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> Juan Goytisolo

• Ensayos escogidos • Jeta de santo / Antología poética, 1974-1997 • La muerte y la doncella I -V


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> JuAN GOYTisOLO • La Reina del Pacífico / Es la hora de contar • Manuel Gómez Morin, 1915-1939
> JuLiO sCHErEr GArCÍA > MArÍA TErEsA GÓMEZ MONT
• Imperios del mundo atlántico / España
y Gran Bretaña en América (1492-1830) • El colombre • Versos de vida y muerte
> JOHN H. ELLiOTT • La famosa invasión de Sicilia por los osos > AMOs OZ
> DiNO BuZZATi

ENSAYO casi inadvertida en España, Goytisolo se


alistaba a cambiar de vida y a iniciar una

Juan Goytisolo segunda época de novelista, la cual se


nutriría de la obra de Américo Castro
(1885-1972), el historiador y filólogo que

y sus ancestros modificó dramáticamente la visión que


España tenía de su pasado gracias a Es-
paña en su historia: cristianos, moros y judíos
(1948) y sus secuelas.
La Reconquista, gracias al empeño
“mitoclasta” de Castro, dejó de ser esa
cruzada heroica de siete siglos prota-
gonizada por un puñado de caballeros
andantes para transformarse en una
imagen nueva, polémica, refrescante,
la del simbiótico y conflictivo mundo de
los cristianos, los árabes y los judíos. En
Castro, con quien entró en correspon-
Juan Goytisolo
dencia hasta la muerte del historiador,
Ensayos escogidos Contra las sagradas Autobiografía y viajes al mundo Goytisolo encontró una heterodoxia
selección y página formas islámico, Obras completas, V
liminar de Adolfo Madrid, Galaxia edición del autor al cuidado de mestiza con la cual fue sustituyendo
Castañón, México, FCE, Gutenberg/Círculo de Antonio Munne, Madrid, Galaxia las ideologías sentimentales que habían
2007, 308 pp. lectores, 2007, 308 pp. Gutenberg/Círculo de lectores,
2007, 889 pp. ocupado la primera etapa de su vida,
caracterizada por la rebelión contra la
A Cervantes no le importaba Archipreste de Ita, de San Juan de la dictadura franquista: el realismo so-
tener discípulos sino buscarse ances- Cruz, de Fernando de Rojas–, Goytisolo cial en la novela, el compromiso sartrea-
tros, dice Juan Goytisolo en Contra las ha buscado, entre los modernos, a sus no en tanto que imperativo existencial y,
sagradas formas, su más reciente recopi- ancestros y los ha encontrado de una como elección política, la condición de
lación de ensayos. La frase ilumina el manera que no puede sino emocionar compañero de viaje del Partido Comu-
carácter de Goytisolo y muestra la vitali- al lector e impresionar al crítico. nista Español (PCE). Con el revisionis-
dad de una obra en prosa que, no siendo Goytisolo, para empezar, buscó a mo histórico de Castro, Goytisolo ligó
la más influyente de las actualmente Luis Cernuda y lo encontró, y en la a la creación novelesca el pensamiento
escritas en España, quizá sea, llamada escritura de la novela familiar de su ho- crítico como en pocas ocasiones había
como está a perdurar por encima de los mosexualidad disfrutó del aval póstu- ocurrido entre nosotros, de tal forma
fuegos fatuos de lo actual, la más signi- mo del poeta, de su heroísmo. En 1963, que Reivindicación del conde don Julián
ficativa. Más allá de los antiguos –del año de esa muerte de Cernuda que pasó (1970) y Juan sin Tierra (1975) no sólo

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son sus novelas decisivas por el riesgo a quien le ha dedicado, apenas en 2003, El nico se declaraba harto de querer ser
formal y la experimentación. lucernario / La pasión crítica de Manuel Azaña, moderno y europeo y preconizaba no
Si Castro fue la sustancia intelectual, un bellísimo ensayo que no alcanzó a fi- la indeseable europeización de España
José María Blanco White (1775-1841), el gurar en los Ensayos escogidos que recopiló sino la españolización de Europa, en
liberal sevillano y escritor en lengua el crítico mexicano Adolfo Castañón. La un arrebato que preconiza a la muerte
inglesa que Goytisolo redescubre como lectura de Azaña –y más del escritor que como la ontología de su patria, ocurren-
traductor y escoliasta a principios de del político, si es que ambas figuras pue- cia que le será perversamente devuelta,
los años setenta, le significa el ejemplo den disociarse– ha completado el saber como amenaza fatal, en el paraninfo de
vital del desterrado, del hereje y del intelectual de Goytisolo con el sentido la Universidad de Salamanca, en 1936.
militante a la vez desengañado y puris- de la virtud política, es decir, la confianza Si se le mira bien, tanto Goytisolo
ta que Goytisolo ha sabido ser. Blanco práctica en formas superiores de vida de- como Américo Castro, su inspirador,
White, ancestro que parecería remoto, mocrática fundamentadas, como lo ilus- no se alejaron tanto de Unamuno como
anacrónico, lo justifica y lo acompaña tra la triste y ejemplar historia de Azaña, pareciera. Más allá de los Pirineos, don-
con frecuencia, inspiración tangible en en una devoción por la independencia de según el desdén dieciochesco empe-
su abogacía del entendimiento entre la del intelectual que devino en deber de zaba África, existió, como se lee en La
sociedad europea y el mundo árabe, gobernante. Tanto como apostó por la realidad histórica de España y en Don Julián
en su exorcismo de las trivialidades separación irremediable entre la Iglesia y y en Juan Sin Tierra, un mundo no perfec-
del mercado y en su homosexualidad el Estado, tanto como se anticipó a decir to pero acaso singular, la España de las
asumida, disidencia que lo enfrentó a que España había dejado de ser católica tres culturas, a cuyo elogio –apasionado
la España nacionalcatólica, primero, y (y así acabó por ser), Azaña vio claro que y crítico– dedica Goytisolo muchas pá-
a la Cuba revolucionaria, después, don- una vez pasados los totalitarismos, tocaría ginas en sus ensayos de ayer y de hoy.
de Goytisolo creyó ir a pagar la culpa de a la literatura defenderse del gran públi- Más aún, la destrucción de ese polé-
sus ancestros –magnates del azúcar en co, el peor de los mecenas. Que alguien mico edén multicultural por los Reyes
la isla–, buscando, desdichadamente, como Azaña –y eso se ratifica leyendo a Católicos fue una profecía cumplida,
un orden libertario. Goytisolo– haya llegado a ser, durante la aunque remota y olvidada, del horro-
La escena de Coto vedado, la primera Guerra Civil, presidente de la Repúbli- roso siglo xx y de sus inquisiciones,
parte de su autobiografía, en que Goy- ca Española, le da a aquella tragedia su que no inventaron nada que no hubiese
tisolo, entonces público y entusiasta verdadera dimensión como un momento preconizado el Santo Oficio con su es-
catecúmeno pero todavía homosexual catastrófico en la historia europea, una tatuto de limpieza de sangre.
secreto, se ve obligado a posar como espesura descubierta sólo recientemente No es esta la oportunidad ni el lugar
amigo de la Revolución cubana en un por Goytisolo, según lo confiesa, autocrí- para recordar la polémica entre Claudio
estrado donde acaban de ser juzgadas tico reincidente, en El lucernario. Sánchez Albornoz y Américo Castro,
y maldecidas dos muchachas lesbianas, Cernuda, Américo Castro, Blanco aquel duelo ocurrido entre desterrados
provoca en él una sensación de des- White, Azaña: el honor del poeta, la republicanos que atraviesa todas las me-
prendimiento físico y de zozobra moral imaginación oracular del historiador, ditaciones de Goytisolo y que en Contra
que quizá sólo haya sido del todo digeri- la libertad del hereje, la tolerancia del las sagradas formas es actualizado con las
da gracias al ejemplo de Blanco White. jefe democrático humillado y vencido, reseñas de las contribuciones recientes
En la España de 1808, antinapoleónica han ido completando la personalidad de Javier Varela, Ignacio Olagüe y Sera-
al tiempo que fanática del trono y el intelectual de Goytisolo, “imprimién- fín Fanjul, entre otros. Pero, abusando
altar, Blanco White se transformará dole un carácter” (la expresión es suya, de la figuración, al comparar el mun-
en un verdadero liberal, es decir, en le gusta mucho) infrecuente en nuestra do hobbesiano y violento que describe
un hombre indispuesto a tolerar, en sí tradición. No me extrañaría que, en los Sánchez Albornoz, esa guerra perpetua
mismo, las flagelaciones que impone la próximos años de Goytisolo, que nacido de los visigodos contra los árabes, con
servidumbre. Y es en las cartas y memo- en 1931 ya pasó de los 75, nos haga saber, a la paz eterna de los mozárabes, los mu-
rias escritas por Blanco White, durante sus lectores, de los nuevos capítulos de la déjares y los judíos, uno encuentra en
su largo exilio en las islas británicas, literatura española que ha hecho suyos. Goytisolo una apuesta intelectual, que
que a la vez fue una huida de la Igle- En Ensayos escogidos he subrayado se remonta al principio de los tiempos,
sia romana a través del anglicanismo algunos de los temas que definen o por el “multiculturalista” Herodoto
y del unitarianismo, donde Goytisolo delimitan el orbe de Goytisolo, pero contra el terruñero Tucídides, por el
encontrará la gravedad moral necesaria quizá sea la “africanización” de España imperio nómada de la diversidad contra
para escribir sus libros autobiográficos. el motivo más rico y sugerente. Ya se el culto de la ciudad Estado y sus pena-
Blanco White le devolvió su sombra. cumplió un siglo de aquel ensayo de tes. A los griegos se regresa, en efecto,
Un cuarto encuentro ha reunido a Miguel de Unamuno titulado “Sobre cuando se disfruta de un ensayista como
Goytisolo con Manuel Azaña (1880-1940), la europeización” (1906), donde el agó- Goytisolo.

