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Estados separados. Punto clave en la determinación de la urdimbre territorio-Estado.
Ello no excluye la circunstancia de que aquello que era, originalmente, un mero
hecho se convirtiese, con el tiempo, en una delimitación reconocida jurídicamente. Y,
en fin, es lo que ha dicho el citado Prof. Ross: «en la práctica, las relaciones entre los
Estados serían inconcebibles sin una delimitación territorial jurídica».
En resumen, dos conclusiones en este dominio:
I. El territorio -como ha dicho el mexicano Sierra- es elemento indispensable
para la constitución del Estado. Es muy variable en dimensiones y en algunas
ocasiones notoriamente pequeño -República de San Marino, etc., pero, de
todos modos, elemento indispensable.
II. Hoy por hoy, para la constitución de un Estado digno de este nombre, es
preciso un territorio estable y limitado (con la conveniencia de que los límites
sean precisos y fijos). Criterio del territorio definido que se ha sustentado
desde el Inst. Americano de Derecho internacional hasta el Inst. De Derecho
internacional.
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definitiva consagración en Europa por los Tratados de Westfalia (Westfalia, Paz De).
A través de dos perfiles: papel esencial en la organización del Estado y significado
simbólico en la sociedad interestatal. Ello explica la propensión de los autores y la
práctica de los Estados a identificar el territorio con el Estado o, cuando menos, a
considerar inseparable de la soberanía su delimitación espacial.
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espacio aéreo continental, insular y marítimo y los recursos que en ellos se
encuentran, incluidos los genéticos, los de las especies migratorias, sus
productos derivados y los componentes intangibles que por causas naturales
allí se hallen.
El espacio insular de la República comprende el archipiélago de Los Monjes,
archipiélago de Las Aves, archipiélago de Los Roques, archipiélago de La
Orchila, isla La Tortuga, isla La Blanquilla, archipiélago Los Hermanos, islas
de Margarita, Cubagua y Coche, archipiélago de Los Frailes, isla La Sola,
archipiélago de Los Testigos, isla de Patos e isla de Aves; y, además, las islas,
islotes, cayos y bancos situados o que emerjan dentro del mar territorial, en el
que cubre la plataforma continental o dentro de los límites de la zona
económica exclusiva.
Sobre los espacios acuáticos constituidos por la zona marítima contigua, la
plataforma continental y la zona económica exclusiva, la República ejerce
derechos exclusivos de soberanía y jurisdicción en los términos, extensión y
condiciones que determinen el derecho internacional público y la ley.
Corresponden a la República derechos en el espacio ultraterrestre
suprayacente y en las áreas que son o puedan ser patrimonio común de la
humanidad, en los términos, extensión y condiciones que determinen los
acuerdos internacionales y la legislación nacional.
III. Artículo 12. Los yacimientos mineros y de hidrocarburos, cualquiera que sea
su naturaleza, existentes en el territorio nacional, bajo el lecho del mar
territorial, en la zona económica exclusiva y en la plataforma continental,
pertenecen a la República, son bienes del dominio público y, por tanto,
inalienables e imprescriptibles. Las costas marinas son bienes del dominio
público.
IV. Artículo 13. El territorio no podrá ser jamás cedido, traspasado, arrendado, ni
en forma alguna enajenado, ni aun temporal o parcialmente, a Estados
extranjeros u otros sujetos de derecho internacional.
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El espacio geográfico venezolano es una zona de paz. No se podrán establecer
en él bases militares extranjeras o instalaciones que tengan de alguna manera
propósitos militares, por parte de ninguna potencia o coalición de potencias.
Los Estados extranjeros u otros sujetos de derecho internacional sólo podrán
adquirir inmuebles para sedes de sus representaciones diplomáticas o
consulares dentro del área que se determine y mediante garantías de
reciprocidad, con las limitaciones que establezca la ley. En dicho caso quedará
siempre a salvo la soberanía nacional.
Las tierras baldías existentes en las dependencias federales y en las islas
fluviales o lacustres no podrán enajenarse, y su aprovechamiento sólo podrá
concederse en forma que no implique, directa ni indirectamente, la
transferencia de la propiedad de la tierra.
V. Artículo 14. La ley establecerá un régimen jurídico especial para aquellos
territorios que por libre determinación de sus habitantes y con aceptación de la
Asamblea Nacional, se incorporen al de la República.
