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Sexo Sin Amor
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Masculino Femenino
La sexualidad, llevada de manera responsable, es cien por ciento positiva y puede convertirse en una
de las principales fuerzas de vida.
La sexualidad es parte de la personalidad del ser humano desde que nace, por ser la forma natural de
provocar emociones y sentimientos hacia los demás. Es también el sentimiento del placer, de lo que gusta y
satisface, como: escuchar música agradable, escoger una pareja, así como elegir, de todo lo que existe
alrededor, lo que más convenga para vivir en equilibrio.
Según se menciona en el libro “Respuesta Sexual Humana”, el acto sexual produce una verdadera
revolución en el organismo. Dicho deseo libera hormonas (testosterona y adrenalina) que dan origen a que
exista una mejor circulación sanguínea, mejora la memoria, ayuda al sistema inmunológico, combate la
depresión, previene infartos, contribuye a perder peso y combate el estrés.
Sexo responsable
De acuerdo a investigaciones oficiales, uno de los principales factores para lograr vivir una sexualidad
sana y feliz es estar bien con uno mismo, es decir; aceptarse, respetarse y quererse. Tener este conocimiento
del ser crea un sentido de vinculación que aporta un gran estímulo al estado de ánimo.
Es importante también estar informado sobre la sexualidad misma, a fin de ejercerla con
responsabilidad, ya que esto permitirá tener un conocimiento amplio de las propias necesidades e identificar
y entender las de la otra persona. De igual manera se deben conocer las enfermedades de transmisión sexual
(ETS): sus nombres, conceptos, formas de contagio, así como la manera de evitarlas.
En recientes investigaciones realizadas por la Organización Mundial de Salud y Onusida, hoy existen
más de 40 millones en el mundo que viven con algún tipo de padecimiento de transmisión sexual que, de
haberse informado con respecto al tema, podrían haber evitado infectarse.
¿Cómo protegerse?
Éstas son solamente algunas sugerencias:
• Ser fiel a tu pareja y tener cuidado al elegir una.
• Visitar al especialista regularmente.
• Antes de tener relaciones sexuales, observar cuidadosamente el cuerpo de la otra persona. Si hay
sarpullido, llagas o irritación en la piel, es preferible evitar el contacto íntimo.
• Investigadores norteamericanos demostraron que el empleo correcto del condón otorga entre el 97%
y 98% de efectividad, por lo que sigue siendo el mejor método para evitar padecimientos de
transmisión sexual.
Cuidados básicos
Para lograr un mejor funcionamiento de los órganos sexuales y para mantenerlos en condiciones
óptimas, la higiene es importante y fundamental. Es importante conocer y explorar el cuerpo, pues es una
sencilla manera de identificar alguna anormalidad. Además, una especialista en sexología sugiere lo
siguiente:
El organismo de la mujer trabaja de una manera distinta al del hombre. Si desea conocerse a sí misma
debe saber cómo está conformado su cuerpo: como funciona su organismo, cuáles son las partes más
susceptibles y que tipo de alimentación es la adecuada, todo ello para mantenerse en buenos condiciones y
prevenir enfermedades. Para que exista una función de los sistemas es fundamental que el sistema hormonal
(sistema endocrino) se encuentre en equilibrio, ya que son las hormonas las que activan los procesos
celulares, en cualquier parte del organismo. Esto es, el centro de control (cerebro) manda un mensaje a la
glándula de determinado órgano para que ésta secrete cierta hormona y en qué cantidad.
Es por eso que gran parte de las respuestas físicas femeninas dependen de las hormonas producidas
por los ovarios, mejor conocidos como estrógenos y progesterona, las principales reguladoras del ciclo
femenino.
Los estrógenos también actúan en los huesos, fijando calcio y fósforo; en los vasos sanguíneos,
protegiéndolos contra la arteriosclerosis; en el metabolismo, ayudándolo a evitar la retención de agua y sal,
además de ser los responsables de que el estado de ánimo de toda mujer sea tan variable.
