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Departamento de Humanidades
Introducción …………………………………………………………………………….. 3
1.Argumento…………………………………………………………………………….. 5
2.Espacio ……………………………………………………………………………….. 5
3.Tiempo ……………………………………………………………………………....... 6
4.Narrador ………………………………………………………………………………. 6
5.Personajes……………………………………………………………....................... 7
6.Estilo, lenguaje, recursos literarios…………………………………………………. 12
7. Análisis antropológico y axiológico………………………………………………… 14
8. Modelo de amor presente en Ensayo sobre la ceguera………………. 15
…………
Conclusión………………………………………………………………………………. 17
Bibliografía………………………………………………………………………………. 19
2
Introducción
“Ensayo sobre la ceguera”, es sin duda, uno de los mejores escritos que se han
publicado del escritor, periodista, dramaturgo y Premio Nobel Portugués José
Saramago. Nació un 16 de noviembre de 1922 en una aldea Portuguesa de tan solo
1.800 habitantes llamada Azinhagay. Fue el segundo hijo de José de Sousa y María de
Piedade, una familia campesina con pocos recursos económicos. “Saramago” (apodo
familiar), no es su apellido paterno, sino un error de inscripción provocado por un
funcionario del registro civil. José Saramago falleció a los 87 años, el día 18 de junio de
2010, en su residencia de la localidad de Tías (Lanzarote, Las Palmas) debido a una
leucemia crónica que derivó en un fallo multiorgánico. Saramago, divorciado de Ilda
Reis, madre de su única hija Violante, y casado en segundas nupcias con Pilar del Río,
escritora Sevillana y su traductora oficial al castellano, escribió hasta el final de sus
días, pues se dice que llevaba 30 páginas de una próxima novela. Este autor de tres
autobiografías, destaca por su versatilidad, siendo uno de los mejores autores de
novelas, poesías, relatos, crónicas y óperas de nuestros días. De sus obras más
importantes cabe destacar Levantado do Chao (1980), Blimunda (Obra de teatro,
1982), Memorial del Convento (1982), A Jangada de Pedra (1986), El Evangélico
según Jesucristo (1991) y Ensayo sobre la ceguera (1995).
1
Martínez, Jorge (2008) Los antifaces de Dory, Barcelona, Ediciones Scire, Páginas 55 y 56
3
Esta novela tiene una poética influencia del “Leviatán” 2, de Thomas Hobbes, en la idea
de que sin reglas, sin un artificio que regule al hombre, éste aparece bajo un estado de
naturaleza guiado por el puro instinto de supervivencia, el egoísmo y la ley del más
fuerte, o también, la ley de la selva tan popular entre los animales. Saramago introduce
el precepto plasmando una guerra de todos contra todos que hace imposible el
establecimiento de una sociedad organizada en la que reine la paz y la armonía. Se
trata de un hombre cruel, despiadado y totalmente egoísta por naturaleza ante
situaciones extremas que desembocan al auténtico caos y destrucción, una anarquía
en la que el hombre es su propio enemigo. La obra adquiere esa visión negativa del
mundo mezclándose con los sentimientos, la imaginación y los valores no dejando de
ser una fábula moral con pinceladas psicológicas y futuristas.
2
Fue una bestia marina del Antiguo Testamento, a menudo asociada con Satanás, creada por Dios. El
término Leviatán ha sido reutilizado en numerosas ocasiones como sinónimo hoy en día de gran
monstruo o criatura. El presente término también corresponde al título de la obra de Thomas Hobbes,
Leviatán, 1651.
