Autogestión, empresa y ayuda mutua.

El caso de la Cooperativa de Consumo y Vivienda Quilmes Ltda.

Autogestión, empresa y ayuda mutua.

El caso de la Cooperativa de Consumo
y Vivienda Quilmes Ltda.
Juan Fernando ÁLVAREZ RODRÍGUEZ1
Valeria MUTUBERRÍA LAZARINI2

Resumen
La Cooperativa de Consumo y Vivienda Quilmes Ltda. tuvo como objetivo inicial el acceso a la vivi-
enda y el logro de mejores condiciones de vida, por medio de la autoconstrucción y el desarrollo de
iniciativas de autogestión para la producción y reproducción de la vida. Esto llevó a que los integrantes
diseñaran un sistema de autoconstrucción que discute, quiebra y modifica las reglas del mercado de la
construcción vigentes (Narodowski y Mutuberría Lazarini, 2007).
En su gestión, la Cooperativa ha disputado con las empresas prestadoras de servicio el acceso a los ser-
vicios públicos domiciliarios dado que la figura organizacional no se adapta a los estándares de agentes
de facturación de estas empresas y no contemplan, en su mayoría, la existencia de formas alternativas
de acceso al hábitat urbano.
De manera que, en esta experiencia, el trabajo colectivo, la generación de recursos por los propios
vecinos y las prácticas comunitarias autogestionarias derivaron en modalidades de gestión urbana y
la construcción de un barrio para acceder a condiciones habitacionales dignas. En el proceso descrito
hay un hilo conductor que orienta la acción: la adhesión de sus miembros a prácticas que privilegian la
autogestión, la acción colectiva y la autoayuda.

Abstract
The Consumer and Housing Cooperative Quilmes had access to housing and reached higher living
conditions through self development and self-management initiatives for the production and repro-
duction of life as an initial objective. This led its members to design a self-built system that discusses,
analyses and modifies the rules of the current construction market. (Narodowski and Mutuberría Laza-

Cooperativismo y desarrollo
rini, 2007).
In its action, Cooperatives have disputed with companies that offer services, the access to public ser-
vices at home since the organizational figure is not suitable to the standards of billing agents of these
companies, and do not provide, mostly, another alternative forms of access to urban habitat.

1 Economista. Magíster en Economía Social (Universitat de Barcelona). Coordinador de investigación de Indesco,

Bogotá.juanfernandoalvarez@gmail.com
2 Economista. Magíster en Economía Social (Universidad Nacional de General Sarmiento). Doctoranda en Antropología
Social (Universidad Nacional de San Martín). Conicet–UNGS. Investigadora e integrante de la Asociación Civil
Trabajando por la Economía Social (TES). Ciudad de Buenos Aires. valemutu@gmail.com

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 Juan Fernando ÁLVAREZ RODRÍGUEZ y Valeria MUTUBERRÍA LAZARINI
Cooperativismo y desarrollo

So, on this experience, collective work, the generation of resources by their own neighbors and com-
munity practices self-managed, have resulted in patterns of urban management and construction of
a neighborhood to access of decent housing conditions. In the process described there is a guiding
principle that guides the action: the accession of its members to practices that favor self-management,
collective action and self-help.

Palabras clave: cooperativismo de vivienda, autogestión, iniciativas populares.

Key words: Housing cooperatives, self-management, popular initiatives
Descriptores: P130 – Cooperative Enterprises, A300 – Collective Works: General; O540 – Economywide
Country Studies: Latin America; Caribbean

Recibido: 28 de marzo de 2008 Aceptado: 28 de abril de 2008

Queremos ser parte de la construcción de un sistema diferente.

Somos muy chiquitos, somos pequeños, pero la idea la tenemos
y queremos llevarla adelante.

(Miembro fundador de la Cooperativa de Consumo y Vivienda Quilmes Ltda.)

Introducción irreductible de la democracia en todas las

cosas (Jeantet, 2003), especialmente en la

E
xisten empresas que cuentan con
un activo invaluable: la adhesión
de sus miembros a prácticas
que privilegian, en palabras de
Georges Lasserre (1980), la autoayuda, la
acción colectiva, la eficiencia y la justicia.
Autoayuda para que sus asociados se apro-
pien de su destino, procurando acciones
autónomas para solventar las más graves
carencias; acción colectiva en la conglome-
ración de esfuerzos para lograr causas de
difícil consecución individual; eficiencia,
que se logra con el desarrollo de múltiples
emprendimientos orientados a satisfacer
necesidades comunes y con la aplicación
participación y en la toma de decisiones;
justicia en la distribución de la riqueza, pero
sobre todo en la dotación de capacidades
para poder obtenerla.
En este breve estudio de caso3 se anali-
zan, a través de la descripción de la acción
empresarial, los activos mencionados en la
naturaleza de la Cooperativa de Consumo
3 El estudio fue realizado por medio de una visita de
campo a la Cooperativa por parte de los investigadores,
una entrevista con parte de los líderes de la iniciativa y
una exploración documental realizada entre los meses
de diciembre de 2007 y marzo de 2008. Agradecemos
a los asociados de la Cooperativa de Consumo y
de Vivienda Quilmes Ltda., por su disposición para
visibilizar su iniciativa y transmitir de forma unilateral
sus experiencias.

