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Agosto 26, 2010: La nave espacial Kepler, de la NASA, ha descubierto el primer sistema
planetario confirmado con más de un planeta que transita o pasa frente a la misma estrella.
Señales que indican el tránsito de dos planetas del tamaño de Saturno fueron halladas entre
los datos recogidos de una estrella similar al Sol, la cual ha sido llamada "Kepler-9". A los
planetas se los llamó Kepler-9b y Kepler-9c. El descubrimiento incorpora la observación de
más de 156.000 estrellas, llevada a cabo durante siete meses, como parte de la búsqueda
actual de planetas de tamaño similar a la Tierra fuera de nuestro sistema solar. Los hallazgos
serán publicados en la edición del jueves de la revista Science.
La cámara de alta precisión de la nave espacial Kepler registra las pequeñas disminuciones en
el brillo de una estrella, las cuales tienen lugar cuando un planeta transita frente a ella. El
tamaño de una estrella se puede inferir a partir de estas pequeñas disminuciones.
Concepto artístico de dos planetas del tamañ o de Saturno dentro del sistema planetario Kepler-
9. [Imagen ampliada]
La distancia entre el planeta y la estrella se puede calcular midiendo el tiempo que transcurre
entre las sucesivas disminuciones del brillo, las cuales se producen mientras el planeta orbita
la estrella. Pequeñas variaciones en la regularidad de estas disminuciones se pueden utilizar
con el fin de determinar las masas de los planetas y también para detectar otros planetas en el
sistema que no se encuentren transitando.
"Los datos de alta calidad de la nave espacial Kepler, así como su cobertura continua de estos
planetas transitantes, permiten llevar a cabo una amplia gama de mediciones particulares de
las estrellas madre y de sus sistemas planetarios", dice Doug Hudgins, quien es el
investigador del programa Kepler, en las oficinas centrales de la NASA, en Washington, D.C.
Haga clic sobre la imagen para ver animaciones del sistema planetario Kepler-9.
Los investigadores ajustaron sus aproximaciones sobre las masas de los planetas utilizando
las observaciones que realizaron mediante el Observatorio W.M. Keck, en Hawái. Dichas
observaciones muestran que Kepler-9b es el más grande de los dos planetas y que ambos
poseen masas similares a Saturno pero menores que éste último. Con una órbita de
aproximadamente 19 días, Kepler-9b yace más cerca de la estrella, mientras que Kepler-9c
tiene una órbita de aproximadamente 38 días. Se pudo analizar el tiempo transcurrido entre
tránsitos sucesivos observando diversos tránsitos de cada uno de los dos planetas, durante un
período de siete meses.
"Este hallazgo es la primera detección clara de cambios significativos en los intervalos entre
un tránsito planetario y el próximo, lo que denominamos variaciones de tiempo de tránsito",
dijo Matthew Holman, quien es un científico de la misión Kepler, en el Centro Harvard-
Smithsoniano de Astrofísica, en Cambridge, Massachusetts. "Esto es evidencia de la
interacción gravitatoria entre estos dos planetas tal y como ha sido vista por la nave espacial
Kepler".
Más información
"El nombre de aquel planeta es Theia", dice Mike Kaiser, científico del proyecto STEREO,
en el Centro Goddard para Vuelos Espaciales. "Es un mundo hipotético. Nunca lo hemos
visto, de hecho, pero algunos investigadores creen que existió hace 4.500 millones de años
y que chocó contra la Tierra causando de este modo la formación de la Luna".
Derecha: Concepto artístico de una de las naves de la misión STEREO. [Imagen ampliada]
La "Hipótesis de Theia" es una idea de los teóricos Edward Belbruno y Richard Gott.
Comienza con la popular teoría del Gran Impacto sobre la formación de la Luna. Muchos
astrónomos sostienen que durante la época de formación del sistema solar, un protoplaneta
del tamaño de Marte se estrelló contra la Tierra. El material que salió expulsado debido a la
colisión, una mezcla de material de ambos cuerpos, se mantuvo girando en los alrededores
de la Tierra y luego se fusionó creando de este modo la Luna. Este escenario explica
muchos aspectos de la geología lunar, incluyendo el tamaño del núcleo de la Luna, la
densidad y la composición isotópica de las rocas lunares.
