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performativa:
alcances de una alternativa
metodológica* nomadas@ucentral.edu.co • PÁGS.: 142-154
El artículo aborda elementos teóricos y metodológicos que intentan describir la estructura de lo que sería un modelo de
prácticas ligadas a la concepción de ciencia social performativa en el contexto local. La ciencia social performativa involucra
no solo diferentes discursos y tradiciones del conocimiento, sino prácticas sociales y saberes que, a través de la significación
del “carácter de la obra”, manifiestan la emergencia del sujeto en múltiples formas.
Palabras clave: ciencia social performativa, educación, prácticas y formación en investigación, artes e investigación.
O artigo aborda elementos tanto teóricos como metodológicos que tentam descrever a estrutura do que seria o modelo
de práticas unidas à concepção de ciência social performativa no contexto local. A Ciência Social Performativa envolve
não só diferentes discursos e tradições do conhecimento, senão práticas sociais e saberes que através da significação do -
caráter da obra- manifesta a emergência do sujeito em múltiplas formas.
Palavras-chaves: ciência social performativa, educação, formação em investigação, artes e investigação.
This article enters upon some theoretical and methodological elements that intend to describe the structure of what
would be a model of practices linked to the concept of performative social science in the local context. This involves
various discourses and traditions of knowledge as well as social practices and know how that are carring out the emergence
of the subject in multiple ways, through the importance of the “art expression caracter”.
Keywords: performative social science, education, investigation practices and formation, arts and investigation.
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pertar de pensamientos, trans- bilidad de mantener como constan- subyacen al impulso y dinámicas in-
mitir ideas o servir de ejemplo. te el sentido del por qué y para qué herentes al sentir/razonar artístico.
La finalidad del arte consiste investigar, y el protagonismo de
más bien en preparar al hombre quienes se ven involucrados en las La polisemia de “lo performa-
para la muerte, conmoverle en investigaciones. Es decir, un estilo tivo”, en efecto, está relacionada
su interioridad más profunda. de reflexividad que se apoya en el con el ámbito histórico de la cultu-
Cuando el hombre se topa con carácter de los procesos y los pro- ra, por lo que es posible contemplar
una obra maestra, comienza a ductos desde lo que el espíritu del una idea de performatividad anglo-
escuchar dentro de sí la voz que arte ofrece. sajona o continental; de la misma
también inspiró al artista. En manera que desde dicha im-
contacto con una obra de bricación es posible dar-nos a
arte así, el observador expe- la tarea de proponer una idea
rimenta una conmoción pro- de performatividad local.
funda, purificadora. En Sedgwick (1999) ofrece un
aquella tensión específica rastreo del término ligado a
que surge entre una obra su origen teatral que se va
maestra de arte y quien la desplazando poco a poco des-
contempla, las personas to- de el trabajo de perspectivas
man conciencia de sus mejo- feministas (Butler) y desde
res aspectos de su ser, que los estudios narrativos clásicos
ahora exigen liberarse. Nos (Gergen, Bruner, Ricoeur),
recogemos y descubrimos a hacia su potencial como con-
nosotros mismos: en ese mo- cepto clave en la interpreta-
mento, en la inagotabilidad ción de hechos sociales en
de nuestros propios senti- donde se pone en juego la
mientos (2003: 19). dialéctica de los procesos de
pensamiento colectivos e in-
dividuales y la función del
Ciencia social lenguaje como dramaturgia
performativa o constante de la experiencia
performatividad de humana. Para el caso de
las ciencias Denzin,
sociales
lo performativo como método
Hablar de una función o Abdu Eljaiek: Villa de Leyva, 1967. puede retomar la promesa de
implicaciones novedosas y la investigación cualitativa
alternativas a partir de la perspec- En ello, la multiplicidad de sig- como una forma de práctica de-
tiva de la performatividad dentro nificaciones de “lo performativo” mocrática radical. La narrativa,
de la lógica de la investigación, ofrece, más que una dificultad, una interpretada en el contexto de las
debe iniciar, a mi juicio, por una oportunidad para construir localmen- ciencias sociales, ha sido ocupa-
toma de distancia en relación con te y bajo los contextos y problemas da. Hasta ahora hemos explicado
los métodos tradicionalmente usa- específicos de la investigación en los relatos tomados del campo.