88 Revista Cooperativismo & desarrollo ¤ 92 ¤ enero–junio 2008


El caso de la Cooperativa de Consumo y Vivienda Quilmes Ltda.
y Vivienda Quilmes Ltda., y se trazan algu-
nas reflexiones en torno a la relevancia de
la iniciativa como experiencia significativa
de autogestión empresarial, ayuda mutua
y forma de vida.
Hábitat y autoconstrucción
Asociar la vivienda sólo a su dotación
equivale a asociar el éxito cooperativo a su
constitución legal. Tanto en la una como
en la otra subyacen elementos humanos
inalienables que conforman su naturaleza
y especificidad.
La vivienda no es sólo una estructura
material de tenencia; es, sobre todo, un
entorno de hábitat, donde confluyen temas
asociados a las capacidades que alrededor
de éste se generan para fomentar el desarro-
llo humano. De manera que el tratamiento
a la vivienda debe contemplar no sólo los
problemas asociados a su dotación, sino
también los relativos a su tenencia, sus
condiciones de habitabilidad, el acceso a
servicios públicos, el transporte, la calidad
de su estructura, el número de habitantes
por unidad y su relación con la salud,
la economía, el ordenamiento territorial
y las estructuras sociales que la rodean
(Álvarez y otros, 2006). El tratamiento a
estos elementos forma parte del quehacer
democrático en las iniciativas de autocons-
trucción de ayuda mutua, que en palabras
de Ander–Egg (1995) implican como fina-
lidad no sólo la dotación de vivienda, sino
también el logro de la promoción humana
y el autodesarrollo de los participantes.
En este modelo de construcción, los
miembros participan de la autoconstrucción
de las viviendas, sin saber cuál será la que le
Revista Cooperativismo & desarrollo ¤ 92 ¤ enero–junio 2008
Autogestión, empresa y ayuda mutua.
pertenecerá a cada uno de ellos (Ander–Egg,
1995: 50) y pueden alternativamente pagar
a un reemplazante, miembro de la inicia-
tiva, para que trabaje en la construcción.
Estos modelos se basan en la autoayuda y
corresponsabilidad que generan los miem-
bros al aportar mano de obra durante sus
horas libres, contando con la financiación,
asesoría técnica y social que les brinda el
soporte empresarial de una organización,
regularmente de carácter asociativo. Este
sistema no es ajeno al modelo cooperativo y,
por el contrario, su desarrollo ha sido parte
de experiencias en todo el mundo que com-
binan la producción y el consumo (Álvarez y
otros, 2006), orientadas por la autogestión
empresarial y dirigida a satisfacer las nece-
sidades de hábitat de sus asociados.
El surgimiento de la Cooperativa
de Consumo y Vivienda Quilmes
Ltda.
En la localidad de Ezpeleta, Municipio
de Quilmes, ubicada a 17 kilómetros de
la ciudad de Buenos Aires, un grupo de
vecinos inició, en la década de los ochenta,
reuniones para hacer frente a sus problemas
de hábitat relacionados con la ausencia de
vivienda, de servicios públicos, de áreas de
Cooperativismo y desarrollo
uso colectivo y accesibilidad4, en el marco
4 El Municipio de Quilmes tiene, desde varias décadas,
uno de los mayores déficits habitacionales del país y
una alarmante insatisfacción de necesidades básicas,
pobreza y precariedad. Según datos del Censo 2001, las
necesidades básicas insatisfechas ascienden al 17,6% de
la población, que se estima en 518.788 habitantes y se
estima que un 24.3% de la población reside en viviendas
inadecuadas para la habitabilidad, sin contar con aquella
población sin techo excluida del censo (Ministerio de
Desarrollo Social, 2006).
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 Juan Fernando ÁLVAREZ RODRÍGUEZ y Valeria MUTUBERRÍA LAZARINI
Cooperativismo y desarrollo
de su inscripción en un programa de Acción
Social del Municipio de Quilmes, que tenía
como finalidad atender el acceso a la vivien-
da. A través del programa en mención, el
Municipio convocó a asambleas vecinales
y así el grupo empezó su participación en
actividades conducentes a una propuesta
de autoconstrucción basada en la ayuda
mutua. En agosto de 1984, los vecinos se
organizaron institucionalmente mediante
la constitución de la Cooperativa de Con-
sumo y Vivienda de Quilmes Ltda., cuya
personería jurídica fue otorgada en 1985.
En los inicios de las actividades, los veci-
nos recaudaron los fondos de sus primeros
aportes mediante la realización de festivales,
rifas y autoahorro organizados colectiva-
mente (Vio, 2004) e iniciaron la búsqueda
de predios para la autoconstrucción.
Durante el transcurso de este proceso,
los asociados detectaron que, mientras el
grupo de vecinos se conformó por la lógica
de la necesidad de acceso a una vivienda, lo
que movilizaba a los dirigentes vinculados
al municipio atendía a fines partidarios y
de acumulación de poder. Por este motivo,
en 1987, los vecinos tomaron la conducción
de la Cooperativa y lograron negociar, sin
intermediarios y con sus propios recursos,
los predios donde hoy se erige el barrio,
mediante un pacto de venta por hectárea
pagada en cuotas anuales (Vio, 2004).
De inmediato, se inició un arduo trabajo
en la definición de características, atribu-
tos, localización, cantidad de las futuras
viviendas y preparación de los terrenos.
Dado que éstos no tenían trama urbana,
el esfuerzo de trabajo en campo se orientó
a desmalezar, desmontar, rellenar y nivelar
la tierra.
90 Revista Cooperativismo & desarrollo ¤ 92 ¤ enero–junio 2008
La construcción de las viviendas se dise-
ñó y aprobó en asamblea, mediante un sis-
tema de autoconstrucción por autoayuda y
con esfuerzo propio, que actualmente sigue
dirigiendo las prácticas en lo que compete a
la construcción del barrio. Este sistema de
autoconstrucción aún tiene como finalidad,
además del acceso a la vivienda y a los ser-
vicios públicos urbanos, que los asociados
aprendan un oficio.
Filosofía organizacional
Previo a la adopción de la forma jurídica
cooperativa, los asociados fundadores
tuvieron intensas discusiones respecto a
las diferentes alternativas que tenían para
formalizar su empresa (como mutual,
asociación, etc.), a los aspectos formales a
cumplir y a la necesaria adhesión de su ini-
ciativa a una forma jurídica que no frenara
la dinámica de funcionamiento cotidiana.
Entre las alternativas estudiadas, la coo-
perativa fue la forma jurídica seleccionada,
dadas las cercanías de su lógica filosófica al
carácter de su iniciativa. Sin embargo, los
asociados no acuerdan con las formalidades
y requisitos legales si ellas van en contra,
limitan u obstaculizan los objetivos princi-
pales de la organización. Por ello, priorizan
los contenidos de las prácticas más que las
formas jurídicas que adopta la experiencia,
en el entendido de que el interés central
de la cooperativa es la satisfacción de las
necesidades de sus miembros.
Esa discusión se ve reflejada en la natu-
raleza del Estatuto Social de la Cooperativa
y el Reglamento Interno del sistema de au-
toconstrucción de viviendas, denominado
“Contrato Social”, en el que se especifican

