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UNIVERSIDAD DE SAN JOSÉ

Filosofía del Derecho de Sócrates, Platón y Aristóteles.

Filosofía del Derecho

Hartman Guido, Julio Hernández Espinoza, Celimo Fuentes y Luis Fernando González
03/02/2011

Breve descripción sobre la forma de ver el mundo de tres grandes filósofos, Sócrates,
Platón y Aristóteles
Contenido
INTRODUCCION ................................................................................................................................... 3
SOCRATES ............................................................................................................................................ 4
Sócrates y el derecho ...................................................................................................................... 6
El intelectualismo moral.................................................................................................................. 7
PLATÓN................................................................................................................................................ 7
Pensamiento jurídico y político ....................................................................................................... 8
El mito de la caverna (República, VII) ............................................................................................ 10
El mito de la caverna .................................................................................................................... 11
ARISTÓTELES ..................................................................................................................................... 15
Principales obras sobre la política y el derecho. ........................................................................... 17
La Definición del Derecho ............................................................................................................. 17
El objeto de la justicia: la distribución....................................................................................... 18
Justicia distributiva y conmutativa. ........................................................................................... 19
Su campo de aplicación: el “díkaion politikon”. ........................................................................ 20
Distinción entre el derecho y la moral. ..................................................................................... 21
BIBLIOGRAFIA .................................................................................................................................... 23
INTRODUCCION

La Filosofía del derecho es aquella rama de la filosofía que concierne al Derecho. Ahora
bien, Filosofía es el estudio de lo universal, luego en cuanto la Filosofía tiene por objeto el
Derecho, lo toma en sus aspectos universales.

La Filosofía práctica estudia los primeros principios del obrar y se divide en Filosofía moral
y Filosofía del Derecho. A menudo se adopta también para la denominarla la palabra ética:
más conviene advertir que a veces se entiende esta denominación en sentido lato, en
cuyo caso es sinónima de Filosofía práctica; y a veces en sentido estricto, en cuyo caso es
sinónima de filosofía moral.

El estudio del derecho en sus ingredientes universales constituye el objeto de la filosofía


jurídica. Pero el Derecho puede ser estudiado en sus aspectos particulares: en este caso es
el objeto de la ciencia jurídica o jurisprudencia en sentido estricto.

La diferencia entre ciencia y filosofía del derecho radica en el respectivo modo como una y
otra consideran al Derecho: la primera en particular, la segunda en universal. En todo
tiempo y en todos los pueblos se da un sistema positivo de derecho.

La ciencia del Derecho tiene por objeto los sistemas particulares considerados
singularmente para cada pueblo en una época determinada. Pero además, una ciencia
jurídica no suele comprender propiamente todo un sistema, sino que procede con
ulteriores especificaciones y distinciones, considerando una parte singular del sistema en
cuestión (derecho público o derecho privado).

Ninguna ciencia jurídica en sentido estricto puede explicar que sea derecho en universal,
sino únicamente lo que es el derecho (o una parte del derecho) en un cierto determinado
tiempo. La definición del derecho in genere es una investigación que trasciende de la
competencia de todas y cada una de las ciencias jurídicas particulares: y constituye
precisamente el primer tema de la Filosofía del Derecho. Como lo dijo con gran justeza Y.
Kant, las ciencias jurídicas no responden a la cuestión "quid juris?" (que es lo que debe
entenderse in genere por derecho), sino únicamente a la pregunta "quid juris?" (que ha
sido establecido como derecho por un cierto sistema).

Si queremos conocer el derecho en su integridad lógica, esto es, saber cales son los
elementos esenciales comunes a todos los sistemas jurídicos, debemos forzosamente
superar las particularidades de estos sistemas y mirar al concepto universal del derecho.
SOCRATES

La verdadera sabiduría está en reconocer la propia


ignorancia. «Yo sólo sé que no sé nada»

Sócrates (470 – 399 a. C.) fue un filósofo griego


considerado como uno de los más grandes, tanto de
la filosofía occidental como de la universal. Fue el
maestro de Platón, quien tuvo a Aristóteles como
discípulo; estos tres son los representantes
fundamentales de la filosofía griega. Nació en Atenas,
donde vivió durante los dos últimos tercios del siglo
V a. C., la época más espléndida en la historia de toda
la antigua Grecia.

Desde muy joven, llamó la atención por la agudeza de sus razonamientos y su facilidad de
palabra, además de la fina ironía con la que salpicaba sus tertulias con los ciudadanos
jóvenes aristocráticos de Atenas, a quienes les preguntaba sobre su confianza en
opiniones populares, aunque muy a menudo él no les ofrecía ninguna enseñanza.

El punto de partida de la investigación filosófica socrática es el propio ser humano:


"Conócete a ti mismo", y la primera condición para ello es el reconocimiento de la propia
ignorancia: "Sólo sé que no se nada". Para Sócrates, al contrario que los sofistas, el más
sabio es quien sabe que no sabe, pues el que se cree en posesión de la sabiduría ignora
hasta su propia ignorancia, y no es capaz de investigar, permaneciendo en la ignorancia,
lejos de la verdad y la virtud, ya que Sócrates identifica el saber con la virtud
(intelectualismo moral.)

