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Investigación Revista Síndrome de Down 22: 27-36, 2005 27

Genética y fenotipo conductual


en la discapacidad intelectual:
su aplicación a la cognición y a la
conducta problemática (2ªParte)
Robert M. Hodapp, Elisabeth M. Dykens

RESUMEN
El artículo examina en primer lugar las conexiones entre trastornos genéticos y conducta.
Después de describir cómo los trastornos genéticos predisponen a pensar que una conduc-
ta concreta guarda relación con la etiología, revisa brevemente el estado de la cuestión en
el campo de la investigación sobre la conducta en diversas formas de discapacidad intelec-
tual y ofrece algunos principios generales sobre cómo los genes afectan a la conducta. Des-
pués expone dos ejemplos -sobre la psicopatología y conductas maladaptativas, y sobre los
puntos fuertes y débiles de la cognición- que ilustrarán los enfoques que, basados en la etio-
logía, daremos para entender la conducta de las personas con discapacidad intelectual.

Temas derivados de la investi- temores y ansiedades parecidos en el síndrome


de Williams, y -al menos en la edad adulta- una
gación sobre los fenotipos fuerte predisposición a la depresión y a la
conductuales demencia en el síndrome de Down. De la
misma manera vemos de manera evidente
Al considerar el floreciente campo de los fenoti- áreas débiles y fuertes de carácter cognitivo en
pos conductuales, nos damos cuenta de cuán- estos tres síndromes.
to sabemos __y cuánto no sabemos__ sobre las Lo curioso no está en que existen estos cla-
conductas de estos y otros síndromes relacio- ros problemas y perfiles, sino más bien en la
nados con la discapacidad intelectual. Pero lentitud con que el campo de la discapacidad
conforme progresa la investigación, detecta- intelectual los ha reconocido. Incluso en publi-
mos también algunos temas que suelen quedar caciones de mediados de los 90 pudimos com-
postergados. Vamos ahora a considerar cinco probar que muchos estudios los ignoraban. En
de estos temas. el campo de la educación especial, los autores
de uno de los principales tratados afirmaban
que "en general, el objetivo de los programas
Tema 1. Puntos fuertes y débiles y
educativos varía de acuerdo con el grado de la
conductas maladaptativas en discapacidad intelectual del estudiante" (Halla-
síndromes específicos han y Kaufman, 1997: 138) __es decir, no seña-
laban la etiología. Igualmente afirmaba otro
El primer tema parece obvio pero, con todo, que: "...la causa de la discapacidad intelectual
necesita ser analizado. Dicho en forma resumi- tiene escasa importancia a la hora de planificar
da, aunque nos parece a nosotros obvio que el programa educativo" (Blackhurst y Berdine,
R. M. Hodapp y
trastornos genéticos diferentes han de tener 1993: 425). Aparte de lo escolar, veíamos sólo
E.M. Dykens son
secuelas conductuales propias, los datos nos casos esporádicos en los que la etiología gené-
Profesores de Psi- imponen esta realidad de forma evidente. Al tica jugara cierto papel en la investigación
cología, Kennedy considerar la conducta maladaptativa, hemos empírica de la educación especial. En el perio-
Center, Vanderbilt visto en la primera parte de este artículo hiper- do entre 1990 y 1998, sólo un artículo de
University, Nashvi- fagia y conducta obsesivo-compulsiva en el sín- carácter empírico (Powell y col., 1997) trató
lle, USA drome de Prader-Willi, un número elevado de sobre trastornos genéticos en la revista Journal
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of Special Education, y no hubo ninguno sobre juego limitado de dominios- nos lleva a la situa-
trastornos de retraso mental de origen genético ción de que, existiendo causas múltiples, se
en Exceptional Children. Aunque esta falta de expresen en manifestaciones limitadas.