En edad adulta, los estrógenos determinan las principales características femeninas que diferencian al hombre
de la mujer; como son:
Primeras etapas
Cada etapa de la vida del ser humano tiene distintas necesidades nutricionales. En el caso de la mujer,
hay algunos elementos que deben estar presentes en su dieta, debido a los cambios fisiológicos que
experimenta. Es conocida la importancia del Hierro y Calcio en la alimentación. Estos dos minerales son los
grandes amigos de la mujer pues le ayudan a evitar las descompensaciones que puede tener durante alguna
etapa de desarrollo o cambio metabólico, como la pubertad, el embarazo, la menopausia, que son los
momentos cuando la falta de estos vitales elementos se manifiesta.
Desde la común anemia, problemas de dientes y huesos, hasta problemas de circulación y
osteoporosis, son probables consecuencias de la ausencia de Hierro y Calcio en la dieta. El aporte nutricional
en las etapas llamadas “brotes de crecimiento”, es puntual. Esta se da en la niñez temprana (0-3 años) y en la
pubertad (10-12 años) En estos momentos los cuerpos de las niñas están en desarrollo, están cambiando. Por
ello, su dieta debe ser rica en calorías y proteínas, además de todas las vitaminas, de manera que sus
organismos tengan los suficientes elementos para producir y amortiguar los cambios, los alimentos ricos en
calcio, carbohidratos y proteínas son los que pueden ayudar a mejorar el esquema nutricional de las
jovencitas.
Embarazo y Menopausia
En los casos específicos como el embarazo, la mujer tiene que reforzar su ingesta completa de
nutrientes: Ácido Fólico y Ascórbico (vitamina C), las vitaminas A, B6, D, E y K; Calcio, Fósforo, Hierro,
Zinc y Cobre; Sodio, Magnesio, Fluoruro y Yodo. Todos son elementos indispensables para que la futura
madre se mantenga nutrida y alimente bien a su bebé.
Otros casos específicos son la menopausia y las adultas mayores. En el primero se aconseja mantener
al día su consumo de vitamina C y vitamina D, además de tener presentes en su dieta los carbohidratos y
alimentos bajos en grasa. Estos mismos elementos deben estar presentes en el caso de las adultas mayores,
pues necesitan aporte extra en antioxidantes (vitamina C), y reforzar la estructura ósea (calcio y vitamina D).
Cabe señalar que, a la par del consumo de la vitamina D y el Calcio, se debe considerar un tiempo de
exposición al sol. Bastan al día de 10 a 15 minutos de caricia solar, entre las 6:00 y las 12:00hrs. Para que el
proceso sea completo
Consejos prácticos
Además de los nutrientes necesarios para su organismo, el cuerpo de la mujer también necesita de
cuidados básicos para mantener una apariencia saludable.
Masajes Eróticos
¿Sientes que tu pareja ha caído en la monotonía sexual? ¿Percibes que el deseo ha disminuido y que
tus relaciones son cada vez más rutinarias?
Sin duda, hay varias alternativas para tener una relación sexual satisfactoria. Los masajes, las caricias,
el dar y recibir pueden ayudarte a reducir el nivel de ansiedad y a encontrar una nueva forma de placer.
Los especialistas hacen una diferencia entre el masaje sensorial y el sexual. El primero ayuda a
despertar el deseo tocando los tobillos, los dedos de los pies, las rodillas, los muslos... mientras que el
segundo se centra exclusivamente en las zonas erógenas conocidas (pechos, genitales)
Los masajes pueden ser sumamente placenteros, si se realizan con dedicación. En definitiva, la idea es
que cada pareja encuentre su forma, su estilo. No hay recetas, ni pócimas, apenas propuestas que siempre son
válidas.
Masaje completo
Quien realiza el masaje, debe colocarse de rodillas, a los pies de su pareja, mientras ésta permanece
recostada boca abajo con las piernas estiradas y ligeramente separadas.
• Amasa sus nalgas con suavidad de arriba hacia abajo en la hendidura que las separa.
• Pide a tu pareja que se dé vuelta. Con los dedos de la mano izquierda acaricia sus piernas, al tiempo
que masajeas con la palma derecha el tórax y el pecho.
• Reconoce con un leve roce todo su cuerpo, desde el cuello hasta la punta de los pies. Tus manos
deben ser como plumas suaves y delicadas.
• Roza con una mano los genitales y con la otra traza círculos alternos en el abdomen, el pecho y los
muslos.