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Goytisolo se burló de sí mismo en dad que, gazmoña y helada, fracasó a la cuando Carlos Fuentes (Terra nostra será
público al reproducir en El lucernario, hora suprema de pintar un cielo. un libro decisivo para el barcelonés)
como lo había hecho en En los reinos La querencia árabe de Goytisolo, y Mario Vargas Llosa lo convirtieron
de taifa, fragmentos del enfático artícu- que se extiende hasta autores contem- en el latinoamericano de allá, feliz cir-
lo, ganivetiano, que escribiera en 1962 poráneos como Orhan Pamuk y Gamal cunstancia que viene de lejos, en mi
alertando a la izquierda española contra El Ghitani, se acompaña, tanto en los generación, para México: lo leímos,
la ilusión de fundirse, algún día, con lo Ensayos escogidos como en Contra las sagra- muy chicos, en Joaquín Mortiz, como
que sería la Europa comunitaria. No, das formas, de una permanente vigilancia parte de la oferta de nuestra orilla. El
decía el joven Goytisolo, el nuevo lugar de los clásicos españoles. Goytisolo le mundo de Goytisolo es más el de Las
de España está en el Tercer Mundo y sus pide cuentas, sin pudor, a Quevedo por Casas que el de Ramón Menéndez
luchas de liberación, junto a Cuba y a su antisemitismo, propone a María de Pidal y su eterna Edad Media, el de
Argelia. El “africanismo” de Goytiso- Zayas como una fuente no contemplada un Sarmiento descubriendo Europa
lo, el de ayer, panfletario y esencialista, por Octavio Paz del “feminismo” de Sor a mediados del siglo xix antes que el
el de hoy, erudito y democrático, y a Juana Inés de la Cruz y retrata a liberales de la España de la Restauración, por
veces más indulgente con los musul- decimonónicos como Mariano José de más que respete no sólo a Clarín sino
manes que con los ex cristianos que Larra o Clarín, insistiendo en el largo a Juan Valera y Galdós. Manuel Puig,
han construido las sociedades liberales, olvido de La regenta, prohibida en la Reinaldo Arenas, Paz, Guillermo Ca-
las menos viles de la historia, ha sido España de Franco e ignorada durante brera Infante y Severo Sarduy son los
siempre una causa política que une a décadas en otras lenguas. Como Clarín, contemporáneos de Goytisolo, sus in-
la historiografía con la literatura, a las debe decirse, Goytisolo ha sabido ser un terlocutores más queridos y frecuentes,
aventuras de la novela moderna con crítico practicante y su experiencia de y entre los peninsulares sólo encuentra
las vicisitudes del relato histórico. Esa lector siempre aparece relacionada, afinidades en Max Aub, en Jaime Gil
elección, finalmente, tiene un origen de manera directa, a sus novelas. de Biedma, en José Ángel Valente, en
religioso y erótico, discernible cuando Goytisolo practica esa ardua em- Jorge Semprún.
Goytisolo, que vive en Marraquech des- presa que consiste, como él lo dice a Finalmente, al aparecer en el tomo
de hace muchos años y es una presencia propósito del escritor ex yugoslavo quinto de sus Obras completas, el dueto
pública no sólo en París o en Madrid Predrag Matvejevic, en “expresar la autobiográfico de Goytisolo (Coto ve-
sino entre los intelectuales árabes, elige pertenencia en forma de negación”, dado, 1985, y En los reinos de taifa, 1986)
el paraíso coránico contra esa Cristian- actitud que en Goytisolo es caractero- reafirma su lugar como una empresa
lógica. Quizá nadie ha dicho cosas más sin parangón en la literatura española.
fuertes contra la España actual, en su Es difícil recuperar, en pocas líneas, lo
opinión constituida por “nuevos ricos, que esa lectura ofrece, extraordinaria-
nuevos europeos y nuevos libres”, con mente dispuesta y dueña de una tensión
una acritud que recuerda, otra vez, a los implacable: el retrato del artista bajo la
escritores del 98 y que es indeclinable- dictadura, la historia de cómo Goytisolo
mente española. Otras características vive la ambición balzaquiana de apode-
de su personalidad, de la que él se enor- rarse de París y de cómo se desengaña
gullece con justicia, han sido novedad: de sus primeros logros y se rebela contra
el cumplimiento literario de su vieja su propia vanidad, la narración de sus
vocación de etnólogo y lingüista, pro- viajes a Cuba y a la urss, el descubri-
bada en sus viajes al mundo islámico miento progresivo del mundo islámico,
(Gaudí en Capadocia, Estambul) y en la hermandad (redundancia que vale)
su condición de ser el primer escritor con su hermano el novelista Luis Goyti-
español, desde Alí Bey, que habla el solo, el caso Padilla en 1971 y la aventura
árabe de Marruecos, dos aspectos de su interrumpida pero no estéril de la revis-
querella con la España sedentaria e in- ta Libre o la muerte de Franco en 1975,
diferente a las lenguas no peninsulares. ante la cual Goytisolo, como Thomas
“Hay una esperanza. Al otro lado están Mann cuando escribió aquel ensayo ti-
los moros”, leyó Goytisolo en Tiempo de tulado “Hitler, mi hermano”, se purga
silencio (1961), de Luis Martín Santos, y reconociendo en el dictador español a
esa frase lo marcó. su verdadero e implacable padre, al au-
Esa novedad de Goytisolo, también tor de su destino desde el día en que su
un tipo nuevo de escritor español, no madre murió víctima de un bombardeo
pasó inadvertida en los años del Boom, franquista sobre Barcelona.

