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Introducción
Luego de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), el mundo cambió en
muchos aspectos, uno de los cuales es el espacio geográfico lo que
llevó a un gran cambio histórico. En el Tratado de Versalles firmado en
París en 1919, Alemania se vio obligado a ceder Alsacia y Lorena a
Francia, a entregar una región a Polonia, debió aceptar la
independencia de Dantzig y reconocer la ocupación de la cuenca de
Sarre. Pero el cambio geográfico al que nos referimos es aún más
profundo, hablamos de los estados que surgieron en Europa:
Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Checoslovaquia, el
Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos (posteriormente
bautizado como Yugoslavia) y Hungría.
Finlandia
Estonia
Letonia
Luego de vivir durante muchos años bajo el dominio del Imperio Ruso,
a comienzos del siglo XIX los rusos abolieron la servidumbre en
Letonia, la cual existía desde la dominación alemana, la clase
terrateniente alemana y rusa mantuvo un sistema autocrático. A pesar
de esto, los letones fueron capaces de trabajar por su completa
liberación a través de asociaciones políticas y culturales.
El estallido de la Revolución Rusa les dio una oportunidad única, y el 18
de noviembre de 1918, Letonia se proclamó república independiente.
Más tarde, las tropas bolcheviques tomaron Riga y sustituyeron el
gobierno letón por un régimen apoyado por los soviéticos. Después
que las tropas aliadas y nacionales expulsaran a las rusas de Letonia
en 1920, los soviéticos reconocieron su independencia por el Tratado
de Riga.
En la década de 1930 Letonia adoptó una posición neutral que se
prolongó hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. El 5 de
octubre de 1939, Letonia firmó un tratado de asistencia mutua con la
URSS, y posteriormente un convenio de reparaciones con Alemania. En
junio de 1940, tras la caída de Francia, la URSS acusó a Letonia de
formar (junto a la vecina Estonia) una alianza militar secreta
antisoviética y sus fuerzas ocuparon el país. Se instaló un régimen
comunista tras unas elecciones supervisadas por el Ejército Soviético, y
el 5 de agosto de 1940, Letonia se convirtió en una república
constituyente de la URSS, ya que fue anexada por la misma.
Desde 1941 hasta 1945, Letonia fue ocupada por Alemania, y en 1944
volvió a ser república soviética y a formar parte de la URSS. La
resistencia letona a las medidas administrativas soviéticas, tales como
la colectivización de la agricultura, continuaron durante algún tiempo,
pero hacia 1950 la sovietización era prácticamente completa.
Recién en 1991, luego de la caída del comunismo y la fragmentación
de la URSS, el gobierno soviético reconoció formalmente la
independencia de Letonia, Estonia y Lituania el 6 de septiembre, y las
tres fueron admitidas en la Organización de las Naciones Unidas ese
mismo mes.
En 1994 las tropas rusas culminaron su retirada del país.
Lituania
Lituania es una república del noreste de Europa, limita al norte con
Letonia, al este y al sur con Bielorrusia, al sureste con Polonia y el oblast
(región administrativa) de Kaliningrado, perteneciente a Rusia, y al oeste
con el mar Báltico. Como Letonia y Estonia, Lituania pertenece a la
región báltica.
En los años que anteceden al estallido de la “Gran Guerra”, los lituanos
se convirtieron en un pueblo completamente sometido que organizó
repetidos levantamientos nacionalistas en 1812, 1831, 1863 y 1905
demandando la reunificación de Polonia y contra la rusificación
lingüística y cultural que se estaba imponiendo.
Independencia: Durante la Primera Guerra Mundial, el ejército alemán
ocupó Lituania, pero en noviembre de 1918 los nacionalistas declararon
la independencia del país expulsando a los bolcheviques, rompiendo lo
pactado con Alemania en la Paz de Brest-Litovsk, donde se reconocía la
independencia lituana. El Tratado de Versalles reconoció su
independencia en 1919 y un año más tarde fue reconocida por la Rusia
soviética. En agosto de 1922 la asamblea constituyente lituana, reunida
en sesión desde mayo de 1920, aprobó una Constitución democrática
que proclamaba la República, a pesar de la oposición de Polonia que
deseaba la reunificación, y con quien no se reanudarían relaciones
diplomáticas hasta 1938.
