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El turismo representa uno de los principales sectores económicos del país y, debido a su
importancia, la Administración Pública tiene entre sus competencias la promoción exterior del
turismo como uno de los factores claves de la política y de la posición que ocupa el sector turístico
español. Por esta razón, la estrategia de promoción se planifica, desarrolla y ejecuta desde la
administración, a través del Instituto de Turismo de España y los órganos adscritos y dependientes
de éste, mediante planes anuales de apoyo a la comercialización turística. Nuestro trabajo analiza la
promoción exterior bajo la estrategia de producto desde 1997 hasta el año 2001, tomando como
mercado de estudio los diez principales mercados emisores exteriores. En particular, se analiza la
evolución del apoyo promocional prestado por la Administración, las actividades promocionales
específicas por producto, y la estrategia de producto seguida en cada mercado. Tras el análisis,
comprobamos que la estrategia de promoción exterior se centra en apoyar productos turísticos
específicos que contribuyan a los objetivos estratégicos de diversificación de la oferta,
desestacionalidad e incremento de la rentabilidad.

Importancia de la promocion turistica


El objetivo del marketing turístico es: lograr la máxima satisfacción del visitante y que sea
compatible con un aceptable nivel de beneficio para el país. Así como también el llevar a efecto el
esfuerzo promocional a nivel de producto específico y proyectar una buena imagen del país o región
en el exterior. Es por esto que el papel de los prestadores de servicios turísticos en el proceso de
marketing es sumamente importante. Para que esto sea posible, todas las actividades tienen que
responder a los lineamientos de un plan integral de mercadotecnia.

Con el fin de sentar una base para el análisis del marketing turístico, se identifican
algunas de las características que distinguen el mercado turístico:
Inamovilidad de la oferta: Los bienes / servicios turísticos, por estar constituidos básicamente
dentro de una planta física de carácter fijo, no pueden ser llevados hasta los consumidores.

Rigidez de la oferta: La cantidad de bienes / servicios turísticos ofrecidos a los consumidores, no


puede ser aumentada de inmediato, de acuerdo a los requerimientos de la demanda. Esto se debe a
las mismas limitaciones de la capacidad instalada de planta física para atender incrementos en el
número de visitantes. Todas las prestaciones turísticas se elaboran en el momento de su consumo.

Dinamismo de los componentes: Los efectos de las fuerzas ambientales (economía tecnología,
cultura y legislación) sobre los componentes del mercado turístico (producto, plaza, precio y
competencia) determinan la naturaleza cambiante del mercado turístico y la definición de las
estrategias para la formulación de los planes de mercadotecnia.

Predominio de los costos fijos: La mayoría de los activos involucrados en el negocio turístico están
representados por activos fijos.; en consecuencia los altos costos por depreciación, operación y
mantenimiento son de carácter fijo. De allí la necesidad de mantener flujos turísticos, de alto
volumen y continuos, con la finalidad de reducir estos costos en términos unitarios. Los costos fijos,
tienden a disminuir a medida que aumenta el volumen del negocio, o sea el número de turistas.

ALCANCE Y REPERCUSIONES

Para muchos países, la explotación del turismo representa casi o la totalidad de su PIB, basados en
una atractiva campaña publicitaria, han dado a conocer sus atractivos al resto del mundo, atrayendo
así a una cantidad considerable de visitantes. En el caso de Venezuela que si bien cuenta con un
potencial desarrollo turístico, dadas sus maravillosas riquezas naturales, siempre se ha relegado a un
segundo plano la actividad turística como fuente de ingresos. Las políticas gubernamentales han
basado la economía venezolana en la renta petrolera, descuidando otras potenciales fuentes de
ingresos, como la representada por el desarrollo turístico, cuyo mercadeo siempre ha sido muy
tímido.
Es evidente que la ausencia de una campaña agresiva en cuanto al turismo venezolano se refiere, no
se debe a la carencia de activos naturales, sino a la poca importancia que históricamente se le ha
dado al turismo nacional, aún cuando ha podido y aun puede aportar una valiosa contribución al
PIB.

