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GUÍA PARA CATEQUISTAS

SACRAMENTO DEL MATRIMONIO

VERSIÓN 1 - MAYO 2011


Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

Contenido

INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................................... 3
FACTORES PSICO-AFECTIVOS y ESPIRITUALES ......................................................................................... 5
Hacia una comprensión cristiana del amor humano ........................................................................... 5
Rasgos que definen el amor conyugal................................................................................................. 5
Comunicación – diálogo y convivencia................................................................................................ 6
Crisis: oportunidad de crecimiento ..................................................................................................... 7
FACTORES SOCIALES .............................................................................................................................. 9
Ejercicio de la sexualidad.................................................................................................................... 9
Crisis: oportunidad de crecimiento ................................................................................................... 10
Amor conyugal: Paternidad y maternidad responsable..................................................................... 11
Crisis: oportunidad de crecimiento ................................................................................................... 13
Economía doméstica ........................................................................................................................ 14
Crisis: oportunidad de crecimiento ................................................................................................... 15
FACTORES LEGALES .............................................................................................................................. 16
Derecho constitucional y código civil uruguayos .............................................................................. 16
Derecho canónico ............................................................................................................................ 18
Derechos de la familia ...................................................................................................................... 18
FACTORES ECLESIALES.......................................................................................................................... 19
Matrimonio como sacramento ......................................................................................................... 19
La Buena Noticia para el matrimonio................................................................................................ 20
Participación en la misión de la Iglesia.............................................................................................. 20
Celebración cristiana del sacramento ............................................................................................... 21
La oración en la pareja ..................................................................................................................... 22
Iglesia doméstica.............................................................................................................................. 23
Crisis: oportunidad de crecimiento ................................................................................................... 24
NOTA ................................................................................................................................................... 25
COLABORADORES ................................................................................................................................ 25
REVISORES ........................................................................................................................................... 25
BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................................................... 26

Guia Catequistas Matrimonio v1 - mayo 2011.doc 2


Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

INTRODUCCIÓN

El documento “Preparación al sacramento del matrimonio” del Pontificio Consejo para la Familia
(1996), plantea en su segundo capítulo titulado: Etapas o períodos de la preparación, un itinerario para
las parejas: preparación remota (22-31), próxima (32-49) e inmediata (50-59). Nuestro proyecto está
centrado, sobre todo en la preparación inmediata.

Para tutelar y apoyar la familia, la pastoral familiar puede impulsar la siguiente acción: renovar la
preparación remota y próxima para el sacramento del matrimonio y la vida familiar con itinerarios
pedagógicos de fe. (Aparecida 437c).

En el IV Sínodo de la Arquidiócesis de Montevideo, en 2005, se solicita: Que se ofrezca un verdadero


camino de noviazgo, o grupos de novios, de modo que de diversas formas se acompañe el noviazgo
(Nro. 413) y que se fomenten las formas de acompañamiento a los matrimonios jóvenes para asistirlos
en sus diferentes etapas de su vida matrimonial, y ayudarlos a preservar la unidad e indisolubilidad
matrimonial (Nro. 421).

Siguiendo las indicaciones antes mencionadas, la Vicaría de la Familia de la Arquidiócesis de


Montevideo se propuso crear la presente guía de preparación para el sacramento del Matrimonio con
el objetivo de mejorar el camino de preparación al mismo.

Este material fue preparado para la diócesis de Montevideo, sin embargo queda a disposición del
Equipo de Pastoral Familiar Nacional para su eventual uso por parte de otras diócesis o grupos
relacionados con la temática.

A partir de este trabajo, se propone llevar adelante las siguientes líneas de acción:

- Ofrecer a los equipos zonales encuentros de actualización de los catecumenados,


- Posibilitar la integración de otras personas a los equipos, enviados por los párrocos, por
ejemplo: ex-alumnos del Instituto de la Vicaría, del curso de formadores en Vianney, etc.
- Dar participación a otras vicarías en los encuentros (Liturgia, Catequesis, Derecho canónico…)
- Plantear itinerarios de fe con núcleos básicos: el sacramento como una experiencia de fe que
Dios consagra su amor fiel, exclusivo y para siempre
- Crear subsidios facilitadores de los encuentros, con la debida pedagogía, teniendo en cuenta la
diversidad de la experiencia de fe de los “catecúmenos” (extensión, temática…).

OBJETIVOS DE LA PREPARACIÓN AL SACRAMENTO

Acompañar a los novios en su preparación para el sacramento (del cual son ministros) y ayudar a
asumir el mismo de forma consciente y madura, involucrándose en su propio proceso de formación, y
promoviendo una participación activa en esta etapa de evangelización.

La meta es plantear:

la vocación matrimonial, tanto en su belleza, plenitud y felicidad como los aspectos de su


validez, licitud y oportunidad

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Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

que el ser humano tiene etapas de debilidad y fragilidad y que con Cristo pueden superarse

que por el bautismo Dios ha establecido una alianza de amor con cada persona, y que Él puede
afianzar la alianza de amor que los esposos se hacen mutuamente

Los objetivos de las charlas pre-matrimoniales son:

1) Promover un acercamiento de los novios a la comunidad parroquial y su posible integración en


la misma. Los catequistas asumirán este espacio para realizar un anuncio kerigmático, tomando
en cuenta que para algunos es la primera catequesis de adultos que reciben.

2) Lograr que los novios se involucren en su propio proceso de formación participando


activamente en esta etapa de evangelización.

3) Ayudar a los novios con observaciones prácticas, para que desarrollen sus fortalezas y
prevenirlos sobre dificultades comunes a las que se enfrentarán. Entendiendo las dificultades y
las crisis1 que seguramente ocurrirán con el devenir del tiempo, como oportunidades de
crecimiento real y como pasos necesarios para adaptarse a los cambios.

4) Ayudar a los contrayentes a prepararse a la celebración religiosa, para que la vivan en la fe,
como signo visible del amor entre ellos, y de su compromiso con Dios y la comunidad cristiana.

El presente material tiene como objetivo:

Pautar los contenidos de las charlas prematrimoniales en la Arquidiócesis de Montevideo, a la


luz del Magisterio de la Iglesia.

CARACTERÍSTICAS DE LA METODOLOGÍA PROPUESTA

Se propone presentar la temática a los novios en reuniones que tengan las siguientes características:

1) Vital: partir de la vida y orientarse hacia ella.


2) Introspectiva: examinar la propia vida objetivamente.
3) Participativa: estimular la reflexión. Utilizar dinámicas que colaboren con el desarrollo de los
temas
4) Testimonial: compartir el compromiso personal con Dios y la Iglesia. Requiere de los
catequistas coherencia y la experiencia de vida matrimonial como Buena Noticia de Jesús.
5) Interdisciplinaria: involucrar personas capacitadas en los distintos temas.
6) Flexible: Establecer una temática mínima que pueda aplicarse según las posibilidades de cada
parroquia.

1
El término “crisis” tiene un significado etimológico y otro popular. En términos populares, la crisis se asocia más
bien a la idea de fracaso, de ruptura, de final, de muerte, de disolución … Por el contrario, en términos
etimológicos, la palabra crisis proviene del verbo griego “krino”, que significa “juzgar”, es decir, poner en
cuestión, revisar, repensar …. La crisis, entendida como cuestionamiento, puede llevar a aclarar ideas y
perspectivas, regenerando una convivencia que no signifique limitación alguna de dos personas, sino su
expansión. En suma, la crisis es un hecho transversal que afecta a la pareja en sí misma, aunque, obviamente, no
todas las parejas viven la crisis con igual intensidad y tonalidad, porque sabemos que cada pareja tiene sus
propias experiencias, proviene de una formación determinada y posee unas características propias. (Borsato,
Battista, “Imaginar el matrimonio”, Ed. Sal Terrae, España, 2003, pag. 161-162)

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Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

FACTORES PSICO-AFECTIVOS y ESPIRITUALES

La familia, fundada y vivificada por el amor, es una comunidad de personas: del hombre y de la mujer
esposos, de los padres y de los hijos, de los parientes. Su primer cometido es el de vivir fielmente la
realidad de la comunión con el empeño constante de desarrollar una auténtica comunidad de personas.