dos y los paradigmas cuantitativo y América Latina, un espacio de pro- Hoy sabemos que lo que escribi-
cualitativo. En otras palabras, sig- ducción de pensamiento alterno y mos es cultura, y que esos escritos
nifica un replanteamiento episte- unas redes propiamente hetero- no son prácticas inocentes. Por-
mológico que facilite y oriente una disciplinares que converjan en la que solo conocemos el mundo a
axiología completa de investigación experiencia de producción y socia- través de las representaciones que
para configurar un propósito y unas lización de conocimiento/saber des- nosotros mismos hacemos de él
acciones con una variante: la posi- de las funciones y/o aperturas que (2001: 25).
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lo tradicional siempre se manifies- vestigador entre en conflicto al dar- des de construcción del conocimien-
tan y terminan por problematizar las se cuenta de que sus objetivos, mé- to y observación del entorno de exis-
presunciones de la investigación. todos y objetos de investigación no tencia y sus diferentes capas o
necesariamente están alineados con esferas. Por supuesto, aparece aquí
Es claro, entonces, que el prin- sus propósitos y necesidades existen- una objeción fundamental frente a
cipio performativo basa su esperan- ciales. De tal suerte, la investigación esta intención performativa: puede
za de interconexiones en lo artístico, se instrumentaliza y hace máquina to- quedarse cualquier experiencia
no como una disciplina regulada en tal con las lógicas de mercado y la investigativa como una serie de
la que se juegan las capacidades re- regulación social... muchas veces no “activismos desarticulados, frag-
tóricas, por ejemplo, sino como una se investiga lo que se quiere sino lo mentarios y asistemáticos” o como
potencia natural de cualquier ser que se puede. algunos lo han llamado “puros
humano, una sensibilidad que anecdotarios con pretensio-
independientemente del con- nes de cientificidad“. Es en
texto histórico, siempre per- dichas condiciones que se
mite la puesta en distancia de puede performativizar la
lo que establecen las deter- ciencia social: bajo un even-
minaciones y las certezas con tual radicalismo frente al
las que en las distintas épo- método, subvirtiéndolo, para
cas se regulan los comporta- generar fisuras que de-
mientos de las sociedades. El muestren en resultados de
arte y su sensibilidad particu- mediano y largo alcance la
lar es la condición del hecho viabilidad y efectividad de
performativo, es siempre gene- su ejercicio.
rativo, en tanto modula nue-
vas percepciones de lo que se
considera en primera instan- El núcleo artístico
cia lo único, lo válido, lo esta- de lo performativo
blecido. Es o goza de un en ciencias
carácter subversivo frente a las sociales
disciplinas como también a la
forma en que abordan sus ob- La discusión filosófica so-
jetos de investigación. bre el arte en general, la
belleza, lo bello, nos lanza casi
Así, una epistemología independientemente de la
que sustente esta perspectiva, postura que se asuma desde
Nereo López: Gabriel García Márquez, Estocolmo, 1982.
