Las Misioneras

Le Missionarie
del Sagrado
del Sacro Cuore
Corazón
di Gesù de Jesús
en Etiopía
in Etiopia

10 Años
en el
Wolayta

1999
2009
Las Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús en Etiopía
Algunas informaciones sobre la misión de Dubbo (Etiopía)
En 1997, primer año de preparación a la celebración del jubileo del 2000
inducido por el Sumo Pontífice Juan Pablo II, el Instituto constituyó una
comisión de estudio para que sotopusiera al Consejo General algunas ini-
ciativas que pudiesen ayudar al Instituto a prepararse y a vivir este acon-
tecimiento.
Entre las propuestas que hicieron estaba la de abrir una misión como gesto
concreto de solidaridad con los más pobres en preparación del año jubilar
2000.
La Providencia quiso que en estos días pasase por Roma Mons. Marinozzi
Obispo del Vicariado Soddo-Hosanna en Etiopía mandado por Mons. Silvano
Tomasi, Nuncio Apostólico con sede en Addis Abeba que, como amigo del
Instituto, había sugerido a Mons. Marinozzi llamar a nuestras puertas para
pedir una comunidad de Hermanas en su Vicariado.
La ocasión no podía ser más propicia. Enseguida fue implicado el grupo
que se mostró entusiasta y algunas de ellas dieron enseguida su disponi-
bilidad.
Después de este acontecimiento se programó una visita en Africa para ver
la misión y darnos cuenta dónde se podría inserir la comunidad y cual sería
el servicio concreto que podía dar a aquella población. En diciembre del
1997, la Superiora General Hna. Lina Colombini y la Asistente General Hna.
Rafaela Sharkey se acercaron en Etiopía siendo acogidas en el seminario
de Addis Abeba por Mons. Marinozzi y por Padre Tommaso Bellisi. Al día

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siguiente visitaron el Nuncio Apostólico, Mons. Silvano
Tomasi que se mostró felicísimo no solo de vernos, sino
sobre todo por el motivo de nuestra visita. Hemos de
decir que El fue el instrumento de la Providencia que
guió nuestro Instituto en Etiopía. De allí nos dirigimos
a Dubbo y aquí encontramos la comunidad de los Padres
Capucinos muy acogedora. No sólo
nos ospedaron sino que nos aco-
gieron como parte de su comuni-
dad y se encargaron de hacernos
ver y conocer el campo misionero
en el que podíamos inserir a las
Hermanas. La impresión que reci-
bimos fue tal que nos sentimos
llamadas a dar una respuesta con-
creta a lo que el Señor nos había
puesto ante nuestros ojos y sobre
todo en el corazón.
No perdimos tiempo y enseguida
nos pusimos a buscar Hermanas
para enviarlas a la nueva misión y
a cumplir todas aquellas prácticas
necesarias para la entrada de las
Hermanas en Etiopía.
El 28 de enero de 1999 partieron
de Roma - Fiumicino las Hnas.:
Ettorina Dolci (de Italia),

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 Francisca Coelho (de Brasil), John Giani (de los EE.UU.),
Maria Regina Canale (de España). La internacionalidad de
la comunidad nos parecía muy significativa, estaban impli-
cadas en este proyecto las diversas partes del Instituto.
El inicio no fue fácil, el
impacto con la cultura, la
dificultad de la lengua, pero
la ayuda y el apoyo recibidos
por la comunidad de los
Padres capucinos ayudó
mucho, unido a la experiencia
de muchos años que cada uno
de ellos llevaba a sus espal-
das. De modo particular hay
que recordar: Padre Pacífico, Padre Angel, Padre Renè, etc.
La misión ha cumplido diez años y ciertamente uno se queda impresionado
de lo que el Señor ha obrado y cómo se ha extendido el campo de trabajo.
Han llegado también las primeras vocaciones a las que deseamos se añadan
otras muchas y la familia cabrianiana pueda, con su carisma específico, ser
un signo del amor del Corazón de Jesús para este pueblo junto a los muchos
voluntarios que cada año se alternan para ayudar a la misión.
Hna. Lina Colombini, MSC

Hacia el 3er Milenio en Dubbo Wolayta

Era el Año 1999: Hemos viajado resonando en nuestros corazones los tocantes versos
de la poetísa Misionera africana Elisa Kidané

Un milenio se va
llevándose tras sí
fragmentos de sueños rotos
se va llevándose tras sí
proyectos de paz
se va robándose ilusiones
de un mundo más justo.
Se va nuestro milenio
mas nosotros
tenaces amantes de esperanzas….
nos dirigimos con el corage de los frágiles
la confianza de los pobres
la resistencia de los excluidos
a pies descalzos y corazón alto
hacia el tercer milenio
mientras ya entrevemos
tierras nuevas, cielos y mares fecundos.

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 TAM TAM desde Etiopía:
Releyendo los inicios de una Aventura…..

