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INFORMACIÓN, CONOCIMIENTO Y SENTIDO

Gonzalo Abril

•Teoría Matemática de la Información (TI); modelo “E &rrar; M &rrar; R”

La TI indica un modelo de comunicación conocido como “E &rrar; M &rrar; R”, por el cual se
entiende un mensaje codificado por un emisor mediante una secuencia de señales que luego
son decodificadas por un receptor (esto no indica que emisor y receptor sean humanos
únicamente; también se aplica a organismos y máquinas). El emisor selecciona una secuencia
de señales de una fuente, la codifica, la transmite y el receptor la decodifica.

De la TI se desprenden también dos conceptos de importancia: la redundancia y la entropía.

1. Redundancia: repetición del mensaje para que éste no se distorsione en la transmisión


(en otras palabras, se repite para evitar el ruido que podría afectar el canal).
2. Entropía: medida de desorden que se encuentra en un sistema. Mientras más
desordenado esté, menos predecible será. Se utiliza para caracterizar a la información
como “entropía negativa”, ya que los mensajes son tomados a partir de elementos de
una fuente y ordenados en una secuencia de señales; dicho concepto se opone a un
desorden espontáneo de signos.

Este esquema sugiere una forma objetivizada de la comunicación en términos de estímulo-


respuesta, como una actividad unidireccional e instrumental.

• Objeciones al modelo “E &rrar; M &rrar; R”

Lo que más se ha criticado a este modelo es su interpretación de las actividades de recpción,


como si fuesen simples transmisiones telegráficas (instancias vacías donde los actores realizan
sólo acciones operativas: codificar y decodificar), cuando en realidad los sujetos producen e
interpretan el mensaje con hipótesis, de forma razonable y contextualmente. Hymes aclara que
la capacidad de hablar es inexplicable sin la de comunicar, que requiere el conocimiento
implícito de normas psicológicas, culturales y sociales; por lo tanto, los agentes sociales de la
comunicación no son “operadores vacíos” que codifican y decodifican, sino sujetos
comunicativos competentes.

• Características de la Comunicación

De la competencia comunicativa tomaremos dos formas de aplicación: la realización de


inferencias y el uso de metarreglas.

1. En el caso de una comunicación lingüística, los interlocutores llevan a cabo dos


inferencias: a) completan la información explícita (inferencias elaboradoras); b) explican
y justifican los motivos, metas y razones de las propias expresiones y de las del
interlocutor (inferencias evaluadoras).
2. Los sujetos, sin prescindir de los códigos y convenciones, dirigen la aplicación de
inferencias mediante metarreglas: ciertas propiedades invariantes que gobiernan las
condiciones fundamentales de toda interacción y que indican cómo el actor y el
observador deciden lo que es correcto, normal regular; que fundamentan, por tanto, la
posibilidad de que exista o se negocie y construya un orden normativo y un sentido
compartido de las acciones comunicativas.

También debemos considerar los marcos de la comunicación. Éstos refieren a las definiciones
de las situaciones construidas por sus participantes; pero más allá de ser considerados como
una etiqueta que clasifica el mensaje, o un esquema estereotipado de situación utilizado para
reconocer un escenario y actuar en consecuencia, los marcos se constituyen por el modo de
implicación, por la participación de los actores en la situación. La interpretación de los
mensajes-discursos de la comunicación masiva llevan también consigo una permanente
aplicación/conjetura de marcos.
Para que el mensaje pueda ser entendido por el receptor es necesario que éste lo coteje (al
menos implícitamente) con otros mensajes, con sus experiencias previas, con sus expectativas
respecto a otros mensajes posibles. La comunicación pública no consiste en un intercambio de
mensajes, sino en una interacción de textos-discursos y de prácticas discursivas.

• Concepción de la información en la literatura contemporánea de la comunicación

La información es una actividad social compleja. El acopio, tratamiento y transmisión de datos


es imposible sin una elaboración o construcción reflexiva de marcos de interpretación y sin un
contexto de actividad social que defina las condiciones (técnicas, lingüísticas, económicas,
institucionales, políticas) de esa elaboración.

