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Construcción de Relatos: ¿En qué mundo y para qué mundo estamos

formando?, ¿Por qué educo al otro?

¿En qué mundo educo? En un mundo en constante cambio, culturalmente


enriquecido por la gran variedad de confesiones religiosas, movimientos políticos,
culturales, económicos, etc. En creciente y vertiginoso avance y descubrimiento en
el campo científico y tecnológico. Donde la creciente población hace que la vida
diaria esté atravesada por el ritmo laboral, académico y envolvente, generador de
grandes cargas de trabajo y poco tiempo para dedicar al descanso y a la familia.
Donde ésta última se ha desplazado del anterior puesto que ocupaba, a la última y
más sufriente opción. Donde padres de familia dejan el día entero solos a sus
hijos, mientras ellos trabajan horas extra para poderles llenar de bienes
materiales, que la posmodernidad casi obliga a tener.

De lo anterior surge la pregunta ¿para qué estamos educando? Y la respuesta


pareciera evidente. Para forjar sujetos sociales, capaces de enfrentarse al mundo,
con la libertad y autonomía necesarias para dirigir sus vidas y convivir en
comunidad, es decir, en sociedad. Educamos para la cultura, para continuar
construyendo el saber, fortalecer la vivencia de los derechos humanos de unos
para con otros, y finalmente para mantener el desarrollo sostenible de las
naciones. Un país que no eduque a sus habitantes en valores y conocimientos
básicos, corre el riesgo de fracasar y estar a la merced de otros que lo quieran
dominar.

Indudablemente también estamos educando para formar el ser interior, que tiene
un gran número de características, como generar la capacidad de escucha hacia
los otros, aprender a reconocer la palabra de los demás, comprender que lo que
otros han hecho, es bueno para lo que hacemos hoy. Educamos para enseñarle a
las nuevas generaciones que es importante aprender a manejar el fracaso, a
cuestionar los grandes interrogantes de la vida, el sentido de la existencia humana
y para lograr poco a poco la autonomía y libertad como parte fundamental de la
existencia. Educamos para el encuentro consigo mismo, en la construcción de
sujetos políticos, para formar comunidad y gestos de solidaridad frente a las
necesidades de los demás.

¿Por qué educo al otro? Por la necesidad de aprender a ser tolerantes con
quienes están al rededor, para evitar la exclusión y la indiferencia. Para que la
persona sea un sujeto de formación integral, y no solo receptor de conocimiento
cognitivo. Para crear conciencia de mundo, de sociedad, en un planeta que con
sus habitantes está lleno de virtudes y a la vez lleno de desencantos.

Educamos en perspectiva de responsabilidad social, compromiso, solidaridad y


acogida a quienes se acercan a la propia vida. Por la necesidad de aprender a ver
que existe la diferencia, de género, raza, condición social, religión, etc., y que es
necesario respetar a los semejantes. Porque todo ser humano posee dignidad, y
aunque es diferente, también tiene valores, cualidades y fortalezas.

Educamos por la gran necesidad de reflexionar y practicar la justicia, la


construcción de tejido social y los recursos necesarios para lograr mejores
condiciones de vida. Por la urgencia de fortalecer las relaciones que den sentido a
la vida, forjar relaciones sanas para con los otros, basadas en la responsabilidad
de sí mismo, del otro y de la naturaleza, en el reconocimiento de los demás como
personas, que deben ser acogidas y sentidas como hermanos.

En resumidas cuentas educamos para formar cultura, para fortalecer el respeto


por los derechos humanos y para el desarrollo sostenible de la nación. Educamos
para formar el ser interior, fortalecer valores personales que desemboquen en
valores sociales, que permitan vivir a todos los seres humanos en el mundo que
ha sido creado para todos.

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