VI. Artículo 15. El Estado tiene la responsabilidad de establecer una política
integral en los espacios fronterizos terrestres, insulares y marítimos,
preservando la integridad territorial, la soberanía, la seguridad, la defensa, la
identidad nacional, la diversidad y el ambiente, de acuerdo con el desarrollo
cultural, económico, social y la integración. Atendiendo la naturaleza propia
de cada región fronteriza a través de asignaciones económicas especiales, una
Ley Orgánica de Fronteras determinará las obligaciones y objetivos de esta
responsabilidad.
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únicamente una potestad de dominación a la cual se le da habitualmente, en la
terminología francesa, el nombre de soberanía territorial. Por lo demás, subsisten
divergencias respecto a la naturaleza de ese poder territorial. Una primera doctrina
admite que el territorio es para el Estado objeto de un derecho especial de soberanía,
de modo que habría en la potestad estatal dos poderes distintos: uno que alcanzaría a
las personas y otro que recaería especialmente sobre el territorio, formando así una
especie de potestad real, o sea comparable a un derecho real del Estado sobre el suelo
nacional. Parece más exacto admitir, de acuerdo con un segundo criterio, que el
territorio concebido en sí mismo no es de ningún modo objeto de dominación para el
Estado, sino que su extensión determina sencillamente el marco dentro del cual puede
ejercer la potestad estatal o imperium, el cual no es, por su naturaleza, sino un poder
sobre las personas. Por soberanía territorial no debemos considerar, pues, una rama
aparte del poder del Estado, que se beneficia de un conjunto particular de derechos
territoriales. La territorialidad no es una parte especial del contenido de la potestad
estatal, sino únicamente una condición y una cualidad de esta potestad. En este orden
de ideas conviene añadir que el cuadro de ejercicio de la potestad del Estado no se
reduce al territorio, es decir, a la superficie o al subsuelo del solar nacional, sino que
comprende también la capa atmosférica situada sobre el suelo y las porción de mar
que bañan el territorio del Estado, al menos en la medida en que dicho Estado puede
de hecho ejercer sobre ellos su acción de dominio. La verdadera idea en la cual
debemos fijarnos a este respecto es, por lo tanto, que la esfera de potestad del Estado
coincide con el espacio sobre el cual se extienden sus medios de dominación. En
otros términos el Estado ejerce su potestad no solamente sobre un territorio, sino
sobre un espacio; espacio que, ciertamente, tiene por base determinante el territorio
mismo.
Para unos, de parte del Estado, un derecho real de propiedad. Para otros,
derecho real de soberanía. Así, para Cansacchi, el territorio constituye un bien
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exterior al Estado. Por consiguiente, presentación por el Derecho internacional de
verdaderos derechos reales sobre el territorio (Balladore Pallieri, Barile, Biscottini,
Mónaco, Miele, Ubertazzi, etc.), entre los cuales el más importante es el derecho de
soberanía territorial (comportando la disponibilidad exclusiva, el uso y el disfrute
indiscriminado del territorio estatal).
En función de la interpretación del poder estatal como un derecho real de
propiedad o común un derecho real de soberanía, se hace necesario un estudio
diferenciado de esta teoría conocida como del territorio-objeto. La primera
interpretación, residuo del Estado patrimonial, es rechazable por idénticas razones
que esta concepción del Estado, al confundir los conceptos de dominium e imperium.
Pero también lo es la segunda interpretación por cuanto para su admisión es necesaria
la de la ficción de la personificación del Estado como titular de derechos subjetivos,
así mismo como porque, al decir de Duguit, el imperium significa un poder de mando
no ejercitable sobre un territorio, sino sobre personas y los hechos que realicen. Se
sitúa en el punto de vista de los derechos jurídicos del estado: conduce a considerar el
territorio como objeto de una especie de dominio o de propiedad para el estado.
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afectando a la propiedad o la posesión del Estado, sino como violación de la propia
personalidad del Estado.
Concibe esta teoría al territorio como el perímetro dentro del que se ejerce el
mando del Estado, el límite material de la acción efectiva de los gobiernos, según
Duguit o, con Carré De Malberg, el marco dentro del cual se ejerce el poder estatal.
Según la cual el territorio no es más que el perímetro en el que se ejerce el poder del
Estado. Como diría Duguit, el límite material de la acción efectiva de los
gobernantes.
TEORÍA DE LA COMPETENCIA
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Esta ve en el territorio el espacio en que el Estado está autorizado por el
Derecho internacional a ejercer las competencias necesarias a su misión. Dirección
compartida por muchos autores (de Ch. Rousseau a R. Coste). Defendida por la
doctrina contemporánea en razón de basarse en una noción ya clásica en la técnica del
Derecho público (la de la competencia) y en una plasticidad que le permite adaptarse
a la diversidad de las situaciones territoriales.
