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Noviembre 2003
Año 2, número 7
Noticias de La Angélica
El regreso a lo cotidiano
En este número El verano ha quedado un poco lejos. Pero
sus ecos siguen vibrando en La Angélica
porque ha sido un verano pleno de en-
El regreso a lo cotidia- 1
no cuentros y de experiencias de comunión
fraterna.
Una entrega confiada 2 Numerosas han sido las visitas, tanto las
en manos del Padre
que participaron de las diversas activida-
Como María 2 des organizadas como las de los que pa-
saron solamente un rato por el gusto de
rezar junto a Claudina.
La Eucaristía, el amor 3
Ahora se pone en marcha de a poco un
y la fiesta
nuevo año de actividad con su cuota de nuestro andar. Patio de la Angélica
El sacramento del 3 proyectos y futuro.
“Este es el misterio de nuestra fe”, repeti-
servicio Es la hora de lo cotidiano, del ritmo diario mos cada día al celebrarlo.
y sostenido. El otoño con sus días recorta-
La cripta de San Ire- 4 Claudina, que lo vivió intensamente, nos
neo dos y sus noches frescas es una invitación
lo dejó como un rasgo típico de su espiri-
al recogimiento.
tualidad, por eso el Misterio Eucarístico
Por eso, en este número de las noticias de anida en el centro de nuestras comunida-
La Angélica quisiéramos hacer una pausa des.
para contemplar ese misterio que nutre
Como María... ¿Cómo no pensar en los sentimientos con los que Clau-
dina se acercaba a la Comunión, ella que sobre todo no desea-
ba hacerlo simplemente por costumbre?
¿Cuántos de sus gestos cotidianos de ternura y previ-
Juan Pablo II nos deja esta reflexión hecha de ternura y sión discreta, presentaba a Jesús presente en el Sacramento?
delicadeza: “¿Cómo imaginar los sentimientos de María al escu- ¿Cuántas contrariedades y
char de la boca de Pedro, Juan, Santiago y los otros Apóstoles, sacrificios aceptados con el
las palabras de la Última Cena: « Éste es mi cuerpo que es en- deseo de conformarse en todo
tregado por vosotros » (Lc 22, 19)? Aquel cuerpo entregado co- a la voluntad del Padre al igual
mo sacrificio y presente en los signos sacramentales, ¡era el que su Maestro?.
mismo cuerpo concebido en su seno! Recibir la Eucaristía debía Es un secreto que nos
significar para María como si acogiera de nuevo en su seno el gustaría conocer..., pero es
corazón que había latido al unísono con el suyo y revivir lo que probable que como María
había experimentado en primera persona al pie de la Cruz.” “Este aprendiera a guardar en su
es el corazón que tanto ha amado a los hombres”. (Ecclesia de corazón y a adorar en silencio. Museo de Claudina.– Artesa que
Eucharistia,56) nos recuerda la gracia del pan.
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