Deberes de los padres
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LA AUTORIDAD DE LOS PADRES VIENE DE DIOS.
Cuantas veces nos quejamos de lo mal que
está la juventud, pero no nos quejamos de la
educación que esos jóvenes reciben, porque hoy
en día, los padres se evaden de todo deber para
con sus hijos.
Ser padres conlleva una serie de obliga-
ciones de la que se dará estrecha cuenta a Dios.
No serán gratos a Dios los padres que se
eximan de sus obligaciones
La educación que hoy se da a los hijos
corrompe mas que edifica. Ya desde pequeños
se les relega a una habitación con una vídeo
consola o ordenador, donde la mente del niño
se envenena con el juego; o se les deja ver toda
clase de programas televisivos que son auténti-
ca basura.
Dios se vale de los padres y les ha dado hijos
con el fin de que los críen y los formen para su
gloria, transmitiéndoles la fe. Pero es precisa-
mente en la familia donde se encuentran las
mayores indisciplinas, pues los padres ya no
imponen su autoridad para con sus hijos y, lejos
de ser estos los que obedezcan a los padres,
son los padres los que obedecen a los hijos. Con
tal de que no les compliquen la vida, se les da
toda clase de caprichos, la mayoría de las
veces perjudiciales.
¡ESTAD ALERTA SIEMPRE!
¡Ay de vosotros padres! que no vigiláis los
pasos de vuestros hijos. Que descuidáis su mo-
ral permitiéndoselo todo. Que os acostáis tan
tranquilos sin saber ni preocuparos en que esta-
do llegarán vuestros hijos. Claman al cielo los
pecados de vuestros hijos, por vuestra falta de
autoridad o vuestra debilidad.
Padres y madres que permitís que vuestras
hijas vistan indecorosamente. Padres y madres
que sabeis que vuestros chicos beben en exceso
y no os importa. Para muchos de vosotros es
más importante su coche que su propio hijo o
hija. No evitareis la severidad de Dios.
Vigilad a vuestros hijos. Averiguad sus pasos,
sus amistades, donde pasan el tiempo libre. Que
vuestra actitud sea siempre de alerta para con
ellos. Vigilad sus lecturas, sus diversiones y
aconsejadles oportunamente. No tengáis miedo
enfrentaros a ellos, porque Dios está de vuestra
parte.
***
Vosotros sois los primeros responsables de la
educación de vuestros hijos. El verdadero amor
de los padres es ante todo evitar que sus hijos se
perviertan. Descubridles sus valores; escuchadlos;
asesoradlos.
El hogar debe ser el lugar donde éstos encuen-
tren sus primeras lecciones de amor, solidaridad,
perdón, respeto. El hogar es la mejor escuela para
adquirir las virtudes, ya que los padres deben ense-
ñar a los hijos, a subordinar los bienes materiales,
en favor de los bienes espirituales y no al revés.
EL EJEMPLO ARRASTRA.
Es vuestra responsabilidad, dar buen ejemplo
a los hijos, porque los que estos vean en vosotros,
lo imitaran.
A los hijos hay que corregirlos -cuantas veces
haga falta- en sus malas costumbres y amonestarlos,
en sus defectos. La Biblia dice que quien ama a su
hijo, lo corrige sin cesar y el que enseña a su hijo
sacará provecho de él (Si 30 1,2).
Y lo mismo que cuando a un hijo que está enfer-
mo se le obliga a tomar la medicina, aunque no
quiera, así deben los padres imponer su autoridad
cuando se trate de guiarlos, por caminos rectos.
Porque los padres deben educar a sus hijos en el
cumplimiento de la ley de Dios, siendo ellos mis-
mos un ejemplo a seguir, por la observancia de la
misma. Si los jóvenes están mal, es por la mala
educación que están recibiendo de sus progenito-
res. Porque según el abono que se eche a una plan-
ta, así serán los frutos.
Padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino
formadlos mas bien mediante la instrucción y la
corrección, según el Señor. (Ef 6, 4)
CONSEJOS
religiosos. Si te resulta costosa para tu presupuesto, al menos, cómprate el
Nuevo Testamento.
Si no tienes tu casa bendecida, bendícela. Ve a tu párroco y pídele que te la bendiga.
Ten siempre agua bendita en tu casa, es un poderoso sacramental.
Si no tienes un crucifijo, hazte de uno, o ten un rosario bendecido.
Un póster de la Virgen, Nuestra Madre, puede sustituir a quien no puede comprarse
una imagen.
Después de un examen minucioso de conciencia, repasando todos los mandamien-
tos, vete a un confesionario, confiésate. ¡Hazlo!, no lo dejes para más adelante.
Reza el Credo todos los días meditándolo, es la profesión de nuestra fe.
Mensaje del Sagrado Corazón
Acércate a mi Corazón, no temas, te favoreceré. Yo Soy
el Amor sin límites. Te llamo y te espero.
(Jesucristo a Sor Benigna Consolata)
FAVORES, ANECDOTAS Y TESTIMONIOS
(Atribuidos al Sagrado Corazón de Jesús)
Queridos amigos del Sagrado Corazón. Soy una mujer con sida y hace poco
he perdido a mi hijo por causa de esta enfermedad. A pesar del dolor que esto me
ha supuesto, gracias al sida, he conocido las prácticas cristianas y el evangelio.
