MIRADOR
POR JAVIER RUBIO
“U
nidad en la diversidad”, le-
ma de la Unión Europea.
Con él viene invitándonos
desde hace años a mante-
ner un edificio construido a base de
culturas y lenguas bien distintas, y a
ser posible en paz y prosperidad. Pa-
ra quien lo quiera oír, nos lo recuer-
da al menos una vez al año, el 9 de
mayo, fecha en que se celebra el
“Día de Europa”, porque fue el 9 de
mayo de 1950 cuando Robert Schu-
man presentó su audaz propuesta
de organizar algo que fomentara la
integración de los europeos. En esta
fecha, pues, se realizan actos y con-
memoraciones (más de doscientos
en España este año) con el fin de
acercar Europa a los ciudadanos.
Se requiere paciencia y una enor-
me labor educativa, más cuando el
edificio muestra grietas y los ánimos
van de capa caída, con tanta crisis y
tanta operación de salvamento a las
economías devaluadas, que los ago-
reros vaticinan un desmembramien-
to de lo ya construido.
De europeísmo y educación ha-
blamos con el periodista Ramiro Vi-
llapadierna. Su larga trayectoria co-
mo corresponsal de ABC en el Este
de Europa le ha valido el premio de
periodismo europeo “Salvador de
Madariaga”, cuya XVII edición se
celebró el 25 de abril en Sigüenza
(Guadalajara).
–Tu intervención en la entrega del
premio puso el acento en la educa-
ción para adquirir una identidad eu-
ropea. Dijiste que “sin el europeísmo
y amor a los idiomas de mis padres”
no serías el profesional que hoy eres.
¿Es más determinante la educación
familiar que la escolar?
–Gran pregunta que de algún mo-
do podría dividir a la cultura del sur
de la cultura del norte de Europa: la
educación. ¿Es más responsabilidad
de los padres o más de la sociedad?
Donde se pone más acento en una,
la familia y el grupo pesa más; don-
de es en la otra, la escuela es mejor.
En África dicen que para educar a
un niño hace falta una tribu entera,
lo que suma ambas opciones.
8 junio 2011
La identidad se enseña
Pero, ¿quién se beneficiará más a
la larga de una persona educada y
formada, sus padres o el conjunto,
su trabajo, su cónyuge? En una cul-
tura, el maestro tiene un mayor res-
peto; en la otra, uno oirá ese orgu-
lloso: “a mi hijo lo educo yo”. En el
sur la educación tal vez haya sido
demasiado “enmadrada” y en el nor-
te entregada a la escuela y a la socie-
dad: los niños van solos al colegio
pero también alguien te puede lla-
mar la atención en la calle.
En cuanto a la Unión Europea he
querido decir que el entusiasmo de la
edificación ya pasó y lo vivió la gene-
ración anterior. La siguiente lo dis-
fruta pero no lo valora, como pasa
con las herencias, y aún habrá que
EDUCACIÓN Y EUROPEÍSMO
Cada 9 de mayo el “Día de Europa” nos recuerda que
una identidad hay que forjarla. «O se construye y se
enseña en las escuelas, o no existirá en cuanto
desaparezca la generación fundadora», dice Ramiro
Villapadierna.
Intervención de Ramiro Villapadierna durante la entrega del Premio de Periodismo
Europeo “Salvador de Madariaga” el pasado 25 de abril, en una ceremonia que tuvo
lugar en el castillo de Sigüenza.
S
e cumple un siglo de una guerra que espantó a nuestros bisabuelos: se
llamó la guerra de las escuelas y condujo a las guerras balcánicas de 1912
y 1913. Los nuevos reinos de serbios y búlgaros habían visto que, quien
domina la escuela, crea al nuevo ciudadano.
Viajero y conocedor de las jóvenes naciones del Este, he resistido siempre
la fácil comparación con la vieja España; pero no así en este punto: el bajo
nivel educativo coincide con la fragilidad de la identidad. Y alimenta mitos.
Desde la cola educativa de la Unión Europea, hoy los españoles resultamos
algo más frágiles y también algo menos europeos. Creo que, después del en-
tusiasmo Garibaldiano para crear la Unión, Europa se hará en las escuelas o
no se hará. La identidad se enseña como la tabla del 7 y créanme que he visto
nacer media docena de estados.