Durante los dos años siguientes, las facciones conservadoras y
liberales del Parlamento estuvieron enfrentadas. El 17 de diciembre de
1926, el ejército y los nacionalistas, encabezados por el estadista
conservador Antanas Smetona, tramaron un golpe de Estado.
Expulsaron a todos los liberales e izquierdistas del parlamento y
eligieron a Smetona como presidente y a Augustinas Voldemaras como
primer ministro.
Después de la llegada al poder de Hitler en Alemania, las diferencias
entre lituanos y alemanes por la ciudad de Memel (actual Kláipeda)
aumentaron rápidamente. En 1939 un ultimátum de Hitler obligó a
Lituania a restituir el territorio de Memel a Alemania. Con el estallido
de la II Guerra Mundial y el reparto de Polonia entre Alemania y la
URSS, los gobiernos lituano y soviético anularon su tratado de ayuda
mutua en octubre de 1939. Poco después el Bloque de los
Trabajadores, el único partido político permitido, hizo campaña para la
inclusión de Lituania en la URSS, lo cual fue aceptado por el nuevo
parlamento, de manera que fue anexionada por la URSS como se
determinaba en el pacto germano – soviético.
Entre 1941 y 1944 fue ocupada por los alemanes y entre 1948 y 1949
la resistencia a la sovietización fue duramente reprimida.
La nueva independencia: A finales de la década de 1980, los rápidos
cambios políticos de Europa del Este y la URSS, reavivaron el
nacionalismo lituano. En febrero de 1990 se celebraron elecciones en
las que el independentista Movimiento Lituano de Reforma (conocido
como Sajudis) acaparó la mayoría absoluta del Soviet Supremo de
Lituania (asamblea legislativa). El principal dirigente de Sajudis,
Vytautas Landsbergis, fue elegido presidente del Consejo, y en marzo
de 1990 proclamó la independencia de Lituania. La URSS no reconoció
su independencia, por lo que las presiones económicas y militares
fueron muy fuertes. Después del fracasado golpe de Estado de agosto
de 1991, el 6 de septiembre la Unión Soviética reconoció la
independencia de Lituania, Estonia y Letonia; asimismo, las Naciones
Unidas reconocieron a las tres nuevas repúblicas inmediatamente.
Polonia
Checoslovaquia
A principios del siglo XIX, los eslavos del sur (o yugoslavos) se veían
controlados y han sido separados por potencias vecinas como Turquía,
Italia, Austria, Hungría y Bulgaria. Las entidades políticas existentes en
el periodo anterior a la Primera Guerra Mundial englobaban los estados
independientes de Serbia y Montenegro, Bosnia-Herzegovina (bajo la
soberanía del Imperio Austro-Húngaro), Croacia y Eslavonia,
(dependencias semiautónomas de Hungría y más tarde territorios de la
corona austriaca) y Dalmacia, una posesión de Austria. El Banato,
Carniola, Istria y Macedonia eran otras regiones con peculiaridades
propias. A pesar de estas diferencias existentes entre los eslavos del
sur, todos tenían ansias de formar un Estado.
En 1912 se desarrolló la primera guerra balcánica, en la cual Serbia
consiguió repartirse con Grecia y Bulgaria la Macedonia turca. La
segunda guerra balcánica, al año siguiente, permitió a Serbia aumentar
su territorio macedonio y convertirse en una potencia regional hostil al
imperio Austro – Húngaro. De esta manera, el 28 de junio de 1914, un
grupo de nacionalistas serbio asesina en Sarajevo, al archiduque
Francisco Fernando, heredero del otro de Viena. De esta forma estalla la
Primera Guerra Mundial cuando Austria – Hungría le declara la guerra a
Serbia, y a su vez es el comienzo de la formación del Estado Yugoslavo.
En 1917 se enuncian los principios políticos de unidad de La Declaración
de Corfú (1917) firmada por los representantes del comité y del
gobierno serbio en el exilio. La declaración estipulaba, esencialmente, la
creación de una monarquía constitucional federada bajo la dinastía de
origen serbio de los Karageorgeovitch. La desintegración de la
monarquía dual de Austria-Hungría en los meses finales de la I Guerra
Mundial dio un impulso espectacular al movimiento de independencia de
los eslavos del sur. En octubre de 1918 se reunieron en Zagreb
representantes de las distintas dependencias eslavas bajo soberanía
austriaca y húngara. Después de organizar un gobierno provisional, los
delegados aprobaron una resolución de unión con Serbia. La Asamblea
Nacional de Montenegro tomó medidas similares en noviembre.
