29 de
octubrejul./ 11 de noviembre de 1917greg., descubierta antes de que se pudiese sincronizar con un ataque desde los
alrededores de la capital de las tropas fieles al derrotado Gobierno Provisional, fracasó.18

Los intentos bolcheviques de tomar el poder en otras partes del Imperio ruso no suscitaron demasiados problemas en
la propia Rusia, aunque la lucha por Moscú duró dos semanas, pero tuvieron menos éxito en lugares poblados por
etnias no rusas que habían reivindicado la independencia desde la Revolución de Febrero. Por ejemplo, la ucraniana,
que declaró la autonomía el 23 de junio de 1917, creó la República Nacional Ucraniana el 20 de noviembre, apoyada
a su vez por el Congreso Ucraniano de Soviets. Esto condujo a un conflicto armado con el gobierno bolchevique de
Petrogrado y, finalmente, una declaración formal de independencia el 25 de enero de 1918.19 En Estonia surgieron
dos gobiernos rivales: la Dieta Estonia declaró la independencia el 28 de noviembre de 1917, mientras que un
bolchevique estonio, Jaan Anvelt, fue reconocido por el gobierno de Lenin como líder legítimo del país el 8 de
diciembre, aunque las fuerzas leales a Anvelt sólo controlaban la capital.20

El éxito de la sublevación de octubre dio por concluida la fase de la Revolución comenzada en febrero y transformó
el carácter de la Revolución rusa de liberal a socialista. Un intento de asalto a Moscú un mes después se encontró con
una resistencia mucho más violenta y los bolcheviques no se hicieron con el control completo de la ciudad hasta
marzo de 1918. Una coalición de grupos anti-bolcheviques intentó suplantar al gobierno durante la Guerra Civil Rusa
entre 1918 y 1920.

Los Estados Unidos no reconocieron al nuevo gobierno ruso hasta los años 30, e incluso más tarde enviarían 10.000
soldados para ayudar a combatir la invasión japonesa de Siberia. Las potencias europeas reconocieron a la Unión
Soviética al tiempo que restablecieron las relaciones económicas, a principios de los años 20.

La Revolución de Octubre y los Balcanes

Escrito: 1927
Primera Edición: "Internationale Presse-Korrespondenz" Núm 114, 18 de noviembre de
1927
Digitalización: Aritz
Fuente: J. Dimitrov, Obras Completas, Ed. del PCB, Sofía, 1953
Esta Edición: Marxists Internet Archive, año 2001
La repercusión de la Revolución de Octubre en los Balcanes fue extraordinaria. Cual un poderoso reflector rompió la
espesa obscuridad de la guerra en los frentes balcánicos. Cual una estrella indicó a los pueblos balcánicos y a los
millones de obreros y campesinos el camino a seguir para alcanzar la paz y la libertad. Su vecindad con la Rusia
Soviética, el carácter agrario de los Balcanes y su estructura económica y social, muy parecida a la de Rusia, hicieron
que las masas balcánicas sintieran como algo particularmente suyo la Revolución de Octubre y facilitaron con ello su
completa comprensión. Fue desbordante el entusiasmo que provocó la victoria del proletariado ruso y la creación del
primer Estado obrero y campesino soviético.

Tanto entre la población de los países balcánicos, como entre las masas de los soldados en los frentes balcánicos
surgió un potente movimiento contra la guerra, en defensa de la paz inmediata, sin anexiones, ni contribuciones de
guerra. Las consignas de la Revolución de Octubre ganaban a diario nuevas masas de obreros y campesinos en los
frentes de combate, en las ciudades y aldeas. Una tras otra se producían manifestaciones de mujeres, mientras que los
obreros que trabajaban en las empresas protestaban cada vez con mayor energía contra la prolongación de la guerra.
En el frente de Drobudsha, la confraternización entre los soldados rusos, alemanes y búlgaros se convirtió en una
manifestación constante, a pesar de las severas persecuciones ejercidas por parte del mando militar. En el frente de
Salónica (frente balcánico central), entre los soldados búlgaros se originó un potente movimiento por el cese
inmediato de la guerra, se desplegó una gran propaganda pro paz, fueron divulgadas octavillas de contenido
revolucionario y se crearon comités y células clandestinas de soldados. A pesar de los arrestos en masa y hasta de
fusilamientos de miles de soldados, el movimiento ganaba cada vez mayor terreno y encontró su suprema y elocuente
expresión en las sublevaciones de soldados de 1918 en Dobro-pole y ante las mismas puertas de Sofía. Estas
sublevaciones de soldados fueron precisamente uno de los factores que aceleraron el fin de la guerra en los frentes
balcánicos.