POBLACION
Etimología
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española, persista la identidad entre las palabras: población, pueblo, raza y más
recientemente nación.
Conceptos
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En cuanto objeto del imperium, la población se revela como un conjunto de
elementos subordinados a la actividad del Estado; en cuanto sujeto, los individuos
que la forman aparecen como miembros de la comunidad política, en un plano de
coordinación.
La calidad de miembros de la comunidad jurídicamente organizada supone
necesariamente, en quienes la poseen, el carácter de personas y, por ende, la
existencia, en favor de los mismos, de una esfera de derechos subjetivos públicos.
El conjunto de derechos que el individuo puede hacer valer frente al Estado
constituye lo que en la terminología jurídica recibe la denominación de status
personal. Las facultades que lo integran son de tres clases, a saber:
I. Derechos de libertad.
II. Derechos que se traducen en la facultad de pedir la intervención del Estado en
favor de intereses individuales.
III. Derechos políticos.
Función de la Población
Integrar un Estado para que este se pueda formar siendo el elemento humano
principal o fundamental del Estado para que el mismo realice sus actividades
Importancia de la Población
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III. Social: Para el Estado es importante conocer con precisión la cantidad de
personas asentadas en su territorio; para cuantificarlo se utiliza
periódicamente censos.
Aspectos sociológicos
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crecimiento (geométrico) de la población con un menor aumento (aritmético)
de los bienes. Esta postura ha sido asumida incluso por organismos
internacionales (Banco Mundial) para quienes será imposible impulsar al
desarrollo de aquellos países en los cuales no se definan políticas de control
de la natalidad.
III. Intermedias: La Iglesia Católica afirma que corresponde a la pareja definir la
fecundidad en el matrimonio a través de “una paternidad responsable”, que
significa tomar en cuenta, a partir de los métodos naturales, que el número de
hijos tendrá que estar en relación con la voluntad y capacidad económica,
psicológica, ambiental, laboral, etcétera de los padres. “No se debe disminuir
las bocas de los comensales sino aumentar los panes” dice la Encíclica
Humane Vitae.
Demológicas: interpreta, valora, se refiere a lo cualitativo. La demología hace
referencia a la calidad de la población, al análisis de la composición de la misma,
importando los siguientes aspectos:
I. Homogeneidad: se refiere a una población de estirpe relativamente pura o
cuando a partir de continuos cruzamientos se han creado individuos de rasgos
comunes. La sociabilidad del hombre determina cruzamientos de grupos
étnicos o culturales, indicando que una cierta dosis de heterogeneidad o
pluralismo social es necesaria para permitir el progreso, rechazándose
cualquier tipo de racismo (condenado por la Iglesia Católica). Sin embargo,
un exceso de heterogeneidad hace difícil la convivencia, es decir, la carencia
de una cierta homogeneidad natural o cultural impide la consolidación de una
sociedad debido a la ausencia de “fines fundamentales”.
II. Educación: es otro elemento fundamental para considerar la calidad de la
población, ya que una educación integral, que forme en los valores morales y
capacite de acuerdo con las exigencias de la época, posibilita una mejora
general y permanente de la sociedad.
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III. Salud: es otro de los aspectos analizados por la demología, ya que una
adecuada política sanitaria permite alejar epidemias o endemias que causan
malestar en la estructura social y comprometen el futuro de un país.
Aspectos jurídicos
PODER
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Dabin expresa que "El poder es querido por la naturaleza en el sentido de que
la sociedad política, que corresponde al ímpetus naturales de los individuos humanos,
no podría existir ni cumplir su misión sin un gobierno director." Mientras que para
Hauriou el poder es "Una libre energía que, gracias a su superioridad asume la
empresa del gobierno de un grupo humano por medio de la creación constante del
orden y del derecho".
Por ello podemos decir entonces que el poder es entendido como la
realización de la facultad de mando que tiene el Estado como, es decir, que el poder
se representa en la autoridad a cuya orden se encuentran sometidos los habitantes o la
población de un Estado, la cual junto con el territorio forman los tres elementos del
mismo.
Tipos De Poder
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I. Libre desahogo: Consiste en la pura violencia, desatada sin orden ni
concierto, que no persigue ningún propósito preestablecido. Conduce a la
destrucción imprevista.
