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Introducción

Titulares de los diarios:

N°1
N° 2
N°3

Diciembre de 2001 fue un mes crítico en la Argentina porque la crisis política,


económica y social convergió en un estallido sin precedentes cuyo saldo fueron 23
muertos, violencia en las calles, saqueos, evaporación de los ahorros, declaración del
Estado de sitio y sucesivas renuncias de ministros y presidentes. Eduardo Grüner
sintetizó el clima que se vivía en el país en Página 12 a principios de enero de 2002: “el
famoso “modelo”, agotado hasta la médula, inviable ya incluso para su propia lógica
originaria, sobrevive a los manotazos (y a los tiros) en los andurriales de una “clase
política” absoluta y definitivamente deslegitimada, y que sólo puede seguir sintiéndose
enancada sobre los dueños del dinero, y por lo tanto del verdadero poder”1.
En el centro de la escena estaba la clase media argentina haciendo sonar sus cacerolas
en la calle. Nicolás Casullo escribió en enero de 2002: “Clase media corajuda, pueblo
irredento de las cacerolas con las cabezas de los nueve delincuentes de la Corte adentro.
Clase media volteadora a ollazo limpio de gobiernos impostores que parecían eternos.
Clase media puta, nieta legítima de sus abuelos tanos y gallegos angurrientos de
morlacos, dicen. (…) A corralito y lanza en mano esencialmente. Ahí anda embistiendo.
El enemigo son los políticos. No, es la izquierda. No, los corruptos. No, es la petrolera.
No, es el populismo y la demagogia. No, son los bancos. No, son las empresas
privatizadas. No, es el liberalismo. No, son los gallegos imperialistas como en 1810.
No, son los negros peronistas otra vez en la capital”2.
En este contexto, los medios de comunicación cumplieron con su labor de hacer circular
la información entre los miembros de la sociedad ejerciendo un papel activo en el
desarrollo de los acontecimientos. A este respeto, Casullo explicó en una entrevista que
realizó María Moreno: “Los medios siempre plantean un punto cero de los
acontecimientos que es absolutamente irreal, conceptual, abstracto (…) Muchas veces

1
Grüner, Eduardo en Página 12. Lo nuevo no termina de nacer. 8 de enero de 2002.
2
Casullo, Nicolás en Página 12. Que clase mi clase sin clase.

1
nosotros mismos terminamos analizando esto que está sucediendo de acuerdo a esa
lógica. No podemos negar que esta sociedad, esta transcultura o esta cultura globalizada
te invita acá a una teoría de la percepción de los acontecimientos”3.
La formulación teórica de los climas de opinión, entendidos por Enrique Gil Calvo
como “los marcos interpretativos de referencia con que los actores anticipan el estado
de la situación colectiva – o sistema de interacción multilateral- en que participan,
interpretándola según el grado de orden o desorden que parezca revelar” 4, sostiene que
la percepción de la realidad se nutre de dos vías o canales: las relaciones interpersonales
y la que tiene lugar a través de los medios de comunicación. Debido al creciente grado
de complejidad que atraviesan las sociedades modernas, se experimenta un predominio
de las segundas sobre las primeras.
Por este motivo, es innegable observar la importancia de la actividad que realizan los
medios de comunicación como constructores de la realidad social a través de la
selección y presentación de temas que conformarán la agenda del debate público.
Casullo, en una entrevista publicada por la Universidad Nacional de Rosario, explicó
“estamos habitando una sociedad occidental mass-mediática, en donde los medios ya no
son muy importantes, trascendentes y decisivos, sino que no hay sociedad sin esta
mediación que nos vincule con lo real”5.
La trayectoria histórica y la credibilidad de la prensa gráfica admiten que algunos
diarios se erijan como objeto de referencia para establecer parámetros de análisis dentro
de una sociedad. Rafael Mainar en su libro “El arte del periodista” da cuenta de esta
situación y cataloga a la prensa como “la historia que pasa. El encargado de informale a
la gente sobre aquello que pasa para que luego, la gente pueda decir ´en tal periódico se
ha publicado’, para que otras gentes vean el crédito que se puede otorgar al dicho u
opinión”6.
Surge así, la noción de prensa diaria gráfica de referencia, que se instaura como uno de
los pilares de la opinión pública. Bernardo Díaz Nosty sintetiza el concepto de prensa de
referencia al decir: “está caracterizada por la diversificación temática como base de una
interpretación globalista contextualizada, capas de inducir en sus lectores las pautas de
regeneración cultural que inspira la evolución del pensamiento y de los hábitos de un
pensamiento dado. A la vez, es referencia obligada en la confección de la agenda de los

3
Maria Moreno en Página 12. Cacerolazos, ni sacralizar ni consagrar.
4
Gil Calvo, Enrique. El miedo es el mensaje. México: Alianza Editores, 1998.p. 73
5
http://www.bdp.org.ar/facultad/archivos/2006/09/nicolas_casullo.php
6
Mainar, Rafael. El arte del periodista. Barcelona, España: Ediciones Destino, Junio de 2005. p. 33 y 34.

2
medios que aparecen en escalas de influencia inferiores”7. A tales efectos consideramos
que los diarios “Clarín”, “La Nación” y “Página/12” se ajustan a dicha categoría por su
amplia cobertura, prolongación a otros medios de comunicación y el carácter de
vehículo de opinión autorizada.
Clarín es el diario con mayor cantidad de ejemplares vendidos en la Ciudad Autónoma y
Gran Buenos Aires, según los datos vertidos por el Instituto Nacional de Estadísticas y
Censos (INDEC). Además, Walter Miceli y Marcelo Belinche sostienen que “por sus
articulaciones con otros medios, por su poder de agenda, su llegada y circulación
nacional y también por su capacidad de aggiornamiento con respecto a las modalidades
para construir lazos exitosos entre públicos y anunciantes, Clarín es considerado como
un referente de primer orden” 8 Las autoras Stella Martini y Lila Luchessi, por su parte,
afirman que “Clarín responde a un target medio al tiempo que lidera y monopoliza la
voz de la gráfica nacional a través de un amplio sistema multimedia.”9
Por su parte, tanto La Nación como Página/12 son referentes de públicos diferentes: “La
Nación, que representó históricamente a la gran burguesía ganadera argentina y que se
ha quedado un tanto sin perfil tras la caída del peso histórico de ese sector social y de su
vetusta modalidad cultural, aún se mantiene fiel a su inveterado conservadurismo”10,
sostiene Roberto Folliari. Por otra parte el autor añade que Página/12 se identifica con
“actores principalmente provenientes de las clases medias ilustradas y profesionales” y
que a la vez “sostiene una considerable capacidad de denuncia en torno a cuestiones de
corrupción y abusos contra los derechos humanos”11.
Horacio González define a Página/12 como “un diario que exhibe un renovador
repertorio de retóricas y estilos. Todos ellos particulares. Este periódico introdujo un
nuevo modo de lectura que diseña la realidad y se ha convertido, cuando apenas tenía 5
años de vida, en el tercer diario en la preferencia de los argentinos”12
Además, los tres diarios lograron consolidar un lazo permanente con sus lectores y
dieron por resultado un vínculo estable a través del tiempo y en el cual el individuo
buscará su criterio de verdad. Esa relación entre el periódico y su público fue designada
por Eliseo Verón como “Contrato de lectura”. El autor explica que dicho contrato es
7
Díaz Nosty, Bernardo. El futuro de la prensa en el sistema multimedios. Factores tecnológicos de una
convergencia. Málaga: Facultad de Ciencias de la Información, 1995. p. 81
8
(Miceli y Belinche, 2002: 28).
9
Martini, Stella y Luchessi, Lila. Los que hacen la noticia. Buenos Aires: XXXX 2004. p. 77
10
Roberto Follari. ICONOS/ CLACSO. Pág. 44
11
Roberto Follari. ICONOS/ CLACSO. Pág. 44
12
Gonzáles, Horacio. La realidad satírica, 12 hipótesis sobre página 12. Buenos Aires, Argentina:
Paradiso ediciones. p. 9.

3
propuesto a la audiencia por el medio e implica todos los aspectos de la construcción de
un soporte de prensa, en la medida en que ellos construyen el nexo con el lector:
coberturas, relaciones texto/imagen, modo de clasificación del material redactado,
dispositivos de “apelación”, modalidades de construcción de las imágenes, tipos de
recorridos propuestos al lector y las variaciones que se produzcan, modalidades de
compaginación y todas las otras dimensiones que puedan contribuir a definir de modo
específico los en que el soporte constituye el nexo con su lector13.
En dicha relación, una de las actividades centrales y a la vez, menos visibles es el pasaje
del acontecimiento a noticia, que se da dentro de las lógicas de producción de la
información entre las cuales se encuentran los criterios de noticiabilidad, las rutinas
periodísticas y el bagaje, tanto profesional como humano, del periodista que interviene
en la selección y jerarquización de datos y fuentes. Teun Van Dijk asume que “las
noticias no sólo dependen de los hechos, sino también de las estructuras organizativas
utilizadas en su producción.”14.
Los profesionales reconstruyen los hechos a los que el público no puede tener acceso
personalmente en forma de noticia. Este proceso implica por un lado, la percepción de
los acontecimientos de lo real, y por otro, la selección y combinación de elementos de la
misma para ser interpretados e inscriptos en el producto informativo. El proceso antes
detallado constituye una manipulación. Si bien el uso vulgar del término le atribuye una
acepción despectiva al concepto; tal como lo afirma R. Cirino en su investigación sobre
las estrategias de manipulación de las noticias “los periodistas, al organizar, valorar y
redactar la noticia le imprimen una forma particular”15.
En el mismo sentido, Jorge Halperín en referencia a la entrevista periodística sostiene
“Cortar, sintetizar, amalgamar, relacionar, recompaginar, a veces hasta reconstruir muy
cuidadosamente una expresión (…) son tareas cotidianas del entrevistador”16. Esta
descripción es ampliable del ámbito de la entrevista a la actividad profesional de todo
periodista.
Por otro lado, Vicente Leñero y Carlos Marín explican que “implícita o explícitamente,
cada texto periodístico entraña una carga subjetiva, política, originada en la formación e
cada periodista y en el interés económico, político, ideológico de cada empresa

13
Verón, Eliseo. El análisis del “Contrato de Lectura”, un nuevo método para los estudios de
posicionamiento de los soportes de los media. Paris: IREP, 1985. p. 11 y 12
14
Van Dijk, Teun. La noticia como discurso. Buenos Aires: Paidós Comunicación, [1985]. p. 231
15
Cirino, R. Don’t blame de people. New York: Random House, 1971.p. 24
16
Halperín, Jorge. La Entrevista periodística. Barcelona, España: Paidós Comunicaciones, 1995. p. 153.

4
periodística”17. Asimismo, añaden: La sola jerarquización de datos con que se elabora
implica una valoración, un juicio, por parte del periodista”18. Por lo tanto, consideramos
que es menester desmitificar la acepción peyorativa del término y comprender que esta
manipulación no es otra cosa que una acción inherente a la profesión e indivisible de las
lógicas de producción periodística.
A partir de lo analizado, el presente trabajo formula la siguiente hipótesis: En un
momento de riesgo como la crisis sociopolítica y económica de 2001 en Argentina; los
medios de comunicación potencian el Alarmismo Social.
Si bien, como sostiene Ullrich Beck, “en las definiciones del riesgo se rompe el
monopolio de racionalidad de las ciencias”19, el mismo autor presenta algunos aspecto
que permiten introducir el concepto:
• Los riesgos tienen un componente futuro, no se agotan en consecuencias o daños
que ya han tenido lugar;
• Tienen que ver esencialmente con la previsión;
• En un sentido central, son al mismo tiempo reales e irreales;
• La auténtica pujanza social del argumento del riesgo reside en la proyección de
amenazas para el futuro20.
Enrique Gil Calvo expone que “existe un riesgo real y el riesgo percibido y dada la
peculiar interacción entre ambos, cuando el segundo crece por las revelaciones de los
medios de comunicación –que aunque no sean alarmistas desde luego se están
expandiendo, por lo que multiplican todos sus contenidos, incluidos los que siembran
alarma social-, también puede crecer el latente riesgo real, si se suscitan las expectativas
capaces de favorecer la multiplicación de riesgos o de inhibir la capacidad colectiva de
superarlos”21
Se desprende entonces, de lo anteriormente expuesto, que “se genera el efecto óptico de
hacer pensar que si crece la percepción mediática del riesgo revelado es porque está
creciendo la producción social –la construcción colectiva- del riesgo real. Así es como
los medios se convierten sin querer en bomberos pirómanos, pues la publicidad del
riesgo percibido contribuye a magnificarlo”22.

17
Leñero, V y Marin, C. Manual de periodismo. México: Editorial Grijalbo, 1986. p. 18
18
Leñero, V y Marin, C. Op. Cit. p. 40
19
Beck, Ullrich. La sociedad del riesgo. España: Ediciones Paidós, 1998. p. 42
20
Beck, Ullrich. Op. Cit. p. 48
21
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 39.
22
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 39.

