Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
El período de posguerra, sobre todo el comprendido entre los años 50 al 70, fue
rico en acontecimientos sociales, políticos y económicos. El mapa de Europa
quedó sometido a las condiciones geopolíticas de la bipolaridad mundial y al
equilibrio de las fuerzas militares de la OTAN y el Pacto de Varsovia. El plan
Marshall para la reconstrucción del continente devastado por la guerra; el declive
del Fordismo como sistema productivo y la emergencia del Ohnismo o Toyotismo
japonés van a significar todo un cambio en las relaciones del mercado y del
trabajo.
Son años además donde ocurren las guerras liberadoras de colonias en Africa y
revoluciones locales, el inicio de la era satelital y del hombre en el espacio.
También son décadas amargas para América Latina con la implantación de las
dictaduras militares consecuencia práctica de la política de EUA llamada
Conflictos de baja intensidad. Todos estos acontecimientos van a producir una
sociedad con nuevas formas de estructuras y relaciones
1
The second globalization debate: A talk with Anthony Giddens
Al respecto Giddens está consciente que su teoría se ha internacionalizado y que
gran parte de sus premisas andan circulando, no sólo en el ámbito académico,
sino que son parte de un debate mundial, y por lo tanto ha declarado: “todos los
gobiernos de centroizquierda en Europa están aplicando esencialmente los
mismos principios. Yo sé que no todo el mundo quiere hablar de la tercera
vía pero si hablamos de una agenda modernizadora, que rompe con las
tradicionales preocupaciones de la izquierda y al mismo tiempo quiere
aplicar valores sociales a un mundo en cambio, entonces sí podemos decir
que la mayoría de los gobiernos socialistas, por lo menos en Europa,
comparten el mismo lenguaje.” 2
Son estas proposiciones del sociólogo inglés lo que hacen interesante comenzar a
familiarizarse con su obra y acceder a otra forma de percibir la sociedad global en
que hoy habitamos, compartamos o no su manera de pensar proponiendo este
trabajo escudriñar sus análisis sobre la globalización.
Estos modos de vida transformaron de manera radical todas las formas anteriores
tradicionales de ordenamiento social estableciendo una conexión internacional de
relación que abarcaba todo el orbe. Además los cambios ocurridos se presentaron
2
con una velocidad como nunca antes, lo que se evidencia más notoriamente en el
terreno de la tecnología sobre todo en la actual sociedad de la globalización.
3
Anthony Giddens, Consecuencias de la modernidad, Madrid, Alianza Editorial, 1999, p. 21
político”4. Es lo que se ha venido observando en la política del gobierno
estadounidense.
El desarrollo del poder militar como fenómeno moderno es una cuestión que se
debe analizar con una mayor profundidad. Giddens hace notar lo poco que los
fundadores clásicos de la sociología, desde Marx hasta Weber, se preocuparon
del poderío militar. La relación entre industria y guerra es un proceso que se
remonta a los orígenes de la industrialización de la época moderna. La idea
Kantiana de que la humanidad se encaminaría hacia una paz perpetua, parece
haber sido incapaz de prever la vocación de las naciones por los conflictos, y
menos imaginar el gran desarrollo que experimentaría el poder militar en la
modernidad. El siglo XX es el siglo de la guerra, Las dos guerras mundiales lo
distinguen de cualquier otro siglo pre moderno;. el poderío nuclear se inaugura en
1945 con el lanzamiento de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki, después
que Japón se había rendido. Después de ese Agosto 6, nunca más la
humanidad volvería a ser indestructible.
Ahora bien, hay que tomar en cuenta que la guerra moviliza las instituciones. La
paz reproduce solapadamente sus estrategias por lo tanto hay que ver la guerra
desde la paz. Desde este punto de vista estamos en una batalla continua, no
existe el sujeto neutral siempre se es adversario de alguien 5
“De este modo la guerra parece tender hacia dos sentidos opuestos al
mismo tiempo: Por un lado, se reduce a la acción policial; por el otro se
eleva a un nivel absoluto y ontológico mediante la tecnología de la
4
Giorgio Agamben, Estado de excepción Op, cit., p. 25
5
Michel Foucault, Defender la sociedad, Buenos Aires, F:C.E., 2000
6
Es importante recordar que Giddens escribe Consecuencias de la Modernidad en el año 1990,
una década antes del derrumbe del World Trade Center, suceso que dará inicio al siglo XXI y que
cambiará el concepto tradicional de la guerra.
destrucción global. Sin embargo, estos dos movimientos no son
contradictorio: la reducción de la guerra a acción policial no resta, sino que
realmente confirma su dimensión ontológica. Al atenuarse la función bélica y
aumentarse la función policial, se mantienen los múltiples signos
ontológicos de la aniquilación absoluta: la policía de guerra se erige sobre
su fundamento último, la amenaza del genocidio y de la destrucción
nuclear.”7
7
Michael Hardt y Toni Negri, Multitud, Barcelona, Random House Mondadori, S.A. 2004, p. 41
8
D. Haraway, Ciencia, cyborgs y mujeres, la reinvención de la naturaleza, Madrid, Cátedra, 1995
9
Gilles Deleuze y Félix Guatari, Mil Mesetas, Capitalismo y Esquizofrenia, Valencia, Pre-texto
1997, p. 471
la degradación del vencido sino a re-producir miedo en el resto de la sociedad no
involucrada en el conflicto.
