Вы находитесь на странице: 1из 6

Israel: ¿Un Estado patológico?

LAS RAÍCES PROFUNDAS DEL TERROR


EJERCIDO POR EL ESTADO JUDÍO

POR SILVIA CATTORI

La creación del Estado de Israel en 1948 fue acompañada de la


limpieza étnica de más de 750.000 palestinos (*) – esto es, más de la
mitad de la población originaria - expulsados de sus pueblos y
ciudades bien por la fuerza, bien por el miedo engendrado por las
masacres deliberadas de civiles, como la del pueblo de Deir Yassin.

Desde entonces, en el curso de estos sesenta años de existencia,


desde las masacres de Sabra y Chatila en 1982, a las matanzas de
hoy en Gaza — pasando por la destrucción del campo de refugiados
de Jenín y la destrucción de las infraestructuras palestinas de
Cisjordania en 2002, las masacres en el campo de refugiados de
Jabaliah en 2005 y 2006, los bombardeos masivos sobre Líbano en
2006, el ataque a Gaza en 2009 y 2010 — bajo el pretexto de
“defenderse” Israel no ha dejado de provocar muerte y desolación a
sus vecinos con toda la potencia de ataque de su aviación, de su
marina de guerra y de sus tanques.

En cada ocasión, uno se queda aterrado y escandalizado a la vez por


la brutalidad de estos ataques israelíes, por la cantidad de víctimas
civiles y las dimensiones de la destrucción que provocan, y
estupefacto ante la permisividad de la “comunidad internacional”.

En cada ocasión, se ve en nuestras pantallas, con la complicidad de


periodistas parciales, a portavoces y embajadores israelíes venir a
“justificar” por medio de mentiras descaradas los crímenes cometidos
al tiempo que muestran su desprecio hacia aquellos a quienes ocupan
militarmente y ejecutan sumariamente, con una arrogancia y desprecio
que de forma irresistible hace pensar en la que mostraban en su
momento los dignatarios nazis.

La furia destructiva de este Estado no es nueva para los ocupados que


la padecen cotidianamente. Pero el aplastamiento del ghetto de Gaza,
este baño de sangre insoportable que se está desarrollando ante
nuestros ojos, la ha hecho más evidente a los ojos del mundo.

Y hoy se plantea con mayor insistencia todavía la pregunta de saber


por qué y cómo es posible semejante brutalidad.

Esta es la pregunta crucial a la que muy recientemente dos


conocedores de Israel han tratado de dar una respuesta: el historiador
Ilan Pappe y el profesor de filosofía jurídica y política Oren Ben-Dor
[1].

El sionismo [2] cuestionado

En su artículo titulado “ La furia autojusticiera de Israel y sus víctimas


en Gaza ” [3], Ilan Pappe destaca que la postura de autojustificación
adoptada constantemente por Israel “es un tema que vale la pena
considerar en detalle, si se quiere comprender la inmunidad
internacional para la masacre que arrasa Gaza”.

Empieza por insistir en el torrente de propaganda aparecida en los


medios de comunicación israelíes, en la hipocresía de las
justificaciones presentadas y en la amenaza que representan para los
palestinos:

“Esta autojustificación se basa ante todo en puras mentiras (…)


reminiscente de los peores días de la Europa de los años treinta. No
hay fronteras en la hipocresía que produce una furia autojusticiera. El
discurso de los generales y de los políticos se mueve erráticamente
entre la auto-congratulación por la humanidad que el ejército muestra
en sus operaciones “quirúrgicas” por una parte y, por la otra, la
necesidad de destruir Gaza de una vez por todas, de una manera
humana, claro está.

La furia autojusticiera es un fenómeno constante en el desposeimiento


israelí, y antes de eso, sionista, de Palestina. Cada acto, sea limpieza
étnica, ocupación, masacre o destrucción fue siempre presentado
como moralmente justo y como un puro acto de autodefensa
perpetrado a regañadientes por Israel en contra de la peor clase de
seres humanos. (…)

Es crucial que se exploren los orígenes ideológicos de esa actitud y


que se deriven las conclusiones políticas necesarias de su
prevalencia. Esta furia autojusticiera blinda a la sociedad y a los
políticos en Israel de toda crítica o rechazo externo. Pero mucho peor
todavía, se traduce siempre en políticas destructivas contra los
palestinos. Sin un mecanismo interno de crítica y sin presión externa,
cada palestino se convierte en un objetivo potencial para esa furia. En
vista del poder de fuego del Estado judío sólo llevar a más matanzas
masivas, masacres y limpieza étnica”.

