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INDICE
1.1. Concepto
1.2. Diferencias entre los derechos reales y los derechos de obligación
1.3. El ius ad rem, los derechos reales in faciendo y las obligaciones propter rem
1.4. Regulación de los derechos reales
1.5. Clases de derechos reales
2.2.1. La posesión
2.2.2. Usufructo, uso y habitación
2.2.3. Servidumbres
2.2.4. Censos
2.2.5. Superficie
2.2.6. Tanteo, retracto y opción
2.2.7. Prenda, hipoteca y anticresis
4.1. Concepto
5. EL REGISTRO DE LA PROPIEDAD
5.1. Concepto
6.3. La anticresis
6.4. La Hipoteca
A través de este modulo vamos a tener una idea general del derecho real como
categoría integradora del conjunto de relaciones persona cosa. Pretendemos que se
tenga una idea general de todos los derechos reales existentes en la legislación
española, en especial ahondaremos en el derecho de hipoteca. También remarcamos
el análisis del Registro de la Propiedad como elemento de seguridad del tráfico
jurídico de inmuebles.
1.1. Concepto
Es difícil ofrecer un concepto de lo que debe entenderse por derecho real. Por
derecho real entendemos derecho de bienes o de cosas. Por tanto, en una primera
aproximación, podemos decir que el derecho real supone una relación entre persona
y cosa.
1.3. El ius ad rem, los derechos reales in faciendo y las obligaciones propter
rem.
El ius ad rem se configura como una categoría intermedia entre el derecho real y el
derecho de obligación. No implica una potestad directa e inmediata sobre una cosa
sino la posibilidad de que ésta se produzca en el futuro.
Su origen hay que encontrarlo en el Derecho canónico. Así, por ejemplo, cuando se
nombraba un nuevo Obispo y este no había tomado posesión del cargo se decía que
no tenia el ius in re al Obispado pero tenia un ius ad rem, es decir, una expectativa
al mismo.
El ius ad rem comprendería aquellos casos en que habiéndose adquirido una cosa
esta no había sido aun entregada. La figura del ius ad rem ha sido tradicionalmente
negada por la doctrina, no obstante lo cual hoy día se ha tratado de relanzar esta
figura a través de dos supuestos:
o Doble venta del artículo 1473 del Código Civil. Dispone este artículo, que si
una misma cosa se hubiese vendido a diferentes compradores, la propiedad
se transferirá a la persona que primero haya tomado posesión de ella con
buena fe, si fuere mueble. Si fuere inmueble, la propiedad pertenecerá al
adquirente que antes la haya inscrito en el Registro. Cuando no haya
inscripción, pertenecerá la propiedad a quien de buena fe sea primero en la
posesión; y, faltando ésta, a quien presente título de fecha más antigua,
siempre que haya buena fe. Se trata de explicar a través del concepto de ius
ad rem la eficacia del derecho personal del comprador frente a otro
comprador de la misma cosa.
o La anotación preventiva. La anotación preventiva es un asiento registral de
carácter provisional cuyo objeto es hacer constar una situación jurídica que,
por no estar consolidada no puede acceder al Registro mediante un asiento
definitivo. Por tanto, en estos casos no cabría hablar de un ius in re sino de
un ius ad rem.
Los derechos reales in faciendo son aquellos que confieren a su titular el derecho a
obtener una determinada conducta de otra persona. Al cuestionarnos si se tratan de
derechos reales o de obligación, la doctrina científica es más partidaria de
encuadrarlos dentro de los primeros pues la facultad de exigir la prestación no es
autónoma sino que va ligada a la titularidad del bien. Como ejemplo de los derechos
reales in faciendo están las denominadas cargas reales que otorgaban la facultad de
exigir al poseedor de un fundo ciertas prestaciones periódicas.
Las Obligaciones propter rem. Es todo aquel derecho u obligación que tiene su
origen en un bien y del cual una persona esta ligada mientras se es titular de dicha
cosa y precisamente por serlo. Dentro de esta categoría habría que distinguir entre:
Los derechos reales aparecen regulados a lo largo del ordenamiento jurídico, pero la
mayor parte de la regulación se encuentra dentro del libro II del Código Civil, bajo
la rubrica "De los bienes de la Propiedad y de sus modificaciones".