Ha sido verdaderamente un alba excepcional la del espera de las lluvias en retraso. Entre las vibracio-
28 enero 1999. Los rayos del sol radiante penetra- nes del fuerte Toyota pasaban ante nuestros ojos
ban a través de la ventanilla del vuelo 731 de la escenas de impresionante sabor bíblico! Por
Ethiopian Airlines con destino Addis Abeba, y lo doquier gente, mucha gente que, junto a los ani-
inundaban de luz. males, recorrían largos trozos de carretera en
Despertándonos realizamos, con profunda emo- busca de víveres y de agua. También las Hnas.
ción, que ya estábamos sorvolando "aquel país Rafaela y John, con grande experiencia de Misión
que estaba para convertirse en nuestra patria" en Africa, quedaron impresionadas de tanta pobre-
(cfr. M.C. Viajes, octubre 1891). Habíamos salido za. Llegamos a Dubbo al atardecer después de más
la noche anterior del aeropuerto de Roma - de ocho horas de viaje. Los Padres Capucinos nos
Fiumicino, donde nos habían acompañado la acompañaron enseguida a nuestro conventino,
Madre General, Hna. Lina Colombini, la Asistente limpio y bien preparado para la ocasión. Nuestra
General Hn. M. Aparecida Corrêa de Castro y otras alegría fue grande: ante Jesús Sacramentado de
Hermanas de la Curia Generalicia. nuestra bella iglesita, habíamos entonado nuestro
"gracias" al Sgdo. Corazón de Jesús por haber lle-
Al acercarnos a Addis Abeba, la Liturgia del día, gado finalmente a nuestra deseada Misión.
por singular coincidencia, nos hizo gustar el
Salmo 86 (87) que canta Sión como Madre de los La gloria de su Divino Corazón empieza a resplan-
pueblos: ""Contaré a Egipto y a Babilonia entre decer ahora, a través del Carisma de Madre
aquellos que me conocen; filisteos, tirios y etío- Cabrini, en otra parte del mundo: precisamente en
pes han nacido en ella". " (Sl. 86, 4). DUBBO, en Etiopía.
Al llegar al aeropuerto estaba el querido Obispo Padre Pacífico, responsable de la Misión, celebró
Domenico Marinozzi con otros ami-
gos que nos ayudaron a cargar las
pesadas maletas y nos acompañaron
al seminario diocesano.
Pernoctamos en la capital, desper-
tándonos con las oraciones matuti-
nas de nuestros hermanos musulma-
nes de la vecina mosquea. Nos
levantamos rápido y salimos para
Dubbo. Dejando Addis Abeba nos
quedó en los ojos y en el corazón el
inmenso "slam" de su perifería.
Durante todo el viaje se nos presen-
taba la estupenda naturaleza etió-
pica, árida y en una inquietante

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para nosotras la Sta. Misa votiva del Sagrado
Corazón. Después la cena con los Padres Capucinos
concluye una grande jornada de gracia y de ale-
gría.
El domingo 31 de enero participamos a la primera
Liturgia Eucarística en la Parroquia, durante la
cual fuimos presentadas a la Comunidad Cristiana.
La iglesia empezó a llenarse de gente una hora
antes para escuchar la explicación del "Catecismo
de la Iglesia Católica" mientras los niños, numero-
sos, tenían su catecismo en pequeños locales cer-
canos a la iglesia. Nos acercamos a saludarlos pero
ni ellos ni el catequista entendían el inglés; nos
aventuramos a saludarlos en wolaitigna, con las
pocas palabras que una Hermana nos había ense-
ñado en el aeropuerto de Roma, en medio de la
noche, mientras esperabamos para embarcar. No
sé que musicalidad hayan percibido los niños con
nuestro:
saró saró = Hola
sunta one = ¿cómo te llamas?
Ai-malé = ¿cómo estás?
Tossiuno = gracias
Lo loo = estoy bien
Mientras tanto esperaban en la iglesia centenares
de personas en un impresionante silencio al inicio
de la Misa, interumpido solo por cantos, bailes y
gritos de alegría de un corteo nupcial que, llegan-
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do en un viejo Jeep, entró en la iglesia procesio-
nalmente al ritmo del TAM TAM. Presidía un joven
Padre Capucino etiópico, toda la liturgia se cele-
bró en lengua amarica con relativa traducción en
wolaitigna. Naturalmente no entendíamos nada,
pero empezamos a imitar esta gente que acepta
con paciente serenidad esta especial "Babel"
escuchando durante horas oraciones, cantos,
homilías con respectivas traducciones.
Después del sencillo y digno rito del matrimonio,
siguió nuestra presentación al pueblo: Sentadas
ante el altar, el Padre Pacífico explicó a la gente
el sentido de nuestra presencia en Dubbo. Los
varios comités y grupos parroquiales nos ofrecie-
ron significativos dones: la bandera etiópica, un
cuadro del Sagrado Corazón, el plato característi-
co para hacer el pan, las tazinas típicas para el
cafè, un esplendido mantel de mesa, flores, etc.
Después quisieron sentir nuestras voces: le dimos
las gracias en inglés, seguido de la traducción en
wolaitigna. Las lenguas son verdaderamente el
gran desafío de los Misioneros en Etiopía! Algo
sabe de ello la Hna. Ettorina que, llamada a distri-
buir la Comunión, pidió ansiosa la formula "el
Cuerpo de Cristo" en wolaitigna, pero, llegando al
altar, ya no se recordaba de nada, seguro que la
dijo en bergamasco!
La entera celebración duró más de tres horas! La
Misión, en todo caso, es un hervidero de actividad
en preparación a la fiesta anual de la patrona
Ntra. Sra. de Lourdes.
Entre tanto nos entrenabamos con alegría y entu-
siasmo a la aventura de la inserción, al aprendiza-
je de la lengua local, al conocimiento y asunción
de una nueva cultura. Tratamos de hacer nuestras
las dificultades presentes en uno de los países
más pobres del mundo, donde los gobernantes se
permiten el lujo de continuar guerras, mientras la
gente muere, literalmente, de hambre y vive en
una miseria indescrivible.
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Las Hermanas implicadas ya en la pastoral sanita-
ria y en los proyectos en defensa de la vida, testi-
monian que el 80% de los niños están bajo peso
por la desnutrición.
Tratamos continuamente de superar con alegría y
sentido del humor las dificultades que diariamen-
te se nos presentan. Por ejemplo la confusión pro-
ducida por la diversidad de calendario: ni el año,
ni el día, ni la hora coinciden con el resto del
mundo! No nos perdemos de ánimo ni siquiera por
la continua falta de luz eléctrica: somos ya exper-
tas en el uso de la candela! Y no fue privo de gra-
cia y de alegría el primer cumplea-
ños de la Hna. Francisca en Etiopía
celebrado a la luz de la candela.
Mientas os enviamos estas sencillas
notas, nuestro corazón, solidario
con los más pobres, sueña para este
pueblo, especialmente para los
niños, un futuro de paz y una vida
mejor, digna de hombres y mujeres,
hijos de Dios que, solo el año pasa-
do, con ocho años de diferencia
respecto al Occidente, han atravesa-
do la puerta del 3er milenio, bajo la
mirada amorosa de la Trinidad.
Hna. Maria Regina Canale, MSC
Diez años en el Altiplano de los Negus
"El silencio es el estilo del mundo Misionero que
vive y trabaja en la perifería de la geografía y de
la historia.
Donde la tragedia cuotidiana de la pobreza, de la
falta de agua, de alimentos, cuidados sanitarios,
de los prófugos en fuga de los conflictos tribales
se consuman sin rumor. Donde la única mano
abierta parece ser la de los Misioneros, mujeres y
hombres, que dedican su vida a los más abando-
nados". (1)
Intentamos romper este silencio por un evento
significativo para la Misión de Dubbo en Etiopía.
De hecho se cumple el décimo aniversario de la
fundación de la Misión y tenemos algo que conta-
ros!
Hemos vivido este periodo con vosotros queridas MSC, amigos, bienhechores y voluntarios; sostenidos por
vuestra constante y generosa ayuda, experimentando vuestra solidaridad y amistad.