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De la autobiografía destacan dos per- consultó una bibliografía muy amplia y
sonajes que aparecen a justo título de hé- HISTORIA actualizada, y la aprovechó con sensibi-
roes del escritor, de protagonistas sin los
cuales su aventura literaria, moral y amo-
México entre dos imperios lidad, sabiduría y equilibrio. Organizó
su material temáticamente, lo que le
rosa no hubiera sido la misma: Monique dio oportunidad de ofrecer narracio-
John H. Elliott
Lange (1926-1996) y Jean Genet. Con Imperios del nes paralelas y entremezcladas que
pocos días de diferencia, en 1955 Goy- mundo atlántico permiten aprehender cada momento
/ España y Gran
tisolo conoció a Monique, su compañera Bretaña en en sí mismo, “en sus propios términos”
de toda la vida, y a su amigo Genet. Le- América y no de acuerdo con conceptos gene-
(1492-1830)
yendo la autobiografía de Goytisolo se trad. de Marta rales preestablecidos, estereotipos que
asiste a una trama a menudo perfecta, la Balcells. Taurus. se han enquistado como características
Madrid. 2007.
del descubrimiento de la homosexuali- 680 pp. supuestamente esenciales de los impe-
dad de Goytisolo y la manera en que ella, rios español e inglés, derivadas de sus
su mujer, la sobrentiende, primero, y la siglos de enemistad y de la resultante
acepta, después, para configurar una de “leyenda negra”. Elliott se dedica a de-
las más íntegras y emocionantes historias rribar esa perspectiva teleológica de las
de amor de la literatura de la lengua. La carrera académica del his- historias hispana e inglesa de América
Genet aparece y desaparece en Coto toriador inglés sir John H. Elliott ha según la cual el fracaso económico de
vedado, En los reinos de taifa y Contra las sido larga, cercana ya al medio siglo. una y el éxito de la otra se debieron a
sagradas formas, donde Goytisolo medita Elliott (Reading, 1930) es, sin duda, rasgos propios de cada pueblo: los es-
sobre El cautivo enamorado (1986), el li- uno de los mejores historiadores del pañoles flojos y católicos, tradicionales
bro póstumo del novelista y dramaturgo imperio español y de la Europa que y corruptos; los ingleses laboriosos y
francés. No es fácil seguir a Goytisolo lo dominó y dividió en los siglos xvi y protestantes, modernos, capitalistas
en su admiración por Genet. Ser a la xvii. Sus primeros estudios datan de los y democráticos.
vez magnético e inaceptable dada su años sesenta: La Revuelta de los catalanes y Estos estereotipos calaron hondo
fascinación por el terrorismo y por la La España imperial, 1469-1716 (ambos de en las conciencias, y no sólo en Ingla-
violencia sufrida por él mismo a lo largo 1963); La Europa dividida, 1559-1598 (1968) terra. Definieron la “gran dicotomía
de aquella vida de comediante y mártir y El viejo y el nuevo mundo (1970). Esta veta americana” que provocó el “trauma”
exaltada por Sartre, Genet buscó, con continuó con varios estudios, entre los de la historia de México, para utilizar
ansiedad de cenobita, la purificación que destaca su magistral biografía del las expresivas palabras de Edmundo
en el seno de los Panteras Negras y en poderoso Conde-Duque de Olivares, O’Gorman.1 Es por ello que el libro de
los campamentos palestinos en Jorda- de 1986, complementada con un estu- Elliott es tan importante para el lector
nia. Goytisolo lo retrata, al final de su dio biográfico comparativo, Richelieu y mexicano: lo cura de su “trauma” al ex-
vida, como hijo adoptivo de una madre Olivares (1984). Elliott fue catedrático plicarle, paso a paso, por qué ocurrió lo
dolorosa que le ha dado un hijo a la re- de la Universidad de Cambridge y, a que ocurrió y por qué no ocurrió lo que
sistencia palestina. En Genet, Goytisolo partir de 1967, del King’s College de no ocurrió. Resulta de enorme utilidad
admira al malamatí, un rebelde que se Londres; en 1973 cruzó el Atlántico y ver las cosas con detenimiento y sin
santifica negativamente contraviniendo ocupó una cátedra en la Universidad pasiones: qué pasó en México que fue
todas las leyes humanas y divinas. Sólo de Princeton, hasta 1990, cuando re- tan diferente de lo que pasó con nuestro
Goytisolo puede conciliar, a lo largo de gresó a Inglaterra, a la Universidad de vecino del norte, que resultó ser nada
medio siglo de literatura y con riguro- Oxford. Su estancia en Estados Unidos menos que el país más poderoso del
sos atisbos de duda, extremos como los le dio la idea de ampliar sus estudios mundo, expresión de todas las virtudes
encarnados por Genet, el último de al continente americano, avanzar hasta y los defectos del capitalismo.
los verdaderos malditos, con la digni- comienzos del siglo xix y estudiar los No es poca cosa, entonces, ser
dad pública del presidente Azaña. desarrollos paralelos de los imperios México; no es poco orgullo, y libros
No sé si Goytisolo, moderno, eu- español e inglés en América. El extenso como el de Elliott nos ayudan a “co-
ropeo, africano, tendrá discípulos, ni libro Imperios del mundo atlántico / España y nocernos a nosotros mismos” para
si deba tenerlos. Ha sido, en tanto, el Gran Bretaña en América (1492-1830) es el pensar bien qué queremos seguir
escritor que se busca y se encuentra en magnífico resultado de ese esfuerzo. siendo y qué queremos dejar de ser.
sus ancestros, para quien la madurez Se trata de un ejercicio de historia
siempre está en el horizonte y la edu- comparativa entre los dos más grandes 1 Edmundo O’Gorman, México / El trauma de su historia /
cación sentimental nunca puede darse dominios europeos en América: el es- Ducit amor patriæ, México, uNAM (Coordinación de Hu-
por terminada. ~ pañol y el inglés (quedan excluidos los manidades), 1977. Léase el lúcido comentario de Enrique
Krauze, “Mascarada histórica”, en Caras de la historia,
– CHrISToPHer domÍnGUeZ mICHAel dominios portugués y francés). Elliott México, Joaquín Mortiz, 1983, pp. 44-51.

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En cierto sentido puede decirse que proceso, aquí y allá. Al mismo tiempo lugar presenta desventajas que acaban
Imperios del mundo atlántico es el mejor demuestra que este desarrollo pudo siendo ventajas que acaso se tornen en
libro de historia sobre el México colo- haber sido muy diferente, dependien- desventajas.
nial, porque al marcar las similitudes do del simple azar. Más que nunca es Los españoles llegaron primero y
y diferencias entre las dos Américas cierto el título del poema de Mallarmé, encontraron dos grandes civilizacio-
contribuye a romper el hechizo que Un coup de dés jamais n’abolira le hasard. nes, Mesoamérica y los Andes, con
ha consistido en escribir casi siempre Sucedió en el mundo lo que sucedió, abundante población disciplinada en
la historia de México en sí misma, de pero todo pudo haber sido distinto si el trabajo y en la vida, y con muy ricas
manera aislada, de tal modo que por el azar (la belleza de Cleopatra) así lo minas de oro y plata. Pese a la catás-
muy bueno que sea cada estudio sólo hubiera querido. En los años anterio- trofe que significó la Conquista para la
alcanza a afirmar la aporía de que la res a su gran travesía de 1492, Colón población india, los pueblos de indios
historia de México es como la historia solicitó apoyo a Enrique VII, rey de conquistados fueron cristianizados e
de México. Inglaterra, para realizar su viaje integrados a un sistema de dominio
Imperios del mundo atlántico está divi- de descubrimiento a “las Indias”, apo- y explotación que enriqueció a los
dido en tres grandes partes, que son yo que no recibió. De hecho, tampoco empresarios y funcionarios españoles,
en realidad –con estos u otros nom- lo apoyó en un primer momento Isabel financió grandes obras públicas y de
bres– las tradicionales en los estudios la Católica, reina de Castilla, ocupada defensa y provocó que una gran can-
de este periodo: Ocupación, Conso- en la guerra de Granada. Sólo cuando tidad de oro y plata llegara a las arcas
lidación y Emancipación. Cada parte esta ciudad cayó Isabel decidió finan- reales, cantidad que representaba en-
consta, a su vez, de cuatro capítulos. ciar, tras múltiples vaivenes, el viaje tre el 15 y el 20 por ciento de los ingre-
El procedimiento es básicamente que le dio a España el controvertido sos de la Corona. Pero este oro se usó
narrativo y Elliott va mezclando, de monopolio de América por más de tres para la guerra y el fasto, y sólo un poco
manera inteligente, las historias de siglos. Por este simple hecho, Hispa- para estimular actividades productivas
uno y otro imperio, señalando simi- noamérica fue conquistada por los es- en España.
litudes y diferencias. En la primera pañoles y no por los ingleses. Por un Los ingleses llegaron un siglo des-
parte, sobre los primeros tiempos de azar, México fue Nueva España y no pués y encontraron en la costa noreste
ambos imperios, compara procesos Nueva Inglaterra. ¿Qué más hubiera de América una población indígena
alejados en el espacio y el tiempo, sido diferente? poco sedentaria, diezmada ya por las
puesto que Colón llegó a las islas en Elliott esboza algunas ideas a partir epidemias del Viejo Mundo y sin oro
1492 y Cortés a México en 1519, mien- de esta pregunta contrafactual, ideas ni plata. Los indios no fueron incor-
tras que el capitán inglés Christopher que se podrían extender a otro libro porados a un sistema de integración
Newport arribó a la costa noreste de en un ejercicio semejante al de Roger política y económica. En un primer
América a comienzos del siglo xvii. Caillois, quien, con la maestría de Bor- momento hubo intentos de cristianizar
En la segunda y tercera partes Elliott ges y Bioy Casares, escribió la historia y educar a los indios, y un colegio en
procura ceñirse a la comparación de del mundo entero partiendo de la po- Harvard fue el equivalente angloame-
procesos y situaciones simultáneas en sibilidad de que Poncio Pilatos hubiera ricano del Colegio de Santa Cruz de
el tiempo, de modo que se refuerce la decidido, por un acto de conciencia, Tlatelolco. Pero los puritanos ingleses
comprensión de las diferencias y se conmiseración o simple azar, no con- eran más bien rígidos y exigían a los
ilustren acontecimientos de todo tipo denar a Jesucristo. Entre otras cosas no indios vestir como ingleses y cortarse
en una significativa escala atlántica, tan habría habido cristianismo. el cabello. Estos esfuerzos fracasaron
americana como europea. Mientras la Pero sucedió lo que sucedió, y Co- y lo que prevaleció fue la separación
segunda parte ofrece una serie de fres- lón incorporó las Indias al imperio es- entre ingleses e indios, relegados y
cos sobre la vida en ambos imperios en pañol. Elliott encuentra que, en última excluidos de las colonias inglesas,
el “largo siglo xvii”, la tercera se ocupa instancia, la diferencia fundamental y una situación de miedo y hostilidad
de los problemas en el siglo xviii que entre ambos imperios estriba en quié- mutua que se exacerbó en el genoci-
condujeron a las independencias de nes llegaron primero y quiénes des- dio del siglo xix. Al no tener indios
ambas colonias, las cuales sucedieron pués, los first comers y los second comers. ni minas de oro y plata que explotar,
con más de treinta años de diferencia Llegar primero, señala, supone tantas los ingleses y europeos se dedicaron
y que Elliott busca entender en cuatro ventajas como dificultades, posibili- a crear con su propio trabajo réplicas
apasionantes capítulos. dades de error y ventajas que acaban utópicas del Viejo Mundo en América.
Elliott deja para el epílogo una siendo desventajas. Llegar en segundo Al igual que los españoles, trajeron ne-
magistral, elegante e incisiva recapi- gros esclavizados, a los que explotaron
2 Una versión del epílogo de Imperios del mundo atlántico, en
tulación que permite ver con lucidez traducción de Mauricio Montiel Figueiras, fue publicada sin piedad, con mayor dureza que en
aquello que fue determinante en el en Letras Libres, 95, noviembre de 2006, pp. 20-25. Hispanoamérica, donde la suerte de