El principio interior, la fuerza permanente y la meta última de tal cometido es el amor: así como sin el
amor la familia no es una comunidad de personas, así también sin el amor la familia no puede vivir,
crecer y perfeccionarse como comunidad de personas.2

Hacia una comprensión cristiana del amor humano


En su libro “El arte de amar”, defiende Fromm que los hombres, en todos los tiempos y culturas,
nos enfrentamos con un problema decisivo para la realización de nuestra existencia: cómo superar
la soledad, el aislamiento, la individualidad; y explica que la respuesta más satisfactoria se
encuentra en lograr la unión con otra persona, la comunión con los demás, el amor. De suyo, el
amor pertenece a la condición humana. 3 Ese amor, ¿cómo se comprende a la luz de Cristo?

Pertenece a la condición humana: amar es un proceso de maduración en dar y recibir

Rasgos: donación gratuita, cuidado, afirmación y promoción del otro, responsabilidad, respeto,
conocimiento y reciprocidad

Visión cristiana: amor de Dios por la humanidad (alianza como Buena Nueva) y respuesta
humana (amor a Dios y al prójimo: sentido comunitario y altruista, solidaridad, compromiso por
la justicia y la libertad … en lo concreto de la vida)

Este vínculo de Dios con la humanidad tiene diferentes modos de vivirse: vida consagrada, vida
sacerdotal y vida laical. La pareja lo asume como proyecto de vida en la celebración del
sacramento del matrimonio.

Rasgos que definen el amor conyugal


En esta sección se mencionan algunas de las características propias del amor vivido en pareja. Se
trata de un amor sensible y espiritual al mismo tiempo; un amor que se desarrolla por medio de
todas las facultades humanas. No es sólo fruto del instinto o del sentimiento, sino que se explicita y
crece en cada momento de la vida de los esposos. 4

Ama al cónyuge como persona (no es sólo instinto o sentimiento, sino respeto, voluntad de
amar), gratuito (libre, decidido en la opción), total (abarca a toda la persona), fiel (exclusivo).
Proceso del tú heterosexual al nosotros (en unidad) fecundo (dinamismo difusivo: hijos, familia,
realidades sociales …)

2
FC 18
3
Alburquereque, E., Catequesis del Matrimonio, Ed CCS, Madrid, 2003, p. 22
4
Ibid, pag. 30

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Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

En la celebración del sacramento los esposos expresan: “prometo serte fiel en los favorable o
en lo adverso con salud o enfermedad”. Ser fiel no sólo en lo que refiere a no tener un vínculo
amoroso con una tercera persona; implica serlo también con el pensamiento, a la hora de
respetar el proyecto común por encima del proyecto personal-particular, a la hora de
determinar las prioridades y de elegir en qué dedicar el tiempo, la energía y el esfuerzo. Está
muy relacionado con ser confiable, es decir: cumplir los compromisos asumidos (grandes o
pequeños), ser prudente a la hora de hablar de la pareja con terceros, ser respetuoso, etc.

El hombre, imagen y semejanza del Dios amor, es llamado al amor en su unidad integral de un
ser corpóreo-espiritual.5 De ahí que nunca puede separarse la vocación al amor de la realidad
corporal, y por ende sexual, del hombre, ya que significaría parcializar su esencia. Igualmente
hay que considerar que la sexualidad es un modo de ser persona, y por eso nunca puede
reducirse a la mera genitalidad, ni menos al instinto; afecta al núcleo de la persona en cuanto
tal; está orientada a expresar y realizar la vocación del hombre y de la mujer al amor. Se trata
de una realidad que debe ser asumida e integrada progresivamente en la personalidad por
medio de la libertad humana. Se da así una íntima relación de carácter moral entre la
sexualidad, la afectividad y la construcción en el amor de una comunión de personas abiertas a
la vida.6

Estar abierto a la vida conlleva también las consideraciones necesarias para ejercer una
“paternidad responsable” tanto de los hijos nacidos como de los que podrán nacer 7.

El amor conyugal es fecundo y es un servicio a la vida, ya sea:

o con hijos propios8

o mediante la adopción 9

o en otras formas de fecundidad con repercusión social10

Nota: Más adelante se profundizará sobre estos temas.

Comunicación – diálogo y convivencia


La comunicación en el matrimonio no tiene un sentido funcional: no nos comunicamos para resolver los
problemas, sino para encontrarnos y darnos al otro. En la vida conyugal la comunicación no pretende
simplemente programar unas vacaciones u organizar una celebración festiva; no es un debate, ni se
establece para dirimir quién lleva la razón. La comunicación instaura una relación profunda para acoger
al otro/a como es. Comienza por el interés, la atención, la participación en el mundo del otro. Lleva a
hacernos realmente presente el uno en el otro.

5
cf. CIC 362 - 368
6
"Santificados en la unidad del Amor Orientaciones y normas para la catequesis matrimonial” Arquidiócesis de
Mendoza, 2006, p
7
Humanae Vitae , 10
8
FC 28
9
FC 41
10
FC 41

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Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

La comunicación supone apertura, acogida y donación al otro. Para dialogar y comunicarse es


necesario salir de la soledad y quitar las barreras que defienden el interior. Hay que terminar
con los miedos que bloquean y que presentan la dificultad de mostrarse al otro tal como se es
de verdad. Comunicar es manifestar la propia identidad sin máscaras ni ocultamientos, es
compartir los sentimientos, necesidades, esperanzas, tristezas y alegrías.

La comunicación como diálogo es la entrega al cónyuge de su mundo interior. Sus rasgos típicos
incluyen: sinceridad, confianza, apertura al otro dejándose conocer, actitud de escucha
(empatía: aceptación del otro incondicional, comprender, no juzgar) 11:

La convivencia es fruto del amor conyugal a través de la comunicación y el diálogo. Es un


compromiso por compartir la vida con expresiones que ayuden a:

o desarrollar sus fortalezas: renovar el proyecto de vida en común, la experiencia de fe


compartida, la oración en pareja, pedir perdón y perdonar, contar con un grupo de
referencia para compartir el proceso de pareja, tener actividades en común…
o superar las dificultades: acostumbramiento, silencio, individualismos, rutina, cansancio,
falta de comunicación, incomprensión, celos, poco tiempo …

Crisis: oportunidad de crecimiento

Desilusiones y frustraciones: Para poder elaborarlas es necesario remitirse a las motivaciones


que le llevaron a optar por este proyecto de vida con su cónyuge.

Problemas laborales, económicos o familiares: siempre existirán factores externos al vínculo de


pareja que influirán positiva o negativamente en los esposos y en la familia. Ante las
adversidades el camino es empeñarse en mantener la unidad y el proyecto común de la pareja.

Problemas de salud (física, psicológica): pueden llegar a ser los momentos de mayor prueba
para ambos esposos, donde uno de ellos en general además de “llevar adelante la casa”, tiene
que acompañar-consolar, y ser fuerte. Poder vivir estas circunstancias como una experiencia de
fe fortalecida por la oración compartida y recibiendo los sacramentos, puede ser la piedra
fundamental para superar estas situaciones.