no se centra en una historia lo estético, a comprender
de las ideas o del desarrollo cientí- Luego, la investigación como que ella, la filosofía, se entiende, se
fico-técnico, o en una filosofía de actividad humana se transforma en hace vívida en su sentido espiritual,
las ciencias, sino en una antropolo- producto comercial y no en experien- casi místico, ya que comprende no
gía filosófica y en una estética de la cia vital con capacidad transfor- sólo la percepción y el goce, sino tam-
experiencia humana. Rescata la po- madora. La figura del investigador bién un contacto muy íntimo entre
sibilidad de comprender-nos desde en la actualidad y con pocas excep- el hombre y la naturaleza como en-
la emoción y el apasionamiento y no ciones, corresponde más a una carnación de aquello que conside-
desde la preeminencia de la razón, tecnificación de un oficio que des- ramos bello y bueno. Esta afirmación
es decir, desde una reivindicación pliega (según el avance tecnológi- implica en este punto, realizar la
de lo emocional como campo en don- co), sofisticaciones del discurso diferenciación entre la realidad ar-
de lo racional cobra sentido. El tra- construido en torno a la cientificidad tística de la percepción y la produc-
dicional afán de objetividad ha y la legitimidad del saber. Discurso ción, que resulta fundamental para
hecho que quien se narre como in- que tiende a negar otras posibilida- nuestro propósito, pues adelantán-
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de otros mecanismos y de otro nivel tes y nos reta una y otra vez. Esta da como obra de arte. El primer paso
de operación de nuestros sentidos. dinámica implica que al hablar de es entonces tratar de recorrer en
La percepción del arte requiere de arte, necesariamente pensemos en sentido pleno las obras. Tarkovski
una demanda profunda a nuestro la recepción del mismo. (Ibíd.: 13) advierte en este sentido:
pensamiento que indaga no sólo por “El arte no quiere proponer inexo-
nuestra cultura, sino por nuestra Hasta aquí, podemos distinguir rables argumentos racionales a las
sensibilidad hacia la obra misma de que en el arte, como en cualquier personas, sino trasmitirles una ener-
lo que nos identifica como humanos. comunicación, existen dos caras de gía espiritual. Y en vez de una base
De esta forma, el nivel de percep- la moneda, dos formas de tener de formación, lo que exige es una
ción no involucra al arte con el sen- una experiencia artística: como experiencia espiritual”.
tido de placer de manera estricta, creador y como receptor. Para el
pues la intuición nos lleva a sobre- creador, la experiencia del arte La creación artística y la recep-
ponernos frente a la obra y validarla puede tener unas significaciones ción de la obra implican desde la
como resultado de alguien que se subjetivas, plagadas generalmente perspectiva que abordamos una en-
atrevió a tener una vivencia artísti- de legitimidades y beneficios per- trega de sí mismo. El núcleo de la
ca, sin que tenga ésta que procurar- sonales (místicas o a veces ególa- condición “sí mismo” está definido
nos o no placer. Por otro lado, la obra tras). Para quien recibe la obra, sus en gran parte por la llamada capa-
nos puede suscitar toda una serie de niveles de significancia lo llevan cidad de atestación. Es decir, en la
sensaciones (odio, pasión, repulsión, a encontrarse con el autor de la capacidad expresada en la confian-
etc.) y ubicarnos en un plano don- misma en ciertos aspectos o, inclu- za y la creencia con la que el suje-
de sólo lo humano es posible. so, a tomar posición frente a la to se autoafirma: yo soy (doy cuenta
producción por la falta de esta co- de mis acciones). En términos de
Según Tarkovski (2003), el sen- nexión, de esta intuición compar- la relación arte-filosofía, esto se
tido de cualquier arte que no tida sobre la realidad. traduce en la capacidad que poda-
quiera ser “consumido” como una mos desarrollar en tanto seamos
mercancía, consiste en explicar por Una libre posición frente al he- aptos para crear/percibir la obra res-
sí mismo y a su entorno el sentido cho artístico, le permite al sujeto ge- ponsablemente y, derivado de ello,
de la vida y de la existencia huma- nerar todo tipo de movimientos, de para argumentar desde la acción
na. Tal vez esto pueda sonar dema- rupturas emocionales y cognoscitivas que cognitivamente estas otras nos
siado utópico, pero es la síntesis y, como producto, genera la más di- dictan (se dice algo sobre la obra; se
misma de la búsqueda esencial que fícil de las obras de arte: una perso- narra algo sobre la obra; se hace algo
hay detrás de cualquier arte y de nalidad clara, crítica, creativa; en desde la obra). A la par, estas ca-
cualquier filosofía. Enfrentar al últimas, y de forma por lo menos su- pacidades estarán en gran medida
hombre a sí mismo a través de la gestiva, lo que persigue cualquier sis- determinadas por las formas en que
representación, sugiere que la tema educativo. La génesis del valor en adelante, las sociedades esta-
problematización lo lleva a niveles y la configuración de la ética son blezcan lineamientos ideológicos
de pensamiento diferentes de los entonces productos del trabajo so- renovados sobre los parámetros es-
habituales, le impone otros ritmos, bre sí mismo, de la poética sobre la téticos de formación de sus ciuda-
otros escenarios, otras fuentes y dis- tragedia humana; el arte, mediante danos, es decir, dentro de un ámbito
tintas alternativas de comprensión; el cual, la obra artística pasa a con- claramente político.
