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En todas las épocas nos han tocado —como señala sabiamente Jorge Luís
Borges— tiempos difíciles: han proliferado las injusticias, los abusos y los crímenes.
Pero siempre nos hemos empeñado en mejorar la realidad que nos ha tocado vivir. Es
que —como escribió Shakespeare— los hombres estamos hechos de la sustancia con
que se trenzan los sueños. Nuestros anhelos hemos de realizarlos en el lugar y en el
momento que vivimos. Aquí y ahora hemos de vivir y convivir lo mejor posible. Y la
mejor vida posible supone la protección efectiva de los derechos humanos, los cuales
son un instrumento de los gobernados para defenderse de los abusos de los
gobernantes.
Los derechos humanos son uno de los más destacados de nuestros productos
civilizados, y nosotros, los que hoy nos tenemos por civilizados, somos en buena parte
el producto de esos derechos. Éstos se basan, por emplear palabras de Voltaire, en el
"amor al género humano, virtud desconocida a los que engañan, a los pedantes que
discuten sin escuchar y a los fanáticos que persiguen". Su causa ha convencido a la
parte más activa e influyente de la sociedad, y ello bastará para que ésta sea
transformada. No ha persuadido, en cambio a los nostálgicos del autoritarismo o de los
privilegios de la arbitrariedad ni a los partidarios de la congelación del orden jurídico.
Los derechos que hoy disfrutamos no son eternos, conquistados de una vez y para
siempre, sino derechos frágiles que hay que defender día con día. Conocerlos es el
primer paso para asumir esa defensa.
La libertad Los seres humanos siempre se han inquietado ante fenómenos que
religiosa no pueden explicarse o comprender, se han preguntado cómo se
consiste en originó el mundo y han especulado acerca de la posibilidad de otra
poder vida más allá de la muerte. En todos los tiempos, y aun cuando
expresar sin muchos de los misterios y de los enigmas de la naturaleza se han
cortapisa las ido desentrañando científicamente, son muchas las personas que
creencias han adoptado la idea de la existencia de varios dioses, en tiempos
acerca de la remotos, o, más recientemente, de uno solo. A este ser supremo se
divinidad. le atribuyen omnipotencia y omnipresencia, y se lo considera
creador del universo y de ámbitos metafísicos en los que se puede
seguir viviendo después de la muerte. La creencia en Dios se
Hombres de sustenta en la fe, es decir en un sentimiento o intuición que no
distintos requiere de demostración o de confirmación experimental, si bien
credos algunos pensadores han intentado demostrar racionalmente la
pueden existencia del ser divino.
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convivir
pacíficament
e gracias a
la tolerancia.
Es fundamental
ejercer
nuestro Nuestra libertad de conciencia nos lleva, de acuerdo con
derech convicciones íntimas y profundas, a creer o no creer en un dios y, si
o al creemos en él, a concebirlo de una u otra manera. Nadie nos
libre puede impedir esa libertad. Lo que sí se puede es coartar las
culto manifestaciones que surgen de esa creencia. Durante la Edad
sin Media en Europa y durante la época colonial entre nosotros, las
afectar autoridades imponían a todos la obligación de practicar la religión
los católica so pena de terminar en la hoguera si se incurría en
derech expresiones contra los dogmas religiosos o en conductas que se
os de apartaran de los ritos aceptados por la Iglesia. Hoy se considera en
tercero todas las constituciones de los países democráticos que cada quien
s. tiene derecho a practicar la religión de su preferencia y a expresar
Cualqui sus ideas religiosas, o bien a no practicar religión alguna y a
er proclamar que no se cree en ningún dios (véase el art 24 de
religión nuestra Constitución). Por supuesto, en materia de creencias
es religiosas el asunto no es tan simple: además de los creyentes y los
respeta ateos, hay muchos que son escépticos, es decir que ponen en
ble duda, sin afirmarla ni negarla categóricamente, la existencia de un
siempr dios.
e que Muchos crímenes se han cometido pretextándose móviles
no religiosos. A quienes faltan al respeto o persiguen a otros por no
afecte compartir su fe, se los conoce como fanáticos, exaltados o
los intolerantes de una creencia. Contra el fanatismo religioso escribió
derech Voltaire páginas inmortales en las que defiende la tolerancia como
os de un valor que permite a los hombres de distintos credos convivir
nadie pacíficamente. Lo que nos debe importar de alguien son sus
ni virtudes humanas: su solidaridad, su inteligencia, su creatividad, su
pretend calidez, su generosidad, su honestidad. Hay creyentes buenos y
a malos, y ateos buenos y malos. Para estimar a alguien no debe
impone importarnos cuál es su fe o si no la tiene. Ello depende de una
rse opción de conciencia, de inspiración inescrutable, que debemos
coerciti respetar.
vament
e.