Su inconformismo lo impulsó a oponerse a la ignorancia popular y al conocimiento de los


que se decían sabios, aunque él mismo no se consideraba un sabio

Filósofos, poetas y artistas, todos creían tener una gran sabiduría, en cambio, Sócrates era
consciente tanto de la ignorancia que le rodeaba como de la suya propia. Esto lo llevó a
tratar de hacer pensar a la gente y hacerles ver el conocimiento real que tenían sobre las
cosas. Asumiendo una postura de ignorancia, interrogaba a la gente para luego poner en
evidencia la incongruencia de sus afirmaciones; a esto se le denominó «ironía socrática»,
la cual queda expresada con su célebre frase
Su más grande mérito fue crear la mayéutica, método inductivo que le permitía llevar a
sus alumnos a la resolución de los problemas que se planteaban por medio de hábiles
preguntas cuya lógica iluminaba el entendimiento. Según pensaba, el conocimiento y el
autodominio habrían de permitir restaurar la relación entre el ser humano y la naturaleza.

La mayéutica, es una técnica que consiste en interrogar a una persona para hacerla llegar
al conocimiento no conceptualizado. Se basa en la dialéctica, la cual supone la idea de que
la verdad está oculta en la mente de cada ser humano. La técnica consiste en preguntar al
interlocutor acerca de algo y luego se procede a debatir la respuesta dada por medio del
establecimiento de conceptos generales.

La sabiduría de Sócrates no consiste en la simple acumulación de conocimientos, sino en


revisar los conocimientos que se tienen y a partir de ahí construir conocimientos más
sólidos.

Esto le convierte en una de las figuras más extraordinarias y decisivas de toda la historia;
representa la reacción contra el relativismo y subjetivismo sofista, y es un singular
ejemplo de unidad entre teoría y conducta, entre pensamiento y acción. A la vez, fue
capaz de llevar tal unidad al plano del conocimiento, al sostener que la virtud es
conocimiento y el vicio ignorancia.

Fue el verdadero iniciador de la filosofía en cuanto que le dio su objetivo primordial de ser
la ciencia que busca en el interior del ser humano.

Sócrates describió el alma como aquello en virtud de lo cual se nos califica de sabios o de
locos, buenos o malos, una combinación de inteligencia y carácter.

Su lógica hizo hincapié en la discusión racional y la búsqueda de definiciones generales

Los sofistas habían afirmado el relativismo gnoseológico y moral. Sócrates criticará ese
relativismo, convencido de que los ejemplos concretos encierran un elemento común
respecto al cual esos ejemplos tienen un significado.

Si decimos de un acto que es "bueno" será porque tenemos alguna noción de "lo que es"
bueno; si no tuviéramos esa noción, ni siquiera podríamos decir que es bueno para
nosotros pues, ¿cómo lo sabríamos?

Lo mismo ocurre en el caso de la virtud, de la justicia o de cualquier otro concepto moral.


Para el relativismo estos conceptos no son susceptibles de una definición universal: son el
resultado de una convención, lo que hace que lo justo en una ciudad pueda no serlo en
otra. Sócrates, por el contrario, está convencido de que lo justo ha de ser lo mismo en
todas las ciudades, y que su definición ha de valer universalmente.

La búsqueda de la definición universal según conceptos se presenta, pues, como la


solución del problema moral y la superación del relativismo.

Sócrates y el derecho

Según Sócrates, el buen ciudadano debe obedecer aun las malas leyes, para no estimular
al mal ciudadano a violar las buenas.

Fue obediente con las leyes de Atenas, pero evitaba la política. Creía que podría servir
mejor a su país dedicándose a la filosofía. No escribió ningún libro ni tampoco fundó una
escuela regular de filosofía.

Creía que todo vicio es el resultado de la ignorancia y que ninguna persona desea el mal; a
su vez, la virtud es conocimiento y aquellos que conocen el bien actuarán de manera justa.

El mismo Sócrates puso en práctica este principio, cuando acusado de haber introducido
nuevos dioses y de haber corrompido a los jóvenes, y condenado a muerte por estos
supuestos delitos, quiso que se ejecutara la sentencia, y sufrió serenamente la muerte que
tuvo a su alcance evitar.

Establece la libertad de hombre como el triunfo de la voluntad sobre sus propias pasiones,
el hombre solo es libre cuando logra controlar sus instintos, si no lo logra será presa de sus
propios instintos y estos lo llevaran a hacer el mal, lo que se atribuye a la propia
ignorancia del hombre. Esto debido a que afirmaba que solo un loco podría querer hacer
el mal teniendo conocimiento del bien.

Fue así el iniciador del intelectualismo, pues establece una relación entre el saber y el
actuar, y la dependencia del actuar con el conocimiento. Principios aplicados inclusive en
el derecho actual al establecer la culpabilidad de las personas.

El pensamiento socrático no define la libertad como la capacidad de realizar cualquier


conducta que se desea, esto debido a que el hombre no es considerado por Sócrates
como racional, sino que tiene la capacidad de llegar a serlo, pero para esto necesita
redescubrir sus conocimientos y conocer el bien.
Los conceptos como el bien, la justicia, la belleza, etc., son para Sócrates de carácter
universal, subsisten de manera idéntica para todas las personas en todas las épocas, en
oposición radical al relativismo y convencionalismo de los sofistas.

Sócrates constantemente investiga en el ámbito de la Ética acerca de conceptos generales


o universales, tratando de alcanzar una determinación y definición de los mismos, de su
esencia permanente, de aquello en lo que consiste lo bueno, lo bello, lo justo en sí.

El intelectualismo moral.

Sólo quien sabe en qué consiste el bien es capaz de practicarlo. Quien no es virtuoso y no
obra el bien es porque no lo ha conocido, es ignorante, ya que el bien incide en el
entendimiento y determina a la voluntad con tal fuerza que, una vez conocido, no puede
evitarse amarlo y practicarlo. El malvado es, pues, un ignorante.