por lo que a su vez, despliega sus vertirse en vivencia y, por lo tanto,
capacidades al máximo. Este des- se presenta como expresión de la En parte, la responsabilidad ac-
pliegue, en últimas, será el reflejo vida del hombre. tual sobre estos cambios estará con-
de nuestra condición y nuestro de- dicionada por las formas en que nos
seo permanente por abarcar la com- El arte entonces, se dirige a to- aproximemos a los productos del arte
prensión de la totalidad frente a lo dos. El arte es parte de todos. Y to- tanto propios como ajenos. Esta de-
cual, el arte se nos muestra (inclu- dos podemos de alguna manera, cisión demarca para el sujeto el paso
so como obra propia) mucho más trabajar por una poética personal de reiterativo de la potencia al acto, es
poderoso, pues le somos insuficien- existencia. Una vida hecha y senti- decir, condiciona y posibilita un
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a, etc., precisamente porque nos es Pero para que este camino “tenga co- de actitudes que dan cuenta de
más fácil identificarla como fruto de razón” –segundo orden–, es necesa- racionalidades, estéticas y éticas
la interacción que sostenemos con rio darse el lugar en el tiempo para (usos de poder/saber particulares).
otras personas, circunstancias o lu- habitar la actitud (Merlau-Ponty, Luego, podríamos aceptar que un
gares. El asunto está en que es pre- 1984), reconocer que ésta se cons- estudio de las actitudes puede
cisamente bajo estas interacciones truye como desarrollo de las poten- conducir (dentro de un campo de
en donde se establece la actitud cias (Spinoza, 1980), y que devienen investigación) a reconocer el mag-
como parte del fenómeno de la vida éstas en una acción particular. La ma fundamental donde los sujetos
social. Una vía probable para cohabitan, el cual determi-
estudiar la vida social la cons- na en suma otros niveles de
tituye la autorreferencia, la interacción de lo social (po-
posibilidad de generar inves- lítico/cultural/económico).
tigaciones de segundo orden
que de alguna forma puedan Esta última idea, lejos de
dar cuenta, entre otros aspec- ser un determinismo o un
tos, de las actitudes que se afán por “desconocer” las di-
movilizan. námicas de diferenciación o
los esquemas de repetición
En ello, la actitud defini- que persiguen el manteni-
rá las formas para determinar miento del statu quo y la
la posición, la extensión y la “seguridad del establecimien-
perdurabilidad (nótese el to”, entre otros, plantea pre-
carácter fisicalista de las cisamente el “camino de
palabras utilizadas). Esta vuelta” sobre el reconocimien-
emergencia de la afectación to de lo esencial antropológico
individual y social, le otorga antes del surgimiento u opre-
sentido último al elemento sión de cualquier estructura
instrumental, técnico del técnica-artefacto (producto
asunto (registros, procedi- de las relaciones de poder y
mientos). Esta última idea es dominación). Pues éstas per-
fundamental, si tenemos en duran precisamente gracias al
cuenta que como producto de alejamiento que mantiene el
la preocupación de las cien- sujeto de su propia condición
cias humanas y sociales por como humano (la estructura,
alcanzar el carácter de cien- los artefactos, las mímesis del
cia, el peso y las intenciones Jesús Abad Colorado: Serranía de San Lucas, Sur de Bolívar, 2000. lenguaje, etc. son apariencias
se han volcado sobre las for- que desdibujan la composición
mas correctas de hacer registros o actitud entonces tendrá un sinnú- natural, si se quiere, divina de lo hu-
diseños de procedimiento. mero de expresiones, de manifesta- mano), la tendencia a complacer sus
ciones, que se terminarán por necesidades exclusivamente desde lo
Estaría apareciendo aquí, otra confrontar en el campo de la inter- básico (en términos de pervivencia)
posibilidad metodológica de una subjetividad. Es finalmente en este construido artificialmente y no des-
alta complejidad que no se confor- campo donde tenemos indicadores de lo existencial.