atención a la etiología pueda estar cambiando Para nosotros, sin embargo, el tema es más
en la educación especial (Fidler y col., 2002) y que una simple cuestión de límites lógicos. Más
en otros campos de la conducta (Dykens y bien, estos ejemplos de muchos caminos que
Hodapp, 2001), los cambios están llegando len- convergen en una única expresión pueden, en
tamente. Sobre todo porque, ya que existen el futuro, ayudarnos a comprender los mecanis-
datos bastante firmes de que ciertas etiologías mos que se ponen en marcha para originar las
ocasionan realmente conductas relacionadas diversas conductas maladaptativas, las condi-
con ellas, esperamos que se preste mucha más ciones psiquiátricas, o incluso, los perfiles cog-
atención a este aspecto a todo lo largo y ancho nitivos, lingüísticos, adaptativos u otros. A pesar
de la investigación en diversos campos de la del interesante planteamiento de Comings
conducta durante los próximos años. (1980), de ser capaces de progresar directa-
mente desde la genética como punto de partida
Tema 2. Los trastornos genéticos a la conducta como punto de llegada, nos inte-
resa saber cada vez más qué hay en el resto de
predisponen a los individuos afecta- las páginas de esta apasionante historia gen-
dos tanto a conductas y perfiles que cerebro-conducta.
son específicos como a otros que lo
son parcialmente Tema 3. Los fenotipos conductuales
varían con las diversas edades
Como hemos apreciado ya en estos tres síndro- cronológicas
mes que venimos considerando, existen con-
ductas y perfiles que pueden ser total o sólo De forma creciente, vamos comprobando que
parcialmente específicos. Así, vemos que la los fenotipos conductuales no permanecen
hiperfagia y la excepcional habilidad para reali- estáticos. Por lo tanto es probablemente inco-
zar ciertos puzzles se observan (hasta la fecha) rrecto hacer afirmaciones tajantes como por
sólo en el síndrome de Prader-Willi. Del mismo ejemplo: "las personas con el síndrome de Pra-
modo, hasta el presente no hay personas con der-Willi son propensas a padecer hiperfagia", o
otro trastorno genético que muestren tanta pre- "las personas con el síndrome de Williams son
disposición a mostrar ansiedad y miedo como relativamente hábiles en lenguaje y poco en
la que tiene el síndrome de Williams. habilidad visuoespacial". Cuando uno los exa-
Pero al mismo tiempo, algunas conductas y mina más estrechamente, muchas de estas
perfiles se ven compartidas en diversos cua- conductas y puntos fuertes o débiles se limitan
dros de la discapacidad intelectual en general o a los niños de una cierta edad. Así, antes de los
con uno o más síndromes específicos. De los 2 a 5 años, la mayoría de los niños con síndro-
ejemplos expuestos en la primera parte, la rela- me de Prader-Willi muestran fallos en el creci-
tivamente clara área fuerte en procesamiento miento y dificultades para comer o ganar peso.
simultáneo y área débil en el secuencial se pue- Igualmente en el síndrome de Williams, las
den ver en varios síndromes. Hasta ahora, este habilidades lingüísticas del comienzo __y posi-
predominio del procesamiento simultáneo blemente las debilidades en la habilidad visuo-
sobre el secuencial se ha visto en el síndrome espacial__ pueden no ser evidentes en los pri-
de Prader-Willi (Dykens y col., 1992), en mucha- meros años.