Lo más preocupante, es que de acuerdo a algunos análisis de expertos, se ha evidenciado un


descenso en el número de turistas en los últimos años, lo cual no solo se ha debido a la situación
política nacional, sino también a las deficiencias del negocio, tales como el desconocimiento del
destino por la escasa promoción en el extranjero, precios elevados, insuficientes conexiones aéreas
y una limitada oferta hotelera.

Otro factor preocupante, es la poca preferencia que tiene el viajero nacional por hacer turismo
nacional, por cuanto los principales destinos de los venezolanos en el exterior son Estados Unidos
(Orlando y Miami) y Europa, seguidos por algunas zonas del Caribe, como Punta Cana, Aruba y
Curazao, y en los últimos años, Argentina, Chile y Perú se han venido sumando a la lista de destinos
predilectos del venezolano. De acuerdo a la Organización Mundial del Turismo (OMP), el gasto
promedio por viaje de los venezolanos en el extranjero va desde 2.000 a 2.200 dólares, el monto
más elevado de Latinoamérica.

Finalmente indica Ada Pérez, que se considere, que hay que tener en cuenta que la tendencia actual
de los turistas (nacionales e internacionales), es la de exigir experiencias de mayor calidad, cargadas
de gran variedad y flexibilidad en los viajes, que incluya una comunicación eficiente y atención ágil
y personalizada. Esto quiere decir, que el cliente turístico se ha vuelto más exigente a la hora de
seleccionar su destino turístico. Por cuanto Venezuela, se encuentra rezagada con respecto a las
nuevas tendencias del turista, se precisa que el Estado, con el apoyo de empresas privadas,
redimensionen sus estrategias con respecto al turismo nacional y reconozcan su potencial
contribución al desarrollo del país. Para ello, se precisa la adopción y aplicación de herramientas
eficientes de mercadeo turístico, que conlleven al incremento de la calidad en el servicio turístico.
Obviamente se requiere de una mayor inversión por parte del Estado en los atractivos naturales
nacionales, que logren superar las expectativas de los visitantes, basadas en una buena imagen,
confort e infraestructura adecuada, dadas a conocer mediante atractivas campañas publicitarias.
Hoy día la calidad y la productividad están posicionándose fuertemente en la mente de los turistas
nacionales e internacionales.
En consecuencia, todos los actores involucrados con el sector turismo, deben convertir la calidad y
la productividad como una filosofía de trabajo, enfocando todas las políticas y acciones hacia la
plena satisfacción del turista, estableciendo indicadores de gestión y monitoreando constantemente
el comportamiento y grado de satisfacción del turista, indagando sobre sus preferencias y
necesidades.
Todos los venezolanos estamos en el deber de aportar un grano de arena para hacer de esta tierra
bendita un verdadero paraíso terrenal, y nosotros que hemos sido llamados a trabajar por la calidad
y la productividad, tenemos un fuerte compromiso al respecto.