Una cuestión de gran importancia es si la regulación de los derechos reales que hace
el ordenamiento jurídico español es numerus clausus o numerus apertus. Para el
primer caso solo existirían aquellos derechos reales previstos en la ley, en el
segundo habría además derechos reales atípicos, no previstos en la misma. El
artículo 2.2 de la Ley Hipotecaria establece que serán objeto de inscripción en el
Registro de la Propiedad: "los títulos en que se constituyan, reconozcan, transmitan
modifique o extinga los derechos de usufructo, uso, habitación, enfiteusis, hipoteca,
censos, servidumbres, y otros cualesquiera reales". Algún sector doctrinal ha
afirmado que en el ordenamiento español la regulación de los derechos reales es de
numerus apertus con base a la parte final de este artículo (y otros cualesquiera
reales). No obstante, hay teorías contrarias que entienden que solo pueden existir los
derechos reales reconocidos en la ley. Se fundamentan en que el principio de
autonomía de voluntad de las partes juega un papel limitado en materia de derechos
reales al objeto de garantizar la seguridad del tráfico jurídico. Además, estas teorías
entienden que en Derecho romano los derechos reales reconocidos eran numerus
clausus, de tal forma que así debían haber pasado a nuestra regulación. No faltan
teorías eclécticas que entienden que solo pueden existir los derechos reales
reconocidos en la ley pero con un contenido abierto \"apertus", que permitiría
operar al principio de autonomía de voluntad de las partes pero con el límite de no
poder innovar creando nuevas categorías de derechos reales.
2.1.4. La copropiedad.
2.2.1. La posesión
Según el artículo 430 de Código Civil (titulo V, libro II), posesión natural es la
tenencia de una cosa o el disfrute de un derecho por una persona. Posesión civil es
esa misma tenencia o disfrute unidos a la intención de haber la cosa o derecho como
suyos.
Conforme el artículo 467 del Código Civil ( titulo VI, libro II), el usufructo da
derecho a disfrutar los bienes ajenos con la obligación de conservar su forma y
sustancia, a no ser que el título de su constitución o la ley autoricen otra cosa. El
usufructo es un derecho real de disfrute que recae sobre cosas ajenas, tanto muebles
como inmuebles, y que está sometido a límites temporales (30 años para personas
jurídicas y vitalicio para personas físicas) y estructurales (obligación por parte del
usufructuario de conservar la forma y sustancia de la cosa).
Según el artículo 524 del Código, el uso da derecho a percibir de los frutos de la
cosa ajena los que basten a las necesidades del usuario y de su familia, aunque ésta
se aumente. La habitación da a quien tiene este derecho la facultad de ocupar en una
casa ajena las piezas necesarias para sí y para las personas de su familia.
Al igual que el usufructo estos derechos son de disfrute sobre cosa ajena, por lo que
sus diferencias se basan en:
2.2.3. Servidumbres
Según los artículos 530 y 531 del Código Civil (titulo VII libro II), la servidumbre
es un gravamen impuesto sobre un inmueble en beneficio de otro perteneciente a
distinto dueño. El inmueble a cuyo favor está constituida la servidumbre, se llama
predio dominante; el que la sufre, predio sirviente. También pueden establecerse
servidumbres en provecho de una o más personas, o de una comunidad, a quienes
no pertenezca la finca gravada.
2.2.4. Censos
Según el artículo 1604 del Código Civil se constituye el censo cuando se sujetan
algunos bienes inmuebles al pago de un canon o rédito anual en retribución de un
capital que se recibe en dinero, o del dominio pleno o menos pleno que se transmite
de los mismos bienes.
o Censo enfitéutico. Cuando una persona cede a otra el dominio útil de una
finca, reservándose el directo y el derecho a percibir del enfiteuta una
pensión anual en reconocimiento de este mismo dominio.
o Censo consignativo. Cuando el censatario impone sobre un inmueble de su
propiedad el gravamen del canon o pensión que se obliga a pagar al
censualista por el capital que de éste recibe en dinero.
o Censo reservativo. Cuando una persona cede a otra el pleno dominio de un
inmueble, reservándose el derecho a percibir sobre el mismo inmueble una
pensión anual que deba pagar el censatario.
2.2.5. Superficie
Por el contrato de compra y venta uno de los contratantes se obliga a entregar una
cosa determinada y el otro a pagar por ella un precio cierto, en dinero o signo que lo
represente (art. 1445 C.C.).
3.1.3. Contenido
A continuación hacemos una breve referencia a las obligaciones que para las partes
se derivan del contrato.
