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EL CONTRATO DE OBRA

I. CONTRATO DE OBRA EN EL CÓDIG0 CIVIL: NATURALEZA Y


CARACTERES

El código civil ve en el contrato de obra una modalidad arrendaticia. Del art. 1544 CC, que
también define el arrendamiento de servicios, puede extraerse el concepto legal: <<un contrato
por el que uno de los contratantes se obliga frente a otro ejecutar una obra por un precio
cierto>>.

Pero el propio Código deshecha en su regulación la terminología de arrendador y arrendatario


para denominar a las partes del contrato. Habla de dueño o propietario para aludir al acreedor
del resultado, y de contratista, para referirse al que lo debe. Parece más adecuado hablar de :

• comitente para referirse al que encarga la obra,


• contratista al que se obliga a ejecutarla, y al contrato como de obra.

El contrato de obra se distingue del arrendamiento de servicios, porque en aquél el contratista


promete el resultado de una labor, de una actividad. La mayoría de las disposiciones referentes a
este contrato en el CC están pensadas exclusivamente como si sólo se contratase la construcción
de edificios.

Pero esto se ha quedado anticuado, puesto que en el proceso constructivo intervienen de modo
fundamental los técnicos (arquitectos, aparejadores), con los que el comitente puede contratar
directamente la redacción del proyecto constructivo y/o la dirección de las obras. No hay que
olvidar la figura del <<promotor inmobiliario>> y la frecuencia en la subcontratación por parte
del contratista con otros.

El contrato de obra es en nuestro CC consensual, productor de obligaciones recíprocas. No


existe disposición alguna en cuanto a la necesidad de forma, por cuanto habrá que estar a la
regla general del art. 1278 CC, que rige el principio de libertad de forma.

Artículo 1258.

Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde entonces obligan, no sólo al cumplimiento de lo expresamente
pactado, sino también a todas las consecuencias que, según su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y a la ley.

II. EL SUMINISTRO DE MATERIALES PARA LA REALIZACIÓN DE LA


OBRA: Problemática

La materia con la que se ejecutará la obra puede ser del comitente o del propio contratista (art.
1558). Surge la cuestión ¿ estamos ante un contrato de obra puro y simple o ante otro contrato
distinto: venta de cosa futura? Incluso se ha pensado la existencia de un contrato mixto de obra
y compraventa, con la consecuencia de aplicar armónicamente las normas de ambos en función
de lo perseguido por las partes.

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Ante todo esto se impone la interpretación de la voluntad de los contratantes. Si han dado
especial importancia al proceso productivo de la cosa, al trabajo a realizar, sobre la materia
objeto del proceso, no hay duda de que será la de contrato de obra la calificación más adecuada.

La observación de la naturaleza del objeto es importante para detectar aquella intención:

1. En el contrato celebrado para la elaboración o construcción de una cosa fungible pierde el


proceso productivo importancia frente a la obligación de entrega, a la prestación de dar, como
sucede cuando se trata de cosas fungibles producidas de forma periódica y profesionalmente por
quien las construye o elabora. [se compra un coche que el vendedor fabrica en serie, pero en
aquel momento no tiene existencias y ha de construirlo]
2. si se encarga la elaboración o construcción de una cosa específica no fungible [el traje que
nos hace el sastre con la tela que elegimos en su sastrería, el coche que nos construye un
fabricante con arreglo al diseño que le pedimos], la prestación de hacer para conseguir un
resultado es más relevante que la prestación de dar, específica en la compraventa.

También será índice de la voluntad de las partes el que el artífice o contratista haga con la materia una
nueva cosa y no se limite sólo a realizar obras accesorias en ella.

La problemática del contrato de obra con suministro de materiales surge cuando éstos, o la mayor
parte, son los que componen la obra. En cambio si el comitente los suministra, poniendo otros el
contratista que son accesorios, el contrato es de obra claramente.

III. OBLIGACIONES DEL CONTRATISTA

La obligación fundamental del contratista es la realización de la obra de acuerdo a lo convenido


en el contrato. En su cumplimiento ha de actuar de acuerdo con: lo especificado y con las reglas
de su profesión y sus usos (art. 1258).