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los africanos fue menos brutal y don- en ambos imperios. Las rebeliones de
de estos se mezclaron con españoles e las colonias inglesas condujeron de in- POESÍA
indios en un rico mestizaje.
Cerradas para los indios y los ne-
mediato a la independencia, en 1777,
pues los orgullosos ingleses america-
En el camino de Santiago
gros, las trece colonias crecieron con la nos querían seguir siendo tan libres
Mario Santiago
migración de ingleses y otros europeos, como los de Inglaterra. Las colonias Papasquiaro
atraídos por un país inmenso que per- españolas, por su parte, permanecieron Jeta de santo /
Antología poéti-
mitía enriquecerse a la gente con su controladas y expuestas a una creciente ca, 1974-1997
propio esfuerzo, dueño de un sistema explotación tributaria, hasta las revolu- Madrid, Fondo
de Cultura
representativo, y en un ambiente de ciones iniciadas en 1808 que condujeron Económica,
2008, 272 pp.
relativa libertad religiosa, austeridad y a la independencia de casi toda Hispa-
laboriosidad favorable para el desarro- noamérica. La guerra aquí fue mucho
llo económico. más larga y destructiva, porque el im-
En este punto es muy notable el perio español realmente perdía mucha
influjo de la diferencia temporal: Co- riqueza al perder a América. Y la falta
lón llegó a América en 1492 y España de una tradición democrática fomentó
organizó su imperio de acuerdo con los graves dificultades en los nuevos países Finalmente, he ahí los poe-
criterios medievales del momento; este independientes hispanoamericanos en mas. Finalmente, con Jeta de santo, la
sistema político, económico, social y el siglo xix y hasta el presente. antología realizada por Rebeca López
religioso siguió prevaleciendo, con po- Queda esta pregunta: ¿qué hubiera y Mario Raúl Guzmán, ya es posible
cos cambios, hasta el siglo xviii, cuan- pasado si los ingleses hubieran llegado encontrar en las librerías un volumen
do los Borbones trataron de sacudirse primero a América? Probablemente con los versos de Mario Santiago Papas-
el orden tradicional y adoptar uno más también hubieran organizado un sis- quiaro. Finalmente, a diez años de su
moderno. Inglaterra, por su parte, lle- tema económico, político y religioso muerte (un minuto de silencio bastante
gó a Norteamérica a comienzos del medieval. En lugar de excluir o exter- prolongado), podemos comenzar por el
siglo xvii, precisamente el siglo de la minar a los indios, los hubieran integra- principio: por leerlo.
Revolución inglesa, lo que favoreció do en un sistema económico y político Marginal de tiempo completo, Ma-
la implantación en América de un sis- semejante al español, que por cierto se rio Santiago Papasquiaro (1953-1998)
tema de representación democrática. designa con la expresión inglesa indirect vivió una vida dedicada a los excesos
También en el siglo xvii empezaron a rule. Tal vez, conjetura Elliott, el exceso y a la poesía. Autor de culto para unos
cambiar las nociones acerca de la eco- de oro y plata mexicanos y peruanos cuantos iniciados, escribió más de
nomía, lo que permitió un sistema de que hubiera llegado a Inglaterra en el dos mil poemas en los márgenes de li-
libertad económica. Y se produjeron la siglo xvi habría provocado una baja de bros ajenos, servilletas y otros papeles
Revolución científica y la Revolución las actividades productivas, el mante- perdedizos, aunque en vida sólo publicó
industrial, mientras que en España nimiento de una visión mercantilista y un libro, Aullido de cisne (1996), así como
el Tribunal de la Santa Inquisición una solución de los problemas políti- una pequeña plaquette titulada Beso eterno
se dedicaba a prohibir la publicación cos que hubiera evitado la Revolución (1995), ambos de escasa circulación.
e importación de libros “peligrosos” y inglesa del siglo xvii y mantenido una A mediados de la década de los
hasta la lectura de la Biblia en español monarquía severa y orgullosa. Acaso, setenta, fundó, junto con Roberto
(en cambio, en los dominios ingleses entonces, no hubiera habido Revolu- Bolaño, el movimiento infrarrealista:
la lectura de la Saint James Bible fue ción industrial en el siglo xviii o, más asunto que, años más tarde, serviría
un poderoso estímulo para la alfabeti- bien, se hubiera producido en otra parte de punto de arranque y corazón de
zación y la lectura). y de otro modo. Los detectives salvajes (1997), donde Bo-
Pero el hecho es, como lo notó Adam Si los ingleses hubieran conquis- laño transfigura a Mario Santiago en el
Smith en 1776, que el imperio inglés no tado México y Perú en el siglo xvi, y entrañable personaje de Ulises Lima.
era un verdadero imperio, porque nada si unos españoles hubieran viajado a La importancia y popularidad que la
o muy poco aportaba a la Corona, y más la costa este de Norteamérica a co- novela de Bolaño ha ido adquiriendo
bien le costaba, sobre todo en gastos de mienzos del siglo xvii, estos últimos con el paso del tiempo ha contribuido
defensa. La Guerra de Siete Años (1756- habrían encontrado una población al proceso de mitificación de Santiago
1763) entre España e Inglaterra condujo india escasa, no explotable, y nada Papasquiaro, a la vez que el poder de
a ambos imperios a explotar más a sus de oro. Muchos se hubieran regresa- la figura de Ulises Lima amenaza ya
colonias mediante la vía tributaria con do, pero muchos también se habrían con devorar a su propio referente. Y
el fin de fortalecer sus ejércitos. El re- quedado. ~ todo esto al grado de que Mario Raúl
sultado fueron rebeliones y resistencias – rodrIGo mArTÍneZ bArACS Guzmán, en su introducción a Jeta de