En la venta de bienes inmuebles, aun cuando se hubiera estipulado que por falta de
pago del precio en el tiempo convenido tendrá lugar de pleno derecho la resolución
del contrato, el comprador podrá pagar, aun después de expirado el término, ínterin
no haya sido requerido judicialmente o por acta notarial. Hecho el requerimiento, el
Juez no podrá concederle nuevo término. Esta ultima previsión tiene por objeto
salvaguardar los intereses del comprador ante la circunstancia grave que supone el
verse priva! do de su vivienda de tal forma que podrá pagar aun después de
finalizado el plazo de pago si no se ha dado el requerimiento.
4.1. Concepto
Dentro del derecho registral el término inscripción tiene dos acepciones. La primera
hace referencia a un tipo de asiento, el de inmatriculación y sucesivas transmisiones
del bien. En segundo lugar, y en sentido amplio, se usa el término inscripción para
referirse a los asientos registrales.
Los adquirentes a título gratuito no gozarán de más protección registral que la que
tuviere su causante o transferente. Mientras que el principio de legitimación
establecía una presunción de exactitud del contenido del Registro de tipo iuris
tamtun, el principio de fe publica registral eleva esa misma presunción a iuris et de
iure (no cabe prueba en contrario) respecto del tercer adquirente. Desde un punto de
vista negativo el principio de fe publica registral supone que los títulos de dominio o
de otros derechos reales sobre bienes inmuebles, que no estén debidamente inscritos
o anotados en el Registro de la Propiedad, no perjudican a tercero.
Los requisitos para que opere la protección registral respecto del tercer adquirente
serían:
o Que adquiera a resultas del contenido del Registro, es decir, que adquiera de
un titular inscrito operando el principio de legitimación
o Que la adquisición sea onerosa.
o Que el adquirente lo sea de buena fe. La ley establece una presunción de
concurrencia de este requisito de tal forma que la carga probatoria
corresponderá a la otra parte.
o Que el adquirente inscriba a su vez la adquisición.
La inscripción no convalida los actos o contratos que sean nulos con arreglo a las
leyes.
El principio de prioridad trata de resolver, con base a la idea prior tempore potior
iure, el problema que se plantea cuando se presentan sobre una misma finca
derechos incompatibles.
Se considera como fecha de la inscripción para todos los efectos que ésta deba
producir, la fecha del asiento de presentación. Para determinar la preferencia entre
dos o más inscripciones de igual fecha, relativas a una misma finca, se atenderá a la
hora de la presentación en el Registro de los títulos respectivos.
Por tanto, los derechos inscritos sobre un mismo inmueble tienen un rango, es decir,
un puesto cronológico de preferencia respecto de los demás. No obstante, cabe la
posibilidad de permuta de rangos que rompan la regla prior tempore potior iure.
Para inscribir o anotar títulos por los que se declaren, transmitan, graven,
modifiquen o extingan el dominio y demás derechos reales sobre inmuebles, deberá
constar previamente inscrito o anotado el derecho de la persona que otorgue o en
cuyo nombre sean otorgados los actos referidos. De esta manera, se va creando en el
Registro una cadena (tracto sucesivo) de transmitentes y adquirentes, excepto en las
excepciones previstas en la Ley Hipotecaria.
5. EL REGISTRO DE LA PROPIEDAD
5.1. Concepto
En el Registro se inscribe con base a los títulos. Se entenderá por título, para los
efectos de la inscripción, el documento o documentos públicos en que funde
inmediatamente su derecho la persona a cuyo favor haya de practicarse aquélla y
que hagan fe, en cuanto al contenido que sea objeto de la inscripción, por sí solos o
con otros complementarios, o mediante formalidades cuyo cumplimiento se
acredite.
En nuestro sistema registral se inscriben los derechos reales quedando fuera los
derechos de obligación. No obstante, esta regla general admite excepciones, ya que
serán objeto de inscripción en los términos previstos en la regulación los contratos
de arrendamiento, el contrato de opción, los estatutos de propiedad horizontal y los
derechos de crédito cuando se constituyen garantías reales para asegurar su
cumplimiento.
Las garantías reales están reguladas en el libro IV Título XV del Código Civil y en
la Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de 16-12-1954. Los
derechos reales de garantía son derechos accesorios de realización de valor que
facultan al acreedor a realizar bienes del deudor, que quedan especialmente afectos
al pago, y a cobrarse la deuda con cargo a dichos bienes, con preferencia frente a
otros deudores.
