SENTIDO COMÚN, # 8,
NOVIEMBRE 2007
Contra el juicio suspendido y el alma dormida
http://www.esnips.com/web/adelante
1. EDITORIAL
En los últimos dı́as de octubre de 2007 se han pro-
ducido enfrentamientos entre jóvenes musulmanes
y policı́as en Holanda. Se prefiguran ya en otros
lugares los graves disturbios de hace dos años en
Parı́s, donde se ensayó lo que puede ser una guerra
civil de nueva generación. Dentro de doce años,
las cuatro ciudades más importantes de Holanda
tendrán mayorı́a musulmana.
Periódicamente ası́ vuelve a considerarse el com-
promiso entre libertad y seguridad de cuyo equi-
librio depende, se dice, la continuidad del modo
de vida occidental. Según la opinión dominante,
no podemos ceder en ninguna de las libertades
penosamente conseguidas sopena de dejar de ser
nosotros mismos. Estas libertades incluyen, por
ejemplo, la libertad de escupir a la Iglesia Católica,
la libertad de llevar a la plaza pública todo tipo
de comportamientos obscenos y repugnantes, la
libertad de adoctrinar a los niños en el odio a
su propia cultura y, en fı́n, una larga reata de
libertades que son otras tantas banalidades y ma-
nifestaciones entre trágicas y pintorescas del modo
en que la civilización occidental se disuelve.
Lo cierto es que la defensa exige renuncias, y es
claro que nadie que no esté dispuesto a renunciar
a las cosas banales va a sacrificar nada que real-
mente importe precisamente para salvaguardar
esas banalidades. Nadie que no esté dispuesto a
sacrificar digamos las gracietas ofensivas que los
artistas parásitos del poder dedican a los católicos
será capaz después de sacrificar cosas como la
tranquilidad del hogar y menos aún la seguridad
fı́sica para que otros puedan a fin de cuentas seguir
menudenado los insultos infantiloides contra los
católicos.
Afirma Thomas Madden en su espléndida historia
de las Cruzadas que a los ojos del occidental son
risibles, porque el hombre moderno no cree que la
religión merezca el esfuerzo de defenderla; y que
al contrario sı́ que se consideran dignas de defensa
cosas que al hombre medieval le importaban muy
poco. Yerra Thomas Madden, porque en realidad
al europeo de principios del siglo XXI no hay
nada que realmente le importe. Disfruta eso sı́ y
mientras se pueda de los frutos que dejaron el
esfuerzo de generaciones anteriores. Pero si ya a
ese europeo post-cristiano le cuesta imaginar a un
caballero franco dejando su vida en los campos de
Galilea en defensa de su religión ¿podrá imaginar-
se a sı́ mismo empuñando un arma en defensa del
derecho de unos compatriotas suyos a perseverar
en los modos de vida banales? ¿o en defensa del
derecho de unos compatriotas suyos a practicar
abortos? ¿o del derecho de los comisarios polı́ticos
de los colegios para amedrentar a los niños? Y
no siendo capaz de pequeñas renuncias en defensa
de los grandes principios, ya que estos han sido
demolidos, ¿será capaz de grandes renuncias en
defensa no ya de las banalidades y las desviaciones
socio-patológicas sino en defensa de la sombra de
esos grandes principios?
Por supuesto que no. Después de varias décadas de
concienzuda desestructuración de las conciencias
ya no quedan europeos dispuestos a luchar por
nada. Es trágico que hayan sido otros europeos,
las élites corruptas afines a la izquierda, las que
hayan inculcado ya al menos a dos generaciones
una doble mentira: que su cultura no tiene nada
que valga la pena y que todo supuesto principio
irrenunciable no es más que un acuerdo negocia-
ble.
Y ası́, cuando el islam se adueñe paulatinamente
de las ciudades europeas, cuando entre en los
ayuntamientos y en los parlamentos, cuando con
la extensión de su barbarie la civilización retroce-
da de golpe varios siglos sobre esta vieja Europa,
en realidad no ocurrirá nada. Ya no quedarán
europeos y los que queden tendrán todavı́a algún
tiempo para convencerse de que las renuncias que
vengan en realidad no serán tan graves.