Masajes sugestivos
Este masaje se puede aplicar tanto para el hombre como para la mujer. Al realizarlo sitúate en el lado
derecho de tu pareja.
• Coloca la mano derecha sobre los genitales y realiza un suave masaje, mientras con la mano izquierda
frotas el abdomen con movimientos circulares.
• Sin interrumpir el masaje genital, desliza la mano izquierda desde el abdomen hasta el pecho derecho.
Después, toma el pezón con los dedos pulgar e índice y realiza un movimiento de rotación fuera y
dentro de su área.
• Ahora frota con la mano izquierda el hombro y los músculos del cuello del lado derecho.
• Cambia la mano que realiza el masaje en los genitales, mientras con la mano derecha frotas
suavemente la parte interna del muslo derecho.
• Para terminar, sitúate en el otro lado de su cuerpo y repite una a una las fases de la secuencia.
Sexo Oral
El sexo oral, es una práctica sexual muy placentera y gratificante, pero debe soportar muchos tabús y
prejuicios, hay personas a las que les desagrada el sexo oral, pero desde luego, no es el caso de muchos otros.
Para practicar tanto una “felación” (sexo oral para ellos) como un “cunnilingus” (sexo oral para
ellas), hay dos cosas que debemos tener en cuenta:
1. Estar completamente seguro de que la persona con la que se va a hacer el sexo oral, está
completamente sana y no padece de ningún tipo de enfermedad. Deben poner especial atención a las
enfermedades de transmisión sexual y renal.
2. Previo a la relación, la pareja deberá haber efectuado una higiene personal, poniendo especial esmero
en las zonas erógenas.
Higiene masculina
Recuerda que un vello muy largo, puede interponerse a la hora de la relación y escoriar a tu pareja. Si
no estás circuncidado, debes poner especial atención en la limpieza del glande, removiendo todo rastro de
acumulación.
De igual manera, debes poner especial interés en la limpieza de la entrepierna, el escroto y el ano.
Existe mucho tabú entre los hombres (ignorantes) en cuanto a la limpieza de la cavidad anal. Muchos creen
que el lavar esta parte, les hará menos hombres y eso es una completa estupidez. Para empezar, hablamos de
lavar la cavidad anal y NO el recto. La cavidad anal es la que encuentra entre los glúteos, no tienes que
introducir nada por ningún lado. Llevar esta práctica a cabo, evitará que a la hora de la relación, cuando tu
pareja se acerque a tu región púbica, perciba malos olores y por consiguiente se aleje.
Higiene femenina
Si tú No eres de las mujeres que suelen peluquear, recortar o rasurar el pubis, te recomendamos que
como mínimo tengas el cuidado de recortar la vellosidad que pueda llegar a introducirse a la vagina, ya que
éstos le escoriarán la lengua a tu compañero y a ti te irritarán. Recuerda que a la mayoría de los hombres les
excita mucho un pubis coquetamente rasurado o lampiño. Si este es el caso de tu pareja, con el solo hecho de
rasurarlo, provocará que constantemente desee hacerte el sexo oral.
Una higiene previa en el pubis, entrepierna y cavidad anal, además de darte la seguridad de no
despedir olores posiblemente desagradables, te permitirá disminuir la acidez vaginal (que no es otra cosa que
un compuesto de ácido láctico y bacterias que recorren las paredes vaginales debido a la acidez o pH) y
rastros de flujo normal, así como cualquier partícula de papel higiénico que pudiera haber quedado en una ida
previa al baño.
Después de llevar a cabo las sugerencias anteriores, podrás estar segura que tu pareja se entregará por
completo a la práctica del sexo oral y te llevará a experimentar sensaciones que posiblemente nunca llegaste
a imaginar.
NOTA: pH = potencial de hidrógeno. Método con el cual se mide la alcalinidad o acidez de los líquidos.
Felación
Forma una “O” con los labios previamente humedecidos, ponlos cuidadosamente en la punta de su
miembro y mueve la cabeza en círculos diminutos.
Coloca los labios ajustándolos al tronco y recórrelo, primero a un lado y después al otro. Coge la
punta de su pene suavemente entre tus labios, con giros rápidos, besándolo tiernamente y tirando hacia atrás
de su suave piel. Permite que el glande se deslice completamente en tu boca y presiona el tronco firmemente
entre tus labios. Sostén la presión un momento antes de soltar.