6.3. La anticresis
La anticresis es un derecho real de garantía que recae sobre bienes inmuebles y que
autoriza al acreedor a percibir los frutos, con la obligación de aplicarlos al pago de
los intereses, si se debieren, y después al del capital de su crédito.
La finca puede pasar a poder del acreedor o de un tercero en cuyo caso estarían
obligados a pagar las contribuciones y cargas que pesen sobre la finca y a hacer los
gastos necesarios para su conservación y reparación, deduciéndose de los frutos las
cantidades que emplee en uno y otro objeto.
Si la finca se traslada del patrimonio del deudor se podrá retener la cosa hasta que se
pague el crédito. El acreedor no adquiere la propiedad del inmueble por falta de
pago de la deuda dentro del plazo convenido. Todo pacto en contrario será nulo.
Pero el acreedor en este caso podrá pedir, en la forma que previene la Ley de
Enjuiciamiento Civil, el pago de la deuda o la venta del inmueble. La venta ha de
ser judicial.
6.4. La hipoteca
6.4.3. Elementos
No se podrán hipotecar:
En ningún caso podrá pactarse que la hipoteca asegure intereses por plazo superior a
cinco años.
Respecto del inmueble la hipoteca se extiende (aparte del propio inmueble) a las
accesiones naturales, a las mejoras y al importe de las indemnizaciones concedidas
o debidas al propietario por razón de los bienes hipotecados.
6.4.5. Contenido
En caso de impago del crédito, el acreedor hipotecario podrá acudir a dos acciones
para exigir el pago, la personal y la hipotecaria. Podrá válidamente pactarse en la
escritura de constitución de la hipoteca voluntaria que la obligación garantizada se
haga solamente efectiva sobre los bienes hipotecados. En este caso, la
responsabilidad del deudor y la acción del acreedor, por virtud del préstamo
hipotecario, quedarán limitadas al importe de los bienes hipotecados, y no
alcanzarán a los demás bienes del patrimonio del deudor.
Cuando la hipoteca así constituida afectase a dos o más fincas y el valor de alguna
de ellas no cubriese la parte de crédito de que responda, podrá el acreedor repetir
por la diferencia exclusivamente contra las demás fincas hipotecadas, en la forma y
con las limitaciones establecidas en el artículo 121 de la Ley Hipotecaria.
Renuncia.
Acuerdo extintivo entre las partes.
Perdida de la finca o extinción del derecho real.
Confusión o reunión en una misma persona de las cualidades de acreedor y
deudor hipotecario.
Expiración del término o condición resolutoria.
Por prescripción. La acción hipotecaria prescribe a los 20 años.
Caducidad de la inscripción o cancelación del asiento registral.
entre ellas las escuelas francesas, holandesa, anglosajona e italiana, las cuales
demostraron o señalaron diferentes formas para la aplicación delderecho
internacional.
Humanos, como compilación de derechos, los cuales son u primer paso para el
reconocimiento mundial de ciertos preceptos que en cualquier territorio debían
ser respetados.
De allí que nace el exequátur, que es una forma de nacionalizar una sentencia
extranjera y darle ejecución; dicho punto será el tema a desarrollar en el
presentetrabajo para así lograr un mayor entendimiento de lo que significa el
reconocimiento de una sentencia extranjera.
entre ellas las escuelas francesas, holandesa, anglosajona e italiana, las cuales
demostraron o señalaron diferentes formas para la aplicación delderecho
internacional.
Humanos, como compilación de derechos, los cuales son u primer paso para el
reconocimiento mundial de ciertos preceptos que en cualquier territorio debían
ser respetados.
De allí que nace el exequátur, que es una forma de nacionalizar una sentencia
extranjera y darle ejecución; dicho punto será el tema a desarrollar en el
presentetrabajo para así lograr un mayor entendimiento de lo que significa el
reconocimiento de una sentencia extranjera.
Por ello, podemos decir que el sistema que adopta Venezuela es un sistema
mixto, ya que en algunos casos y dependiendo del estado en el que se produzca
la sentencia sobre la cual versara el exequátur serán necesarios el cumplimiento
de una serie de requisitos para que pueda darse el exequátur, o simplemente la
sentencia extranjera tendrá efectos extraterritoriales de ejecución o cosa juzgada
en Venezuela siempre que exista la garantía de reciprocidad entre el estado de
donde emano la sentencia extranjera y Venezuela.
•
Que tenga fuerza de cosa juzgada de acuerdo con la ley del Estado en el cual
ha sido pronunciada.