chos con el síndrome X-frágil (Dykens y col., Como se ha descrito anteriormente, hemos
1987; Kemper y col., 1998), e incluso en niños comprobado ahora estos cambios relacionados
y adultos jóvenes con el síndrome Smith-Mage- con la edad tanto en las conductas maladapta-
nis (Dykens y col., 1997). tivas como en los perfiles. En muchachos con
Parte del tema aquí expuesto puede consis- síndrome X-frágil, las habilidades de aparición
tir simplemente en el número o cantidad de temprana en el procesamiento simultáneo K-
posibles áreas fuertes y débiles, dado el limita- ABC en comparación con el secuencial se hací-
do número de dominios posibles. Igualmente, an más pronunciadas al aumentar la edad cro-
puede que existan sólo unos pocos modos en nológica (Hodapp y col., 1991). En el síndrome
los que uno puede expresar la psicopatología de Down, las ventajas en la memoria a corto
de la conducta maladaptativa. O sea, la lógica plazo visual frente a la auditiva se hacen más
sola -y el número limitado de problemas que las claras con el aumento de la edad (Hodapp y
personas pueden tener, o el número de puntos Ricci, 2002). En el síndrome de Williams, el
débiles y fuertes que uno puede tener ante un patrón de habilidades lingüísticas superiores a
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las visuoespaciales se ha comprobado tanto en ner y col., 2003). Como cabía esperar, los
estudios longitudinales como transversales niños, adolescentes e incluso adultos con sín-
(Jarrold y col., 2001). En cada caso, las áreas drome de Prader-Willi se entretenían con puzz-
con puntos fuertes en lo cognitivo-lingüístico les u otros juegos de habilidad visual, y los que
aumentan con la edad, mientras que las áreas tenían síndrome de Williams eran más propen-
débiles se van desarrollando lentamente o no lo sos a escuchar música o tocar instrumentos.
hacen en absoluto. Como consecuencia, con- Pero, al menos en el síndrome de Williams, las
forme los chicos crecen las áreas con puntos personas elegían también no participar en jue-
fuertes se hacen más fuertes (y las áreas con gos de habilidad visual. Al codificar el contenido
puntos débiles se hacen relativamente más de las diversas actividades, el 77% y el 60% de
débiles). personas con síndrome de Prader-Willi y síndro-
Aunque se necesitan muchos más estudios me de Down, respectivamente, se interesaban
de este tipo, la investigación ya está proporcio- por las actividades visuo-motoras (puzzles, acti-
nando una mejor apreciación de cómo se desa- vidades manuales) en comparación con sólo el
rrollan los fenotipos conductuales. Esencial- 32% de los que tenían síndrome de Williams. En
mente, los genes proporcionan sólo los puntos resumen, personas con trastornos genéticos
de partida para las vías epigenéticas más com- específicos puede tener cierta conciencia de
plicadas y de múltiples direcciones (Gottlieb, cuáles son sus áreas más fuertes y más débi-
200). En el caso de ciertos trastornos genéti- les, y en función de ello implicarse en activida-
cos, la anomalía genética parece predisponer a des para las que se ven mejor dotadas. Esta
que una cierta proporción de niños con esa participación desigual en actividades según su
etiología a muestre las áreas fuertes y débiles grado de habilidad puede resultar en que los
que aparecen tempranamente. Esas áreas fuer- perfiles de los aspectos cognitivos fuertes y
tes, pequeñas al comienzo, van ganando más débiles sean todavía más evidentes.
fuerza conforme la edad avanza.
Pero resulta menos claro por qué los puntos Tema 4. La variabilidad dentro de
fuertes se hacen más fuertes conforme la edad
avanza mientras que los débiles se hacen rela-
un mismo síndrome proviene de
tivamente más débiles. Lo más probable es que fuentes diversas
haya en juego una combinación de varios facto-
res: los niños con un determinado síndrome de Además de las diferencias debidas a la edad
discapacidad intelectual, es posible que reci- cronológica, puede haber otras muchas causas
ban estimulación de diverso tipo, que reaccio- que originen la variabilidad intra-síndrome para
nen favorablemente a esa estimulación, e inclu- la mayoría de los síndromes genéticos de dis-
so que estén más motivados a participar en capacidad intelectual. Analizaremos dos aquí,
actividades que utilicen esa particular habili- aunque pueden existir otras muchas posibilida-
dad. La participación más frecuente en activi- des.