Esta acepción concierne a la información como discurso, como práctica discursiva y como
institución de la sociedad moderna. No es ya un concepto formal (estadístico, cibernético o
cognitivo) sino un fenómeno sociohistóricamente determinado: en la época premoderna puede
hablarse de ideas, saberes o representaciones, pero no de información. Ésta se desarrolla en el
mismo proceso de expansión de la imprenta y de las publicaciones impresas; conoce un nuevo
despliegue con la adopción de medios de comunicación electrónicos y llega a adquirir una
importancia central en la organización social, política y cultural del mundo contemporáneo.

La información es un proceso que envuelve todas las actividades sociales, confiriéndoles una
nueva racionalidad. Es también un conjunto de prácticas profesionales y difusión de
conocimientos; y es por fin el conjunto (heterogéneo) de conocimientos producidos por esos
procesos y prácticas.

MCLUHAN ES EL MENSAJE
Octavio Islas

McLuhan anticipó el tránsito a la “aldea global”; afirmó que el medio es el mensaje; que las
tecnologías admiten ser consideradas como prolongaciones de nuestro cuerpo y nuestros
sentidos; que los medios de comunicación admiten ser comprendidos como tecnologías y
extensiones de nuestro sistema nervioso central; que es posible distinguir entre medios cálidos
y fríos.

La noción de “aldea global” refiere a un mundo conectado gracias a los medios electrónicos.
Las transmisiones vía satélite y otros transmisores habían hecho que la sociedad dejara de ser
el mundo mecánico, objetivo, no implicado y visual de la imprenta para convertirse en un
mundo electrónico que era inmerso, implicado, inmediato y acústico.

La definición de los datos que pueden ser transmitidos a través de algún medio, y el grado de
participación de las audiencias para “completar” las insuficiencias informativas del medio, son
los dos criterios fundamentales que permiten distinguir a los medios fríos de los calientes. Alta
definición es el estado del ser bien abastecido de datos; los medios cálidos son de poca o baja
participación, mientras que los medios fríos son de alta participación para que el público los
complete.

En la actualidad, un gran número de nuestras comunicaciones ordinarias las realizamos a


través de interfases inteligentes, las cuales desplazamos con nosotros a cualquier parte. Cada
nueva tecnología transforma la manera como creamos y como nos comunicamos. Por ello se
definen como “prolongaciones de nuestro cuerpo”; debe agregarse que para McLuhan el
narcisismo juega un papel determinante en la adopción de nuevas tecnologías, ya que éstas
representan un principio de actualización y devienen en lógica extensión de la moda.

McLuhan afirmó que hemos prolongado nuestro propio sistema nervioso central en un alcance
total, aboliendo tanto el espacio como el tiempo. Bill Gates referiría con ello que el “sistema
nervioso digital” queda representado en las organizaciones del nuevo milenio, los sistemas de
Intranet, Extranet e Internet.
Efectivamente, es posible entender a los medios de comunicación como prolongaciones del ser
humano. Las avanzadas tecnologías de información y comunicaciones nos introducen en la
sucesiva conformación de ambientes culturales. Cada nuevo medio de comunicación
transforma la forma como creamos y nos comunicamos, modificando también al sistema de
medios de comunicación que operan en el ambiente cultural vigente. Internet es la perfecta
remediación de los medios anteriores.

TEORÍA MEDIÁTICA
Scott Lash

La “teoría mediática” corresponde a la forma paradigmática de pensamiento en la sociedad


global de la información de nuestros días; los medios proporcionan el modelo y establecen el
paradigma de la información en el mundo de hoy. La sociedad de la información puede ser
llamada, entonces, “sociedad mediática”. La teoría mediática sólo es posible en una época en
la cual la vida social y cultural ha sido saturada por los medios.

¿Qué es un medio? Es un instrumento, una “instrumentalidad”. Los medios llegan a la madurez


con el surgimiento y la difusión de las máquinas de información, las cuales son una
combinación de contenido (“información”) y tecnología (“máquina”). Los medios masivos
consisten siempre en modos de información y modos de diseminación: tanto las máquinas que
diseminan el contenido de los medios como el contenido mismo. Los medios también son el
contenido producido por esas máquinas. No necesariamente deben ser máquinas al pie de la
letra: los bienes de consumo de rápida rotación o marcas son también “información”.