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santo, se siente en la necesidad de ad- desacralizador. Se trata del fin de un que haya cambiado tan poco con el paso
vertir: “Esta antología se alza contra la culto basado en la fe: ya no se trata de de los años. Una obra que rinde culto y
alevosía de sus ninguneadores y asi- creer, sino de leer. Finalmente, he ahí que ha devenido, a su vez, en objeto de
mismo contra los intentos de mitificar los poemas. culto, y que con la publicación de Jeta de
su trayectoria. Nadie hallará en este Mario Santiago Papasquiaro es santo irá ganando detractores y devotos.
volumen los poemas de Ulises Lima, constructor de un poderoso lenguaje Tal vez no sea el gran renovador, pero
sino los que Mario Santiago Papas- poético nutrido por igual de recursos Mario Santiago Papasquiaro es ya un
quiaro suscribió con su vida y con su vanguardistas que de giros locales. Es referente obligado para aquellos que
muerte.” una suerte de lenguaje fusión templado quieran suscribir un linaje alterno, tra-
Poética y declaración de princi- por un tono sumamente personal. A zar una tradición “otra” de la poesía
pios, el título de la antología es afor- veces este lenguaje cristaliza en poemas mexicana. Y eso no es poca cosa. ~
tunadísimo; Jeta de santo, como ya bien o momentos deslumbrantes, a veces – lUIS FelIPe FAbre
ha observado Orlando Guillén, es un se regodea en la autocomplacencia y se
modo de decir “cara de Santiago”. precipita en estrepitosas caídas. Su obra
Una identificación entre obra y au- dibuja un personaje que oscila entre un PERIODISMO
tor más que justificada en el caso de
alguien que, como Mario Santiago,
santo que obra maravillas y un merolico
que en su inagotable flujo verbal intenta
La dama, el caballero
intentó suscribir el proyecto románti- dar gato por liebre. Tal vez el emblema y la Hidra
co, vanguardias mediante, de la fusión donde podría cifrarse toda la poesía de
Julio Scherer
arte-vida. Jeta de santo también lleva Mario Santiago podamos encontrarlo García
implícito un gesto: no es el rostro de un en una estrofa del largo poema “Con- La Reina del
Pacífico / Es la
santo, sino alguien que pone cara de. Y sejos de 1 discípulo de Marx a 1 fanático hora de contar
por lo tanto estamos frente a una pose, de Heidegger”: México, Grijalbo,
2008, 174 pp.
una actuación, una máscara: otra vez el
asunto del personaje. Una máscara: la En cualquier momento acontece
negra aureola del maldito. Habría que [1 poema
decir que Mario Santiago Papasquiaro por ejemplo
es una construcción de la autoría de ese aleteo de moscas afónicas
José Alfredo Zendejas (así se llama- sobre 1 envoltorio que nadie
ba en realidad) que se asumió obra [acierta a descifrar
al momento de cambiar de nombre. cuánto tiene de basura & cuánto La miré a los ojos oscuros,
Cambiar de nombre: Mario Santiago [de milagro brillantes, suave la avellana de su
Papasquiaro es hijo de sus palabras. rostro. Me miró a la vez, directa,
No es de extrañar entonces que el que Y ahora una pregunta atroz, una pre- sus ojos en los míos. Con el tiempo
probablemente sea su último poema gunta que sería injusta y ociosa si no llegamos a bromear:
(publicado en La Jornada Semanal y que fuera porque Mario Santiago insistió en –El que pestañee, pierde.
echo en falta en esta antología) lleve inscribir su obra en el linaje de las van- El cabello, carbón por el artificio
por título sus iniciales: “Eme Ese Pe”: guardias: ¿la poesía de Mario Santiago de la tintura, descendía libremen-
bellísimo texto fechado el 3 de enero es renovadora? Su poesía es aire fresco te hasta media espalda y los labios
de 1998 en el que anunciaba su ya muy en el ámbito de la literatura mexicana subrayaban su diferencia natural:
próxima muerte. y su presencia en algo la transforma. delgado el superior, sensual el de
Desde la violenta sonoridad del tí- Sin embargo, más que como una reno- abajo. Observada de perfil, la cara se
tulo casi insultante, el libro reta al lec- vación, su obra se erige como un ejer- mantenía fiel a sí misma. De frente y
tor. Por una parte, Jeta de santo implica cicio de resistencia frente a las poéticas a costa de la armonía del conjunto,
una canonización de palabra, dada la que rechaza y como un homenaje a los un cirujano plástico había operado
beatitud de su nombre (aunque paró- artistas que admira. No es casual que la nariz y errado levemente en la
dica al acusarse máscara), y de facto, en ella abunden los intertextos, las pa- punta, hacia arriba.
dado el reconocimiento “oficial” que ráfrasis y los poemas tributo. Algo hay
supone para la obra de un autor que se de fan en su escritura, algo de cuaderno Es Julio Scherer García. Describe a
quiso underground (en parte ostracismo, adolescente donde se pegan con devo- Sandra Ávila Beltrán, detenida en sep-
en parte automarginación complacida) ción y ternura los recortes de los artistas tiembre de 2007 por fuerzas federales y
ser publicada por una editorial como el preferidos. Mucho de rebeldía juvenil considerada, desde Los Pinos, una de
Fondo de Cultura Económica. El libro (con todo y los lugares comunes que las cabezas más poderosas del narcotrá-
desafía al lector a realizar un ejercicio implica) tiene esta escritura y sorprende fico en México y, debido a sus supuestas

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relaciones en Colombia, posiblemente condenó sin juicio. Pero Sandra Ávila Félix Gallardo; no es Joaquín Guzmán,
en América Latina. Los dos acordaron es, y aquí se confirma, parte importante Héctor Palma o los hermanos Arellano
una serie de entrevistas que culminó de lo que ella misma define como la “so- Félix. Creció y convivió con ellos, pero a
en un libro: La Reina del Pacífico / Es la ciedad narca”. El libro de Scherer Gar- su lado estos lucen serranos, campesinos.
hora de contar. cía es virtuoso al describir este aspecto: La pulcritud de sus palabras compite,
Se trata de un documento impres- pocas veces ha quedado tan claro que el en amplios tramos del libro, con las del
cindible por la pesadilla que vive hoy el tráfico de drogas es el negocio oficial en mismo entrevistador (de quien, confiesa,
país; por la calidad del autor, uno de los buena parte del territorio nacional; que nunca había escuchado): “La sangre de
consagrados del periodismo mexicano, el dinero que genera, y el tiempo que ha la muerte real no se ve en las pantallas ni
y por la importancia de la entrevistada. durado, ha permitido “formar” a miles queda en los ojos. Es sangre inocente que
No debe verse como un abecé del narco, de mexicanos; que los herederos van to- no se pierde y duele para siempre. Sabría
aunque todos los que importan están mando, de manera natural, las riendas de en la edad adulta que esa sangre pasa a
aquí. Es más bien una especie de mea la policía, los cárteles o la administración reunirse con la propia sangre”, dice ella.
culpa cargada de datos cifrados, un viaje pública como si fueran (y en muchas re- La Sandra Ávila que dibuja Scherer
guiado por el inframundo, un mapa que giones lo son) una misma cosa. no usa las entrevistas para desahogarse;
permite atar cabos. “Yo no soy turista Del libro, aparte del encanto del más bien parece calcular el impacto del
en el mundo del narco”, confiesa ella, personaje, llaman la atención dos libro. “Lo más sucio, pensaba mi marido,
y aclara: “He estado allí y no tendría detalles, no menores. Por un lado, el estaba en el gobierno. Sus hombres, y al-
sentido que negara la realidad. Pero eso coqueteo permanente entre el autor y gunas mujeres ya hasta arriba, se queda-
no me hace delincuente.” la entrevistada; lo suda todo el texto, y es ban con mucho, que todo nadie lo tiene.
La Reina del Pacífico confirma la indig- parte de su atractivo. Un ejemplo: Martha Sahagún, por ejemplo, pertene-
nante relación cotidiana entre los capos ce a esa especie: sin fortuna en la mañana
de la droga, los policías y los militares; Sobre el escote de Sandra Ávila no y ya rica en la noche”, remata. ~
duda de que los muertos y el dinero dejo de admirar la cruz que cuelga de – AlejAndro PÁeZ VArelA
invertidos por la sociedad y el Estado una larga cadena. La cruz mide unos
mexicanos durante los últimos meses sir- cinco centímetros y llega al inicio de
van de algo para contener a la Hidra de la apertura de los senos. Podría ser NARRATIVA
Lena; y demuestra que la corrupción es
el origen de ese monstruo ingobernable.
una pequeña obra de arte, pienso.
–Mi mamá la heredó de su madre
Los enfermos reales
Sin hacerlo explícito, cada una de las y mi madre me la regaló la última vez
Dino Buzzati
historias que teje la dama hacen ver qué que nos vimos. Yo ya estaba en la fuga. El colombre
tan ridículas, demagógicas e ingenuas ‘Que te cuide’, me dijo mi mamá entre trad. Mercedes
Corral,
son las acciones del gobierno de Felipe caricias y sollozos. Aún siento sus ojos Barcelona,
Calderón: la militarización sin labor de en mi cara y sus lágrimas en mis lágri- Acantilado,
2008, 380 pp.
inteligencia, la persecución que no hur- mas. No me la quito nunca.
ga en el sistema financiero. No es este –Es hermosa –subrayo con el de-
un libro de denuncia, a pesar del enor- seo de que desprenda la cruz de su
me poder de su contenido (con menos cadena y así pueda mirarla deteni-
información, redactores sin escrúpulos damente, sostenida en la mano.
lanzan dos, tres libros al año en los que –Se la muestro –me dice sin des-
“redescubren” la “realidad” de temas prenderse de la cruz. La famosa
que venden en las mesas de noveda- –Una joya. invasión de
Sicilia por los
des: que si las muertas de Juárez, las matavie- osos
jitas o los caníbales). Si conduce a sacar con- El periodista está, sin duda, interactuan- trad. María
Estébanez,
clusiones, no se permite señalar dónde do con su fuente, una firma de autor que Madrid, Gadir,
está Heracles: la misma mujer que habla se repite en otras entrevistas de Scherer: 2004, 146 pp.