Pappe da un mombre a lo que él caracteriza como una “ideología


maligna hecha para cubrir atrocidades humanas”, a saber, “ sionismo
”. Y concluye con la urgencia de denunciarlo y de combartirlo:

“Tenemos que tratar de explicar no sólo al mundo, sino también a los


propios israelíes, que el sionismo es una ideología que apoya la
limpieza étnica, la ocupación y ahora matanzas masivas (…) y también
dejar de legitimar la ideología que produjo esa política y la justifica
moral y políticamente..(…) Puede que sea más fácil hacerlo mientras,
bajo las más terribles circunstancias, la atención del mundo es dirigida
una vez más hacia Palestina. (…) A pesar de la previsible acusación
de antisemitismo y de lo que sea, es hora de asociar en la mente
pública la ideología sionista con las características históricas ya
familiares del país: la limpieza étnica de 1948, la opresión de los
palestinos en Israel durante los días del gobierno militar, la brutal
ocupación de Cisjordania y ahora la masacre de Gaza. (…) Al
conectar la ideología sionista y las políticas de las atrocidades
pasadas y presentes, podremos suministrar una explicación clara y
lógica de la campaña de boicot, desinversión y sanciones a Israel”.

Una patología suicida

En su artículo titulado “ Israel: La autodefensa del suicidio ” [4], Oren


Ben-Dor empieza insistiendo en la repetición incesante de las
masacres perpetradas por Israel, en la hipocresía de las razones que
aduce para desencadenar su guerra en Gaza y en el fracaso previsible
de este último intento de sofocar a la resistencia palestina:
“Como si fuera un eco del Líbano en 2006, la gente de Gaza es
matada salvajemente por pilotos asesinos de un Estado asesino. (…).
La repetición (…) de la violencia en gran escala de Israel es realizada
después de un prolongado proceso provocado cuando Israel evacuó
unilateralmente sus asentamientos y su presencia en tierra en Gaza
sólo para crear lo que ha sido descrito como un zoológico humano a
control remoto. (…) Más allá de lograr un alivio a muy corto plazo de
los ataques de cohetes la escala de la violencia de Israel provoca
preguntas e invita a la reflexión. (…) El asesinato de miembros
individuales de Hamas, incluso el derrocamiento de la organización, la
destrucción de sus infraestructuras y edificios, no destruirán la
oposición legítima a la arrogante y farisaica entidad sionista. Ningún
ejército, por bien equipado y entrenado que esté, puede ganar un
combate sin aumentar la cantidad de personas a quienes ya no les
importa morir”.

Y plantea la cuestión de fondo:

“Ante el seguro fracaso de los intentos de lograr estabilidad mediante


la violencia, la intimidación, el hambre y la humillación, ¿qué diantres
motiva al Estado israelí? ¿Qué se imaginan los israelíes que lograrán
con esta matanza? Tiene haber algo reprimido en todo esto. Sólo
puede ser así, para que los israelíes, puedan creer que pueden existir
y defenderse, mediante la patología de provocar un estado
permanente de violencia en su contra. ¿Qué clase de fariseísmo
condiciona este deseo autodestructivo de ser odiado?”

Finalmente encuentra la respuesta a esta pregunta en “ la


incapacidad, de los israelíes de cuestionar el fundamento de Apartheid
de su propio Estado ”:

“Muchos de los palestinos que viven en Gaza son descendientes de


los 750.000 refugiados que fueron expulsados en 1948 de lo que es
ahora el Estado judío. (…) Sólo mediante una tal limpieza étnica pudo
establecerse un Estado con una mayoría y carácter judíos. Toda
realización justa del retorno de los refugiados, reconocido por el
derecho internacional significaría efectivamente el fin del proyecto
sionista. (…) Al retornar, es seguro que presentarían demandas para
igualdad ciudadana. Al hacerlo, cuestionarían la premisa
discriminatoria fundacional del Estado judío (…).Por lo tanto, por el
mismo motivo por el que Israel discrimina a sus propios ciudadanos
árabes no-judíos, impedirá el retorno de los refugiados”.