Falta de diálogo: independientemente de la edad de los esposos y de los años que lleven
casados, puede darse cuando no comparten cómo se sienten, no encuentran formas de
expresar las disconformidades o las esperanzas. También cuando no encuentran caminos para
llevar adelante un proyecto de vida con objetivos y visión de futuro comunes. Antes de llegar a
estados extremos de incomunicación seguro se pasó por etapas intermedias, allí es donde hay
que resolver los problemas, creando instancias regulares de diálogo, creando espacios para
confirmar lo que ambos suponen que el otro piensa o necesita.12

11
Ver Decálogo para la buena comunicación en Alburquerque, pag. 47-48
12
Una herramienta posible para utilizar es la de distinguir entre lo que pienso y lo que siento.

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Dificultades de comunicación: por no entender cómo se comunica cada uno de los esposos,
considerando los aspectos no verbales de la comunicación, que incluye miradas, actitudes,
silencios, posturas del cuerpo, etc. 13

Rutina: cuando en la vida diaria “no pasa nada”, puede generar falta de emoción, falta de
entusiasmo. Es la hora de disponer de un tiempo, aunque sea corto, generando una actividad
diferente y exclusiva que ambos puedan compartir. Es la oportunidad para revisar objetivos,
valores, esperanzas, etc.

NOTA: La ayuda externa oportuna también puede ser un apoyo importante para superar las crisis.

13
Una herramienta posible es valorar los medios de comunicación no-verbales

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FACTORES SOCIALES

En el matrimonio y en la familia se constituye un conjunto de relaciones interpersonales – relación


conyugal, paternidad-maternidad, filiación, fraternidad - mediante las cuales toda persona humana
queda introducida en la “familia humana” y en la “familia de Dios”, que es la Iglesia. 14

Ejercicio de la sexualidad
La fecundidad es el fruto y el signo del amor conyugal, el testimonio vivo de la entrega plena y
recíproca de los esposos: El cultivo auténtico del amor conyugal y toda la estructura de la vida familiar
que de él deriva, sin dejar de lado los demás fines del matrimonio, tienden a capacitar a los esposos
para cooperar con fortaleza de espíritu con el amor del Creador y del Salvador, quien por medio de ellos
aumenta y enriquece diariamente su propia familia.15

Es importante aclarar que hay sustanciales diferencias entre el “sexo” en los animales y la
“sexualidad humana”. El “sexo” en los animales está fundamentalmente guiado por el instinto y
orientado a la reproducción. La “sexualidad humana” es única e inigualable, es un modo de ser
persona sexuada. Constituye al ser humano como varón o como mujer.

La sexualidad humana se puede estudiar desde la ciencia desde muchas perspectivas: biológica,
fisiológica, neurológica, sociológica, psicológica, etc; todas estas perspectivas de la ciencia son
importantes pero no abarcan toda la realidad humana. También se debe incluir una forma de
entender al ser humano (antropología), de entender a Dios (teología) y la forma de
relacionarse con Él (religión).

La sexualidad humana incluye una forma de ser, de sentir, de pensar y de actuar. Confiere al
varón y a la mujer características diferentes y complementarias. Este ser persona sexuada se
caracteriza por su capacidad de amar. Ésta capacidad de amar tiene como parte constitutiva la
inteligencia, la voluntad y los valores de la persona.

La sexualidad humana no se puede reducir a genitalidad; humanamente se realiza en las


siguientes dimensiones:

o En la participación del poder creador amoroso de Dios. Pro-crear una vida humana.
(Aspecto pro-creativo)

Si la persona es lo más grandioso querido y creado por Dios, el traer una persona al
mundo constituye lo más grandioso que un varón y una mujer pueden llevar a cabo. En
cada unión, están abriendo la posibilidad de esta dicha infinita. Los padres cooperan
real e íntimamente con Dios en la venida de cada ser humano.

o En la comunicación del amor entre varón y mujer. Unir, consolidar, madurar, fructificar
la unión y el amor de los esposos. (Aspecto unitivo)

14
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La manifestación del amor inter-sexuado involucra a toda la persona. Es la


manifestación física de la íntima unión espiritual de los esposos. Está acompañada de
cariño, ternura, comprensión, consuelo, miradas afectuosas, abrazos, caricias, besos,
etc. Todas manifestaciones que son palabras de amor de uno para el otro.

La realidad de las dos dimensiones mencionadas anteriormente hacen que los actos íntimos de
los esposos, constituyan actos “santos”, queridos por Dios; y que Jesús y la tradición cristiana
instituyen como expresión del sacramento del matrimonio.

El amor expresado por los esposos incluye 3 dimensiones :

o Amor natural o afecto: querer por el propio vínculo familiar

o Amor Eros: busca la complementariedad por la atracción mutua entre varón y mujer.

o Amor de amistad: querer libremente y por elección (ágape)16

El amor corporal no es todo el amor, pero contribuye en gran parte a fortalecer el dulce
lazo de los corazones. Todo lo que los labios no saben decir, todo lo que desborda de los
corazones, lo expresarán los besos.17

Crisis: oportunidad de crecimiento

Cuando el ejercicio de la sexualidad se reduce a un objeto de bienestar o de consumo. En ese


momento, es necesario que los esposos revaloricen la sexualidad reincorporándole su valor
humano esencial, fuente de realización, y elemento constitutivo de su propio ser.

La expresión de la sexualidad va cambiando con la edad de los esposos, lo cual requiere una
adaptación, comprensión, aceptación y acompañamiento de estos cambios.

Dificultades o carencias relacionadas con el conocimiento y aceptación de las características


propias del varón y/o de la mujer. Por ejemplo, el diferente ritmo de excitación de la mujer y
del varón para alcanzar el placer sexual.

Modificaciones en el contexto familiar que afecta el equilibro o el relacionamiento de los


esposos. Ejemplo: viajar mucho por trabajo, abuelos en casa, cambios por efecto post-parto,
falta o pérdida de trabajo, hechos inesperados, etc. En estos casos se pone en juego la
capacidad de amar y de adaptarse a nuevas realidades.

Cuando cambia la constitución del hogar: la nuera/yerno que viven a vivir por un tiempo a la
casa paterna, el nieto-nieta que los abuelos deben cuidar, el hijo-hija que se divorcia y vuelve al
hogar paterno, el padre de alguno de los dos de la pareja que por ancianidad hay que recibirlo
en el hogar de la pareja, etc.

16
Ver Carta Encíclica “Dios es Amor”, Benedicto XVI, 2005
17
Melendo, Tomás, Estudios Universitarios sobre la Familia, pag 29

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Amor conyugal: Paternidad y maternidad responsable


Dios ama, y fruto de su amor es la creación. Los hombres participamos de este mismo amor creador de
Dios; y nuestro amor es también creativo. Investigadores, científicos, artistas, poetas, crean lo que
aman. Todo esto alcanza su sentido más pleno cuando lo referimos al amor conyugal. Porque el el amor
conyugal está ordenado por su misma naturaleza a la procreación. El hijo es siempre el fruto y el don
más maravilloso del amor de los esposos.18

El amor humano que es constitutivamente fecundo, tiene necesidad de expandirse más allá de
la propia pareja.

El amor Eros y el amor de Amistad se diferencian porque los amantes no cesan de


contemplarse uno a otro, mientras los amigos miran juntos en una misma dirección. En el caso
de los esposos que llegan a ser padres, ambas perspectivas se aúnan y se potencian de manera
recíproca; lo hacen especialmente en virtud de los hijos.19

Los padres cooperan real e íntimamente con Dios en la venida al mundo de cada nuevo ser
humano. Aunque de manera y con intensidad distintas. Los hijos son el máximo don de los
esposos hacia Dios, hacia la sociedad y hacia sí mismos.