El caso de la Cooperativa de Consumo y Vivienda Quilmes Ltda.
el objeto social de la cooperativa y las carac-
terísticas del sistema de autoconstrucción,
se explicitan los requisitos para ingresar y
permanecer en el plan de autoconstrucción
de la vivienda, y se normalizan reglas y
acuerdos de funcionamiento y prácticas
cotidianas, de acuerdo con valores que dan
cuenta de la especificidad cooperativa, pre-
via aprobación por Asamblea General.
Los valores que guían las prácticas
cotidianas de la organización son la auto-
gestión, la ayuda mutua, el respeto mutuo,
la confianza, la participación, la armonía,
la autonomía, la solidaridad, la justicia, la
equidad, el esfuerzo propio, la legitimidad,
la competencia y la transparencia. Estos
valores se comparten entre los asociados
pese a la heterogeneidad ideológica y
política existente en la experiencia, y se
fortalece por un valor central, el respeto
por la organización y el reconocimiento de
todos los miembros como pares. De manera
que, independientemente de la heterogenei-
dad mencionada, existe una ideología de
organización, en la cual se enmarcan las
tradiciones y creencias de la experiencia,
dada en la síntesis que “otro sistema de
producción del hábitat para la resolución
de las necesidades es posible”.
Democracia, participación y
autogestión
La organización de órganos directivos en la
Cooperativa de Consumo y Vivienda Quil-
mes Ltda. sigue las pautas jurídicas de toda
institución de derecho cooperativo. Las de-
cisiones trascendentales de la cooperativa se
toman en la asamblea de asociados, con el
Revista Cooperativismo & desarrollo ¤ 92 ¤ enero–junio 2008
Autogestión, empresa y ayuda mutua.
concierto de un representante por familia,
denominado “socio titular”, previamente
informado y capacitado para ejercer su
participación5. Las decisiones que orientan
el desarrollo del quehacer de la cooperativa
se toman en el consejo de administración,
que se conforma por siete asociados y
tres miembros suplentes, elegidos para un
periodo de dos años. El control interno es
realizado por la comisión fiscalizadora,
compuesta por tres asociados y tres suplen-
tes, la cual se renueva anualmente. Estas
instancias de administración y supervisión
han contado con una renovación casi per-
manente a lo largo del tiempo, buscando
integrar a nuevos asociados.
Estas instancias de toma de decisiones
se retroalimentan de redes de trabajo en
las cuales se promueven y fortalecen los
vínculos sociales en el tiempo, la coope-
ración, la reciprocidad, la solidaridad y la
asociatividad, por medio de intercambios
permanentes de bienes y servicios, en los
cuales la confianza en el funcionamiento
de estas redes de vecindad desempeña un
papel central. De manera que la principal
actividad de la cooperativa no se reduce a
la búsqueda de una solución habitacional,
sino que a través de ella se consolidan
acciones que permiten “habitar el barrio
Cooperativismo y desarrollo
como un espacio que consolida la vida en
comunidad y el sentido de pertenencia”.
En efecto, dada la complejidad de la
organización, con el correr del tiempo la
5 En la asamblea general sólo se discuten temas
estratégicos que implican plazos medios y largos,
buscando jerarquizar el tratamiento de las dificultades y
llevando a esta instancia sólo aquellas que pueden afectar
el desarrollo del objeto social. De manera que no viven
en asamblea permanente sino que delegan las decisiones
operativas en los órganos dispuestos para tal fin.
91
 Juan Fernando ÁLVAREZ RODRÍGUEZ y Valeria MUTUBERRÍA LAZARINI
Cooperativismo y desarrollo
cooperativa se fue organizando en distintas
áreas para la atención de la diversidad de
necesidades existentes en ámbitos diferen-
tes, pero complementarios: el sistema de
autoconstrucción, las actividades produc-
tivas y las actividades sociales. Para ello se
conformaron comisiones y subcomisiones
de trabajo.
Respecto a las comisiones, hay una
comisión directiva, en la que participan
los miembros del consejo de administra-
ción y la comisión fiscalizadora, en la cual
los integrantes tienen como cualidad en
común el amplio conocimiento respecto a
los materiales que se requieren en la obra,
cantidad y precio; asimismo, son los en-
cargados de estudiar la fluctuación de los
precios y, en caso de que la cuota mensual
no alcance para cubrir los materiales, se
llama a asamblea para modificar el valor.
Por su parte, entre las subcomisiones se
encuentran: subcomisión de presupuesto,
subcomisión de registración y control, que
tiene la función de evaluar el puntaje del
sistema de autoconstrucción, y subcomisión
de recreación, guardería y biblioteca.
También se han dividido las tareas entre
los asociados en relación con cada uno de
los servicios públicos urbanos: un encar-
gado de cuestiones relativas a la energía
eléctrica, otro asociado encargado de las
obras de cloaca, y, por último, un maestro
mayor de obra y director de obra, quien
además está en la comisión de presupues-
to porque es quien conoce sobre costo de
materiales. Finalmente, hay asociados que
realizan las tareas administrativas, de re-
gistración, control y atención al público, y
un grupo encargado de planificar y diseñar
reglamentos.
92 Revista Cooperativismo & desarrollo ¤ 92 ¤ enero–junio 2008
Paralelamente, se inició la inclusión pro-
ductiva de algunos asociados en oficios que
coadyuvaran en la satisfacción de necesida-
des colectivas y a la vez dotara de empleo
a parte de sus asociados como fabricación
de losetas, taller de confecciones y taller de
herrería. Por otra parte, se desarrollaron
iniciativas de servicios comunes como guar-
dería, comedor popular y biblioteca.
Para aquellas actividades que no se
logran desarrollar porque se requiere de
un saber técnico específico que no posee
ningún miembro, recurren a personas
externas a la organización, como contado-
res, abogados o algún técnico específico,
porque ciertas cuestiones legales como las
escrituras de las viviendas, la presentación
de los balances, la autorización de las
obras por parte de la empresa prestataria
del servicios público o el municipio, entre
otros, requieren de ellos. Sin embargo, la
profesionalización de algunos asociados
generó una dependencia cada vez menor
de servicios externos para el desarrollo de
su objeto social. Un claro ejemplo era la
necesidad de un maestro mayor de obras
que dirigiera la construcción, rol que ac-
tualmente lo cumple uno de los asociados
de la cooperativa. Esto tiene que ver con la
importancia que le brindan a la capacita-
ción de la gente que trabaja en obra o en
los emprendimientos productivos.
Por otra parte, hay cierta reticencia al
asesoramiento técnico porque existen per-
sonas externas a la organización que tratan
de influir sobre ella y que intentan influir
sobre los cursos de acción y decisiones. Los
asociados son muy críticos frente a estas
actitudes, dado que entienden que son los
propios vecinos quienes están al tanto de las