Los medios son comunicación a distancia: son máquinas espaciales que nos permiten “ver
lejos” y/o máquinas del tiempo, que nos permiten acceder a contenidos viejos. En cualquier
caso, para comunicarnos a distancia necesitamos de máquinas. En los nuevos medios masivos,
el contenido es el mensaje e información. Los medios masivos y los nuevos emdios no son
“medios de representación” sino de “presentación”.

Los contenidos culturales producidos por las máquinas mediáticas se caracterizan por su
nauraleza efímera y su circulación inexorable, sin interrupciones y en tiempo real. En rigor, lo
efímero es el contenido de los medios de información. No solo no perdura, sino que es
constantemente nuevo; y es tan nuevo que no tiene tiempo para la representación. Por ello se
afirma que son “medios de presentación”, ya que presentan de una manera brutal, sin
interpretación y ni siquiera ideología, al menos en la forma pura de la información. Las
comunicaciones son aconteciomientos, no duran. La información y el entretenimiento son
inmediatamente olvidables.

INTERNET ¿Y DESPUÉS?
Dominique Wolton

• La comunicación en el centro de la modernidad

La ventaja específica de las tecnologías de la comunicación del siglo XX, que incluyen la
transmisión del sonido y de la imagen, consiste en haber alcanzado a todos los públicos, todos
los medios sociales y culturales.

La paradoja de la posición de la comunicación en nuestra cultura: ella es uno de los valores


centrales, pero todos desconfiamso de ella. Esta antigua desconfianza es tan paradojal como
que la comunicación sea un valor de emancipación en el centro de la cultura occidental. Así, la
paradoja de la comunicación es la siguiente: se trata de uno de los valores esenciales de la
cultura política occidental al mismo nivel que los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad;
pero la comunicación nunca ha adquirido la legitimidad. Las tecnologías y los medios de
comunicación de masas también han sido reducidos a un proceso de transferencia de
influencia y manipulación.

La comunicación a gran escala es temida por su influencia, por lo cual se desconfia también de
ella; aún cuando descubrimos que ella no nos influencia tanto, creemos que si tiene poder
sobre otros, y por eso la desconfianza y temor continua.

La paradoja de la imagen es la sigiuente: a nosotros nos gusta y la consumimos porque


estamos solos ante ella; somos libres de amarla o de rechazarla, y esta libertad parece que
surja de nuestra propia decisión. En realidad, es una decisión de la imagen como de cualquier
situación de comunicación: el receptor no está solo. Toda su historia y sus valores intervienen
en esta percepción y análisis de la imagen; lo protegen, a veces, sin que lo sepa. Es el conjunto
de nuestros recuerdos, valores e ideas lo que nos permite conservar cierta distancia
interpretativa frente al mensaje y, de este modo, ser libres.

Existen diez razones por la cual hay una resistencia ante un conocimiento teórico de la
comunicación:

1. En primer lugar, el fantasma del poder total y de la manipulación.


2. Después se encuentra la dificultad de análisis; todo proceso de comunicación, desde
elmomento que integra las relaciones entre emisor, mensaje y receptor, es complejo.
3. La tercera razón corresponde al débil deseo de conocimiento; por ejemplo, la dificultad
de pensar en la posición de la identidad, cuyo problema descansa con agudeza, puesto
que mientras más comunicación hay más se precisa reforzar la identidad individual y
colectiva, sin embargo esto no se cumple ya que la identidad se ve como un freno al
progreso.
4. La cuarta razón está vinculada a la omnipresencia de las tecnologías en todos los actos
de la vida cotidiana. El uso parece la mejor respuesta a las necesidades de
conocimiento.
5. La quinta razón procede de los mismos medios cultivados. Éstos se han sentido,
erróneamente, amenazados en su cultura de élite, incluso en su papel, por la llegada de
los medios de comunicación generalistas que, casi mecánicamente, han desplazado las
fronteras entre cultura de élite, cultura mediana, cultura de masas y cultura particular,
sin reconsiderar su papel.
6. La sexta razón es la dificultad teórica de crear el vínculo entre problemáticas muy
antiguas referentes a los modelos psicológicos, filosóficos y literarios de la
comunicación humana clásica, y la explosión de la comunicación tecnológica en que los
cambios han ido prodigiosamente rápidos en medio siglo.
7. La séptima razón atañe a la comunicación como objeto de conocimiento. El hombre
nunca es neutro frente a una problemática de la comunicación y raramente se
encuentra a gusto, lo que explica sin duda, la huida hacia adelante en las tecnologías.
No queremos “saber” demasiado sobre la comunicación porque ésta siempre nos atrapa
con nuestros éxitos y nuestros fracasos, mientras que las tecnologías, por sus
resultados y su racionalidad, dan la impresión de un eventual dominio del tiempo y del
espacio.
8. La octava razón es la debilidad misma de una demanda de conocimiento por parte de la
sociedad.
9. La novena razón es la amplitud del movimiento con el cual las élites se movilizan por las
nuevas tecnologías. La moda y la fascinación explican esta adhesión sin
ningunadistancia crítica. Cambiarse a las nuevas tecnologías,modernizarse, estar al día,
seguir la moda.
10. La última razón refiere a que el público se fabrica el mismo la opinión. Hay una
diferencia entre la velocidad de los discursos y la lentitud de los cambios en las
prácticas de comunicación; la experiencia prueba que, en materia de comunicación, las
prácticas del público cambian siempre menos rápidoque los discursos.