La Revolución de Octubre infundó ánimo a las masas obreras y campesinas de los Balcanes en su lucha contra la
monarquía, la burguesía y los causantes de la catastrófica y sangrienta guerra.

El movimiento obrero y campesino en los Balcanes adquirió un potente auge, nunca visto. Las poblaciones de las
nacionalidades oprimidas (macedonios, dobrudshanos, tracios y albaneses), bajo la influencia de la Revolución de
Octubre, emprendieron el justo camino de la lucha nacional-revolucionaria, que condujo a los múltiples pueblos
oprimidos por la Rusia zarista a una total liberación nacional. Fue enorme la influencia del bolchevismo entre los
obreros, campesinos, la pequeña burguesía y la población nacionalmente oprimida.

La agrupación de los obreros en organizaciones sindicales, clasistas, y los campesinos en partidos agrarios de
izquierda se desarrollaba a grandes ritmos. El movimiento cooperativista obrero y campesino crecía en proporciones
desconocidas antes de la guerra. Los partidos socialdemócratas revolucionarios de Bulgaria, Yugoeslavia, Rumania y
Grecia se declararon en pro del bolchevismo, convirtiéndose en partidos comunistas y desarrollándose como partidos
de masas. El Partido Comunista Búlgaro obtuvo una cuarta parte de todos los sufragios, conquistó los consejos
municipales de casi todas las ciudades y de muchas aldeas. El Partido Comunista Yugoeslavo obtuvo en las
elecciones 200.000 votos. Y todo esto fue conquistado bajo consignas revolucionarias, bolcheviques. Los Partidos
Comunistas de Rumania y Grecia hicieron también grandes progresos. Huelgas y demostraciones en masa se
desencadenaron en todos los Balcanes. Las masas obreras y campesinas se encontraban en amplia ofensiva contra el
régimen monárquico burgúes.

Gracias a las hondas conmociones económicas, sociales y políticas, que originó la guerra, y bajo la poderosa
influencia de la Revolución de Octubre, las posiciones de la monarquía y de la burguesía fueron seriamente
debilitadas. En Bulgaria, el viejo rey Fernando tuvo que abdicar. El rey griego Constantino fue destronado. Las
dinastías de Belgrado y Bucarest, a pesar de la "victoria" en la guerra, se sentían inseguras. La creciente ola
huelguística internacional debilitó en sumo grado la influencia y la presión que ejercía el imperialismo en los
Balcanes. En aquel momento, la burguesía balcánica y las monarquías no podían contar ya con el apoyo de sus
anteriores sostenedores del exterior (la Rusia zarista y la vieja monarquía austro-húngara habían desaparecido y los
mismos Estados imperialistas vencedores estaban amenazados por el peligro revolucionario).

La impotente y atemorizada burguesía balcánica hizo no pocas concesiones a las masas con el fin de salvar su
dominación de clase. Casi en todas partes fue implantada la jornada de ocho horas. Prometióse solemnemente
mejorar la legislación obrera. En Rumania y Yugoeslavia se inició la reforma agraria. Fue tan grande el entusiasmo
entre las masas campesinas que, especialmente en Bulgaria, trajo como resultado el gobierno agrario que duró tres
años.

Saltaba a la vista que existía una situación revolucionaria. Los Balcanes se hallaban en vísperas de la revolución
obrero-campesina. Y ésta hubiera estallado infaliblemente y hubiera triunfado, si la socialdemocracia internacional no
hubiese cometido su segunda traición (la primera la había hecho el 4 de agosto de 1914), si no hubiera obstaculizado
la revolución en Alemania y Austria que adquirió un carácter plenamente proletario, si no hubiera abandonado el
levantamiento obrero italiano y la ocupación de las fábricas, si no hubiera facilitado la caída de las Repúblicas
Soviéticas de Baviera y Hungría. Una revolución victoriosa en aquella situación hubiera creado no sólo una
Federación Soviética Balcánica, sino que hubiera facilitado también la revolución proletaria en Europa Central,
hubiera asegurado en sumo grado la retaguardia de la Unión Soviética y estimulado la revolución en el Cercano
Oriente.

Los socialdemócratas balcánicos, junto con sus hermanos de la Europa Central, se colocaron al lado de la burguesía,
contra el movimiento revolucionario del proletariado, el campesinado y las nacionalidades de los Balcanes.