El caso de la Cooperativa de Consumo y Vivienda Quilmes Ltda.
necesidades de la organización y conocen
la realidad en la que viven.
Sin embargo, no todos los asociados
participan de la misma manera. Según
el estudio de Narodowski y Mutuberría
(2007), existen tres grupos de asociados en
base a la participación en las actividades de
la cooperativa. Primero, el grupo de los di-
rigentes, que tiene fuerte actitud proactiva;
cotidianamente lleva adelante una búsque-
da permanente de soluciones técnicas para
las diversas actividades económicas y so-
ciales; genera y estimula permanentemente
canales de participación; posee capacidad
de trabajo que genera cierto liderazgo
genuino primordial en la vida de la coope-
rativa; y, por último, tiene mayor relación
con el entorno. Sus miembros pertenecen al
consejo de administración, por tanto, son
responsables administrativos de realizar
operaciones económicas con proveedores
y pagan a los asociados, hacen trámites,
discuten con las empresas de servicios
públicos, etc. Sus actividades se llevan a
cabo bajo el mandato de la Asamblea. Se
vinculan con áreas del gobierno nacional,
provincial y municipalidad por razones
muy puntuales y mantienen los vínculos
con los movimientos sociales. Segundo, los
asociados con alto grado de participación
son proactivos para actividades específicas,
tienen una mirada menos estratégica que el
grupo dirigente pero participan de distintos
emprendimientos y realizan propuestas;
confían en el grupo dirigente y su relación
con el exterior, para el fortalecimiento de la
Cooperativa, es escasa. Tercero, los grupos
con bajo grado de participación, que tienen
menos compromiso con las actividades de
la organización, su comportamiento y ac-
Revista Cooperativismo & desarrollo ¤ 92 ¤ enero–junio 2008
Autogestión, empresa y ayuda mutua.
cionar se limita a la búsqueda de un acceso
rápido a la vivienda, cumplen lo preestable-
cido en el reglamento y respetan al vecino.
No se involucran más allá de esto.
Claro está que, dada la diversidad de
intereses y subjetividades en la organiza-
ción, es de esperar que el grado de parti-
cipación varíe. Según datos provistos por
los dirigentes, a las asambleas concurren
aproximadamente el 50% de los asociados,
y quienes concurren evidencian un alto ni-
vel de compromiso. No obstante, a lo largo
de su trayectoria, el número de asociados
que participa en las asambleas ha decaído,
lo cual constituye una veta que es necesario
analizar y que, dadas las restricciones para
esta documentación, no fue posible atender
de forma rigurosa.
Sistema de autoconstrucción
La autoconstrucción de viviendas se de-
sarrolla con el trabajo mancomunado de
los asociados de la cooperativa, quienes
realizan, previa firma de un contrato en el
que constan sus derechos y obligaciones,
dos aportes (Cooperativa de Consumo y
Vivienda Quilmes, 2006):
• Uno monetario, que corresponde al
Cooperativismo y desarrollo
pago de la cuota mensual de 95 pesos
argentinos, denominadas Módulo de
Cotización de Vivienda6 (en adelante
6 El Módulo de Cotización de Vivienda (MCV) se
conforma porque los integrantes de la cooperativa no
acuerdan con los índices de construcción vigentes para
indexar la cuota relativa a los materiales de construcción,
dado que a su criterio no reflejan la realidad de la
organización, porque en la construcción de sus viviendas
no incluyen algunos materiales que forman parte del
presupuesto que utilizan los organismos oficiales para
93
 Juan Fernando ÁLVAREZ RODRÍGUEZ y Valeria MUTUBERRÍA LAZARINI
Cooperativismo y desarrollo
MCV), con destino a la compra de los