PLATÓN

Platón ( 428 a. C./427 a. C. – 347 a. C.) fue un filósofo


griego, alumno de Sócrates y maestro de Aristóteles,
de familia noble y aristocrática. Platón (junto a
Aristóteles) es quién determinó gran parte del corpus
de creencias centrales tanto del pensamiento
occidental como del hombre corriente (aquello que
hoy denominamos "sentido común" del hombre
occidental) y pruebas de ello son la noción de
"Verdad" y la división entre "doxa" (opinión) y
"episteme" (ciencia). Demostró (o creó, según la
perspectiva desde donde se le analice) y popularizó
una serie de ideas comunes para muchas personas,
pero enfrentadas a la línea de gran parte de los filósofos presocráticos y al de
los sofistas (muy populares en la antigua Grecia) y que debido a los caminos que tomó la
historia de la Metafísica, en diversas versiones y reelaboraciones, se han consolidado. Su
influencia como autor y sistematizador ha sido incalculable en toda la historia de la
filosofía, de la que se ha dicho con frecuencia que alcanzó identidad como disciplina
gracias a sus trabajos. Alfred North Whitehead llegó a comentar:
La caracterización general más segura de la tradición filosófica europea es que consiste en
una serie de notas al pie a Platón.

Pensamiento jurídico y político

Concepción de la justicia

Puede decirse con mucha propiedad que la principal preocupación de Platón lo


constituye el valor de la justicia.

La Justicia ejerce su función en la vida política o de convivencia del hombre, es


decir en tiempos actuales de las personas.

Compara el hombre individual y la ciudad. Polis ideal - hombre concreto.

El alma del hombre impulsa tres operaciones según lo plantea en su obra La


República y para ilustrarlo se presenta el denominado cuadro de las virtudes.

ACTIVIDAD RACIONAL CABEZA


(Conocimiento intelectual de las ideas) VIRTUD DE LA PRUDENCIA phrónesis.
RAZA DE ORO - GOBERNADORES Y MAGISTRADOS
(Rigen la vida de la Polis)
ACTIVIDAD IRRASCIBLE PECHO
(Gobierna el mundo de los impulsos y afectos) VIRTUD DE LA FORTALEZA andreía.
RAZA DE PLATA - GUERREROS O DEFENSORES VIRTUD DE LA TEMPLANZA sophrosýne.
(Proteger la Ciudad)
ACTIVIDAD CONCUPISCIBLE VIENTRE
(Actividades vitales - puramente Biológicas) VIRTUD DE LA TEMPLANZA sophrosýne.
RAZA DE BRONCE Y HIERRO - ARTESANOS, LABRADORES, COMERCIANTES
(Todos los que satisfacen las necesidades elementales de la Ciudad)

- Para lograr el hombre cabal y equilibrado:

- Actuación armonizada de las virtudes: LA JUSTICIA dikaiosýne.

- Para impulsar el desarrollo armónico de la polis:

Cuadro de las virtudes humanas


Para los dos primeros estamentos preconiza la supresión de la familia y de la
propiedad privada para liberar preocupaciones. NO para el tercer estamento
(sometido a los gobernantes) <<comunismo>> de Platón.

Clara concepción social COLECTIVISTA - SUMISIÓN DEL INDIVIDUO A LA SOCIEDAD.

Función y valor de las leyes:

Platón plantea la Doctrina de las Ideas. Las presenta en dos dimensiones:

Mundo de las realidades que se percibe por los sentidos y mundo de las ideas
que se perciben por la razón.

La verdadera realidad es la de las ideas.

Quienes se conforman con las realidades (sentidos) adquieren sólo una opinión
dóxa.
Quienes captan racionalmente las ideas (Sabios o Filósofos): Adquieren lo
verdadero epísteme.
Los gobernantes serán filósofos, para conocer el bien, la verdad y la justicia y
aplicarlo.
Pensó que si gobernaban sabios no harían falta Leyes. (Aplicación de la IDEA de
Justicia) "La República"
En la ancianidad sostiene la necesidad de que existan leyes positivas "El Político"
Incluso que los propios gobernantes se sometan a ellas "Las leyes"

Las formas de gobierno

Plantea cinco formas gobierno y tipos humanos que las encarnan. "La República"
a) aristocracia: SABIOS (Minoría intelectual - Hombre justo - equilibrado) Sistema
Paternalista.
El más estable; pero se destruirá con el tiempo por los errores en las uniones
sexuales, dará paso a:

b) timocracia o timarquía: GUERREROS (Hombre ambicioso, atesoran riquezas y


honores)
Se hacen amantes de la riqueza, el negocio. Establecen Ley censal según fortuna y
dan paso a:

c) oligarquía: ricos (Gobierno basado en el Censo, los pobres no tienen acceso al


gobierno)
La acumulación de riquezas los lleva a los placeres y remisión a trabajar. La
mayoría sometida da paso a:

d) democracia: todos (Libertad, todos iguales, esclavos libres etc. Visto con recelo
por Platón)
Se corrompe por sus excesos, por la licencia y el libertinaje, y da paso a su
antónimo:

e) tiranía: tirano (Hombre audaz y violento rodeado de aduladores que elimina a


los discrepantes)
Someterá finalmente a todos al Gobierno más despótico y aborrecible - Grado
máximo de injusticia en la vida política. (Aristóteles le recriminará no cerrar el ciclo
y no dar fin a esta forma de gobierno)
Esquema estático de formas o “constituciones políticas” Número gobernantes y
Legalidad "El Político"

e.1) perfectas: (Se gobierna de conformidad con las leyes) monarquía,


aristocracia, democracia
e.2) imperfectas. (Y si van contra las Leyes, respectivamente) tiranía, oligarquía,
demagogia

e.3) mixta.(Sistema de mutuas compensaciones de las tres formas perfectas)

El mito de la caverna (República, VII)

El libro VII de la República comienza con la exposición del conocido mito de la


caverna, que utiliza Platón como explicación alegórica de la situación en la que se
encuentra el hombre respecto al conocimiento, según la teoría explicada al final
del libro VI.
El mito de la caverna

I - Y a continuación -seguí-, compara con la siguiente escena el estado en que, con


respecto a la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza.

Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea provista de una larga


entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos
hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo
que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las
ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde
algo lejos y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino
situado en alto, a lo largo del cual suponte que ha sido construido un tabiquillo
parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el público, por encima
de las cuales exhiben aquellos sus maravillas.

- Ya lo veo-dijo.

- Pues bien, ve ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan
toda clase de objetos, cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres
o animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre estos
portadores habrá, como es natural, unos que vayan hablando y otros que estén
callados.

- ¡Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños prisioneros!

- Iguales que nosotros-dije-, porque en primer lugar, ¿crees que los que están así
han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras
proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?

- ¿Cómo--dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a mantener inmóviles las
cabezas?

- ¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?

- ¿Qué otra cosa van a ver?

- Y si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que creerían estar
refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar ante ellos?

- Forzosamente.
- ¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que,
cada vez que hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba
era otra cosa sino la sombra que veían pasar?

- No, ¡por Zeus!- dijo.

- Entonces no hay duda-dije yo-de que los tales no tendrán por real ninguna otra
cosa más que las sombras de los objetos fabricados.

- Es enteramente forzoso-dijo.

- Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de
su ignorancia, y si, conforme a naturaleza, les ocurriera lo siguiente. Cuando uno
de ellos fuera desatado y obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a
andar y a mirar a la luz, y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de
las chiribitas, no fuera capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes,
¿qué crees que contestaría si le dijera d alguien que antes no veía más que
sombras inanes y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y
vuelto de cara a objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera
mostrándole los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas
acerca de qué es cada uno de ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que
antes había contemplado le parecería más verdadero que lo que entonces se le
mostraba?

- Mucho más-dijo.

II. -Y si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees que le dolerían los
ojos y que se escaparía, volviéndose hacia aquellos objetos que puede contemplar,
y que consideraría qué éstos, son realmente más claros que los que le muestra .?

- Así es -dijo.

- Y si se lo llevaran de allí a la fuerza--dije-, obligándole a recorrer la áspera y


escarpada subida, y no le dejaran antes de haberle arrastrado hasta la luz del sol,
¿no crees que sufriría y llevaría a mal el ser arrastrado, y que, una vez llegado a la
luz, tendría los ojos tan llenos de ella que no sería capaz de ver ni una sola de las
cosas a las que ahora llamamos verdaderas?

- No, no sería capaz -dijo-, al menos por el momento.


- Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas de arriba. Lo
que vería más fácilmente serían, ante todo, las sombras; luego, las imágenes de
hombres y de otros objetos reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos
mismos. Y después de esto le sería más fácil el contemplar de noche las cosas del
cielo y el cielo mismo, fijando su vista en la luz de las estrellas y la luna, que el ver
de día el sol y lo que le es propio.

- ¿Cómo no?

- Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus imágenes reflejadas en las aguas ni
en otro lugar ajeno a él, sino el propio sol en su propio dominio y tal cual es en sí
mismo, lo que. él estaría en condiciones de mirar y contemplar.

- Necesariamente -dijo.

- Y después de esto, colegiría ya con respecto al sol que es él quien produce las
estaciones y los años y gobierna todo lo de la región visible, y que es, en cierto
modo, el autor de todas aquellas cosas que ellos veían.

- Es evidente -dijo- que después de aquello vendría a pensar en eso otro.

- ¿Y qué? Cuando se acordara de su anterior habitación y de la ciencia de allí y de


sus antiguos compañeros de cárcel, ¿no crees que se consideraría feliz por haber
cambiado y que les compadecería a ellos?

- Efectivamente.

- Y si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o recompensas que


concedieran los unos a aquellos otros que, por discernir con mayor penetración las
sombras que pasaban y acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las que
solían pasar delante o detrás o junto con otras, fuesen más capaces que nadie de
profetizar, basados en ello, lo que iba a suceder, ¿crees que sentiría aquél nostalgia
de estas cosas o que envidiaría a quienes gozaran de honores y poderes entre
aquellos, o bien que le ocurriría lo de Homero, es decir, que preferiría
decididamente "trabajar la tierra al servicio de otro hombre sin patrimonio" o
sufrir cualquier otro destino antes que vivir en aquel mundo de lo opinable?

- Eso es lo que creo yo -dijo -: que preferiría cualquier otro destino antes que
aquella vida.
- Ahora fíjate en esto -dije-: si, vuelto el tal allá abajo, ocupase de nuevo el mismo
asiento, ¿no crees que se le llenarían los ojos de tinieblas, como a quien deja
súbitamente la luz del sol?

- Ciertamente -dijo.

