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A PROPÓSITO DEL PRIMER PLENO CASATORIO CIVIL: Posibles implicancias en el

Derecho Laboral.

El presente artículo surge a raíz de la Sentencia dictada por el Primer Pleno Casatorio Civil
realizado por la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia de la República (Casación N° 1465-
2007-CAJAMARCA) y los posibles alcances que pudiera tener en el Derecho Laboral; y es que se
sostiene en este pleno que las transacciones extrajudiciales no necesitan, como requisito previo, ser
homologadas para ser opuestas como excepción procesal y dar por concluido así un proceso
judicial, decisión que constituye doctrina jurisprudencial y precedente vinculante para todos los
órganos jurisdiccionales de la República.

Resulta necesario entonces, determinar si los alcances de este pleno casatorio se circunscriben solo
a los órganos jurisdiccionales civiles, o es que, por ser precedente vinculante tendría a su vez cabida
en materia laboral; sobre el particular nos parece que podría darse la aplicación pero no de manera
literal, sino teniendo en cuenta algunos matices y esto debido a que el derecho laboral tiene
naturaleza distinta al derecho civil.1

Nuestra legislación regula la transacción en el artículo 1302 del


Código Civil, sin dar una definición explícita acerca de su
naturaleza jurídica como en otras legislaciones, por citar como
ejemplo la legislación venezolana o argentina, que la definen como
un contrato, por lo que al analizar este artículo conjuntamente con
la doctrina nacional podemos inferir, que nos encontramos con un
acto jurídico que contiene características especiales, entre las cuales
podemos destacar que se tienen que dar recíprocas concesiones, decidirse sobre un asunto dudoso o
litigioso pendiente o que precaven un futuro pleito, y finalmente, un punto crítico que genera
nuestra legislación es el que le da valor de cosa juzgada. De lo dicho, se puede percibir que la
transacción es entendida como un medio de autocomposición judicial o extrajudicial, es decir que
las potenciales partes de un proceso pueden perfectamente, antes de promover un litigio, encontrar
puntos en común, allanarse y negociar los derechos e intereses en contradicción; como también
podrían, aún después de comenzado el proceso, extinguirlo mediante este mecanismo que a la luz
jurisdiccional no sólo es utilizado en el proceso civil, sino también en las relaciones laborales, en las
que siempre existe la posibilidad de que empleador y trabajador acuerden negociar, bajo la
necesidad imperante de satisfacer derechos e intereses que por ser de origen eminentemente social,
mirados desde el punto de vista del trabajador, hacen posible la factibilidad y viabilidad de una
transacción, a lo cual el empleador en la mayoría de los casos también mostrará una buena
predisposición para transigir, toda vez que al hacerlo satisface tanto el interés económico y social
del trabajador como sus propios intereses; pero el problema surge cuando nos preguntamos hasta
qué punto el criterio del Pleno en mención puede ser observado en la transacción laboral que cuenta
con ciertas particularidades que la diferencian de la civil, y es que debe tenerse presente que la
1
Diferencia que está dada por las distintas relaciones que regulan ambas ramas del derecho, así como por la
particularidad de los sujetos que interactúan en las mismas.
transacción laboral no se da bajo un presupuesto de autonomía de las voluntades, ni mucho menos
se presume que las partes intervinientes se encuentran en un situación de igualdad para discutir las
concesiones que se harán; muy por el contrario, ésta se enmarca en un cuadro de hiposuficiencia por
parte del trabajador, asimismo, no se nos puede olvidar que por el grado de superioridad del que
goza el empleador, nos podríamos estar enfrentando a una futura disposición de derechos sociales
que tienen protección constitucional y que además tienen la calidad de irrenunciables en la mayoría
de los casos; por lo que, en el ámbito laboral sería necesaria la intervención de un tercero que
examine objetivamente las concesiones que se dan en una transacción extrajudicial laboral.

Es indispensable precisar que nuestra legislación laboral sobre esta materia no nos brinda muchos
alcances, sólo contamos con el artículo 23 de la Ley Procesal del Trabajo (en adelante LPT) que
prescribe que “la excepción de transacción será apreciada por el juez, atendiendo al principio de
irrenunciabilidad de derechos…”, advirtiendo que no se hace distingo entre transacción judicial o
extrajudicial, lo que origina desde ya un primer problema, por cuanto no nos queda claro si para
oponer una transacción como excepción en materia laboral, ésta deba ser judicial o extrajudicial;
será entonces, que a partir de lo establecido por el Pleno Casatorio Civil no es menester que ésta sea
homologada o puesta en revisión para que consecuentemente pueda ser opuesta como excepción, y
si esto fuera así, se podrían entonces hacer concesiones de derechos irrenunciables vía una
transacción extrajudicial y sin más requisito podría ser opuesta por el empleador como una
excepción a fin de terminar con un litigio sin originar ésta un pronunciamiento previo del operador
jurisdiccional sobre el fondo de la misma. Estas inquietudes devienen porque nuestra normativa
laboral no es muy clara, y es que como ya lo precisamos, sólo existe un artículo referido a esta
institución y además en la misma LPT, en la parte pertinente a la solución extrajudicial de
controversias jurídicas se desarrollan otros mecanismos tales como la conciliación y el arbitraje,
dejando de lado a la transacción que es en nuestro medio uno de los mecanismos más utilizados
para la solución extrajudicial de controversias. Esta falta de precisión en la que incurre nuestra
legislación podría dar rienda suelta a que se aplique el criterio establecido por el Pleno de manera
tajante en las relaciones laborales que evidentemente tienen una connotación sumamente
diferenciadora de las relaciones que se dan en materia civil, y es que la libertad de contratación en
el campo del trabajo humano conduce en la mayoría de los casos a ciertas injusticias, ya que existe
un empleador que prevalido de las ventajas que le da el poder económico tiene la plena facultad de
establecer unilateralmente las condiciones de trabajo, que por la situación de desventaja de los
trabajadores son aceptadas mediante un simple acto de adhesión. Es por ello, que se debe afirmar en
forma indiscutible la inderogabilidad de ciertos mínimos de condiciones de trabajo que están
enmarcados dentro del principio universal de derecho laboral denominado de “irrenunciabilidad de
los derechos del trabajador”, principio que resulta uno de los criterios más importantes a fin de
delimitar la procedencia de la oposición de una excepción de transacción extrajudicial en un
proceso laboral. Así las cosas, podemos enunciar que nuestra propuesta para la aplicación de este
Pleno en materia laboral estaría dado en la medida que el juez verifique que no se haya transado
sobre derechos irrenunciables, se detalle la circunstancia de los hechos que la motivan y que
además, se observe la existencia de un litigio pendiente o eventual, hayan concesiones recíprocas y
que esté referida a derechos dudosos.

IDEA PRINCIPAL:

“Implicancia del Pleno Casatorio Civil sobre las transacciones extrajudiciales en materia
procesal laboral”.

DATOS DE AUTOR:

NOMBRE: Diana Elizabeth Montoro Flores

DOCUMENTO NACIONAL DE IDENTIDAD: 41901442

ÓRGANO JURISDICCIONAL: Juzgado Especializado Penal de Castilla

CARGO: Especialista Legal

CORREO ELECTRONICO: dianymf@hotmail.com

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