Forma de nuevo un círculo con tus labios y besa a todo lo largo de su longitud, succionando y
besando al mismo tiempo. Mientras besas, permite que tu lengua “aletee” por todo su pene acabando en el
extremo. Golpeando con ella repetidamente la sensible punta del glande.
Permite que su miembro penetre en tu boca tan profundamente como te sea posible (sin ahogarte,
mujer), presionándolo y chupándolo. No le soples nunca dentro en el pene. Puede ocasionar una infección.
También puedes acariciar y besar sus testículos.
No consientas que te digan otra cosa: La decisión es tuya. Puedes permitir o no llegar hasta el final y
que él eyacule en tu boca. Igual que puedes tragarlo o no, según te agrade o no su sabor.
Sexo Anal
Para mucha gente, el sexo anal representa algo antinatural y sucio, una práctica aberrante y un tema
tabú. Otros lo consideran un misterio, algo que desearían hacer pero no se animan. Sin embargo, una
encuesta de la revista Playboy realizada en distintos países reveló que de 100 mil lectores entrevistados, el 47
% de los hombres y el 61 % de las mujeres tuvieron intercambios anales.
La alta concentración de terminaciones nerviosas del ano lo constituyen un área altamente erógena,
tanto para hombres como para mujeres, pero en general, son ellos los que se muestran más interesados en
esta práctica, mientras nosotras tenemos más dudas y temores.
Aunque son menos las mujeres que experimentan orgasmos mediante coito anal sin estimulación
directa de los genitales, muchas experimentan un intenso placer al ser penetradas por el ano.
En la última década, la fama de esta práctica se vio perjudicada con el advenimiento del sida, pero la
realidad es que para muchas personas es un tipo de encuentro sexual muy rico y placentero. Sin embargo,
para concretarlo no hay que apresurarse: el sexo anal es diferente que el vaginal, requiere más preparación y
precauciones para gozarlo a pleno.
Orgasmos Femeninos
En esta sección hablaremos de los tres principales orgasmos femeninos:
El orgasmo clitoriano, considerado por muchos un orgasmo externo, por encontrarse el clítoris en la
parte externa de la vagina.
El orgasmo gectoriano, también llamado orgasmo vaginal, el cual se produce al estimular el “Punto
G”. Este punto tiene la particularidad de producir orgasmos 100 veces más intensos que los
orgasmos clitorianos.
El noveno orgasmo, que muy pocas mujeres experimentarán en su vida, por ser desconocido tanto
para la mayoría de los hombres como de las mujeres. Podría decirles que se trata de un orgasmo
posiblemente 1000 veces más intenso que el clitoriano. Cuando un hombre es capaz de producir un
orgasmo de estos en la mujer, toca su alma. Es tan intenso, tan profundo, que el día que logren
experimentar un orgasmo así, terminarán en lágrimas. No se espanten, ya que esas lágrimas serán
producto del intenso placer que experimentaron.
Orgasmo clitoriano
Es producido por la estimulación del clítoris, que es la parte visible de una estructura que forma una
“Y” invertida debajo de los labios mayores y que se encuentra situado exactamente en la unión superior de
los labios menores. Es como una especie de pequeño pene que tiene un tamaño de ½ centímetro y que
solamente una parte de él es visible. Muchas piensan que es la parte más excitable de la mujer,
posiblemente porque nunca han experimentado otro tipo de orgasmo. El clítoris es difícil de encontrar si no
se conoce su ubicación exacta.
La mayoría de mujeres alcanzamos el orgasmo con gran facilidad, acariciando nuestro clítoris.
Cuando nos acariciamos a solas, es este pequeño órgano lo que estimulan nuestros dedos para llegar al
orgasmo. Muchas mujeres prefieren el cunnilingus y/o la estimulación vaginal con los dedos, a la
penetración.
Otra forma muy placentera de estimular el clítoris, es pedirle a nuestra pareja que frote su glande
con nuestro clítoris. Para esto, deberá dejar su pene afuera de la vagina, humedecido y tomando su pene
entre los dedos medio e índice, frotará el clítoris con movimientos transversales rápidos, de un labio al otro.