5
Los días de diciembre de 2001 en que la crisis llegó a si clímax no representan un
fenómeno aislado sino más bien simbolizan el punto más alto de un proceso que se
manifiesta en toda la sociedad occidental a partir del incremento de la sensación del
riesgo, especialmente con el cambio de milenio: el alarmismo social.
El punto de partida de nuestro análisis estará enfocado en las rutinas características de la
producción periodística; los valores empleados en la selección, redacción y difusión de
las noticias así como también en aquellas limitaciones (propias y auto impuestas) que
debe afrontar la producción noticiosa.
Para llevar adelante la investigación se combinarán dos líneas de análisis. Por un lado,
se desarrollarán los conceptos involucrados en la teoría del alarmismo social -formulada
por Enrique Gil Calvo-; las condiciones de producción de la noticia y climas de opinión
a partir de la bibliografía utilizada y las consultas a expertos. En forma paralela, se
expondrán los resultados de las entrevistas efectuadas a diversos periodistas de los
diarios seleccionados que cubrieron los acontecimientos del caso tomado como punto de
referencia y sus notas.
El objetivo es llevar a cabo una articulación teórico – práctica que permita contrastar
ambas instancias enfocándose en la dinámica interna de los medios y sus trabajadores.
Con este objetivo es que es este trabajo no aparecerá un capítulo específico y apartado
de marco teórico sino que haremos convivir los conceptos y las definiciones teóricas
junto al recorrido práctico de modo que adquiera mayor visibilidad el contraste o la
sintonía entre lo que produjeron y dicen los periodistas y lo que indican las categorías
analíticas.
Consideramos imprescindible que la reflexión en torno al profesionalismo periodístico
le añada al aspecto teórico – con la rigurosidad que merece un trabajo académico de este
tipo – las vivencias y realidades cotidianas presentes en las redacciones. La
multiplicidad y variedad de estudios sobre la relación medios – audiencia que se avocan
a los efectos de los primeros sobre la segunda plantea la necesidad de explorar un
campo comúnmente relegado: el de la instancia de producción. Los periodistas son
protagonistas del intercambio informativo y actores sociales tanto individualmente
como por ser miembros de la comunidad mediática.
Esta tesina se elaboró sobre la base de las condiciones de elaboración de las noticias
porque, según el rastreo del estado del arte que efectuamos al iniciar este trabajo,
observamos que la problemática ha sido excesivamente estudiada desde la instancia de
recepción y se ha relegado el punto de origen. La autora Amalia Dellamea observa “los

6
estudios sobre la noticia, al centrarse en casos periodísticos no consiguen despegarse de
las aristas espectaculares del propio caso y sus consecuencias en el público, en
consecuencia, no logran descripciones del funcionamiento periodístico que vayan más
allá del caso particular o del efecto provocado en la audiencia”23
Por su parte, James Lull advierte que “no es tarea fácil cuantificar la actividad y el
pensamiento humano como tampoco lo es conocer con precisión de qué modo influyen
los medios en su audiencia”24
Además, los investigadores solían indagar la dinámica de los medios de comunicación
desde un punto de vista externo debido a una idea que subyace en el imaginario de los
estudiosos de siglos pasados. Jesús Martín Barbero afirma: “Durante largo tiempo la
verdad cultural (…) importó menos que las seguridades teóricas ya así anduvimos
convencidos de que lo que era comunicación debía decírnoslo una teoría –sociológica,
semiótica u organizacional- pues sólo desde ella era posible deslindar el campo y
precisar la especificidad de sus objetos”25.
En este sentido, Denis Mc Quail enumera tres tipos de estudios 26 que se realizaron a lo
largo de la historia.
• Enfoques totalizadores, que presuponen la unidad del sistema mediático e
identifican a la sociedad como fuente originaria y determinante de la institución
mediática
• Teorías o enfoques centrados en el mensaje
• Teorías o enfoques centrados en el estudio de la audiencia y los efectos
Para analizar el alarmismo social es necesario adoptar una postura que ponga el ojo en
la relación entre los medios y la sociedad como actores de una interacción dinámica y
compleja, como es el enfoque totalizador. Sin embargo, Martín Barbero plantea una
crítica a las principales corrientes de este enfoque.
Al referirse al modelo de Lasswell, producido en la década del 60, el autor sostiene que
el objetivo de la teoría es descubrir las estrategias mediante las que la ideología
dominante penetra el proceso de comunicación para producir determinados efectos.
Asimismo, acusa a dicha postura de tener una concepción “instrumentalista de los

23
Dellamea, Amalia B. El discurso informativo. Buenos Aires: Fundación Hernandarias,1994. p. 67.
24
Lull, James. Medios, comunicación y cultura. Buenos Aires: Amorrotu Editores, 1995. p. 199.
25
Martin Barbero, Jesús. De los medios a las mediaciones. Barcelona, España: Gustavo Gil ediciones,
1987. p. 220.
26
McQuail, Denis. Introducción a la teoría de la comunicación de masas. España: Paidós
Comunicaciones, 1983. p. 67 y 68

7
medios (…) que privó a estos de espesor cultural y materialidad institucional
convirtiéndolos en meras herramientas de acción ideológica”27.
Por otro lado, al mencionar el modelo informacional-cientificista de los 70, también
conocido como teoría de la información, el autor lo acusa de mantenerse indiferente a
los conflictos que se originan en comprender la comunicación como un proceso de
comportamiento colectivo, es decir, el conflicto de intereses en la producción,
acumulación y distribución de información. Martín Barbero afirma que “se hace
impensable todo lo que en la comunicación no es reducible ni homologable a
transmisión y medición de información, o porque no cabe –como un baile o un ritual
religioso- en el esquema emisor- mensaje-receptor, o porque introduce una asimetría tal
entre los códigos del emisor y el receptor que hace estallar la linealidad en que se basa
el modelo.”28
Al explicar los giros que fue tomando la investigación sobre los medios de
comunicación, Martín Barbero sostiene: “Algo se movió tan fuertemente en la realidad
que se produjo un emborronamiento de las fronteras que delimitaban geográficamente el
campo y nos aseguraban psicológicamente. Desdibujado el “objeto propio” nos
encontramos a la intemperie de la situación. Pero ahora ya no estábamos solo, por el
camino había otras gentes que sin hablar de “comunicación” la estaban indagando,
trabajando, produciendo (…). Habíamos necesitado que se nos perdiera el “objeto” para
encontrar el camino al movimiento de lo social en la comunicación, a la comunicación
en proceso”29. En esta línea es que se ubican los estudios culturales o el enfoque
sociocultural que se adoptará a continuación.

Así, el presente trabajo se propone desarrollar un análisis pormenorizado desde el seno


de la actividad periodística y los medios de comunicación. El marco teórico que
respalda esta investigación estará presente a lo largo de todo el desarrollo porque
nuestro objetivo es, como mencionamos anteriormente, entrecruzar la bibliografía con
los testimonios recogidos en la etapa muestral. De todos maneras, en el siguiente
capítulo expondremos los conceptos principales sobe los que se estructuró la hipótesis.
El análisis se realizará manteniendo como visión a priori dos supuestos que Dellamea
toma de Gay Tuchman, a saber: a) Las rutinas productivas de periodistas y editores
periodísticos constituyen operaciones cotidianas de reproducir la realidad como noticia,
27
Martin Barbero, Jesús. Op. Cit. p. 221
28
Martin Barbero, Jesús. Op. Cit. p. 223
29
Martín Barbero, Jesús. Op. Cit. p. 220

8
y al mismo tiempos son la materialización de los procesos institucionales en los cuales
tiene lugar la producción de la noticia, y b) la noticia no es entonces una imagen de la
realidad –que pueda ser meramente correcta o deformada- sino que es un marco, una
ventana, a través del cual se construye rutinariamente el mundo social, el conocimiento
de la realidad social”30.

El proceso de elaboración de la tesina implicó un mayor compromiso con diversos


autores cuyas teorías provocaron la apertura hacia nuevas posturas. Por este motivo, el
producto final del trabajo de investigación marcó una clara evolución respecto del
proyecto inicial.
La reformulación de la hipótesis generó nuevos objetivos tanto generales como
específicos y supuso un camino más largo y enriquecedor que el planteado en primera
instancia.
Para empezar a delinear la estructura de la tesina y formar un bagaje teórico sólido, el
primer paso fue consultar el material bibliográfico abocado a nuestra temática. El
resumen del material teórico permitió dilucidar los ejes de las futuras entrevistas.
Además, el recorte temporal del trabajo se efectuó en los sucesos ocurridos en
diciembre de 2001. Por este motivo, se realizó un exhaustivo trabajo de archivo en el
que se recopilaron las crónicas con firma que fueron publicadas durante ese período en
los diarios analizados.
Una vez extraídos los nombres de los periodistas que cubrieron la crisis de 2001, el
siguiente paso fue contactarlos para entrevistarlos en forma personal.
En un año en el que las elecciones ocuparon gran parte de la agenda mediática, no fue
sencillo lograr que los profesionales accedieran a conceder una cita. Entre todos los
periodistas convocados, unos pocos accedieron sin condicionamientos, otros cancelaron
varias veces antes de presentarse, algunos pidieron responder vía mail pero ante la
negativa de las realizadoras se excusaron de dar testimonio y otros, se negaron en forma
rotunda. El período de entrevistas demandó más de dos meses de trabajo.
En forma paralela se realizaron consultas a expertos en la materia a fin de que aportaran
al análisis un punto de vista externo y crítico del fenómeno estudiado. Asimismo, la
sugerencia de documentos y autores permitió completar la información que habíamos
conseguidos hasta ese entonces y obtener una mirada interdisciplinaria del fenómeno.

30
Dellamea, Amalia B. Op. Cit. p.101

9
Luego llegó el momento de analizar y sistematizar los datos obtenidos. El proceso
derivó en el surgimiento de nuevos lineamientos generales de la tesina y demandó la
búsqueda de nuevos libros que lo sustentaran.
El paso siguiente fue la escritura del trabajo. Para esto, ideamos un bosquejo con los
ejes principales y los desprendimientos analíticos que de cada uno de ellos surgieron.
El análisis implicó relacionar las cuatro instancias proveedoras de información (la
teórica; las voces de los expertos; los testimonios de los periodistas y los diarios). Así se
fue conformando un tejido de conceptos y comprobaciones empíricas de aquella
hipótesis inicial.
Cada una de las instancias mencionadas fue intercalada con períodos de corrección por
parte de nuestra tutora, quien a lo largo de todo el proceso nos acompañó y brindó los
parámetros que se debían reforzar o reformular.
La pretensión de las autoras fue relacionar, a lo largo de todo el proceso de elaboración,
los conceptos teóricos hallados en la bibliografía con los testimonios de los
involucrados. Ya que, como expresa Jesús Martín Barbero “No se trata de carnavalizar
la teoría (…) sino de aceptar que los tiempos no están para la síntesis, que la razón
apenas nos da para sentir y barrentar que hay zonas en la realidad más cercana que
todavía están sin explotar”31

Capítulo 1: Ojos que no ven…


De cómo los medios de comunicación propagan la alarma social

31
Martín Barbero, Jesús. Op. Cit. p.229.

10
Cuando se habla de alarmismo social, suele relacionarse este concepto con el de
sensacionalismo. Sin embargo, describe más bien un fenómeno complejo de las
sociedades modernas que tiene lugar en la relación recíproca entre la sociedad y los
medios. La señal de alarma se manifiesta en la inseguridad económica, terrorista y
callejera, la inseguridad ambiental y sanitaria, crisis institucionales, precariedad laboral
y descrédito de la cosa pública32.
Enrique Gil Calvo formuló la teoría del alarmismo social y la sustentó en la
complementariedad de dos conceptos: la sociedad del riesgo, por un lado, y la
globalización, por el otro. Asimismo, incorporó una visión problematizadora de los
medios de comunicación y los identificó, en su conjunto, como uno de los actores
centrales en el proceso.
El autor define alarmismo social como “un resultado emergente del actual incremento
intensivo y extensivo de las interacciones sociales cuya mayor densidad y frecuencia
incrementa con creces la presión mediática que ejercen los climas de opinión, en última
instancia destinados a conjurar la alarma social”33.

Riesgo global
“La escasez de opciones seguras, así como la creciente
Imprecisión de las reglas del juego que vuelve
inciertas a la mayoría de las jugadas (…)
tienden a redundar en percepciones de
desprotección del cuerpo, la propiedad
y (…) la extensión espacio-corporal”.
Zygmunt Bauman
La globalización. Consecuencias Humanas

Según la sociología del riesgo, la propia actividad humana es la que pone al mundo en
peligro; el desarrollo modernizador pone en marcha procesos que deterioran el planeta,
los vínculos y las instituciones. Sin embargo, “los riesgos no se agotan en consecuencias
y daños que ya han tenido lugar, sino que contienen esencialmente un componente
futuro”, sostiene Ullrich Beck34.