II. Destrucción organizada: Consiste en el ejercicio de la fuerza y la violencia
con un propósito determinado y programado dirigido a la destrucción, por
ejemplo la guerra.
III. Poder canalizado: Es el ejercicio del poder en forma ordenada, conforme a
principios jurídicos; típico de la sociedad civilizada, que busca construir un
orden superior y más justo cada vez.
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Legitimidad Del Poder Político
Enfoques De La Legitimidad
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tiene carácter nacional sino que se repite de época en época, pero no significa
que este poder sea ilimitado, el poder tiene límites y éstos límites los dicta la
propia costumbre. Ejemplo: ancianos o hechiceros en la tribu.
II. Legitimidad Carismática: se basa en las cualidades personales de un líder
(inteligencia, fuerza con la que expresa sus ideas...). No tiene autolimitación,
por ello ha habido excesos. Ejemplo: dictaduras (Hitler...), Gandhi, Madre
Teresa de Calcuta.
III. Legitimidad Legal - Racional: Los individuos van a dictar el poder por que
existen unas normas generales iguales para todos y válidas para toda la
sociedad sin ninguna distinción. Es el tipo predominante actualmente aunque
con un componente democrático, es decir, que estas normas deben ser
elaboradas por unos representantes elegidos por el pueblo.
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nuevas guerras como solución a los problemas de discordia internacional que
hoy por hoy dividen a los países del mundo".
II. Indebida orientación: El ejercicio del poder coloca en manos de unos
hombres un instrumento de influencia poderosa para orientar a otros hombres.
Si esa orientación se hace con intereses mezquinos o con una preconcebida
intención reñida con los principios de la moral y de la justicia que deben
informar su ejercicio, el peligro para los gobernados representa la enajenación
de sus conciencias y hasta la alienación total y definitiva.
III. La violencia: El poder como tal entraña la disponibilidad de la fuerza. Pero
cuando los detentadores del poder abusan de la fuerza para tratar de imponer
sus criterios a los gobernados, puede llegarse a la negación de los principios
más caros a la dignidad de la persona humana.
IV. Peligros para los gobernantes: Para quien detenta el poder, éste también
representa peligros cuyas consecuencias pueden afectar negativamente a los
gobernados.
V. Corrupción: Quien ejerce el poder está sujeto a una serie de secuelas
abominables, entre ellas la adulancia y el servilismo de parte de funcionarios
de menor rango y sus súbditos. Ello puede conducir a la corrupción,
patentizada no sólo desde el punto de vista moral propiamente dicho, sino
también político y administrativo.
VI. Ambición de mando: El poder produce en muchos hombres la ambición por
su ejercicio indefinido y este fenómeno humano puede conducir a la
arbitrariedad y hasta la usurpación con tal de saciar el apetito de mando.
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sociedad. Debe haber división de poderes, para que uno limite al otro. Debe haber
rotación en los puestos de poder para evitar el nepotismo y el mandarinismo.
El poder debe aceptar la crítica externa, someterse a un rendimiento de
cuentas y a la evaluación del desempeño de quienes lo ejercen. El poder vigente debe
reconocer y convivir con un contrapoder que le obliga a ser transparente o a verse
sustituido por él. El poder tiene sus símbolos, pero deben evitarse títulos que oculten
su carácter de delegación y de servicio. El poder debe ser magnánimo, por eso no hay
que ensañarse sobre quien fue derrotado, sino valorar cada señal positiva de poder
emergente. El poder verdadero es el que refuerza el poder de la sociedad y así
propicia la participación de todos. Los portadores de poder nunca deben olvidar el
carácter simbólico de su cargo. Los ciudadanos depositan en él sus ideales de justicia,
equidad e integridad ética. Por eso deben vivir privada y públicamente los valores que
representan para todos. Cuando no existe esa coherencia, la sociedad se siente
traicionada y engañada.
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del Poder Público, y a ellas debe sujetarse su ejercicio); en el artículo 138 ("Toda
autoridad usurpada es ineficaz, y sus actos son nulos"); y en el artículo 139 ("El
ejercicio del Poder Público acarrea responsabilidad individual por abuso del poder o
por violación de la ley").
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CAPITULO II
ACTO INSTITUCIONAL
DEFINICION DE INSTITUCIÓN
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Reglas formales son las normativas de carácter jurídico y las leyes. Las reglas
informales, consisten en los hábitos y conductas costumbristas adoptadas por el
colectivo. Son reglas no escritas, pero que son aceptadas y adoptadas por el colectivo
para el buen funcionamiento del mismo. Ambos tipos de reglas (que existen porque el
hombre vive en sociedad), por sí solas, no son suficientes, si no se enmarcan en el
contexto socioeconómico presente y si no gozan de cierta flexibilidad a los posibles
cambios de dicho entorno.