La tierra y la gente

Etiopía, como todos saben, es una tierra de antiguas tradicciones, multiétnica y plurilingua. No
se conoce mucho de su prehistoria e historia.
EL WOLAYTA, forma parte de la"Región de los pueblos del Sur", con Capital Soddo
(40.000 habitantes).
La historia del Wolayta es oscura, más o menos, como la de Etiopía.
Sin ir muy atrás en el tiempo, es evidente que una mezcla de pue-

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blos se haya juntado en la zona de los Lagos.
El Wolayta era un pequeño reino indepen-
diente, con propia dinastía de sistema feu-
dal: fue atraido por los soldados de Menelik
II, que llegaron al lugar armados de fusiles y
cañones, mientras los guerreros del rey Tona,
apenas tenían lanzas de madera y escudos de
piel.
Los vencedores, los Amara, consideraron los
wolayta como esclavos y este estado dejará
una impronta en el ánimo y en su caracter
que se revela aún hoy muy reservado y humil-
de.
En esta tierra de 700 Kmq, apenas hay un
millón y medio de habitantes, pero para
todos existe una gran pobreza. La población
está acostumbrada a vivir al día, más que
arriesgarse a proyectar a largo tiempo.
La actividad predominante de la zona es la
agricultura, muy atrasada aún, y a la cría del
ganado que existe en pequeña proporción.
El país saldrá ciertamente de su subdesarrol-
lo, almenos eso soñamos, mas no se sabe
cuando; siempre con mucha lentitud y con
mucho retraso respecto a las necesidades.

El clan

El balón de plomo que bloca el crecimiento

social del Wolayta (como de toda la Etiopía)
es la fragmentación tribal. La población se encuen-
tra repartida en diferentes grupos, familias, paren-
telas.
Los clan se distinguen taxativamente en inferiores y
superiores, nobles y plebeyos, libres y esclavos y no
se puede por ningún modo y por ninguna circunstan-
cia oltrepasar las barreras establecidas por la tradi-
ción
El clan, como el DNA, es el signo indeleble de la
propia individualidad.

Anunciar el Evangelio en este contexto socio cul-

tural, no es una empresa fácil.

La población del Wolayta

El Wolayta tiene una densidad demográfica entre la

más alta de toda la Etiopía, superior a 180 por
Kmq.

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La gente vive en gran parte (cerca el 90%) en humildes cabañas (Tukul), dispersas en las campañas.
La población parece que prefiera viver en la calle más que en la cabaña: un momento importante en la
vida social del país es el día semanal del mercado: representa una ocasión importante para las relacio-
nes y los intercambios más empeñativos; un momento que ninguno pierde y al que todos están presen-
tes con fiel puntualidad.
Largas, monótonas, interminables cantilenas, acompañadas por aplausos y al ritmo de los tambores, mar-
can los momentos de serenidad y de tristeza de esta gente que manifiesta en la danza toda su vitalidad.
La población es joven porque la media de sobrevivencia no es
alta y la eutanasia es el destino reservado con frecuencia a los
ancianos.
Uno de los aspectos más desagradables de la sociedad del

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Wolayta, como del resto de Etiopía y del Africa, es la baja y deprimente consideración en la que es
tenida la mujer. Esa vale por cuantos hijos pueda dar y por cuanto rinda en el trabajo. Su destino es
"cabar la tierra, transportar agua, proveer la leña, preparar alimentos y bebidas, correr al mercado para
vender los productos de su trabajo”.
La sociedad reconoce al hombre amplia autoridad tanto sobre la mujer, como sobre los hijos, que
manifiestan esteriormente esta su dependencia, sotoponiéndose al deber de lavarle los pies.

CONCLUSIÓN
La situación va cambiando, y cambiará ciertamente antes de cuanto se piense, pero las raíces provienen de
tradiciones muy antiguas y resisten también ahora que la historia ha atravesado las fronteras del 3er mile-
nio!
El Evangelio, que necesita esta tierra, puede ser un
Anuncio, pero más que nada es una obra buena.

........................................................
(1) Franca Zambonini, in "ARRIVEDERCI"
Famiglia Cristiana n° 47/2008

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Etiopía: nuova flor del Instituto
Han pasado ya diez años desde la llegada de nues- del prenoviciado, la de los voluntarios, ha tomado
tras primeras Hermanas en Etiopía, precisamente cuerpo el asilo dentro y fuera, el Centro para la
en Dubbo (Wolayta) por una feliz intuición de la Vida, así como la clínica St. Mary se ha transfor-
Hna. Rafaela Sharkey, el apoyo de la entonces mado en Hospital general.
Madre General Hna. Lina y la acogida en la misión, También aquí he admirado, sobre todo de la Hna.
en parte ya preparada, por los Padres Capucinos. John Giani, Hna. Francisca, Hna. Teresinha, Hna.
He conocido la misión, por primera vez en el Maria Regina y antes Hna. Ettorina, el gran espí-
2001, y la impresión que recibí y confirmada otras ritu de fe en Jesús, el valor y la tenacidad cabri-
tres veces posteriormente, ha sido la de una pri- niana, la fuerte comunión entre ellas, el respeto
mavera, sobre todo en Dubbo, la naturaleza deli- de las personas y la capacidad organizativa que le
cada y exuberante, casi siempre pronto a repropo-
nerse en el verde de las hojas y en los colores de
las flores, pero también en la juventud de las per-
sonas y abundantes niños.
En la misión me encontré con el grupo de las jóve-
nes de las que más tarde algunas se harían
Misioneras del Sgdo. Corazón y me encantaron con
su gentileza, vivacidad de las danzas y de los can-
tos al ritmo de los tambores, pero también con su
oración y el silencio, las nuevas liturgias concilia-
das con los signos de una antigua tradición reli-
giosa.
En los años sucesivos la misión se ha ido agran-
dando, ha surgido el noviciado, ampliada la casa