32
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 19 - 22
33
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 39.
34
Beck, Ulrich. Op. Cit. p. 48

11
Es el temor a peligros desconocidos lo que caracteriza a la sociedad del riesgo. Según
Beck, “las situaciones de peligro son fuentes de las que surgen preguntas sobre las que
los afectados carecen de respuestas”35. “La imprevisibilidad de la mayor parte de los
nuevos riesgos, la gravedad y el carácter irreversible de sus consecuencias, hacen que la
mejor prevención consista en anticipar lo peor y en tomar medidas para evitar que eso
advenga”, sostiene Robert Castel36. Sin embargo, las exigencias que plantean los nuevos
riesgos, por desconocidos e imprevisibles, se desplazan permanentemente e
imposibilitan el hacerles frente.
La sensación de riesgo se ve acentuada con el progresivo debilitamiento de los estados
nacionales que se da como producto de la globalización. En referencia a este último
concepto, Joseph Stiglitz –economista y Premio Nobel de Economía 2001- define a
este último concepto como “la integración mas estrecha de los países y los pueblos del
mundo, producida por la enorme reducción de los costes de transporte y comunicación,
y el desmantelamiento de las barreras artificiales a los flujos de bienes, servicios,
capitales, conocimientos y personas a través de las fronteras”37.
Como bien explica Vincent Cable, “en un mundo donde el capital no tiene domicilio
establecido y los movimientos financieros en gran medida están fuera del control de los
gobiernos nacionales, muchas de las palancas de la política económica ya no
funcionan”38. A su vez, Stiglitz afirma que las recetas impulsadas por las tres
instituciones claves de la globalización – Fondo Monetario Internacional, Banco
Mundial y Organización Mundial del Comercio- “en particular, las prematuras
liberalizaciones de los mercados de capitales”, contribuyeron a la inestabilidad global39.
La agilidad con que circula el capital financiero no sólo derriba las fronteras nacionales
sino que supera la capacidad de gestión de los gobiernos y reduce su capacidad de
acción. Así, estos sufren el deterioro de las herramientas y funciones que les son propias
y se establece el conflicto. Bauman establece que “la imagen del desorden global
refleja, más bien, la nueva conciencia (…) de la naturaleza esencialmente elemental y
contingente de las cosas que antes parecían estar controladas o, al menos, ser
controlables desde el punto de vista técnico”40. Asimismo, añade que globalización
35
Beck, Ulrich. Op. Cit. p. 75.
36
Castel, Robert. La inseguridad social ¿qué es estar protegido?. Buenos Aires: Ediciones Manantial,
2004. p. 78.
37
Stiglitz, Joseph. El malestar en la globalización. Buenos Aires: Santillana Ediciones, 2002. p. 37
38
Cable, Vincent. The world´s new fissures: identities in crisis. Londres, Inglaterra: 1996. p. 22.
39
Stiglitz, Joseph. Op. Cit. p.38 - 43
40
Bauman, Zygmunt. La globalización. Consecuencias humanas. Buenos Aires: Fondo de Cultura
Económica, 1999. p. 78 y 79.

12
“expresa el carácter indeterminado, ingobernable y autopropulsado de los asuntos
mundiales”.
“La vivencia de estar afectado por un riesgo cerrado a la decisión hace comprensible
buena parte del shock, de la furia impotente y del sentimiento de la ausencia de futuro
con que muchos reaccionan de manera disonante y en una crítica forzosamente
usufructuaria a los éxitos de una civilización técnica”, afirma Beck41. Finalmente,
Bauman expone que “la escasez de opciones sin riesgo, es decir, seguras, así como la
creciente imprecisión de las reglas del juego que vuelve inciertas a la mayoría de las
jugadas y aún más a sus consecuencias, tiendan a redundar en percepciones de
desprotección del cuerpo, la propiedad y, finalmente, la extensión espacio-corporal”42.
Para la reproducción de este sistema es fundamental la circulación de los dos elementos
con mayor libertad de movimiento: el capital y la información. Dicha circulación es
posible gracias a los esquemas establecidos a partir de la globalización que perpetúan la
sociedad del riesgo.
Por un lado, Beck sostiene: “la expansión de los riesgos no rompe en absoluto con la
lógica del desarrollo capitalista, sino que más bien lo eleva a un nuevo nivel. (…) Los
riesgos de la civilización son un barril de necesidades sin fondo, inacabable, infinito,
autoinstaurable. (…) Con los riesgos la economía se vuelve auto referencial,
independientemente del entorno de la satisfacción de las necesidades humanas”43 . Sólo
en un ámbito de libertad de movimiento de capitales puede funcionar dicha economía.
Por otra parte, los riesgos habitualmente permanecen invisibles, por lo tanto, sólo en el
saber pueden ser transformados, ampliados o reducidos, dramatizados o minimizados.
De allí, la posición clave de los medios de comunicación como productores de
conocimiento y constructores de la realidad social en tanto generadores de conciencia
del riesgo. La gestión del riesgo sólo se da en la percepción colectiva que incentiva el
intercambio económico. Por tanto, los canales por los que circula la información se
vuelven actores centrales del fenómeno.

Una máquina compleja


“La publicidad del riesgo inmediato contribuye
a precipitarlo, así se desata el pánico”
Enrique Gil Calvo
41
Beck, Ulrich. Op. Cit. p. 58
42
Bauman, Zygmunt. Op. Cit. p. 152.
43
Beck, Ulrich. Op. Cit. p. 34 y 35.

13
“El miedo es el mensaje”

“Lo único que siempre se precisa para que aparezca la alarma social es una red de
interacción”, sostiene Gil Calvo y agrega: “En cuanto las personas interactúan surge el
peligro y se plantea la cuestión del mal, pues el miedo es siempre una relación social” 44.
Ahora bien, en una sociedad global en la que los vínculos entre Estados, personas,
empresas, instituciones, etc. se multiplican con el fin primario del intercambio
económico, la cantidad de redes de interacción también aumenta. A su vez, el desarrollo
tecnológico libera a las interacciones de las condiciones de tiempo y espacio a través del
surgimiento de nuevos y más veloces medios de comunicación. No es casual que al
presente se lo denomine la “Era de la Información” y en los foros internacionales se
hable de la “Sociedad de la Información y el Conocimiento”45.
Por lo tanto, la temible interacción de la cual surge el peligro “puede ser tanto inmediata
–las relaciones más próximas, con unidad de tiempo y espacio, que se ventilan frente a
frente y cara a cara –como a distancia –es el caso de los medios de comunicación, que
conectan a personas y grupos permitiéndoles interactuar separados por el tiempo y el
espacio”, como advierte Gil Calvo46. El notable crecimiento de las redes de interacción
mediatas- es decir aquellas producidas con la participación de los medios de
comunicación masivos- acelera los ritmos de transmisión de información y multiplica la
cantidad de emisores y receptores. Sin embargo, se complementan permanentemente
con las redes de interacción inmediatas o interpersonales. Gil Calvo sostiene: “Ambas
dimensiones se implican recíprocamente, pues el alarmismo social del riesgo percibido
que los medios revelan multiplica la epidemiología colectiva del latente riesgo real”47.

44
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 42.
45
Sociedad de la Información es una fase de desarrollo social caracterizada por la capacidad de sus
miembros (ciudadanos, empresas y administración pública) para obtener y compartir cualquier
información, instantáneamente, desde cualquier lugar y en la forma que se prefiera. El factor diferencial
que introduce la Sociedad de la Información es que cada persona u organización no solo dispone de sus
propios depósitos de conocimiento, sino que también tiene capacidad para acceder a la información
generada por los demás y la posibilidad de ser un generador de información para otros. Lo característico
es el acceso a la información. La expresión Sociedad de la información designa una forma nueva de
organización de la economía y la sociedad que comenzó a gestarse en 1970 con el traslado de las fuentes
de riqueza de los sectores industriales a los sectores de servicios. En otras palabras, se supone que en las
sociedades modernas, la mayor parte de los empleos ya no estarán asociados a las fábricas de productos
tangibles, sino a la generación, almacenamiento y procesamiento de todo tipo de información. Los
sectores relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), desempeñan un
papel particularmente importante dentro de este esquema. (Fuentes: Manuel Castells, La era de la
información: economía, sociedad y cultura; Yoneji Masuda, La Sociedad Informatizada como Sociedad
Post-Industrial).
46
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 42.
47
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 42.

14
El alarmismo social diferencia entre en el riesgo real y el riesgo percibido y sostiene
que los medios de comunicación son los encargados de convertir el primero, invisible,
en el segundo, visible. Con la proliferación de soportes y canales que vehiculizan
mensajes masivos aumenta la puesta en público de potenciales riesgos. A su vez, Gil
Calvo sostiene: “Por paradójico que parezca, ambos riesgos, el que revelan los medios y
el que late invisible, se potencian recíprocamente. La publicidad del riesgo inmediato
contribuye a precipitarlo, así se desata el pánico”48.
La complejidad del proceso que describe el alarmismo social eleva el análisis de la
inseguridad social, que establece la relación entre individuos y sistemas de protección.
Denis McQuail manifestó que “en muchas ocasiones los medios propenden a crear
pánicos morales exagerando de manera demostrable el verdadero peligro e importancia
de los grupos sociales, así como también sus actividades”49
El alarmismo social explicita un fenómeno dinámico en el que interactúan diversos
actores en la generación, no sólo de información, sino de climas de opinión, en los
cuales la percepción del riesgo produce la alarma social.
Por lo visto, la alarma social no necesita de nuevos riesgos reales producidos en el
mundo de lo real, sino sólo de que estos se instalen en la percepción colectiva. Como
sostiene Beck, en las sociedades del riesgo la conciencia determina al ser. Esto a su vez,
tiene dos fases: la producción y no producción de información. En primer lugar, la
puesta en circulación de conocimiento acaba con el riesgo latente al volverlo peligro
visible. Por otro lado, la ausencia de datos no es prueba de ausencia de peligro sino que
es inherente al componente futuro del riesgo. Es decir, si no se informa del potencial no
es porque tal no exista, sino porque la sociedad es incapaz de verlo, y si no puede
distinguirlo menos aún podrá combatirlo. Por ello, Beck razona que “los riesgos y su
percepción no son dos cosas diferentes sino una y una misma cosa”50.
Gil Calvo explica que tanto el nivel del riesgo como la posibilidad de resolverlo o
agravarlo dependen de las expectativas que tengan todos aquellos actores capaces de
intervenir en los hechos sobre su posible desarrollo. Aquí es donde entran en juego los
medios de comunicación, por un lado, a través de las revelaciones que acrecientan el
riesgo percibido y, a su vez, al suscitar expectativas en los actores sociales involucrados.
Gil Calvo afirma: “Se genera el efecto óptico de hacer pensar que si crece la percepción
mediática del riesgo revelado es porque está creciendo la producción social del riesgo
48
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 39.
49
McQuail, Denis. Op. Cit. p. 62
50
Beck, Ulrich. Op. Cit. p. 77

15
real. Así es como los medios se convierten sin querer en bomberos pirómanos, pues la
publicidad del riesgo percibido contribuye a magnificarlo”51.

Miedos mediante medios


“La transparencia se ha impuesto como norma
central de nuestra sociedad. La figura del bien reposa
sobre el hecho de poder ser demostrado (…)
La prensa se ha convertido en gendarme de esta situación.
Por eso, ella contribuye a construir y reconstruir el mundo”
Florence Aubenas y Miguel Benasayag.
La fabricación de la información.

Desde su surgimiento, los medios de comunicación de masas fueron objeto de análisis


formulados desde diferentes enfoques. Sin embargo, los esfuerzos por esquematizar el
análisis y establecer conceptos científicamente aceptables, de hecho, han afectado
gravemente la comprensión de un fenómeno eminentemente social que no puede ser
encuadrado en categorías de análisis provenientes de la biología, la informática ni la
física.
Para establecer un punto de partida en el análisis de los medios, Mc Quail sostiene que
“la actividad fundamental de las instituciones de los medios de comunicación de masas
es la producción, reproducción y distribución de conocimientos, en el sentido más
amplio de conjuntos de símbolos que remiten significativamente al mundo de la
experiencia”52. Cierto es que la percepción humana del mundo está basada tanto en la
experiencia directa como en las referencias de experiencias ajenas. Sin embargo, dada la
imposibilidad de experimentarlo todo, las relaciones interpersonales y los medios son
las principales fuentes de información de un sujeto acerca del mundo que lo rodea.
Si bien las percepciones que obtienen las personas de primera mano y las que proceden
de otras fuentes, especialmente de los medios de comunicación, tienen marcadas
diferencias, Elisabeth Noelle Newmann recuerda que Walter Lippmann descubrió que la
diferencia entre ellas se oscurece porque las personas no son conscientes. “Notó que la
gente tiende a adoptar la experiencia indirecta tan completamente y a amoldar a ella tan

51
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p.39.
52
McQuail, Denis. Op. Cit. p.59.

16
plenamente sus concepciones que sus experiencias directas e indirectas se vuelven
inseparables”53.
Si bien los medios conviven con otras instituciones creadoras de mensajes –escuela,
familia, religión-, a diferencia de todas ellas, la institución mediática tiene la capacidad
de operar en la esfera pública, un ámbito de acceso a toda la sociedad. “Estos
conocimientos nos permiten dar sentido al mundo, conforman nuestra percepción de él,
y se suman al fondo de conocimientos anteriores y a la continuidad de nuestra actual
comprensión”, afirma Mc Quail54.
En su actividad cotidiana, los medios de comunicación construyen la realidad social a
través de la selección de acontecimientos y elaboración de mensajes informativos.
Miguel Rodrigo Alsina afirma que “la producción de la noticia es un proceso que se
inicia con un acontecimiento”55. Con la aparición de los medios de comunicación de
masas, a mediados del siglo XIX, Alsina sostiene que la prensa se convirtió para los
ciudadanos en la “principal fuente de transmisión de acontecimientos” 56. En el traspaso
del acontecimiento a la noticia es donde principalmente surge la alarma social.
Alsina explica: “Los acontecimientos van a definir una sociedad. En primer lugar,
porque el sistema de valoración del acontecer quedará implícito en la transmisión de
determinados acontecimientos. En segundo lugar, porque los acontecimientos serán la
imagen que dará la propia sociedad de sí misma, y a su vez cada sociedad vendrá a
definir lo que es acontecimiento”57. Es necesario poner el énfasis en los dos aspectos
que menciona el autor en referencia a la relevancia de los acontecimientos que, como ya
se menciono, son provistos a la comunidad principalmente por la prensa.
Por un lado, Alsina menciona el sistema de valoración del acontecer que se cristaliza en
cuáles son los acontecimientos que son transmitidos. A este respecto, Carlo Marletti
explica que la tematización supone centrar la atención de la audiencia en algunos temas
y de esta forma se desarrolla el nivel cognoscitivo valorativo sobre los acontecimientos
y los problemas que implican.58
En segundo lugar, Alsina afirma que los acontecimientos constituyen la imagen que
cada sociedad tiene de sí misma. A este respecto, Gil Calvo sostiene que “el modo en