- Y si tuviese que competir de nuevo con los que habían permanecido


constantemente encadenados, opinando acerca de las sombras aquellas que, por
no habérsele asentado todavía los ojos, ve con dificultad -y no sería muy corto el
tiempo que necesitara para acostumbrarse-, ¿no daría que reír y no se diría de él
que, por haber subido arriba, ha vuelto con los ojos estropeados, y que no vale la
pena ni aun de intentar una semejante ascensión? ¿Y no matarían; si encontraban
manera de echarle mano y matarle, a quien intentara desatarles y hacerles subir?.

- Claro que sí -dijo.

III. -Pues bien -dije-, esta imagen hay que aplicarla toda ella, ¡oh amigo Glaucón!, a
lo que se ha dicho antes; hay que comparar la región revelada por medio de la
vista con la vivienda-prisión, y la luz del fuego que hay en ella, con el poder del. sol.
En cuanto a la subida al mundo de arriba y a la contemplación de las cosas de éste,
si las comparas con la ascensión del alma hasta la. región inteligible no errarás con
respecto a mi vislumbre, que es lo que tú deseas conocer, y que sólo la divinidad
sabe si por acaso está en lo cierto. En fin, he aquí lo que a mí me parece: en el
mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero,
una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello
que hay en todas las cosas; que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz
y al soberano de ésta, en el inteligible es ella la soberana y productora de verdad y
conocimiento, y que tiene por fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente
en su vida privada o pública.

- También yo estoy de acuerdo -dijo-, en el grado en que puedo estarlo.

Según la versión de J.M. Pabón y M. Fernández Galiano, Instituto de Estudios


Políticos, Madrid, 1981 (3ª edición)
ARISTÓTELES
Aristóteles nació en 384 a. C. en la
ciudad de Estagira (razón por la cual
se lo apodó el Estagirita), no lejos
del actual Monte Athos, en la
península Calcídica, entonces
perteneciente al Reino de
Macedonia (actualMacedonia). Su
padre, Nicómaco, fue médico del rey
Amintas III de Macedonia, hecho que explica su relación con la corte real de Macedonia,
que tendría una importante influencia en su vida.
En 367 a. C., cuando Aristóteles tenía 17 años, su padre murió y su tutor Proxeno de
Atarneo lo envió a Atenas, por entonces un importante centro intelectual del mundo
griego, para que estudiase en la Academia de Platón.8 Allí permaneció por veinte años.
Tras la muerte de Platón en 347 a. C., Aristóteles dejó Atenas y viajó a Atarneo y a Aso, en
Asia Menor, donde vivió por aproximadamente tres años bajo la protección de su amigo y
antiguo compañero de la Academia, Hermias, quien era gobernador de la ciudad.
Cuando Hermias fue asesinado, Aristóteles viajó a la ciudad de Mitilene, en la isla
de Lesbos, donde permaneció por dos años. Allí continuó con sus investigaciones junto
a Teofrasto, nativo de Lesbos, enfocándose en zoología y biología marina. Además se casó
con Pythias, la sobrina de Hermias, con quien tuvo una hija del mismo nombre.
En 343 a. C., el rey Filipo II de Macedonia convocó a Aristóteles para que fuera tutor de su
hijo de 13 años, que más tarde sería conocido como Alejandro Magno. Aristóteles viajó
entonces a Pella, por entonces la capital del imperio macedonio, y enseñó a Alejandro
durante, al menos, dos años, hasta que inició su carrera militar.
En 335 a. C., Aristóteles regresó a Atenas y fundó su propia escuela, el Liceo (llamado así
por estar situado dentro de un recinto dedicado al dios Apolo Licio). A diferencia de la
Academia, el Liceo no era una escuela privada y muchas de las clases eran públicas y
gratuitas. A lo largo de su vida Aristóteles reunió una vasta biblioteca y una cantidad de
seguidores e investigadores, conocidos como los peripatéticos (de περιπατητικός,
'itinerantes', llamados así por la costumbre que tenían de discutir caminando). La mayoría
de los trabajos de Aristóteles que se conservan son de este período.
Cuando Alejandro murió en 323 a. C., es probable que Atenas se volviera un lugar
incómodo para los macedonios, especialmente para quienes tenían las conexiones de
Aristóteles. Tras declarar (según se cuenta) que no veía razón para dejar que Atenas
pecara dos veces contra la filosofía (en referencia a la condena de Sócrates), Aristóteles
dejó la ciudad y viajó a Calcis, en la isla de Eubea, donde murió al año siguiente,
en 322 a. C., por causas naturales.
Línea de Tiempo.

384 a.C. Nace en Estagira, Macedonia (de ahí su


sobrenombre de El Estagirita).

367 a.C. Se traslada a Atenas para estudiar en la


Academia de Platón, donde más tarde
ejerce como maestro.

347 a.C. Muere Platón.

348 a.C. Se traslada a Axos, donde sirve a


Hermias de Atarneo. Durante esta etapa
contrae matrimonio con Pitias, sobrina
de Hermias, con la que tuvo una hija.
Tras la muerte prematura de Pitias se
casa con Erpilis, con quien tiene un hijo,
Nicómaco, al que dedicará su Ética para
Nicómaco. También redacta su Política.

345 a.C. Tras el asesinato de Hermias, se instala


en Mitilene (Lesbos). Se dedica al
estudio de la biología con Teofrasto.

343 a.C. Filipo de Macedonia le contrata como


tutor de su hijo Alejandro.

334 a.C. Al acceder Alejandro al trono,


Aristóteles regresa a Atenas y funda el
Liceo. En esta etapa produce la mayor
parte de su obra.
323 a.C. La muerte de Alejandro levanta un
oleada antimacedónica en Atenas que
obliga a Aristóteles a exiliarse.