materiales.
• Otro en trabajo que involucra una
dedicación de 80 horas mensuales
mínimas efectivas.
En la actualidad, el valor total de la
vivienda es de 78.200 pesos argentinos7, e
incluye el área total8, la infraestructura y la
posibilidad de escrituración individual9:
• Infraestructura y terreno: 5.200 pesos
argentinos.
• 400 MCV mensuales de 95 pesos
argentinos cada uno (en total 38.000
pesos argentinos).
• 5.000 horas de trabajo10 en distintas
tareas que deben llevarse adelante,
cuyo costo actual de la hora de traba-
jo es 7 pesos argentinos (en total de
35.000 pesos argentinos).
sacar sus cálculos. La asamblea decide el monto del
módulo.
7 Equivalentes a 24.805 dólares americanos al 1 de
abril de 2008.
8 El área total es de 140 metros cuadrados y la de
construcción es de 50 metros cuadrados. La vivienda
diseñada se compone de dos dormitorios, sala, comedor,
cocina, baño y un lavadero con techo de tejas y madera,
aberturas de aluminio y revestimientos en los pisos de
todos los ambientes (Vio, 2004). El costo total por metro
cuadrado de construcción es de aproximadamente 1.564
pesos argentinos (equivalente a 496 dólares americanos)
e incluye los gastos de escrituración y el costo del terreno,
mientras que la estimación por metro cuadrado de la
vivienda unifamiliar, con similares características, para la
vivienda financiada por el Programa Federal de Vivienda,
ascendería a 1.600 pesos argentinos sin incluir el costo
del terreno ni las escrituras (Narodowski y Mutuberría
Lazarini, 2007). Para mayor información visitar www.
indec.mecon.gov.ar.
9 La propiedad de las viviendas y los espacios comunes
es privada. El usufructo y escrituración de la vivienda
es individual, aun cuando los espacios comunes son de
propiedad de todos.
10 Determinadas por el valor de la hora de trabajo del
medio oficial y oficial albañil.
94 Revista Cooperativismo & desarrollo ¤ 92 ¤ enero–junio 2008
En la aplicación de este sistema de au-
toconstrucción hubo múltiples obstáculos,
tanto internos como externos, que causaron
dificultades en la gestión empresarial. Una
de las dificultades externas a la cual los lí-
deres entrevistados dieron más énfasis tiene
que ver con la incomprensión que tuvieron
algunas instituciones acerca de la naturale-
za de la empresa cooperativa a la hora de
desarrollar enlaces de negociación, en espe-
cial, las empresas prestadoras de servicios
públicos domiciliarios, con las cuales fue
difícil garantizar un adecuado tratamien-
to, puesto que no era posible presentar la
cooperativa como un usuario domiciliario
ni como “empresa o gran consumidor”. Por
otra parte, la cooperativa, en sus inicios,
fue categorizada como una urbanización
cerrada (figura ideada para los countries)
y según la ley, dicha categorización le obli-
gaba a costear las instalaciones comunes de
servicios públicos domiciliarios (Ministerio
de Desarrollo Social, 2006). Algo similar
ocurrió con los pasajes peatonales y las vías
internas de la urbanización.
A pesar de estas dificultades, y apelando
a un esfuerzo adicional tanto en cuotas
como en trabajo comunitario, fue posible
encontrar soluciones con la aplicación de
tecnologías vernáculas, la negociación
paulatina de condiciones más favorables
para la autoconstrucción y el apoyo técnico
de algunos centros de educación. Así se
realizaron el tendido de la red eléctrica de
media y baja tensión (con una planta trans-
formadora propia), el alumbrado público
con columnas, el tendido de la red de gas
natural, la red de agua potable mediante su
extracción del subsuelo y se desarrollaron
la red y el sistema de desagües de aguas