53
Noelle Newmann, Elisabeth. La espiral del silencio. p. 192.
54
McQuail, Denis. Op. Cit. p. 59.
55
Alsina, Miguel Rodrigo. La construcción de la noticia. Barcelona, España: Editorial Paidós, 1989. p.
81.
56
Alsina, Miguel Rodrigo. Op. Cit. p. 87.
57
Alsina, Miguel Rodrigo. Op. Cit. p. 91.
58
Alsina, Rodrigo Migue. Op. Cit. p. 123

17
que la prensa y los medios de masas imponen su principio de realidad, determinando
qué es real y qué deja de serlo, es precisamente el de administrar la alarmante sucesión
de emergentes revelaciones59. A su vez, el autor establece que la prensa es la guardiana
que separa la visible transparencia de la opacidad clandestina y argumenta: “Si para ello
recurre al mensaje del miedo, con las viejas argucias de la truculencia y el
sensacionalismo, es por las mismas razones que asisten a Hitchcook cuando recurre a la
técnica del suspense, esperando capturar la atención del espectador por pura
deformación profesional”60.
La idea de Alsina de una prensa “administradora de emergentes revelaciones” y la
comparación que traza entre ella y Hitchcook puede encontrar un fundamento en las
ideas vertidas por Jesús Martín Barbero cuando dice que “desde los años 20’ comienzas
a aparecer diarios que recogen y desarrollan las claves de las liras populares (…).
Periódicos como Crítica en Argentina habían roto el tono solemne de la prensa ‘ seria’ y
había introducido e introducido una serie de elementos que buscaban una conexión
explícita con lo popular: páginas policiales extensas, escenas callejeras,
reconstrucciones gráficas de sucesos, el mundo de las cárceles (…) esto va a implicar un
mayor énfasis en la prensa policial y un tono más irreverente y escandaloso (…) un
nuevo tipo de periodismo que hallará su consagración en el diario Clarín fundado en
1954”61
Por este motivo, Martín Barbero deduce que estas tendencias finalmente son tomadas
por los medios de comunicación y vertidas en su impronta laboral. “se plantea entonces
la cuestión de las huellas, de las marcas en el discurso de prensa de otra matriz cultural,
simbólico – dramática, sobre las que se modelan no pocas de las prácticas y las formas
de la cultura popular (…) Esta estética melodramática que se atreve a violar la
repartición racionalista entre temáticas serias y las que carecen de valor, a trotar los
hechos políticos como hechos dramáticos y a romper con la objetividad observando las
situaciones de ese otro lado que interpela la subjetividad de los lectores. ”62
De allí que el principal eje de la cuestión del alarmismo social es la comprensión de la
actividad periodística en sus verdaderas lógicas de producción, en el seno de la
actividad profesional. Giorgio Grossi establece que la profesionalidad periodística es la
“actividad especializada en la construcción de la realidad social que se presenta como

59
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 153.
60
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 157.
61
Martín Barbero, Jesús. Op. Cit. p. 192.
62
Martín Barbero, Jesús. Op. Cit. p. 193.

18
una objetivación de segundo grado (de rutinas cognitivas, de esquemas interpretativos y
de significados), es decir como una ulterior construcción de la realidad que se suma a
otras construcciones de la realidad, integrándola y generalizándola en razón de una
referencialidad pública y colectiva”63.
Se culpa a la prensa de alarmista por hacer público el riesgo percibido y así aumentar el
riesgo real. Pero esto es inherente al periodismo y a la actividad profesional que lo
caracteriza en las sociedades modernas. Florence Aubenas y Miguel Benasayag
sostienen: “La transparencia se ha impuesto como la norma central de nuestra sociedad.
La figura del bien reposa sobre el hecho de poder ser demostrado. Con mayor
generalidad, para que una situación pueda ser expuesta, es necesario que ella sea, ante
todo representable, que pueda aparecer. La prensa se ha convertido en gendarme de esta
situación. Por eso, ella contribuye cada día a construir y reconstruir el mundo”64

Capítulo 2: Panic attack


Del contexto en el que se produjo la alarma social

“El riesgo país se había instalado como


indicador de la crisis, aunque nadie
sabía de qué se trataba”,
Néstor Restivo, periodista de Clarín.
63
Grossi, Giorgio. Rappresentanza e rappresentazione. Italia: Ediciones Milano, 1985. p. 384
64
Aubenas, Florence y Benasayag, Miguel. La fabricación de la información. Los periodistas y la
ideología de la información. Buenos Aires: Ediciones Colihue, 1999. p. 11

19
Hacia el cambio de milenio una sombra cubrió el mundo occidental. El terrorismo, la
violencia callejera, la desintegración familiar, las crisis económicas, las enfermedades y
el deterioro ambiental son sólo algunos de los ejes en los que la idea de riesgo se hizo
presente. La sensación de la existencia de un peligro inminente se extendió por todas las
redes sociales y el pánico al derrumbe mundial se generalizó. Los medios de
comunicación parecían una especie de galería del terror en la que las principales piezas
de exhibición eran el colapso tecnológico con que amenazaba la primera hora del año
2000, el espejismo especulativo que estalló en marzo del mismo año y se contagió a la
economía real que comenzó a caer en el primer semestre de 2001 a nivel mundial, las
catástrofes climáticas, el ataque a las torres gemelas, la represalia de Estados Unidos
que asumió la forma de “guerra antiterrorista”, la persecución a inmigrantes latinos en
Norteamérica y Europa y la amenaza de la expansión del ántrax.
Javier Navia, periodista de La Nación, escribió: “El primer año del siglo XXI presentó
variadas novedades, aunque muchas de ellas sólo contribuyeron a subrayar un pesimista
comienzo del milenio65”. Entre los sucesos que Navia mencionó al justificar su
contundente afirmación se encontraron la convulsión política y tensiones sociales en
América Latina, la violencia étnica en Macedonia, el mal de la “vaca loca”, la fiebre
aftosa, las intervenciones de la ETA en España, la violencia en Medio Oriente-
acrecentada con la llegada al poder de Ariel Sharon, el atentado que provocó la muerte
del presidente de la República Democrática del Congo Laurent Kabila, la persecución
de cristianos en Nigeria y la recesión y el desempleo récord en Japón. “El tiempo
registrará el 2001 como el año en que vivimos en peligro: las bombas, los aviones, el
correo, el ántrax y, ahora, hasta los explosivos zapatos desgastados de demenciales
terroristas”66, sostuvo Navia.
En la Argentina- en sintonía con los temporales del 2001 que resultaron en pérdidas
millonarias y muertes, la amenaza de la leptospirosis y la famosa carta supuestamente
contaminada con ántrax que llegó a la Paternal67, entre otras cosas- el riesgo país
cristalizó los temores de la población. El 10 de octubre de 2001, el país fue considerado
el más riesgoso del mundo con 1916 puntos y en vísperas de Año Nuevo trepó a los
567768. Aunque el riesgo país es un índice económico que guía las inversiones

65
La Nación, 30 de diciembre de 2001, “Un año marcado por un instante trágico”, pág. 4
66
La Nación, 30 de diciembre de 2001, “Un año marcado por un instante trágico”, pág. 4
67
La Nación, 31 de diciembre de 2001, “Los habitantes se sintieron indefensos”, pág. 13
68
Clarín, 23 de diciembre, “El año en que vivimos a los tumbos”, pág. 12

20
extranjeras y es calculado por diferentes entidades financieras69, tuvo un lugar
progresivamente predominante en los medios nacionales. La consulta diaria obligada
era el riesgo país y el pronóstico meteorológico, en ese orden, a pesar de no todos los
ciudadanos conocían la conformación de la variable. Néstor Restivo, periodista de
Clarín, expresó: “El riesgo país se había instalado como indicador de la crisis, aunque
nadie sabía de qué se trataba (…). No había otro indicador así, tan sintético, que
demostrara la gravedad del asunto. El aumento del riesgo país fue un modo de graficar
la realidad, de hacerla contable”70.
“El año en que vivimos a los tumbos”71 tituló Clarín un análisis de la economía
argentina del 2001 que redactó Restivo. La nota ponía énfasis en la variedad de políticas
económicas que se pusieron en marcha por los tres ministros de economía que se
sucedieron en ese año72: "blindaje", ajustazo fiscal, canje y "megacanje" de la deuda, ley
de Competitividad, "factor empalme", déficit 0, “corralito”. Restivo comenta: “Ya se
veía venir que se iba todo al diablo y la verdad es que había mucha tensión. Tensión
como ciudadano de un país. Tensión por la crisis que se veía, por el vacío”73.
Las medidas económicas profundizaron la recesión y aumentaron el desempleo. La
Argentina contaba en el 2001 con 14 millones de pobres – de lo cuales 730 mil
cruzaron la línea de pobreza ese mismo año- y 4 millones de desocupados o sub
ocupados. Con dicho panorama laboral, proliferaron las manifestaciones en diferentes
sectores del país.
El malestar económico y político condujo a una crisis institucional que se agudizó con
la crisis de representatividad y la pérdida de legitimidad del Gobierno Nacional. Las
elecciones legislativas del 14 de octubre de 2001 fueron ganadas por el “voto bronca”.
Como prueba de una profunda crisis de representatividad, las abstenciones pasaron de
18,4 a 26,3 por ciento y los votos en blanco y anulados sumaron 22 por ciento del total-
13, 4 puntos más que las elecciones anteriores. La incertidumbre y el malestar social se
propagaron por todo el país.
69
El riesgo país es un índice que intenta medir el grado de riesgo que entraña un país para las inversiones
extranjeras. El índice es la sobretasa que paga un país por sus bonos en relación a la tasa que paga el
Tesoro de Estados Unidos. Es decir, es la diferencia que existe entre el rendimiento de un título público
emitido por el gobierno nacional y un título de características similares emitido por el Tesoro de los
Estados Unidos. El riesgo país es en realidad un índice que es calculado por distintas entidades
financieras que pueden ser calificadoras internacionales de riesgo, como Moody’s, Standad & Poor’s, y
J.P. Morgan, o empresas dedicadas exclusivamente a la elaboración de dicho cálculo, como Euromoney o
Institucional Investor. Fuente: Federico Anzil en www.econlink.com.ar/definicion/riesgopais.shtml
70
Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Nestor Restivo
71
Clarín, 23 de diciembre, “El año en que vivimos a los tumbos”, pág. 12
72
José L Machinea (Alianza), Ricardo López Murphy (FIEL), Domingo Cavallo.
73
Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Nestor Restivo

21
Luis Ceriotto, periodista del Diario Clarín, expresó que “la sensación era que se estaba
desmoronando el país” y comparó el fenómeno con largos períodos de insomnio.
“¿Viste como cuando no te vas a dormir? Bueno, era como un proceso que se extendía
sin final de ciclo”, sostuvo Ceriotto74.
A pesar de que la gravedad de los sucesos ocurridos en la Argentina tuvo resonancia a
nivel internacional, reprodujo el modelo que se estaba gestando en todo el occidente.
Enrique Gil Calvo afirma: “De la euforia de finales del siglo anterior se ha pasado al
pánico del inicio de este, en un movimiento pendular de vaivén que ha transformado el
pasado círculo virtuoso del crecimiento autosostenido hasta convertirlo en el actual
círculo vicioso de una creciente desconfianza pública. Y semejante inversión cíclica de
la tendencia, tras cambiar el signo de las expectativas que la alimentaban, ha originado
por doquier una percepción muy aguda de creciente ansiedad, suspicacia generalizada y
paranoica alarma social”75.
Sin embargo, es fundamental al iniciar el análisis tener en cuenta el proceso histórico
que en la Argentina dio lugar a la gesta de los acontecimiento comprendidos en el
período analizado.