Puede suceder que, finalmente, el contenido de las reglas informales se acabe
plasmando en regulaciones formales; sin embargo, suele ser éste un proceso
demasiado lento. Si resulta que se tarda mucho tiempo en que se dé ese cambio, es
posible que, cuando ya se hubiera producido, hayan aparecido nuevas reglas
informales y conductas de los individuos, adaptadas a las nuevas condiciones
políticas y socioeconómicas, de cara a sacar el mejor resultado social; y por tanto, que
ya hubiera habido un cambio en las instituciones. Y ese es el problema de la
legislación: que a veces llega tarde y mal.
Por tanto, de esta argumentación se pueden desprender dos afirmaciones
importantes:
I. Generalmente las instituciones no son algo diseñado, sino resultado evolutivo
de la actuación espontánea de los agentes (personas físicas y jurídicas) que
participan de la misma. La mayoría de las instituciones existentes en una
sociedad y en un momento determinado, al haber sobrevivido a un largo
proceso de aparición, diversificación y selección, resultan ser estables y
robustas.
II. El tiempo es un factor fundamental. Mediante el aprendizaje y la evolución de
las costumbres y, principalmente, los individuos saben sacar mayor
rendimiento de sus actuaciones y modelos de convivencia. Es decir, el tiempo
da forma a las instituciones; y estas instituciones, junto a los factores de
producción de los modelos clásicos (tierra, trabajo, capital), y los factores de
crecimiento más modernos (capital humano, cambio tecnológico y de
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combinación de técnicas) dan lugar, de una manera u otra, al desarrollo
económico.
Otro autor que forma parte de esta doctrina es Wunnd, este autor sostiene que
considerando que el derecho es el conjunto de normas a que el Estado da valor entre
los miembro de la sociedad, viene a establecer la preeminencia en el tiempo del
Estado con referencia al Derecho.
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Doctrinas que admiten la prioridad cronológica del derecho con respecto al
Estado.
Contra la impresión que produce el hecho, casi siempre admitido sin examen,
de que el Derecho, particularmente el derecho positivo; es producido por el Estado,
hay varias doctrinas que admiten que el Derecho precede cronológicamente al Estado.
Se Encuentran entre estas doctrinas, en primer lugar, las diversas corrientes de
tendencia iusnaturalista (Santo Tomás, San Agustín, Del Vecchio), que resulta lógico,
el efecto, que si el Derecho es universal, eterno e inherente a la naturaleza humana,
no puede ser producto del Estado ni posterior a él.
Pero han existido, además, autores no enrolados en la mencionada tendencia y
que, sin embargo, sustentan también la tesis de la prioridad cronológica del Derecho.
Tal es, por ejemplo, la posición de Kohler y de Haenel. El mismo Kelsen admite la
existencia de comunidades jurídicas primitivas pre estatales en las que existe el
Derecho, sin que, empero, se hay alcanzado un grado tal de centralización (ausencia
de tribunales centrales), que permita identificarlo como Estado.
Entre los personajes que plantean esta doctrina, el más resaltante es Gierke,
quien ha difundido la tesis del origen simultáneo del Derecho y el Estado y, tras sus
huellas, Seidler, ha sostenido que el Estado nace con el Derecho. Según el primeo, se
trata de dos aspectos substantivos de la comunidad humana, cada uno de los cuales
supone y condiciona al otro, no a la manera de causa y efecto, lo que indicaría
prioridad cronológica, sino en relación dialéctica.
Haciendo mención a otro autor, que al igual que los autores anteriormente
mencionados, también afirma la existencia simultánea del Estado y el Derecho; dicho
autor es Alexandro (“Teoría del Estado y el Derecho”), sostiene este autor que,
históricamente, el Estado y el Derecho aparecieron al mismo tiempo a consecuencia
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de idénticas causas: la aparición de la propiedad privada y la división de la sociedad
en clases antagónicas.
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Max Seydel es otro de los teóricos importantes que se encarga de tratar el
tema; el cual en su libro fundamentos de una teoría general del estado menciona que
el Estado no es un sujeto de derecho, ni una unidad, sino una realidad.
Afirma también que la relación jurídica entre el sujeto del poder del estado y
el Estado es la de propietario a propiedad.