4
1. Argumento
2. Espacio
5
3. Tiempo
4. Narrador
3
SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página
240
4
SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página
311
6
5. Personajes
El autor crea a unos personajes de forma curiosa, poco habitual pero dotada de gran
significado. En primer lugar, los despoja completamente de sus nombres, según
Saramago, en un mundo de ciegos no se precisa de nombre, sólo de voz. “La mujer del
médico”, el personaje principal así lo dice: “Tan lejos estamos del mundo que pronto
empezaremos a no saber quiénes somos, ni siquiera se nos ha ocurrido preguntarnos
nuestros nombres, y para qué, ningún perro reconoce a otro perro por el nombre que le
pusieron, identifica por el olor y por él se da a identificar, nosotros aquí somos como
otra raza de perros, nos conocemos por la manera de ladrar, por la manera de hablar,
los demás rasgos de la cara, color de los ojos, de la piel, del pelo, no cuenta, es como
si nada de eso existiera”.5 En “Ensayo sobre la ceguera” sólo la íntegra descripción que
se hace de cada uno de los personajes permite al lector identificarlos claramente. De
todos ellos no llegaremos a saber demasiado sobre sus vidas anteriores a la
enfermedad, por lo que interpretamos que esta obra no pretende relatarnos la historia
de una serie de individuos aislados, más bien nos hace una gran reflexión psicológica y
moral sobre el hombre y la sociedad en contextos generales y comunes; hay desde el
que pretende abusar de la desgracia ajena hasta aquélla que se solidariza con los
demás, anteponiendo la supervivencia de todos como grupo a su propio bienestar. Los
personajes de “Ensayo sobre la ceguera” son reales; ni son absolutamente buenos, ni
son absolutamente malos: “aquí todos somos culpables e inocentes”. 6 ¿Qué es sino
nuestro comportamiento ante las guerras, las injusticias, la intolerancia y ante aquellas
situaciones límite en las que nuestro voraz instinto de supervivencia aflora?
Estos personajes “des-cubren” o destapan su humanidad, hacen que ésta desaparezca
dejándonos sólo con la idea de que es aquél que tiene más poder, el más apto para
sobrevivir. Su “des-cubrir” trata de comparar su estado de ceguera con el estado de
ignorancia del individuo en la sociedad.
7
Se trata de una mujer de unos cincuenta y tantos esposa de un oftalmólogo. Cuando la
plaga de la ceguera blanca azota la ciudad, los enfermos comienzan a ser enviados en
cuarentena a un manicomio abandonado. Después de que su marido se infecte, ella
finge haberse quedado ciega para cuidar de él, y una vez en el manicomio sigue sin
revelar su capacidad de ver por miedo a convertirse en esclava con la responsabilidad
de cuidar de todos. A lo largo del relato observamos como este personaje está
continuamente a la espera de quedarse ciega, aún así permanece hasta el final de la
historia con la vista intacta. Las circunstancias la empujan a responsabilizarse de su
marido y de todo un grupo de ciegos con los que entabla relación en el manicomio,
convirtiéndose en sus “ojos” y en su guía. Es el único personaje que conserva la vista,
por lo que se convierte en la única testigo del horror que los envuelve. Hasta tal punto
llega, que en ocasiones desea quedarse ciega.
La mujer del médico acaba asesinando a dos ciegos crueles y sádicos que tratan de
gobernar el manicomio bajo una dictadura de miedo e injusticia, más tarde, en el
incendio del edificio, guía a su grupo hacia la ciudad cuidando de ellos en todo
momento.
5.2 El doctor
8
Una joven preciosa, prostituta por propia elección y con porte frío. Se queda ciega
mientras está entreteniéndose con uno de sus clientes y acto seguido es llevada al
manicomio en cuarentena. Este personaje está descrito por unas gafas oscuras que
esconden una conjuntivitis sencilla. Era una de las pacientes del médico que se
encontraba en la sala de espera cuando llegó el primer ciego a visitarse de emergencia.
Por varias referencias a lo largo del relato, se nos presenta como una persona fuerte
por naturaleza, fría y de corazón duro. A medida que la historia avanza se observa en
ella una transformación que comienza con el hecho de responsabilizarse de un niño
estrábico y solitario separado de su madre. La chica de las gafas oscuras desarrolla la
capacidad de cuidar y amar a este niño y para el final de la novela, es una persona
diferente.