dades particulares les llevan a tener más prác-
tica y a conseguir mejores habilidades. a) El estado genético
En resumen, puede estar operando un efec-
to cascada. Las propensiones tempranas nos Puesto que los trastornos genéticos son en cier-
llevan a tener mayor interés; el mayor interés y to sentido 'accidentes de la naturaleza', no es
más tiempo dedicado a realizar esas activida- de extrañar que ocurran tales accidentes de
des llevan a incrementar la habilidad. Conforme forma ligeramente diferente en los diversas per-
pasa el tiempo, por tanto, pequeñas habilida- sonas que tienen un síndrome concreto de dis-
des relativas se hacen más intensas en compa- capacidad intelectual. Basta con examinar
ración con otras que puedan ser intrínseca- varios síndromes de deleción génica para com-
mente menos interesantes o simplemente que prender cómo funciona esta variabilidad entre
han sido menos practicadas (Hodapp y Dykens, personas. Los síndromes de deleción implican
2001). la pérdida o supresión (deleción) de una peque-
Estos efectos cascada se pueden ver inclu- ña sección o trozo de ADN en algún gen dentro
so en las conductas diarias de tiempo libre ele- de un cromosoma concreto. En la mayoría de
gido por niños con diversos síndromes de dis- estos síndromes, las deleciones varían poco de
capacidad intelectual. En un estudio que se una persona a otra. Las variaciones pueden
está realizando actualmente, preguntamos a consistir o en la cantidad de material genético
padres de personas con síndrome de Williams, perdido (cantidad o 'tamaño' de la deleción), o
síndrome de Prader-Willi y síndrome de Down en dónde tiene lugar la deleción (la 'localiza-
en qué actividades participaban sus hijos (Ros- ción' de la deleción).
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Consideremos el caso del síndrome 5p-. Fue estudio, parece que los individuos con deleción
llamado antiguamente "cri-du-chat" a causa del __pero no los que tienen disomía materna__
característico tono alto con que los niños sobresalen en la solución de puzzles. En resu-
pequeños lloraban (como el maullido de los men, una variante genética entre individuos
gatos). Genéticamente, el síndrome 5p- supone afectados parece ser una de las fuentes de
la deleción (designada por el signo negativo) en variación interindividual en muchos síndromes
el brazo p (brazo corto) del cromosoma 5 (que de discapacidad intelectual con base genética.
es el 5º más largo de los 22 autosomas). Por
tanto, todos los individuos con el síndrome 5p- b) El antecedente o fondo familiar
muestran una deleción __de un determinado
tamaño y en un determinado sitio__ en el brazo Otra posible fuente de variación intra-grupos
corto del cromosoma 5. recientemente considerada, pero relativamente
Pero como demostraron Gersh y col. (1995), poco explorada, puede estar relacionada con el
sólo quienes tenían material delecionado en trasfondo familiar. De forma especial en el
una parte específica del brazo corto del cromo- campo de la psiquiatría genética, hace tiempo
soma 5 mostraban el signo característico del que los investigadores vienen examinando a los
maullido de gato. En este caso, la cantidad de miembros de la familia de las personas que
material delecionado no parece importar. Los están afectadas por un problema psiquiátrico
individuos que tengan deleciones en una por- determinado. Supongamos, por ejemplo, que
ción específica de 5p (en este caso, 5p15.3) un niño es llevado a una clínica psiquiátrica y se
muestran el maullido de gato. Incluso hay unos le diagnostica de un determinado trastorno psi-
pocos casos de personas que no muestran dis- quiátrico (por ejemplo, depresión, trastornos
capacidad intelectual pero que presentan el obsesivo-compulsivo, autismo). De forma ruti-
característico lloro con tono alto. En estos casos naria, los investigadores y los clínicos desean
se aprecia deleción en 5p15.3 pero en 5p15.2. ahora saber si ese particular trastorno "está en
Parece que sólo la deleción que abarca a las la familia", en general en una forma más suave.
dos áreas del cromosoma originan el maullido Y por tanto, los padres y los hermanos -e inclu-
de gato, la discapacidad intelectual y los diver- so abuelos y tíos- serán examinados para ver si
sos rasgos faciales propios de este síndrome tienen ese trastorno o al menos una cierta ten-
(véase la revisión del síndrome 5p- en Dykens y dencia a tenerlo.