Seydel denominó teoría realista a esta concepción, sosteniendo que su punto
de partida es lo que existe, lo dado, y no una ficción conceptual.
Ludwig Gumplowicz estableció que el Derecho debe su existencia al Estado,
y esto, no solo en cuanto el Estado saca al Derecho de una fuente neutral, esto es, de
la moralidad, para publicarlo como ley, sino en cuanto el Estado es el propio creador
del Derecho, la moralidad solo se mantiene por medio del trabajo del Estado, solo
brota gracias a este trabajo.
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alguna cosa que este por si misma fuera y sobre el Estado, porque representa el
procedimiento y la forma a través de los cuales el Estado se afirma y manda; ni el
Estado, por otra parte, puede vivir independientemente del Derecho, porque a través
de este, forma, manifiesta y actúa su voluntad, realizándose en los mismos actos.
Y de esa manera, el Estado se actúa en el Derecho y el Derecho en el Estado,
presuponiéndose e integrándose mutuamente, sin identificarse, del mismo modo que
la circulación de la sangre presupone la respiración y está a aquella, aun cuando son
dos funciones separadas y autónomas.
El estado y el Derecho son, pues, inseparables e interdependientes y si bien
otras colectividades sus organizaciones pueden tener un ordenamiento jurídico
propio, lo tienen como fundamento en una concesión. Y en vía inmediata, pero no en
fuerza de un título originario propio.
El concepto de la interdependencia entre el Estado y el Derecho, también es
desarrollado por Herman Heller; quien en su obra teoría del estado menciona que el
Estado y el Derecho son dos entidades vinculadas entre sí merced a una correlación;
sin la cual, son incompresibles la validez y la positividad de este último, debiendo, en
definitiva, concebirse el Derecho como la condición necesaria del Estado actual, y, a
sí mismo, al Estado como la necesaria condición del Derecho del presente.
Para Von Ihering el Derecho y el Estado es una misma identidad debido a que,
para él, la existencia de una sociedad depende de la “organización presionante” que
es este último, quien, así, puede ser caracterizado como la “sociedad usando de su
poder coactivo”
Kranenburg, En su teoría política llega a la conclusión de que la relación
existente entre el Estado y el Derecho no significa que este sea producto de la
voluntad del Estado, ni tampoco que uno y otro sean idénticos: la relación, dice, se
advierte a través de la circunstancia de que las reglas jurídicas se aplican con igual
fuerza a los órganos del Estado
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Teorías que plantean que el Estado y el Derecho son lo mismo
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PERSONALIDAD JURIDICA DEL ESTADO
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sobre la materia elaboraron los pensadores iusprivatistas. Es así como se han expuesto
las mismas tesis básicas de la Teoría general en tomo a la personalidad jurídica del
Estado: la de la ficción, la de la negación, y la de la realidad. Concepciones que de
una manera u otra se incorporan a la doctrina del Derecho Público como sustentos
invaluables para la discusión sobre la naturaleza jurídica del Estado.
Teoría De La Ficción
Teoría De La Negación
Parte esta tesis de supuesto que las personas jurídicas no existen como tales,
por lo tanto la única realidad jurídica subjetiva posible, está en cabeza de los
asociados o miembros de la misma. En este sentido, el Estado sería, por ejemplo, un
conjunto de autoridades y de voceros o agentes, que realizan efectivamente la
autoridad. Nace esta teoría en las pugnas doctrinarias en torno a la teoría de la ficción.
Sus defensores tuvieron que admitir la personalidad del hombre y negar la existencia
de seres artificiales. Esta tesis se desprende de los trabajos principalmente de Ihering
(L’ Evolution du Droit); Saleiiles (De la Declaration de Volonté); y Planiel (Traite de
Droit Civil).
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Teoría De La Realidad
La idea central de esta tesis es que las personas jurídicas tienen una real y
plena existencia, no sólo como expresión de la ley sino de la voluntad de quienes
deciden conformarlas. Entidades con estructura y existencia propias, diferente a la de
sus miembros, las cuales, si bien no tienen un contexto físico, si pueden desprender
sus caracteres de los convenios o normas que les dan su configuración; de aquí que el
Derecho las reconozca, acepte y les permita actuar en el tráfico jurídico. Esta tesis es
defendida fundamentalmente por Jellinek (Sistema dei diritti publici subbiettivi) y
Gierk, Michoud. Sostiene jeflinek, que la personalidad jurídica resulta de la ley, y no
de condiciones físicas. No se puede comprender la personalidad jurídica de una
persona aislada, porque ella presupone una idea de relación y de dependencia. Dentro
del positivismo, la tesis es dada por Adolfo Merkl, para quien la idea de la
personalidad jurídica resulta indispensable para la construcción jurídica de los
derechos subjetivos y la actividad del Estado.