Una mirada al pasado

“Lo asombroso no es que los ciudadanos


se amotinaran sino que sufrieran en
silencio durante tanto tiempo”
Joseph Stiglitz

El proceso de construcción de la ciudadanía llega a mediados de los años 50’ con el


Estado como garante del sostenimiento del entramado social. Como sostiene Murillo,
“el trabajo, la salud y la educación, pasaron a ser tres derechos garantizados por el

74
Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Luis Ceriotto.
75
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 15

22
Estado y no sólo discursivamente, sino a través de planes materiales concretos.” 76Sin
embargo, dicho modelo comienza a ser criticado en los 60’ y allí surge una nueva
cuestión social, entendida como “el abismo existente entre los derechos proclamados y
la realidad efectiva que los deniega para grandes masas de la población mundial, aún
cuando en la retórica de los organismos internacionales se los proclama”77.
La imposibilidad de actuar frente al aumento del desempleo, el deterioro de las
instituciones y la creciente incertidumbre revela a los sujetos una condición trágica.
Murillo explica que “la condición de lo trágico radica en situaciones en las que un
sujeto se encuentra ante dos imperativos opuestos, y sea cual sea su decisión percibe de
algún modo que ello lo llevará a ser condenado”78.
La ausencia de futuro y la sensación de impotencia se traducen en un profundo
sentimiento de angustia. Murillo agrega: “El vacío social, que se difunde generando
huecos en las antiguas redes de solidaridad más o menos estructuradas, no sólo no es
rellenado con nuevas estrategias, sino que parece ser activamente gestionado desde los
medios de comunicación y el Estado, quienes impelen a los sujetos a autogobernarse,
ser autónomos y tomar iniciativas individuales y/o grupales”79. Sin embargo, dicho
discurso se contradice con las verdaderas condiciones del espacio social, un espacio
cada más inestable y cerrado que dadas las carencias de los sujetos acrecienta su
condición trágica hacia su propio interior.
Diciembre de 2001 significó un punto de inflexión en la historia argentina en tanto, tal
como indicó Murillo, “marcó el colapso del régimen económico, social y político
forjado en la década de los noventa y que signara a la Argentina de la convertibilidad” 80.
Sin embargo, la agitación social, la inestabilidad económica y la ilegitimidad política
fueron el resultado de un desarrollo histórico más prolongado que es digno de mención
no sólo para contextualizar los acontecimientos sino para comprender el alto nivel de
correspondencia entre lo ocurrido en la Argentina y el modelo del alarmismo social.
Susana Murillo establece como punto de partida a mediano plazo la década de los 70’,
cuando comenzó a ser vista como peligrosa la pobreza de las naciones del Tercer

76
Murillo, Susana. “El nuevo pacto social, la criminalización de los movimientos sociales y la “ideología
de la seguridad”. Buenos Aires: OSAL, FLACSO, Mayo, 2004. p. 29
77
Murillo, Susana. “El nuevo pacto social, la criminalización de los movimientos sociales y la “ideología
de la seguridad” .Buenos Aires: FLACSO, Mayo- agosto de 2004. p. 263
78
Murillo, Susana. “El nuevo pacto social, la criminalización de los movimientos sociales y la “ideología
de la seguridad” .Buenos Aires: FLACSO, Mayo, 2004. p. 34
79
Murillo, Susana. “El nuevo pacto social, la criminalización de los movimientos sociales y la “ideología
de la seguridad” .Buenos Aires: FLACSO, Mayo, 2004. p. 37
80
Seoane, José. “Argentina: la configuración de las disputas sociales ante la crisis”. Op. Cit. p. 37

23
Mundo en el contexto internacional de una creciente interdependencia entre los países.
Por eso, la premisa básica a cumplir era la “gobernabilidad” en los países
subdesarrollados. Así, las dictaduras fueron un primer intento de lograr consenso por
temor, pero al imponer un “límite a los flujos de mercancías, poder e información”,
sostiene Murillo, “el consenso por temor no implica una adecuada economía de poder”.
Por ello, el retorno a la democracia en los 80’ exigía el surgimiento de “un nuevo pacto
social” bajo “nuevas formas de control e intervención por parte de Estados Unidos”81.
Murillo explica que “los estados de los países subdesarrollados debieron adoptar como
principales funciones el crear las condiciones jurídicas necesarias para que las empresas
multinacionales se desarrollaran libremente y la administración de la policía para
marginar a los nuevos desocupados tanto en el espacio rural como en el urbano”82.
Hacia los 90’ el nuevo pacto social se basó en el “consenso por apatía, que se constituyó
poco a poco como base de unas democracias sustentadas en el desinterés por la política
el cual tiene su fundamento más profundo en el temor asentado en el hecho de que
desde los 70’ el Estado se había centrado en gestionar la muerte”83.
La legitimidad y la represión se convirtieron entonces en dos herramientas
fundamentales para vincular directamente a los países del llamado Tercer Mundo a la
economía globalizada y la sociedad del riesgo. La legitimidad de las democracias
latinoamericanas se sustentó en la capacidad de gestionar el riesgo a través de la
represión y en la apertura de sus economías con la promesa de un sostenido crecimiento
económico. Sin embargo, como sostiene Murillo, “las prácticas neodecisionistas de los
90’ consolidaron el consenso por apatía hacia la ejecución de políticas que saquearon las
riquezas en Latinoamérica”84.
Eduardo Grüner se refiere a la globalización como la extensión de los dominios de un
único poder al que él denomina imperio y se refiere a las “sociedades periféricas”:
“arrasadas, violentadas y destruidas hasta lo indecible por la mundialización capitalista:
destrucción sistemática- otra vez, política, económica, social, cultural, jurídica- que,
insistimos, lleva más de cinco siglos, pero que en las últimas décadas las ha
transformado, más que en una tierra baldía, en un campo minado” 85. El saqueo al que
81
Murillo, Susana. “el nuevo pacto social, la criminalización de los movimientos sociales y la “ideología
de la seguridad”. Op. Cit. p. 264 y 265
82
Entrevista realizada por las autoras a la socióloga Susana Murillo
83
Murillo, Susana. “El nuevo pacto social, la criminalización de los movimientos sociales y la “ideología
de la seguridad”. Op. Cit. p. 266
84
Murillo, Susana. “El nuevo pacto social, la criminalización de los movimientos sociales y la “ideología
de la seguridad”. Op. Cit. p. 267
85
Grüner, Eduardo. El fin de las pequeñas historias. Buenos Aires: Paidós, 2002. p. 14

24
los diferentes autores se refieren atraviesa la esfera económica atentando contra la
propia identidad de los ciudadanos.
Asimismo, la desaceleración de la economía mundial, en un contexto de
interdependencia, que se manifestó en la recesión de los Estados Unidos, el
estancamiento japonés y las dificultades de la Unión Europea para la implementación
del euro repercutió gravemente en América Latina. Emilio Taddei explica: “La
profundización de los planes de ajuste neoliberal como respuesta oficial a la crisis en
numerosos países de la región ahondó las tensiones y favoreció el estallido de
numerosos conflictos sociales”86.
A su vez, el 11-S87 permitió a los Estados Unidos afianzar su hegemonía en el ámbito
internacional a través del despliegue militar, la consolidación de la liberalización
comercial y la redefinición de las instituciones internacionales en las cuales es la figura
principal. “El 11 de septiembre ha desnudado de una vez por todas lo que también debió
haber sido evidente desde mucho antes: la política (y la ley, inseparable de ella) la hace,
por el momento el imperio. Y cada vez más, la hace bajo la forma de su lógica
constitutiva, la de la guerra”88, sostiene Grüner.
Particularmente en la Argentina, este proceso se manifiesta en los ejercicios militares
conjuntos desarrollados en Salta –curiosamente, uno de los puntos donde el conflicto
piquetero ganaba protagonismo- y la instalación de bases militares, la política
económica desplegada por el Gobierno Nacional y las relaciones de negociación que se
desarrollan con el Fondo Monetario Internacional.
El mismísimo Joseph Stiglitz comentó poco tiempo después de la crisis: “El colapso
argentino en 2001 es uno de los más recientes fracasos (del FMI) en los últimos años.
Dada la alta tasa de desempleo durante 7 años, lo asombroso no es que los ciudadanos
se amotinaran sino que sufrieran en silencio durante tanto tiempo”89.

Alarma celeste y blanca


“Hablé con personas que tenían las
puertas electrificadas, uno me hablaba

86
Taddei, Emilio. “Crisis económica, protesta social y “neoliberalismo arma” en América Latina”
Buenos Aires: FLACSO, Junio 2002. p. 29
87
11-S refiere al ataque de las Torres Gemelas en Nueva York, Estados Unidos, producido el 11 de
septiembre de 2001.
88
Grüner, Eduardo. El fin de las pequeñas historias. Buenos Aires, Argentina: Paidós, 2002. p. 19
89
Bonasso, Miguel. El palacio y la calle. Argentina: Grupo Editorial Planeta, 2002. p.133

25
con un cuchillo en la mano, hubo
barricadas en las esquinas”,
Leonardo Torresi, periodista de Clarín

El 2001 llegó caracterizado por la proliferación de protestas sociales, represiones,


corridas bancarias, default, ajustes salariales, piquetes y saqueos. El clima predominante
era de incertidumbre. La siguiente noticia podía ser peor aún que la anterior.
El 30 de noviembre, mientras los trabajadores de la fábrica de cerámica Zanón S.A eran
reprimidos y se preveía un dificultoso comienzo del ciclo lectivo 2002 por la posible
eliminación del Incentivo Docente, la corrida bancaria precipitó el desastre. La fuga
incontrolable de depósitos puso a los bancos, supuestamente, en peligro y el Gobierno
anunció un nuevo paquete de medidas económicas que puso un tope de $250 a la
extracción de dinero en efectivo y prohibió las transferencias al exterior. La
Intangibilidad de los Depósitos90 pareció ser una broma de mal gusto. La decisión
repercutió no sólo en la oposición, sino también en la Justicia, el Fondo Monetario
Internacional, otros países de la región y, sobre todo, en la calle.
El Partido Justicialista no sólo se manifestó en desacuerdo, sino que además previó
públicamente la caída del entonces Presidente Fernando De La Rúa. Por su parte, el
Juez Martín Silva Garretón declaró inconstitucional el límite para los retiros de efectivo
y se abrió la vía de los amparos judiciales. En el ámbito internacional, el FMI se negó a
enviar el dinero prometido porque la Argentina no había cumplido con las expectativas
y los representantes de diferentes Gobiernos discutían como afectarían los recientes
sucesos a la economía de la región. Mientras tanto, lo operadores financieros ya
elaboraban instrumentos, legales y no tanto91, para sacar dinero al exterior.
La confusión fue la primera reacción de las personas que se acercaron a los bancos una
vez puesto en marcha el paquete económico. El plan no había sido claro y nadie estaba
muy seguro de qué era lo que podía hacer y qué no. Annabella Quiroga, periodista de
Clarín relata: “La gente llamaba al diario para preguntarnos qué hacer. Imaginate que en
la sección de Economía éramos como los consejeros de nuestros lectores. Inventaban

90
La Ley Nacional 25.446 de Intangibilidad de los Depósitos fue sancionada el 29 de agosto de 2001 y,
en su artículo 2 establecía: “El Estado nacional en ningún caso podrá alterar las condiciones pactadas
entre los depositantes y la entidad financiera, esto significa la prohibición de canjearlos por títulos de la
deuda pública nacional u otros activos del Estado, ni prorrogar el pago de los mismos, ni alterar las tasas
pactadas, ni la moneda de origen, ni reestructurar los vencimientos, los que operarán en las fechas
establecidas por las partes”.
91
Página 12, 5 de diciembre de 2001, “Vías para eludir el congelamiento”, pág. 11

26
cualquier cosa para que les pasen con nosotros. Hasta que tuvimos que pedir que no nos
pasen más llamados”92.
Los comerciantes, dada la falta de liquidez, tuvieron que adaptarse y prepararse para
recibir tarjetas de crédito, de débito y cheques. Pero el desconcierto enseguida dio paso
a la bronca y aparecieron los primeros piedrazos y pintadas contra las sucursales de los
bancos. “Chorros, devuelvan la plata”, “vendepatrias” y “Cavallo genocida” decoraban
las entradas de las entidades bancarias y la Federación Económica de la provincia de
Buenos Aires llamó a un apagón de protesta, con cacerolazos y bocinazos para el
miércoles 12 de diciembre.
La industria, el campo, la banca local y el sindicalismo apuntaron contra Cavallo y
exigieron al Gobierno alentar la producción y el trabajo. Los pronósticos eran cada vez
más desalentadores. El riesgo de default total, el fantasma de la devaluación y el
agravamiento de la recesión se instalaron en los medios. El riesgo país se disparó y el
aguinaldo de los jubilados y estatales sufrió un nuevo ajuste.
El 12 de diciembre, en medio del caos económico, comenzaron a sentirse las cacerolas.
Los sectores urbanos de la población comenzaron a manifestarse con novedoso
entusiasmo. Martín Granovsky, periodista de Página 12, escribió:
“Un recorrido desde el Congreso hasta Scalabrini Ortiz y Santa Fe poco
después de las ocho permitió trazar un mapa de la protesta en la calle.
Ruido en Congreso. Golpe de metal en las veredas. Cacerolazos. Tránsito
normal, acentuado porque no hubo corte de calles. Y al cruzarse con un
grupo de ruidosos, bocinazos. Más cacerolazos en Córdoba y Azcuénaga,
en la zona de las facultades, pero quienes protestaban no eran estudiantes
sino, otra vez, vecinos y comerciantes unidos en grupos de cinco o diez.
Ruido en Salguero y... Y mucho, mucho ruido en Scalabrini Ortiz y Santa
Fe, siempre con más mujeres que hombres como en el resto del país. Entre
las ocho y media y las nueve menos cuarto, los vecinos se miraban de
reojo de balcón a balcón mientras hacían sonar una tapa o una sartén
con más o menos sentido del ritmo.
Lo mismo en Federico Lacroze y Ciudad de la Paz, en Belgrano, y en
Corrientes y Medrano, donde una señora se quejaba de que los
argentinos, en realidad, protestan muy poco aunque “todos estamos
perdiendo”. Por la noche, en Cabildo, el entusiasmo fue tan grande que
92
Entrevista realizada por las autoras de esta tesina con Annabella Quiroga

27
los ruidos empezaron antes y terminaron después. En Santa Fe y Salguero
el tránsito llegó a estar cortado. En Pueyrredón y Las Heras una señora
gritaba que “el que estatizó la deuda fue él”, hablando de Cavallo y su
maniobra en 1982, como presidente del Banco Central durante la
dictadura militar.
La misma situación de espontaneidad y sonido de metales se repitió en
Rosario, Córdoba, Salta y Jujuy, y fue muy notoria en la zona sur del
Gran Buenos Aires, donde algún comerciante inclusive llegó a explicar
que en el exterior los descubiertos no se cobran y aquí suelen ser
castigados con intereses de usura.”93