Es una buena teoría, pero deja una complicada pregunta sin respuesta:
¿de dónde provino aquel enorme protoplaneta?
Belbruno y Gott creen que vino de uno de los llamados puntos de Lagrange en la órbita de
la Tierra alrededor del Sol.
Los puntos de Lagrange del sistema Sol-Tierra son regiones del espacio donde el tirón
gravitacional de la Tierra y el Sol se combinan para formar un "pozo gravitatorio". El
material a la deriva en el espacio tiende a juntarse allí de un modo similar a la manera en la
cual el agua se junta en el fondo de un pozo en la Tierra. El matemático del siglo 18, Joseph
Lagrange, demostró que existen cinco de estos pozos en el sistema Sol-Tierra, a los cuales
numeró como L1, L2, L3, L4 y L5. Dichos pozos se localizan según se muestra en el
diagrama de abajo.
Cuando el sistema solar aún era muy joven, los puntos de Lagrange se encontraban
poblados principalmente por planetesimales, o unidades del tamaño de asteroides que
formaron los planetas. Belbruno y Gott sugieren que en uno de los puntos de Lagrange, ya
sea L4 o L5, los planetesimales se unieron para formar a Theia, cuyo nombre en la
mitología griega representaba a un titán que dió a luz a la diosa de la Luna, Selena.
Arriba: Los puntos de Lagrange del sistema Sol-Tierra. Las naves STEREO están a punto de
pasar a través de L4 y L5. Los observatorios solares a menudo se estacionan en L1, aunque los
observatorios del espacio profundo prefieren a L2. [Más información]
"Sus modelos numéricos (realizados mediante una computadora) muestran que Theia pudo
haber crecido hasta ser tan grande como para producir un objeto como la Luna, si ésta se
hubiese formado en las regiones L4 o L5, donde el equilibrio de fuerzas permitió que se
acumulara material suficiente", dice Kaiser. "Más tarde, Theia se podría haber separado de
L4 o L5 gracias a la creciente gravedad de otros planetas en formación, como Venus, y
entonces entró en ruta de colisión con la Tierra".
Si esta idea es correcta, Theia en sí hace mucho tiempo que desapareció, pero algunos de
los antiguos planetesimales que no se unieron para formar Theia podrían permanecer en L4
o L5.
"Las sondas STEREO se encuentran entrando en dichas regiones del espacio ahora mismo",
dice Kaiser. "Esto nos ubica en una buena posición para buscar restos de la formación de
Theia, del tamaño de asteroides".
Los astrónomos han buscado theiasteroides antes usando telescopios en la Tierra, y no han
encontrado nada. Pero dichos telescopios únicamente descartan objetos de más de un
kilómetro de ancho. Al ingresar en L4 y L5, las naves STEREO serán capaces de buscar
objetos de mucho menor tamaño, a una distancia relativamente más corta.
Derecha: Esta simulación dinámica muestra cómo los asteroides persisten en el pozo gravitacional
de un Punto de Lagrange en el sistema Sol-Júpiter. El principio se aplica a los puntos de Lagrange
del sistema Sol-Tierra del mismo modo. Crédito: Prof. Aldo Vitagliano/SOLEX.
"La búsqueda de hecho comenzó el mes pasado, cuando ambas naves espaciales finalmente
giraron 180 grados para tomar fotografías de dos horas de exposición de las áreas generales
de L4 y L5. En la primera serie de imágenes, los astrónomos aficionados encontraron
algunos asteroides conocidos y un nuevo cometa, Itagaki, fue fotografiado justo un par de
días después del anuncio de su descubrimiento. Sin embargo, no se halló ningún
theiasteroide".
La búsqueda podría continuar por muchos meses. Los puntos de Lagrange no son puntos
infinitesimales en el espacio, sino regiones amplias, de 50 millones de kilómetros de ancho.
Las sondas STEREO se encuentran apenas en la orilla de tales zonas. El máximo
acercamiento a los fondos de los pozos gravitacionales se dará en los meses de septiembre y
octubre de 2009. "Aún tenemos muchas observaciones por delante", dice Kaiser.