Debido a esta traición de la socialdemocracia, la burguesía internacional pudo reagrupar sus fuerzas, elevar la
confianza en sí misma, mantener hasta cierto grado sus posiciones, encontrar el camino hacia la estabilización
relativa del capitalismo y, finalmente, pasar al ataque sistemático contra el proletariado y campesinado
revolucionarios.

Los derramamientos de sangre de Noske en Alemania, el triunfo de Horty en Hungría, la victoria del fascismo en
Italia- tal es el comienzo del constante crecimiento de la reacción internacional y su paulatina propagación. La
victoria de la contrarrevolución en Europa dio la posibilidad a que las fuerzas imperialistas de nuevo pusieran
poderosamente sus garras sobre los Balcanes. La burguesía y las monarquías en esta zona, al precio de sacrificar la
independencia económica y política de los países balcánicos, recibieron el potente apoyo del imperialismo inglés,
francés e italiano e iniciaron una brutal y sangrienta ofensiva contra el movimiento revolucionario en los Balcanes. El
sangriento sofocamiento de la huelga general en Rumania en 1920 fue el comienzo. Las leyes extraordinarias contra
el movimiento revolucionario en Yugoeslavia en 1921 (la así denominada "obzana") representaban el segundo gran
paso en este sentido. El golpe de Estado militar-fascista en Bulgaria de 1923 fue el tercer acto histórico de la reacción
balcánica que, desde aquel momento hasta ahora, apoyada plenamente por el imperialismo extranjero, avanza
furiosamente en los Balcanes. El derrocamiento del gobierno popular de Fan Noly en Albania, en 1924, por Ahmed
Zog, con la ayuda directa de Italia y Yugoeslavia y el potente apoyo de Inglaterra, fue otro paso considerable de la
reacción balcánica.

El Levantamiento de Septiembre de 1923 en Bulgaria contra la dictadura militar fascista y por un gobierno obrero y
campesino fue la última tentativa heroica del proletariado durante dicho periodo de imponerse sobre la reacción, de
conservar las posiciones proletarias conquistadas y de abrir el camino hacia la victoria de la revolución balcánica. El
Levantamiento de Septiembre de los obreros y campesinos búlgaros estaba penetrado del espíritu bolchevique y fue
llevado a cabo bajo la bandera de la Revolución de Octubre. A pesar de la derrota, el levantamiento para el
proletariado búlgaro, así como para el proletariado de los Balcanes fue cual un punto luminoso en el camino de la
lucha revolucionaria hacia la victoria definitiva.

Durante los años siguientes, en los países balcánicos reinó el más horrendo terror blanco y el fascismo siguió
cometiendo desmanes. Las víctimas eran incontables. La burguesía logró disolver las organizaciones del proletariado
y del campesinado, prohibió las actividades de los partidos comunistas de Bulgaria, Yugoeslavia y Rumania como
organizaciones legales y los persiguió de la manera más brutal. Logró aniquilar o encarcelar a los cuadros proletarios
más activos, anuló por completo los derechos políticos de las masas populares, llevó a cabo una ilimitada explotación
del trabajo de los obreros y campesinos. La burguesía rechazó por cierto tiempo el movimiento revolucionario y
eliminó al proletariado como gran factor político.

Pero la burguesía balcánica no podía aniquilar las ideas de la Revolución de Octubre, el espíritu del bolchevismo, no
podía desarraigar el comunismo de las masas balcánicas, quitarles el cariño ilimitado por la Rusia Soviética.

Al contrario, el proceso de bolchevización del proletariado avanzaba cada vez más al precio de enormes sacrificios e
indescriptibles sufrimientos. Las masas proletarias y una parte considerable del campesinado pobre permanecieron
fieles al comunismo.

A pesar de todo, ningún grupo proletario había pasado a los socialdemócratas (esa agencia política de la burguesía y
la contrarrevolución).

Los partidos comunistas de los Balcanes, terriblemente perseguidos, se repusieron de nuevo como organizaciones
clandestinas (con excepción de Grecia donde el Partido está aún en la legalidad) y comienzan lenta pero seguramente
a consolidarse y fortalecerse.