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La ética
Autor: Mercedes Garzón Bates
Nos proponemos presentar, de manera sencilla y breve, algunos de los temas que tradicionalmente se ha
considerado fundamentales en la ética y otros que aparecen como los asuntos de discusión y estudio
más actuales dentro de esta disciplina. La intención básica es exponer dichos temas de tal forma que se
presten más a la reflexión crítica que a un acercamiento dogmático, pues consideramos que todo texto no
sólo informa, sino también transforma nuestra perspectiva vital. De esta manera, la estructura de la
presente obra se basa en una serie de preguntas que conducen al análisis de problemas conectados
entre sí, pero con un cierto grado de independencia que permite examinarlos tanto aisladamente como en
conjunto. Hemos querido, además, mantener abierta la comunicación que las interrogantes de la ética
establecen con otras ciencias, sea la sociología, la economía, la psicología o la ciencia política, para
lograr una visión interdisciplinaria.
Es importante señalar que, en estas páginas, tratamos de destacar el sentido provocador de la ética y
alejarnos de toda visión prescriptiva o normativa que la confunda con la moral. La ética, para nosotros, no
tiene como preocupación central saber lo que debemos hacer, sino preguntarnos si somos capaces de
atrevernos a hacer y ser lo que queremos.
Cuando tratamos de Para el primitivo, es la naturaleza inmensa el origen del temor: así, las
explicar y primeras tienden no sólo a someter sino también a darle un sentido a ese
dominar la todo natural. Pero esa naturaleza, al ser transformada, es ya cultura,
naturaleza, porque es naturaleza trabajada y explicada un ente que no es ya
pretendemos naturaleza pura, sino un ente histórico, social y cultural que intenta tanto
tener seguridad dominar como explicar la naturaleza, en busca de frente a ella.
frente a ella; tal Encontramos aquí el origen del mito, la religión, el arte, la filosofía y la
es el origen del ciencia.
mito, la religión, Somos históricos, modificamos la naturaleza y al transformarla nos
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creamos a nosotros mismos. Nos enfrentamos a ella para apropiárnosla y
nos distinguimos de los animales desde el momento en que un ente
natural no crea cultura. No sólo nos diferenciamos de ellos por nuestra
racionalidad; la razón es nada más un componente de nuestra
constitución, pero toda nuestra estructura emocional, efectiva es distinta
el arte, la de la del animal. Todas las características del animal se encuentran en
filosofía y la nosotros pero metamorfoseadas en cultura e historia. La filosofía, la
ciencia. religión, la ciencia y el arte no tienen su origen únicamente en la razón
sino que nacen de necesidades emocionales y afectivas.
La más ruda punta de flecha, así como las más sofisticadas
computadoras y bombas atómicas, son la "mostración" palpable (no la
demostración siempre discutible) de que esta producción de objetos se
realiza social e históricamente.
Esta acción libre, que rebasa el plano meramente natural, implica lo que
Al animal le está dado el llamaremos "constitución ética de nuestra conducta", por lo que
ajustamiento; nosotros entendemos a la ética no sólo como la reflexión en torno al
tenemos que ajustarnos, es comportamiento de los individuos en sociedad, sino también como la
decir, tenemos que elegir un estructura de ser que hace que nuestros actos sean radicalmente
acto, aun cuando sea una distintos a los de los demás entes.
sola la posibilidad, puesto A partir de Aristóteles, ética significa modo de ser, carácter. Ésta es la
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traducción original de la palabra griega éthos. Lo ético comprende las
disposiciones del hombre en la vida, su carácter, sus costumbres y su
moral; ética es carácter, pero no en el sentido psicológico o biológico de
"temperamento", dado en las estructuras de la especie o nacido con
nosotros para toda la vida, sino en el de modo de ser o forma de vida
que podemos elegir el no
que vamos adquiriendo, apropiando e incorporando a lo largo de
hacer nada. Esta "libertad
nuestra existencia.
ontológica" es condición de
Es el hábito, la repetición de actos iguales, el que, en el
posibilidad de nuestros actos.
comportamiento, nos forma el carácter, es decir, la personalidad que
hemos conquistado a través de la vida, lo que hemos hecho de
nosotros mismos. Aquí encontramos un círculo. El carácter o la
estructura ética nace de la repetición de actos iguales y ésta, a su vez,
se convierte en el principio interno de nuevos actos.
