Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Hace poco escribía una amiga: “No nos temen porque saben que pensamos, y
que, en consecuencia, todos tenemos opiniones diferentes”. Es cierto. Esto es un
camino de no retorno, y solo parecen existir dos opciones: o el inacabable abanico de
personalidades y opiniones acaba con nosotros, o consigue hacernos más fuertes,
creando una unión, una base de pensamiento en la que todos coincidamos, y podamos
reivindicar orgullosos. No permitamos a esos cínicos tener la razón.
Estamos ahora tomando conciencia del poder del ciudadano que expresa sus
ideas en el espacio público, que es nuestro, que siempre lo ha sido, pero que hasta hace
poco lo habíamos olvidado. Somos los hijos de la democracia, esa de la que tanto nos
han hablado, la del gobierno del pueblo; y estamos profundamente hartos de estar
hartos. Sabemos del gran beneficio mutuo que puede conllevar el diálogo entre
opiniones distintas, y aquí estamos, mostrándonos, sintiendo el placer de encontrar los
argumentos de otros y también los nuestros propios. Entre nosotros, generaciones
diferentes, pensamientos diferentes, colectivos diferentes, con, al menos, una cosa en
común: Queremos una democracia palpable y real; y la manera de conseguirlo pasa por
rescatar un consenso de mínimos.