Si los políticos de los años 80 y 90 hubieran conocido la historia de Europa
que sabían nuestros abuelos, mejor hubieran entendido lo que sucedió en Yu-
goslavia. Yo, sin el europeísmo y amor a los idiomas de mis padres, no habría
sido este corresponsal que fue a intentar explicarlo.
La prensa tendría que colaborar, pero creo que por omisión: abandonando
el nuevo ombliguismo populista; pero también el narcisismo del “somos los
más europeos”, que es gemelo de nuestro viejo “ser más papistas que el Papa”.
Porque, si desde fuera dos cosas diferencian a nuestra prensa de la europea,
Gemi-carpediem
es el grado de adoctrinamiento; como también el de antisemitismo.
Sobre esta anomalía, la Corona, como Reyes de Jerusalén, tal vez pueda ser
un estímulo. Y sobre el irrespetuoso pastoreo del ciudadano como rebaños…
hagamos buenas escuelas para conocer el mundo y dejemos la soberbia de
querer arreglarlo en editoriales de 300 palabras. Queremos ciudadanos mejor
informados, no feligreses.
Personalmente me honro en haber servido al único periódico que consideró
necesaria una corresponsalía para contar a sus lectores esa nueva Europa que
se abría, hace 20 años, tras del socialismo.
Pero los corresponsales, hoy, tememos ser los últimos de una especie en ex-
tinción. No crean a quien dice que, con Google y un televisor,
cuidar que no la dilapide. He visto basta: es como quien se abona al Espasa y al satélite y se con-
nacer más de media docena de esta- sidera ya académico e internacional.
dos y no se trata de su razón o artifi- Un corresponsal cuesta entre 10 y 20 veces menos que un
cialidad: la URSS se creó artificial- ejecutivo; y no provoca pérdidas a su empresa, que al final
mente, bajo un gran entusiasmo laminan las redacciones. Recuérdese: Ellos sólo administran
ideológico, y luego se dilapidó. lo que hacemos; si nos echan, sin saber ni nuestros nombres,
Uno no nace con identidad: te la no podrán vender ya más que los muebles.
Necesaria es también la autocrítica: La profesión se des-
dicen, se aprende. He visto crear un
ploma, no por Internet, sino cuando un periodista cree que
himno y una bandera y, unos años es mejor servir a Google, que es un algoritmo que nos cata-
después, los niños lloraban en la es- loga, antes que a sus lectores.
cuela cantándolo. La identidad euro- Ésta es una lección terrible para el joven que entra en una
pea, o se construye y se enseña en las redacción; y que ya no encuentra a esos veteranos experi-
escuelas, o no existirá en cuanto des- mentados que tanto nos han marcado, sino a tipos que no
aparezca la generación fundadora; creen en el gran reportaje, o el arte de la entrevista, y pre-
aunque viajemos sin pasaporte. fieren las promociones, sacarle una licencia a un político o
caerle mejor a Google.
–Desde tu observatorio como co- Así habrá despachos de primera, pero no grandes repor-
rresponsal en el Este parece que ves a teros.
los españoles con menos espíritu eu-
junio 2011 9
MIRADOR
ropeo que otros ciudadanos de la cuentro que todo se vuelve muy plano
Unión. ¿A qué crees que se debe? y sin matices, y el ser humano es un
–Creo que estar a la cola educativa abanico inmenso de matices. Como
de la Unión no ayuda; tal vez a resul- periodista, instintivamente estás con
tas, la identidad de los españoles pa- lo nuevo y excitante; pero las revolu-
rece hoy más frágil y, al tiempo, so- ciones y nacimientos nacionales que
mos menos abiertos, curiosos y he vivido me han producido tristeza.