• Medios de comunicación generalistas y gran público

La fuerza de la televisión es su éxito popular y reside en su uso banal, pero alejado, que
constituye el reconocimiento de su papel para descifrar el mundo, mientras que su debilidad es
su ausencia de legitimidad para las élites culturales. La televisión es un espéctaculo, y no
puede ser una escuela con imágenes. Sin ellas los usuarios la abandonan. La banalidad de la
televisión ayuda, sin embargo, a soportar la prueba de la apertura al mundo,
extraordinariamente desestabilizante.

Ahora bien, mirar no significa obligatoriamente adherir a lo que se mira; si el espectador se


deja engañar es porque quiere. El público está dotado de inteligencia crítica, y aunque otorgue
un inmenso éxito a la televisión, sabe guardar las distancias. El control de las imagenes no
asegura el control de las conciencias. El espectador escoge lo que quiere”, es cierto, pero a
partir de una oferta organizada. El esespectador no es el programador.

En realidad, no son las insuficiencias de la televisión las que plantean más problemas, sino la
postura de laas élites culturales que, en lugar de ver una de las casracterísticas esenciales de
una sociedad compleja, han influido la confirmación de todos sus prejuicios hacia la cultura de
masas.

La emancipación pasa primero por la oferta y no por la demanda, puesto que es la oferta la
que permite constituir los marcos de comprensión a partir de los cuales, posteriormente, se va
a manifestar la demanda. “Dime los programas que miras y te diré qué concepción del público
prevalece en la cabeza de aquellos que los han creado. Por esto el audímetro mide menos la
demanda que la reacción ante la oferta.

La televisión sirve, por un lado, para reunir individuos y público que están separados por todo
lo demás y, por otro lado, para ofrecerles posibilidad de participar individualmente en una
actividad colectiva. Ésta es la alianza bastante particular entre el individuo y la comunidad que
hace de esta tecnoloía una actividad constitutiva de la sociedad contemporánea. También sirve
para hablar: es una formidable herramienta de la comunicación entre los individuos; lo más
importante no es lo que ha visto, sino el hecho de hablar de ello. La televisión es un objeto de
conversación. Es por ello que es un vínculo social indispensable en una sociedad donde los
individuos a menudo están aislados y, a veces, solos. Y también, es la única actividad que
establece igualmente el vínculo entre los ricos y los pobres, los jóvenes y los viejos, los rurales
y los habitantes de la ciudad, los instruidos y aquellos que lo son menos.

• Las nuevas tecnologías, el individuo y la sociedad.

La televisión y, de un modo más general, la radio y la prensa salen de una lógica de la oferta,
mientras que los nuevos medios de comunicación salen de una lógica de la demanda.

Las nuevas tecnologías son, como si se tratara de una figura de la emancipación individual,
una “nueva frontera”. No es sólo la abundancia, la libertad o la ausencia de control lo que
seduce, sino también esta idea de autopromoción posible, de una escuela sin profesor ni
control. La red se convierte en la figura de la utopía, de una sociedad donde los hombres son
libres, susceptibles de emanciparse por ellos mismos. El acceso a “toda la información” no
suprime la jerarquia del saber y de los conocimieintos. Otro aspecto que satisfacen estas
nuevas tecnologías sonla necesidad de actuar, dándole a lagunos el sentimiento real de que
hay posibilidades de cortocircuito. Delante del ordenador, todo el mundo es igual: ya no hay
jerarquías a priori. Por ello, reúne tres características de suma importancia: capacidad de
invención, apertura a todos y una débil presencia de las barreras sociales y culturales. La red
se ha convertido en el soporte de sueños eternos para una nueva solidaridad mundial.