En cuanto realidad humana está sujeta a la persona, no queda librada al instinto o la pura
biología, sino que está regulada por la razón y la voluntad. Por tanto, el amor conyugal
requiere la conciencia en los esposos de su misión de paternidad responsable.

Según Pablo VI en “HV” en relación con los procesos biológicos, paternidad responsable
significa conocimiento y respeto de sus funciones; en relación con las tendencias del instinto y
de las pasiones, comporta el dominio que sobre ellas han de ejercer la razón y la voluntad; en
relación con las condiciones físicas, económicas y sociales, la paternidad responsable se pone
en práctica, bien con la deliberación generosa de tener una familia numerosa, bien con la
decisión ponderada de evitar un nuevo nacimiento durante algún tiempo o por tiempo
indefinido.20

Es decir que la decisión sobre los hijos a tener es una decisión consciente, libre, amorosa y
responsable. Esto implica que la actitud de los esposos no es pasiva, sino que es una actitud
activa de aceptar lo que Dios pide en su situación concreta. De forma de que puede ser tan
malo no querer hijos pudiendo tenerlos, como tenerlos irresponsablemente.

Para llegar a tener un juicio responsable se pueden tener en cuenta los siguientes criterios:21

o Obrar de común acuerdo: ninguno de los dos puede decidir por su cuenta; ambos
tienen la misma responsabilidad

o Atender, tanto al bien propio (salud, armonía conyugal, felicidad, equilibrio psicológico)
como el bien de los hijos, nacidos o por nacer.

18
op.cit Alburquerque, p. 69
19
Melendo, Tomás, Estudios Universitarios sobre la Familia, pag 32
20
HV 10
21
Alburquerque, J, “Catequesis del Matrimonio”, Editorial CCS, Madrid, 2003, p70

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o Valorar la situación concreta de su vida y las circunstancias materiales y espirituales, las


posibilidades económicas y educativas, las dificultades psicológicas o sociales. Ser
responsable incluye (aunque no se limita) alimentar, dar abrigo, proteger, educar,
educar en la fe, acompañar, respetar, ser ejemplo de comportamiento, proveer una
familia que brinde amor, etc.

o Tener en cuenta el bien de la sociedad y el bien de la Iglesia.

Los esposos a lo largo de su vida, con el cambio de sus circunstancias, se replantearán si


pueden o no tener otro hijo. La decisión sobre el número de hijos no debe ser estática e
inmutable, sino una opción responsable, generosa y amorosa.

Para regular el número de hijos de un matrimonio, se utilizan hoy distintos métodos:

o Regulación natural de la fecundidad o Planificación Familiar Natural: Métodos abiertos


a la vida, que considerando los ritmos naturales tienen muy poca posibilidad de
generar una nueva vida y por tanto actúan como reguladores de la concepción.
Conllevan la vivencia de una sexualidad plena para los esposos asumiendo el aspecto
unitivo y estando abiertos al aspecto pro-creativo.

Integrado por: Método del moco cervical (conocido como método Billings), el Método
de la temperatura basal, y el Método Sintotérmico (una combinación de los dos
anteriores).

o Los métodos anticonceptivos: Métodos que interfieren activamente en el acto de los


esposos en lo que refiere al aspecto pro-creativo y con consecuencias sobre el aspecto
unitivo de la relación. Estos métodos buscan impedir activamente el aspecto pro-
creativo del acto matrimonial siendo un acto no aceptado por la Moral Cristiana. 22

Integrado por: la esterilización del hombre o de la mujer, pastillas anticonceptivas,


preservativo, espermicidas, diafragma, etc

o Los métodos abortivos: Métodos que matan un ser humano engendrado. Un nuevo ser
se crea cuando se une el esperma del hombre con el óvulo de la mujer; ello da inicio al
proceso de crecimiento de un ser humano genéticamente diferente al padre y a la
madre. El aborto consiste en matarlo y extraerlo del cuerpo de la mamá.

El aborto es pecado grave ante Dios, ante la persona y ante la sociedad.

Integrado por: DIU, pastillas abortivas e intervenciones quirúrgicas

En ocasiones, los métodos de Regulación natural de la fecundidad pueden presentar problemas


a los esposos para su puesta en práctica por ejemplo por la irregularidad de los ciclos, o la
dificultad de la aplicación del método cuando se combina con algún problema o característica
del cuerpo femenino. En esos casos, se plantea dificultades para cumplir con los valores de

22
HV 14

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o Primacía del amor: Es decir la necesidad de los esposos de expresarse su amor de


forma íntima

o Paternidad Responsable: Cumplir la misión pro-creadora con responsabilidad humana y


cristiana, lo que implica decidir si puede o no tener otro hijo

o Dimensión procreadora de la sexualidad: La enseñanza de la Iglesia indica que el acto


matrimonial siempre debe estar abierto a la transmisión de la vida.

Ante esos momentos, los esposos se preguntan ¿Qué hacer? ¿Cómo ser fieles a esos valores y
deberes? Ante un conflicto de valores, la enseñanza moral cristiana ha previsto que se debe
tomar una decisión personal de conciencia ante el Señor.

Los cónyuges deben decidir cuál es el deber mayor (o bien mayor). Implica elegir los valores
que entienden más importante en ese momento particular y dejar de cumplir otros valores.23

… los esposos a los que Dios no ha concedido tener hijos pueden llevar una vida conyugal plena
de sentido, humana y cristianamente. Su matrimonio puede irradiar una fecundidad de caridad,
de acogida y de sacrificio24

Si por cualquier motivo los esposos no pueden tener hijos naturalmente, convendría que
evaluaran si Dios los está llamando a la adopción de niños que necesitan una familia que los
ame.

En cualquier caso, los esposos se podrán preguntar: ¿cómo podemos prestar como esposos el
mejor servicio a Dios y a la sociedad?

Crisis: oportunidad de crecimiento

Un embarazo no esperado sorprende a la pareja: un nuevo hijo plantea a la pareja un cambio


que si no es esperado puede ser experimentado con muchos temores y ansiedad. Los cambios
a nivel económico, la necesidad de mayor espacio para alojarlo, los primeros años donde el
bebé requiere un cuidado especial pueden ocasionar en la pareja discusiones o desencuentros.
En estos momentos es necesario detenerse en pareja, entregar a Dios la situación, y plantease
que, siendo todo palabra de Dios, ese bebé sin duda es un mensaje de Dios que juntos deberán
interpretar y responder.

Un embarazo que propone al matrimonio la llegada de un hijo no querido por un integrante del
matrimonio o por ambos, es un problema muy importante cuyos motivos y/o solución no
pueden abarcarse en un documento como éste. Sin embargo, se propone que se solicite ayuda
profesional para gestionar la situación, siendo la última alternativa la entrega del bebé en
adopción.

23
Alburquerque, E, “Hogares Don Bosco – Temas fundamentales 1”, Colección Hogares Don Bosco Nro 1, España,
1993, p41-42. Y Alburquerque, E, Catequesis del Matrimonio, Editorial CCS, Madrid, 2003, p 72
24
CIC 1654

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La imposibilidad de gestar un bebé por problemas de infertilidad de uno de los padres o de


ambos, es un problema que viven muchos matrimonios de hoy. La tecnología propone
distintas técnicas para solucionar el “problema”, muchas de las cuales son buenas y logran que
la pareja supere sus limitaciones, sin embargo hay un conjunto de técnicas que plantean más
problemas que soluciones. Para estos casos se sugiere asesorarse con especialistas en familia,
además de los especialistas en medicina, y se sugiere evaluar la alternativa de la adopción.