En el centro de toda civilización ha existido siem-
pre una religión, una forma de relacionarse con la
tierra y una forma de relacionarse con los ante-
pasados. La novedad del cristianismo es que más
que constituir una forma nueva de acercarse los
hombres a Dios ha sido la forma en que Dios se
ha acercado a los hombres. Pero desde finales del
siglo XVIII el europeo le ha dado la espalda a
Dios, ha cancelado su relación secular con la tierra
y ha pretendido que la muerte sea invisible. El
resultado es un cascarón vacı́o del que se predica
la virtud de ser capaz de acogernos a todos: cris-
tianos y musulmanes, nórdicos y subsaharianos,
liberales y antiliberales.
El cascarón será derribado, reducido a polvo, y
posiblemente lo sea antes desde dentro que desde
fuera. Y una vez más, el cristianismo salvará a la
civilización.
2. ESPAÑA DESCENTRADA
Sentido Común
En ((El arte descentrado)), Hans Sedlmayr nos
mostró el descenso a los infiernos del hombre
moderno. Impresiona tanto la precisión como la
sensibilidad con que descubre el alma de cada
época descendiendo un escalón tras otro desde
aquella sangrienta revolución francesa. Cómo el
hombre occidental, al negar a Dios, al negarse
en Dios, se mutila a sı́ mismo, se conoce mal
y por ende acaba por amarse defectivamente.
Cómo las sombras del infierno antes confinadas
y enfrentadas al mundo de los hombres avanzaron
sobre éstos y los envilecieron.
Al analizar el arte como sı́ntoma de un estado de
cosas espiritual, Sedlmayr nos trae los edificios, los
jardines, los muebles, los ornamentos, los cuadros
y nos enseña cómo el espı́ritu de occidente se
ha desgajado, como, al bajar la mirada y fijarla
obsesivamente en sı́ mismo, al cerrarse a la tras-
cendencia, el hombre occidental ha enfermado.
Es irrelevante que ese análisis fuese dado a la
imprenta hace ya sesenta años. Los movimientos
del espı́ritu humano son lentos. No obstante per-
cibı́a el pensador austrı́aco signos esperanzadores
en los muchos hombres y mujeres para los que lo
ruinoso de la situación no podı́a ya ocultarse con
las máscaras de las ideologı́as ((liberadoras)). Y ad-
vertı́a, en sus últimas páginas, que ningún hombre
ha de subestimar su propio viaje interior al reino
de la luz y la razón porque, en la medida en que
alcance su curación, contribuirá a la curación de
esta sociedad enferma.
Recordaremos al acercarse las próximas elecciones
generales las páginas lúcidas de Sedlmayr, y a
medida que cobre dramatismo y se recorte en el
horizonte de las semanas la inevitable bifurcación
histórica que enfrentamos, regeneración o destruc-
ción, se nos hará patente también la trascendencia
del viaje interior de unas pocas personas: jueces,
magistrados, académicos, policı́as, un puñado de
hombres de bien, algunos anónimos, cuyo vigor, o
ausencia de él, pesarán más en la Historia que el
nuestro.
La sentencia del pasado dı́a 31 de Octubre ha
crujido al modo de lo que Winston Churchill lla-
maba ((el gozne del destino)). Las fuerzas confluyen
y bajo las olas grises pugnan por hacerse con el
timón de nuestra Historia. Asombrados y suspen-
sos observamos la quilla agitada desde la borda y
queremos intuir el rumbo.
En estos tiempos desgraciados, anegados de bana-
lidad, de opiniones y apetencias, en que hasta las
mismas iglesias se construyen no como templos
de Dios eterno sino como almacenes temporales
de hombres, utilitarias y feas, iniciemos nuestro
propio viaje a la luz recordando aquel versı́culo
en que Cristo exhorta a rezar ı́ntimamente, porque
Dios puede ver lo escondido.
3. AFECTOS Y EMOCIONES
Juan Manuel de Prada
http://padresycolegios.com
La propaganda oficial ha conseguido trasladar al
ciudadano medio la idea desquiciada de que la res-
puesta social a la asignatura llamada Educación
para la Ciudadanı́a no es sino un nuevo episodio
de resistencia cavernaria acaudillado por los ultra-
montanos obispos españoles.
Por supuesto, cualquier formación polı́tica que se
atreva a expresar reparos a la nueva asignatura es
de inmediato considerada reo de clericalismo.