Cuatro tipo de datos se pueden encontrar en la red:

1. Aplicaciones de tipo servicios para cualquier información y, a veces, para transacciones.


2. Aplicaciones de tipo ocio.
3. Aplicaciones vinculadas a la información-acontecimiento (páginas periodísticas, por
ejemplo).
4. Aplicaciones de tipo infromación-conocimiento (aquella infomación accesible a través de
bases de datos).

El problema de la red no es la satisfacción de las necesidades de información preexistentes,


sino la considerable ampliación del campo de la información; la red provoca que se crea la
urgencia de satisfacer las necesidades de información del público y en la necesidad de que
todo el mundo pueda estar informado a todas horas, aunque, en conjunto, la oferta esté muy
por delante de la demanda (si bien existe una demanda de públicos especializados, es en
proporciones limitadas).

Sin embargo, la red no es un medio de comunicación. Es un sistema de transmisión y de


acceso formidable a un número incalculable de informaciones. No hay medios de comunicación
sin representación de un público a priori, mientras que una de las condiciones de éxito de la
red es que no haya un público predefinido.

Con internet, hemos entrado en la “era de las soledades interactivas”. No sólo la


multiconexión no garantiza una mejor comunicación, sino que, además, deja intacta la cuestión
del paso de la comunicación técnica a la comunicación humana.

No existe la comunicación sin prueba de tiempo; siempre hay una duración en un acto de
comunicación. La computadora acentúa la idea, gracias a la velocidad, de una posible
disminución de la obligación del tiempo. Este aplastamiento de la duración plantea problemas
desde un punto de vsita antropológico, puesto que el tiempo de las nuevas tecnologías es
homogéneo, racional, liso, mientras que el tiempo humano es siempre discontinuo y
diferenciado.

• Glosario

Por comunicación debemos entender el conjunto de las tecnologías y su implicación


económica, social y cultural, pero también los valores culturales, las representaciones y los
símbolos vinculados con el funcionamiento de la sociedad abierta y la democracia.

La comunicación tiene dos sentidos: la comunicación normativa y la comunicación funcional. El


primer sentido refiere al ideal de compartir; el segundo al ideal de difusión.

La comunicación política es el espacio donde se intercambian los discursos contradictorios de


los tres actores que tienen legitimidad para expresarse públicamente sobre la política, y que
son los políticos, los periodistas y la opinión pública a través de los sondeos.

Hoy en día, ya no hay dos culturas (una de élites y otra popular), sino cuatro: de élite; de gran
público; popular; y particularizante (minorías, por ejemplo). Estas cuatro formas de cultura
conviven y se interpenetran, gracias sobre todo al papel esencial de los medios de
comunicación.

El espacio público es un espacio simbólico, accesible a todos los ciudadanos, en que un público
se reúne para formular una opinión pública. Éste requiere tiempo para formarse; un
vocabulario y unos tiempos comunes; un reconocimiento mutuo de las legitimidades; una
visión suficientemente próxima de las cosas como para discutir, oponerse, deliberar. El espacio
común atañe a la circulación y a la expresión; el espacio público, a la discusión; el espacio
político a la decisión.

En un universo abierto, donde todo circula por razones a la vez normativas y funcionales, la
identidad ya no tiene la misma significación de referencia a la estabilidad y el orden. Se trata
de una identidad dinámica, en el sentido de que en un movimiento constante de construcción y
destrucción, de evolución y de señales, de símbolos y de reresentaciones, trata, por el
contrario, de preservar un mínimo de señales estables. La identidad dinámica actual es la
condición de la comunicación, es decir, el medio de evitar una reacción, esta vez violenta,
contra una comunicación invasora y destructiva.

Por nuevos medios de comunicación entendemos generalmente los medios de comunicación


salidos del acercamiento entre las tecnologías de la informática, de las telecomunicaciones y
del audiovisual.

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