Ya que el glande no es nada áspero como la yema de los dedos o la lengua inclusive, el placer que
experimentaremos, será inmenso, para eso deberás ayudarle abriendo tus labios con los dedos medio e
índice, pues el clítoris, en muchas mujeres, tiene la particularidad de esconderse cuando estamos a punto de
alcanzar el orgasmo.
Si notas que no lo hace con la rapidez deseada, sujeta su pene con tus dedos y enséñale la manera en
que te produce excitación.
Cuando las mujeres experimentamos un orgasmo, segregamos un fluido blancuzco claro sin olor, (la
contraparte femenina del semen) que nos sirve para lubricar la vagina. En los momentos previos al coito,
durante las caricias, cuando nuestro deseo sexual se incrementa, también segregamos ese fluido, aunque en
menor cantidad y sin la sensación orgásmica. Al hacerlo, prelubricamos la vagina para facilitar la
penetración.
Cuando el pene se encuentra en la cavidad vaginal, es casi imposible (por no decir imposible) que
logre estimular al clítoris.
El noveno orgasmo
Pese a lo que puedan estar imaginando, la única forma que conozco de experimentar el noveno
orgasmo, es por estimulación manual y con la ayuda y participación de la pareja. Para alcanzar este
orgasmo, es necesario un completo conocimiento, comprensión y comunión de la pareja. Para que quede
bien claro, solo podrán alcanzarlo si la persona con la que lo practiquen, las conoce y lo conocen
perfectamente. El conocimiento más que físico, debe ser emocional.
Es muy importante el lugar, el entorno, el ambiente, la ausencia de ruido, presiones y
preocupaciones; debe existir una completa paz interior en ambos.
Preparando el ambiente. Deben de seleccionar un lugar que sea muy tranquilo, lejos de toda clase de
ruido. Puede ser una cabaña alejada en las montañas o a la orilla del mar. El lugar deberá contar con música
instrumental a bajo volumen, posiblemente algunos pétalos de rosa sobre la cama y también un par de
varitas aromáticas encendidas, si les agradan. Pueden agregar todo aquello que les guste y que los haga
sentir más cómodos, más tranquilos, más serenos. La temperatura ambiente debe ser templada.
Preparándose la pareja. Pueden elegir un atuendo que los haga verse sensuales y sexis, podrán bailar
algunas piezas con música para enamorados y a lo más, tomar un par de copas. Es muy importante que todo
lo que hagan, los vaya llevando a un ambiente de serenidad, paz y tranquilidad; un ambiente de perfecta
armonía. Todos los problemas y preocupaciones, deberán quedarse fuera.
Si algún tema, acción o comentario, los llegara a incomodar, deberán suspender el momento para
otra ocasión.
El noveno orgasmo. Después de bailar, abrazarse y besarse, la pareja irá conduciéndose a la
recámara aprovechando la música para enamorados. Ya en la recámara y con la música instrumental a muy
bajo volumen (únicamente como música de fondo para opacar cualquier ruido extraño) se irán despojando
de sus ropas uno a otro, de la manera más sensual posible; terminando recostados en la cama, sobre los
pétalos de rosas y completamente desnudos sin taparse con la ropa de cama. Es importante que si el hombre
es diestro, se coloque al lado derecho de la mujer y si es zurdo, se coloque del lado izquierdo (esto debe
estar bien previsto, para no romper el encanto del momento).
La mujer se recostará boca arriba y el hombre de lado, viendo a su compañera. Si lo desean, podrán
practicar algunos masajes eróticos. Mientras el hombre recorre el cuerpo de su compañera (puede recorrer
todo su cuerpo, pero por ningún motivo deberá tocar los genitales de su compañera) simulando que su
mano es una pluma y apenas tocándola, colocará la mano del brazo que queda del lado de la cama, en la
parte posterior del cuello de su compañera, asegurándose que la yema su dedo índice quede entre la 1ª y 2ª
vértebra cervical y que la yema su dedo medio, quede entre la 2ª y 3ª vértebra cervical.