Los profesionales deben prestar sus servicios según las reglas del arte o la profesión que
ejercen, de tal manera que la impericia es sinónimo de culpabilidad (va per tu Manel: spondet
peritiam artis). Es esa la diligencia que exige la naturaleza de la obligación, criterio aludido con
carácter prefrencial en el art. 1104 CC:

La culpa o negligencia del deudor consiste en la omisión de aquella diligencia que exija la naturaleza de la obligación y
corresponda a las circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar.

Cuando la obligación no exprese la diligencia que ha de prestarse en su cumplimiento, se exigirá la que correspondería a un buen
padre de familia.

La ejecución de la obra puede convenirse de dos formas:

a) señalando como objeto la totalidad

b) fraccionándola en ejecuciones parciales, tal y como señala el art. 1592 CC:

El que se obliga a hacer una obra por piezas o por medida, puede exigir del dueño que la reciba por partes y que la pague en
proporción. Se presume aprobada y recibida la parte satisfecha

La previa determinación de la obra en un proyecto no es un obstáculo para su variación ulterior


de modo convencional. No es admisible una variación unilateral del contratista, que ha de
contar siempre con la aprobación expresa o tácita del comitente.

También es usual el establecimiento por las partes de un plazo límite de ejecución de obra,
susceptible también de alteración convencional por las partes. Toda modificación o ampliación
del proyecto inicial implica, aunque no se disponga expresamente, derogación tácita del término

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fijado para aquél. Como cumplimiento de su actividad se incumbe al contratista o artífice la
entrega de la obra o la puesta a disposición del comitente.

Por aplicación del art. 1094 han de considerarse obligado el contratista a la conservación de la
obra hasta el momento de la entrega.

IV. OBLIGACIONES DEL COMITENTE

A) PAGO DEL PRECIO

El art. 1544 exige que el precio en el arrendamiento sea cierto, y atribuye a la obligación de
pago del mismo el carácter de obligación recíproca respecto a la principal del contratista de
hacer la obra convenida.

Es reiterada la doctrina jurisprudencial interpretativa de aquella norma, en el sentido de que no


es indispensable que el precio se concrete en el momento de celebrar el contrato, por ser
suficiente con que su determinación pueda llevarse a efecto con posterioridad por los propios
interesados, por un tercero, o a través de tasación pericial.

La fijación del precio se realiza usualmente por los siguientes sistemas:

1. Por ajuste o precio alzado. Es la opción preferida por el legislador, y significa la


realización de la obra por un precio global.
2. Por piezas o medidas. Se alude a este sistema en el art. 1592 y envuelve el señalamiento
por un precio por unidad de obra.
3. Por administración o economía: cuando el contratista compromete su actividad en orden
a la consecución de un resultado (la obra); más en la adquisición de materiales o mano
de obra opera únicamente nombre del comitente quien suministra materiales o mano de
obra y el precio a recibir por el contratista suele precisarse en un porcentaje sobre el
costo real o bien en una cantidad fija.

¿Cuándo habrá de cumplir el comitente su obligación de pago?

• Si no hubiere pacto o costumbre en contrario, el precio de la obra deberá pagarse al


hacerse la entrega.
• En la práctica, las partes suelen estipular pagos parciales, en atención al adelanto de
obra o al tiempo, que no significan en modo alguno una aceptación tácita de los hecho
hasta aquel momento. Estos pagos llevan implícitamente la condición de que el
comitente puede negarse a recibir la obra si el contratista no ha cumplido con arreglo a
lo pactado en el contrato (acuerdo con el proyecto, precisiones técnicas estipuladas).
• Si la obra se contrató por piezas o por medida, el contratista puede obligarle a que la
reciba por partes y la pague en proporción.

B) RECEPCIÓN DE LA OBRA Y SUS CONSECUENCIAS JURÍDICAS:


RESPONSABILIDAD POR VICIOS OCULTOS

Una obligación fundamental del comitente, paralela a la del contratista de entregar la obra, es la
cooperación del acreedor al deudor para poder liberarse de su obligación. Pero el comitente sólo
está obligado a recibirla si es conforme a lo pactado.

Una vez que la obra está concluida, la doctrina distingue 3 etapas de posible
desenvolvimiento simultáneo:

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a) la verificación de la obra, consiste en un examen para determinar si se ha ejecutado de
acuerdo con lo convenido
b) la aprobación, que es el juicio emitido como resultado de la verificación y que implica
la obligación de aceptarla
c) la recepción: como consecuencia de la entrega o puesta a disposición del contratista, y
de la obligación que surge para el comitente en el sentido de haber aprobado la obra.