Diferencias en los valores a transmitir a los hijos: a la hora de educar, si la pareja no ha


conformado una escala de valores en común, seguramente pasará que cada uno por separado
intentará, consciente o inconscientemente, inculcar en los hijos los propios. Estos momentos
son oportunidades para conformar una nueva escala de valores con los que ambos se
identifican y quieren llevar adelante.

Los hijos se casan o se van del hogar (síndrome del nido vacío): luego de muchos años donde tal
vez se haya dedicado mucho tiempo, cariño, amor y esfuerzo a los hijos, parece devenir un “sin
sentido”, una sensación de por quién vivo ahora. Este es un momento especial de la pareja para
entregar generosamente a nuevas oportunidades dentro y fuera del hogar.

Economía doméstica
Compartiendo y colaborando al interior de la familia, mediante la puesta en común de las
potencialidades individuales, se descubren las alegrías que el fruto de la fatiga (el trabajo) está en
grado de aportar.

La familia es el primer lugar donde se aprende a tener en cuenta el trabajo, distribuyendo entre todos
los integrantes las tareas cotidianas, las pequeñas actividades de gestión doméstica, con el fin de que
cada uno aprenda que el trabajo no sólo es cansancio, sino también responsabilidad, compartir y
también satisfacción por sí mismo y por lo que se ha realizado.25

El balance entre el tiempo dedicado al trabajo, a la familia, a Dios y al esparcimiento personal


debe estar balanceado y acordado. Requiere revisiones periódicas puesto que las necesidades
personales, espirituales y económicas cambian con el devenir del tiempo.

En la familia, los cónyuges son los administradores del hogar. La forma de administrarse
económicamente dependerá de cada matrimonio en particular. Los bienes son comunes y por
tanto las responsabilidades por los ingresos y por los egresos de dinero. El diálogo abierto
respecto de este tema es siempre una práctica recomendada.

Los esposos deberían evaluar periódicamente su situación económica en lo que refiere a


deudas, ahorros, fondos para el futuro, etc.

Uno de los hechos que llevan a replantearse la situación de la economía doméstica es el


nacimiento de los hijos (existen además, muchos otros factores que modifican la economía
familiar).

25
Varios, Vengan apártense y reposen un poco – Guía para esposos y novios, Ed. Sociedad de San Pablo, Bogotá,
2006, pag. 111

Guia Catequistas Matrimonio v1 - mayo 2011.doc 14


Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

Crisis: oportunidad de crecimiento

Los cambios drásticos en general inesperados de la situación económica pueden llevar a


comportamientos inusuales, tanto sea porque la situación empeore o por mejoras que
conllevan mayor dedicación y/esfuerzo.

La jubilación o retiro laboral: donde las motivaciones, tiempos compartidos cambian, es


imprescindible mucha comprensión, diálogo, búsqueda de actividades alternativas, etc.

Guia Catequistas Matrimonio v1 - mayo 2011.doc 15


Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

FACTORES LEGALES

Derecho constitucional y código civil uruguayos


Se incluyen en este capítulo solamente algunos de los artículos de la legislación uruguaya que tienen
incidencia importante en la familia:

Constitución, Art.40: La familia es la base de nuestra sociedad. El Estado velará por su


estabilidad moral y material, para la mejor formación de los hijos dentro de la sociedad.

Constitución, Art. 41: El cuidado y educación de los hijos para que éstos alcancen su plena
capacidad corporal, intelectual y social, es un deber y un derecho de los padres. Quienes
tengan a su cargo numerosa prole tienen derecho a auxilios compensatorios, siempre que los
necesiten. La ley dispondrá las medidas necesarias para que la infancia y juventud sean
protegidas contra el abandono corporal, intelectual o moral de sus padres o tutores, así como
contra la explotación y el abuso.

Ley 15.737, Norma supranacional Pacto de Costa Rica: Artículo 12

1. Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia y de religión. Este derecho


implica la libertad de conservar su religión o sus creencias, o de cambiar de religión o
de creencias, así como la libertad de profesar y divulgar su religión o sus creencias,
individual o colectivamente, tanto en público como en privado.
2. Nadie puede ser objeto de medidas restrictivas que puedan menoscabar la libertad de
conservar su religión o sus creencias o de cambiar de religión o de creencias.
3. La libertad de manifestar la propia religión y las propias creencias está sujeta
únicamente a las limitaciones prescritas por la ley y que sean necesarias para proteger
la seguridad, el orden, la salud o la moral públicos o los derechos o libertades de los
demás.
4. Los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a que sus hijos o pupilos reciban la
educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.

Ley 15.737, Norma supranacional Pacto de Costa Rica: Artículo 17

1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida por


la sociedad y el Estado.
2. Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a fundar una
familia si tienen la edad y las condiciones requeridas para ello por las leyes internas, en
la medida en que éstas no afecten al principio de no discriminación establecido en esta
Convención.
3. El matrimonio no puede celebrarse sin el libre y pleno consentimiento de los
contrayentes.
4. Los Estados partes deben tomar medidas apropiadas para asegurar la igualdad de
derechos y la adecuada equivalencia de responsabilidad de los cónyuges en cuanto al
matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del mismo. En caso de
disolución, se adoptarán disposiciones que aseguren la protección necesaria de los
hijos, sobre la base única del interés y convivencia de ellos.
5. La ley debe reconocer iguales derechos tanto a los hijos nacidos fuera de matrimonio
como a los nacidos dentro del mismo.

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Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

Código civil, Capítulo II, Art. 83: El matrimonio civil es obligatorio en todo el territorio del
Estado, no reconociéndose, a partir del 21 de julio de 1885, otro legítimo que el celebrado con
arreglo a este capítulo y con sujeción a las disposiciones establecidas en las leyes de Registro
del Estado Civil y su reglamentación.

Código civil, Capítulo II, Art. 84: Efectuado el matrimonio civil a que se refiere el artículo 83, los
contrayentes podrán libremente solicitar la ceremonia religiosa de la Iglesia a que pertenezcan,
pero ningún ministro de la Iglesia Católica o pastor de las diferentes comuniones disidentes en
el país, podrá proceder a las bendiciones nupciales sin que se le haya hecho constar la
celebración del matrimonio civil, por certificado expedido en forma por el Oficial del Estado
Civil y si lo efectuase sin dicha constancia incurrirá en la pena de seis meses de prisión y en caso
de reincidencia un año de prisión. Exceptúese de la disposición que antecede, los matrimonios
in extremis, que no producirán, sin embargo, efectos civiles.

Código civil, Capítulo IV, Art. 116: Por el mero hecho del matrimonio, contraen los cónyuges la
obligación de mantener y educar a sus hijos, dándoles la profesión u oficio conveniente a su
estado y circunstancias. Los padres no tienen la obligación de dar a sus hijos los medios de
formar un establecimiento. (Texto de este inciso corresponde al Art. 2027 del Código Civil,
adaptado a la Ley Nro. 10.783).

Código civil, Capítulo IV, Art. 117: En defecto o imposibilidad de los padres, se extiende la
obligación expresada en el artículo precedente a los abuelos y demás ascendientes, sean
legítimos o naturales. (Texto adaptado al art. 222 Código del Niño)

Código civil, Capítulo IV, Art. 118: La obligación de alimentar es recíproca entre los ascendientes
y descendientes.