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peso de la
historia, la salud se responsabilice de sus actos, a pesar de que en el nivel del
del cuerpo y los comportamiento cotidiano repitamos de manera automática e
límites de inconsciente las normas establecidas.
nuestra psique.
Moral y religión
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Aunque toda religión implica una moral, no necesariamente la moral se sustenta en la cosmovisión
religiosa.
Como ya hemos indicado, la moral tiene por objeto regular las relaciones
entre los individuos inmersos en la vida social y surge de las necesidades
de convivencia de la misma sociedad.
Moral y economía
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De la misma manera en que producimos los medios de subsistencia (es
decir, que creamos una serie de productos materiales para satisfacer
necesidades), nos es necesario crear o producir las formas de
relacionarnos socialmente, de explicarnos el mundo y esas mismas
relaciones. En tal sentido, la forma en que producimos nuestra vida
material determina el modo de comportarnos dentro de la sociedad, así
como la interpretación que tenemos de ello.
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¿Salvemos al planeta?
La llamada conciencia ecológica no es nueva. Puede rastrearse en los postulados de la ilustración (siglo
XVIII) y, específicamente, en J.J. Rousseau, quien proclamaba la necesidad de un "retorno a la
naturaleza".
A final de cuentas, el
ecologismo ha Los daños ocasionados por el progreso tecnológico —catástrofes debidas
generado una a las industrias petrolíferas, químicas o nucleares y agravamiento de la
industria que contaminación de la atmósfera del planeta ("lluvias ácidas", "agujero" en
cuenta incluso la capa de ozono, "efecto invernadero") han dado lugar a los valores
con un importante centrados en la naturaleza, a la conciencia verde, cuyo objetivo es la
soporte de defensa del entorno y divulgar el principio de responsabilidad planetaria.
organizaciones Si bien el movimiento ecologista se apoya en la protección de la
civiles (u naturaleza, la gestión equilibrada de los ecosistemas, la reconciliación del
organizaciones desarrollo industrial y la preservación del entorno, y pretende imponer
no límites a la acción técnica y capitalista, también ha propiciado el
gubernamentales, surgimiento de una ecoindustria de productos "biodegradables", dietas
ONG) que actúan sanas, higiene biológica, terapias suaves y turismo verde que conducen al
también como control soft de la naturaleza, convierten la ecología en un "factor de
gestores de la producción" y, por tanto, contribuyen al desarrollo de los negocios, la
propia conciencia industria y el mercado.
ecologista.
Moral y política
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obtener y mantener el poder dentro de un conglomerado social, en
función de lo cual se establece cierto tipo de relaciones entre moral y
política. Pero en los casos en que existen luchas fuertes en una
sociedad, suele surgir un moralismo abstracto que se priva de los
instrumentos con los cuales podría defender una situación
pureza de la acción, determinada.
mientras el realismo Por otra parte, en ciertos casos la moral queda relegada por completo
político plantea la debido a la forma como se considera que es posible alcanzar el poder
mera eficacia sin o conservarlo. A esta posición extrema esa la que se ha dado en
principios. Son las dos llamar realismo (o cinismo) político, por basarse en el principio de la
posiciones extremas eficacia para lograr los fines, sin que importe la violación de cualquier
en las relaciones entre norma moral. Cabe aclarar que el realismo político no toma en cuenta
moral y política. que todo fin político implica una finalidad moral, un concepto del
individuo y su libertad que marca los límites de su acción. Así, al
actuar en nombre de la eficacia, olvida su propia finalidad y ello le
impide alcanzarla, en la medida en que, en última instancia, lo que se
propone la lucha por el poder es establecer un orden de vida
diferente del anterior.
La ética
Autor: Mercedes Garzón Bates
Primera edición:1997
Producción: CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES
Dirección General de Publicaciones D. R. © 1997, de la presente edición
Dirección General de Publicaciones
Calz. México Coyoacán 371, Xoco, C.P. 03330. México, D.F. ISBN: 970-18-0249-7
Impreso y hecho en México
http://lectura.ilce.edu.mx:3000/sites/3milenio/etica/htm/frame1.htm
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