La entrega de la obra no es sinónima jurídicamente de recepción.

Tiempo en que el comitente ha de verificar la obra para recibirla, no hay disposición legal al
efecto. Debe estarse a lo convenido, a los usos o a la buena fe; en función de la naturaleza de
mayor o menor complejidad que de ella se deriva para su examen. En obras de gran
complejidad, éste examen no se puede hacer simultáneamente con el recibo material. De ahí que
se pacte una dualidad de recepciones:

- la provisional: no libera al contratista de ninguna clase de defectos de la obra


- definitiva: transcurrido el plazo entre la recepción provisional y la definitiva, y no
denunciado por el comitente ningún vicio, debe procederse a esta última.

Modo de la recepción:

- expresa: es el resultado de una declaración de voluntad del comitente


- tácita: deducida de actos que implican necesariamente una aprobación. Actos como el
pago del precio sin ninguna reserva, la utilización de la obra por el comitente previa
toma de posesión sin reservas (cuando no se haya pactado la recepción provisional), y el
silencio del comitente a la intimación del contratista para que proceda a la recepción
definitiva cuando se ha practicado la provisional-

***especialidad de recepción: es la del art. 1598 CC: <<cuando se conviniere que la obra se ha
de hacer a satisfacción del propietario, se entiende reservada la aprobación, a falta de
conformidad, al juicio pericial correspondiente. Si la persona que ha de aprobar la obra es un
tercero, se estará a lo que éste decida>>.

Aunque no se hubiera estipulado el pacto, el contratista no puede construir de manera


imperfecta o incompleta, teniendo el comitente que aceptarla sin ninguna protesta. La expresión
<<a satisfacción del propietario>> no es tampoco el permitir que libérrimamente manifieste si la
obra está bien o mal realizada. El arbitrio del propietario debe ser justo. Aunque no impide que
el contratista discrepe de su apreciación y haya de recurrir al juicio pericial que determine si la
obra se ajusta o no a lo pactado. En tal caso serán obligados contratista y comitente a desarrollar
la actividad necesaria apara que nombre el perito y decida. Y en el caso de que se debiera de
atacar la decisión del tercero cuando se estipuló que la aprobación de la obra se dejaba a su
estimación.

Consecuencias de la recepción: libera al contratista de su obligación.

Responsabilidad por vicios ocultos de la obra y de los aparentes: de los aparentes se libera,
de los ocultos no se libera (art. 1484 CC).

¿cuánto tiempo ha de transcurrir entre la recepción y a la aparición de los vicios ocultos? El Cc


“guarda silencio”. La aplicación por analogía de las normas referentes a los vicios ocultos en la
compraventa es manifiestamente injusta y contraria a la realidad, es sabido que en la mayoría de
obras no aparecen los vicios ocultos en el plazo de seis meses, que es descubrimiento y ejercicio
de acciones personales derivadas del art. 1490. El plazo debería de ser de 15 años, que es el que

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dispone todo contratante para el ejercicio de todas las acciones personales derivadas del
incumplimiento o defectuoso cumplimiento del contrato1.

Debe descartarse la aplicación analógica del art. 1591, que se ocupa sólo de una clase especial
de vicios: los que arruinan la obra. Tal vez los estrictos vicios ocultos, con la normativa del art.
1490, deberían ser simples y meras imperfecciones corrientes: deficiencias sin menor entidad y
consecuencias para la utilidad de lo construido.

C) OTRAS OBLIGACIONES

El comitente debe poner en situación al contratista de hacer la obra y ello mediante la entrega de
los materiales, obtención de las autorizaciones administrativas oportunas e e incluso mantenerle
en la pacífica posesión de los terrenos, indemnizándole de los daños que sufriera pos oposición
de terceros.

V. LOS RIESGOS EN EL CONTRATO DE OBRA

Antes de la entrega de la obra al comitente puede destruirse total o parcialmente como


consecuencia de acontecimientos no imputables al ejecutor o artífice de la misma. Habrá que
averiguar quién soportará el riesgo en punto al precio concertado: si el comitente ha de abonarlo
pese a no haber recibido la obra, o si el contratista pierde el derecho de reclamarlo.

