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B.- Una de las primeras formas de protección que el titular del dominio
tiene, reconocida en la generalidad de las legislaciones, es la llamada
“legítima defensa”, que no sólo comprende a la persona sino también a sus
bienes (artículo 10 Nº 4 C.P.).
a.- En un primer grupo constituido por las acciones que protegen el dominio
en forma directa, es decir, las acciones del dominio propiamente tales.
LA ACCIÓN REIVINDICATORIA
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Peñailillo Arévalo, Daniel; Los bienes. La propiedad y otros derechos reales; Editorial Jurídica de Chile; año
1991; 2ª edición; págs. 363 a 378 (párrafos 258 a 270).
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Artículo 549 C.P.C.: “ Los interdictos o juicios posesorios sumarios pueden intentarse:
1º Para conservar la posesión de los bienes raíces o de derechos reales constituidos en ellos;
2º Para recuperar esta misma posesión;
3º Para obtener el restablecimiento en la posesión o mera tenencia de los mismos bienes, cuando dicha posesión o
mera tenencia hayan sido violentamente arrebatadas;
4º.Para impedir una obra nueva;
5º Para impedir que una obra ruinosa o peligrosa cause daño; y
6º Para hacer efectivas las demás acciones posesorias especiales que enumera el Título XIV, Libro II del Código
Civil.
En el primer caso, el interdicto se llama querella de amparo; en el segundo, querella de restitución; en el
tercero, querella de restablecimiento; en el cuarto, denuncia de obra nueva; en el quinto, denuncia de obra ruinosa;
y en el último, interdicto especial”.
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Vimos, también, que sobre los derechos reales hay una especie de
posesión (artículo 715 C.C.). Consecuencia de ello es que no sólo el
poseedor del dominio, sino también el usufructuario, el usuario, el habitador
y el poseedor de cualquier derecho real inmueble puede intentar acción
posesoria para amparar o recuperar la posesión de su derecho (artículo 922
C.C.).
Esto quiere decir que se intente la acción antes que haya prescrito.
A esta materia se refieren los artículos 924 y 925 C.C., los cuales,
según ya lo hemos visto, presentan problemas de interpretación.
3.- Que la acción no haya prescrito, o sea, que se entable dentro del plazo
legal. Se acepta que es necesario, también este requisito; pero, en cuanto
al plazo de prescripción, no se aplican las normas del Título XIII, sino
normas especiales contenidas en el Título XIV.
D.- Las demás acciones se acepta que prescriben en un año desde que han
podido ser intentadas; esto por analogía.
Debe tenerse presente, por último, que sólo son denunciables las
obras que se pretenda concluir con carácter definitivo, y que estén
adheridas al suelo o labradas en él. No son denunciables, pues, las obras
momentáneas o de temporada, porque no van a producir una turbación a la
posesión. Esto resulta del artículo 930 inciso 2 y 3 C.C.: “Pero no tendrá el
derecho de denunciar con este fin las obras necesarias para precaver la
ruina de un edificio, acueducto, canal, puente, acequia, etc.; con tal que en
lo que puedan incomodarle se reduzcan a lo estrictamente necesario, y que
terminadas, se restituyan las cosas al estado anterior, a costa del dueño de
las obras.
Para que proceda la querella, según los artículos 932 y 935 C.C., es
necesario que se cumplan varios requisitos:
2.- Que la ruina o destrucción del edificio o construcción o caída del árbol
sean inminentes.
4.- También es necesario que los daños que se teman sean graves. Si se
trata de daños sin importancia el artículo 932 inciso 2° dice: “Si el daño que
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se teme del edificio no fuera grave, bastará que el querellado rinda caución
de resarcir todo perjuicio que por el mal estado del edificio sobrevenga”.
que tenga cada uno en la obra”. Sabemos también que esta acción no
prescribe mientras se tema el daño (950 inciso 2°).
Quedan vigentes en el Código Civil los artículos 937, 941, 942, y 943,
que dicen lo siguiente:
2.- “El dueño de una casa tiene derecho para impedir que cerca de sus
paredes haya depósitos o corrientes de agua, o materias húmedas que
puedan dañarla.
3.- “Si un árbol extiende sus ramas sobre suelo ajeno o penetra en él con
sus raíces, podrá el dueño exigir que se corte la parte excedente de las
ramas, y cortar el mismo las raíces.
4.- “Los frutos que dan las ramas tendidas sobre terreno ajeno, pertenecen
al dueño del árbol; el cual, sin embargo, no podrá entrar a cogerlos sino con
permiso del dueño del suelo, estando cerrado el terreno.
ACCIÓN POPULAR