El caso de la Cooperativa de Consumo y Vivienda Quilmes Ltda.
negras (Vio, 2004). Posteriormente, se
pavimentó un porcentaje significativo de
calles del barrio mediante una tecnología
de pavimentación por losas, que garanti-
zaba la adecuación de las zonas peatonales
comunes.
Actividades conexas
Además de las actividades vinculadas
a la autoconstrucción de la vivienda, la
organización desarrolló a lo largo de su
trayectoria emprendimientos productivos
y sociales, con el objetivo de generar tra-
bajo en la cooperativa, proveer de bienes
y servicios a los miembros del barrio y a
la comunidad de los alrededores y generar
mecanismos de reproducción de la vida de
los sujetos y las comunidades por medio de
la organización colectiva. A continuación
se detallan algunas características de las
actividades que desarrollaron.
Actividades productivas
Las primeras iniciativas de producción
surgieron por la necesidad de adecuar los
espacios públicos en los lotes destinados a
la construcción de viviendas. La primera
fue la fabricación de losetas de hormigón
intertrabado11 para la pavimentación de
los pasajes peatonales. Esta iniciativa fue
11 También conocidas como losetas, son piezas
prefabricadas y su uso fue pionero en el Municipio de
Quilmes. Las ventajas de estos pavimentos estriban
en que su capa de rodadura está hecha con adoquines
de hormigón, son altamente resistentes al tránsito
automotor y resultan muy convenientes a la hora de
realizar reparaciones de cañerías subterráneas, dado que
simplemente se puede realizar el levantamiento de los
adoquines prescindiendo de las roturas que se realizan
en el pavimento tradicional (Vio, 2004).
Revista Cooperativismo & desarrollo ¤ 92 ¤ enero–junio 2008
Autogestión, empresa y ayuda mutua.
desarrollada en una fábrica artesanal cons-
tituida por cinco familias asociadas, con
el apoyo, control y monitoreo del Colegio
Politécnico de Berazategui de la Universi-
dad Tecnológica de la Plata (Ministerio de
Desarrollo Social, 2006). Otra iniciativa
en el ámbito de la producción fue la cons-
titución de un taller de herrería y aluminio,
con el apoyo financiero del Ministerio de
Desarrollo Social y la capacitación de téc-
nicos de una empresa del ramo.
Con estas actividades, la Cooperativa
apuntó (y apunta) al autoabastecimiento
de insumos de construcción en el barrio,
sus zonas aledañas, la venta en el mercado
de la producción excedente para conse-
guir recursos destinados a la compra de
materiales y la capacitación de asociados
en diferentes oficios que diversifiquen la
producción autogestionaria.
En el ámbito del consumo familiar se
desarrollaron iniciativas de producción
artesanal de pan, un taller integral de
costura y una huerta orgánica, destinados
a la provisión de bienes de consumo a los
asociados. Paulatinamente, se han incor-
porado más productos para diversificar
la oferta alimentaria y ofrecer, por medio
de la cooperación en la compra, bienes de
calidad a bajos precios.
Cooperativismo y desarrollo
La panadería artesanal surgió en 2003
para atender las necesidades de consumo
de panes, tortas y pizzas, entre otras, de
los vecinos, y a la vez para generar fuentes
de empleo a familias del barrio. Por tanto,
los primeros pasos se dieron a través de
la capacitación en el oficio a los futuros
trabajadores y el establecimiento de acuer-
dos comerciales con un molino para la
obtención de la materia prima a precios
95
 Juan Fernando ÁLVAREZ RODRÍGUEZ y Valeria MUTUBERRÍA LAZARINI
Cooperativismo y desarrollo
favorables. Su lógica operacional reivindica
el carácter solidario de la cooperativa, por
cuanto los precios al que venden su produc-
ción atienden a un esquema de distribución
solidario que garantiza una cuantía menor
que los precios de mercado. En este caso, el
40% de los ingresos se distribuye para com-
pensar los costos de producción, otro 40%
se distribuye, de forma equitativa, como
compensación al trabajo de las familias
involucradas, y el 20% restante se destina
como contribución al comedor infantil.
Luego, en 2004, el taller textil inició
sus actividades, esta vez con el apoyo de
un programa del Ministerio de Desarrollo
Social (Cooperativa de Consumo y Vivien-
da Quilmes Ltda., 2006) en el cual fueron
capacitadas asociadas para la elaboración
y confección de prendas de vestir. Su esque-
ma de distribución de excedentes también
promueve la distribución equitativa de los
ingresos entre sus miembros, la amortiza-
ción de costos de producción y el aporte
a la cooperativa mediante la dotación de
insumos para a construcción y la iniciativa
de comedor infantil.
Por otra parte, la huerta orgánica fue
iniciativa anterior a las de la panadería y
confección, orientada al abastecimiento de
verduras y hortalizas al comedor infantil y a
las familias que intervienen en el proyecto12.
La creación de la huerta orgánica demandó
el desarrollo de iniciativas de autogenera-
ción de abonos a través de lumbricarios
y de reciclado de desperdicios orgánicos.
Estos avances dieron coherencia a prácti-
12 Otro proyecto de similar orientación es el de granja
comunitaria con un plantel inicial de gallinas ponedoras
y cría y engorde de algunos animales como pollos y
conejos.
96 Revista Cooperativismo & desarrollo ¤ 92 ¤ enero–junio 2008
cas ambientales más complejas asociadas
con la separación en la fuente y reciclaje
de papel, vidrio, plásticos y metales, cuyos
ingresos se destinan al fortalecimiento de
una biblioteca popular al servicio de los
vecinos del barrio.
Actividades sociales
La vinculación de todos los familiares de
asociados dio cuenta de necesidades no sólo
en el ámbito de la inserción productiva y
la formación en oficios de interés para el
desarrollo de la cooperativa, sino también
en el ámbito de la atención a necesidades
básicas como la alimentación en un contex-
to de crisis económicas en las familias y la
formación ciudadana de niños, jóvenes y
adultos para la autogestión. Entre las activi-
dades adelantadas para atender este ámbito
se encuentran: una guardería–comedor y
una biblioteca popular, en las cuales niños,
jóvenes y adultos tienen la oportunidad de
acceder a más de 6.000 títulos obtenidos
gracias a donaciones de vecinos y otras
instituciones cercanas al proyecto, y de
participar de charlas, proyección de videos
y otras que fomentan la expresión artística
de la comunidad (Cooperativa de Consumo
y Vivienda Quilmes Ltda., 2006). Con res-
pecto a la guardería–comedor, su objetivo
central estriba en facilitar la formación, la
alimentación y el cuidado de los hijos de los
asociados por parte de otras madres vecinas
que trabajan en la autoconstrucción u otras
actividades relacionadas. En la actualidad,
más de cincuenta niños hasta los 12 años
se benefician de la guardería–comedor y
comienzan a familiarizarse del espíritu
colaborativo de la cooperación.