Es necesario considerar por cuenta de quien correrá el aumento de los precios de materiales y
salarios durante la ejecución de la obra. Según el art. 1590, en el supuesto de que el contratista
no ponga más que su trabajo o industria, pierde derecho a su retribución, salvo si ha habido
morosidad en recibirla o cuando la obra se ha destruido por la mala calidad de los materiales,
con tal de que haya advertido el contratista al comitente de esta circunstancia.

Asimismo el art. 1590 en cuanto a los materiales parte de la base de que es el comitente y no
el contratista quien está obligado a suministrarlo. Responsabiliza al contratista por norma
general, salvo en la excepción que indica, que hay que extenderla al supuesto de que los vicios
sean de tal naturaleza que no basten los conocimientos de su profesión para detectarlos.

Pero la normativa posterior al CC sobre las funciones de los profesionales que intervienen en la
construcción invalidan aquella responsabilidad. Si el aparejador es designado por el comitente,
no hay que olvidar que entre sus funciones se encuentra la de <<inspeccionar los materiales a
emplear exigiendo las comprobaciones, análisis necesarios y documentos de idoneidad precisos
para su aceptación…>>

Si los materiales los puso el contratista, el art. 1589 preceptúa que él debe sufrir la pérdida antes
de la entrega de la obra, salvo si hubo morosidad en recibirla.

En cuanto al riesgo económico, consistente en la agravación o mayor dificultad de la prestación


a realizar por el contratista. El art. 1593 aborda el problema cuando se ha fijado un precio
alzado para la <<construcción de un edificio u otra obra en vista de un plano convenido con el
dueño del suelo>>. Aunque haya aumentado el precio de los jornales o materiales, NO hay lugar
a aumento del de la obra; pero se faculta al contratista para ello <<cuando se haya hecho algún
cambio en el plano que produzca aumento de obra, siempre que hubiese dado su autorización el
propietario>>.

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Acciones del comitente: rectificación de los vicios (1091, 1098), el cumplimiento por equivalencia
(1101), o la resolutoria con fundamento en el art. 1124, si los vicios alcanzan tal entidad que la obra
no satisface el interés que llevó al comitente a contratar.

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Estima el legislador que el riesgo del aumento de los costes es consustancial a la función
empresarial, y puede prevenirse con las estipulaciones adecuadas. De ahí que la jurisprudencia
haya declarado reiteradamente que el art. 1593 es norma de derecho dispositivo y no
imperativo. Observaciones:

1. No hay dificultad para aplicarlo a otra obra que no sea de construcción. Ej: arrendamiento de obra

2. Aunque los materiales los aporte el comitente, la inalterabilidad del precio alzado seguirá operando; quedan
los jornales a cargo del contratista.

3. No es imprescindible la existencia de plano. Es una facilidad para la prueba de lo que se proyectó y lo que
se ejecutó en realidad, pero no se impide que por otros medios de prueba se demuestren aquellos extremos.

4. El consentimiento del comitente para la variación los mismo puede ser expreso que tácito.

Si el alza de los costos de mano de obra y material es de tal magnitud que altere el equilibrio de
las prestaciones del contrato, perturbe su conmutatividad natural, la rígida norma del art. 1593
ha de ceder ante otras doctrinas más equitativas y en consonancia con la buena fe: teoría de la
alteración de la base o fundamento del negocio por destrucción de la equivalencia, teoría del
<<riesgo imprevisible>>.

VI. CAUSAS ESPECÍFICAS DE EXTINCIÓN DEL CONTRATO DE OBRA

Aparte de las generales de todas las obligaciones, el CC reconoce el desistimiento unilateral


del contratista, su muerte y la imposibilidad de acabar la obra.

El comitente puede desistir por su sola voluntad de la construcción de la obra, aunque haya
empezado, indemnizando al contratista de todos sus gastos, trabajo y utilidad que pudiera
obtener de ella (art. 1594). La indemnización al contratista comprende la utilidad total que le
hubiera reportado la obra.

La muerte del contratista es causa de rescisión del contrato si la obra se le encargó por razón de
sus cualidades personales (Art. 1595).. En este caso, el comitente debe abonar a los herederos
del constructor, a proporción del precio convenido, el valor de la parte de la obra ejecutada y de
los materiales preparados, siempre que de estos materiales reporte algún beneficio. Esto se dará
cuando sean útiles para la continuación de la obra o porque los pueda enajenar.