•
Que haya sido dictada en materia civil o mercantil o, en general, en materia
de relaciones jurídicas privadas.
•
Que el demandado haya sido debidamente citado conforme a las
disposiciones legales del Estado donde se haya seguido el juicio y de aquel
donde se haya efectuado la citación, con tiempo bastante para comparecer y
que se le hayan otorgado las garantías procesales que aseguren una
razonable posibilidad de defensa
•
Que no choque contra sentencia firme dictada por los Tribunales
venezolanos.
•
Que la sentencia no contenga declaraciones ni disposiciones contrarias al
orden público o al derecho público interior de la República.
8.- Definición de exequátur:
•
El juez o tribunal a quien se pida la ejecución oirá antes de decretarla o
De negarla, y por término de 20 días, a la parte contra quien se dirija y al
Fiscal o Ministerio Público.
•
Las sentencias que se dicten en países donde se conceda ejecución a las sentencias
firmes pronunciadas por los tribunales venezolanos, sin previa revisión de fondos
podrán declararse ejecutorias en la república.
Que tenga fuerza de cosa juzgada de acuerdo con la ley del Estado en el cual
ha sido pronunciada.
•
10.-Jurisprudencia:
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superior
Magistrado Ponente HADEL MOSTAFÁ PAOLINI
Exp. Nº 2000-0187
Mediante escrito presentado en fecha 23 de febrero de 2000, la ciudadana
LUCINA PESTANA, venezolana, titular de la cédula de identidad N°
6.280.780, asistida por los abogados Carmen Rivas y Andrés Eloy Herrera,
inscritos en el Inpreabogado bajo los Nos. 53.031 y 62.850, respectivamente,
solicitó ante esta Sala se declare la ejecutoriedad de la sentencia, dictada por el
Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Funchal de la República
de Portugal, de fecha 19 de julio de 1989, en el que se decretó el divorcio, contra
su legítimo esposo MANUEL AURELIO DE JESÚS, titular de la cédula de
identidad N° 6.232.853, de nacionalid ad portuguesa, nacionalizado en
Venezuela en fecha 19 de mayo de 1975, según Gaceta Oficial N° 1.740.
comenzar la relación.
El 2 de mayo de 2001 comenzó la relación de la causa.
El 17 de mayo de 2001, oportunidad fijada para la presentación deinformes, se
10.-Jurisprudencia:
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superior
Magistrado Ponente HADEL MOSTAFÁ PAOLINI
Exp. Nº 2000-0187
Mediante escrito presentado en fecha 23 de febrero de 2000, la ciudadana
LUCINA PESTANA, venezolana, titular de la cédula deidentidad N°
6.280.780, asistida por los abogados Carmen Rivas y Andrés Eloy Herrera,
inscritos en el Inpreabogado bajo los Nos. 53.031 y 62.850, respectivamente,
solicitó ante esta Sala se declare la ejecutoriedad de la sentencia, dictada por el
Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Funchal de la República
de Portugal, de fecha 19 de julio de 1989, en el que se decretó eldivorcio, contra
su legítimo esposo MANUEL AURELIO DE JESÚS, titular de la cédula de
identidad N° 6.232.853, denacionalid ad portuguesa, nacionalizado en
Venezuela en fecha 19 de mayo de 1975, según Gaceta Oficial N° 1.740.
El 24 de febrero de 2000, se dio cuenta en Sala y se ordenó la remisión del
comenzar la relación.
El 2 de mayo de 2001 comenzó la relación de la causa.
El 17 de mayo de 2001, oportunidad fijada para la presentación deinformes, se
Sala).
"...Artículo 850 Código de Procedimiento Civil.
Corresponde a la Corte Suprema de Justicia declarar la
ejecutoria de las sentencias de autoridades extranjeras,
Sólo las sentencias dictadas en países donde se conceda ejecución a las sentencias
firmes pronunciadas por Tribunales venezolanos, sin previa revisión en el fondo,
podrán declararse ejecutorias en la
II
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
1.
2.
extranjeras
3.
12.
INTRODUCCIÓN
Humanos, como compilación de derechos, los cuales son u primer paso para
el
reconocimiento mundial de ciertos preceptos que en cualquier territorio
debían
ser respetados.
De allí que nace el exequátur, que es una forma de nacionalizar una sentencia
extranjera y darle ejecución; dicho punto será el tema a desarrollar en el
presentetrabajo para así lograr un mayor entendimiento de lo que significa el
reconocimiento de una sentencia extranjera.