IMPACTO DEL TURISMO EN EL DESAROOLO SOCIO ECONOMICO


El turismo ha sido presentado tradicionalmente como un eficiente motor del desarrollo económico,
capaz de generar empleo, modernizar las infraestructuras, impulsar otras actividades productivas,
revalorizar los recursos autóctonos o equilibrar balanzas de pagos nacionales. Antes de la década de
1970, asumidas estas premisas y con el turismo internacional de masas recién estrenado, pocos
investigadores se habían parado a estudiar los costes económicos que suponía para las sociedades
anfitrionas esta actividad. Pero en esa década empezaron a ser evidentes.
Así, es cierto que el turismo genera empleo, pero en muchas ocasiones para la población local es un
empleo estacional y poco cualificado. Además, suele tratarse de un empleo inestable: el turismo es
un sector con grandes vaivenes, y las zonas de destino se tienen que enfrentar con la competencia de
otras nuevas que surgen gracias al desarrollo de los medios de transporte.
También es verdad que se modernizan las infraestructuras, pero según las prioridades turísticas y no
según un desarrollo endógeno y equilibrado con las otras actividades productivas.
La revalorización de los recursos autóctonos se materializa muchas veces en procesos
inflacionarios, derivados de un aumento de la demanda de la tierra, el agua o los alimentos; el
resultado es el encarecimiento de la canasta familiar, la dificultad de acceder a una vivienda o la
expulsión de campesinos por el aumento de las rentas agrarias. El turismo impulsa algunas
actividades productivas, como la construcción, pero también pone en peligro otras tradicionales,
como hemos visto en el caso de la agricultura.
Igualmente, es discutible la capacidad del turismo de generar ingresos en los países de destino, ya
que son los países de origen los que más se benefician de esta actividad: compañías de vuelo y
grandes establecimientos hoteleros suelen pertenecer a multinacionales del Norte, además de que
los operadores de estos países tienen capacidad de imponer precios a sus “socios” del Sur.
Ernest Cañada, miembro de Sodepau-ACASC, comenta que, a modo de ejemplo de estos procesos,
nos podemos referir a primigenias zonas de atracción turística como las Antillas o Hawái en la
década de 1960 y principios de la siguiente. El desarrollo turístico llevó a sustituir tierra agrícola
por tierra urbanizable, y al campesino por el obrero de la construcción o el trabajador del sector
servicios. En pocos años, se redujo la soberanía alimentaria y fue necesaria la importación de los
alimentos, más caros y a los que sólo se podía acceder en el mercado. En el caso de Hawai, dos de
sus ocho islas mayores acabaron siendo propiedad privada, igual que más del 70% de las mil millas
costeras hasta entonces propiedad del estado. Por último, las pequeñas industrias turísticas
autóctonas fueron substituidas por otras foráneas con mayor capacidad de competencia.
Finalmente, cabe señalar que en determinadas zonas donde se ha hecho una apuesta por el turismo
como principal medio de desarrollo, se ha observado que genera problemas semejantes a los de de
economías basadas en la agricultura de monocultivo para la exportación, tales como la dependencia
de los precios del mercado internacional, muy fluctuantes, o un alto nivel de riesgo derivado de la
escasa diversificación.

[editar] Impactos medio ambientales


Curiosamente, uno de los factores que favorece la aparición del turismo en una zona, el paisaje,
suele mostrarse especialmente frágil con su desarrollo. Ya hemos visto como la llegada de turistas
tiende a cambiar el uso de los recursos naturales. Pero más allá de ello, muchas veces tiende a
sobrexplotarlos.
El turismo de masas se ha mostrado especialmente violento con el medio ambiente: urbanización de
zonas naturales o no integrada en el paisaje, sobreutilización del recurso del agua, problemas
relacionados con el tratamiento de las basuras, contaminación del agua por los residuos líquidos,
destrucción de monumentos históricos, contaminación del aire por el uso de vehículos y
calefacción, cambios en el paisaje para favorecer actividades de ocio como el golf o el esquí, etc.
Estos procesos son más incisivos en los países del Sur, donde las normativas medio ambientales
suelen ser más laxas para favorecer la industria turística y los recursos naturales son presa fácil de la
especulación. Como ejemplo se puede señalar la crisis ecológica que está padeciendo la costa de
Quintana Roo, en México, a causa del desmedido desarrollo de centros turísticos como Cancún o
Cozumel.
Pero no sólo el turismo de masas incide sobre el medio ambiente. Formas de turismo alternativo
también pueden hacer un uso no sostenible de los recursos. Bajo el concepto “turismo alternativo”
se agrupan diversas formas de turismo que, a veces, buscan un desarrollo sostenible de la actividad,
pero otras sólo expresan la contraposición al turismo de masas. No obstante, aunque sea sólo porque
se trata de turismo a pequeña escala, las formas alternativas de turismo suelen conllevar mucha
menos alteración en el paisaje.
Por el contrario hay ocasiones, cuando el paisaje es el principal valor turístico, que las instituciones
públicas llegan a establecer normas conservacionistas extremas, hasta el punto de impedir el
desarrollo normal de actividades tradicionales y sin entender que el ser humano tiene también un
papel en el ecosistema.