de la despenalización de las drogas exhi- su intercambio de regalos con Carlos


be la colusión de las autoridades (inclu- Hank González (en La terca memoria) o
yendo a su propio esposo, un comandante el tuteo con Rafael Caro Quintero (en
narco muerto en una vendetta). Cárceles), por ejemplo.
Sandra Ávila podría no ser la Reina El otro detalle estriba en la elegancia Afectado por una molestia
del Pacífico; qué va: podría ser inocente de las respuestas de la mujer, profunda- menor, Giuseppe Corte se interna en una
de los delitos por los que el gobierno mente inteligentes y estructuradas. San- clínica en que los enfermos son distribui-
federal, en su campaña de espots, ya la dra no es Caro Quintero ni Miguel Ángel dos según la gravedad de su dolencia:

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los que sufren males ligeros quedan en van humanizando a partir de los vicios, burlándose de un compañerito llamado
el séptimo piso y en el sexto las enfer- pues ahora les gusta el alcohol, el juego Adolf Hitler. Los ecos de las guerras apa-
medades siguen siendo leves, pero en y sobre todo el lujo (a pesar del calor, les recen con frecuencia y repercuten hasta
el quinto piso y en el cuarto el asunto ya encanta vestirse con redundantes abri- en el sosegado paisaje del jardín noctur-
es de cuidado, y el tercero y el segundo gos). Es esta una fábula sobre el poder no, cuando las amebas, los musgos, las
son sólo recursos extremos para evitar el que moraliza muy poco: si enseña algo es larvas y las arañas se entrampan en si-
desenlace de siempre: un médico cierra más bien a desconfiar de los profesores. lenciosas batallas campales. Porque tam-
las persianas del primer piso en señal de No es casual que un castigo temible en bién el silencio es tensión, microscópica
duelo y enseguida las reabre para recibir la Sicilia de los osos sea aprenderse de amenaza: “La casa misma parecía estar
a un nuevo enfermo terminal. memoria “poesías educativas” como “La a la espera de algo, como si las paredes,
El cuento es de Dino Buzzati (1906- cigarra y la hormiga”. las vigas, los muebles, todo, estuvieran
1972) y no es difícil conjeturar cómo si- Sesenta relatos, en tanto, incluye casi aguantando la respiración.”
gue: en los relatos de Buzzati siempre todos los grandes cuentos de Buzzati, La versatilidad de Buzzati encubre,
hay alguien que espera o es esperado, o entre ellos el ya citado “Siete pisos” y una por cierto, un apego enorme a sus esca-
bien un gran acontecimiento –una tor- lista larga que si fuera rigurosa agotaría el sas e intensas obsesiones: la inminencia
menta, una batalla o, para no ir tan lento, espacio destinado a esta reseña. Hay que de un ataque, de un giro sorpresivo que
el mismísimo fin del mundo– se demora mencionar, al menos, “Los siete mensaje- era, tal vez, esperable; la soledad de un
o se consuma mientras los personajes ros”, “El niño tirano”, “El derrumbe de la hombre cuyo dolor es, para el mundo,
permanecen aislados en el interior de Baliverna”, “El perro que vio a Dios”, “El una anécdota apenas digna de ironías
alguna idea obsesiva. Esta vez Giuseppe platillo se posó” y “El hermano cambia- más o menos cariñosas. No viene mal
se dispone a esperar, en la quietud del do”, entre muchísimos otros. El colombre, recordar a propósito, finalmente, ese pa-
séptimo piso, el breve tiempo que debe- en cambio, es una colección menos pa- saje de El desierto de los tártaros en que, con
ría tomar su curación, pero ya sabemos reja, por momentos cercana a la crónica tibia sensatez, Giovanni Drogo intuye su
que la enfermedad va a complicarse; ya o agotada en parodias no siempre con- destino: “Es difícil creer en algo cuando
sabemos que, siguiendo razones absur- vincentes. Pero con Buzzati funciona la uno está solo y no puede hablar de ello
das y a la vez muy sensatas, el personaje teoría de la indulgencia: nos reímos igual, con nadie. Precisamente en esa época
descenderá irremediablemente. bajamos la guardia y permitimos, incluso, Drogo se dio cuenta de que los hombres,
Pocas obras provocan la complicidad diez o veinte cuentos “de entremedio” por mucho que se quisieran, siempre per-
total que se da en El desierto de los tártaros, (eso respondió John Ashbery cuando le manecen alejados; si uno sufre, el dolor es
y en los cuentos reunidos en Sesenta relatos preguntaron cómo ordenaba sus libros completamente suyo, ningún otro puede
(2006) y El colombre (2008), dos títulos cuyo de poemas: como todo el mundo, los tomar para sí ni una mínima parte; si uno
rescate hay que agradecer a la editorial buenos al comienzo y al final y los demás sufre, no por eso los otros sienten daño,
Acantilado. Ya que estamos de agrade- entremedio). Consecuentemente, el libro aunque el amor sea grande, y eso provoca
cimientos: en los últimos años el sello empieza con algunas piezas magistrales la soledad en la vida.” ~
Gadir ha publicado las novelas El secreto (“La creación”, “La lección de 1980”), y – Alejandro Zambra
del Bosque Viejo, Un amor, El gran retrato, cierra con “Viaje a los infiernos del siglo”,
Bàrnabo de las Montañas y dos volúmenes una especie de nouvelle en que el reportero
verdaderamente raros, que permiten ca- Buzzati –quizás anticipándose a los giros
librar –y admirar– la osadía artística del del “periodismo narrativo”– relata sus
escritor dibujante: Poema en viñetas, una aventuras en una ciudad que se parece
novela gráfica avant la lettre que alucinaría a Milán pero es el Infierno. (“Era tran-
a Wong Kar-wai, y La famosa invasión de quilizador el hecho de que los letreros
Sicilia por los osos, un cuento en verso y prosa de las tiendas y los carteles publicitarios
con dibujos bellos y delirantes que harían estuvieran escritos en italiano y se refirie-
palidecer –aún más– a Tim Burton. ran a los mismos productos que nosotros
La famosa invasión de Sicilia por los osos es utilizamos diariamente”, dice de pronto,
la historia de Leoncio, el rey de los osos, con suma elegancia, el narrador.)
que va a Sicilia a recuperar a Tonio, su En el mundo de Buzzati los hombres
pequeño hijo, capturado por los hom- se enamoran de sus autos (una obsesión
bres y convertido en curioso equilibrista del autor, cuya critica a la modernidad tal
(lo llaman, para denigrarlo, Goliat). El vez oculta un entusiasmo genuino por los
relato es divertidísimo y oscuro: los osos modelos cada vez más veloces), mientras
toman el poder y gobiernan con sabi- que los jóvenes salen a la calle a golpear
duría durante años, pero poco a poco se a los viejos, y los niños se pasan la tarde