Sin dejar de acariciar a su compañera, el hombre comenzará a deslizarse un poco hacia abajo, lo
suficiente para alcanzar cómodamente el cuello y el sexo (sin tocarlo) de su compañera. Ahora enfocará su
atención a acariciar principalmente los muslos (sin dejar de acariciar el resto del cuerpo) y con mucha
gentileza empezará a separar poco a poco, los muslos de su compañera. Doblará un poco sus piernas para
permitir que ella flexione y descanse una de sus piernas, sobre las de él. Continuará acariciando los muslos
y se acercará peligrosamente al pubis, pero sin tocarlo, podrá rodearlo, pero no tocarlo.
Sé muy bien que a estas alturas, anhelas que él te favorezca con caricias en donde más deseas,
pero puesto que para lograr llegar al noveno orgasmo, no es posible tener relaciones momentos antes, es
necesario provocar que tu organismo lubrique la vagina, para facilitar que él te penetre con sus dedos
Cuando la lubricación sea suficiente, podrá acariciar tus labios, procurando que sus dedos se
lubriquen con tus jugos y solo hasta entonces, iniciará la penetración de sus dedos índice y medio.
El punto para estimular el noveno orgasmo, se encuentra situado atrás del punto “G”, al final del
hueso púbico. Al tacto se siente como una cavidad cubierta por una fina capa de tejido, es como la cavidad
que se siente en la parte inferior de la manzana de tu garganta. Para lograr alcanzarla, deberá introducir por
completo sus dedos.
Los primeros 15 o 20 segundos de contacto con este punto, suelen ser muy desagradables y molestos
para la mujer, pero pasado este tiempo, comenzarás a sentir un placer nunca antes experimentado. Él deberá
ser tierno y muy cuidadoso para no lastimarte. Se estimula de la misma manera que el punto “G”.
Conforme tu placer vaya aumentando, él lo irá sintiendo en los dedos que están colocados en tus
vértebras, desde luego no como placer, pero le permitirá conocer exactamente lo que estás sintiendo.
En el momento que alcances el noveno orgasmo y mientras estallas en el más profundo de los
sentimientos orgásmicos, él deberá retirar la mano de tu vagina, ya que la estimulación, se convertirá en
algo desagradable para ti.
En ese momento, él debe de voltear toda su atención hacia ti, te deberá abrazar, mimar y consolar.
Tú caerás en un mar de llanto y temblor incontrolables por la experiencia vivida, ya que además del
orgasmo físico, habrás experimentado el orgasmo del alma. Posiblemente la mejor y más profunda
experiencia que puedas llegar a vivir. Lograrás calmarte por completo en aproximadamente 20 o 30
minutos, repito, durante este tiempo él deberá apoyarte, cuidarte y abrazarte. Puedes estar tranquila, porque
él estará perfectamente consiente del sentimiento que acabas de experimentar.
Te puedo garantizar que después de ésta experiencia, cambiará tu manera de ver la vida.
El ¿mito? de la diferencia
Aunque recién en la última década –y con mayor dificultad según el escenario – las mujeres han
comenzado a apropiarse de su deseo y a investigar en terrenos como la pornografía –desde el inicio de
Tracy Lord como directora en 1982 hasta hoy las hacedoras de películas se empezaron a contar por decenas
–, persisten en el imaginario y más allá, las típicas diferencias entre hombres y mujeres a la hora de
fantasear. “¿A las mujeres nos excitan más las historias que contienen relaciones entre personas y a los
varones imágenes fugaces o fragmentadas de cuerpos?” se pregunta Fridman y da una respuesta abierta:
“Según el estereotipo el hombre es intrínsecamente promiscuo y hace el amor sin pensar en las relaciones.
En general existe un equívoco que deriva del poder y no de las necesidades sexuales. Las chicas aprenden
desde muy temprano que la diferencia de poder es una de las cuestiones esenciales del romance. La
Cenicienta, La Bella Durmiente, Blancanieves tienen larga vida todavía. Hay historias de pornografía
femenina que comportan sofisticación y masoquismo. La mujer siempre disponible, excitada de sólo pensar
que un pene la puede penetrar. Los hombres encuentran la dominación atractiva y excitante. Ellos dominan;
ellas son vulnerables; ellos eligen; ellas deben atraer.