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han permitido sostener, en estos años, un grande mos o las hermanas en Dubbo, sino también en la
desarrollo apostólico y misionero, no solo en las Columbus de Roma.
obras, sino también en la evangelización, la cate- La solidaridad, la atención a la integración, a la
quesis y la pastoral. gestión más esencial de nuestros recursos se han
Para nosotros, del Complejo Integrado Columbus convertido en puntos de referencia de nuestro
de Roma, se ha convertido en un precioso apoyo actuar, no sólo de las misioneras (Hna. Gemana y
de nuestro ideal misionero. La cooperación y cola- sus centenares de adoptados y mercadillos), sino
boración, al principio de bienes y medios econó- también de los Laicos, que con frecuencia se han
micos, se ha trasformado en viajes de cola-
boración entre nuestro personal técnico,
enfermerístico y directivo y el personal del
Hospital de Dubbo.
Pero sobre todo se ha desarrollado un lazo
fraterno, sincero y el deseo y el conoci-
miento, como dice el Papa Benedicto XVI,
en la última encíclica Caritas in Veritate,
que el subdesarollo, tiene como concausa
también "la falta de fraternidad entre los
hombres y entre los Pueblos" (C.V. n° 19)
porque de verdad hemos visto que el cono-
cerse, el intercambio, la condivisión ha
producido frutos de caridad, promoción,
apertura no solo para los niños, los enfer-

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visto empeñados en viajes difíciles y que
después se han sentido más unidos e identifica-
dos con el Carisma de Madre Cabrini, en la acti-
vidad profesional y sanitaria romana.
Por tanto, Dubbo es una flor de esperanza, una
flor nueva también para las vocaciones religio-
sas que allí continúan a brotar no sólo para
nuestro Instituto, sino para la Iglesia Africana,
futuro que lleva en sí la bendición de María y el
amor del Corazón siempre joven, porque peren-
nemente amante, de Jesús por todos los hom-
bres sin distinción!
Hna. Loredana Manzoni msc

La Bendición de nuestro Obispo

En nombre de la multitud de pobres que durante estos diez años, han encontrado
en el hospital de Dubbo, alivio a su dolor y salud para sus cuerpos sufrientes;
en nombre de tantos neonacidos y niños que no saben exprimirse porque, en el
"Centro para la Vida" y en los Asilos, han recibido amor, cuidado y respeto por su
vida; en fin, a nombre de todo el Vicariado Apostólico de Soddo-Hosanna, quiero
manifestar nuestra sincera gratitud a las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón
de Jesús.
Su constante presencia y dedición, su testimonio evangélico y la vida de oración, han dado como
fruto un grupo de Hermanas etíopes para su Congregación y han obtenido muchas bendiciones a
nuestra Iglesia local.
Que el Señor os bendiga, queridas Hermanas!

+ Rodrigo Mejia Saldarriaga, SJ

Vicario Apostólico de Soddo-Hosanna

Soddo, 23 octubre 2009

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10° aniversario de la
Misión de Dubbo
Centro para la Vida
«Niño Jesús»
"Yo he venido para que tengan vida
y vida en abundancia" (Jn. 10,10)

Estas palabras de Cristo han tenido una resonancia

clara para nosotras cuando el domingo 22 de
Octubre del 2006, en la Misión de Dubbo, fue inau-
gurado el Centro para la Vida dedicándolo al "Niño
Jesús".
Este proyecto fue iniciado en abril 2006, cuando fue
trasferido por los Padres Capucinos a la Comunidad
de Formación en Dubbo. En aquel tiempo la
Asociación "Proyecto Alem" financiaba la construc-
ción de la actual estructura del Centro para la Vida
"Niño Jesús" con los fondos obtenidos de la Unión
Europea.
En febrero del 2008 nuestros niños pasaron bajo el
patrocinio de los Proyectos Cabrinianos de la Misión
de Dubbo con una tutela legal y pudiendo usufruir
del sistema de adopción internacional del "Centro
Ayudas para Etiopía", con sede en Addis Abeba en la
"fracción Virgen de la Vida"
El Centro para la Vida "Niño Jesús" es una estructu-
ra que acoge niños abandonados y huérfanos que
pasan un tiempo antes de ser declarados adopta-
bles. El Centro acoge todos los niños que la policia
local considera abandonados o huérfanos. Hna.
Francisca Coelho Silva MSC y Birkinesh Yoseph MLC,
directora del Centro, reciben niños (hasta ahora
cerca 200) que se encuentran en punto de muerte a
causa del prematuro nacimiento, de grave desnutri-
ción o porque son expuestos a elementos ambienta-
les negativos, y con varios problemas de peso y de
salud. Los pequeños vienen recuperados de los
cestos de los baños públicos, de los sacos de plásti-
co, abandonados en el cementerio, a orillas de la
carretera y a la entrada del hospital, a veces con el
cordón umbelical aún no cortado, cubiertos de
moscas y con una mirada implorando ayuda para
vivir. La edad de los niños que pasan por el Centro
varía desde un día (y cerca un kilo de peso) a siete
años. Desde la apertura del Centro para la Vida "Niño
Jesús", 5 niños (todos bebés) han muerto, quizás
porque fueron ayudados demasiado tarde, ya cerca-
nos a la muerte. Ahora son los ángeles del Centro en

