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LA NOVELA HISPANOAMERICANA

EL REALISMO MÁGICO

I.- INTRODUCCIÓN

El término realismo mágico se aplica por primera vez a las artes en los años 20 del siglo pasado.

Referido a la literatura hispanoamericana se habla de realismo mágico para referirse a una serie
de obras en las cuales la realidad aparece traspasada por una acción fantástica descrita de modo
realista dentro de la narrativa. A partir de los años 60 el término se exporta a otras literaturas
(hoy en día se habla en literatura de realismo mágico hispanoamericano y de realismo mágico
asiático) y a otros continentes y deja de aplicarse exclusivamente a la literatura
hispanoamericana.

Algunos de los escritores más significativos de esta corriente son Miguel Ángel Asturias, Alejo
Carpentier, Gabriel García Márquez, Isabel Allende, Salman Rushdie, Gunter Grass o Laura
Esquivel.

Alejo Carpentier habla de lo “real maravilloso” en vez de “realismo mágico” y lo define como
la búsqueda de propiedades mágicas dentro de la realidad. Lo mágico es clarividencia,
levitación, vidas bíblicamente largas, milagros, enfermedades, etc. El realismo es el “modo de
contar”. La materia narrativa base es realista, mientras que lo mágico representa unos detalles
ordinarios de poca importancia. El tono suele ser neutro y sin destacar lo mágico, pues el
escritor da lo mágico por sentado.

II.- CAUSAS DE SU APARICIÓN

A partir de los años treinta del siglo XX y, sobre todo, a partir de los años 50 se produce la
coincidencia en el tiempo de una gran cantidad de narradores hispanoamericanos que dan a la
luz una obra literaria de enorme calidad. A partir de los años 60 se habla en todo el mundo de
boom de la novela hispanoamericana. Una larga serie de autores vienen a renovar un panorama
literario que en occidente viene marcado por la investigación formal y por el compromiso
social.

No todos los autores del boom (ej.- Borges, Cortázar) pertenecen al realismo mágico, aunque
todos son herederos del surrealismo. El realismo mágico surge en Hispanoamérica justo después
de la II Guerra Mundial porque se produce una serie de fenómenos culturales que crean un caldo
de cultivo propicio para una nueva forma de literatura:

1.- extensión del surrealismo.- algunos escritores hispanoamericanos lo conocen en Europa de


primera mano y otros a través de las traducciones. En todos los nuevos narradores hay una
preocupación por lo onírico.

2.- crisis religiosa.- la crisis de los valores tradicionales y la deshumanización provoca la


búsqueda de otros sistemas para explicar el mundo fuera de los cauces de la espiritualidad
cristiana tradicional (a través de la magia y lo esotérico, por ejemplo).

3.- cansancio del lector ante los experimentos formales y conflictos emocionales de la novela de
las vanguardias. Este nuevo lector, surgido del desastre de la II Guerra Mundial, desea un nuevo
tipo de novela que cuente “historias” de tipo épico. La novela moderna se agota por
anquilosamiento; ha perdido la capacidad de sorprender.
4.- experimentación sobre el subconsciente. El realismo mágico hereda esta inquietud de las
vanguardias. Es una novela que apela a las emociones. Intenta dar una respuesta diferente a la
alienación humana que planteaban los –ismos y la soluciona a través de la imaginación.

5.- La II Guerra Mundial había dejado a Hispanoamérica aislada de las corrientes literarias que
se producían en Europa, e incluso en los EEUU. Faltan traductores y no llegan las revistas y
nuevas publicaciones con tanta asiduidad. Los lectores hispanoamericanos crecen sin modelos y
desean un nuevo tipo de literatura que se remita a su mundo más inmediato. No obstante, los
escritores sí van a tener contacto con el mundo exterior. La mayoría pertenece a la clase media-
alta, realizan estudios en Europa o EEUU, y absorben las nuevas técnicas literarias que funden
con los logros de la novela regionalista e indigenista.

6.- Llegada de los exiliados españoles. El final de la Guerra Civil española supone el exilio de
un gran número de intelectuales, muchos de los cuales se habían formado en las vanguardias y
llegan al nuevo continente cargados de simbolismo, expresionismo y surrealismo, abriendo la
puerta a lo onírico y también a la investigación formal.

7.- La propia evolución de la novela en Hispanoamérica en el período de entreguerras. A


principios de siglo se desarrolla una novela de tipo regionalista (ej.- Doña Bárbara de Rómulo
Gallego), que recupera los escenarios grandiosos de la naturaleza de la selva o el páramo. En un
mundo extremo, salvaje, se desarrollan pasiones y conflictos desmesurados, a veces con tono
mítico. La recuperación de la naturaleza será uno de los puntales del realismo mágico en
contraposición a la literatura europea, esencialmente cosmopolita.