El caso de la Cooperativa de Consumo y Vivienda Quilmes Ltda.
Resultados alcanzados
En la primera etapa del proyecto se cons-
truyeron 250 viviendas con la respectiva
infraestructura para el suministro de los
servicios públicos urbanos (gas por red,
agua potable y cloacas, luz eléctrica, alum-
brado público), proceso que los asociados
denominan el “primer proyecto”. Estas
viviendas fueron terminadas y son habi-
tadas por sus respectivos adjudicatarios
asociados a la cooperativa.
Además del avance en la autoconstruc-
ción de viviendas y el acceso a los servicios
públicos urbanos, la cooperativa tuvo otros
importantes logros asociados a su recono-
cimiento:
• Mediante ordenanza del Honorable
Consejo Deliberante de Quilmes, se
permitió que la dimensión de la parcela
sea menor a las convencionales13, se
aprobaron los planos municipales y
se otorgó el certificado urbanístico, de
manera que se logró la regularización
del barrio en 1993.
• Por medio de un decreto del Goberna-
dor de la Provincia de Buenos Aires, se
13 La regularización del barrio se aprobó en el
Honorable Consejo Deliberante de Quilmes bajo la
Ordenanza (año 1993) que permitió que la dimensión
de la parcela sea menor a las convencionales, se
desafectaron las parcelas de la zona de recuperación
de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana
Sociedad del Estado (Ceamse), se aprobaron los planos
municipales y se otorgó el certificado urbanístico. Por
medio de un decreto del Gobernador de la Provincia de
Buenos Aires, se convalidó la subdivisión de cada una de
las parcelas, posibilitando la escrituración del 90% de
las viviendas por medio de la gestión de la cooperativa
y en forma privada, cumpliendo con el Decreto–Ley
8912/77–Ley de Ordenamiento Territorial y Uso del
Suelo (subdivisión por Geodesia–Dirección Provincial
de Catastro Territorial).
Revista Cooperativismo & desarrollo ¤ 92 ¤ enero–junio 2008
Autogestión, empresa y ayuda mutua.
convalidó la subdivisión de cada una
de las parcelas, posibilitando la escri-
turación del 90% de las viviendas por
medio de la gestión de la cooperativa
y en forma privada, cumpliendo con
el Decreto–Ley 8912/7714 (subdivisión
por Geodesia–Dirección Provincial de
Catastro Territorial).
En 1998, culminando el primer proyec-
to, la cooperativa adquirió una fracción
de terreno de aproximadamente 26.000
metros cuadrados, en los que se proyectó la
autoconstrucción de 108 nuevas viviendas,
siguiendo el mismo sistema de autocons-
trucción y dando comienzo a un “segundo
proyecto”. La obra se inició a comienzos del
2003, con la fundación de las primeras 30
viviendas, preadjudicadas en junio de 2004.
A la fecha, el proceso de ejecución avanzó
considerablemente, con la participación de
los hijos de asociados, y algunas de ellas ya
fueron entregadas.
En la actualidad, están asociadas a la
cooperativa alrededor de 400 familias, que
en términos absolutos representan alrede-
dor de dos mil personas. Son más de 70
los miembros que trabajan todos los días
en las distintas actividades de la Coopera-
tiva, algunas pagas y otras no. Asimismo,
Cooperativismo y desarrollo
muchos asociados colaboran y tienen su
trabajo fuera de la organización.
Parte de estos resultados se deben a la
progresiva vinculación de la Cooperativa
con instituciones y organizaciones exter-
nas15 que les dieron impulso y fortalecieron
14 Ley de Ordenamiento Territorial y Uso del Suelo.
15 La cooperativa se ha interrelacionado con entidades
del Estado para adelantar iniciativas de carácter
productivo y con el fin de obtener las condiciones legales
97
 Juan Fernando ÁLVAREZ RODRÍGUEZ y Valeria MUTUBERRÍA LAZARINI