Una pregunta importante que se hacen las estudiosas de la sexualidad femenina es que, considerando
a las fantasías como importantes ya que nos excitan, conforman nuestra elección de pareja sexual y afectan
nuestra capacidad de alcanzar el orgasmo, ¿cómo afecta a las mujeres el hecho de que su sexualidad se
venda como masoquismo y sofisticación?”.
Para muchas mujeres fantasear con imágenes de violación o de sometimiento, según Masters &
Johnnson, les permite gozar sin hacerse responsables de ese goce, asumiendo el papel pasivo que durante
siglos les propuso la cultura. La misma Anaïs Nin necesitó inventar un coleccionista de relatos eróticos para
poder dar rienda suelta a su imaginación y relatar escenas sexuales con refinamiento pero detalladamente,
algo que se suponía un mandato del editor fantasma y no su propio deseo, pero que funcionaba como un
exorcismo. “Los homosexuales escribían como si fueran mujeres; los tímidos describían orgías; las frígidas,
desenfrenadas borracheras. Los más poéticos caían en el bestialismo y los más puros, en la perversión”,
escribía Nin en el prólogo de El Delta de Venus, haciendo referencia a los escritores que convocó para
satisfacer las ansias del coleccionista que según el historiador Alexandrian nunca existió.
Claudia Groisman también considera que no hay distintos modos de fantasear entre hombres y
mujeres; aunque cada subjetividad es distinta, hay moldes fijos que se repiten como quien gusta de escuchar
rock y cambia sólo los intérpretes, pero nunca el estilo. Lo que sí cambia radicalmente es el modo de relatar
las fantasías o la selección de lo que se puede o no contar, ya que una vez puestas las palabras pareciera ser
que la distancia hacia el acto es tan corta como de la nariz a la boca. Y es ahí donde las fantasías pueden
convertirse en fantasmas, como le sucede al carilindo Tom Cruise cuando su mujer en la vida real y en la
ficción de Ojos bien cerrados le confiesa que podría haber abandonado todo por la mirada de un hombre
que se cruzó con la de ella en un segundo, ¿realidad o fantasía? Para él era lo mismo.
“Contar las fantasías es un riesgo que hay que estar dispuesto a asumir, hablarlas o no delata una
mayor madurez sexual como recomendó la sexología en algún momento. Porque el sexo es egoísta, no tiene
nada de altruismo, es posesivo, una quiere abrazar al otro, apretarlo, entrarle por todos los agujeros o
dejarse entrar, y ese condimento hace todo más interesante, a veces las confesiones rompen en lugar de
alimentar”, dice Groisman y se ríe cuando se acuerda de un congreso de sexología en el que se pedía a
mujeres y hombres que escribieran sus fantasías. “Nosotras parecíamos atadas a la palmera y la luna llena, a
lo estético y lo sentimental, pero era sólo el primer paso, lo que se supone aceptable. Si se hurga un poco
más, se encuentran las mismas fantasías porque aquello que está destinado a producir intensidad necesita
del riesgo y el sobresalto”.
Huellas
De la misma manera que la sexualidad comienza con la vida, las fantasías lo hacen apenas se
desarrolla la imaginación del niño o niña y entonces pueden ser más crudas que en la edad adulta. “¿Que
niña no fantaseó con su padre o con el marido de la madre?”, se pregunta Groisman y seguramente más de
una respondería un “yo no” a voz en cuello. Pero sin duda son las experiencias de la niñez las que dejan
huella en la forma de gozar como en todo el resto de la vida psíquica. “Muchas mujeres recuerdan haber
tenido fantasías más ricas en su infancia que en la vida adulta, algunas recuerdan fantasías masoquistas a los
6 y 8 años, con placer y culpa por tenerlas, y no las tienen ahora porque quizás se avergüencen de que sean
del mismo tenor.
Pareciera que muchas mujeres tuvieran esa sensación, la falta de derecho a fantasear y lo viven
como algo que no les pertenece, las atraviesa a pesar de ellas mismas, como si fueran visitas indeseadas e
inesperadas”, reflexiona Fridman. Y lo cierto es que más allá de algunas subjetividades, hay fantasías
intrusas que no son ese jardín del edén en el que se puede jugar a cualquier cosa y ser como siempre se
deseó manteniendo el total control de la situación (una de las ventajas de fantasear aunque nunca se va a
sustituir así el acto) Estas son las que están ligadas con las experiencias de la infancia que no se han
metabolizado, para dejar una impronta o una huella por la cual perseguir el placer. O, de ser así, generan
culpas y desasosiego o dejan a la persona fija en un rito reiterativo que por repetición pierde el goce.
