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“Tener fuentes” es una frase común entre los profesionales de los medios. ¿Qué
significa? Que hay personas o instituciones que si son contactadas por ellos es muy
probable que aporten información relevante para un tema en particular. Pero “tener
fuentes” es producto de un largo proceso: el o la periodista debe hacerse conocer por
la fuente, conseguir un acuerdo mínimo para el intercambio de información, y debe
cumplir su palabra.
Desde el punto de vista de un periodista, hay dos características esenciales que debe
cumplir una buena fuente: pertinencia y confiabilidad. Que una fuente sea pertinente
quiere decir que tiene sentido consultar a esa fuente para sus inquietudes, que podrá
brindar información relevante. Que sea confiable significa que hay una experiencia
previa que demuestra que no nos ha engañado, que hay una relación de confianza, y
que, a priori, tiene sentido tomar en cuenta la información que aporta para contrastarla
con otras fuentes. Porque incluso cuando el periodista es testigo de los hechos
necesita chequear fuentes.
Esto permite corroborar la información, ganar en precisión y obtener una mirada más
amplia sobre lo presenciado. Cuanto mejor sea la calidad de las fuentes, mejor será la
calidad del trabajo periodístico. Internet, las redes sociales y otras innovaciones en los
dispositivos de comunicación han alterado sustancialmente la relación con las fuentes:
porque surgen nuevos modos de contacto, de réplica, de producción de información…
Hay un interesante enfoque que surge desde los periodistas que defienden el impacto
de Internet: pensar el periodismo como un proceso siempre en marcha, no como un
producto acabado (un diario, un programa de TV…). Algo que está siempre en
funcionamiento. Para lo cual, las redes sociales pueden ser de gran ayuda ya que los
profesionales pueden, por ejemplo, acceder a nuevas fuentes que sin la opinión de
estas audiencias no podrían haber conocido.
-Fuentes identificadas/reservadas. El off the record. Esta distinción indica que, como
ya sabemos según nuestra experiencia como públicos de medios, que los periodistas
no siempre identifican la fuente de la información y reservan su identidad. En muchas
ocasiones, los informantes piden no ser mencionados porque no están autorizados a
compartir datos y pueden sufrir represalias. Incluso físicas.
-Fuentes documentales son “todos los informes escritos, decretos, cartas, que
contienen información útil para el desarrollo o la explicación de una noticia”, según se
lee en el Manual de Producción Gráfica. Pero con acceder a los documentos no está
todo resuelto. Santoro apunta que a los documentos “tiene que hacérselos hablar, más
allá de lo que dicen literalmente. Con ese fin debemos buscar a quienes los redactaron
y a los especialistas en aquello que contienen. Ellos podrán explicarnos qué significan
determinados códigos, o si fueron completados en tiempo y forma; y, sobre todo,
podrán decirnos quién más puede saber del caso”.
● “Las redes sociales son inseparables hoy en día del ejercicio periodístico
porque son fuente de noticias. La primicia está en Twitter y ningún medio
puede ganar esa carrera, las redes sociales aportan multiplicidad de voces y
fuentes que el periodista debe saber trabajar para que su contenido sea más
creíble. Por otra parte, son un excelente canal de distribución de información y
de búsqueda de nuevas historias. Más que ser una competencia, hay que ver
las redes sociales como un complemento.
● “Los periodistas de hoy no pueden estar fuera de las redes sociales, como
tampoco pueden dejar de salir a la calle, simplemente porque la gente está
allí, en las calles y en las redes sociales, en los espacios reales y virtuales. Si
un periodista no está allí cumplirá el triste rol de un periodismo alejado de la
gente.