Cooperativismo y desarrollo
algunas de sus iniciativas. No obstante,
lo anterior no implicó la pérdida de la
identidad que les caracterizaba, ni de su
independencia organizacional.
Próximos a sus 25 años de vida, la
Cooperativa de Consumo y Vivienda
Quilmes Ltda. ha logrado la satisfacción
de necesidades habitacionales de sus aso-
ciados, priorizando el mejoramiento de su
calidad de vida y el desarrollo humano de
sus miembros y sus alrededores16. No hay
esferas separadas de producción y repro-
ducción de la comunidad, sino que todas
sus actividades apuntan a la resolución si-
multánea de ambas; son los propios vecinos
que deciden cómo resolver sus necesidades
colectivas; es por ello que se somete a discu-
sión, en distintos ámbitos de reunión, cada
tarea que se debe realizar y que compete a
la organización.
Apuntes finales
El caso estudiado muestra cómo a través
de la acción colectiva para satisfacer ne-
cesidades comunes, es posible incidir en el
desarrollo comunitario. Sin duda, la Coo-
e institucionales para el adecuado funcionamiento
de la cooperativa (Ministerio de Desarrollo Social),
con el sector privado capitalista para la capacitación
técnica–laboral, con organizaciones de carácter comunal
para el apoyo de iniciativas populares en materia de
vivienda, con universidades e instituciones de educación
para la certificación de calidad de sus productos y la
capacitación técnica, y, sobre todo, con cooperativas
y empresas recuperadas por trabajadores como
proveedoras de insumos e intercambio de productos
de construcción.
16 Los efectos de la acción de la cooperativa se extienden
a las comunidades aledañas, gracias a la compra de
excedentes de las actividades productivas de ésta y al
beneficio común que se obtiene en el uso de bienes
comunes y la extensión de instalaciones de servicios
públicos domiciliarios.
98 Revista Cooperativismo & desarrollo ¤ 92 ¤ enero–junio 2008
perativa de Consumo y Vivienda Quilmes
Ltda. ha logrado crecer de forma sostenida,
y su continua preocupación por las nece-
sidades de sus asociados y el bienestar de
su comunidad la dota de un blindaje im-
portante para evitar vaivenes en el impulso
colectivo y desviaciones de su objeto social,
y brinda sostenibilidad al incluir a parte
de sus asociados y familiares en iniciativas
productivas, educativas y de índole cultural
que permiten vivir solidariamente.
La cooperativa en mención hace visi-
ble las ventajas de la cooperación con el
desarrollo de un modelo que, sin mayores
complicaciones tecnocráticas y pretensio-
nes grandilocuentes, reproduce día a día
el sentido de la acción colectiva17, con los
obstáculos propios que se producen en
este tipo de empresas, con las tensiones
que produce la interrelación entre la ló-
gica capitalista, la gubernamental y la de
la economía popular y solidaria, pero con
el claro convencimiento de que la orga-
nización debe continuamente avanzar en
la satisfacción de las necesidades de sus
asociados. En este sentido, la cooperativa,
como empresa, logra que sus asociados se
apropien y decidan su destino, conglomeren
esfuerzos para lograr causas de difícil con-
secución individual y desarrollen múltiples
emprendimientos participativos decididos
democráticamente.
17 De forma que la organización esté al servicio del
hombre y no éste al servicio de aquella, tal como lo
refiere Shumacher (2001) en su clásico ‘Lo pequeño
es hermoso’.

El caso de la Cooperativa de Consumo y Vivienda Quilmes Ltda.
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Cooperativismo y desarrollo
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