322 a.C. Muere en la isla de Chalcis, tierra de su


madre, a los sesenta y dos años de edad.

Principales obras sobre la política y el derecho.

Un buen número de obras de Aristóteles -hoy perdidas- parecen haber tratado del
derecho y la política: diálogos de juventud sobre “La Política” y “La Justicia”, una obra
sobre las costumbres bárbaras (Nomina barbárica), sobre el “poder judicial”, sobre “la
reyecía”, acerca de “Alejandro o las colonias”, compilaciones de textos jurídicos
(dikaionata) y estudios, realizados en el Liceo, sobre una centena de constituciones.
Sólo una parte de la producción de Aristóteles ha llegado hasta nosotros; de ella
utilizaremos en nuestro estudio:
1. las Éticas, sobre todo la Ética Nicomaquea Aristóteles investiga aquí en qué
consiste la felicidad del hombre, fin de su conducta moral; define a la virtud
como un justo medio: la templanza consiste en no comer demasiado ni
demasiado poco; ser liberal significa un medio entre la avaricia y la
prodigalidad. Nos interesa sobre todo el libro V, donde se encuentra una
doctrina completa de la justicia y el derecho; accesoriamente, los libros VIII y IX
sobre la amistad, las comunidades y la vida social y el VI sobre la prudencia y las
demás virtudes intelectuales.
2. la Política. Poniendo en práctica su doctrina de la justicia, Aristóteles busca
cuáles pueden ser las mejores constituciones, adaptadas a la esencia del
hombre y a las variables condiciones de la vida social; analiza las experiencias
de los estados de su tiempo y diversos proyectos de constituciones.
3. la Retórica. En este tratado del arte de la oratoria, Aristóteles dedica un largo
espacio a la elocuencia judicial; estudia los argumentos de que puede hacer uso
el abogado: el derecho natural, las leyes positivas, la equidad.

La Definición del Derecho

En Platón hemos encontrado una noción muy amplia del derecho, no


diferenciada de la moral. Es un gran mérito de Aristóteles, en el libro V de la
Ética Nicomaquea, el haber develado una noción mucho más precisa, cuya
importancia histórica es considerable. Esta noción estricta, no es un invento de
Aristóteles, constituido arbitrariamente en sueños, a la manera idealista; por el
contrario, él la ha extraído de la experiencia y de la observación del lenguaje,
que es el reflejo de la experiencia. Aristóteles investiga el sentido del término
DIKAION, que nosotros traducimos a la vez por “justo” o por “derecho”. Los
nombres reciben en el lenguaje vulgar acepciones muy variadas, en virtud de la
pobreza de nuestro lenguaje; “plura sunt negotia quam vocablo”. Pero un
análisis atento nos libera de confusiones y distingue el sentido propio del
término de los sentidos derivados; pone de relieve el sentido estricto y más
auténtico del nombre. Por este método, quedarán circunscriptos el objeto
específico y el campo de aplicación de la virtud de justicia y luego definida la
ubicación del derecho en relación a la justicia.

El objeto de la justicia: la distribución.


Se designa algunas veces como justa -es por esta observación que comienza
la investigación de Aristóteles- toda conducta que parece conformarse con la ley
moral; en este sentido, la justicia incluye a todas las virtudes, resulta ser una virtud
universal. Aristóteles no rechaza esta acepción amplia; muestra su razón de ser, el
porqué podemos ser llevados a calificar a toda virtud, incluso la templanza o el
coraje, con el nombre de justicia: cuando consideramos -ante todo- el ejercicio de
estas virtudes en función de su utilidad social, como cuando el coraje se dirige al
cumplimiento de un deber hacia la patria.
Pero es posible discernir una acepción más precisa del nombre, su sentido
primigenio, aquel que merece en mayor medida nuestra atención: la justicia
particular. El objeto propio de esta virtud es el dar a cada uno lo suyo -suum cuique
tribuere- conforme a la fórmula tradicional ya estudiada por Platón y que
encontraremos reiterada a través de toda la literatura clásica; es el efectuar un
reparto conveniente, que no atribuya a cada uno ni más ni menos de lo que exige
una medida recta, una cierta “igualdad” (ison). Aristóteles encuentra aquí una
aplicación de su teoría general de la virtud como un justo medio; pero aquí ese
justo medio se encuentra en las cosas mismas, que se distribuyen a cada uno en
cantidad ni demasiado grande ni demasiado pequeña, sino intermedia entre
ambos excesos (medium rei). Veremos más adelante la importancia de esta última
observación.
De este modo, el objeto de la justicia no se confunde con el de la moral en general
y comienza a formarse una idea menos amplia y difusa del objeto del arte jurídico.
Justicia distributiva y conmutativa.
Para precisar mejor el sentido de esta especie de “igualdad” por la que se
define a la justicia propiamente dicha, Aristóteles realiza el análisis de estas dos
justicias: “distributiva” y “conmutativa”. Esta distinción es hoy en día muy mal
comprendida, en virtud de las deformaciones que ha sufrido a manos de sus
intérpretes, sobre todo en el pensamiento jurídico moderno posterior al siglo XVI.
a) La justicia distributiva tiene por cometido la distribución de los bienes, honores y
cargas públicas entre las personas; aquel que es -tal como acabamos de decirlo- el
cometido propio de la justicia. Es por aquí que debe comenzar la puesta en
práctica de la justicia. Es en esto en lo que ella principalmente consiste.
Ahora bien, en este caso, la igualdad que nosotros buscamos es una proporción;
una igualdad “geométrica” o igualdad entre dos fracciones. La justicia tenderá, por
ejemplo, a que exista la misma relación entre los honores que tributamos a Mozart
y a Puccini que entre la calidad de la música de estos dos autores; entre los salarios
del zapatero y del arquitecto, que entre el valor, la cantidad o la calidad del trabajo
de estas dos personas.