La propaganda oficial, tan torticera, juega sin
embargo con un factor a su favor: es cierto que, en
determinados asuntos, la visibilidad de los obis-
pos es excesiva; es cierto que con frecuencia la
Iglesia católica transmite a la sociedad española
una imagen en exceso jerarquizada. El pensa-
miento católico español (si desea ser percibido
como verdadero pensamiento, y no como mero
acatamiento a unas directrices episcopales que
una parte nada exigua de la población considera
meras consignas) deberı́a articularse de un modo
menos estratificado, más dinámico, concediendo
un mayor protagonismo a los laicos organizados a
través del asociacionismo civil. Mientras sean los
obispos quienes actúen de ariete, la propaganda
oficial podrá seguir ofreciendo una imagen distor-
sionada y caricaturesca de cualquier movimiento
social de oposición; y, al mismo tiempo, la ca-
pacidad de convicción de ese movimiento ante el
conjunto de la población se ve mermada, pierde
credibilidad ante quienes, sin profesar una franca
animadversión al pensamiento cristiano, cultivan
un cierto anticlericalismo, que es pasión española
inveterada y ancestral.
Pero la contestación a la asignatura llamada Edu-
cación para la Ciudadanı́a no es una maniobra
episcopal, ni siquiera creo que pueda considerarse
una forma de activismo católico. Son muchas las
personas que, desde presupuestos en modo alguno
confesionales, han mostrado su aversión ante lo
que consideran una sibilina forma de adoctrina-
miento ideológico. Quienes defienden la asignatu-
ra no alcanzan a comprender cómo una persona
que desea vivir en sociedad se niega a que sus
hijos sean formados en los principios que rigen
esa vida en sociedad, los valores que inspiran una
forma de gobierno democrática. Pero lo cierto es
que dicha asignatura no propone la transmisión de
esos principios, sino su interpretación ideológica,
pretendiendo además inmiscuirse en ámbitos que
pertenecen al ámbito inviolable de la libertad de
conciencia. Una prueba evidente de este propósito
lo ofrecen los programas oficiales de la asignatura,
que en uno de sus epı́grafes proponen por ejemplo
la formación de afectos y emociones. No parece de
recibo que una deseable instrucción cı́vica irrum-
pa en tales territorios de intimidad; la llamada
geometrı́a de los afectos ha sido siempre emblema
educativo propio de los totalitarismos, empeñados
en promover entre sus súbditos una especie de
automatismo de los sentimientos que facilite sus
labores de ingenierı́a social.
La pretensión de cualquier disciplina educativa
debe ser transmitir un conocimiento objetivo. Un
profesor de filosofı́a, por ejemplo, puede ser un
confeso aristotélico; sin embargo, esto no lo exone-
rará de descubrir a sus alumnos la filosofı́a platóni-
ca. Seguramente cuando explique las enseñanzas
de Aristóteles pondrá más brı́o y determinación;
pero tendrá también que explicarles las enseñan-
zas de Platón, porque sabe que sus alumnos serán
luego enjuiciados sobre el nivel de conocimientos
objetivos que poseen sobre ambas interpretaciones
de la realidad. Una asignatura que incluye entre
sus contenidos la formación de afectos y emociones
renuncia a transmitir conocimientos objetivos; y,
en suma, favorece la posibilidad de moldear las
conciencias de los alumnos, generando en ellos
juicios de valor que no son sino el resultado de
una manipulación. Se trata de una asignatura que
trata de concienciar; y que, por tanto, crea un
tipo de conciencia determinado. Pero la conciencia
es prerrogativa de cada ser humano, cada ser hu-
mano es dueño de sus efectos y emociones; desde
el momento en que hace cesión de su conciencia,
se convierte en esclavo. No creo que para llegar
a estas conclusiones haga falta someterse a la
autoridad de los obispos.
4. LA NEOMORAL DE REBAÑO
Luis Sánchez de Movellán de la Riva
http://www.conoze.com
La brusca irrupción de la asignatura Educación
para la Ciudadanı́a (EpC) y la pretensión minis-
terial de imponerla a toda costa ha generado un
creciente e interesante movimiento ciudadano de
desobediencia civil, insumisión polı́tica y objeción
de conciencia que va en aumento y deberı́a ha-
cer reflexionar a la autoridad polı́tico-gubernativa.
