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Abr 2001

RICHARD BOYATZIS

Punset:
Exceptuando algunos trabajos muy duros, de los cuales se ocupan
los robots, desde un punto de vista fisiológico -o físico- no hay
muchas razones que expliquen el motivo por el cual la gente se
siente tan aburrida o a disgusto o angustiada en su trabajo. ¿De
dónde viene pues, todo este stress, esta ansiedad?

Richard:
La creamos nosotros. A menudo las personas que estamos a cargo
de la gestión en las organizaciones creamos ambientes que son
disfuncionales. Por la misma razón podríamos preguntarnos, por
qué los humanos, que básicamente son criaturas amorosas,
entablan guerras. Lo que quiero decir es que estas cosas nos las
infligimos a nosotros mismos, los unos a los otros, y son cosas que
van contra el espíritu humano. En los ambientes de trabajo... no
hay nadie que quiera ir a su trabajo y aburrirse, nadie quiere
invertir su tiempo en algo que resulte insignificante, que no aporte
nada. Todos queremos formar parte de algo, encontrar sentido a
nuestras vidas, sentir que nuestro tiempo es útil de algún modo:
queremos sentirnos bien con nosotros mismos y con la gente que
nos rodea. Cuando se crean ambientes de trabajo estresantes,
resultan negativos y dañinos, no sólo nos afecta psicológica y
emocionalmente, sino que también afecta nuestra actuación.

Punset:
Así que lo que sugieres, Richard, es que la gestión [de los
directivos] no es muy buena. Y esto probablemente es un
problema, ¿no?, en un momento en el que todo el mundo dice que
lo único que importa es la gente, los recursos humanos y el
conocimiento de las personas.

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Richard:
Parémonos a pensar lo que se ha escrito sobre los líderes y el
liderazgo en los últimos 3.000 o 4.000 años en los textos antiguos
de la China o de Grecia, etc. Creo que esta fascinación es debida a
que esperamos algo diferente de las personas que se encuentran
en posiciones clave dentro de las organizaciones. Y sin embargo,
incluso hoy, con todos los supuestos avances, encontramos
todavía personas en puestos en los que no les es posible utilizar
sus capacidades y experimentar el interés que deberían sentir. La
consecuencia principal es que queda mucho por mejorar y nos
asegura empleo de por vida a los profesores de dirección como tú
y como yo.

Punset:
¿Por que no probamos una cosa a ver si la gente se siente
naturalmente interesada? Me ha interesado mucho en tus libros y
en tus conferencias un ejercicio en que das a la gente tres
opciones. ¿Por qué no miras a la cámara que debe estar por ahí, y
les propones a nuestro público este pequeño ejercicio? Luego
continuaremos nuestra conversación y volveremos a hablar con el
público cuando hayan terminado el ejercicio. ¿De acuerdo?

Richard:
Lo que haremos será empezarlo, ya que lleva mucho tiempo,
semanas o incluso meses, puesto que exige mucha reflexión. Pero
vamos a hacer una pausa para reflexionar, como ha dicho
Eduardo, relájense un momento y vamos a intentar uno de estos
tres ejercicios:
El primero consiste en imaginar una de las 27 cosas que le
gustaría hacer o experimentar antes de morir. Empiece a producir
imágenes mentales o a hacer una lista de las cosas posibles. Si
esto no le parece atractivo puede intentar un ejercicio alternativo
que consiste en imaginar que ha ganado un gran premio de
lotería, y de pronto se encuentra en las manos el equivalente en
pesetas de 10 millones de dólares (dos mil millones de pesetas).

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Punset:
Mucho dinero.

Richard:
Sí, y dinero neto, después de pagar impuestos. ¿Cómo cambiaría
esto su vida?. La tercera posibilidad es que viajemos hacia el
futuro y nos situemos 15 años adelante: está viviendo su vida
ideal, en el lugar que soñaba, con la gente que más quiere, si el
trabajo es parte de su trabajo ideal, está realizando ese trabajo y
tiene una pequeña cámara de televisión o de internet en la solapa.
¿Qué imágenes grabaría esta cámara de su ambiente, de cómo
transcurre su vida? ¿cuáles son las imágenes visuales que se le
ocurren relacionadas con esta vida ideal dentro de quince años?
Así que mientras nosotros continuamos la conversación, si se
permiten soñar de vez en cuando con estas posibilidades entonces
podremos establecer algunas relaciones.

Punset:
Ya lo ven o ya lo oyen. Tomen unos minutos para hacer el ejercicio
de cuál de las tres preguntas prefieren y bueno, dentro de nada,
de cinco o diez minutos volveremos con Vds. para conocer las
respuesta ¿no?

Punset:
Vamos a ver una cosa. En la base de tu razonamiento hay esta
especie de esperanza de que la gente se interese por lo que hace.
Me pregunto si es fácil sentir interés en tu lugar de trabajo cuando
tienes un jefe incompetente o alguien a tu lado que no te soporta
porque está compitiendo contigo. ¿Crees que es realmente posible
o factible que alguien pueda sentir interés por algo?