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el Paraíso. La cercanía del policlíno St. Mary
ha permitido salvar muchos niños llegados en
condiciones precarias.
En el Centro para la Vida, estos niños están
rodeados de amor y cuidados, vienen ayudados
en todos los modos para que reencuentren
salud, felicidad y esperanza para el futuro,
cuando serán adoptados y se convertirán
hijos/hijas de padres que los desean como sus
pequeños. Las adopciones internacionale
hacia Italia se tramitan a través del "Centro
Ayudas para Etipía", aprobado por los gobier-
nos italiano y etíope. En Etiopía las adopcio-
nes son inusuales por la tradición tribal y por
los derechos de heredad. Estos niños, por
tanto, habrían sido abandonados y dejados
morir desde su nacimiento si no hubiera sido la Providencia
Divina y los designios de Su Sagrado Corazón.
Como Madre Cabrini ha iniciado sus misiones en los Estados
Unidos ocupándose de niños abandonados y huérfanos, así
también nosotras en Dubbo hemos hecho la misma opción,
para responder a las necesidades que se nos presentaban.
Llamadas a encarnar del mismo modo el precioso Carisma
Cabriniano hemos así decidido acoger a Jesús, que se presenta
en la zona del Wolayta como el más pequeño y necesitado de los
pequeños. Estamos agradecidas, felices, y nos sentimos privilegiadas al
poder rodear de cuidados y de afecto estos niños indefensos, creando para ellos
un ambiente familiar en una casa y profundos
lazos entre las familias, y constatar cómo el
Señor está presente para que también ellos
"...tengan vida y vida en abundancia".

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 Hoy - Perspectivas para el futuro
"Benditos los constructores de paz…. serán llamados hijos de Dios!"
El papa Pablo VI, en su Encíclica "Populorum Progressio" escribe que el "desarrollo es el verdade-
ro nombre de la paz". Por eso un continente sin paz, como Africa, tiene sobre todo necesidad de
desarrollo!
En estos 10 años de trabajo misionero en Dubbo, junto a la Evangelización, hemos realizado
muchos otros "Proyectos" que favorecen el crecimiento de estos nuestros hermanos, entre los más
pobres del planeta, como nos recuerda la prensa diaria
- Hospital - Centro para la Vida (orfanato)
- Pozos para el agua - Adopciones a distancia y adopciones internacionales
- Desarrollo de la mujer - Educación
- Otros…

Un grande e importante trabajo, realizado con el apoyo de muchos amigos y colaboradores que
desde hace 10 años apoyan afectiva y económicamente nuestro trabajo.
Sin vosotros, queridos amigos bienhechores, no hubiéramos podido realizar estas obras.
Os agradecemos sinceramente, también en nombre de todos los niños y de todas aquellas perso-
nas que en vuestro nombre ayudamos. Contamos con vosotros también en el futuro, y con esta
confianza iniciamos con alegría y gratitud al Señor y a vosotros, esta segunda década de nuestra
misión en Dubbo.

El Voluntariado:
un grande recurso
para la Misión!
Desde el principio de la Misión hemos dado
espacio a los voluntarios. Su trabajo, su cola-
boración y amistad, han sido preciosas para
nostras y para el crecimiento de la Misión de
Dubbo.

Damos espacio a sus impresiones:

De Italia:
1. Mi primera experiencia en Etiopía inició en
el aeropuerto de Addis Abeba cuando, llena
de espectativas, dudas y también algun
miedo, me estaban esperando dos hermanas.
"Elisa"?
"Soy yo" respondí, y ellas me abrazaron. No
un saludo frío y educado, de circunstancia,

17
sino un abrazo fuerte y cariñoso. Ha
sido el primer abrazo recibido de una
persona extraña!. Y desde aquel
momento me sentí siempre a casa,
aúnque a miles de Km de distancia de
mi ciudad, de mis familiares y amigos,
y de mi cultura.
Cuando llegué a la misión de Dubbo y
conocí las personas que de algún
modo habrían compartido conmigo
aquellas semanas, me sentí parte de
una gran familia. Comíamos juntas, en
un clima de alegría. Enseguida descu-
brí cuanto sea bonito e importante
reir. A pesar de la miseria y el hambre
que te rodea, consigues siempre encontar un
motivo para reir, para sentirte feliz de estár allí y
de ser persona.!
Antes de viajar para Etiopía estaba asustada: tenía
miedo de no ser capaz de ayudar a las Misioneras,
miedo de no ser capaz de ver los niños que tienen
hambre, miedo de no ser capaz de integrarme en
una socciedad y en una cultura diferente de la
mía.
Pero apenas llegué a Dubbo, todos aquellos mie-
dos desaparecieron, dando lugar a emociones
fuertes y positivas que hacen sentirte bien y en
paz contigo misma.
Es triste ver los niños sin vestidos, enfermos, que que, no obstante la tierna edad han vivido sufri-
recorren muchos Km al día para llegar a la Misión mientos enormes, me sentía feliz como nunca lo
con la esperanza de recibir una comida, te provo- he sido. Era, en absoluto, el momento más bonito
ca una alegría inmensa verlos comer, darles vesti- de la jornada.
dos y la posibilidad de curarse. Durante aquellas tres semanas sentía decirme
Las tardes las pasaba casi siempre en el orfanato, muchas veces "Gracias", muchas veces y en len-
y cuando conseguía hacer reir a aquellos niños, guas distintas, y siempre he pensado: "Gracias a
vosotros!"
Sí, porque gracias a ellos, he aprendi-
do que se puede vivir con un solo
vestido, con una sola comida al día,
sin padres o familia, sin una verdade-
ra casa. Se puede vivir así consiguien-
do aún reir. Y yo tengo tantos vesti-
dos, mucha comida que no consigo
terminarla toda, tengo padres y una
familia que me ama, una bonita
casa... por esto debo dar gracias y reir
aún más fuerte.
Elisa, Voluntaria en el 2008