Otro de los pacientes del médico. También se encontraba, con su madre, en la sala de
espera del oftalmólogo cuando el primer ciego llegó. Por alguna razón que
desconocemos, el niño llega solo a la cuarentena, queda sin especificar el por qué su
madre no lo acompaña. Este personaje nos muestra la sencillez y la simplicidad de los
niños; pregunta por su madre, pide de comer, de ir al baño y duerme. No acaba de
entender lo que ocurre y poco a poco deja de preguntar por su progenitora. La chica de
las gafas oscuras cuida de él hasta el final.
Un hombre bueno, amable y misterioso que reacciona con calma ante la ceguera que
infecta la ciudad. Este personaje también se encuentra en la consulta del médico, junto
a los demás personajes mencionados hasta ahora, porqué padece cataratas en el ojo
que le queda. Es caracterizado con un parche negro que le tapa el ojo que le falta.
9
Es el hombre que conducía una mañana cualquiera y se quedó ciego delante de un
semáforo. Es el primer caso de la llamada ceguera blanca y acude acompañado de su
mujer a la consulta del médico para ser tratado de emergencia.
No se hacen demasiadas referencias acerca de su persona pero sí podemos observar
ciertas conductas autoritarias e intransigentes hacia su mujer. Ante situaciones
extremas él decide por ella, por ejemplo, cuando los tiranos de la sala 3 del ala
izquierda del manicomio piden a cambio de comida mujeres, él se niega rotundamente
a que su esposa participe y le prohíbe que acuda. Con este comportamiento
demuestra, por un lado, su amor y respeto hacia la mujer que quiere negándose por
completo a permitir que le hagan daño, pero por otro, no le permite decidir por ella
misma, y se trata de una decisión dura, personal y dolorosa; una decisión que en caso
de negación absoluta por parte de todas las integrantes, condenaría a el grupo entero a
morir de hambre. ¿Qué hacer entonces ante una situación tan delicada? Obviamente,
entendemos su posición, pero resulta imposible no recriminarle cierta hipocresía por el
hecho de no permitirle a su esposa acompañar a las demás mujeres para conseguir la
comida, pero luego aceptar el alimento conseguido por las esposas de los demás.
Es el primer ciego y el primero en recuperar la vista al final de la historia.
5.8 El ladrón
10
espera a su mujer. En ese momento la idea de robarle el coche a un pobre ciego le
resulta inconcebible, pero cuando éste se niega a dejarlo entrar en su casa bajo una
desconfianza máxima, el ladrón pierde ese atisbo de conciencia y hace lo que mejor
sabe hacer, robar. No mucho más tarde, aparca el coche robado del primer ciego, y
unos cuantos metros más allá pierde la vista.
Se nos muestra mal educado y con poco respeto hacia las mujeres; una vez en el
manicomio, la mujer del médico organiza una fila con ella como guía, hacia el baño. Él
se coloca detrás de la chica de las gafas oscuras y aprovechando que se tienen que
sujetar, la manosea. Ella se defiende y lo hiere profundamente en la pierna. Sin agua
potable para limpiar la herida ni medicamentos, acaba muriendo en una cama
compadeciéndose de sí mismo.
Un brutal y cruel tirano que mantiene al resto de ciegos del manicomio a su despiadada
merced a punta de pistola. Los priva de comida y de provisiones. Sólo pueden hacerse
con ellas a cambio de, primero, objetos de valor y más tarde, mujeres. Después de que
una de esas mujeres es viciosamente asesinada, la mujer del médico quiebra
definitivamente y lo asesina con unas tijeras. Su muerte desata una guerra que provoca
el incendio y derrumbe del manicomio.
Militares que aún no se han infectado con el mal blanco y que tienen el deber de vigilar
el manicomio. Sus órdenes son claras y concisas: nadie se acerca, nadie sale.
Cualquier muestra de desobediencia acaba en tragedia: “Sabían lo que había dicho en
el cuartel aquella misma mañana el comandante del regimiento, que el problema de los
ciegos podría resolverse a través de la liquidación física de todos ellos, los habidos y
los por haber, sin contemplaciones falsamente humanitarias”.7 “Contemplaciones
falsamente humanitarias”; ¡Qué frase tan estremecedora!