Richard:
Creo que cualquier cosa que vaya en menoscabo del espíritu
humano representa la pérdida de un don precioso que es la vida. Y
hay muchas cosas que suceden en la vida para muchas personas

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que están atrapadas por motivos de opresión política, o económica

u otras, y no tienen muchas opciones. Pero muchos de nosotros sí
que tenemos opciones. Si te encontraras viviendo en una situación
que fuera insegura, o insana, en que entrara la lluvia, los olores
fueran tan desagradables, fueran tan horribles que te costara
respirar, lo primero que intentarías hacer es salir, irte a otro sitio.
Si tienes la posibilidad. Creo que es lo mismo en el trabajo. Y la
gente cree que lo mismo sucede en la vida de familia, en las
amistades y relaciones personales. A veces nos encontramos en
situaciones en que estamos con gente que tiene un efecto tóxico.
Es como si respiráramos energía psicológica negativa de ellos,
como si fueran gases nocivos.

Punset:
Esto nos lleva a una cuestión muy importante: la capacidad de la
gente para decidir sobre sí mismos. ¿Qué hacemos con nuestras
emociones? Alguien ha dicho, bueno, tú y Goleman habéis dicho
que en realidad estamos decidiendo acerca de nosotros mismos
como lo hacíamos ya hace 60.000 años, no mucho mejor. ¿es
cierto?

Richard:
Bueno es una comparación difícil de hacer. Hace 60.000 años, o
incluso hace 4.000 años, vivíamos más cerca de las fuerzas de la
naturaleza, más cerca de los ritmos naturales de la vida, el
entorno. Ahora vivimos en entornos controlados química y
artificialmente. Antes vivíamos con la naturaleza. Creo que crear
un ambiente en el que estemos más en contacto con lo que
sucederá con el tiempo con nuestros cuerpos... Mucho de lo que
hemos hecho en lo que llamamos civilización de hecho no ha
hecho sino crear una gran protección respecto a nosotros mismos,
lo cual no es muy bueno, porque como antes sugerías la esencia
del ser humano es sentir antes que pensar y actuar según esos
sentimientos. Los procesos cognitivos o afectivos están
entrelazados y no se pueden separar, por tanto cada vez que se
produce una experiencia nuestra neurología -nuestro cerebro-
funciona de tal forma que recibimos un sentimiento, una

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sensación, y después tenemos pensamientos y esto sucede tan

rápidamente que están relacionados.

Punset:
¿De qué modo la revolución neurológia -hablamos de la década del
cerebro- está afectando a las decisiones de las personas y a la
capacidad de la gente para decidir acerca de sí mismos?

Richard:
Enormemente. Siempre se ha tenido la intuición de que había
interacciones neurofisiológicas que afectaban a la psicología y al
comportamiento, ya que en los últimos diez años ha habido una
explosión de nuevos descubrimientos, en parte gracias a los
diversos aparatos de resonancia neuromagnética que permiten
observar lo que sucede realmente en el cerebro humano, pero lo
que hemos empezado a entender -no sólo en términos de
esperanza posible-, ya que ahora tenemos pruebas reales, es que
hay procesos por los que pasa el cerebro, y que por ejemplo
cuando nos sentimos esperanzados y positivos con respecto a
alguna situación la mayor parte de la actividad eléctrica se
produce en el córtex pre-frontal izquierdo. Un investigador
neurológico y psicológico muy bueno, Richard Davidson, ha
publicado recientemente una síntesis de sus investigaciones y, en
efecto, cuando nos sentimos amenazados o con miedo, o a la
defensiva, es más bien el córtex pre-frontal derecho el que tiene
mucha actividad eléctrica. Esto nos ha ayudado a determinar que
cuando puedes ayudar a alguien, eso cambia el sentimiento
respecto a la situación, de negativo o defensivo a esperanzado, de
hecho lo desplazamos a otra parte del cerebro. Esto nos da pistas
para ayudar a gente a decir por sí mismos y a nosotros mismos.

Punset:
¿Y tú, Richard, qué piensas del cerebro? A veces me pregunto si
este cerebro no tiene sus propios límites y estamos empezando a
ver dichos límites. A menudo decimos que las capacidades de
memoria e imaginación son enormes, ilimitadas, pero cuando

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miramos a nuestro alrededor y vemos lo que sucede ¿no te has

preguntado nunca qué está pasando o qué es lo que falla en el
cerebro?