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Thomas Bernhard. Esto hace, ahora, hombre a su lado exprime, roba, mata.
TEATRO con las fábulas de Blancanieves, Ro- Hablando de imágenes: si a usted no le
Estereotipos femeninos samunda y la Bella Durmiente: vuelve
a ellas no para reescribirlas sino, bruja,
gustan las obras de Jelinek, es probable
que tampoco disfrute las fotografías de
para envenenarlas. Digamos que, en vez Cindy Sherman. Cuánto lo sentimos.
Elfriede Jelinek
La muerte de parodiar estas historias o de adaptar Esta es una de sus fotografías:
y la doncella I-V sus elementos al mundo actual, aprove-
trad. Ela
Fernández cha la inercia de los relatos para dispa-
Palacios, rarlos contra algún muro y destrozarlos.
introd. Brigitte
E. Jirku, Blancanieves conversa con un cazador,
Valencia, hasta que su discurso se agota y una
Pre-Textos,
2008, 144 pp. bala la aniquila. La Bella Durmien-
te discute con el Príncipe, hasta que su
discurso aburre y el Príncipe –disfraza-
do de conejo– la somete sexualmente.
Para esta hora es posible que Rosamunda debate con Fluvio, hasta
usted ya esté cansado de leer sobre que su discurso fracasa y ella misma
escritores radicales, obras estridentes, reconoce que su voz –“Mi voz. Mi
estéticas subversivas. Cuánto lo senti- voz. Mi voz”– “no dice nada”. Pero no La modelo que aparece en la fotografía
mos. Esta reseña no pretende otra cosa piense usted que el otro par de obras es, justamente, Cindy Sherman. Tam-
que celebrar a una autora radical, estri- es menos terrible. Por el contrario: es bién es Cindy Sherman quien posa, tan
dente, subversiva. Ocurre que acaba de difícil encontrar dos obras más pertur- delicada, en esta imagen:
aparecer en español un nuevo libro de badoras en la literatura contemporá-
Elfriede Jelinek (Austria, 1946) y el libro nea. En una, Jackie Kennedy aparece
es maestro. El tomito se llama La muerte de pésimo modo –frívola y estúpida,
y la doncella y contiene cinco escuetas colgada de un vestido, demasiado rica y
obras teatrales, además de un breve poderosa como para ser, además, respe-
ensayo a manera de epílogo. Las tres table– mientras recuerda trivialmente
primeras obras –en rigor, tres diálogos a sus muertos. En la otra, Silvia Plath
de un acto– se entretienen con historias –enfundada en un traje de baño– e Inge
y personajes ya clásicos: Blancanieves, Bachmann –disfrazada con un vestido
la Bella Durmiente y la Rosamunda tradicional austriaco– dialogan al tiem-
creada por Wilhelmina von Chézy y po que matan un carnero, preparan un
musicalizada, en una ópera, por Franz sopa, limpian con productos domésti-
Schubert. Las dos restantes tienen como cos un muro de cristal que parece mar- Las imágenes vienen al caso porque
protagonistas a Jacqueline Kennedy, ginarlas del mundo. Decimos Jackie, Sherman y Jelinek trabajan, más o me-
rigurosamente vestida de Chanel, y a Silvia e Inge pero, en realidad, las obras nos, del mismo modo: no atienden tan-
Silvia Plath e Inge Bachmann, poetas no tratan sobre ellas. Aunque Jelinek to a las mujeres como a los estereotipos
y suicidas. No piense usted que las tres aprovecha algunos elementos de estas femeninos. Un minuto antes de salir a
primeras obras son nuevas versiones de mujeres, no compone obras biográficas la calle y disparar su cámara sobre los
viejos relatos ni que las otras dos tratan ni dibuja con detalle a sus “doncellas”. peatones, Sherman reconoció que ya no
sobre las mujeres señaladas. Nada es También eso: Jelinek trata malamente a había mundo ni sujetos; sólo imágenes
así de sencillo en los libros de Jelinek. sus personajes. Opuesta a todo psicolo- y estereotipos. Como era inútil retratar
Para empezar, esta mujer rara vez cons- gismo, no construye caracteres finos ni, a los demás, prefirió quedarse en casa e
truye relatos sólidos y durables. Antes menos, “redondos”; más bien recarga interpretar ella misma los clichés feme-
que levantar historias propias, utiliza la tinta hasta hacer, de sus personajes, ninos. Algo semejante practica Jelinek:
algunas anécdotas públicas –estampa- deliberados estereotipos. Aquí, las seis no escribe acerca de las mujeres sino,
das en libros o en la nota roja– y no mujeres hablan y hablan y las palabras, mejor, acerca de las imágenes que repre-
se detiene hasta descomponerlas. Eso en lugar de definirlas, las desdibujan. sentan y gozan y padecen las mujeres.
hace, por ejemplo, en Los excluidos (1980) Mientras más protagónicas, menos Menos diversa que Sherman, vuelve
y en Obsesión (2005), dos de sus novelas: nítidas y particulares. Al final cada una y otra vez a las mismas obsesiones:
suma casos policíacos para componer una parece estar ahí para alimentar una el capitalismo rapaz, la servidumbre del
(y enseguida descomponer) un retrato imagen única: la de la mujer que, más sexo, el hombre como lobo de la mujer.
de Austria no menos brutal que los de tarde que temprano, descubre que el Más contundente, sube estereotipos al

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escenario y no descansa hasta que ellos fuentes de información, muchas veces Parte del valor de este extenso es-
mismos terminan por contradecirse, complementarias. Entre estas obras se tudio reside en la relatoría de las cáte-
fulminarse. Se equivoca usted si piensa encuentra Cien años de confusión (2007), dras impartidas por Gómez Morin en la
que todo esto es demasiado frío e inte- de Macario Schettino, que devela al- Escuela de Jurisprudencia –más tarde
lectual. Al revés: es apasionado, echa gunas de las falacias que el oficialismo Facultad de Derecho de la uNAM–, en
lumbre y calcina. (Es obvio que cuan- impuso para construir un régimen a las que emergen conceptos que regirán
do aquel personaje de Aldous Huxley la medida de la necesidad del grupo un pensamiento que encontraba en el
se quejaba de que en las novelas las gobernante. Destaca también la con- derecho el cauce necesario para condu-
mujeres no menstrúan, aún no se cono- vocatoria lanzada hace unos meses por cir a la sociedad. De igual modo, esta
cía la obra de Jelinek, toda sangre.) Se el suplemento Enfoque del periódico época –marcada en el contexto interna-
equivoca usted, otra vez, si piensa que Reforma a diez diseñadores para reali- cional por el amanecer de la urss– des-
hemos terminado. No se puede con- zar el cartel del centenario; abundaron taca por las consideraciones de Gómez
cluir una reseña sobre Elfriede Jelinek las cananas, los colores rojo y negro y Morin acerca del municipio y de un
sin alabar los repetidos fogonazos de su los monumentos totémicos, salvo en el sistema de protección social y derechos
prosa, incluso traducida. Un ejemplo: trabajo de Gonzalo Tassier, quien pre- mínimos que garantizara condiciones
“Yo estoy metida en el horno, los niños sentó la fotografía de un trompo verde, de vida dignas a la clase obrera. No se
en las sartenes, contra las que los estrellé blanco y rojo girando sobre su eje, quizá abunda demasiado en sus reflexiones o
como huevos fritos.” ¿Que no le gusta? como una nueva lectura –gráfica– ya anotaciones sobre el socialismo nacien-
¡Cuánto lo sentimos! ~ no de una lucha armada sino de sus te, pero se deja en claro la apertura de
– rAFAel lemUS ideales: transformación y desarrollo, miras, la búsqueda incesante de alterna-
movimiento. tivas, la consideración de otras visiones
Es bajo esta visión de la historia capaces de enriquecer la propia.
BIOGRAFÍA que el libro de María Teresa Gómez Esa fue la actitud de Gómez Morin
Para completar la historia Mont, Manuel Gómez Morin, 1915-1939,
rescata una etapa de la vida de uno de
cuando se debatía la autonomía de la
Universidad: defendió la libertad de
los hombres que el mito fundacional cátedra –opuesta a la educación socia-
María Teresa
Gómez Mont de la nación hizo a un lado. No deja de lista propuesta por Cárdenas– como
Manuel Gómez sorprender que los veinticuatro años signo de la educación superior. En este
Morin, 1915-1939
México, FCE, comprendidos requieran las casi mil caso, es de gran valor el rescate de epís-
2008, 998 pp. páginas del volumen, ni que este haya tolas y testimonios que dan cuenta de
sido publicado en la colección “Vida y las meditaciones personales del joven
pensamiento de México” del Fondo de abogado.
Cultura Económica, que ha rescatado Durante su desempeño como agen-
a algunos autores relegados por la his- te financiero, asesor o empleado de go-
toria oficial. Así, la exhaustiva inves- bierno, la política le jugó mal a Gómez
tigación detalla el talento de Gómez Morin. No fueron pocos los proyectos
Morin para imaginar una vida institu- frustrados casi de inmediato por la in-
Toda nación tiene entre sus cional y llevarla a la práctica –lo que eficacia gubernamental o por coyunturas
altares propios, para mal y para bien, Enrique Krauze llama “creatividad”–, políticas y militares que anteponían los
mitos fundacionales que marcan épocas ya fuera como fundador del Banco de intereses de un grupo al bienestar ge-
y construyen un imaginario que asegura México, agente financiero del gobier- neral. La consecuencia fue el disenso
un sentido de pertenencia, de identi- no de Obregón en las negociaciones y el abandono de toda relación con el
dad, una cultura. En el caso del México petroleras con Estados Unidos o esbo- gobierno por parte de Gómez Morin,
contemporáneo, uno de esos comienzos zando reglamentos sobre impuestos quien sintetizará en un proyecto nuevo
lo marca la Revolución de 1910, un ama- en la Secretaría de Hacienda. El libro lo aprendido en los diversos rubros es-
sijo donde la realidad se mezcló con el ahonda en el Archivo Gómez Morin tudiados y conocidos de cerca (cinco, a
mito y devino una ideología que sirvió (iTAM) para nutrir con correspondencia decir de la autora: el derecho, la econo-
para establecer, justificar y difundir una y textos inéditos la percepción que este mía, las finanzas, la edición y la educa-
sola visión histórica llamada, sin rubor, tenía de las responsabilidades que le ción). En 1939 nace así el Partido Acción
“oficial”. fueran asignadas antes de cumplir los Nacional, con el objetivo de rescatar los
No han sido pocas las plumas que, treinta años, edad en la que denotaba valores de la Revolución ultrajados y ma-
con motivo del próximo centenario de ya una visión alternativa de las necesi- nipulados por un poder convencido de
la Revolución, han ahondado en el si- dades y oportunidades de desarrollo ser representante de todo lo que llevara
glo xx para releerlo a la luz de nuevas de su país. el apellido “revolucionario”.