•
Que tenga fuerza de cosa juzgada de acuerdo con la ley del Estado en el
cual
ha sido pronunciada.
•
Que haya sido dictada en materia civil o mercantil o, en general, en materia
de relaciones jurídicas privadas.
•
•
Que no choque contra sentencia firme dictada por los Tribunales
venezolanos.
•
Que la sentencia no contenga declaraciones ni disposiciones contrarias al
orden público o al derecho público interior de la República.
8.- Definición de exequátur:
•
El juez o tribunal a quien se pida la ejecución oirá antes de decretarla o
denegarla, y por término de 20 días, a la parte contra quien se dirija y al
Fiscal o Ministerio Público.
•
10.-Jurisprudencia:
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superior
Magistrado Ponente
Exp. Nº 2000-0187
Mediante escrito presentado en fecha 23 de febrero de 2000, la ciudadana
LUCINA PESTANA
6.280.780, asistida por los abogados Carmen Rivas y Andrés Eloy Herrera,
inscritos en el Inpreabogado bajo los Nos. 53.031 y 62.850, respectivamente,
solicitó ante esta Sala se declare la ejecutoriedad de la sentencia, dictada por el
Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Funchal de la República
de Portugal, de fecha 19 de julio de 1989, en el que se decretó eldivorcio, contra
su legítimo esposo, titular de la cédula de
identidad N° 6.232.853, denacionalidad portuguesa, nacionalizado en
Venezuela en fecha 19 de mayo de 1975, según Gaceta Oficial N° 1.740.
comenzar la relación.
El 2 de mayo de 2001 comenzó la relación de la causa.
El 17 de mayo de 2001, oportunidad fijada para la presentación deinformes, se
I
DE LA COMPETENCIA
Sala).
"...Artículo 850 Código de Procedimiento Civil.
Corresponde a la Corte Suprema de Justicia declarar la
ejecutoria de las sentencias de autoridades extranjera s
II
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
texto legal, que derogó parcialmente el contenido de los artículos 850 y 851
del
Código de Procedimiento Civil, ambos relativos al procedimiento de
exequátur.
En este sentido debe esta Sala proceder alanálisis del fallo extranjero de acuerdo a
los requisitos exigidos por el artículo 53 de la Ley de Derecho Internacional Privado,
que al respecto establece:
"...Las sentencias extranjeras tendrán efecto en
Venezuela siempre que reúnan los siguientes
requisitos:
4. Que los tribunales del Estado sentenciador tengan jurisdicción para conocer de la
causa de acuerdo con los principios generales de jurisdicción consagrados en el
Capítulo IX de esta Ley;
Vista la norma transcrita, pasa la Sala al análisis del fallo extranjero a la luz
de
los requisitos exigidos supra para lo cual observa:
La sentencia extranjera se dictó en una materia de naturaleza civil,
1.
como
lo es específicamente un juicio de divorcio.
2. Tiene fuerza de cosa juzgada de acuerdo a la ley del Estado en el cual ha sido
pronunciada, lo que se constató de acuerdo al instrumento jurídico consignado por la
parte solicitante, en fecha 30 de julio de 2002, el cual fue requerido por esta Sala.
3. La sentencia extranjera le impone a la solicitante del exequátur las costas
del proceso, por haber resultado perdidosa, señalando que tal condena es
a efectos del cómputo de derechos, por lo que no señala o versa sobre
derechos reales respecto a bienes inmuebles situados en al República, y
no le arrebata a Venezuela la jurisdicción exclusiva que le corresponde.
Así pues, hechas las precisiones anteriores, esta Sala concede fuerza
ejecutoria
al fallo analizado, y así se declara.
III
DECISIÓN
El Presidente,
LEVIS IGNACIO ZERPA El Vicepresidente-Ponente,
La Secretaria,
ANAÍS MEJÍA CALZADILLA
CONCLUSIÓN
11.- Análisis:
Administrativa.
7. Reconstitución de la Sala Político Administrativa.
8. Comienzo de la relación de la Sala.
9. Presentación de informes.
o
El Tribunal sentenciador tenía competencia en al esfera internacional
para conocer y juzgar el asunto de acuerdo a la ley.
o
o
Visto lo anterior la Sala concede fuerza ejecutoria al fallo analizado y así
se declara
NATALIA Sànchez
linditita[arroba]hotmail.com
Padrón, Hericson
Villalobos, Iván
Maracaibo