La posibilidad de una catástrofe global, sea por medio de una guerra nuclear o
una catástrofe ecológica o cualquier otro medio nos pone frente a la situación
irracional, de que la existencia de la especie ya no sobrepasa la vida individual;
ambas no están aseguradas. ¿Hasta donde se puede manejar este carro
desbocado que no fue contemplado por los “ilustres ilustrados”, para los cuales la
paz duradera vendría con el desarrollo de la humanidad? Giddens se hace
preguntas no muy diferentes de las de las personas comunes que han
comprendido esta condición de riesgo permanente o de amenaza latente.
En ambos contextos los defectos de diseño son sin lugar a dudas, muy comunes.
En los sistemas que dependen de la naturaleza socializada, ciertamente existe la
posibilidad de que los efectos de diseño sean corregidos y erradicados. En
cambio en los sistemas sociales la situación es más complicada y difícil. La razón
está en la circularidad del conocimiento que afecta al mundo social
5.- “La consciencia del riesgo como riesgo: las del riesgo ya no pueden ser
transformadas en «certidumbres» por el conocimiento religioso o mágico.”
La consciencia del riesgo, ya sea este global o local, subjetiviza esta inseguridad
indeterminada que toma diferentes formas sean estas posibles atentados
desbaratados oportunamente por la policía, fármacos peligrosos que deben ser
retirados apresuradamente del mercado, (pero que siguen circulando normalmente
en los países del tercer mundo), o posibles pandemias, dando cuenta de una
latencia del temor dialéctica, en tanto las estructuras de poder atemorizan, pero
ofrecen la seguridad para esos temores.
10
*Como sucede en la actualidad con la crisis Subprime y la caída del gigante bancario Lehmon
Brothres, que contagió con los capitales tóxicos a todo el planeta.
Anthony Giddens, Consecuencias de la modernidad, Madrid, Alianza Editorial, 1999, p.120
11
Ibid, p. 120
Los sietes componentes del riesgo pueden agruparse en los que alteran la
distribución objetiva del riesgo, como las cuatro primeras, y los que alteran la
experiencia del riesgo o la percepción de los riesgos percibidos, las tres últimas.
En medio del mayor desarrollo del consumo masivo del capitalismo tardío, donde
la compra y venta de bienes y servicios se estimula hasta la exacerbación, las
demandas de seguridad se han sometido a las leyes de la oferta y la demanda,
mercantilizándose el valor de la seguridad. Esta se ha transformado en bien de
consumo adquiriendo la categoría de mercancía. Las tareas inherentes a la policía
pública tradicional, fundamentalmente las preventivas, disuatorias o de custodia,
comienzan a ser percibidas como un producto. Así temor y mercado establecen
una relación incestuosa para fortalecer la dominación de las estructuras de poder
donde el mercado es el mayor accionista. El temor provoca una incesante
necesidad de seguridad la cual está disponible para su consumo. Estamos frente a
un equilibrio en el mercado: a la oferta del miedo corresponde una igual demanda
de seguridad; mientras más crecen los temores, más se diversifica la oferta de sus
productos convirtiendo la analgesia de la desazón, en artículo de primera
necesidad.
El riesgo y los temores asociados a éste van siendo objeto de diversas teorías en
las últimas dos décadas. Ulrich Beck y Zygmunt Bauman han focalizados sus
escritos en esta dirección. Aunque discutible, Bauman denuncia una sociedad
altamente cambiante y licuada escribiendo en su libro sobre la sociedad
contemporánea y sus temores: “Las ocasiones de tener miedo son de las pocas
cosas de las que nuestra época actual, tan carente de certezas, garantías y
seguridad no anda escasa. Los miedos son múltiples y variados. Personas de
categorías sociales, de género y de edad distintas viven obsesionadas por miedos
característicos de su condición respectiva, pero también hay temores que todos
compartimos sea cual sea la zona del planeta en que de la casualidad que
hayamos nacido o que hayamos elegido para (o nos hayamos visto obligados a
vivir”13.
A MODO DE CONCLUSION
12
Armand Mattelart, La invención de la comunicación, México, Siglo XXI Editores 1995 p. 283.
13
Zygmunt Bauman, Miedo líquido, Barcelona. Paidos Ibérica. 2007, p. 33
La cantidad de riesgos que se ha producido en las últimas décadas, produce una
situación paradojal, por una parte son numerosas las situaciones de peligro que
hay que conocer, pero por otro esta “letanía” que produce el frecuente discurso
ecológico y político, contribuyen a amortiguar el efecto movilizador, convirtiéndose
en una parte más de la rutina, de la cotidianeidad de la vida. Los riesgos globales
que están presentes en nuestra modernidad son elementos desbocados como el
Juggernaut, que no recae en las personas comunes. La gente que se preocupa
constantemente por la posibilidad de una guerra nuclear, está expuesta a que se
las denomine como delirante y trastornadas.
Sin embargo, es necesario hacer notar que para las instituciones detentoras del
poder es muy conveniente esta situación de riesgo latente ya que facilitaría sus
políticas de control. Esto se aprecia claramente en el terreno de la delincuencia y
criminalidad, otro de los riegos cotidianos y globales.
Riesgo y temor son dos caras de una misma moneda que, para un amplio sector
desprotegido de la sociedad, hacen posible y deseable el control social. El seguro
cubre el riesgo pero no elimina la amenaza eventual. Entonces las políticas de
control aparecen como solución insoslayable. Sólo mayores medidas tanto
punitivas como restrictivas aseguran “el orden y la paz social”.
Para finalizar las palabras del propio Giddens dándonos una idea de lo que
enfrentamos diariamente y que inconscientemente borramos de la memoria: 15
“El número total de los graves riesgos que nos amenazan con respecto a la
naturaleza socializada es desalentador:
15
A esta lista habría que añadir el terrorismo y la guerra preventiva, situaciones que no existían, o
que el autor no consideró al momento de escribirse este libro.