Seoane sostiene que “diciembre marca así la incorporación al arco social de la protesta
de los sectores urbanos –particularmente las capas medias de la Ciudad de Buenos Aires
y el conurbano castigadas también por la polarización social de las últimas décadas-
bajo sus propias formas de protesta – cacerolazos - y organización – asambleas
barriales-”94. Sin embargo, Felipe Yapur, periodista de Página 12, afirma que dicha
unión entre los diferentes sectores económicos de la sociedad resultó fugaz y no implicó
un verdadero compromiso de lucha. Yapur explica: “Hubo un momento en que se
proclamaba `piquete y cacerola, la lucha es una sola´… duró lo que dura un huevo en
una canasta. Porque una vez que todo se estabilizó las diferentes clases sociales fueron
volviendo a su lugar, manteniendo sus diferencias. Las clases más pudientes se
solidarizaron con los pobres, pero cuando se mejoró la situación del bolsillo dijeron `yo
te acompaño pero no te quiero al lado mío´”95.
La movilidad de las clases sociales altas, propia de la globalización, les permite unirse a
la protesta social cuando lo consideran necesario y alejarse de ella cuando dan por
logrados sus objetivos. Bauman explica: “Una diferencia entre “los de arriba” y “los de
abajo” es que los primeros pueden alejarse de los segundos, pero no a la inversa” 96.
Yapur completa su idea al decir que “en ese momento la clase media sentía que estaba
tan cagada como los pobres; sólo que los pobres estaban mucho más cagados”.97

93
“Los cacerolazos pusieron en máximo el fuego del enojo y el fastidio”, Martín Granovsky, Página 12,
Jueves 13 de diciembre de 2001, pág. 6.
94
Seoane, José. “Argentina: la configuración de las disputas sociales ante la crisis” Op. Cit. p. 38
95
Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Felipe Yapur
96
Bauman, Zygmunt. Op. Cit. p. 114.
97
Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Felipe Yapur

28
A las protestas les siguieron los saqueos. Los primeros asaltos a supermercados se
registraron el viernes 14 de diciembre en las ciudades de Rosario y Mendoza donde las
personas se llevaron comida. Pablo Morosi, corresponsal de La Nación en La Plata,
reflexiona: “La gente llegó a una situación en la que era capaz de levantarle la persiana
(del local) a esa persona a la que veía todos los días. Porque no es que se iban a otro
barrio a saquear. En el mismo lugar a donde iban todos los días a comprar un litro de
leche, afanaban todo… al mismo tipo”98.
Nuevamente el Gobierno Nacional fue señalado como responsable y empezaron a sonar
las palabras “juicio político”, “mal desempeño” y “traición a la patria”. A los pocos días
los saqueos se extendieron a Entre Ríos y el Gran Buenos Aires y la represión policial
hizo sus primeras apariciones en las zonas urbanas.
La violencia, el desconcierto social y la angustia se propagaron rápidamente. Leonardo
Torresi, periodista de Clarín, recuerda una recorrida que hizo por la Zona Norte del
Conurbano Bonaerense en la que encontró pánico entre sus entrevistados. “La gente
pobre decía que tenían que cuidarse porque supuestamente iban a venir otros pobres a
avanzar sobre sus barrios a usurparles las casas. Hablé con personas que tenían las
puertas electrificadas, uno me hablaba con un cuchillo en la mano, había barricadas en
las esquinas. Te estoy hablando de barrios tipo monoblocks, bien pobres, que se estaban
cuidando de otros, supuestamente más pobres, que iban a venir”99, relató Torresi.

El estallido

“El final más sangriento de la última


etapa democrática”,
Página 12, 21 de diciembre de 2001

La tensión social que se acrecentaba en todo el país – la cual parecía pasar


desapercibida para el presidente de la Nación que negaba la existencia de un estallido
social- acentuó la intervención de la policía en forma localizada, primero, y condujo a la
declaración del estado de sitio, una medida represiva e instrumento a favor de la
gobernabilidad tan añorada por los EEUU. De La Rúa habló el 19 de diciembre en

98
Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Pablo Morosi
99
Entrevista realizada por las autoras de la presente tesina a Leonardo Torresi

29
Cadena Nacional, cerca de las 11 de la noche, y la respuesta de los ciudadanos fue un
cacerolazo espontáneo. "La sala de los periodistas no tiene ninguna ventana (…).Le
pedimos permiso a Gioja que era el presidente del bloque del PJ en ese momento si
podíamos ver por la ventana y que se yo y bueno, ahí miramos y pudimos ver que venía
un río de gente. Había ruido de cacerolas… y empezamos a ver que había un montón de
gente que estaba bajando… eh, gente, familias enteras… con cacerolas y demás que
venían por Av. De Mayo y por la calle Rivadavia que venían por el lado de Flores. Ahí
hablamos a los diarios y empezamos a avisar (…). Acá nos decían menos mal que estás
ahí porque nos está llamando gente común de distintos barrios y dicen que ven gente
pasando”, relató Alfredo Gutiérrez.
Al reclamo popular, el Gobierno reaccionó con la renuncia del Ministro de
Economía.”Cuando nos juntamos en la Sala de Periodistas, que somos de distintos
lugares –de la Nación, de Clarín, de las Agencias, de Télam-, lo que arreglamos con
nuestros medios fue que nos sumábamos acá a ver qué pasaba a ayudar en la cobertura.
Entonces, entre la curiosidad periodística – la curiosidad propia que llevamos adentro
todos los periodistas- quisimos bajar y sumarnos a la gente que estaba yendo hacia la
Plaza. Así que ahí pudimos ver cómo era todo, íbamos contando por teléfono…
contábamos ahí también que recién empezaba la represión. Y bueno, cuando llegamos a
la Plaza nos enteramos de que Cavallo había renunciado. Nosotros sabíamos y la gente
que estaba ahí, no”, continuó su relato Alfredo Gutiérrez.
La dimisión de Domingo Cavallo y, más tarde, de todo el gabinete, anticipó los hechos
del 20 de diciembre. A las 19.52 se alzó del techo de la Casa Rosada el helicóptero en el
que se marchaba De La Rúa luego de haber presentado su renuncia como Presidente. El
saldo de la jornada fue de 22 muertos en todo el país, violencia generalizada y una
acefalía institucional sin precedentes. Página 12, en el copete de la nota titulada
“Fernando de la Rúa se fue como quien desangra” publicada el 21 de diciembre
sostenía: “En sólo 740 días de mandato, al ordenar una represión sin límites y dilatar su
renuncia generando un vacío institucional, De la Rúa logró consumar el final más
sangriento de la última etapa democrática”100.
La salida de De la Rúa fue uno de los momentos álgidos de la crisis porque se
concretaba la acefalía institucional del país tan temida hasta ese momento. La Nación
relató la salida De la Rúa:

100
Página 12, 21 de diciembre de 2001, Fernando de la Rúa se fue como quien desangra, Página 12, pág.
2.

30
“El epicentro de la violencia fue la Plaza de Mayo. Los enfrentamientos
empezaron con la represión policial, con disparos de balas de goma y de
gases lacrimógenos, a un grupo de manifestantes pacífico, a las 9.30. El
descontrol se generalizó con el paso de las horas. Sólo en el micro centro
porteño murieron cinco personas, atacadas por la policía con balas de
plomo.
La tensión política se hacía insostenible. A las 16, De la Rúa, en la
máxima soledad política (todo su gabinete había renunciado), hizo un
último intento por seguir en el poder. (…)
Miles de personas ocupaban las calles del centro porteño y se batían en
forma incesante con agentes de la policía federal. Columnas de humo
salían del edificio de la sede del Banco Provincia y se registraban
destrozos en una hamburguesería frente al obelisco. (…)
La Avenida de Mayo seguía regada de cascotes, vidrios y ladrillos.
Pasaban patrulleros a velocidades extraordinarias. Llovían disparos de
balas de goma y plomo. El aire era irrespirable, después de casi un día de
explosiones de gases lacrimógenos.
A las 19.52, De la Rúa caminó con la cabeza gacha hacia el helicóptero.
Lo abrazaba el edecán del Ejército, teniente coronel Gustavo Giacosa. La
nave despegó, entre insultos de la gente que lo miraba desde la avenida
Leandro N. Alem. Partió hacia la quinta de Olivos.”101

“La desobediencia frente al estado de sitio decretado el miércoles por la noche, la


confrontación con las fuerzas policiales del día jueves, la impugnación abierta a los
poderes constituidos manifestada en las movilizaciones posteriores, no refería
simplemente a la manifestación de ahorristas enfurecidos”, sostiene Seoane102. De
hecho, los acontecimientos posteriores probaron que el temor permanecía instalado en
la sociedad, que la angustia no se disipaba con nuevos dirigentes, que la pesadilla no
terminaba aún.
Mientras los comerciantes estaban preocupados por los destrozos en los locales103,
todavía había manchas de sangre en las cercanías del obelisco104, los farmacéuticos
101
La Nación, 21 de diciembre de 2001, “Renunció De la Rúa: el peronista Puerta está a cargo del Poder
Ejecutivo”, pág 4
102
Seoane, José. “Argentina: la configuración de las disputas sociales ante la crisis” Op. Cit. p. 39
103
DIARIO
104
DIARIO

31
denunciaban desabastecimiento de remedios105 y los vecinos de diferentes barrios del
conurbano se preparaban para defenderse ante la posibilidad de nuevos saqueos 106,
Ramón Puerta, como presidente provisional del Senado convocó a la Asamblea
Legislativa que designó como Presidente a Adolfo Rodríguez Saá. “A ver si lo entiende
de una vez: yo soy el Pre-si-den-te”107 tituló Clarín una nota de Mariano Thieberger en
referencia a la respuesta del mandatario frente a la pregunta de si pensaba dormir en la
Quinta de Olivos.
Los medios reconstruyeron una nueva sensación: Al parecer, Rodríguez Saá quería
quedarse en el cargo de Presidente más de los 90 días pautados para la convocatoria a
elecciones. Felipe Yapur contó en Página 12 una escena bastante ilustrativa en la que un
diputado de San Luis le decía: “Es un tipo de manías extrañas. Por ejemplo, si alguien le
presta un sulky, luego no hay Dios que lo obligue a devolverlo”108.
Las primeras medidas del flamante Presidente fueron el otorgamiento de subsidios, el
anuncio de una nueva moneda denominada el Argentino y la anulación del recorte a los
jubilados. Pero a falta de planes integrales para superar la crisis, a la par de los intentos
de algunos sectores –por no decir algunas figuras- del Partido Justicialista de prolongar
la presidencia de Rodríguez Saá por dos años, en lugar de llamar a elecciones para
marzo de 2002. Fruto del descontento generalizado, un nuevo cacerolazo sacudió a la
ciudad el 28 de diciembre.
“Tras la asunción de Rodríguez Saá de su brevísimo mandato como Presidente, las
disputas de poder al interior del Partido Justicialista y la puja entre las fracciones del
bloque dominante abrieron el espacio para que el bullar de las cacerolas y las
movilizaciones marcaran el tiempo de la crisis política”, sostienen Seoane, Taddei y
Clara Algranati109. Frente al reclamo popular, Rodríguez Saá intentó un acuerdo con los
mandatarios peronistas en Chapadmalal, donde también se hicieron escuchar los
cacerolazos.
“Después de media hora de reunión, en el chalet número tres del complejo presidencial
de Chapadmalal se respiraba tensión. Había empezado serena, hasta que Adolfo
Rodríguez Saá, con los ecos del último cacerolazo todavía repiqueteando en sus oídos,
hizo un conteo visual de los gobernadores que estaban sentados frente a él y sentenció

105
DIARIO
106
DIARIO
107
Clarín, 24 de diciembre de 2001, pág.4
108
Bonasso, Miguel. Op. Cit. p. 256.
109
Seoane, José. “Argentina: la configuración de las disputas sociales ante la crisis”. Op. Cit. p. 49

32
en tono firme: “Para seguir acá yo necesito apoyo. Los convoqué para ver cómo
salimos de esto y en vez de venir catorce vinieron seis. Así yo no sigo, renuncio”110.
Siete días duró el mandato de Rodríguez Saá, que se deshizo en internas del Partido
Justicialista. A la renuncia del primer mandatario, siguió la dimisión del presidente
provisional del Senado Ramón Puerta, que ya había ocupado la jefatura de Estado por
24 horas tras la salida de De la Rúa. Así, Eduardo Camaño, titular de la Cámara de
Diputados fue el encargado de conducir a la Asamblea Legislativa que designaría nuevo
presidente. Los nombres que sonaban para ocupar el cargo eran los de Carlos Ruckauf y
Eduardo Duhalde, quien finalmente se convirtió en titular del Ejecutivo.
“La incertidumbre es el signo de este fin de año en la Argentina. Como si fueran poco
la crisis económica, las restricciones bancarias y el enojo social con los dirigentes, el
país volvió ayer a quedar al borde de la acefalía presidencial”111.
Es imposible poner un alto en la historia de la Argentina a principios de 2002. Sin
embargo, el escenario social, político y económico de diciembre de 2001 explicita las
características de un contexto no sólo alarmante, sino también alarmista. El proceso que
termina por poner en quiebre las instituciones argentinas es aún más complejo que la
lucha por el poder y que los reclamos ciudadanos. Hacia la fecha de análisis se plasma
un fenómeno inherente a la sociedad del riesgo global que se estaba gestando en todo el
mundo.
Medios mediante

“No hay guerras sin cámaras, no hay


muertos sin imágenes, no hay escándalo
sin nota, ni tragedia sin crónica”.
Martín Latorraca y Hugo Montero en
“El Periodismo Urgente”

La reconstrucción de los hechos históricos a través del relato de los medios no es casual,
sino que su razón de ser radica en el protagonismo de los canales de comunicación de
masas en el complejo proceso del alarmismo social. No sería justo, ni serio, atribuirles
el rol de propagadores del miedo, porque no es tal el objetivo con el que nacieron ni se

110
Clarín, 31 de diciembre de 2001, “En vez de catorce, sólo vinieron seis. Así yo no sigo, renuncio”, pág.
4
111
Clarín, 31 de diciembre de 2001, “Renunció Rodríguez Saá y volvió a abrirse otra pelea en el PJ por la
presidencia”, pág. 2.