Los partidos comunistas de los Balcanes por medio de la lucha interna y de su bolchevización aprenden a extraer
enseñanzas de sus propios errores y de las desviaciones socialdemócratas sobre la cuestión campesina y nacional,
sobre la cuestión del papel hegemónico y diregente del proletariado, a corregir los errores, a deshacerse de las
confusiones ideológicas y a elaborar los métodos justos para ganar ideológica y políticamente a las masas proletarias
y campesinas y para organizarlas en gran escala.
Por el camino de su bolchevización los partidos comunistas apartaron de su seno a la intelectualidad liquidacionista
pequeñoburguesa y los restos socialdemócratas (el grupo Sakarov-Manov en Bulgaria, el grupo Miloikovich en
Yugoeslavia, Cristescu en Rumania y Puliopulos en Grecia). Una prueba del avance en la bolchevización de los
partidos comunistas balcánicos, cuya importancia no se debe subestimar, la constituyó también el hecho de que todos
ellos están al lado del Partido Comunista de la Unión Soviética, contra la oposición trotskista, contra la oposición
menchevique y la actividad escisionista del grupo de Trostki-Zinoviev y que dicho grupo no tiene partidarios en los
partidos balcánicos. Los partidos comunistas de los Balcanes están trabajando ahora más que nada por su
consolidación y por fortalecer sus vínculos con las masas. El movimiento sindical clasista reagrupa sus fuerzas para
poder surgir de nuevo como una organización de masas del proletariado, contra la ofensiva del capital.

El repliegue del proletariado y campesinado balcánicos, iniciado en 1923, ya ha cesado. El proletariado balcánico
crea su alianza con el campesinado, lleva una activa lucha defensiva y se acerca de nuevo al momento de emprender
la ofensiva contra la reacción burguesa-fascista en los Balcanes.

En los Balcanes se ha producido una estabilización relativa y temporal del capitalismo. Dicha estabilización, sin
embargo, es más relativa y mucho más insegura que en el resto de Europa. Se apoya más bien sobre el imperialismo
extranjero y la reacción mundial, que sobre las propias fuerzas internas del capitalismo balcánico. Las viejas
contradicciones en los Balcanes no han sido superadas. Incluso más: surgieron otras.

Al mismo tiempo, la contradicciones de clase se van agudizando, las masas campesinas se orientan hacia la
izquierda, la alianza entre los obreros y los campesinos se fortalece, el movimiento de liberación nacional crece cada
vez más, el frente revolucionario general de los obreros, campesinos y naciones oprimidas en los Balcanes se está
desplegando y se hace cada vez más resistente.

Mientras que la burguesía de los Balcanes, bajo la dirección de las fuerzas imperialistas (ante todo Inglaterra), trata
de superar sus viejas y nuevas contradicciones y crear un bloque contrarrevolucionario balcánico, dirigido contra la
Unión Soviética, las masas obreras y campesinas, bajo la dirección de los partidos comunistas y de la Federación
Comunista Balcánica, están de manera resuelta e incondicional al lado de la Unión Soviética y consideran al primer
Estado obrero como su verdadera Patria. Las clases dominantes de los Balcanes están subordinadas al mando de la
Sociedad de las Naciones imperialistas, pero los pueblos balcánicos se declaran a favor de la Rusia Soviética, faro de
la liberación mundial y enemigo mortal del imperialismo. Puede afirmarse con toda certeza de que una guerra contra
la Rusia Soviética en los Balcanes se convertiría sin duda alguna en una guerra civil y se desencadenaría la
revolución contra la propia burguesía y las monarquías, que las masas de soldados (obreros y campesinos
movilizados) se pasarían con sus armas al lado del Ejército Rojo y sus fusiles serían dirigidos contra la burguesía
balcánica y el imperialismo.

La Unión Soviética, como federación de todos los pueblos de la anterior Rusia zarista, es un brillante ejemplo para
los pueblos balcánicos. En los Balcanes, al igual que en Rusia, sólo con la creación de una federación de los pueblos
balcánicos liberados del capitalismo, puede ser solucionado el tan intrincado problema nacional, pueden ser
eliminados los litigios territoriales, vencida la presión imperialista y asegurada una paz verdadera entre los pueblos
balcánicos. Es por eso que el proletariado balcánico, en alianza con el campesinado y junto con las poblaciones
nacionalmente oprimidas, lucha por una federación balcánica, por la unión de las repúblicas obreras y campesinas
balcánicas. Y puesto que dicha federación balcánica es posible sólo eliminando el régimen burgués monárquico-
fascista en los Balcanes mediante una decidida lucha contre el imperialismo, el único camino justo que queda para
alcanzar este objetivo es el camino del bolchevismo, el camino de la Revolución de Octubre, el de la revolución
obrera y campesina bajo la dirección del proletariado.

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