[editar] Impactos socioculturales


En ocasiones se ha señalado que el turismo puede tener beneficios positivos al permitir la
interrelación entre culturas diferentes. No obstante, los impactos socioculturales detectados suelen
ser negativos para la sociedad anfitriona. Uno de los aspectos más destacados es la tendencia a
acelerar cambios culturales que despojan de su significado a los elementos culturales para dejarlos
sólo en lo epifenoménico, lo “visible”, que es tratado como una mercancía más. En Kenia, uno de
los países africanos más turísticos, es común que etnias autóctonas representen danzas y rituales
como atracción para los turistas fuera de su contexto cultural. La artesanía es un ámbito en el que
estos procesos se dan con asiduidad: además de cambiar de finalidad (de bien de uso a mercancía),
los modelos artesanales se homogeneizan según los supuestos gustos occidentales.
El desarrollo del turismo puede influir sobre la estructura de las sociedades anfitrionas, generando o
incrementando la diferenciación social. Y es que los beneficios que se quedan en la zona de destino
no se suelen repartir uniformemente, sino que tienden a ser monopolizados por un sector
minoritario de la población. En el caso cubano, por ejemplo, si bien las empresas turísticas son
mixtas (estado cubano – capital extranjero), los trabajadores que tienen contacto con los turistas
(camareros, guías, etc.) suelen recibir, en propinas, varias veces el sueldo medio del país, lo que les
ha convertido en un grupo social diferenciado y envidiado.
[editar] La capacidad de carga y sus indicadores
Turismo sostenible, se entiende mejor como una Filosofía de vida, en la que los que lo practican son
conscientes de la fragilidad de los lugares que visitan y por tanto, este tiene un "limite" o por lo
menos debería tener reglamentos de visita. Por consiguiente, el concepto de turismo sostenible se
relaciona con el de capacidad de carga. Éste se define como el máximo aprovechamiento que se
puede realizar de los recursos económicos, sociales, culturales y naturales de la zona de destino sin
reducir la satisfacción de los visitantes y sin generar impactos negativos en la sociedad anfitriona o
en el medio ambiente. Por tanto, podremos hablar de turismo sostenible cuando no se sobrepasa la
capacidad de carga de una zona de destino, la capacidad de carga establecida, además responde a la
meta del destino, al lugar el cual el destino quiere llegar en la mente de los visitantes.
Una nueva aproximación a la Capacidad de carga, constituyen los Limites o Umbrales Aceptables
de Cambio (LAC), que fueron establecidos inicialmente por el Servicio Forestal de los Estados
Unidos, según esta metodología, se define el ideal al que se quiere llegar, el cual es monitoreado y
revisado constantemente. El problema se encuentra en el momento de establecer los indicadores.
A todo caso, y siguiendo su definición, el turismo sostenible lo ha de ser en las tres categorías en
que se clasificaban los impactos del turismo: debe ser sostenible económica, social y
medioambientalmente. En las últimas reuniones celebradas en Bolonia durante el mes de abril de
2008, donde se fundó la Red Europea de turismo Responsable, se habló igualmente de dar una
mayor importancia al aspecto cultural tratando de sacarlo del gran item social.
El turismo sostenible no hace referencia a ninguna forma de turismo específica, aunque parece que
el turismo tradicional tiene más dificultad en alcanzar la sostenibilidad que otras formas de turismo
más alternativo. No obstante, y como queda dicho, bajo el término «turismo alternativo» se agrupan
diversas formas turísticas, algunas de las cuales son gestionadas con un espíritu de lucro similar a
las tradicionales y con impactos más que dudosos.
Desarrollo ECONOMICO POR EL TURISMO EN EL ECUADOR
Las políticas gubernamentales para el desarrollo del turismo
Como se ha señalado, el turismo, a partir de 1990, ha crecido y aportado al desarrollo
económico y social del país, pese a que las políticas gubernamentales para el desarrollo del sector
han sido puntuales y de poca inversión. Aunque en todos los planes y programas de los diferentes
gobiernos de la década hay un reconocimiento de las oportunidades que ofrece el turismo y de sus
actividades conexas para el desarrollo del país (ver Cuadro A2 en Anexo), es el actual Gobierno