El art. 1595.3 aplica el mismo régimen anterior <<si el que contrató la obra no puede acabarla
por alguna causa independientemente de su voluntad>>.

VII. RESPONSABILIDAD DEL CONTRATISTA POR HECHOS AJENOS

El art. 1591 C se ocupa de establecer las responsabilidades que nacen de la ruina de la obra
[aunque la refiera a <<edificio>>, conscuente con su enfoque general del contrato de obra.

Artículo 1591.

El contratista de un edificio que se arruinase por vicios de la construcción, responde de los daños y perjuicios si la
ruina tuviere lugar dentro de diez años, contados desde que concluyó la construcción; igual responsabilidad, y por
el mismo tiempo, tendrá el arquitecto que la dirigiere, si se debe la ruina a vicio del suelo o de la dirección.

Si la causa fuere la falta del contratista a las condiciones del contrato, la acción de indemnización durará quince años.

A) CONCEPTO DE RUINA

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Ruina, a tenor de lo dispuesto en la sentencia de 20 de diciembre de 1959, es: inmediato y actual
derrumbamiento o destrucción total o parcial de la obra. Abarca un contenido más amplio y lato,
extensivo a la estimación de tan graves defectos de construcción, que hacer temer la próxima
pérdida de la misma si inmediatamente no se sustituye como impropia e inútil para la finalidad a
que se destinó. La jurisprudencia del TS avanza en el concepto alejándose de lo previsto en el
art. 1591, y se fija más que nada en la gravedad. Se habla de <<ruina funcional>> que es la
inutilidad de la cosa destruida para su destino.

B) VICIOS RUINÓGENOS: SU IMPUTABILIDAD

el art. 1591 distingue 3 clases de vicios: de la construcción, de la dirección y del suelo.


Responsabiliza al arquitecto que dirige la construcción de estos dos últimos, y al contratista del
primero. Es claro el fundamento de la responsabilidad del director de obra, pues no ha tenido el
adecuado control de la ejecución del proyecto ni el debido conocimiento del suelo sobre el que
se va a edificar. Pero el vicio es en realidad de proyecto, ya que para su confección se ha debido
tener en cuanta necesariamente el asentamiento de la construcción. Este proyecto puede ser de
aquel director o de otro.

Si el proyecto lo realiza un arquitecto y dirige su ejecución otro distinto. Será responsable el


arquitecto que proyectó conjuntamente con el director de la obra.

El vicio del suelo como vicio del proyecto debe extenderse a cualesquiera otros vicios del
mismo. El vicio de la construcción se refiere a la actividad del contratista en la ejecución
material de la obra.

Aunque aparezcan cada uno de los vicios por separado, es difícil deslindarlo en muchos casos.
De ahí que la responsabilidad del contratista, cuando no sea posible circunscribirla exactamente,
aparece compartida con la de los técnicos.

C) PLAZO DE EJERCICIO DE LA ACCIÓN

El art. 1591 dice que el contratista responde de los daños y perjuicios, si la ruina tuviere lugar
dentro de diez anos contados desde que concluyó la construcción, añadiendo <<igual
responsabilidad, y por el mismo tiempo, tendrá el arquitecto que la dirigiere>>. [discusiones
doctrinales aparte] Establecimiento del plazo de garantía previo al normal del ejercicio de las
acciones por responsabilidad contractual (15 años, 1964CC). Entiende el autor que lo que valen
son los 10 años de garantía y ejercicio.

Si la ruina fue causa de la falta del contratista a las condiciones del contrato, <<la acción durará
15 años>>. Aunque el autor considera este plazo inútil y establece que el plazo de 10 años es de
garantía u ejercicio.

¿Cuándo comienza el plazo decenal? El art. 1591 dice que desde que se concluyó la obra,
interpretada como una liquidación de la obligación del constructor, lo que se produce cuando la
obra es aceptada por el comitente.

D) LEGITIMACIÓN ACTIVA Y PASIVA

ACTIVA: La tiene el comitente. Aunque si éste ha vendido a otro la obra, la jurisprudencia del
TS establece que el adquirente posee la misma acción que el comitente contra los responsables
de la ruina, porque se trata una acción protectora de la propiedad que se transmite junto con
ésta. Si el comitente ha transmitido la propiedad de la obra no está legitimado pasivamente, sin
embargo sí lo está el llamado promotor, del que ha adquirido el accionante.