Esta neomoral de corte totalitario, no es solamen-
te un conjunto de conocimientos más o menos
acertados, una Asignatura más de la LOE, sino
un completo programa destinado a adoctrinar y
configurar de forma muy firme, casi dirı́amos hard,
la mente de las nuevas generaciones de españoles.
Es, no nos dejemos seducir por cantos de sirena
((polı́ticamente correctos)), un auténtico proyec-
to totalitario de lo que se ha venido en llamar
((ingenierı́a social)).
Lo más inquietante de EpC es la Weltanschauung
que encierra, la visión del hombre que está sub-
yacente, la antropologı́a que predica. El objetivo
último es imponer cambios nucleares en nuestra
sociedad a través de la educación desde la más
tierna infancia; cambios que nadie desea y que la
mayorı́a rechaza, no sólo desde una óptica religio-
sa, en general, o cristiana, en particular, sino in-
cluso desde el mero sentido común de las familias
patrias y apoyados en la Declaración Universal de
los Derechos Humanos sobre el derecho inalienable
de los padres a educar a sus hijos según sus propios
valores y convicciones morales (arts. 5 y 7 de la
Declaración 36/55 de las Naciones Unidas de 25
de Noviembre de 1981) Es la imposición desde el
Poder, desde el Estado Minotauro de una falsa
antropologı́a y una ética particular, haciéndola
pasar de matute por universal y necesaria para
una sociedad ((avanzada, democrática y progresis-
ta)).
Es una asignatura que irrumpe sin consenso previo
y cuando aún no se ha solucionado en España la
libertad de enseñanza, ya que aunque está con-
sagrada en el art. 27 de la Constitución de 1978
como un derecho fundamental, en la práctica no
existe una libertad plena de los padres para elegir
centro y la libertad para erigir centros propios
está más que mediatizada. Es una disciplina que
irrumpe también cuando la sociedad ha abdicado
de la educación integral de sus hijos y cuando
se constata el estruendoso fracaso de la Logse.
Es una materia que irrumpe, asimismo, cuan-
do los profesores denuncian la galopante crisis
de autoridad y el reconocimiento del papel del
docente, ası́ como el aumento disparatado de la
violencia escolar. Es un escalón más, pero muy
importante, en esa escalera jurı́dico-normativa del
socialismo postmoderno tendida para legislar fe-
bril y perversamente sobre temas morales: Ley de
Violencia de Género de Diciembre de 2004, Ley de
((matrimonio)) homosexual de 1 de Julio de 2005,
Ley de ((divorcio exprés)) de 8 de Julio de 2005,
Ley de Reproducción Asistida de Mayo de 2006,
Ley de ((identidad de género)) o de igualdad de
género, Ley de Clonación Terapéutica, etc.
Pero, ¿qué es Educación para la Ciudadanı́a
(EpC)? Es la novedad más importante de la Ley
Orgánica de Educación (LOE) de 3 de mayo de
2006. Normativa que insiste en el modelo fra-
casado de la Logse, pero corregido y aumenta-
do. La Logse planteaba toda su estrategia de un
modo transversal, y sus mismos inspiradores, los
((progresistas)) soixante-huitards, pensaron que no
habı́a sido suficientemente eficaz, que habı́a que ir
más lejos plasmando su ((ideologı́a)) en forma de
una asignatura independiente, pero cuya filosofı́a
impregnara más a fondo todas las demás. La EpC
aparece a lo largo de la LOE de forma reitera-
da, machacona, como objetivo casi único de la
propia LOE. Tanto es ası́ que hasta un dictamen
del Consejo de Estado llamó la atención por la
desproporción: ((parece que el único propósito de
todo el sistema educativo fuera la formación en la
ciudadanı́a democrática)).
No hay precedentes directos de algo ası́ en toda
la democracia, en todo el perı́odo demoliberal y
parlamentario abierto con el fin de la dictadura.