Código civil, Capítulo IV, Art. 119: Los yernos o nueras deben igualmente y en las mismas
circunstancias, alimentar a sus suegros y éstos a aquéllos; pero esa obligación cesa:
1. Cuando el suegro o suegra, yerno o nuera, pasa a segundas nupcias.
2. Cuando ha fallecido aquel de los cónyuges que producía la afinidad y los hijos nacidos
de su unión con el otro. Subsistirá, sin embargo, la obligación en este caso cuando el
cónyuge sobreviviente no tenga ascendientes, descendientes ni hermanos en
condiciones de prestar alimentos y prueba que observa buena conducta.

Código civil, Capítulo IV, Art. 120: La obligación de alimentar se extenderá a los hermanos
legítimos, en caso que por vicio corporal, debilidad de la inteligencia u otras causas inculpables,
no puedan proporcionarse los alimentos.

Código civil, Capítulo IV, Art. 121: Bajo la denominación de alimentos se comprende, no sólo la
casa y comida, sino el vestido, el calzado, las medicinas y salarios de los médicos y asistentes,
en caso de enfermedad. Se comprende también la educación cuando el alimentario es menor
de veintiún años. (Texto de este Inciso 2, dado por el Artículo 4 de la Ley Nro. 16.719)

Código civil, Capítulo IV, Art. 122: Los alimentos han de ser proporcionados al caudal de quien
los da y a las necesidades de quien los recibe. El Juez, según las circunstancias del caso, reglará
la forma y cuantía en que hayan de prestarse los alimentos.

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Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

Código civil, Capítulo IV, Art. 123: Cuando el que suministra los alimentos o el que los recibe,
llega a un estado tal, que el uno ya no puede darlos o el otro no los necesita en todo o en parte,
puede solicitarse la exoneración de la cuota señalada.

Código civil, Capítulo IV, Art. 124: El derecho de pedir alimentos no puede transmitirse por
causa de muerte ni venderse o cederse de modo alguno ni renunciarse (Art. 2.155)

Código civil, Capítulo IV, Art. 125: El que debe alimentos no puede oponer al demandante en
compensación lo que el demandante le deba a él. (Art. 1.510)

Código civil, Capítulo IV, Art. 126: No obstante lo dispuesto en los artículos precedentes, las
pensiones alimenticias atrasadas podrán renunciarse y el derecho de demandarlas transmitirse
por causa de muerte, venderse y cederse, sin perjuicio de la prescripción que completa al
deudor y de la limitación establecida en el artículo 1766 inciso 2 (Artículo 1.222). (Texto
coordinado con el artículo 1.766, inciso 2, del Código Civil).

Código civil, Capítulo IV, Art. 127: Los cónyuges se deben fidelidad mutua y auxilios recíprocos.
La obligación de fidelidad mutua cesa si los cónyuges no viven de consuno. (Texto dado por el
art. 22 de la Ley Nro. 18.246)

Código civil, Capítulo IV, Art. 129: El deber de convivencia es recíproco entre marido y mujer.
Ambos contribuirán a los gastos del hogar (artículo 121) proporcionalmente a su situación
económica. (Texto adaptado a los art. 1 y 10 de la Ley Nro. 10.783)

Código civil, Capítulo IV, Art. 130: Por el hecho del matrimonio se contrae sociedad de bienes
entre los cónyuges, según las reglas que se expondrán en el Título VII Parte II del Libro IV de
este Código.

Derecho canónico
Este tema se desarrollará en próximas versiones de la Guía para Catequistas del Sacramento del
Matrimonio.

Derechos de la familia
Ver Derechos de la familia de Juan Pablo II, año 1983.

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Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

FACTORES ECLESIALES
Entre los cometidos fundamentales de la familia cristiana se halla el eclesial, es decir, que ella está
puesta al servicio dela edificación del Reino de Dios en la historia, mediante la participación en la vida y
misión de la Iglesia.

Los cónyuges y padres cristianos, en virtud del sacramento, “poseen su propio don, dentro del Pueblo
de Dios, en su estado y forma de vida”. Por eso no sólo “reciben” el amor de Cristo, convirtiéndose en
comunidad “salvada”, sino que están también llamados a “transmitir” a los hermanos el mismo amor
de Cristo, haciéndose así comunidad “salvadora”.26

Matrimonio como sacramento


Hablar del matrimonio como sacramento es considerar su dimensión religiosa y espiritual. Es situarnos
en la perspectiva del misterio y de la gracia. Es considerar esa comunidad de vida y amor que lo
constituye, como comunidad de gracia. Es afirmar que la realidad matrimonial, humana y terrena, es, al
mismo tiempo, realidad y misterio de salvación.27

Sacramentalidad humana: una realidad humana que evoca otra realidad que la trasciende.
Sacramento Cristiano: una realidad humana transfigurada en realidad divina

El matrimonio como sacramento demuestra con su testimonio de vida familiar el amor de Dios
a los hombres, que se manifiesta en el amor de Cristo por su Iglesia (Ef 5, 32)

En la celebración del matrimonio se recibe el don de ser sacramento. Es decir cada día, al
manifestarse su amor, los demás podrán ver un reflejo del amor de Dios (FC 17). Esta es la
principal Misión al celebrar y “convertirse” en Sacramento (FC 49).

Al convertirse el amor de los esposos en signo del amor de Cristo a su Iglesia (1 Ef 5,32), entre
las características que asume es la de ser una alianza inquebrantable. Una alianza, que a pesar
de cualquier dificultad o crisis que pudiera ocurrir, en todo tiempo perdona, espera, llama y
convoca (1 Cor 13, 1-8a)28.

Mediante la celebración, por medio de gestos y palabras, Dios convierte al amor de los esposos
en imagen de su amor. Es una acción sacramental en la que Dios consagra a los esposos para
responder a esta vocación.

Durante la vida matrimonial Dios ofrece permanente ayuda y guía para que el amor de los
esposos pueda ir creciendo a la medida del amor de Dios. Ese don se recibe a modo de
“semilla”, a la cual hay que cuidar y hacer crecer para ver su fruto (es una mejora continua que
se da en forma gradual, y en la Iglesia se llama santificación).

26
FC 49
27
op. cit, Alburquerque, p. 53
28
FC 20 “…el designio que Dios ha manifestado en su Revelación: Él quiere y da la indisolubilidad del matrimonio
como fruto, signo y exigencia del amor absolutamente fiel que Dios tiene al hombre y que el Señor Jesús vive
hacia su Iglesia”.

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Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

El pan y el perdón son imprescindibles para la vida humana en todo sentido. El sacramento del
matrimonio se relaciona y se nutre especialmente de los sacramentos de la Eucaristía y de la
Reconciliación.

La Buena Noticia para el matrimonio


Dios desde el principio nos hizo hombre y mujer: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su
madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos uno solo” 29 … y comenta Jesús: “De manera que ya no
son dos, sino uno una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre.”30 Jesús nos
remite no al inicio de la historia de la humanidad, sino a la fuente de esta historia: El Amor Creador.

La Palabra de Dios manifiesta su proyecto sobre la humanidad. Cuando la vocación al matrimonio


ha sido concebida y aceptada, se comienza a vivir una unión tan grande entre el hombre y la mujer,
que este don mutuo crea una realidad nueva: la pareja.

En estos tiempos donde los conflictos matrimoniales y familiares son causa de muchos
sufrimientos y frustraciones personales, el Proyecto de Dios es una Buena Noticia.