ma con la “linealidad” de la estruc- sobre la naturaleza de nuestra acti-
tura formal: pregunta/objetivos/ tud, cada vez que ella aflora ante la La objeción inmediata a esta
metodología/resultados, sino con posibilidad concreta de la alteridad. idea podría ser esgrimida como si-
una forma de racionalidad distinta gue: “el hombre con hambre, con
para asumir la investigación, un ca- Así, las tensiones humanas se frío y esclavizado no da constancia
mino diferente (Castaneda, 1990). ponen en juego en un intercambio de sí, pues en estas condiciones
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la locura pues precisamente es “el Se antoja aquí la esencia de No obstante, en esa búsqueda de
loco” el que socialmente se sustrae una labor o función educativo-po- reconocimiento, las apuestas de va-
de la ley, el contrato y la institución lítica, pues es en la acción que lidación de los discursos sociales se
(Ibíd.). damos cuenta del logro de la dife- han centrado en tratar de emular el
renciación puesta en marcha. Su saber de lo científico natural en sus
Los diferentes agenciamientos evidencia, la forma en que notamos prácticas específicas: métodos, re-
son pasionales, son composiciones el ejercicio puesto en marcha, debe sultados, divulgación de los cono-
del desear, por lo tanto, en la ser algo muy parecido a la embria- cimientos, relaciones entre los
asignación de agenciamientos es po- guez, pues articulando con el pun- científicos y efectos de estas relacio-
sible “determinar los rasgos diferen- to anterior, la relación que debe nes sobre la sociedad, entre otros.
ciales bajo los cuales un elemento existir en la investigación en cuan-
pertenece formalmente a tal agen- to al objeto es de orden estético. Si De esto último podría decirse,
ciamiento más bien que a tal otro” esto lo aceptamos así, “la locura” ha resultado una amalgama de nue-
(Deleuze, 2000: 404). Valga la pena (Zwieg, 1996) constituye una entra- vos conocimientos que aún no en-
resaltar, como sabemos, que tanto el da, un agenciamiento, una crisis, cuentran la forma para, a mi juicio,
estudioso de lo social, como el resto un padecer propio del filosofar, que encajar en el espíritu de las disci-
de la sociedad, están actualmente termina por desplazar o permitir plinas humanas en el sentido total
inmersos, por decir lo menos, en la desplazamientos ulteriores en lo de la palabra. Es decir, se asiste a
lógica del establecimiento y el orden personal y lo social. una tecnificación constante del dis-
del modelo económico, este sí pato- curso y las prácticas y nos alejamos
lógicamente cínico. ¿Puede este ejercicio de agen- más de la connotación que tendrían
ciamiento funcionar como otro tipo esos saberes en la vida cotidiana,
Dentro de la lógica impuesta por de máquina que regule la fluctua- que incluye a unos “otros” huma-
el orden del capital, se dan “fugas” ción de estas “fugas”, que trate de nos y las relaciones que estos sus-
de diferentes agenciamientos que unificarlas en un todo parcial que criben con sus mundos naturales y
promueven las máquinas de guerra dé cuenta de la posibilidad de habi- artificiales.
individuales e institucionales. Este tar el mundo?
complejo de “esquizofrenias”, de Luego, la pregunta por el hori-
actitudes diversas, pero aún ajenas zonte metodológico se coloca, o se
a sí mismas, establecen el núcleo del Ciencias sociales en nos muestra, en un plano existencial.