Tendrı́amos que remontarnos al propio régimen de
Franco en el que era materia obligatoria (aunque
bien es cierto que con la categorı́a de ((marı́a))) en
los colegios, escuelas y universidades, la denomi-
nada Formación del Espı́ritu Nacional (FEN), la
cual encerraba contenidos de tipo jurı́dico-polı́ti-
co e ideológico, pero nunca entraba en las con-
ciencias ni adoctrinaba en morales ciudadanas o
personales. La EpC es definida como ((espacio de
reflexión)), pero vistos sus contenidos habrı́a que
definirla más bien como ((espacio de imposición)) o
((espacio de alienación)). Al observar la normativa
que desarrolla la EpC, contemplamos que en lo
tocante a los criterios de evaluación resulta lla-
mativo que sólo en parte se busque saber si el
niño ha asimilado unos determinados contenidos;
se busca especialmente comprobar si su compor-
tamiento, actitudes, hábitos y casi pensamiento
están acordes con los contenidos de la asignatura.
Se da al profesor un poder totalitario de coerción
sobre la conciencia del niño. No puede pensar
de otro modo, porque se le notará... Estaremos
ante la apoteosis de la nueva moral de rebaño.
El régimen de la Alemania nacionalsocialista tuvo
también su EpC, que se llamaba ((Concepción del
Mundo)) (Weltanschauungsunterricht), abreviada-
mente WAU, que el régimen nazi imponı́a para
sustituir a las clases de Religión y en las que
se ridiculizaba el cristianismo (no olvidemos el
contenido fuertemente paganizante del nacional-
socialismo); y, además, en todas las asignaturas
se trataba de imponer el pensamiento nacionalso-
cialista.
Recuerden al personaje de la pelı́cula Sophie
Scholl: los últimos dı́as que relata las actividades
de la organización antinazi La Rosa Blanca, quien
decide asumir una postura pasiva, que la lleva
a recibir serias advertencias del Director de la
escuela: ((si no cambia su conducta -no si no se
aprende la materia-, será muy difı́cil que apruebe
el curso)). Además de las cuestiones de ı́ndole
moral, en la asignatura EpC hay una descarada
propaganda de la concepción polı́tica e ideológica
del neosocialismo postmoderno, de forma que se
hace una verdadera apologı́a de los impuestos, se
toman opciones sobre cuestiones de polı́tica inter-
nacional en clave de antiglobalización y antilibe-
ralismo comercial, y se dan como incuestionables
sus conclusiones sobre las causas de la pobreza, los
conflictos polı́ticos y el terrorismo internacional. A
propósito de esto último, se sugiere a los profesores
que transmitan la idea de que en los conflictos -
incluidos los terroristas- no debe haber vencedores
ni vencidos, es decir, equiparar de hecho a los
ejecutores con las vı́ctimas.
En definitiva, estamos ante una asignatura ((débil))
que encierra un conjunto de retales inconexos,
con una apariencia benéfica -aunque con un fondo
maléfico- y positiva: tolerancia, diálogo, conviven-
cia, pluralismo, respeto... Hay una permanente
apelación a ((valores polı́ticamente correctos)) que
están en el ambiente. Todos, eso sı́, ((valores blan-
dos)); nunca se habla de esfuerzo, rigor, exigencia,
disciplina, excelencia, autoridad, etc. Es una asig-
natura que pretende, como manifestó, cı́nicamente
y sin empacho, José Luis Pérez Iriarte, director
general de Educación del MEC, el 17 de enero de
2007 ante miembros del PPE, ((formar en ideologı́a
a los niños con menos convicciones morales)). El
objetivo último es imponer cambios nucleares en
nuestra sociedad a través de la educación desde la
más tierna infancia; cambios que nadie desea.
5. MEMORIA HISTÓRICA DEL TÍO
JULIO
Antonio Burgos en ABC, 10-10-07
Este año les hemos llevado anticipadamente las
flores de noviembre. No en el tiempo de los cri-
santemos, sino en el de los nardos. El cementerio
del pueblo aún no tenı́a el azacaneo de cubos y
escobillas de cal de otras veces. El silencio sı́ era
el mismo. Hacı́a verdad el verso de Juan Ramón:
ellos se han ido, pero siguen los pájaros cantando
en los cipreses, junto al romero, en la quietud de
la sierra.