El matrimonio es una vocación, una alianza de amor, fuente de esperanza. La familia, por su
parte, es la comunidad primera en que aprendemos el hermoso arte de amar y ser amados, la
cuna de la vida, el lugar de nuestra primera pertenencia. El hombre no puede vivir sin amor. Él
permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le
revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no
participa en él vivamente.(Juan Pablo II RH 10)

Como pacto y alianza conyugal que ha tenido su origen en el amor de la libre elección de un
hombre y de una mujer que comprometen recíprocamente sus personas y la vida entera, el
matrimonio crece y se desarrolla en un amor de una entrega cada vez mayor, fiel y renovado.
Dios les da la posibilidad, como pareja que se ama, de vivir en lo cotidiano, sea en lo favorable
o en lo adverso, con salud o enfermedad, la experiencia de su amor.

El amor conyugal plenamente humano, compromete a cada persona en su “totalidad unificada”


de espíritu y de cuerpo, poseyendo las características propias de totalidad, unidad,
indisolubilidad y fecundidad.

Participación en la misión de la Iglesia


La familia tiene la misión de ser cada vez más lo que es, es decir, comunidad de vida y amor, en una
tensión que, al igual que para toda realidad creada y redimida, hallará su cumplimiento en el Reino
de Dios. En una perspectiva que además llega a las raíces mismas de la realidad, hay que decir que
la esencia y el cometido de la familia son definidos en última instancia por el amor. Por esto la
familia recibe la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y participación
real del amor de Dios por la humanidad y del amor de Cristo por la Iglesia su esposa. 31

29
Gen 2,24
30
Mt 19, 6
31
FC 17

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Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

El matrimonio y la familia, siendo comunidad cristiana (iglesia doméstica) con la presencia real
de Cristo en ella tienen la misión de anunciar la Buena Nueva a sus hijos, a su familia extendida,
a sus amigos, y a todos aquellos que el Señor ponga en su camino.

Participa en la misión como co-creadores de vida, expresada a través de los hijos (FC 28 ss).
Dios confía a los padres una o varias personas para que sean amadas y se les enseñe a amar a
su Padre Dios, alimentándolas y educándolas con amor.

La familia colabora en la construcción del mundo, haciendo posible una vida propiamente
humana, esparciendo las semillas de virtudes y valores que hacen a la vida social. (FC 42 ss)

Una forma privilegiada de participar en la misión de la Iglesia es a través de la oración hecha en


común, marido y mujer, padres e hijos juntos (FC 59 ss)

Celebración cristiana del sacramento


La celebración del matrimonio cristiano es sacramental. En cuanto tal, hay que dar importancia al
signo, a la acción simbólica, para que promueva una experiencia de gracia y de compromiso. Por
eso hay que cuidar en el lenguaje sacramental tanto la palabra como el gesto, y hay que buscar
especialmente que el sacramento sea fiesta de la comunidad cristiana reunida, es decir, experiencia
de celebración, comunicación y gozo. 32

La liturgia es un encuentro entre Dios que ofrece sus dones y la comunidad que recibe y
responde, necesita de la adhesión interna del corazón y de la expresión externa mediante
gestos y signos (Manual de Liturgia Volumen 1, CELAM, año 2000, p. 50)

La celebración del matrimonio cristiano es un acto litúrgico. CIC. 1631.

El ministro en la liturgia es quien, en representación de Cristo, distribuye/otorga un


sacramento. El sacramento del matrimonio lo celebran dos ministros: los esposos por ser
bautizados33. Quien preside la celebración es testigo en nombre de la Iglesia (se denomina
“testigo cualificado”).

Para conferirse los esposos el sacramento necesitan una comunicación con Dios especial en
este momento (oración) y una relación sanada por la reconciliación con Dios, con los hermanos,
y consigo mismo.

En lo que refiere a expresión externa, los ministros intervienen en la preparación de la


celebración, dentro de lo dispuesto por el ritual: Rito de acogida, Liturgia de la Palabra,
Celebración del Sacramento, Liturgia eucarística y Rito conclusivo. 34

La celebración está compuesta de signos y símbolos que tienen valor propio, son portadores de
la acción de Dios.35 Es necesario que los esposos conozcan cómo interpretarlos y así podrán
vivir su real significado.

32
Op, cit, Alburquerque, pag. 99
33
CIC 1623: “Según la tradición latina, los esposos, como ministros de la gracia de Cristo, manifestando su
consentimiento ante la Iglesia, se confieren mutuamente el sacramento del matrimonio. …”
34
Catequesis del Matrimonio, Eugenio Alburquerque, Madrid, 2003, p 100

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Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

Las lecturas, la homilía, las oraciones, son modos de la comunicación de Dios a su pueblo y de
su pueblo con Él reunido en asamblea; y en especial es comunicación de Dios con la pareja y de
la pareja con Dios. 36

Las canciones forman parte de la celebración y son una expresión bella, poética y festiva “El
canto hace comunidad. Es un magnífico signo de identificación, ya que exige tener en cuenta a
los demás, participar, es decir formar parte de un todo, aportando conscientemente las propias
posibilidades, sin pretender dominar”.37

Las acciones, los gestos y los movimientos, también son parte de la comunicación y de la
expresión: la entrada de la novia/de los novios, el estar de pie en ciertos momentos de la
celebración, la entrega de anillos, el saludo, etc.38

La oración en la pareja
Carlos de Foucould explica que rezar es mirar a Dios con amor. No es pensar en cualquier cosa; es
encontrar a Alguien. Es una comunicación amorosa con Dios. Es ante todo, ejercicio de amistad:
amor mutuo entre Dios y el hombre. Se trata de un amor que transforma al hombre y le capacita
para responder en el amor. La oración implica siempre una relación consciente con Dios. Es
siempre diálogo. No es un acto puramente intelectual, es un acto vital. Es una acción
profundamente humana. En ella nos sumergimos en la búsqueda de sentido a nuestra existencia.

¿Es posible que los esposos en nombre de Dios confieran el sacramento sin vivir una
experiencia de oración? ¿Es posible recibir la bendición de Dios sin una comunicación personal
con él?

Es común comprender la oración sólo como un diálogo entre un yo humano y un TU divino. Sin
embargo, es más que eso, en nuestra oración la iniciativa es de Dios que conduce a la libertad y
que nos ayuda en la debilidad. En ella, Dios nos reintegra en nuestra verdadera humanidad y
Dios se hace presente. (Juan Pablo II, Cruzando el Umbral de la Esperanza, p37 a 40 – Rezar
cómo y por qué)

La oración habitual basada en el amor, es la forma de vivir del cristiano y camino por el cual se
puede realizar la promesa de plenitud prometida por Dios. En la base están estas tres
convicciones: orar es siempre posible, orar es una necesidad vital, oración y vida cristina son
inseparables (CIC 2742 - 2745)

La oración conjunta de los esposos es una necesidad periódica de todo matrimonio cristiano. La
misma podrá tener distintas expresiones (por ejemplo: Leer la Palabra de Dios, rezar el Padre
Nuestro, el Ave María, los salmos, oración espontánea, etc).