Esta teoría es arduamente criticada por los publicistas tales como Duguit
(Droit Constitutionnel) y Jeze (les principes Généraux de Droit Administratif). Para
el primero, la teoría de la realidad o de la existencia de la persona jurídica estatal,
implica el acercamiento a las teorías individualistas del derecho, las cuales no son las
que deben orientar la concepción de Estado. “...No se puede aceptarla doctrina,
todavía dominante, del Estado persona colectiva soberana... Porque reposa sobre
conceptos metafísicos sin valor; de una parte la pretendida personalidad de la
colectividad, que tendría una conciencia y una voluntad y de la otra parte la
soberanía, es decir, el poder de formular órdenes que pertenece a esta voluntad
soberana.
Jeze, por su parte, al referirse al asunto sostiene que se trata de “... Un dogma,
una religión en la cual no creo. No tengo fe; ha pasado el tiempo de esta religión..., el
Derecho Público y Administrativo no puede ser expuesto recurriendo a la ficción de
las personas morales.
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Nuestra Opinión
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funciones judicial y legislativa, apartándolas directamente de lo que podríamos
denominar el objeto del derecho administrativo, pero sin negar que disfruten de la del
Estado.
En nuestro concepto, y según lo que vimos acerca de la personalidad jurídica
del ente estatal, el reconocimiento o estructuración a nivel interno de personas
jurídicas de derecho público le corresponde irremediablemente a la Constitución o la
ley.
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ocultaba su rostro al tiempo que hacía sonar su voz. Esto es, una ficción que se
sobrepone al ser que la porta. Ello es así porque no todos los seres humanos
-especialmente en otros tiempos- podían ser considerados personas. Actualmente, y
dependiendo del sistema legal que se considere, el nasciturus o "que está por nacer"
disfruta de una consideración jurídica propia distinta de la de persona física, y por
tanto sometido a un régimen distinto de derechos.
Hoy, las personas físicas tienen, por el solo hecho de existir, atributos dados
por el Derecho. La personalidad abre la puerta de la titularidad de derechos, de modo
que sólo siendo considerado tal se podía contratar o contraer matrimonio, por poner
un par de ejemplos.
Etimológicamente, el término "persona" viene del latín persōna, este del
etrusco phersu, y este del griego πρόσωπον, hacen referencia a la careta que
utilizaban los actores griegos (y posteriormente romanos) en sus representaciones de
teatro, la que cumplía una doble función, servía para ampliar su volumen de voz y de
otra parte, como en el teatro clásico griego y romano un reducido número de actores
representaban todos los papeles, el cambio de careta indicaba al público el personaje
dramático que estaba representado. De esta última función de individualización de los
diferentes seres humano proviene el significado actual del término persona. Si bien es
cierto que actualmente se sobreentiende que todo miembro del género humano es
persona, en el pasado no siempre ha sido así, puesto que personas pertenecientes a
diferentes grupos culturales, religiosos y étnicos, no han sido considerados como
personas y, por ende, privado de todos sus derechos. De esta manera resulta la
particularidad de la persona física al estructurar su definición. Si la persona es todo
ser capaz de derechos y obligaciones, se diferencia de la personalidad, en que esta es
la actitud para ser sujeto activo y pasivo. SE ES PERSONA - SE TIENE
PERSONALIDAD. En la personalidad, se discuten dos naturalezas, son: Formalista;
es una concepción instrumental (atribución del ordenamiento jurídico español que se
extienden a las personas jurídicas). Realista; es una emanación de la naturaleza
humana que resulta de la dignidad y del valor de la condición humana (persona
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física). En el ordenamiento jurídico español, los Sujetos De Derecho no solo son
personas físicas, sino también personas jurídicas.
PERSONAS JURÍDICAS
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de género, cuyo genetivo apositivo forma la especie, y esa indicación genérica no
podía ser que la de hombre. De este modo "persona" termina por indicar
independientemente el individuo humano, y este es el significado que se hace más
común y persiste hasta hoy.
Organismos Rectores
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sería sólo responsable civilmente, es decir, tendría que resarcir daños y perjuicios.
Además, históricamente la teoría del delito se ha construido sobre la base de la
persona natural.