Richard:
No se si es el cerebro o lo que hacemos con él, pero sí a menudo
me pregunto porqué la gente pasa tanto tiempo haciéndose daño
los unos a los otros e inhibiendo el comportamiento. Pero
pensemos sobre las capacidades. Eduardo, tú has hecho muchas
cosas en tu vida, en tu carrera profesional, y eres famoso en
muchos campos por haber hecho contribuciones importantes, y
estoy seguro que has hecho cosas que mucha gente desconoce. Si
piensas en esta última semana, ¿cuántas de tus capacidades,
cuántas de tus posibilidades individuales has utilizado realmente
en la última semana? ¿Con cuántas de tus relaciones que te
enriquecen has tenido contacto en los últimos días?

Punset:
Con muchas.

Richard:
Sí, pero lo que intuyo es que es un número muy pequeño
comparado con todas las que has hecho en tu vida. Creo que
sucede lo mismo con el cerebro. Tenemos este país enorme e
inexplorado, para citar a Joseph Conrad y a Shakespeare. Ahora
que comenzamos a investigar estas áreas de la mente humana, es
ahora cuando tenemos la capacidad de comprender en parte cómo
funciona. Pero es como en la era del siglo XIX o del siglo XVIII
cuando los naturalistas empezaban a esclarecer las agrupaciones
lógicas básicas y los modos de pensar científicos. Esto es lo que
está empezando a suceder ahora. Estamos descubriendo que las
interacciones entre las primeras experiencias de comportamiento
que afectan a nuestra neurología, los corredores neurológicos, y
las experiencias posteriores, nuestros estados de ánimo, nuestro
stress, pueden afectar a lo que sucede al tejido neuronal nuevo.
Una de las cosas de las que hemos hablado estos últimos días es

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el fenómeno que ahora se da en llamar "neurogénesis": la

producción de tejido neuronal nuevo. Hasta hace unos años, nadie
creía que esto fuera posible, sólo algunos neurólogos lo creía y
habían conseguido algunas pruebas a partir de ratas y monos.
Pero hace dos años, la gente comenzó a hablar de la probabilidad
de esto, los científicos demostraron que los adultos
continuábamos produciendo nuevas células que pueden
convertirse en tejido neuronal nuevo o no.

Richard:
Una de las relaciones acerca de la cual he leído en publicaciones
científicas en estos últimos meses es que cada vez que una
persona experimenta stress, y tiene esta actividad aquí en la parte
pre-frontal derecha del córtex, las reacciones naturales del cuerpo
ante el stress (como preparativo para la lucha) traen como
resultado la muerte de esas células, en el sentido de que impiden
su crecimiento y su actuación. En cambio, cuanto más
experimentamos la esperanza, optimismo y sensaciones positivas,
parece crear un entorno favorable, como el jardinero que se
asegura de que haya suficiente sol y agua en su jardín. Y estos
nuevos tejidos neuronales pueden luego crecer y aumentar
nuestra capacidad cerebral. Siempre habíamos creído que con la
edad perdíamos acceso a algunas de las capacidades cerebrales y
que el tejido neuronal se moría, y no parece ya que esto sea así. Si
la gente tuviera los ambientes adecuados, y si reaccionaran de
forma que enriquecieran o impulsaran...

Punset:
el crecimiento de esas neuronas. Vamos a regresar con nuestro
público y lo que haremos será, bueno, lo que voy a hacer ahora es
preguntarle al profesor Boyatzis qué tipo de respuestas han estado
Vds. fabricando a las tres preguntas que les habíamos puesto al
comienzo de esta entrevista. Lo que le voy a pedir es a ver si
adivina lo que Vds. han estado escribiendo. Por tanto, Richard, lo

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que me gustaría es que adivinaras lo que la gente ha contestado y

cuáles han sido sus sentimientos. ¿Qué nos dirán?

Richard:
Si han tenido tiempo y han estado prestando atención al
programa, no habrán tenido tiempo de entrar realmente en las
fantasías o los sueños acerca de sus deseos o del futuro. Las
respuestas a los tres posibles ejercicios de que hablábamos. Pero
si pueden empezar a hacerlo, si surge una imagen en su mente de
lo que sería la vida que desean para dentro de 15 años, si pueden
empezar a pensar en cosas concretas que les gustaría hacer antes
de morir. Si empiezan a pensar en lo que harían con todo esa
libertad económica que tendrían tras ganar un gran premio de
lotería, a medida que se desarrollan estas imágenes la mayoría de
la gente empezará a sentir interés y probablemente empezará a
sentirse liberado. Es como una flor que se abre que libera algo de
nuestra energía natural y algo de nuestra actividad interior y uno
empieza a sentirse más libre y, como he dicho, con más interés,
como elevado y en ese momento se está en contacto con parte de
la energía real que uno tiene en su interior. Y lo que hemos
descubierto es que cuando se está en este estado, cuando se
experimenta este tipo de interés es más probable hacer que las
cosas que uno quiere hacer las haga mejor y que pueda crear
ambientes positivos para otras personas. Es lo que llamamos el
contagio emocional, que es cuando empezamos a propagar esta
sensación a la gente que hay a nuestro alrededor.