col., 2000: 233-240). Por consiguiente, las dife- Las razones de obtener esa información en
rencias en tamaño o en localización de una la familia más inmediata y en la más extensa
deleción pueden influir en que el individuo son varias. En primer lugar, los investigadores
tenga expresiones conductuales ligeramente en el campo de la genética de la conducta
diferentes. están llegando rápidamente al convencimiento
Además, ciertos síndromes de discapacidad de que existe una cierta "carga genética" en
intelectual tienen dos variantes. Como ya se ha diversos rasgos o cualidades humanas (por
indicado, el síndrome de Prader-Willi puede ejemplo, la inteligencia; Plomin, 1999). De
deberse o bien a una deleción de una porción forma creciente, parece que muchos de estos
del cromosoma 15 heredado del padre (dele- rasgos y trastornos son genéticos, pero aquí
ción) o a que recibe dos cromosomas 15 de la queremos decir más bien que son varios los
madre. En ambos casos, se pierde información genes que, funcionando relacionadamente,
del cromosoma 15 de origen paterno. Aunque predisponen a la persona a tener este o aquel
se pensó inicialmente que las formas de sín- rasgo, conducta o trastorno. En segundo lugar
drome de Prader-Willi por deleción paterna o (y de forma relacionada), los investigadores
por disomía materna predisponían a las perso- están tratando muy activamente de identificar
nas afectadas a consecuencias conductuales estos genes concretos. Mediante el análisis de
idénticas, se ha descubierto algunas sutiles células obtenidas de diversos miembros de la
diferencias en estudios más recientes. Las per- familia y el conocimiento de cuáles de ellos
sonas con la forma de deleción parecen tener muestran o no ese particular problema, pueden
CIs ligeramente superiores (posiblemente sólo determinarse los genes específicos que predis-
los verbales: Roof y col., 2000). Los casos de ponen a un individuo a tener ese trastorno con-
deleción, en contraposición con los de disomía creto. Para trastornos como son el obsesivo-
materna, muestran también conductas proble- compulsivo, los problemas de lectura, la depre-
máticas más frecuentes y más graves, como es sión, incluso el autismo (o el trastorno de
el pellizco en la piel, acaparar cosas, ataques espectro autista), parece ahora que varios
de furia, comer compulsivamente, retraimiento genes diferentes -actuando concertadamente-
social (Dykens y col., 1999). En un reciente hacen que uno tenga un problema psiquiátrico
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próximos años de los muchos y diferentes cam-


pos de la conducta.
¿Por qué el estudio del trasfondo genético
de la familia resulta importante para compren-
der la conducta en los síndromes genéticos de
discapacidad intelectual? En esencia, la idea es
que cierta proporción de la variabilidad intra-
síndrome puede deberse a los antecedentes
familiares. En ciertas familias, los niños ya
están genéticamente predispuestos (o no pre-
dispuestos) a mostrar ansiedad, o a tener obse-
siones o compulsiones. Cuando un hijo, enton-
ces, tiene síndrome de Prader-Willi (relacionado
con las obsesiones-compulsiones) o síndrome
de Williams (relacionado con la ansiedad), se
podría predecir que cualquier persona concreta
con síndrome específico de discapacidad inte-
lectual podría mostrar problemas de mayor o
menor intensidad __o estar protegida de tales
problemas__ en parte debido al trasfondo
genético familiar.
Estas incursiones en la comprensión del
bagaje genético de una persona nos dicen tam-
bién mucho sobre el trasfondo ambiental de su
familia. Ciertamente, como ocurre con muchas
conductas humanas, las percepciones, compor-
tamientos e incluso las prácticas propias de
una familia en relación con las de otra hacen
más posible que le lleven a uno hacia __o le
protejan de__ tipos diversos de psicopatología.
Lo mismo sucede con la descendencia con sín-
dromes genéticos de discapacidad intelectual.
Tanto el fondo ambiental de la familia como su
Gonzalo
fondo genético influirán de modo parcial sobre
la presencia y la intensidad con que un indivi-
concreto. Una de las principales tareas de la duo muestre particulares conductas, perfiles o
genética psiquiátrica es investigar la causa problemas.