conflicto social, y suponen el núcleo tensión, la salida La dificultad en el análisis social, en
del problema político. performativa su realización concreta, en las
miradas de “segundo orden”, en la
Es decir, parece que lo que está Podemos aceptar que tradicional- relación objeto/sujeto/objeto de es-
en juego es precisamente la eman- mente las ciencias sociales se han de- tudio, en la posibilidad de transfor-
cipación de las máquinas que por batido en la búsqueda de su estatuto mación de nuevas realidades, de
defecto constituimos como sujetos. a la luz de su sentido como ciencias. cambios sociales y todo lo demás,
Esta emancipación dada por la po- Los temas y problemas que trabajan o reposa en gran parte en la supera-
sibilidad de discernir en la “maqui- pretenden identificar con ánimos des- ción de un principio griego “cono-
naria propia y ajena” nos supone criptivos y transformadores cruzan lí- cerse a sí mismo”.
armas o herramientas (es éste un neas disciplinares; luego, ese conjunto
proceso de diferenciación) en tor- de saberes pasan y configuran al in- El hecho de que filósofos como
no a reconocer su sentido (proyec- vestigador social desde varios frentes: Merlau-Ponty, Spinoza, Nietzsche o
ción/introspección), sus vectores sociología, psicología, antropología, Bergson recuperaran la subjetivi-
(velocidad y gravedad), sus mode- filosofía, historia, etc. Hoy más que dad supone, creo, dejar de mani-
los (acciones libres/trabajo), sus ex- nunca, este cuerpo de conocimientos fiesto la angustia por conocer la
presiones (joyas, signos) y sus parece ofrecer herramientas para acer- amalgama, el lodoso encuentro con
afectos (finalidad, pasión deseante) carse a los objetos o a la realidad con el magma de lo humano, del sí mis-
(Ibíd.). otros sentidos. mo. El encuentro final, sin más
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vida mística, el frenesí y la dico- en: Santiago Castro-Gómez (ed.), La rees-
tomía, está dada por el camino de Bibliografía tructuración de las ciencias sociales en Amé-
rica Latina, Bogotá, Instituto Pensar.
la intuición. BEGUÉ, M., 2003, Paul Ricoeur: la poética REYES, O., 1999, La idea de conatus en
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develar-se5 . Este es pues el reto para Don Juan, México, Fondo de Cultura pretaciones, México, Fondo de cultura
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3 Este aspecto se profundiza en el texto
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Sobre los modos de formación telera-
ción sentimental y el descubrimiento de PEDRAZA, Zandra, 2000, “La educación sen- cional del mundo”, en: Nómadas, No. 28,
sí mismo”. timental y el descubrimiento de sí mismo”, Bogotá, Universidad Central – IESCO.
4 La mítica representación medieval de la SONTAG, S., 1966, Aproximación a Artaud,
serpiente que se devora a sí misma. Barcelona, Lumen.
5 Podría decirse que esto corresponde pre- SPINOZA, B., 1980, Ética demostrada según
cisamente a la duración en tanto esta nos orden geométrico, Barcelona, Orbis.
advierte de la posibilidad de “divinizar” TARKOVSKI, A., 2005, El arte como ansia
el trabajo social preparatorio del lengua- de lo ideal. Señal que cabalgamos, Bogotá,
je y el trabajo individual de fabricación Universidad Nacional de Colombia.
de patrones y modelos. Obrar sobre lo
ZWIEG, S., 1996, La lucha contra el demonio,
real requiere de “reposos” que dan cuen- París, La Pochotéque.
ta de lo esencial.
• Nereo López
• Sandra Patricia Fernández
• Universidad Nacional de Colombia,
Fondo Jorge Eliécer Gaitán,
Archivo Central e Histórico
• Periódico El Tiempo
• Museo Nacional de Colombia
• Hernán Díaz
• Abdu Eljaiek
• Jesús Abad Colorado
• José Vicente Piñeros
• Fernando Urbina
• Juan de Dios Varela
• José Fernando Pineda
• Mario Lewis Morgan
• David Lozano
• Eduardo Arcila
• Ecopetrol
• Fondo Cultural Cafetero
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