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20. 3 EL JUEGO Y LA APUESTA
• Se trata tal vez del supuesto más antiguo de contrato aleatorio, donde el azar decide no tanto la equivalencia sino
algo más: quien será deudor y acreedor, y, la consiguientemente, la atribución de los dºs y obligaciones a una y otra de
las partes.
• El CC no contempla el juego en si mismo considerado, sino en cuanto instrumento de apuesta, de tal modo que las
“deudas de juego” son “deudas de apuestas”. Por lo tanto, el juego es un mero hecho necesario, en cuanto productor del
alea, para que surja el contrato de apuesta, que es lo que tiene relevancia para el Dº, de tal modo que es posible un
contrato apuesta sin la concurrencia del juego, recayendo el alea sobre la exactitud una afirmación, como, por ejemplo,
apostar sobre quien será el próximo presidente de un club de fútbol o quien pisó por primera vez la Luna.
• En cualquier caso, la apuesta no puede ser unilateral (de ser así, estaríamos ante una donación condicional). El
contrato apuesta, además de aleatorio, es bilateral, oneroso, consensual, sinalagmático y no sujeto a forma alguna.
Distinción entre juegos prohibidos y no prohibidos:
a) Juegos prohibidos:
• El art. 1798 establece que “la ley no concede acción para reclamar lo que se gana en un juego de suerte, envite
o azar; pero el que pierde no puede repetir lo que haya pagado voluntariamente, a no ser que hubiese mediado dolo,
o que fuera menor, o estuviera inhabilitado para administrar sus bienes”, y, consiguientemente, el art. 1799 donde se
establece la misma prohibición para “las apuestas que tienen analogía con los juegos prohibidos”.
• Existen ciertos juegos que se encuentran prohibidos por incumplir la normativa, como, por ejemplo, el desarrollo
en locales no autorizados.
• A los juegos no autorizados y los que, pese a estar permitidos, se practican en lugar carente de autorización
administrativa, es aplicable el art. 1798, con independencia de las sanciones administrativas y demás
responsabilidades en que se pudiera incurrir. Dicho precepto establece las siguientes consecuencias jurídicas:
irrepetibilidad del pago e inexigibilidad del pago (al carecer de acción para reclamar).
b) Juegos no prohibidos:
• El art. 1800 establece que “no se consideran prohibidos los juegos que contribuyen al ejercicio del cuerpo,
como son los que tienen por objeto adiestrarse en el manejo de las armas, las carreras a pie o a caballo, las de
carros, el juego de pelota y otros de análoga naturaleza”. Deben extenderse lícitos, por tanto, los juegos que
contribuyan a potenciar el ejercicio del cuerpo, no solamente su aspecto fisicomotriz, sino también intelectual (ajedrez,
etc.).
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• También son lícitos los juegos de suerte, envite o azar autorizados y que se practiquen en un lugar también
autorizado para ello.
• En cuanto a los efectos, el art. 1801.1 dispone que “el que pierde en un juego o apuesta de los no prohibidos
queda obligado civilmente”.
• En otro orden el art. 1801.2 establece que “la autoridad judicial puede no estimar la demanda cuando la
cantidad que se cruzó en el juego sea excesiva, o reducir la obligación en lo que excediere de los usos de un buen
padre de familia”, debiendo tener en cuenta tanto las circunstancias objetivas (cantidad adeuda, naturaleza del juego),
como subjetivas (personales y familiares), así como si se trata al jugador habitual.
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rentista, sino simplemente el nacimiento de una relación obligatoria en cuya virtud el deudor quedar vinculado a
satisfacer dicha renta o pensión.
b) El dº de pensión o renta:
i) La pensión: no tiene porque consistir en una suma dineraria, pudiendo estribar en la entrega de cualquiera otro
tipo de bienes muebles o bien parte en dinero y parte en cosa mueble o inmueble. En cualquier caso es
imprescindible que sea fija y determinada.
ii) Periodicidad de la renta: no es necesario que se efectúe anualmente pudiendo las partes estipular períodos
distintos; incluso, cabe la posibilidad de satisfacer la renta por plazos anticipados.
iii) Satisfacción de la renta: la renta correspondiente al año en que muere el que la disfruta, se pagará en
proporción a los días en que hubiese vivido.
iv) Incumplimiento y aseguramiento del pago de la renta: la falta de pago de las pensiones vencidas no
autoriza al perceptor de la renta vitalicia a exigir el reembolso del capital ni a volver a entrar en la posesión del
predio enajenado; sólo tendrá dº a reclamar judicialmente el pago de las rentas atrasadas y el aseguramiento
de las futuras.
• Además de las causas generales de nulidad, el art. 1804 contempla un supuesto específico de nulidad que la
mayoría de la doctrina entiende radical o de pleno dº: muerte o enfermedad causantes de muerte.