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2. Una pequeña reflexión sobre la misión de es decir, todo lo que se puede hacer para que la
Dubbo, donde desde hace 10 años trabajan 4 de persona viva lo más dignamente posible.
mis hermanas. Intentaré decir alguna cosa, digo Mi primer impacto con la misión fue muy fuerte:
"intentaré" porque me resulta difícil exprimir lo una cosa es ver un CD, un DVD o un video, otra es
que siento dentro y hacer comprender lo que qui- constatar y vivir cada día, y durante años, su rea-
siera decir y no solo "decir" de hecho, quisiera que lidad en primera persona como le sucede a mis 4
quien lea haga suyo el mensaje que mi reflexión hermanas.
quiere transmitir.
La primera cosa que me llamó la atención fue la
Ante todo deseo agradecer a las personas que me extrema pobreza de esta gente, siempre en bús-
han dado la posibilidad de poder vivir, por tres queda de "sobrevivencia". Un extraño se da cuen-
veces consecutivas, una profunda experiencia ta viendo grupos de personas siempre en camino:
misionera, distinta de la que vivo cuotidianamen- da la impresión de ver el pueblo del Éxodo de
te en contacto con el mundo occidental. Dicho Moisés.
esto, me preparo a contaros mi experiencia.
La misión de Dubbo, como todos sabéis, es muy
basta, abierta a muchas iniciativas y proyectos
como: la Casa del Niño Jesús (Centro para la Vida),
donde se acogen recienacidos y niños huérfanos o
abandonados, dos asilos, un hospital, las adopcio-
nes afectivas (a distancia), un Centro de solidari-
dad en el que se provee a la distribución de ali-
mentos, agua, vestidos y se va al encuentro de
otras muchas exigencias que se presentan cada
día, se cuida la formación de la mujer, de las jóve-
nes aspirantes, novicias, el trabajo, la catequisis,