“Cuando un niño es golpeado, puede ser que cuando crezca se excite con escenas de castigo, pero esto no se
vive con placer”, dice Groisman y recuerda el caso de una persona que se excitaba frente a las cánulas de
las enemas por la reiteración de esa experiencia durante su niñez. “En estos casos es necesaria la consulta”,
concluye. A lo largo de la vida muchos actos que pueden tener que ver o no con lo estrictamente sexual, se
remarcan más tarde como fantasías, pero según Groisman “siempre hubo un otro que hizo algo en mi
cuerpo que mi unidad metabólica incorporó como pudo”.
También la época y el tipo de sociedad en que se vive dejan huellas en el modo de fantasear; los
victorianos seguramente se harían fiestas bacanales con el mero atisbo de un tobillo y hoy apenas nos hace
una cosquilla la escena más cruda de sexo oral (tanto va el cántaro a la fuente que la pornografía lo rompe),
pero para que una fantasía sea efectiva o por lo menos despierte esos ríos de pólvora que a veces parecen
correr por las venas, debe ir más allá de los límites de cada uno, porque, como dice Groisman, “la fantasía
tiene patitas, en cuanto se la quiere fijar, ella se corre”.
No lo lleves a tu casa.
Si lo acabas de conocer es una gran imprudencia que tengan su primera vez en tu casa. Aunque
conversando parezca una buena persona, nunca se sabe. Espera hasta estar más segura. Un hotel
alojamiento, además, te ayudará a terminar con la cita si es que el resultado no es el esperado.
No te sientas culpable.
Si tienes el menor remordimiento por lo que estás haciendo, las relaciones ocasionales no son para ti
y es mejor que las dejes. Existe una gran diferencia entre hacer el amor y tener sexo. En el sexo por deporte,
los amantes se explotan mutuamente y no esperan nada del otro que no tenga que ver con ese momento.
No esperes que te llame para decirte feliz cumpleaños o que te mande un ramo de flores.
No está para eso. Si le has sido honesta el seguramente cumplirá las reglas.
No es necesario fingir.
No pierdas tiempo fingiendo que no sueles hacer “estas cosas”. Lo que él piensa realmente no es
importante.
No te expongas.
Evita situaciones peligrosas. Confía en tu intuición y si algo en él te hace pensar que puede provocar
un mal momento, no te acuestes con él. Tal como lo hacen Carrie, Samantha, Charlotte y Miranda en Sex
and the city tú también puedes tener sexo ocasional sin sentir culpa, sin “enrollarte” con tus amantes.
Realidad
La gran mayoría de los hombres que viven afligidos por su “pequeñez” poseen un pene normal. Los
penes en reposo tienen grandes diferencias en tamaño de un hombre a otro, sin embargo, las diferencias son
mínimas en erección. Sucede que los penes pequeños tienden a crecer mucho con la erección (85%),
mientras que los penes largos sólo aumentan un poco (47%) Llega incluso a ocurrir que un pene más chico
alcance en erección un tamaño superior al de quienes tienen un miembro más grande en reposo.
La longitud también varía dependiendo de las circunstancias: el pene se torna temporalmente más
corto después de un vigoroso ejercicio o tras haber permanecido en agua fría. Los obesos parecen tener un
miembro chico, pero únicamente es un efecto óptico producido por el abdomen protuberante.
En reposo la longitud del pene oscila entre 4 y 8 cm., con un diámetro medio de 2.8 cm. Cuando se
halla erecto su tamaño promedio es de 15 cm. de largo y 3.8 cm. de diámetro.
No existe relación alguna entre el tamaño del pene y las proezas sexuales o la virilidad de un
hombre. Tampoco se ha encontrado relación entre la estatura, el tamaño del pie, de la nariz, de las manos,
de los dedos o el volumen del cuerpo con el tamaño del pene.