precio de la casa trabajo del


arquitecto
---------------------------- = ------------------------
--------
precio de los zapatos trabajo del
zapatero

b) La justicia conmutativa no cumple sino un papel subsidiario. Si suponemos a los


bienes, honores y cargas ya distribuidos, a los patrimonios ya establecidos
conforme a la fórmula precedente, resulta que este equilibrio quedará alterado
cada vez que una fracción de bienes atribuida a un patrimonio pase a formar parte
de otro, como cuando mil colones salen de un bolsillo para pasar al de otra
persona. Resulta necesario entonces corregir ese desequilibrio -de aquí el nombre
de justicia “correctiva”, “dikaion diortoticon”-, lo que no puede hacerse sino
restituyendo una cantidad equivalente; operación que, al fin de cuentas, se reduce
a un intercambio (conmutación o “sinalagma”).
En esta hipótesis subsidiaria, la igualdad buscada se expresa en una fórmula más
simple, llamada de igualdad “aritmética”. Aquí el oficio del juez es el de calcular
una restitución igual al daño sufrido; si un automóvil de propiedad de “A” ha
pasado al patrimonio de “B”, sea porque lo ha robado, porque lo ha comprado, o
porque ha sido expropiado por causa de utilidad pública en su beneficio, será
necesario que “B” pague en su lugar su justo precio.
Por ejemplo:

un automóvil = 5.000 Colones


Esta división entre dos tipos de aplicación de la justicia, con dos métodos
diferentes, en la que culmina el estudio de Aristóteles, es de una gran fecundidad.
Es ella probablemente la fuente de la distinción entre derecho público y derecho
privado: si se acepta que el estado y el derecho público son los competentes para
realizar la primera de las tareas -la distribución de los patrimonios-, es posible
constituir una regla autónoma para regular las conmutaciones: esta será la del
derecho privado, que la ciencia de los jurisconsultos ha desenvuelto a partir del
principio de la igualdad simple o aritmética. De hecho, los jurisconsultos romanos
han explotado metódicamente este último principio como en los casos de la teoría
del enriquecimiento sin causa del mutuo del justo precio, del “damnum injuria
datum” o de las condiciones “sine causa”.
Pero no debemos olvidar, como en forma errónea los hacemos ordinariamente,
que a fin de cuentas la tarea de la justicia es realizar una sana distribución; que la
justicia conmutativa no es sino un anexo de la distributiva, un “correctivo “. La
“igualdad” por la que definimos el fin de la justicia, en sentido estricto, consiste
ante todo y precisamente en una proporción.

Su campo de aplicación: el “díkaion politikon”.


¿Sobre qué realidades se ejerce la justicia, en qué dominio debe ella esforzarse
para dar a cada uno lo suyo? Para Platón, que no distingue casi entre el derecho y
la moral, es la justicia la que deber organizar el equilibrio interior del individuo,
dando un rango inferior al coraje que a la razón y a los instintos sensibles que al
coraje.
Aristóteles no ignora este sentido amplio, este sentido moral del término justicia;
puede decirse que un hombre sabio, fuerte y templado es un justo. Pero se trata
en este caso de un sentido derivado, metafórico. Aristóteles distingue y subraya
otra acepción del término justo, que es para él la principal: lo justo es sobre todo,
el equilibrio realizado, en una ciudad, entre los diversos ciudadanos asociados. La
ciudad está formada por hombres libres, con intereses distintos y que se disputan
bienes y honores; es entre ellos que juega los justo político “dikaion politikon”-
especie principal de lo justo.
Esto no significa que no pueda hablarse, de modo más o menos impropio, de una
justicia ejercida en sociedades menores, sobre todo en la familia. Existe también
en las familias un cierto reparto de bienes que realiza el padre entre la mujer, los
hijos y los servidores y puede decirse que este reparto tiende a la justicia, “dikaion
patricon” u “oeconomikon”. Pero el empleo de ese término allí es impropio, ya que
no existen en la familia intereses propiamente distintos, de modo que pueda haber
lugar a una partición estricta. Los hijos -dice Aristóteles- “son algo del padre”, no
son “otros que su padre”, no tienen patrimonios distintos. Lo mismo ocurre con los
servidores, según las concepciones antiguas. La familia es, como lo diríamos hoy,
comunidad, no sociedad; no existe derecho en su seno, ni justicia en el sentido
estricto del término. Algo similar ocurre en los grupos de amigos, a los que
Aristóteles consagra los últimos libros de la Etica; y tampoco en una ciudad ideal,
platónica, en la que reinaría la caridad.
Por lo tanto, no existe derecho, dikaion, en el sentido más propio del término, más
que en las relaciones entre ciudadanos. Esto contradice las modernas tesis
confusionistas de un Gurvitch, que pretenden encontrar un derecho en los grupos
infraestatales; por otra parte, presagia la distinción entre “sociedad” y
“comunidad”, gesellschaft y gemeinschaft. Aristóteles ya sabía todo esto, antes
que los sociólogos alemanes del siglo XIX. Y los historiadores del derecho no han
sacado todo el provecho que debían, en esta materia, de la doctrina aristotélica: en
Roma no se encuentra un derecho que regule las relaciones del “paterfamilias” con
sus hijos o del amo con el esclavo. Y esto no es una razón válida para tildar al
régimen romano de inhumanidad; no quiere decir que el hijo y el esclavo no
estuvieran protegidos por otros modos de “control social”; ningún texto romano
ha sostenido jamás que los esclavos no fueran personas; por el contrario, Gayo los
enumera entre ellas. Lo que sucede es que la protección del esclavo no competía al
arte del derecho, según el lenguaje de Aristóteles del que debemos admirar su
precisión.