33
lo han propuesto nunca. Por otro lado, el presente trabajo busca apartarse del concepto
de rol en referencia a los medios –así como en referencia a cualquier otro actor social
objeto de análisis- porque éste les asignaría una categoría única y definida que es
contraria a su propia naturaleza ya que estos se definen y redefinen a través de sus
acciones e interacciones con la sociedad en la que circulan sus mensajes y desde la cuál
recogen los acontecimientos. Tampoco es la intención plantear la absoluta inocencia e
ingenuidad de los medios recurriendo a argumentos como los de la existencia de una
conspiración superior.
Por el contrario, el fin del análisis es la exposición de las lógicas de producción de la
información en la sociedad posmoderna capitalista como factor que inevitablemente
conduce a la propagación de la alarma. James Lull sostiene que “los medios contribuyen
a modelar y a mantener ciertas reglas y las predisposiciones ideológicas que están en la
base de esas reglas porque su inigualable y poderosa capacidad técnica y su atractivo
contenido son los medios más efectivos de difundir información que se hayan inventado
nunca”112. Ahora bien, en la sociedad del riesgo global ¿Qué subyace a las reglas
sociales y predisposiciones si no es la gestión del miedo? Y los medios toman del
mundo de lo real, y reconstruyen.
Las publicaciones de los tres diarios de referencia en la Argentina reconstruyeron la
alarma social y la propagaron en tanto se multiplicaron sus contactos con la audiencia.
“Los cajeros dijeron que así no va más”113, “Temor a la rebelión”114, “Pesadillas del
nuevo orden”115, “Corte de manga del FMI”116 y “Tiempos duros”117 son sólo algunos de
los titulares de Página 12 en los primeros diez días de diciembre de 2001. La Nación,
por su parte tituló “En noviembre el déficit fiscal subió a más de $800 millones” 118, El
consenso con el PJ sigue siendo lejano”119 y “Rige el estado de sitio en todo el país” 120en
los siguientes diez días. Finalmente, Clarín escribió “Hubo siete muertos y casi 140
heridos durante los saqueos”121, “La resaca de la violencia en una zona casi arrasada”122,

112
Lull, James. Op. Cit. p. 84
113
Página 12, 1° de diciembre de 2001, pág. 5
114
Pagina 12, 4 de diciembre de 2001, pág. 4
115
Página 12, 5 de diciembre de 2001, pág. 10
116
Página 12, 6 de diciembre de 2001, pág 2
117
Página 12, 9 de diciembre de 2001, págs.14 y 15
118
La Nación, 13 de diciembre de 2001, tapa
119
La Nación, 15 de diciembre de 2001, pág. 11
120
La Nación, 20 de diciembre de 2001, pág. 6
121
Clarín, 20 de diciembre, pág. 24
122
Clarín, 22 de diciembre, pág. 42

34
“Dicen que se produce delirio de saqueo en el Conurbano”123, “Otra vez, la bronca nació
en los barrios y llegó a la Plaza”124.
Los titulares de los diarios infundían temor. Murillo explica que “la explicación entre la
exposición de violencia y su influencia objetiva no es unánime, pero investigaciones
empíricas en el marco de la teoría del cultivo ponen el acento en su influencia en la
percepción de la sociedad más que en la alteración de comportamientos”125. Las
amenazas al ciudadano en los planos económico, político y social eran permanentes. Si
no peligraban su empleo, estaban en riesgo sus depósitos, o su libertad de movimiento,
o su seguridad personal, su derecho a expresarse.
Dado el protagonismo de los medios en el fenómeno del alarmismo social, es necesario
no sólo referir, sino profundizar sobre su actuar durante diciembre de 2001 y la difusión
del temor a través de las vías de comunicación de masas al mismo tiempo que mantener
en perspectiva la relación dinámica y contradictoria entre la institución mediática y la
sociedad.
Hasta aquí hemos intentado situar al lector de este trabajo en: cuál es la perspectiva de
análisis, cuáles fueron los hechos que contextualizan la investigación y qué relatan los
periodistas sobre lo ocurrido. De aquí en adelante se intentará contar, retratar y analizar
los mecanismo a través de los cuales se construyeron los hechos de diciembre de 2001
qué mecanismo y cómo los periodistas describen su actividad profesional en dicho
período.
Capítulo 3: Sospecha de alarmismo
De climas de opinión y medios de comunicación

“Gracias a la información el hombre


vive como un hombre libre. Todo el
mundo está convencido de ello. Y sin
embargo, los media han entrado en una
era de sospecha”
Ignacio Ramonet en “La tiranía de la
comunicación”.

123
Clarín, 23 de diciembre, pág. 30
124
Clarín, 29 de diciembre, pág. 4
125
Murillo, Susana. “El nuevo pacto social, la criminalización de los movimientos sociales y la
“ideología de la seguridad”. Op. Cit. p. 267

35
Los medios de comunicación se encuentran hoy en el ojo de la tormenta. Como sostiene
Ignacio Ramonet: “Nadie niega la indispensable función de las comunicaciones de
masas en una democracia. La información es esencial para la buena marcha de la
sociedad. No hay democracia posible sin una buena red de comunicaciones y sin el
máximo de informaciones”126. Sin embargo, se ha puesto bajo sospecha el actuar de los
medios de comunicación y los profesionales de los mismos a partir de su intervención
en los procesos sociales.
Para comenzar a abordar el problema es necesario conceptualizar la relación entre
medios y sociedad. James Lull afirma: “Desde el punto de vista técnico, por supuesto,
los medios de comunicación masiva no pueden ni reflejar ni construir la realidad
sociocultural puesto que tal cosa no existe en modo alguno como algo puro o
permanente… Lo que hacen en cambio es reunir fragmentos simbólicos para producir
relatos que se asemejan en algunos sentidos y no en otros a lo que nos rodea”127.
En el mismo sentido, Elizabeth Noelle Newmann explica que “la cultura mediática
consiste en lo que seleccionan del mundo y nos ofrecen los medios de comunicación” y
esto conduce a que “como el mundo real no está a nuestro alcance, a nuestra vista, ésta
sea nuestra única perspectiva sobre el mundo”128.
A su vez, hay que tener en cuenta que los mensajes que producen los medios están
elaborados a su vez por periodistas, profesionales de la información. Noelle Newmann
precisa: “Los periodistas sólo pueden referir lo que son capaces de percibir desde su
conciencia. El lector sólo puede completar y explicar el mundo mediante una conciencia
que ha sido creada en gran parte por los medios de comunicación”129.
En el mismo sentido, Mc Quail sostiene que “los efectos de los medios de comunicación
se producen de forma inconsciente, como consecuencia de tendencias organizativas,
hábitos organizacionales y condicionamientos técnicos”130. Por ello es que el análisis de
los medios, cualquiera sea el objetivo de la investigación debe tener una visión
integradora de su actividad como empresas informativas, instituciones creadores y
transmisoras de símbolos y actores sociales.

126
Ramonet, Ignacio. La tiranía de la comunicación. España: Debate, 2000. p.191.
127
Lull, James. Op. Cit. p. 101 y 102.
128
Noelle Newman, Elisabeth. Op. Cit. p.197.
129
Noelle Newmann, Elisabeth. Op. Cit. p. 196.
130
McQuail, Denis. Op. Cit. p. 253.

36
Massimo Bonfantini sostiene que para realizar un análisis completo de la interacción
entre los medios y la sociedad hay que tener en cuenta tres modalidades de impacto131
que podemos sintetizarlas en:
• Dimensión económica o lógica comercial
• Dimensión ideológica
• Dimensión de producción de conocimiento
Profundizar y evaluar las tres dimensiones por separado conllevaría esquematizar las
características de manera tal que impediría la comprensión, porque estas se
retroalimentan permanentemente entre si. Sin embargo, es pertinente tenerlas en cuenta
para que ninguna quede fuera de la investigación por su interdependencia y
complementariedad.
Hablar de los medios de comunicación como una institución, en singular, no implica
necesariamente comprenderlos como una unidad. Cada medio, tiene características que
hacen a su identidad. En primer lugar, cabe mencionar el soporte. Sin llegar a afirmar
categóricamente, como Marshall Mc Luhan, que “el medio es el mensaje”, Stevenson
plantea que es necesario apelar a las formas técnicas de los medios ya que estas
configuran la percepción humana. “La cultura de la imprenta reemplaza el juego sensual
de las culturas orales por un modo de pensamiento predecible y estandarizado” 132,
sostiene éste último.
Por otro lado, cada medio tiene sus propios objetivos y, en relación a ellos, se dirige a
diferentes públicos, establece determinado tipo de contenido y organiza el trabajo de
una manera específica. En estas organizaciones están insertos los profesionales de la
comunicación.
“Gracias a la información el hombre vive como un hombre libre. Todo el mundo está
convencido de ello. Y, sin embargo, los media han entrado en una era de sospecha”,
sostiene Ramonet133. Los mismos productores de la alarma, los que siembran
permanentemente la incertidumbre, son ahora los sospechados. Sería imposible disipar
las sospechas así como estaría fuera del alcance brindar respuestas y certezas, cuando la
época apenas permite preguntas y la posibilidad de articular conceptos.
El periódico es una industria y la elaboración de la noticia, un proceso productivo. Gran
cantidad de capitales están comprometidos en el mercado de la información e
131
Bonfantini, Massimo. Op. Cit. p. 54.
132
Stevenson, Nick. Culturas mediáticas. Teoría social y comunicación masiva. Buenos Aires: Amorrortu,
1998. p. 188.
133
Ramonet, Ignacio. Op. Cit. p. 191.

37
intervienen las empresas – medios-, los trabajadores –periodistas, ya sean editores,
cronistas, columnistas, editorialistas o jefes de sección- y los recursos – los
acontecimientos como materia prima, las fuentes, los datos, la capacidad interpretativa
de los periodistas, entre otros-. Los tres elementos se ensamblan de tal manera que al
final de cada jornada el producto sale a la calle: EL PERIÓDICO.
Al igual que cualquier trabajador en su propio ámbito, el proceder del periodista se
encuadra en una rutina de trabajo, un esquema de acciones sucesivas que dan por
resultado un producto terminado. Sin embargo, el trabajo con la información tiene
algunas diferencias sustantivas con las demás industrias por su propia naturaleza. Al
manipular un bien que le pertenece a la sociedad en su conjunto, como es el caso de la
información y dada su función como actor social, se puede decir que la noticia produce
y es producida.
El concepto de noticia presenta una dificultad a la hora de su definición, pues se trata de
un término complejo y extenso imposible de ser definido de manera absoluta. Pero más
allá de las precisiones en cuanto a su significado, existe un consenso en que el origen de
la noticia: es el acontecimiento y el pasaje de uno a otro se da a través de un proceso
mediado por el actuar del periodista. Por lo tanto, su labor consiste en tomar un hecho
de la realidad, procesarlo y difundirlo hacia la sociedad.
En el proceso de elaboración de la información, los periodistas intervienen
principalmente a partir de dos acciones: “seleccionar” y “jerarquizar”. Si bien estas dos
actividades afectan todas las decisiones que se toman, desde qué temas abordará cada
edición del diario hasta cómo se redacta la nota, es fundamental analizarlas en tres
instancias de la producción de la noticia: la determinación de los acontecimientos
noticiables, la consulta de fuentes y el armado de la nota. En este sentido, y de una
manera que peca de simplista pero puede resultar muy gráfica, la actividad profesional
periodística puede sintetizarse en tres acciones: mirar, contar y hacer contar.

La Médula

“La noticia, y sólo la noticia, forma la


médula del diario moderno”, Roig y
Bergadá en el El Arte de ser Periodista

38
“Las noticias son fabricaciones que informan sobre sucesos incontrolados, mientras que
la palabra fabricación implica planificación, previsión y producción rutinaria (…) se la
puede ver como el resultado del empeño de tratar sistemáticamente lo inesperados, al
hacerlo, imponerle un orden”, Denis McQuail134.

“La noticia no es una imagen de la realidad – que pueda meramente ser correcta o
deformada – sino que es un marco, una ventana, a través del cual se construye
rutinariamente el mundo social, el conocimiento sobre la realidad social”, Amalia
Dellamea135.

“Como todo marco que delinea al mundo, el marco de la noticia puede considerarse
problemático. La visión a través de él depende de si la ventana es grande o pequeña, si
se tiene muchos o pocos cristales, si el vidrio es opaco o claro (…) la escena que se
despliega depende también de dónde está uno, lejos o cerca”, Gay Tuchman136.

Esta última definición es tomada por las autoras de la tesina como un punto de partida
para el desarrollo de este punto. La idea de noticia como ‘ventana al mundo’ la coloca
como un borde a partir del cual los lectores conocen, en gran medida, lo que ocurre en
su entorno. Es preciso destacar la percepción de Tuchman para complementar la anterior
ya que al precisar que “dependerá si esa ventana es grande o pequeña”, deja en claro la
manera en que opera la noticia. Es decir, demuestra que según quién, cómo y cuándo
trabaje con la información para que ella resulte de una u otra manera. El papel del
periodismo cobra relevancia.
Dennis McQuail propone una mirada de la noticia como “fabricación”, un concepto que
encierra el modus operandi del producto informativo. La noticia propuesta como el
resultado de un trabajo (el periodístico) que pone y saca datos como ladrillos en una
construcción137. El hecho de sumar o restar datos no representa una intención deliberada
por crear una ilusión, sino la búsqueda de las palabras más adecuadas para darle a
entender al lector aquello que sucede del modo más claro y sencillo posible.