35
CIC 1189
36
Manual de Liturgia Volumen 1, CELAM, año 2000, p. 218-231
37
Ver Manual de Liturgia Volumen 1, CELAM, año 2000, p. 231-234
38
Ver Manual de Liturgia Volumen 1, CELAM, año 2000, p. 234-238

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Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

Iglesia doméstica
La familia cristiana está inserta en la Iglesia, pueblo sacerdotal, mediante el sacramento del
matrimonio, en el cual está enraizada y de la que se alimenta, es vivificada continuamente por
el Señor y es llamada e invitada al diálogo con Dios mediante la vida sacramental, el
ofrecimiento de la propia vida y oración. Este es el cometido sacerdotal que la familia cristiana
puede y debe ejercer en íntima comunión con toda la Iglesia, a través de las realidades
cotidianas de la vida conyugal y familiar. De esta manera la familia cristiana es llamada a
santificarse y a santificar a la comunidad eclesial y al mundo.39

El concepto de iglesia doméstica lo plantea el Concilio Vaticano II (1962 – 1965) que nos
propone una nueva perspectiva de la familia a la luz de las características de la Iglesia Cuerpo
de Cristo, al tiempo que nos brinda luz para comprender la Iglesia en base a las experiencias
cotidianas de ser familia. 40

Aspectos de la relación entre familia y comunidad eclesial:

o Es centro de comunión y participación: se comparte el pan, los afectos, los valores, los
bienes, la felicidad y también los dolores y dificultades.

o Las relaciones interpersonales entre los esposos y los hijos son importantes para
alcanzar la comprensión y experiencia de la vida de fe principalmente en lo que refiere
a la unión esponsal entre Cristo y la Iglesia, a lo que significa ser hijos de Dios y ser
parte de un Cuerpo.

o La vida familiar cristiana se manifiesta en signos de fe y en celebraciones


sacramentales:

 en la nueva vida que ingresa a la familia por el nacimiento de un hijo (bautismo


como incorporación a la Iglesia)

 en la maduración del adolescente y su asumir nuevos desafíos (con la


confirmación y asumir el proyecto de Dios en su vida)

 el perdón y la reconciliación recibidos en el hogar (la Reconciliación que nos


devuelve la paz e integra nuevamente a la comunidad)

 en el compartir el mismo pan (celebración de la eucaristía)

39
FC 55
40
LG. n°11 “Por fin, los cónyuges cristianos, en virtud del sacramento del matrimonio, por el que manifiestan y
participan del misterio de la unidad y del fecundo amor entre Cristo y la Iglesia (Ef. 5,32), se ayudan mutuamente
a santificarse en la vida conyugal y en la procreación y educación de los hijos, y, por tanto, tienen en su condición
y estado de vida su propia gracia en el Pueblo de Dios (cf. 1 Cor. 7,7). Pues de esta unión conyugal procede la
familia, en que nacen los nuevos ciudadanos de la sociedad humana, que por la gracia del Espíritu Santo quedan
constituidos por el bautismo en hijos de Dios para perpetuar el Pueblo de Dios en el correr de los tiempos. En
esta como Iglesia doméstica , los padres han de ser para con sus hijos los primeros predicadores de la fe, tanto
con su palabra como con su ejemplo, y han de fomentar la vocación propia de cada uno, y con especial cuidado la
vocación sagrada.”

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Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

 en la enfermedad de un miembro de la familia que estrecha lazos y en el amor


solidario (similitud con Cristo que desde la cruz atrae hacia Él)

 en el amor del matrimonio (amor lleno de esperanza de Cristo para con


nosotros)

 en el trabajo para mantener a la familia (escuchar el llamado al servicio de la


comunidad eclesial).

Estas expresiones de fe vividas en familia preparan a participar en las celebraciones


comunitarias.41

Es característica de la familia, como iglesia doméstica, ser misionera, porque la fe impulsa a


serlo. La primera misión está en la construcción de la familia como comunión de personas,
asumiendo el don de la vida y la educación de los hijos. Al mismo tiempo abrir las puertas de la
familia y llegar a la vida de otras personas es a lo que invita Jesús al llamarnos a ser sus
discípulos-misioneros.

Crisis: oportunidad de crecimiento

La Rutina o “aridez” espiritual tiene muchas formas de presentarse. Se da cuando se


plantea la falsa oposición entre quedarse en casa, en familia, o participar de la celebración
de la Eucaristía (ej. Misa del domingo). La oposición es falsa, puesto que compartir la
celebración y luego comentar lo vivido es de las experiencias familiares que más
oportunidades de unión y reflexión posibilita.

Desilusión con un grupo de católicos, el párroco, la comunidad, etc.: en estos casos es


donde más se experimenta y se valora el ser dos en el camino, puesto que uno de los dos
podrá y tendrá que hacer el esfuerzo por mantener el vínculo religioso activo, ayudando al
discernimiento, animando y convocando a trabajar por aquello que se quiere transformar
como integrantes comprometidos en la comunidad cristiana.

Percepciones diferentes, y a veces enfrentadas, de las exigencias de la vida de fe y del


compromiso cristiano personal o del matrimonio en la Iglesia (por ejemplo, cuando sólo uno
de los miembros de la pareja se involucra en tareas de servicio eclesial).En estos casos, es
muy importante que la parte que está involucrada mantenga informada a su pareja de las
actividades que realiza y le posibilite algún tipo de intervención, ya que es bueno para
ambos compartir todo.

41
Varios, “Familia Iglesia doméstica”, publicado por el Movimiento Familiar Cristiano, en revista Misión de la
Compañía de Jesús en el Uruguay, Nro. 75, setiembre 1997, pag 41-43

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Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

NOTA

La actual versión de esta Guía corresponde a la primera etapa de elaboración de la misma. Este
documento se seguirá ampliando y enriqueciendo a través de la reflexión y aportes de los equipos que
en la actualidad están preparando para el Sacramento; y con la oración y ayuda constante de Dios.

Haga llegar sus aportes y sugerencias a la Vicaría de Familia de la Arquidiócesis de Montevideo.

COLABORADORES

La presente guía fue elaborada por el siguiente equipo de trabajo:

Pbro. Manuel Pérez – Vicario de Pastoral Familiar Montevideo

Silvia Serrentino – Integrante del CIEF

Silvia Ourthe-Cabalé – Docente de Facultad de Teología

Daniel Campón – Integrante de la Comisión Nacional de Pastoral Familiar

Gustavo Rodríguez Pintado – Integrante de la Pastoral Familiar de Montevideo

REVISORES

Participaron en la revisión del texto:

Pbro. Mario Piaggio

Pbro. Luis Schmidt

Guia Catequistas Matrimonio v1 - mayo 2011.doc 25


Guía para Catequistas Sacramento del Matrimonio

BIBLIOGRAFÍA

Juan Pablo II, Familiaris Consortio – “La misión de la familia cristiana en el mundo actual”, 1981

Pablo VI, Humanae Vitae – Regulación de la Natalidad, 1968

Benedicto XVI, Deus Caritas Est – Dios es amor, 2005

Catecismo de la Iglesia Católica, 1992

Manual de Liturgia Volumen 1, CELAM, año 2000

Borsato, Battista, “Imaginar el matrimonio”, Ed. Sal Terrae, España, 2003

Alburquerque, J, “Catequesis del Matrimonio”, Editorial CCS, Madrid, 2003

Alburquerque, E, “Hogares Don Bosco – Temas fundamentales 1”, Colección Hogares Don
Bosco Nro 1, España, 1993, p41-42. Y Alburquerque, E, Catequesis del Matrimonio, Editorial
CCS, Madrid, 2003

Varios, Vengan apártense y reposen un poco – Guía para esposos y novios, Ed. Sociedad de San
Pablo, Bogotá, 2006

Varios, “Familia Iglesia doméstica”, publicado por el Movimiento Familiar Cristiano, en revista
Misión de la Compañía de Jesús en el Uruguay, Nro. 75, setiembre 1997

Melendo, Tomás, Estudios Universitarios sobre la Familia, España

Varios, "Santificados en la unidad del Amor Orientaciones y normas para la catequesis


matrimonial”, Arquidiócesis de Mendoza, 2006

Gutierrez Prieto, Guanni, “Familia camino de esperanza”, Ed. Tradinco, Montevideo, 2009

“Introducción al derecho matrimonial canónico”, Comisión Nacional de Pastoral Familiar,


Montevideo, 1998.

“Preparación al Sacramento del matrimonio”, Pontificio Consejo para la familia, Ed. Paulinas,
1996.

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