8.- El compromiso político.- La novela regionalista e indigenista anterior al boom es una novela
comprometida políticamente que denuncia el salvajismo, la violencia, pero también la
corrupción y la injusticia. Los autores del boom mantienen posiciones enfrentadas respecto a la
responsabilidad política del escritor: los hay muy implicados en el terreno político desde una
postura de izquierdas (ej.- Miguel Ángel Asturias, Carlos Fuentes) ; mientras que otros señalan
que el compromiso del escritor es con su propia obra y con el arte. Esto no quiere decir que, en
su vida privada no se hayan implicado con el mundo que les rodea (Cortázar, García Márquez),
sino que no hacen de la literatura un arma política.

9.- Movimiento hippie.- El boom coincide con los inicios del movimiento beat en EEUU (los
hippies), con este movimiento las novelas del realismo mágico comparten la búsqueda de la
felicidad a través de las cosas sencillas y el cuestionamiento de los valores establecidos.

III.- CARACTERÍSTICAS

La característica más importante del realismo mágico es la inclusión de lo maravilloso en la


rutina cotidiana de una forma no traumática, de modo que resulte tan natural o lógico como
cualquier otra acción que pueda desarrollarse. La magia, lo irreal, es aceptado por todos los
personajes como un aspecto más de la realidad al que no hay que concederle mayor importancia.

La novela hispanoamericana cumple dos objetivos fundamentales:

-Volver a situar al hombre como protagonista indiscutible de la materia narrativa.

-Convertirse en un fenómeno universalmente aceptado, incluso en países que nada


tienen que ver con la tradición narrativa occidental. EstO se debe a que incorpora problemas
universales a pesar de estar profundamente arraigada en la realidad hispanoamericana.
Características del realismo mágico:

a.- Subjetivismo.- el narrador se interesa por su propia existencia (subjetivismo) y por la visión
de la relación sujeto-objeto desde su conciencia (fenomenología).

En la novela tradicional el narrador estaba fuera de la historia, no hacía alusiones a sí


mismo y el relato se construía en 3ª persona. Ahora, el narrador participa de los
acontecimientos, aunque su papel en la historia pueda variar (puede ser protagonista, secundario
o mero testigo presencial).

La forma más generalizada de narrador es el narrador-personaje en 1ª persona y, en


general, aunque encontremos un narrador en 3ª persona, los aspectos subjetivos predominan
sobre los objetivos. El relato no es lo que el narrador “ha visto”, sino lo que ha surgido de su
propia conciencia.

b.- Ruptura de la linealidad temporal.- el tiempo cronológico es sustituido por el tiempo


psicológico o anímico que se mide por tiempos de angustia o felicidad. Esta novela produce un
mayor realismo tratando de plasmar los fenómenos de simultaneidad y evitar falsas prioridades
en el orden causal (falsos efectos que producen falsas consecuencias). La línea temporal se
rompe, se altera el orden de la narración, hay elipsis y saltos en la cronología, se entrecruzan
tiempos distintos que pueden corresponder o no a historias diferentes. El tiempo es entendido
como cíclico y se distorsiona (el presente se parece al pasado o viceversa).

c.- Incorporación del subconsciente.- La recuperación del “yo” llega hasta las regiones más
profundas del subconsciente y del inconsciente. De ahí el papel protagonista del sueño en estas
novelas, como puerta al subconsciente. Sólo una parte de las acciones humanas corresponde al
dominio de la razón, la mayoría son fruto de las fuerzas internas que no tienen nada que ver con
la lógica. La inclusión del sueño obliga a la utilización de nuevas técnicas como el monólogo
interior, el cambio de persona (la inclusión del narratario) o aparecen directamente, sin ningún
recurso introductorio.

d.- Ilogicidad.- La ausencia de lógica redunda a veces en la pérdida de coherencia y claridad


porque se intenta dar una mayor verdad sobre el hombre. Se rompen las fronteras de la lógica
(los límites de la vida y la muerte, del presente, el pasado y el futuro, etc.).

e.- La comunicación.- Al reducir la novela a un conjunto de “yoes” que viven la realidad desde
su interior surge la imposibilidad de la comunicación y el problema de la soledad. Se enlaza así
con la tradición existencialista.

f.- El sentido sagrado del cuerpo.- el sexo adquiere una dimensión metafísica. El sexo se
convierte en el supremo intento de comunicación con el otro y acabar con la profunda soledad
del ser humano. Se muestran totalmente libre de inhibiciones, de forma directa, sin complejos
de culpa y lejos de todo precepto moral.

g.- El conocimiento.- La novela es vehículo para conocer la realidad ya que la realidad no es


sólo el mundo físico, sino el mundo interior y de este sólo la novela puede dar cuenta.

