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6A NEGOCIOS: REFORMA : MARTES 23 DE NOVIEMBRE DEL 2004

COLABORADOR INVITADO

ESTABILIZAR LA POBLACIÓN

Jeffrey Sachs

Los debates globales sobre la política de población son desconcertantes. Un


bando alega que la creciente población amenaza nuestro medio ambiente y
nuestra prosperidad. La tierra, el agua, la energía y la biodiversidad están bajo
mayor presión que nunca y el crecimiento de la población parece ser una fuente
importante de esa presión.

El otro bando, sobre todo en los países ricos, afirma que ahora están naciendo
tan pocos niños que no habrá suficientes personas para cuidar a los padres
cuando envejezcan.

Quienes se preocupan por el crecimiento de la población tienen mejores


argumentos. Los problemas a los que se enfrentan Europa, Japón y en menor
medida Estados Unidos y algunos países de ingresos medios en lo que se refiere
al envejecimiento de la población son manejables. Además, las ventajas de un
crecimiento poblacional más pausado superan los costos de ajuste.

En contraste, si la población global sigue aumentando con rapidez, las presiones


sobre los recursos mundiales se agravarán. Por lo tanto los gobiernos deben evitar
políticas deliberadas para aumentar las tasas de nacimiento, aun en los lugares
donde esas tasas son bajas.

Parte de la confusión del debate público refleja las diferentes tendencias de


población en partes distintas del mundo. El crecimiento más rápido de la población
se da en las regiones más pobres. Los pobres, sobre todo los que viven en el
campo, tienden a tener más hijos (a menudo seis o más por cada mujer), y por lo
tanto, las tasas de crecimiento poblacional más altas.

Las familias rurales pobres cuentan con sus hijos para las tareas agrícolas y para
su seguridad cuando envejecen. Las familias pobres carecen de acceso a la
anticoncepción y a la planeación familiar y tienen muchos hijos como una especie
de póliza de seguro contra las altas tasas de mortalidad infantil.

La División de población de la ONU pronostica que, como resultado de las altas


tasas de fertilidad en Africa, la población del continente se duplicará de alrededor
de 900 millones de habitantes hoy en día a aproximadamente mil 800 millones en
el 2050. las poblaciones que crecen con rapidez también son jóvenes, dada la
gran cantidad de niños por hogar. En Africa, el promedio de edad actualmente es
de apenas 19 años, y se calcula que se elevará a alrededor de 28 en 2050.
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En Europa, las tendencias van en la dirección contraria. La ONU pronostica una


disminución de la población a alrededor de 630 millones de habitantes en 2050 de
aproximadamente 725 actualmente. Con pocos niños y una expectativa de vida
más larga, el promedio de edad de la población aumenta en esta predicción de 39
años en el 2005 a alrededor de 48 en el 2050.

A nivel mundial se espera que haya un aumento de la población de 2.5 mil


millones de habitantes entre 2005 y 2050. Todo en el mundo en desarrollo: 1.3 mil
millones más en Asia, 900 millones más en Africa, y el resto en América Latina y
otras regiones.

Un aumento de 2.5 mil millones de personas ejercerá una enorme presión no sólo
sobre las sociedades con población creciente, sino sobre el planeta entero. El uso
total de energía se está disparando y refleja el efecto combinado del alza en los
ingresos per cápita y del crecimiento de la población.

El uso más elevado de la energía ya está cambiando el clima mundial de manera


peligrosa. Además, las presiones de una mayor población, aunadas al aumento en
los ingresos, están llevando a una rápida deforestación, al agotamiento de las
pesquerías, la degradación de los suelos y la pérdida del hábitat y la extinción de
especies animales y vegetales.

El crecimiento de la población en las regiones en desarrollo –sobre todo en Africa,


la India y otras partes de Asia- tiene que ir más despacio. Las políticas públicas
pueden desempeñar un papel importante al elevar el acceso a los servicios de
planificación familiar para los pobres, ampliar los sistemas de seguridad social,
reducir la mortalidad infantil con inversiones en salud pública y mejorar las
oportunidades educativas y laborales para las mujeres.

Parte del público europeo que observa la disminución de la población del


continente quiere ir hacia el otro lado y promover un regreso a las familias
grandes. Eso sería un gran error. Quienes proponen un crecimiento más acelerado
de la población europea temen que no haya suficientes trabajadores jóvenes para
mantener las pensiones públicas. Pero esa preocupación se puede resolver
mediante un aumento en el ahorro de los jóvenes y los de mediana edad mientras
se preparan para el retiro, y trabajando después de los 65 años de edad.

Esos trabajadores cosecharán grandes beneficios por vivir en sociedades con


poblaciones estables o que disminuyen gradualmente. Lo más obvio es que
tendrán gastos directos menores al criar hijos. También ahorrarán en inversiones
en caminos nuevos, plantas de energía, escuelas y otros servicios públicos.
Disfrutarán de ciudades menos congestionadas y menos presiones ambientales
en el campo. Las economías europeas se tendrán que enfrentar a gastos menores
para limitar las emisiones de los gases de efecto invernadero derivados del uso de
energía, lo que llevará a un control más eficaz del cambio climático. En resumen,
la calidad de vida tenderá a mejorar a medida que la población de Europa
disminuya en las próximas décadas.
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Hacer un llamado por un crecimiento más lento de la población no tiene nada de


radical. Durante decenas de miles de años la población humana creció y
disminuyó sin una tendencia notable a largo plazo. Fue apenas en los dos últimos
siglos, con el surgimiento de la vida económica moderna, que la población mundial
se disparó de mil millones de personas en 1820 a 6.3 mil millones actualmente y
alrededor de 9 mil millones para 2050.

Este crecimiento explosivo fue posible gracias a los grandes avances de la ciencia
y la tecnología. Pero también ejerce una enorme presión sobre el planeta.
Debemos intensificar nuestros esfuerzos para reducir el crecimiento poblacional
mediante métodos voluntarios y reconocer que estabilizar la población de la Tierra
ahora, aumentaría la felicidad humana y fortalecería la sustentabilidad ambiental a
futuro.

Jeffrey D. Sachs es profesor de economía y Director del Earth Institute de la Universidad de


Columbia.
Copyright: Project Syndicate. Traducción de Kena Nequiz.

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