19
Un grandísimo número de niños sale por doquier,
a orilla de las calles, descalzos, desnudos, al pasto
con una oveja, una vaca o tras una gallina. Por no
hablar del problema de la mujer, que viven una
realidad muy difícil de describir y sobre la que se
podrían contar hechos que te hacen sobrecoger.
Os cuento uno:
Una mañana, yendo a misa con la Hna. Maria
Regina, encontramos una señora sollozando y le
preguntamos por qué: Responde: "Esta noche
murió mi hija de 17 años, embarazada, y no puedo
enterrarla porque no tengo dinero". Otras veces te
regalan el niño para que tenga un futuro mejor.
Cada día te encuentras ante situaciones dolorosas
debidas a la miseria y te duelen aún más porque
te sientes "impoten-
te" para satisfacer
sus necesidades, aún
las más esenciales.
Me gustaría a este
punto que esta mi
reflexión llegase a las
muchas personas de
buena voluntad para
que entiendan que
con su "aporte" tam-
bién económico,
pueden ayudar a mis
Hermanas de la
misión de Dubbo para
que den respuesta
eficaz a los impelen-
tes pedidos de ayuda
que reciben cada día,
y al mismo tiempo, concurran a restituir dignidad
a esta pobre gente que aspira a tener una vida
mejor.
Puedo decir con lealtad y abiertamente que mis
Hermanas hacen verdaderos milagros: desde el pri-
mer año que me acerqué a Dubbo al tercero, la
Misión se ha desarrollado con una amplia activi-
dad de promoción hacia el pueblo. Y no sólo: se
nota gran cambio tanto en la gente, a nivel cultu-
ral, higiénico, comportamental, de respeto, amis-
tad y conocimiento, como de participación a las
iniciativas de mis Hermanas. En otras palabras, la
gente te saluda sonriendo, los niños corren a
abrazarte y sus ojos brillan de alegría. No puedo
por menos que agradecer las muchas personas que
con su generosidad, sea a través de las "adopcio-
nes a distancia", que con donaciones, trabajo de
voluntariado y muchas otras iniciativas, dan la
20
posibilidad económica a la misión de seguir ade-
lante y, al mismo tiempo, ayudan moralmente mis
Hermanas a no sentirse solas y abandonadas a sí
mismas mientras tratan de realizar grandes cosas
a la Mayor Gloria del Sagrado Corazòn de Jesús,
para el bien de tantos hijos de Dios en la Misión
de Dubbo.
Hna. Germana Conde, MSC
DUBBO - La misión cumple 10 años.
No es posible definir al interno de un macrocos-
mo, como el de la institución cabriniana, una gra-
duatoria de mérito o de importancia de las inicia-
tivas o de los proyectos desarrollados y realizados
por el Instituto para hacer concreta la propia
"mission" en la sociedad que nos rodea; sería
como querer establecer si es más importante el
corazón o el cerebro, el agua o el pan.
Al observar cuanto ha sido realizado hasta hoy por
las Hnas. Misioneras Cabrinianas uno se da cuenta
que cada acción, cada pensamiento que se con-
vierte después en realidad concreta, cada iniciati-
va es igualmente motivada por el impulso propul-
sivo y propositivo que se define "Carisma
Cabriniano"; y es por ello que, la escuela en
Argentina, en vez del grande hospital en Roma, o
la pequeña comunidad en Rusia aún en su diversi-
dad de compromiso, espesor, importancia o gran-
deza están real y firmemente unidas por aquel
impulso carismático que las pone al mismo nivel
de importancia en cuanto identifica la expresión
del auténtico espíritu de Santa Francisca Cabrini.
Pero si esto es verdad, es igualmente innegable
que en el universo cabriniano el punto central, el
proyecto de fondo, el alfa y la omega de la exis-
tencia misma del Insituto no puede que ser repre-
sentado por la "misión" en su acepción más pre-
cisa, o sea la necesidad de todos los componentes
de la congregación, tienden a la realización de un
proyecto y de un camino que tenga como fin el de
llevar la propia existencia al servicio de los más
pobres entre los pobres y de los más humildes
entre los humildes llevando la Palabra de Dios, la
dignidad de seres humanos y el pan necesario para
la vida, en aquellos ángulos perdidos de la tierra
donde el mismo hombre ha olvidado la existencia
de otro hombre.
"… Crear allí donde no existe más que muerte,
miseria e ignorancia...", "… Mirar al sufrimiento
de la humanidad dando una mano, cerca a Jesús,
a quien lo necesita..." *con estas palabras, que
representan la misma esencia del ser
cabriniano, la madre General, al alba
del tercer milenio, en concomitancia
con el Jubileo del 2000, da inicio al
proyecto que llevará en brevísimo
tiempo a la realización de la
misión cabriniana de Dubbo en el
extremo sur de Etiopía poniendo
en las manos de cuatro hermanas
el gran deber y el inmenso privile-
gio de construir propio donde no
hay nada y nadie que ayude la
gente desesperada de aquella
región.
Hoy aquella "idea"
cumple 10 años de vida.
Quien de vosotros, como yo, ha tenido la fortuna
de conocer las "hermanas de Dubbo" y de vivir en
primera persona la experiencia de la misión etío-
pe no puede por menos que hacer propio el con-
cepto de "Carisma Cabriniano" desde el momento
que solo la presencia de un impulso superior, de
un fuego interior, de un carisma, puede haber
soportado el Instituto entero y las cuatro herma-
nas en particular en esta larga y tortuosa década
de camino que ha hecho crecer la misión como un
verde y floreciente árbol en medio de la nada, a la
sombra del cual encuentra resposo el viandante
cansado y sediento y en las ramas del árbol
encuentra refugio y consuelo el hombre asustado
solo y abandonado. Es el mismo ardor que ha con-
sentido a una de las hermanas de la misión al
decir: "... Tengo 67 años, 50 de vida religiosa de
los cuales 10 en Africa. Soy la
persona más feliz del mundo..."(1)
Intentar condensar la génesis y la
evolución de la misión de Dubbo
en pocas líneas es una empresa
difícil, tales argumentos han lle-
nado numerosas jornadas y, sobre
todo, noches pasadas en la misión
escuchando de la voz de las her-
manas las miles y miles historias,
aventuras y desaventuras que han
llenado estos diez largos años de
viaje, las grandes victorias y los
grandes desalientos, la alegría por
lo que se ha realizado y el desa-
liento por cuanto aún queda por
hacer y, sobre todo, la constante
y pesada fatiga de trazar con el
21
arado de la fe el surco para la siembra en
un terreno árido, hostil y endurecido
por la desesperación y la pobreza.
Y no obstante hay que comprender,
qué es el espíritu misionero, qué es
lo que se abre a los ojos de un
laico como el sotoscrito que
nunca hubiera imaginado vivir una
semejante experiencia.
Hacer misión no es llevar alimento
y agua, no es vestir al que está
desnudo o construir una casa para
quien está sin techo, hacer misión es
llevar la dignidad y la cultura del
respeto de la persona allí donde estas
cosas no existen en manera absoluta; y
entonces el agua, el alimento, la casa, las necesi-
dades materiales se convierten en instrumento de
un proceso mucho más importante y noble que el
simple alimentar y dar de beber, se convierten en
instrumento de diálogo entre dos mundo y dos
culturas totalmente diferentes dónde una propo-
ne, y no impone, un camino hacia la otra basado
en el propio respeto y en un común respeto de
normas fundamentales de vida.
Es impresionante cómo las hermanas, en nuestro
primer viaje en Dubbo, nos hayan motivado a
donar toda la energia posible para "entender"
antes que juzgar o intervenir porque ellas mismas
antes de proponer un diálogo de evangelización
han tenido que comprender la población que
tenían frente a ellas y respetarla en su cultura,
porque no se puede enseñar respeto si no se
respeta y no se puede hablar a los corazones si
estos están cerrados por la
desconfianza y el miedo.
Respeto, diálogo y ejemplo,
ponen en acto las hermanas
misioneras, esto es lo que hacen
las hermanas de Dubbo que no