h.- El compromiso.- Los novelistas del boom no consideran que la novela tenga la obligación de
hacer propaganda de una determinada idea política. Aunque muchos de los autores se
comprometen políticamente en su vida personal ese compromiso no trasciende a su obra. El
único compromiso de esta novela es con el hombre.
i.- La erudición.- La nueva novelística exige multitud de saberes para dar cabida a multitud de
realidades; casi todos los escritores son hijos de la burguesía y han recibido una exquisita
educación, han vivido en Europa y EEUU. Sus conocimientos de idiomas, historia, arte,
literatura, se reflejan en muchas de estas obras conviviendo con la realidad más cotidiana.

j.- El lenguaje.- Trata de reflejar las hablas hispanoamericanas. Incorpora elementos del habla
popular pero evitando el exceso de localismos. El lenguaje se enriquece con la experimentación.
Se evita la frase hecha, y la falta de autenticidad, se rompe la sintaxis de manera que el orden de
las palabras revele el pensamiento. En muchos autores (ej.- Cabrera Infante) la excesiva
investigación sobre el lenguaje lleva a un preciosismo decadente. En todo caso la gran potencia
sugeridora del lenguaje de estos escritores es uno de los pilares del éxito de la novela
hispanoamericana.

k.- La muerte.- es muchas veces protagonista, núcleo central de muchas obras (ej.- Pedro
Páramo de Juan Rulfo). Simboliza la transitoriedad de todo lo terrenal y, por contraste, resalta
el valor de la vida y la importancia de los sentimientos. Con frecuencia se presenta a plazo fijo,
inevitable y esperada, y obliga a afrontar de forma más dramática los problemas de la vida y los
enigmas de su final.

l.- La exageración.- seres, objetos y situaciones reales tienen propiedades exageradas, mágicas o
excepcionales. Lo fantástico surge con naturalidad.

m.- El humor.- los elementos fantásticos que rompen con las leyes físicas suelen aparecer
acompañadas de cierto humorismo, lo cual contribuye a conseguir su aceptación, como su se
tratara de una broma o un juego (ej.- Cien años de soledad).

n.- Lo mítico.- lo mágico a menudo tiene referencias míticas, se hunde en una serie de
tradiciones ancestrales que se remontan, en ocasiones, a lo pre-hispánico. La magia tiene que
ver frecuentemente con el mundo de las creencias indígenas, basadas en la superstición y las
tradiciones. En ocasiones el carácter mítico se funde con el destino trágico de algunos
personajes o de toda una saga familiar. Los elementos mágicos pertenecen a la vida cotidiana y
nunca son explicados.

o.- Personajes desmesurados, monstruosos, que no son juzgados nunca desde el punto de vista
de la moral. La monstruosidad es una faceta más de la realidad y, por lo tanto, también cabe en
la novela.

p.- Realidad americana.- muchas novelas transcurren en los niveles más duros y crudos de la
pobreza y la marginalidad social, donde la superstición y la falta de “conocimientos científicos”
permiten la pervivencia de lo mágico.

IV.- AUTORES

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ (1927)

• Le otorgaron el Premio Nobel de Literatura en 1982.

• Es uno de los máximos representantes del boom de la novela hispanoamericana y del


realismo mágico.
• Sus obras más importantes son Cien años de soledad, El coronel no tiene quien le
escriba, La mala hora, El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada, El
amor en los tiempos del cólera.

• En su obra son patentes los temas y técnicas del realismo mágico. Es maestro en la
inserción con naturalidad de los elementos fantásticos en el ámbito cotidiano. Sus temas
más importantes son la soledad, Macondo (el espacio físico mítico creado por García
Márquez para situar en él sus obras), la violencia y la cultura hispanoamericanas y la
presencia de lo maravilloso.

JULIO CORTÁZAR (1914-1984)

• No todos los estudios incluyen a Cortázar en el realismo mágico, pero es


indiscutiblemente uno de los autores más significativos del boom y uno de los puntales
de la inclusión de la irrealidad en la obra literaria, así como de la experimentación
formal.

• Es uno de los grandes renovadores de la novela del siglo XX y también del relato corto
(uno de los medios de expresión preferidos por los grandes renovadores de la técnica
narrativa, como Borges).

• Entre sus colecciones de cuentos destacan Historias de cronopios y de famas, El vuelta


al día en ochenta mundos y El perseguidor. Entre sus novelas destaca Rayuela,
prototipo de novela experimental que tuvo una amplia repercusión en la narrativa
posterior.

• Cortázar busca la renovación técnica y comparte con el realismo mágico el subjetivismo


y la falta de lógica, así como la soledad del ser humano.

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