7
SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página
124
11
Los soldados nos muestran aquellos aspectos humanos que surgen en situaciones
extremas, que nos llevan al pánico cuando nos sentirnos peligrosamente atacados y a
las crueldades que somos capaces de cometer por salvarnos: “Vamos, dijo la mujer, no
hay nada que hacer, los soldados no tienen la culpa, están llenos de miedo y obedecen
órdenes, No quiero creer que esté ocurriendo esto, va contra toda regla de humanidad,
Mejor es que lo creas, porque nunca te has encontrado ante una verdad tan evidente”. 8
“Los soldados sentían ganas de apuntar las armas y descargarlas deliberadamente”.9
“Ensayo sobre la ceguera” es una obra escrita con oraciones largas y poco puntuadas.
Sus frases llegan a ser hasta de media página y en ocasiones de más. La falta de
comillas marcando los diálogos nos dificulta el identificar al personaje que en ese
momento está hablando o pensando.
Como ya se ha mencionado en el apartado de los personajes, éstos son sólo
mencionados por denominaciones descriptivas, como “la mujer del médico”, “el ladrón
de coches”, o “la joven de las gafas oscuras”. Parece que Saramago utiliza el análisis
satírico cuando en vista de la ceguera que sus personajes enfrentan, algunos de ellos
son descritos como “el niño estrábico”. De la misma manera, es irónico el hecho de que
el médico sea de entre todas las especialidades médicas, un oculista.
La ciudad en la que los hechos ocurren, así como el país, no son nombrados. De todas
formas, existen en la obra unos identificadores sociales y culturales definidos, como la
presencia de tecnología que nos apunta, inconfundiblemente, a mirar a partir de la
década de los 90. Por un lado, está el hecho de no saber a ciencia cierta ni el lugar ni la
fecha en los que la narración transcurre. Por otro lado, nos encontramos con que los
personajes pierden la noción del tiempo, de los días, semanas y meses, hecho que le
da a la obra un aire de atemporalidad muy marcado.
El lenguaje que utiliza José Saramago en “Ensayo sobre la ceguera” es muy rico en
descripciones de los paisajes, de los objetos y del mundo que rodea la trama. Estas
8
SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página
80
9
SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página
123
12
descripciones le dan un sentido más profundo a la trama, parece que con sus
descriptivas narraciones traspasa las páginas y le ofrece al lector imágenes y
sensaciones; llegas a oler la suciedad putrefacta en la que los ciegos viven diariamente:
“los primeros ciegos traídos a esta cuarentena fueron capaces, con mayor o menor
consciencia, de llevar con dignidad la cruz de la naturaleza eminentemente
escatológica del ser humano. Pero ahora… ninguna imaginación, por fértil y creadora
que sea en comparaciones, imágenes y metáforas, podría describir con propiedad el
tendal de porquería que por aquí hay… la falta de respeto de unos o la súbita urgencia
de otros que, en poquísimo tiempo, convirtieron los corredores y otros lugares de paso
en retretes”.10 Incluso va más lejos; esa suciedad son los ciegos mismos que defecan
en cualquier lugar sin poder limpiarse después, se llenan de suciedad al caminar,
incluso hacen el amor entre aquella mierda. Nos da a entender que los personajes son
esa suciedad; ellos la crean y viven en ella, son el producto expulsado que ha defecado
la sociedad que ellos mismos han creado: “no creas que la ceguera nos ha hecho
mejores, Tampoco nos ha hecho peores, Vamos camino de serlo”.11
El lenguaje de esta obra, más que comunicar, parece que grita en silencio la existencia
de un trasfondo en nuestra sociedad igual de sucio.
10
SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página
158
11
SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página
159
13
Se dice que el hombre es hombre porque se ha dado cuenta de ello. Nadie le enseña
su humanidad, él la descubre, la siente, la palpa, la experimenta y la razona. Por eso
también se dice que el hombre es el único ser racional. Sí, racional, aunque haya a lo
largo de la historia de esta humanidad racional, muchas pruebas que ponen en duda
esa dicha racionalidad.