han ofrecido pan en cambio de
ciega fidelidad o de obediencia
sino que han ofrecido una alter-
nativa hecha de pan, respeto y
dignidad.
Y es así como encuentra sentido
la poliédrica actividad que ejer-
cita la misión etíope: se constru-
ye un pozo para disetar las per-
sonas pero a la vez se inicia un
proyecto de promoción de la
mujer que dé a la misma la dignidad que le corre-
sponde y que en estos lugares ha sido completa-
mente perdida; se promueve la adopción de las
familias pero se pide que un componente de la
familia misma dedique un poco de su tiempo y de
su trabajo al cuidado de la misión, a los mismos
niños del asilo se ofrece instrucción y alimento
pero se trabaja para que desde pequeños aprendan
a respetarse así mismos, a los demás y a las nor-
mas. Este es el verdadero trabajo de la misión,
éste es el verdadero proyecto, llevado adelante día
tras día a costa de cansancio para quien construir
mil pozos o mil casas es un juego de niños.
Hacer la misión es una opción que conlleva fatiga
y paciencia inenarrables, todavía es desconcertan-
te ver con cuánta fuerza, con cuánto valor y con
cuánto ardor las hermanas afrontan
todo esto, testigo absoluto e
incontrovertible de la existencia de
aquel "Carisma" que las acompaña
desde siempre en su camino.
Pero lo que deja más desconcerta-
dos y maravillados es la energía
que anima la que del mensaje de
Santa Cabrini ha hecho un motivo
existencial que no puede hacer a
menos de contagiar, en sentido
positivo, a quien, a cualquier títu-
lo, se acerque a esta realidad pro-
veniente del mundo laico.
No se puede pertenecer al mundo
cabriniano y no sentir, aunque mínimamente, de
reflejo, la fuerza de aquella energía en nuestro
interior. La prueba de todo esto reside propio en
la enorme red de solidaridad que el mundo laico
que rodea el Instituto ha realizado con el fin de
contribuir de manera tangible y concreta a la rea-
lización de aquellas obras que dan sentido a la
existencia del Instituto y que contribuyen a reno-
var, a 100 años de distancia, íntegro e inmutable
el mensaje de la Santa Madre fundadora de la
Congregación.
Y no se trata ciertamente de pura y sencilla bene-
ficencia que nace y muore en el momento mismo
en el que se realiza, se trata de algo superior, de
la real y concreta necesidad del hombre laico de
"compartir" el "proyecto" entero y en su evolución
en el tiempo y en el espacio, se trata de ser par-
tícipes de algo que en cualquier modo se siente
propio y no sencillamente obligado.
En este sentido el estímulo propulsivo del mundo
22
laico que colabora con el Istituto es verdadera-
mente sólido; las iniciativas en favor de los pro-
yectos en general y de las misiones en particular
se repiten y se sobreponen como en una competi-
ción atípica: no vence quien llega sino quien par-
ticipa; el adquirir una vaca, la construcción de un
pozo, la adopción de una familia, una donación
económica o material representan diversos
momentos de una única y grande marcha produci-
da por los laicos cabrinianos no solo en favor de
la misión institucional sino también y sobre todo
en favor de nosotros mismos y de nuestro ser cris-
tianos con la fortuna de haber sido al menos toca-
dos por este grande carisma.
No por nada, los laicos cabrinianos tienen la pecu-
liaridad de conseguir implicar en su misión perso-
nal los así llamados "laicos extra-
instituto" es decir, hombres y
mujeres que nada tienen que ver
con las hermanas cabrinianas pero
que entran en la grande red de soli-
daridad propio porque tocados y
convencidos por la dimensión que
asume el laico cabriniano: no solo
testigo del proyecto sino condivi-
sor y coautor del proyecto mismo,
casi como que una gota de la maje-
stuosa fuente que es el carisma de
Madre Cabrini se trasmitiese de
hombre a hombre saliendo de aquel
que ha tenido en la propia existen-
cia la fortuna de haber atravesado
la propia calle con la de la congregación y difun-
diéndose como una gota de aceite lleva consigo
los dones de la fraternidad y de la solidaridad.
(1)
sacado de la entrevista con Hna. Maria Regina Canale "Y
en diez años el desierto de Dubbo ha florecido" L'OSSERVA-
TORE ROMANO lunes-martes 2-3 noviembre 2009.
Patrizio Venturini
De España:
En el año 2007, decidimos pasar nuestro mes de
vacaciones con la Misioneras del Sagrado Corazón
de Jesús, en la Misión de Dubbo en Etiopía. No
nos podíamos imaginar lo que íbamos a encontrar
allí, pero a fecha de hoy, os podemos decir que fue
la experiencia más bonita de nuestras vidas, de
hecho, desde entonces, seguimos pasando allí
nuestros periodos vacacionales, y disfrutando de
hacerlo desde el primer día.
Allí todo es diferente, se juntan sentimientos de
tristeza e impotencia, pero a la vez una enorme
felicidad y ganas de seguir adelante ayudando a
niños, mayores y ancianos a mantener la esperan-
za; ¡es duro ver cómo vive esa gente!; pero a la
vez es gratificante ver cómo te acogen y cómo te
recuerdan con cariño.
Visitamos los "tukules", no hay agua, cocinan en
el suelo, la nevera y los armarios son ganchos col-
gados del techo; no tienen muebles, duermen en
el suelo sobre hojas de falso banano y para tapar-
se y resguardarse del frío, los más privilegiados
tienen una manta para todos; en algunos casos los enseña lo importante que es ayudar y vivir.
animales son los que les dan calor en las frías Volvemos con la maleta llena de experiencias de
noches del "meher". vida y con la ilusión de volver algún día a ver a
Los niños y toda la gente de Dubbo, nos abrazan, todas esas que valoras como tu familia, muchas
nos llaman por nuestros nombres, nos invitan a gracias a todos por obsequiarnos con esta expe-
sus casas, y nos dan todo su amor, y nosotras nos riencia.
derretimos al verlos. Tenemos la obligación moral de seguir trabajando
Allí, junto a las Hermanas, nuestras hermanas, por y para todas nuestras familias de Dubbo, por
pasamos un mes al año inolvidable, siempre el dar a conocer su injusticia y colaborar para que los
último día de estar allí, nos desmoronamos y no derechos de educación, sanidad, y tener una vida
podemos evitar llorar, no sólo por la tristeza de digna, dejen de ser un ideal a alcanzar y se con-
marcharnos, sino que es una mezcla de tristeza y viertan en una realidad.
alegría de haber hecho algo por los demás, pero Betam amessegginallehu (muchas gracias).
no lo suficiente, por un pueblo maravilloso que Celia y Loli (2009)
nos enseña día a día lo afortunadas que somos.
Esta experiencia en Dubbo ha marcado nuestras
vidas para siempre. Después de volver a España,
pasan muchos meses y nuestro corazón todavía no
está con nosotras, sino allá con esa gente que nos

Jesús que nace, nos haga capaces de acoger

la luz que viene de su Evangelio para ser cada
vez más portadores de amor, de esperanza
y de vida en el corazón de la humanidad que sufre.

Con alegría os deseamos

FELIZ NAVIDAD
Y PROSPERO AÑO NUEVO!

23
Un don precioso
para la década
!Un puente! Lo hemos llamado "Sonrisas"
por la grande alegría que ha dado a la
gente de los pueblos vecinos, que
ahora, gracias a aquel puente, pueden
acceder fácilmente al pequeño pueblo
de AREKA.
Un sentido y reconocido gracias a los bienhechores
italianos y españoles que han hecho posible y realizable este sueño!

Missionary Sisters of the Sacred Heart of Jesus

Catholic Mission - P.O. Box: 24 - Wolayta - Soddo - Ethiopia
E-mail: dubbomission@hotmail.it - Sito: www.actiweb.es/crear-sonrisas

Para participar a los Proyestos, enviar vuestro aporte económico

poniendo claramente en la causal "Pro Etiopía"
y a que proyecto se refiere, utilizando: el giro postal
o transferencia bancaria, IBAN: IT 41 V 031 0403 2060 0000 0080 103

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