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2º Voluntad de las partes de poner fin a la situación de incertidumbre.
3º Reciprocidad de las concesiones acordadas.
CARACTERES:
a) Contrato consensual.
b) Contrato bilateral o sinalagmático y simultáneamente recíproco.
c) No exige forma solemne alguna, de acuerdo con el principio de libertad de forma.
SUJETOS:
• Según el CC los padres pueden transigir los bienes y derechos de los hijos bajo la patria potestad se aplicarán las
mismas reglas que para enajenarlos, por su parte el tutor no puede transigir sobre los derechos que tiene en guarda, sino
en la forma prescrita en el CC. En ambos se contempla la exigencia de autorización judicial, la ausencia de la misma dará
lugar a la nulidad radical de la transacción.
• Referido a las personas jurídicas, establece que las corporaciones que tengan personalidad jca sólo podrán
transigir en la forma y con los requisitos que necesiten para enajenar sus bienes.
OBJETO:
• El art. 1815 establece que pueden ser objetos los expresados determinantemente en la transacción, o que, por una
determinación necesaria de sus palabras, deban reputarse comprendido en la misma.
• Por su parte el art. 1814 dispone que “no se podrá transigir sobre el estado civil de las personas, ni sobre las
cuestiones matrimoniales, ni sobre los alimentos futuros”.
NATURALEZA: el debate doctrinal sobre la naturaleza de la transacción se centra en determinar si ésta se
limita a declarar (tesis declarativa) una situación jurídica preexistente o bien si presupone una transmisión
de dºs y, por tanto, altera, varía o modifica la relación jurídica que antes fuera incierta (tesis traslativa).
En la práctica es admisible tanto un defecto declarativo como traslativo de la transacción.
EFECTOS: la transacción tiene un doble orden de efectos: efectos inter partes, y posibles efectos para con los 3°:
a) La excepción de cosa juzgada: el art. 1186 dispone que “la transacción tiene para las partes la autoridad de cosa
juzgada; pero no procederá la vía de apremio sino tratándose del cumplimiento de la transacción judicial”. Ello
quiere decir que las partes dan por resuelta definitivamente la cuestión, quedando obligados, consiguientemente, a no
volver a plantear de nuevo la cuestión controvertida.
b) Retroactividad de la transacción: en términos generales, debe defenderse que, entre las partes, la transacción tiene
efectos retroactivos respecto de los dºs y obligaciones de los transigentes. Sin embargo, no existe precepto alguno en
el CC que permita sustentar dicha opinión; ni, por otra parte, hay norma imperativa alguna que imponga tal resultado a
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los sujetos de la transacción. Lo normal será que los propios transigentes se pronuncien sobre este particular en el
contrato de transacción. Es indiscutible eventual retroactividad del acuerdo transaccional no afecta a terceros
c) La aplicabilidad del art. 1124: por otra parte, se ha discutido sobre la posibilidad de instar judicialmente la resolución
del contrato de transacción en caso de que una de las partes del mismo no lleve a cabo el cumplimiento de las
obligaciones que sobre ella recaen. A este respecto el art. 1124, que establece que una vez establecido los dºs y
obligaciones de las partes a través del contrato de transacción seguirá siendo posible accionar judicialmente ante el
incumplimiento de la contraparte. Con carácter general es de aplicabilidad el citado precepto.
CAUSAS DE INEFICACIA del contrato de transacción: la transacción queda sometida a las reglas generales en
materia de ineficacia contractual.
a) El error en la transacción: señala el art. 1817 que la transacción en que intervenga error, dolo, violencia o falsedad de
documentos, está sujeta a lo dispuesto en el art. 1265 (será nulo el consentimiento prestado por error, violencia,
intimidación o dolo). Sin embargo, no podrá una de las partes oponer el error de hecho a la otra siempre que ésta
se haya apartado por la transacción de un pleito comenzado.
b) El dolo en la transacción: el art. 1818 dispone que el descubrimiento de nuevos documentos no es causa para anular
o rescindir la transacción, si no ha habido mala fe. El problema se plantea respecto de la ocultación maliciosa por
un 3° que no es parte en el contrato de transacción, y si bien será posible el ejercicio de una acción de daños y
perjuicios, estimamos que bastará poner en relación la mala fe del 3° con alguno de los transigentes para que fuera
factible el ejercicio de la acción de impugnación.
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EFECTOS del arbitraje: el laudo: una vez concluido el procedimiento arbitral, los árbitros ponen fin a la controversia
sometida a su conocimiento mediante una decisión que recibe el nombre del laudo: resolución acordada por los árbitros
que, una vez firme, tiene el mismo valor y eficacia que una sentencia, produciendo los efectos de cosa juzgada, frente al
que sólo cabrá solicitar la revisión conforme a lo establecido en la LECi para la sentencias firmes.