El hombre no es hombre como tal sin los demás, por ello descubre su humanidad en la
medida que puede verse reflejado en ellos. Se trata de una relación asociada y
recíproca con aquéllos que al fin y al cabo son igual que él, aunque todos en distintos
niveles de conciencia ya que muchos parecen vivir hasta el último de sus días sin
haberse dado cuenta que han sido algo más que simples seres en movimiento.
Ensayo sobre la ceguera plasma esta relación del hombre con sus semejantes desde
una lente desgarrante. El hombre destapa su humanidad con la ceguera, comprende su
animalidad activa, su bestialidad feroz. Se da cuenta de hasta qué punto es capaz de
llegar. Descubre todo aquello que parecía no existir, algo que está oculto en todos
nosotros, algo que reprimimos en sociedad. Nos dejamos llevar por nuestra cultura y lo
que en ella se establece y a veces olvidamos nuestra individualidad adoptando una
identidad casi amorfa. ¿Es la sociedad la que corrompe al hombre o es al contrario?
José Saramago nos presenta un inquietante lienzo literario en el que los ciegos se
reflejan entre sí y captan el abismo en el que han caído empujándose unos a otros.
Esto los lleva, primero, a “mirar” sin ojos al de enfrente, aquél que es su propio reflejo, y
“ver” sin vista el horror en él. Segundo, “mirarse” a sí mismos como si no se conocieran
de la manera más profunda que existe, a través del alma, y finalmente compadecerse.
Por lo tanto el que lee esta obra debe hacerlo de forma introspectiva porque no hay
más ciego que el que no quiere ver. La ceguera blanca nos llama a reflexionar sobre
estos ciegos que son nuestro propio reflejo metafórico, porqué nosotros también
estamos ciegos en cierta manera; ¿Estamos ciegos por tantas cosas que hemos visto y
vemos que hemos perdido la razón. O nunca la hemos poseído?: “El miedo ciega, dijo
la chica de las gafas oscuras, Son palabras ciertas, ya éramos ciegos en el momento
en que perdimos la vista, el miedo nos cegó, el miedo nos mantendrá ciegos”.12
12
SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L. Página
156
14
El presente relato nos acompaña a través de un mundo hipotético pero con aspectos
muy reales que sacan a relucir lo peor del hombre, un ser descrito en muchas
ocasiones como un animal indigente de carencias. Esta indigencia lleva a descender a
lo más profundo de la conciencia humana para descubrirla en su máximo esplendor,
llena de contradicciones y recovecos. Se trata de un peregrinaje a las profundidades del
propio yo como necesidad para encontrarse a uno mismo ya que es dentro de uno
mismo donde encontramos el origen de todos nuestros bienes y de todos nuestros
males. Somos conscientes de las atrocidades de las que es capaz el hombre, pero
también somos conscientes de su benevolencia y altruismo, por lo que no debemos
olvidar que: “Yo soy el que quiero y el que no quiero, el que busco, el que consiento. Mi
corazón es el centro de la controversia y disputa que hay en mí… En lo más hondo e
íntimo de mí mismo está Dios, trascendimiento hacia la realidad suprema en la que se
encuentra la verdad, el amor y la belleza… Pero resulta también que ese yo interior
está impedido y atraído por la realidad que le rodea y que anhela poseer… Este
desdoblamiento del yo interior hace aflorar al hombre concupiscente o libidinoso. Son
las tres concupiscencias de dominar, de ver y de sentir”.13
13
SAN AGUSTÍN (2009) Confesiones, Madrid, Alianza Editorial, S.A.
Páginas 12 y 13
14
KAZMIERCZACK, MARCIN (2009) El amor en la literatura, Barcelona, Universitat Abat Oliba CEU, Página
13
15
romántico, “relación basada exclusivamente en la dimensión afectiva que, por
consiguiente, no valora suficientemente la importancia de la razón, indispensable para
construir una relación duradera”. 15 Por lo tanto, ninguno de ambos nos sirven como
referencia de peso en este relato; El amor que deja huella en esta historia es de tipo
oblativo o de entrega: “consiste en considerar el bien del otro tan real y tan importante
como el suyo propio. Es un amor incondicional, que busca el bien de la otra persona de
una manera desinteresada.”16
Este amor de entrega es representado por “la mujer del médico”. Hablamos aquí de una
mujer que finge su propia ceguera por estar junto a la persona que ama y cuidar de ella.