Ahora conozco a un Dios de misericordia y salvación y no un Dios de castigo y
normas.
Mi hijo comulgó y murió en paz. Yo fui evangélica y no conocí el amor de la
Virgen, pero ahora, gracias al grupo que es cristiano, católico, al que pertenezco,
conocí y comprendí que María es símbolo de amor y salvación; es algo real que
dio la vida eterna a mi hijo. Él murió con el escapulario y el rosario puestos.
La gente muchas veces se queja, pide y llora, quiere sanar a sus enfermos y no
busca la voluntad de Dios en ese contexto que le toca vivir, pero no saben que el
sida puede servir para salvar sus almas y hacer en familia bendiciones y alaban-
zas a Dios, aceptando la enfermedad y ofreciéndola por las almas. Les pido sus
oraciones y su amistad. (1) Miriam (Perú).
(1) Al cierre de este boletín nos comunican que Miriam ha muerto a la edad de 34 años. Les pedimos
recen por su alma.
 PUNTO PARA LA REFLEXIÓN
¿Has roto tu matrimonio por tus infidelidades? ¿Has destrozado tu vida por el alcohol, la
droga o el juego? ¿Has abandonado a tus hijos y por tu culpa no han podido estudiar? Tu
imprudencia conduciendo ¿ha hecho que malograras la vida de un ciudadano? ¿Has
hecho algún desfalco? ¿Has calumniado y quitado la fama a alguien? ¿Indujiste a una joven al
aborto porque no querías complicaciones? ¿Diste falso testimonio en un juicio?. ¿Has blasfema-
do contra Dios? ¿Has pecado contra todos los mandamientos? ¿Robastes a tus padres sus aho-
rros? ¿Has comulgado sacrílegamente? ¿Has mentido o jurado en falso? ¿Has prometido cosas
que nunca cumpliste?
¿Por tu culpa echaron del trabajo a algún compañero/a? ¿Has hecho fraude alguna vez?
¿Has hecho tantas cosas y tantos delitos que no se pueden ni enumerar? ¿Y esperas que Dios te
perdone tanto? ¿Esperas salvarte, tú que has hecho toda clase de pecados? Pues sí, si te arre-
pientes y pides perdón, si acudes compungido a Dios Nuestro Señor; si te lavas en el sacramen-
to de la penitencia y te propones cambiar, su Misericordia perdonará todos tus pecados. El ha
dicho, que aunque tus pecados sean tan numerosos como las arenas del mar, que no tengas
miedo a acudir a Él, porque su Misericordia es infinita. Por grandes y abominables que sean tus
pecados, mucho más grande es la Misericordia de Dios.
Por todo lo expuesto sirvan estas palabras como punto para la reflexión:
Dios rico en Misericordia, por el grande amor con que nos amó, estando
muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo.
(Ef 2, 4)
Los Corazones de Jesús y de María, están atentos a la
voz de vuestras súplicas. (Sor Lucía)
Los Santísimos Corazones de Jesús y de María tienen
sobre las almas designios de misericordia.
(Sor Lucía)
El Corazón Inmaculado de María, será nuestro refugio
y el camino que nos llevará a Dios. (Sor Lucía)
ESTA HOJITA ES PARA USO PRIVADO, NO LA TIRES, QUE OTRO SE APROVECHE.
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Lectura del Libro de Tobías
Acuérdate hijo del Señor todos los días, y no quieras pecar ni transgredir sus manda-
mientos; practica la justicia todos los días de tu vida y no andes por caminos de
injusticia; pues si te portas según verdad, tendrás éxito en todas tus cosas, como todos los
que practican la justicia.
Haz limosna con tus bienes; y al hacerlo que tu ojo no tenga rencilla. No vuelvas la cara
ante ningún pobre y Dios no apartará de ti su cara. Regula tu limosna según la abundancia
de tus bienes. Si tienes poco, da conforme a ese poco, pero nunca temas dar limosnas,
porque así atesoras una buena reserva para el día de la necesidad.
Guárdate hijo de toda impureza y, sobre todo, toma mujer del linaje de tus padres. No
tengas con los hijos e hijas de tu pueblo corazón soberbio, pues la soberbia acarrea la ruina
y prolija inquietud; y la ociosidad bajeza y extrema penuria; porque la ociosidad es madre
de la indigencia.
No retengas el salario de los que trabajan para ti; dáselo al momento. Si sirves a Dios
serás recompensado. Pon cuidado hijo, en todas tus acciones y muéstrate educado en toda
tu conducta. No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan. No bebas vino hasta
emborracharte y no hagas de la embriaguez tu compañera de camino.
Da de tu pan al hambriento y de tus vestidos al desnudo. Busca el consejo de los
prudentes y no desprecies ningún aviso saludable. Bendice a Dios en toda circunstancia;
pídele que sean rectos todos tus caminos, y que lleguen a buen fin todos tus proyectos.
Recuerda hijo estos mandamientos, y no permitas que se borren de tu corazón.
La Biblia dice
Muchos bienes posees si temes a Dios, huyes de todo
pecado y haces lo que es bueno ante el Señor.
(Tob. 4, 21)