En la actualidad, sin embargo, existen ordenamientos donde es posible
sancionar penalmente a una persona jurídica por un delito. Si bien no pueden
imponérsele todo los tipos de penas, existen algunas, como las pecuniarias o las
inhabilitaciones, que pueden ser adecuadas para los delitos económicos o tributarios.
No obstante, parte de la doctrina considera estas situaciones como propias del
derecho administrativo sancionador y no del derecho penal.
De todos modos, por lo general, en el Common Law se acepta la posibilidad
de exigir responsabilidad penal a una persona jurídica, mientras que en el Derecho
continental, solo algunos países, como Italia, Alemania o España (desde la reforma
del código penal L.O. 5/2010), o Francia lo admiten.
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Teoría Socialista
Teoría Anarquista
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TEORIAS AFIRMATIVAS DE LA PERSONALIDAD JURIDICA DEL
ESTADO
I. La primera refiere que el Estado es nada más que una persona jurídica y que
esa personalidad es creada por el Derecho, por la técnica jurídica, como una
ficción del Derecho. Según este punto de vista, la totalidad de hombres que
forman al Estado configura una unidad indivisible diferente de sus miembros,
pero tal unidad jurídicamente personificada como un sujeto de derecho, es
nada más que un ser o realidad ficticiamente creados por el Derecho.
Tenemos como exponentes de esta teoría, en primer lugar a Ihering, para
quien el Derecho subjetivo se define como un interés jurídicamente protegido,
y el Estado se reputa como persona jurídica porque hay un interés colectivo y
permanente de la comunidad , que debe ser asumido por el derecho para
organizarse y tutelarse en forma de sujeto de derecho.
Otro seguidor de esta teoría es Kelsen, para quien el Estado es igual al
Derecho, y consiste en la personificación del orden jurídico total; toda persona
jurídica y también el Estado es la expresión unitaria de un conjunto de
normas, cuando ese complejo de normas es la totalidad de un orden jurídico
determinado, la persona jurídica a la cual ficticiamente se imputa o atribuye
ese orden normativo, se llama Estado.
II. La personalidad jurídica es algo así como la vestidura social, de una
institución, que por un fenómeno sociológico espontáneo aparece como una
unidad social distinta de la suma de hombres que forman un grupo o una
asociación.
Puede decirse que este enfoque admite una personalidad moral o social
anterior y preexistente a la personalidad jurídica. La personalidad moral sería
previa al Derecho; consecuentemente la personalidad moral es el soporte de la
personalidad jurídica, es la realidad social subyacente sobre la cual se apoya o
coloca la personalidad jurídica, por tanto la personalidad jurídica es el
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revestimiento de la personalidad moral, es la misma personalidad moral
recogida y asumida por la técnica jurídica.
III. Finalmente , la teoría francesa que hemos rechazado rotundamente por creerla
equivocada, supone que la nación es una entidad distinta del conjunto de
nacionales, y que conforma una persona moral con unidad propia( en tanto
para nosotros es nada más que una pluralidad de hombres que tienen entre sí
el vínculo común de una misma nacionalidad). Pues bien, la nación persona
moral se identifica con el Estado porque se politiza, se organiza en Estado, se
personifica política y jurídicamente en el Estado. El Estado sería, así, la
nación organizada bajo forma política y jurídica.
TEORÍA DE LA VOLUNTAD
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poder o señorío de la voluntad reconocido por el ordenamiento jurídico como
voluntad jurídicamente protegida”
Crítica: los derechos subjetivos existen a pesar de la voluntad de su titular por
más que no se persigan subsiste el derecho subjetivo.
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CONCLUSIONES
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Acudiendo a las elaboraciones de diversos tratadistas, trasladaron los planteamientos
sobre la persona jurídica al derecho público, sosteniendo que ésta -la personalidad
jurídica- permitía entender en su plenitud al Estado, justificando y sosteniendo su
relación con el derecho y constituyéndose de esta manera, en el presupuesto de toda
construcción jurídica en derecho público. La teoría de la personalidad jurídica del
Estado no es una concepción que pretenda negar los otros calificativos o definiciones
que sobre el fenómeno estatal se han expuesto.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
• Posada, A. (1893). Tratado de Derecho Político. Teoría del Estado. (1ª ed.).
Madrid: Librería de Victoriano Suarez Preciados, 48.
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• Guastadisegni, S. (2010). El Estado.
http://www.scribd.com/doc/38762586/El-Estado. (26 Mar. 2011)
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