Sobre el mármol antiguo ya amarillecido del pan-
teón, sus nombres. Y las fechas, ay, de su asesina-
to: ((Julio Herce Perelló, 29 julio 1936; Julio Herce
Nogales, 13 agosto 1936)). Son el tı́o y el abuelo
Julio. Isabel, mientras reza, se fija una vez más
en esas fechas, y me advierte algo en lo que no
habı́a reparado antes. Me dice mientras salimos,
las blancas flores sobre el mármol, los pájaros
cantando en el silencio de la sierra:
-No me habı́a dado cuenta antes: al tı́o Julio lo
mataron antes que al abuelo. ¿Te imaginas lo que
pasarı́a el abuelo, al ver que sacaban a su hijo para
matarlo?
Fue en la Cuesta de los Molinos. Donde el atar-
decer se hace rojo los dı́as de verano que la gente
comenta la calor que ha tenido que hacer en Sevi-
lla. Allı́, en una cuneta, por esas fechas, mataron al
tı́o Julio, estudiante de Derecho en la Universidad
de Sevilla, falangista de antes de las elecciones del
Frente Popular. Hubo un tiempo en que una cruz
de hierro recordaba el lugar del sacrificio. Cuando
de nios ı́bamos de jira al puente del camino viejo
de Sevilla, los hombres se quitaban el sombrero al
pasar por esa cruz y las mujeres bisbiseaban una
oración. Y todos se santiguaban. Ya esa cruz no
existe. La quitaron. Como quitaron en la plaza el
mármol solemne que rendı́a honores a los nombres
de todos los caı́dos del pueblo, asesinados por el
terror revolucionario de aquellos dı́as, cuando al
abuelo Julio lo mataron apenas seis dı́as antes
que entraran los nacionales, por un terrible delito:
ir a misa y, encima, con devocionario, y ser de
comunión diaria. El Papa va a beatificar a 498
mártires de la fe en la guerra de España. Nosotros
tenemos uno, anónimo, en la familia. Isabel sabe
qué es el ((odium fidei)) con sólo evocar el misal
negro de su abuelo.
Junto a la tumba del abuelo y de tı́o Julio están
las de otras familias cuyos varones también fue-
ron masacrados: los Crespo, los Puerto, los Cas-
telló, los Fontán, los Yanes. Todos nos habı́amos
olvidado del horror de aquellos asesinatos. Con
la reconciliación habı́amos perdonado. Pero con
esta revancha de la Memoria Histórica se me re-
vuelven ahora estos recuerdos terribles de cuanto
me contaba mi suegro Daniel, que iban a sacarlo
también de la cárcel para fusilarlo, pero lo salvó el
encargado de ((San Antonio)), quien se encaró con
sus camaradas: ((¿Pero cómo lo vais a matar, si
nada más que tiene 15 aos?)). Si no fuera por esta
revancha de la Memoria Histórica, yo no habrı́a
vuelto ahora a leer las terrorı́ficas memorias del
sanguinario doctor Salvador Vallina, sembrador
del odio asesino en el pueblo: ((Pero la semilla que
arrojamos en el surco social germinó más tarde
y cuando estalló la revolución popular contra la
agresión fascista, se sublevó en masa el pueblo
de Guadalcanal. Se sacaron de todos los edificios
religiosos los objetos combustibles, como imágenes
de madera, altares, retablos, etc., y los amontona-
ron en una alta pirámide en la plaza pública. Se
prendió fuego a la pira y las llamas iluminaron
con sus resplandores todo aquel territorio, hasta
las más altas montañas. A pocos pasos estaban
encerrados en el Ayuntamiento los peores fascis-
tas, desde donde contemplaron sus sı́mbolos redu-
cidos a cenizas por el fuego purificador, y después
fueron llevados al cementerio y fusilados. El cura
principal, que habı́a ejercido influencia perniciosa
en el pueblo, fue fusilado dos veces. La primera
vez quedó mal herido y a la mañana siguiente lo
encontraron con vida, sentado sobre una tumba y
rezando, y fue fusilado definitivamente.))
Isabel no me lo dice, y no quiero recordarle los
nombres queridos cincelados sobre el mármol ama-
rillecido de las blancas flores. Mas sé que con
esta venganza revanchista de la Ley de Memoria
Histórica siente como si al abuelo y al tı́o Julio
los volvieran a fusilar en la tapia del cementerio o
en la cuneta de la Cuesta de los Molinos. Por el
terrible delito que querer a España o de creer en
Dios.