Alejandro, príncipe de Serbia, pendiente de la recuperación de su padre
enfermo, el rey Pedro I de Serbia, aceptó la regencia del gobierno
provisional el 1 de diciembre de 1918. En ese momento se declaró el
nuevo Estado, llamado oficialmente Reino de los Serbios, Croatas y
Eslovenos, en beneficio de Pedro I Karageorgeovitch. El mismo tenía un
carácter muy violento, pues dicen que había asesinado a su mujer
Zorka, hija del rey de Montenegro.
En 1919 una fuerza italiana bajo el mando del escritor y dirigente
nacionalista Gabriele D'Annunzio conquistó Fiume (hoy Rijeka), una de
las principales comarcas en disputa. Este hecho fue una de las causas
por las cuales se firmaron tratados para delimitar las fronteras: Neuilly
– sur – Seine, de Saint – Germain – en – Layne, de Trianon de Rapallo el
12 de noviembre de 1920. Este último contó con la firma de Italia y la
del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, la cual fijó un acuerdo
amistoso. A cambio de la renuncia a sus reivindicaciones sobre
Dalmacia, Italia obtuvo Istria y otras concesiones territoriales
importantes. El tratado también estipulaba que Fiume se convirtiera en
ciudad libre bajo supervisión de la Sociedad de Naciones. Sin embargo,
esta disposición no entró en vigor y, en 1924, Italia se aseguró el
reconocimiento yugoslavo de facto de su soberanía sobre el puerto.
Mientras tanto, la creación desde 1920 de la Pequeña Entente, una
alianza entre Checoslovaquia, Rumania y el Reino de los Serbios,
Croatas y Eslovenos cuya principal intención era desalentar el
resurgimiento del poder de los Habsburgo en Europa central y oriental,
provocó pactos similares con otros Estados.
En 1921 se optó una Constitución Centralista y Parlamentaria, la cual
implicaba un gobierno demasiado centralista. En agosto muere Pedro I,
y llega al trono su hijo Alejandro I Karageorgeovitch. El nuevo rey no
había heredado la problemática de su familia, ya que su padre era muy
violento y su único hermano Jorge, que tendría que haber asumido el
reinado debido a que era mayor de edad, estaba extremadamente
desequilibrado. Alejandro era ante todo un soldado, se vio atado a su
desgracia de ser rey desde muy pequeño, no podía escapar de su
propio futuro. Era trabajador y cruel, pero a su vez encantador.
Contrajo matrimonio con María, hija de la reina María de Rumania.
El dominio serbio en el gobierno, la multiplicidad de partidos políticos,
la negativa a conceder la autonomía a croatas, eslovenos y otros
grupos minoritarios provocaron intensas luchas políticas en el reino.
Bajo la dirección de Stjepan Radiç, los croatas y sus aliados lucharon
sistemáticamente contra el sistema y la dirección centralista. La
primera fase de la lucha finalizó en junio de 1928, cuando un diputado
montenegrino disparó e hirió mortalmente a Radiç y a dos de sus
colegas parlamentarios en el Parlamento nacional. En represalia, el
croata Caucus se retiró del Parlamento y organizó un régimen
separatista cuyo cuartel general se estableció en Zagreb. La guerra
civil parecía inminente, pero en enero de 1929 el rey Alejandro
suspendió la Constitución de 1921, disolvió el Parlamento y todos los
partidos políticos, y asumió el control del gobierno de forma dictatorial,
e instauró un régimen autoritario. El rey, que esperaba imponer así la
unidad nacional, abolió posteriormente las provincias tradicionales y
cambió el nombre del estado por el de Reino de Yugoslavia ('tierra de
los eslavos del sur').
Finalmente en 1934, el valiente Alejandro I a los 46 años, fue
asesinado por un extremista croata cuando intentaba intensificar la
unión en su país tan dividido. Fue más fuerte en la muerte que en la
vida.
Asumió el trono su primo Pablo con el nombre de Pedro II.