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En la última parte del libro –“A ma- ta, una risa o un gemido, podemos velada está condenado a ofrecer los
nera de colofón”– la autora recupera imaginar una historia. Al observar a detalles de su vida íntima.
las diversas iniciativas y leyes que el un peatón, una cara, un gesto o una Tal cual. Desde la mesa, el protago-
PAN ha defendido para fortalecer los mirada, podemos imaginar una vida. nista, un autor sin nombre, a partir de
muchos legados de su fundador, desde Vemos, por ejemplo, a un hombre en la una risa socarrona, esboza a un político
las recientes reformas electorales, el for- calle. Desplaza su peso de una pierna de segunda fila que vive con su madre.
talecimiento del municipio y las leyes a otra, enrolla y desenrolla un perió- Lo llama Arnold Bartok. La recitadora
de transparencia y autonomía hasta la dico mientras espera cruzar la calle. de algunos fragmentos de la novela que
estabilidad económica de los sexenios Ese hombre, además de un periódico se presenta, Ruhele Reznick, colecciona
panistas. bajo el brazo, tiene una esposa. Tiene cajas de cerillos de hoteles internaciona-
Contemporáneo de una época mar- un departamento, un trabajo y hasta es les. Yuval Dahán, sentado, escuchando
cada por grandes nombres, el personaje autor de un libro. Como si la vida de la lectura, es un joven poeta cuyos pri-
que dibuja Gómez Mont se incorpora al ese hombre estuviera hecha de muros meros versos firma con la mano temblo-
historial de mujeres y hombres que se de cristal. Pero ¿por qué imaginamos rosa cambiando su apellido. Yeruham
esforzaron en construir un pensamiento historias, vidas? Tal vez porque imagi- Shadmati, un erudito que comparte la
crítico porque descubrieron, como Oc- nar es una forma de comprender, por mesa con el autor, suele lamer con
tavio Paz, que la revolución era hija de la ejemplo, a un desconocido. Imaginar la lengua el pegamento al reverso de los
crítica y que la ausencia de crítica había es, sobre todo, una forma de compren- sobres. Al salir a la calle pasa lo mismo
matado a la revolución; que pensaron der lo desconocido. con otros peatones. Mientras uno y otro
las preguntas y señalaron las respues- Imaginar es la ficción de todos los ganan nombres y apellidos, el autor y
tas con esa inquietud que distinguió a días. Es un receso de la vida real, uno narrador no tiene nombre; es la suma
una de las generaciones que mejor supo que puede ser soleado o tormentoso. de los personajes que inventa. El autor
escuchar y responder al llamado de su Aquí, una de sus características: la ima- es lo que imagina.
tiempo. Sin dejar de lado ninguna de ginación llega lejos, llega al extremo En este caso, la anécdota es la for-
las actividades realizadas por Gómez que quiere. Porque ir allá, volar inmó- ma: vemos todas las caras de la perino-
Morin en sus primeros años, el libro vil, es natural y necesario. Pero, por la, todos toman voz. La novela se vale
se suma a las iniciativas por reconocer obvio que suene, una cosa es imaginar de todas las voces y todos los tiempos pa-
la pluralidad de visiones y de actores la vida de un hombre que cruza la calle ra contar. Aquí, su luminosidad. Como
responsables de la democracia en Méxi- y otra es llevarlo a la literatura. Versos en un paseo, las historias imaginadas
co, iniciativas que descubren que decir de vida y muerte de Amos Oz (Jerusalén, por el autor toman las desviaciones ne-
Revolución es aludir a algo más que a 1939) lo hace. cesarias para llegar a los detalles que
un mito reduccionista de la realidad La historia de un hombre que ima- dan vida a los personajes. Desviaciones,
mexicana, a algo alejado de las cananas gina las vidas de otros. El protagonista no atajos. Los personajes, en la mente
y los monumentos oxidados. ~ apenas ve algunos rasgos, imagina y del autor, se relacionan. Todos, tanto en
– CArloS CASTIllo lÓPeZ narra las historias. La anécdota ocu- la cafetería como el público en la velada
rre en el decurso de algunas horas, de literaria, tienen que ver. Llega lejos para
la tarde a la madrugada, mientras la relacionarlos y este es un punto ciego.
NOVELA mente del protagónico viaja al minuto ¿Por qué todos están relacionados?
Leer la imaginación que quiere de otras vidas. El narrador,
un autor de 42 años, antes de ir a una
Este, un capricho de la imaginación,
hace que la novela tenga un punto débil.
velada literaria hace una parada en La luz, allí, enceguece.
Amos Oz
Versos de vida una cafetería. Imagina el primer amor Con esta novela, Oz se erige como
y muerte de la mesera que lo atiende. Su primer un esteta de la imaginación. Desde los
trad. Raquel
García Lozano, novio la llamaba Gogog en la cama, y márgenes de la literatura –que si la
Madrid, Siruela, por las noches, en un cuarto de hotel, le cafetería, que si la presentación de un
2008, 127 pp.
abría los labios con la punta de la nariz. libro– retrata a un autor que imagina
La misma suerte corren dos hombres historias, y esa es la trama y su forma.
en la mesa contigua: el protagonista Desde la periferia, reflexiona sobre la
los nombra, les inventa una charla y, recepción de un libro escribiendo uno.
de paso, una vida. Abandona el café Y arroja una pregunta al lector, que,
con un inventario de más de tres his- cortesía de la casa, responde. ¿Para qué
Imaginar es una forma de torias. Llega al centro cultural donde escribir lo que se imagina? Para eso,
comprender. Al escuchar el fragmento se presentará y debatirá un libro de para que exista. ~
de una conversación, una frase suel- su autoría. El público que asiste a la – brendA loZAno

octubre 2008 Letras Libres 99

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