Distinción entre el derecho y la moral.


Platón confundía bajo los términos “nomos” y “dikaion” el derecho y toda la moral.
El esfuerzo de Aristóteles por salir de esta confusión culmina en los capítulos VIII y
IX del libro V de la Etica Nicomaquea, en donde llega a una clara distinción del
derecho y la justicia.
No queda duda de que Aristóteles trata del derecho, del “dikaion”, en su estudio
sobre la justicia; la ciencia del derecho es una parte de la ciencia de la justicia, pero
que se distingue de ella. También en este tema va a proceder Aristóteles con su
habitual respeto por la experiencia, comenzando por la observación del lenguaje:
es evidente que existe una diferencia entre ser y cumplir con lo justo; entre
“dikaios” y “dikaion”. Se puede cumplir con el “dikaion”, es decir con los actos
justos, sin ser yo mismo “dikaios”, es decir, íntimamente justo. Por ejemplo: se
puede devolver el depósito, no por espíritu de justicia, sino solo por temor al
gendarme. Como es posible -por otra parte- ejecutar actos injustos por error o bajo
los efectos de una constricción cualquiera, sin que exista injusticia subjetiva.
La ciencia del derecho, del “dikaion”, concierne solamente a los actos exteriores; a
esa igualdad en las cosas, en las relaciones entre los ciudadanos, a ese “medium
rei” que hemos definido ya como el objeto de la justicia. Al moralista dejamos la
investigación de las intenciones, lo que no significa que el jurista no sea un auxiliar
de la moral, ya que indica al moralista aquello que la intención debe procurar en su
ámbito. Pero el jurista no se ocupa sino del objeto sin importarle el modo en que
se lo persiga. Santo Tomás dirá que el “jus” es el “objetum justitiae”.
Es de este modo como el derecho se especializa dentro del ámbito moral y las
leyes solamente morales se distinguen de las leyes jurídicas; no toda ley es -tal
como lo creía Platón- ley jurídica. La ciencia del derecho ha conquistado su
autonomía a partir de un análisis riguroso y fiel de la experiencia, como lo es el que
realiza Aristóteles en el libro V de la Etica Nicomaquea.
Por abstractos que sean estos análisis, tienen una enorme importancia en la
historia del derecho, aunque no se les ha prestado la debida atención. Han existido
civilizaciones que confundían derecho y moral; así lo hacía Platón y en la edad
media los seguidores de San Agustín. Por el contrario, otras -siguiendo el
descubrimiento de Aristóteles- han sabido delimitar un sector específicamente
jurídico, dejando fuera del derecho el estudio de otras virtudes, distintas de la
justicia -caridad, liberalidad, misericordia-, como asimismo el examen de las
intenciones del sujeto. Es sobre una definición estricta del derecho que se
construyó el derecho natural clásico y el derecho europeo moderno, siguiendo a
Santo Tomás. Ello, porque el contenido de la ciencia del derecho, sus fuentes, su
método, su espíritu, dependen en gran medida de las fronteras que se asigne a
esta ciencia.
CONCLUSIONES

 El pensamiento de Sócrates, contradice la teoría relativista de los Sofistas, ya que


plantea que el bien, la justicia, lo ético son conceptos o verdades universales, que
deben aplicarse o ser las mismas para todos, contrario a la teoría relativista en la
cual la verdad es relativa y depende del lugar y el tiempo en el que se plantearan.

 Para Sócrates el mal existe únicamente debido a la ignorancia del hombre, ya que si el
hombre se educa y conoce las bondades de hacer el bien, entonces no sería concebible
que desee no practicarlo.

 Establecían que el conocimiento es inherente al ser humano. Que lo que debe hacerse es
incentivar para que cada individuo descubra o redescubra el conocimiento que posee. Por
esta razón la aplicación que utilizó de la mayéutica, y sus técnicas de enseñar.

 L a influencia del pensamiento de estos grandes filósofos se encuentra en la aplicación del


derecho moderno, de la misma forma que Sócrates lo definía, el derecho actual establece
que el conocimiento es esencial, de hecho al momento de determinar la culpabilidad,
debe establecerse que las personas están consientes de que están realizando una
conducta inapropiada.

BIBLIOGRAFIA

Eugenio Zaffaroni, Tratado de derecho penal, Ediar, 1987.

De Villey, Michael. EL PENSAMIENTO JUS-FILOSOFICO DE ARISTOTELES Y DE SANTO


TOMÁS, visitado en www.salvador.edu.ar/juri/.../PB/.../El%20pensamArist%20etc.doc.

http://es.wikipedia.org/wiki/Arist%C3%B3teles

http://www.biografiasyvidas.com/monografia/aristoteles/filosofia.htm
http://bachiller.sabuco.com/filosofia/hfilosofia/index.htm

http://www.monografias.com/trabajos7/fide/fide.shtml

http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%B3crateshttp://es.wikipedia.org/wiki/Plat%C3%B3n

http://www.webdianoia.com/platon/textos/platon_caverna.htm

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