"poligénica" que hace a una persona más sus- Al analizar en su conjunto el tema de por
ceptible a determinados trastornos psiquiátri- qué ocurre una variación intra-síndrome, esta-
cos. mos previendo lo que puede ser la próxima
En los últimos años, esta búsqueda de poli- generación de investigación basada en la etio-
genes se ha extendido incluso a rasgos como el logía. En los últimos 15 o 20 años se han ido
del CI. En un estudio que comparaba dos gru- formulando las diferencias propias de cada
pos distintos de niños con CI alto y niños con CI grupo -las que muestran que un trastorno con-
normal, Chorney y col. (1998) identificaron una creto ofrece un patrón específico de conducta
variante particular (alelo) de un gen en el cro- maladaptativa o de áreas débiles y fuertes en la
mosoma 6 que difería ampliamente entre los dimensión cognitivo-lingüística, cuando se com-
dos grupos. Los autores señalan que este par- paran con niños sin discapacidad o con niños
ticular gen explica sólo el 2 % de la varianza en con otros tipos de retraso mental, emparejados
el CI (del 50 % o así de la varianza asociada con por la edad mental o la edad cronológica. En el
genes en contraposición con el ambiente). Por futuro, una tarea importante será la de enten-
esta razón, puede haber muchos -incluso cien- der mejor a aquellos individuos con un síndro-
tos- de esos genes que predisponen a una per- me determinado que no muestran conductas
sona a tener un alto CI. No obstante, al igual relacionadas con esa etiología. Los cambios
que sucede en la investigación de la genética relacionados con la edad, las variantes genéti-
psiquiátrica, la genética -en este caso, la impli- cas dentro de ese trastorno, y el trasfondo
cación de diferentes variantes en diferentes genético y ambiental de la familia, todo ello en
genes- formará parte de forma indudable en los conjunto constituye la punta del iceberg de lo
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que necesitamos saber sobre por qué, exacta- el abuso sexual (o de otro tipo) ocurre tres a
mente, personas diferentes con el mismo sín- cuatro veces más frecuentemente en la pobla-
drome de discapacidad intelectual difieren ción con discapacidad que en la que no la tiene
entre sí en sus expresiones conductuales. (Sullivan y Knutson, 2000), puede suceder que
los niños y adultos con síndrome de Williams
Tema 5. Las conductas relacionadas tengan mucho mayor riesgo y necesiten entre-
con la etiología pueden tener conse- namiento preventivo más intenso en esta área.
Por último, los investigadores y los edu-
cuencias de cara a la intervención cadores se están interesando de forma crecien-
te en las posibilidades de las intervenciones
Además de dar importancia a la información educativas basadas en la etiología (Hodapp y
sobre la conducta relacionada con la etiología Fidler, 1999). Como hemos venido repitiendo
para acrecentar el conocimiento científico bási- abundantemente, varios síndromes muestran
co, los datos sobre los fenotipos conductuales patrones relacionados con la etiología en sus
pueden utilizarse de forma inmediata para la áreas débiles y en sus áreas fuertes. Si aprove-
intervención y el tratamiento. Los fenotipos con- chamos la idea de que las intervenciones edu-
ductuales guían las prioridades del tratamiento, cativas pueden "jugar a favor del área fuerte"
y proporcionan adaptaciones novedosas a los que muestre el niño en su particular etiología,
tratamientos clínicos más clásicos. se pueden utilizar estas estrategias para ense-
Pensemos en el aumento de riesgo de com- ñar un gran número de habilidades a la mayoría
pulsividad no alimenticia que vemos en las per- de niños con diversas etiologías específicas.
sonas con síndrome de Prader-Willi. Esta vulne- Aunque el valor último de todas esas interven-
rabilidad sugiere que muchas de ellas necesi- ciones relacionadas con la etiología -farmacoló-
tan una especial ayuda para hacerse "más suel- gicas, psicoterapéuticas, educativas- nos es
tos". Las personas con este síndrome se pue- desconocido en el momento actual, ciertamen-
den beneficiar especialmente de intervencio- te parecen prometedoras para realizar una
nes ambientales o farmacológicas que les ayu- intervención más ajustada al problema y más
den en su transición de un pensamiento o acti- eficaz.