(2000) que tomó la decisión política para impulsar el turismo como sector básico y estratégico para
la economía nacional que contribuya sustancialmente a mejorar el ingreso de divisas, disminuir el
déficit fiscal y sobre todo a generar empleo. El gobierno del Dr. Gustavo Noboa, al declarar al
Alojamiento
27%
Comidas y
bebidas
24%
Transporte
17%
Distracciones
9%
Comp ras
16%
Otros
7%
CEPAL – SERIE Mujer y desarrollo No 33
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turismo como eje central de las políticas de Estado, propone la formulación de políticas integrales,
intersectoriales y la movilización de recursos de varias instancias estatales en coordinación con la
empresa privada y las organizaciones de la sociedad civil.
El gobierno a través del Ministerio de Turismo y con el apoyo de organismos nacionales e
internacionales, ha realizado diagnósticos sobre el sector y cuenta con un Plan de Competitividad
Turística, elaborado en 1999. El mismo se propone desarrollar una modalidad turística compatible
con un desarrollo sostenible, adscribiéndose a una política de turismo presente en la agenda
internacional, en la que el crecimiento turístico va a la par con la calidad de vida de los habitantes.
Reconoce expresamente que la sostenibilidad no incluye únicamente el tema ambiental, sino que se
refiere también a la equidad social y de género, a la participación ciudadana y a la participación
local. Las políticas propuestas consideran la descentralización como una premisa básica para el
desarrollo del turismo sostenible.
El Plan reconoce la biodiversidad de las diferentes regiones del país, así como la diversidad cultural,
como potenciales para desarrollar un turismo receptivo. Identifica cinco entornos geográficos o clusters, a
saber: Andes Centro-Norte, Litoral, Austro, Amazonía y Galápagos. El Plan de Competitividad establece
una estrategia de desarrollo puntual para cuatro municipios turísticos modelo, de diversa vocación y tamaño;
los municipios seleccionados son: Tena, Cotacachi, Chordeleg y Puerto López.
Se propone diversificar el turismo en el país dando prioridad a productos de “ecoturismo y
convivencia cultural” o aquellos de carácter “eco-cultural”, que resalten la identidad local, así como los
valores culturales y naturales. Igualmente se impulsará el turismo verde de playa y el turismo urbano
como también encuentros de negocios y convenciones especialmente en Quito, Guayaquil y Cuenca.
Es importante destacar también la firma de un “Acuerdo de Voluntades” de varias instancias
gubernamentales y no gubernamentales -Ministerio de Turismo, Ministerio de Obras Públicas,
Corporación Financiera, Ministerio de Medio Ambiente, Ministerio de Comercio y Pequeña
Industria, Consejo Nacional de las Mujeres6, Asociación de Municipalidades, Corporación de
Consejos Provinciales, Cámaras de Turismo, ONG y Universidades- para impulsar un proceso de
desarrollo económico del sector turístico.
El Acuerdo define espacios de intervención y responsabilidades institucionales, con los
siguientes objetivos: generar un ambiente hospitalario y seguro; ofrecer servicios de calidad;
establecer un marco jurídico y normativo apropiado; apoyar la inversión; revisar las cargas fiscales
al sector y al turista; mejorar la infraestructura de servicios, de acceso y de información; impulsar
procesos de formación y capacitación, promover la comercialización hacia el mercado externo,
mejorar la cadena de valor y el entorno empresarial.
El sector aspira a establecer una política de empleo productivo que se amplíe paulatinamente
a los otros sectores conectados con el turismo, como son el sector agropecuario, el sector de la
construcción, el sector de servicios y el de la producción artesanal.
Por otro lado, la “Estrategia para una política de empleo” presentada por el Frente Social
para apoyar a la microempresa rural, propone desarrollar planes de manejo de turismo alternativo
en el ámbito local con criterios de sustentabilidad ambiental, social y cultural y favorecer al
turismo de naturaleza o ecoturismo, con una amplia participación de la comunidad local.En
general, la estrategia prioriza acciones de capacitación, información, educación, crédito y de
revisión del marco legal, a fin de lograr un desarrollo integral de esta actividad turística alternativa.
i) Créditos
6 Se

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