Concluye que sólo el volver a poner en tela de juicio el apartheid


israelí, el “derecho de Israel a existir en seguridad como Estado judío”
podría poner fin al ciclo de violencia, sin lo cual la “retórica la de la
autodefensa” se volverá a cerrar sobre la “escalofriante crónica de
suicidio anunciado”:

“La aceptación del derecho de Israel a existir en seguridad como


Estado judío se ha convertido ahora en el parámetro de la moderación
política. Obama ya corea la canción. (…) el origen de la violencia en
Gaza está íntimamente vinculado a la manera como llegó a ser el
Estado israelí y a la continua tolerancia de la premisa del Apartheid en
su esencia misma. Israel no debe ser "reformado" o "condenado" sino
reemplazado por una sola estructura igualitaria en toda Palestina
histórica.

Israel necesita un ciclo continuo de violencia. (…).La violencia (…) es


un medio necesario para afianzar la pretendida legitimidad de lo según
ellos constituye la única alternativa a esa violencia. Esa alternativa no
es otra cosa que el "sorprendentemente," fracasado "sano",
"razonable" y "moderado" "proceso de paz" hacia dos Estados, un
proceso que apunta a legitimar de una vez por todas el Estado del
Apartheid. El discurso ha sido secuestrado de tal manera que los
llamados urgentes a un cese inmediato de la violencia resucitan esa
imposibilidad, ese proyecto esencialmente injusto de dos Estados que
asegurará la continuación de la violencia. (…)

La patología israelí resultará, oculta y trascendentalmente, en aquello


que los israelíes temen más. No existe, indudablemente, "ninguna
alternativa" para el proyecto nacionalista de las víctimas eternas fuera
de cometer suicidio junto con aquellos que oprimen.. (…) La
autodefensa del suicidio destaca la particularidad del Apartheid israelí.
Tanto la retórica de la falta de alternativa como la de la autodefensa
contienen una escalofriante crónica de suicidio anunciado. A pesar de
su poderío militar, Israel es un Estado débil y agonizante que desea
autodestruirse. Las naciones más poderosas del mundo contribuyen a
ese proceso suicida y este hecho exige ser urgentemente
considerado”.
Como se ha visto, para estos dos autores el carácter mismo del
Estado israelí, el apartheid que pratica y sobre el que está fundado
están en el centro del terror que con regularidad desencadena sobre
sus vecinos, y el ciclo de la violencia y las masacres no acabarán
mientras que la «comunidad internacional» continúe tolerando esta
inaceptable excepción de la aplicación del derecho internacional.

[1] Ilan Pappé (nacido en 1954), ciudadano israelí, es uno de los «nuevos
historiadores [israelíes]» que han reexaminado de forma crítica la historia de
Israel y del sionismo. A raíz de su apoyo el año pasado al boicot a las
universidades israelíes por parte de universidades extranejras, Ilan Pappe, que
había sido amenazado de muerte, se vio obligado a dimitir de su puesto de
profesor de ciencias políticas en la Universidad de Haifa y a emigrar a Gran
Bretaña.

El Dr. Oren Ben-Dor nació en Haifa y creció en Israel; enseña filosofía jurídica
y política en la Universidad de Southampton, Reino Unido.

[2] Sionismo: ideologia política que predica la creación de un Estado judío en


Plaestina y la vuelta del pueblo judío «a su patria histórica, Eretz Israel, por
medio de una Aliyah [emigración] procedente de todos los países». El
movimiento sionista fue fundado en el Congreso de Bâle en 1897 por Theodor
Herzl, periodista y escritor judío austriaco, autor de Der Judenstaat («El Estado
de los judíos»).

[3] Véase:
“La furia autojusticiera de Israel y sus víctimas en Gaza”, por Ilan Pappe,
Rebelión, 4 de enero de 2009.
Texto original en inglés: “Israel’s righteous fury and its victims in Gaza,” The
Electronic Intifada, 2 de enero de 2009.

[4] Véase:
“Israel: La autodefensa del suicidio”, por Oren Ben-Dor, Rebelión, 3 de enero
de 2009.
Texto original en inglés: “The Self-Defense of Suicide” , Counterpunch, 1 de
enero de 2009.

http://www.silviacattori.net/article707.html

Вам также может понравиться