vidad a otra (v. por ejemplo, Dykens y Hodapp,
1997). Aunque mucha gente con discapacidad
intelectual necesita ayuda en su transición, Conclusión
puede ser particularmente necesaria en el sín-
drome de Prader-Willi. A la hora de evaluar el panorama completo de
En otro ejemplo, la sociabilidad y los inten- los fenotipos conductuales en los trastornos
sos intereses por los otros que demuestran genéticos de discapacidad intelectual, hay unos
muchas personas con síndrome de Williams cuantos aspectos que aparecen con claridad.
pueden ser especialmente aprovechados para En primer lugar, la revolución genética en el
las terapias de grupo, el entrenamiento en habi- campo de la discapacidad intelectual no ha
lidades sociales, y el uso del sistema de equipo hecho más que empezar. El progreso en esta
o de tutor en la escuela o en el trabajo. Además, revolución __por enorme que parezca__ no
en el grado en que la comprensión y la expresi- representa en muchos aspectos sino la punta
vidad verbales constituyen ciertamente un del iceberg. En efecto, sabemos ahora acerca
punto fuerte en el síndrome de Williams, estas de unos pocos campos o dominios de la con-
personas pueden ser capaces de expresar sus ducta, y en unos pocos trastornos genéticos. Al
pensamientos y sentimientos de forma precisa menos para estos trastornos, por tanto, tene-
en terapias individuales o grupales. mos un cierto sentido del inicio de que hablaba
Sin este apoyo y formación, la extrema Comings (1980) (el trastorno genético), y de su
sociabilidad __incluso desinhibida__ que mues- final (el fenotipo conductual).
tran muchas personas con síndrome de Pero así como carecemos del más rudimen-
Williams puede llevarles a tener más riesgos de tario conocimiento sobre los más de 750 tras-
impulsividad, explotación y abuso. En un estu- tornos genéticos con discapacidad intelectual,
dio, Davies y col. (1998) informaron que el 94 % tampoco poseemos ninguna comprensión del
de adultos con síndrome de Williams estaban "resto de la página" (de nuevo, Comings) en
considerados como socialmente desinhibidos, cualquier otro síndrome. Incluso en el síndrome
el 59 % de los cuales realizaban tocamientos, de Down, con mucho el más investigado de
abrazos y besos a otros de forma inapropiada. todos los síndromes, no sabemos por qué avan-
De estos adultos, el 10 % había recurrido a la zan como lo hacen las áreas lingüística, visual,
policía por abuso sexual, y otro 10 % lo relata- auditiva u otras, o por qué algunos de estos
ban aunque no lo habían denunciado. Aunque dominios progresan más que otros. Incluso más
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allá de los estrictamente psicológicos, sabemos les también beneficiosos los medicamentos
muy poco -o sospechamos que sabemos muy que se prescriben para tratar a los pacientes
poco- sobre las consecuencias moleculares con dicho trastorno en general? Del mismo
exactas de tener un tercer cromosoma 21, o modo, dadas las diversas ideas educativas
cómo esos cambios en las proteínas influyen de sobre "cómo aprovecharse de las áreas fuertes
alguna manera y en último término en el fun- del niño", tomamos prestadas estas técnicas
cionamiento de la conducta. educativas que los profesores han empezado a
Indudablemente, en este punto uno sólo aplicar en los niños que muestran un procesa-
puede aventurar la más vaga de las presuncio- miento simultáneo superior al secuencial, o un
nes sobre cómo opera cualquier trastorno procesamiento visual superior al auditivo, o un
genético de la discapacidad intelectual. Si los procesamiento lingüístico superior al visuoes-
genes fabrican proteínas, y las proteínas ope- pacial. Pero ¿son estas estrategias siempre (o
ran en conjunto para hacer estructuras neuro- incluso generalmente) más eficaces que otras
lógicas (y otras del organismo), y las estructuras que se puedan emplear estos niños? No lo
neurológicas operan para originar una conduc- sabemos.