europeos que hace veinte años. Com- Las primeras se autodevoran, incapa-
portamientos pendulares, del “somos ces de digerir esos matices, las ideas
los más europeos” al “qué le debemos aplastan al ser humano. Y los proce-
nosotros a la UE”, son superficiales e sos nacionales, pasan por una cam-
injustificados. He oído aquí perplejo, paña polarizadora, una necesaria ex-
en los últimos diez años, que Alema- clusión y humillación del otro, una
nia y Francia estaban acabadas y que necesidad de purificación de lo pro-
ahora España era lo más; la bonanza pio, una revisión de todo lo anterior,
económica nos ha hecho sufrir un es- porque la historia real nace en ese
pejismo de arrogancia, del que ahora momento; y no acaba con la indepen-
despertamos en secano. La España dencia, pues en los siguientes veinte
que tenemos hoy sería inimaginable años, y lo estamos viendo, sigue con
sin la UE, aunque no nos haya salido la limpieza del lenguaje, de las insti-
gratis. Pero el ombliguismo en que tuciones, la edificación de nuevos
hemos caído, regional y nacional, su- símbolos y mitos, la pulsión expan-
jetos a dimes y diretes de políticos y sionista porque en tal año aquello pu-
líderes de opinión locales, no debe do ser mayor y no lo fue, la búsqueda
hacernos perder más trenes. Hace un medio respetable y son un abuso de enemigos que nos reafirmen, la
ocho años España aspiraba a estar de confianza hacia el lector. El gran queja como institución… Pero tam-
entre las potencias del G-8, hoy no viajero y escritor polaco Ryszard Ka- bién he visto que las rupturas defini-
podemos estar ni en el G-20 y hasta puscinski me decía: “los periódicos tivas no las produce el irredentismo
Alemania se ve desplazada por China anglosajones nacieron al servicio del de los nacionalismos pequeños, sino
en algunos campos. público; los continentales, al servicio la reacción final hacia éstos de los na-
de una idea”. En la española hay muy cionalismos grandes. Por eso el pe-
–Acusas a la prensa de no alimen- poco servicio público y demasiada queño necesita provocar al grande.
tar bien la identidad europea. ¿Una ideología redentora: sean salvadores
solución? del progreso o de la patria, hay cau- –Déjame que te refresque los tiem-
–Ese “Alemania está acabada”, o dillismo y la prensa sólo quiere feli- pos de “becario”, aunque entonces no
ahora “Alemania es la solución” lo ha greses, no ciudadanos europeos. se llamaban así. ¿Te acuerdas de
transmitido la prensa acríticamente; cuando revelabas fotos en Ciudad
lo mismo que el discurso egoísta y lo- –Rememorando tus veinte años de Nueva?
calista ha reducido nuestros horizon- corresponsal, en tu blog1 trazas un Para mí Ciudad Nueva ha sido el
tes. Siento ver que la prensa española sucinto resumen. Me llama la aten- comienzo que todo periodista quisie-
se ha desplomado a niveles no homo- ción esta afirmación: “quedé curado ra. Desde los 17 años, aquí aprendí
logables con el resto de nuestros co- para siempre de la euforia del naci- todo: desde cómo se entintan las pla-
legas europeos: esas “cruzadas”, sean miento de las naciones”. Explícate. cas de la imprenta a cómo se revelan
contra Dios o a favor de la conspira- –En los momentos de euforia gre- fotolitos, se elige el tipo, se casan pá-
ción del 11-M, no tendrían cabida en garia me entra una fría distancia: en- ginas, se cuadran entradillas, se ajus-
tan las fotos o te hacen reescribir una
nota porque te has ido por los cerros
El premio de periodismo europeo “Salvador de Madaria-
ga” fue instituido en 1999 por la Asociación de Periodistas
de Úbeda. Lo notas cuando llegas a
Europeos en colaboración con la Oficina del Parlamento Eu- una gran redacción; y recurrente-
ropeo en España y la Representación en España de la Comi- mente recuerdo a cada uno de los
sión Europea. Un jurado integrado por personalidades re- que compartieron generosamente su
levantes de los ámbitos social y político y de los medios de experiencia conmigo. Pero más im-
comunicación es el que designa a los premiados entre los portante para un periodista: nunca
trabajos presentados. Su objetivo es reconocer los trabajos he olvidado el espíritu de servicio con
periodísticos que mejor hayan contribuido a resaltar los va- que se hacía Ciudad Nueva y la nece-
lores, las realidades comunes y los proyectos avanzados de sidad de ir al encuentro del otro para
la Unión Europea a través de prensa, radio y televisión. El premio rememora a saber, escucharlo y respetarlo, sin
ilustre diplomático y escritor gallego, ministro de Instrucción Pública y Bellas ideas preconcebidas; saber que sin el
Artes durante la Segunda República, que en 1949 fundó en Brujas (Bélgica) el otro, tú y tu crónica serán incomple-
Colegio de Europa, institución pionera en la difusión de europeísmo. tos, y pensar que haciéndolo bien tú
construyes también algo.

10 junio 2011