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PASIVA: la acción ha de ejercitarse contra el constructor y los técnicos de la construcción en la
medida en que los vicios causante de la ruina sean a ellos imputables. En la práctica se
demanda conjuntamente a todos ellos, y a lo largo del período probatorio se irán dilucidando las
responsabilidades.

Particularidades

El promotor, según el TS, es la persona que reúne el carácter de propietario del terreno, que se
convierte en su propio constructor o contratista y concierta contratos separados con los
diferentes gremios que han de intervenir en la construcción. El promotor es la persona física o
jurídica que construye.

El subcontratista del contratista no libera al último de su responsabilidad, si la causa de ruina


procediese de la subcontrata.

La complejidad de las tareas constructivas hace que en una misma obra, junto al contratista
principal aparezcan otros con los que el comitente establece otros contratos de obra. En
principio cada uno debe responder por los suyo, pero si hay un nexo de trabajo entre ellos, hay
obligación de advertir las deficiencias de la obra ejecutada, y no seguir ocultando este hecho
bajo sanción de responder conjuntamente.

E) SOLIDARIDAD DE RESPONSABLES

En principio las responsabilidades son individuales. Aunque esto no significa que la causa de la
ruina debe resultar específica y propia de cualquiera de ellos. Lo normal es que junto a un vicio
de la construcción concurra un vicio de la dirección por falta de vigilancia adecuada. En este
caso existirá una responsabilidad conjunta y por igual de todos los demandados. E TS califica
esta responsabilidad de solidaria cuando no se puede discernir la proporción en que las faltas de
cada uno haya incidido en la realidad de los daños.

F) PRUEBA

La especial protección para que el comitente y sus sucesores a la titularidad obliga a considerar
que sólo han de probar el hecho de la ruina, y al demandado(s) que tuvo por causa unos vicios
de los que ellos no deben ser responsables.

G) RESPONSABILIDAD

El art. 1591 habla de una acción de daños y perjuicios; aunque la reparación o la subsanación de
efectos no deviene incompatible con el resultado de una indemnización sustitutoria para
aquellos casos de difícil o imposible recomposición.

VIII. RESPONSABILIDAD DEL CONTRATISTA POR HECHOS AJENOS

El art. 1595 disponde que el contratista es responsable del trabajo ejecutado por las personas
que ocupare en la obra.

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IX. PROTECCIÓN LEGAL DE LOS CRÉDITOS NACIDOS DEL CONTRATO DE
OBRA

A) ACCIÓN DIRECTA DEL ART. 1597

Los que ponen su trabajo y materiales en una obra ajustada alzadamente por el contratista, no
tiene acción contra el duelo (comitente) de ella, sino hasta la cantidad que éste adeude a aqué
cuando se hace la reclamación.

Titulares de esta acción directa, son los que han puesto trabajo y materiales en la obra ajustada a
precio alzado por el contratista. Esta acción puede interponerse simultáneamente contra el
contratista y contra el comitente. Uno y otro responden solidariamente, aunque la
responsabilidad del segundo se limita al importa máximo señalado en la norma.

B) DERECHO DE RETENCIÓN

Según el art. 1600, el que ha ejecutado una obra en cosa mueble tiene derecho a retenerla en
prenda hasta que se le pague. No es un derecho real, es un derecho de retención.

Este derecho tiene sentido cuando el artífice no ha construido ex novo, sino que se ha limitado a
reparar la que se le ha entregado, sea o no propiedad del que encarga el trabajo. En el primer
caso basta negarse a cumplir la obligación porque la contraparte no cumple la suya, como en
cualquier relación sinalagmática de cumplimiento simultáneo.

C) PRIVILEGIO DEL CRÉDITO POR CONSTRUCCIÓN, REPARACIÓN O


CONSERVACIÓN

Concede el art. 1922. 1, una preferencia para el cobro frente a los demás acreedores del deudor
y sobre el precio de la cosa mueble.

El que parece predominar en la Ley Hipotecaria, entiende que lo es el préstamo que se destina a
la refacción: construcción, reparación o conservación de un inmueble.

El art. 1923.3. otorga preferencia sobre otros acreedores al crédito refaccionario sobre
inmuebles inscritos o anotados en el Registro de la Propiedad.

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