ta, sabemos de un modo general que estamos En resumen, el estado actual del campo del
contemplando una vía de desarrollo que va fenotipo conductual suscita al mismo tiempo
desde los genes al cerebro y de éste a la con- humildad y entusiasmo. Tal como lo atestigua
ducta. Pero poco más podemos decir más allá esta casi interminable lista de preguntas sin
de esta vaga afirmación. respuesta, sencillamente necesitamos saber
Prestemos atención a unas pocas cuestio- mucho más __sobre los genes, sobre las prote-
nes sobre las que apenas sabemos nada. ínas cuya síntesis dirigen, sobre la localización
¿Cómo, de forma exacta, una deleción concreta y actuación de esas proteínas en el cerebro, e
(como la que ocurre en el síndrome de Prader- incluso sobre los efectos que producen los
Willi o el síndrome de Williams) o una trisomía diversos ambientes y en momentos diferentes
(como la del síndrome de Down) afecta a la pro- durante el desarrollo. Ni siquiera sabemos real-
ducción de las proteínas? ¿Cuál es la proteína mente sobre la conducta per se: ¿Cuáles son,
afectada, y dónde reside esa proteína dentro en último término, los dominios 'reales' de la
del cerebro? Una vez en el cerebro, ¿qué hace inteligencia, o de cualquier otra de las áreas
esa proteína? Considerando preguntas más tradicionales en que dividimos el complejo fun-
dinámicas, ¿cómo todo esto funciona en el cionamiento humano?
curso del desarrollo del niño y cómo el ambien- Sin embargo y de manera simultánea,
te en general __o ambientes específicos en sentimos que estamos siendo testigos de
momentos específicos__ alteran esta vía del una nueva frontera, un nuevo amanecer en
desarrollo? ¿Cómo los trasfondos genéticos y nuestra comprensión de muchos síndromes
ambientales de la familia de un niño afectado genéticos de la discapacidad intelectual.
tienen relación con la presencia o ausencia de Como científicos sociales, nos maravillamos
cualquier fenotipo conductual, e incluso, cómo de los nuevos avances en áreas como la
la propia elección del niño de sus conductas y 'genómica de la conducta', o cómo los genes
actividades -cada día a lo largo de varios años- influyen en la conducta (Plomin y Crabbe,
afectan a los resultados conductuales? Éstas 2000). Nos sentimos excitados por los
son tan sólo unas pocas de las retadoras pre- muchos avances conseguidos para encontrar
guntas que habrán de ser respondidas __para genes que predisponen a las personas a
los síndromes específicos con discapacidad diversas condiciones psiquiátricas, y nos
intelectual__ en los próximos años. admiramos de cuántos avances se han con-
Para avanzar más allá, a nosotros como a seguido, en tan corto espacio de tiempo, por
todos los investigadores nos gustaría que en parte de tantos profesionales y en una diver-
último término nuestros resultados tuvieran sidad tan amplia de campos. Cada día que
implicaciones para la intervención y la terapéu- pasa, nos damos cuenta de que mientras los
tica. Hasta le fecha, hemos procedido en nues- genetistas pueden haber secuenciado los
tras ideas sobre la intervención más en térmi- 40.000 genes del genoma humano, el traba-
nos de síntomas que de causas. Si los indivi- jo más interesante, excitante y fructífero en
duos con síndrome de Prader-Willi tienen un el campo de la discapacidad intelectual justo
trastorno obsesivo-compulsivo, ¿no podrían ser- acaba de empezar.
34 Investigación Revista Síndrome de Down Volumen 22, Marzo 2005

Nota
Nota: La primera parte de este trabajo fue publicado en el número de diciembre de 2004. El artículo ha sido traducido, con
autorización, del original publicado en: Rondal JA, Hodapp RM, Soresi S, Dykens EM, Nota L. Intellectual Disabilities: Genetics,
Behaviour, Inclusion.Whurr Pub., London 2004.

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