Una mujer que a pesar de las atrocidades y de saber que el hecho de estar en contacto
directo con los infectados acabará por cegarla, nunca lo abandona. Una mujer que
presencia en directo la infidelidad de su esposo con “la chica de las gafas oscuras” en
su reclusión en el manicomio y, a pesar del dolor, nunca les guarda rencor sino todo lo
contrario, los perdona y los protege. Una mujer cuyo sacrificio va más allá de su esposo
y se sacrifica por el bien de todos los demás incluso rozando el límite de la
desesperación. Hablamos aquí de una mujer ejemplar.
En cierto modo, algunos de los personajes dan muestra de este tipo de amor profundo
y elevado, es el caso de “la chica de las gafas oscuras” y “el niño estrábico”. Ésta, sin
ser su madre y sin que nadie se lo pida, casi instintivamente, cuida del niño como si
fuera suyo propio.
Al final de la obra, después del horror vivido, después del peregrinaje errante y de
conocer sus almas lo peor del hombre, se da en el grupo de personajes una metánoia
irrevocable y hermosa que los lleva a todos a amarse entre ellos y a sí mismos de
forma trascendente.
Conclusión
Ensayo sobre la ceguera habla de una historia sencilla: una inexplicable ceguera ataca
a una ciudad por un tiempo determinado y luego desaparece con la misma sorpresa
con la que llegó. La exquisitez de su relato se basa en el desarrollo de las situaciones
15
KAZMIERCZACK, MARCIN (2009) El amor en la literatura, Barcelona, Universitat Abat Oliba CEU, Página
19
16
KAZMIERCZACK, MARCIN (2009) El amor en la literatura, Barcelona, Universitat Abat Oliba CEU, Página
29
16
humanas y de las magistrales escenas visuales plasmadas al detalle por este novelista
al que personalmente considero un maestro literario. Pone a prueba a la humanidad y a
nuestras conciencias; el primitivo y en ocasiones destructivo instinto de supervivencia
que aflora en nuestro interior; la maldad y el egoísmo nos dibujan de forma perfecta a
ese pequeño egocéntrico narcisista que todos, unos más y otros menos, llevamos
dentro, y que en ocasiones lidera nuestras vidas. Las páginas de esta novela nos
ponen en conflicto con nosotros mismos, con nuestros principios y nuestros valores:
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“de esa manera estamos hechos, mitad indiferencia y mitad ruindad.”
Muchos pueden llegar a catalogar esta obra como morbosa, grotesca o sucia por todas
sus descripciones y detalles, pero en mi opinión, lo que hace es sencillamente describir
una realidad metafórica, que se puede descubrir con más o menos estilo, y que
contiene aspectos ciertos y reales de la naturaleza humana. Saramago nos introduce
de pleno en la situación haciendo muestra de la condición del hombre en su más cruda
expresión, pero siempre de la mano de ese amor benevolente, de esa mujer sacrificada
que nos recuerda que, realmente, nuestra naturaleza está dirigida al bien, a la verdad y
al amor, pero, indigentes de nosotros, perdemos el camino a menudo.
José Saramago nos lanza una alegoría escrita que en los tiempos que corren induce a
preguntarse hasta qué punto estamos todos ciegos, y aún peor: ¿nos hemos
acostumbrado a nuestra ceguera?
17
SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L, Página
46
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Bibliografía
1. FUENTES PRIMARIAS
SARAMAGO, JOSÉ (1995) Ensayo sobre la ceguera, Madrid, Santillana Ediciones Generales, S.L,
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2. FUENTES SECUNDARIAS
2.1 LIBROS
KAZMIERCZACK, MARCIN (2009) El amor en la literatura, Barcelona, Universitat Abat Oliba CEU,
El Romanticismo http://www.sispain.org/spanish/language/romantic.html
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