6. ALCARAZ NO ES LO IMPORTANTE
Ası́s Tı́mermans en Debate21
http://www.debate21.com
Ansı́o escribir sobre el Tribunal Constitucional, el
Camelo Climático o el engaño del Salario Mı́nimo.
O mostrar el rumbo totalitario de quienes nos
gobiernan, llamar al que mata asesino y al que
le ayuda cómplice. Pero hay algo más urgente.
((Y lo urgente - dijo Mafalda - no deja tiempo para
lo importante.)) Sé que Alcaraz, al que muchos
no entienden y algunos odian, no es lo impor-
tante. Pero es un sı́mbolo: si no hay reacción, no
habrá lı́mites. Todos lo sufriremos.
Rodrı́guez Zapatero forzó la ley y puso el Estado
al servicio del sanguinario Iñaki de Juana. Muchos
creyeron imposible mayor maldad. Pero tras pro-
teger al asesino, Zapatero inspira la persecución
de sus vı́ctimas.
Los paladines de la equidistancia consideran la
bala y la nuca igualmente responsables del ase-
sinato. Pero Zapatero cruzó hace tiempo ese infa-
me Rubicón. La victima pide Justicia, el asesino
nacionalista Poder: Zapatero solo entiende de lo
segundo.
Cree que obtener la mayorı́a permite eliminar los
lı́mites del poder. Si mandar permite modelar
la sociedad al gusto del que manda, la libertad nos convierte más en un paı́s subsahariano que en
desaparece. Pese a su torpe formación, Zapatero un estado moderno y occidental.
encarna al dañino polı́tico profesional que desdeña
Pues nada, a seguir con lo nuestro. Entre mengua
la realidad y ama el poder descrito por Paul
y mengua (con las cuatro acepciones del RAE),
Johnson en ((Tiempos Modernos)).
habrá que seguir releyendo Los viajes de Gulliver,
Al proclamar la necesidad de Justicia, Alcaraz es porque, en este mundo globalizado, cuando uno
un obstáculo. Sin ser un intelectual representa mengua, otro crece.
lo que una mente totalitaria no entiende: que
Libertad y Justicia son independientes de Poder
y Polı́tica.
Y eso no pueden permitirlo. Zapatero quiere tum-
barlo ejemplarmente para acallar a las vı́ctimas.
Asustarlas: su rebelión cı́vica es el obstáculo moral
del Gobierno Socialista para modelar la España
que les gusta. La España en la que el Estado
conforma las personas, no las personas al Estado.
Alcaraz no es lo importante. Pero lo es su resis-
tencia contra un Poder al que le quedan pocos
elementos de contención. A su callada e intensa
labor de asistencia psicológica y material a las
vı́ctimas del crimen terrorista, la AVT ha añadido,
quizá sin quererlo, la labor de defender la Justicia
que todos necesitamos. Respaldarles no es solo un
imperativo moral: es luchar por la libertad de cada
uno de nosotros.
Es por eso que hoy yo también me llamo Alcaraz.

7. EL PAÍS MENGUANTE

Joan Valls en Debate21

http://www.debate21.com
Ahora parece que también nos quedaremos sin
Tribunal Constitucional. España se va haciendo,
ası́, chiquita banana, al tiempo que crece en sin-
vergonzonerı́a y desfachatez, como podemos ob-
servar en la admisión a trámite de una querella
contra José Alcaraz o en la exposición del Guggen-
heim que tanto dolor ha provocado a las vı́ctimas
del terrorismo nacional-socialista vasco.
O en la defenestración del socialista Pla, que ha
facilitado, en cuestión de horas, la candidatura de
la anciana vice presidenta en Valencia para las
Generales de marzo.
O en que las familias de más de treinta asesinos
etarras puedan socilitar las ayudas de la Ley de
Memoria Histórica.
O que, en diez años, ya seamos el paı́s con ma-
yor porcentaje de extranjeros de toda Europa y
el segundo del mundo, tras Estados Unidos, en
inmigrantes.
O que el abandono de la enseñanza obligatoria en
España duplique ya la media de la Unión Europea.
O que el 30 % de las personas infectadas por el
VIH en España desconozca su situación, algo que