134
McQuail, Dennis. Op. Cit. p. 142.
135
Dellamea, Amalia. Op. Cit. p. 103.
136
Tuchman, G. La producción de la noticia. Barcelona España: Gustavo Pili Ediciones. S/data. p.9.
137
Esta comparación es válida sólo si se salva la diferencia dada a partir de que la información no es un
elemento rígido ni estático sino absolutamente dinámico y en permanente transformación. De hecho,
desde el mismo momento en que la información se concibe como tal implica ser transformada por el
emisor, modificado por el soporte, condicionada por el canal y reelaborada por el receptor

39
El periodismo, en sí mismo, es una actividad abocada a la selección de temas y
elaboración de productos informativos que le brinda a la sociedad una serie de
elementos que ayudarán a elaborar su percepción del mundo. El fin último del
periodismo, es la noticia propiamente dicha. La realidad que ven los sujetos, es en
verdad, una realidad construida o reconstruida por los medios de comunicación. “la
información y los medios de comunicación son parte del sistema nervioso de una
sociedad. La calidad de esa información determina en gran medida el criterio de
realidad de un país”138 El hecho de informar sobre aquello que pasa, les permite a los
individuos de una sociedad forjarse una idea del mundo en el que viven y así tomar
decisiones respecto a su vida presente y su futuro. Los medios de comunicación
asumieron el rol de intermediarios entre los hechos y la sociedad en general. Sostiene
Alsina: “La prensa se ha convertido para los ciudadanos en la principal fuente de
transmisión de acontecimientos sociales. Justamente en estos últimos, la prensa adopta
una postura más activa, pues no solo se trata de recibir información y comentarla, sino
que hay que descubrir el acontecimiento…” 139
El autor Rodrigo Miguel Alsina afirma que “la producción de la noticia es un proceso
que se inicia con un acontecimiento que está conformado por aquellos elementos
exteriores al sujeto (…) pero los acontecimientos no tienen sentido al margen de ellos
ya que son precisamente los sujetos quienes les dan sentido”140
A simple vista, el concepto de noticia parece sencillo de definir. No obstante, los autores
abocados a la explicación del concepto han hecho su aporte teórico dando por resultado
una definición amplia y susceptible de ser mejorada. “Uno de los problemas más
debatidos entre los teóricos y empíricos del periodismo es la de la noticia, ya que se
trata de una de las definiciones más difíciles de compendiar en pocas palabras, y de una
complejidad tal que su esencia parece continuamente alargarse hacia horizontes cada
vez más vastos”141
En una primera aproximación, Rodrigo Miguel Alsina insinúa, a grandes rasgos, que la
noticia es, para el lenguaje periodístico, la manera de definir a un hecho al que se le va a
dar tratamiento.

Mirar

138
Rodríguez, Esteban. Contra la prensa. Buenos Aires: Puñaladas – Colihue, 2002. p. 276
139
Ibid, p. 87
140
Alsina, Miguel Rodrigo. Op. Cit. p. 1989.
141
Castelli, Eugenio. Op. Cit. p. 36

40
“El periodista actúa como alguien que
en los pasillos repletos de un bazar
recoge esmeradamente las etiquetas. A
la salida, dirá mostrándolas: “He aquí
el bazar”. Las etiquetas existen, son
concretamente parte de la tienda. Pero
ellas devienen un engaño a partir del
momento en que son designadas como
representación de la tienda”
Florence Aubenas y Miguel Benasayag
en “La Fabricación de la Información”

Como hemos explicado hasta aquí y tal como sintetiza Charaudeau, “el espacio público
es una realidad empírica compleja (…) y heterogénea. El acontecimiento de un modo u
otro, es un hecho que se inscribe en el ámbito de la experiencia del espacio público, y
que puede ser referido en forma de mini relato”142. Pero la noticia es más que una mera
descripción de los hechos, dicen las autoras Martini y Luchessi: “La noticia es el relato
de un hecho que implica una ruptura en el devenir cotidiano del mundo y que revela lo
que se ignora. Tiene que interesar a un amplio grupo de personas y responder a los
criterios de novedad, imprevisibilidad, excepcionalidad, relevancia, jerarquía de los
protagonistas, efectos en el futuro de la sociedad, y también a la curiosidad, la
extravagancia, la rareza y el conflicto que ocurra en geografías cercanas, se publique
también en otros medios y respete los tiempos cortos. Todo lo cual supone que se
descarte su calificación como buena o mala. Y exige el marco implícito del compromiso
del periodista con la sociedad y la vigencia de la libertad de prensa” 143. Esta definición,
en su primera oración revela la esencia misma del ejercicio periodístico. La acción de
dar a conocer aquello que la humanidad desconoce pone en relieve la importancia de la
actividad, pues los sucesos constituyen la materia prima de la noticia, la cual
representaría “la forma comunicable que el periodista le da a la información de esos
sucesos”144.

142
Charaudeau, Patrick. El discurso de la información. La construcción del espejo social. Página 166.
143
Martini, Stella y Luchessi, Lila. Op. Cit. p. 117
144
Castelli, Eugenio. Op. Cit. p. 36

41
La noticia es un relato y como tal, implica una construcción lingüística. La producción
de un texto lleva implícito un sello indivisible que le imprime su productor. En el caso
del periodista, ese sello lleva aparejada una responsabilidad superior ya que su trabajo
tiene anclaje en lo real, es decir, no se trata de un texto literario en el que puede dejar
volar su imaginación. Se trata de una nota periodística que busca dar cuenta de
determinados hechos de la manera más clara y completa.
Es necesario hacer un paréntesis para precisar una definición clave en el desarrollo de la
presente tesina. Ana María Amar Sánchez sostiene que “lo real no es describible ‘tal
cual es’ porque el lenguaje es otra realidad e imprime sus leyes: de algún modo recorta,
organiza y ficcionaliza”.145 Por lo tanto, una vez que se toma conocimiento de un
acontecimiento noticioso, la búsqueda de datos para presentar su contexto, el
vocabulario empleado y las fuentes consultadas para ofrecer las diversas posturas
confieren un punto de vista respecto del tema.
“Todas las personas miramos. Pero cada uno ve a su manera. Si dos personas
presencian un accidente de tránsito, por más que lo hagan en el mismo lugar y al mismo
tiempo, van a existir dos maneras de contarlo completamente distinta. Por ejemplo: si
dos personas ven que un auto atropella a una anciana, uno puede decir que la abuela
cruzó mal. Yo te puedo decir que el auto venía rápido. Los dos decimos la verdad, pero
cada uno lo ve distinto” explica el periodista Mariano Obarrio.
Cuando el entrevistado manifiesta que “van a existir dos maneras de contarlo” se refiere
al hecho de que dependerá de cada observador el punto del hecho en el que hará foco.
Ante un mismo acontecimiento, como puede ser el accidente de auto que sugiere
Obarrio, los testigos podrán enfocar su atención en la víctima, en el victimario, en los
factores externos que obligaron a la anciana a cruzar, etc. Si a esto se le suma que cada
observador lleva consigo un bagaje de información, experiencia o condicionamientos,
el resultado de la reproducción del hecho será distinto en cada caso.
Esto no es otro procedimiento que el de manipulación de la información, la cual resulta
inevitable puesto que en la fabricación del discurso verbal se tiene en cuenta un
segmento de lo real que es elegido en base a criterios propios y del medio, pero siempre
surgidos de una convención entre seres humanos. Pero para comprender cabalmente el
proceso es necesario quitar la carga negativa que la palabra ‘manipulación’ acarrea, a
partir de la instalación del discurso de la objetividad tan propio del sentido común.

145
Amar Sánchez, Ana María. El relato de los hechos. Rosario, Argentina: Ediciones Beatriz Viterbo,
1992. p.30.

42
Jorge Halperín, al referirse a la entrevista periodística como uno de los géneros explica
que “existe un compromiso ineludible con el lector de ser fiel al espíritu del diálogo,
pero la verdad no habita en la suma total de palabras, frases y balbuceos emitidos por
periodista y entrevistado durante su conversación”146. Si en vez de reconstruir la
situación de diálogo se intenta dar cuenta de cualquier otro hecho, el periodista se
encuentra bajo las mismas condiciones. Como bien dice Halperín, “Cortar, sintetizar,
amalgamar, relacionar, recompaginar, a veces hasta reconstruir muy cuidadosamente
una expresión (…) son tareas cotidianas del entrevistador”147 o cronista.
Ese consenso colectivo demuestra las ínter subjetividades que llegan a tocar al hecho
antes de ser difundido como noticia. El hecho que el periodista deba seleccionar un
tema o registrarlo, ordenarlo, jerarquizarlo, escribirlo y pelear por un espacio en el
diario para hacerlo circular supone una interpretación personal sobre aquél.
Uno de los acontecimientos de mayor resonancia durante el período analizado fue la
protesta que tuvo lugar la madrugada del 29 de diciembre en el Congreso de la Nación y
que resultó en el ingreso de varios de los manifestantes que causaron daños en el
edificio. Hay que tener en cuenta que, en el momento histórico del país, las formas de
protesta habían adquirido un protagonismo considerable a partir de los piquetes y
cacerolazos.
Sin embargo, es interesante hace hincapié en la cobertura que dieron de los hechos dos
reconocidos profesionales del periodismo gráficos nacional como lo son Armando
Vidal, que trabajaba en Clarín, y Felipe Yapur, que hacía lo suyo en La Nación. Ambos
estuvieron fueron testigos presenciales de los hechos y sus miradas son completamente
diferentes y se manifiestan explícitamente en sus notas. Para realizar un análisis claro,
se procederá a identificar las características atribuidas a los manifestantes, a las fuerzas
de seguridad y a la interacción entre ambos en el cuerpo de la nota, dado que los autores
entienden que volante, título y copete son elementos de edición ajenos al periodista y lo
que aquí importa es desmenuzar la mirada de los periodistas.
Desde el principio de los relatos se puede observar que cada uno de los autores asumió
una postura bien definida – a pesar de que ambos textos son crónicas, género
periodístico informativo- por la construcción del primer párrafo o cabeza que realizaron.
La importancia de esta observación radica en que, como bien expresa Eugenio Castelli,
en el lead de la nota “se anticipan los hechos más significativos y luego en el cuerpo se
146
Halperín, Jorge. La entrevista periodista: intimidades de la conversación pública. Buenos Aires:
Editorial Paidós, 2002. p. 151.
147
Ibíd. p. 153.

43
van enumerando los demás detalles en orden decreciente de importancia”148. El valor de
cada uno de los datos es asignado por el periodista, que es quien les da un orden dentro
del texto.
Por un lado, Vidal identifica en la cabeza de su nota al “ejército destructor… que atacó
el histórico Palacio Legislativo” y, por el otro, Yapur enuncia primero el disparo de un
proyectil de gas lacrimógeno que, sin que el autor lo atribuya a nadie explícitamente, es
un elemento que se asocia a las fuerzas policiales. Desde el principio, los periodistas se
diferencian con la selección del dato que abrirá su nota.

CABEZA DE LA NOTA PUBLICADA POR CLARIN EL 30 DE DICIEMBRE DE 2001- “NOCHE DE TERROR EN EL CONGRESO” DE ARMANDO VIDAL

CABEZA DE LA NOTA PUBLICADA POR PÁGINA 12 EL 30 DE DICIEMBRE DE 2001- “HUMO Y LLAMARADAS EN EL SALÓN AZUL DEL CONGRESO” DE
FELIPE YAPUR

En relación a los manifestantes, Vidal habla de “muchos jóvenes nacidos después de


1983” asignándoles una limitada comprensión y reforzándola al decir “a dieciocho años
de recuperada la democracia”. A continuación habla de “el malón extremadamente
agresivo”, “los atacantes”, “jóvenes dispuestos a todo” y “la barbarie”. Yapur, por su
parte, incluye en el primer párrafo la voz de un manifestante al cual identifica como “un
hombre de unos 50 años con el torso desnudo y una bandera argentina atada a su
cuello”. Asimismo, a quienes ingresaron al Congreso como “manifestantes”, “la gente”,
“un pequeño grupo”.

148
Castelli, Eugenio. Op. Cit. p. 186

44
Por otro lado, Vidal atribuyó a los guardias de seguridad la toma de “apurados recaudos
de protección del Congreso” y sostuvo que cuando los manifestantes estaban por
ingresar al edificio anexo de la Cámara de Diputados “la Policía, que parecía contenida
por las duras críticas que desató la represión del 20, decidió actuar”. Por su parte, Yapur
escribió “Los efectivos tomaron la entrada del edificio pero sorpresivamente a los pocos
minutos abandonaron el portal”.
Más allá de las categorías subjetivas que cada autor le imprime a los actores
involucrados en los hechos, la estructura narrativa de la nota plantea en Clarín un ataque
al Palacio Legislativo con la frase “la noche del terror en el bello edificio… constituyó
la primera violación externa del Congreso”; y en Página 12 una respuesta a la represión
al decir “Cuando la represión se desató, la multitud corrió en todas las direcciones
posibles. Algunos utilizaron las diagonales para escapar de las nubes ardientes y
lacrimógenos gases mientras se transmitía a los gritos la consigna ´vamos al Congreso
´”.

NOTA PUBLICADA POR CLARIN EL 30 DE DICIEMBRE DE 2001- “NOCHE DE TERROR EN EL CONGRESO” DE ARMANDO VIDAL

45
NOTA PUBLICADA POR PÁGINA 12 EL 30 DE DICIEMBRE DE 2001- “HUMO Y LLAMARADAS EN EL SALÓN AZUL DEL CONGRESO” DE FELIPE YAPUR

Al referirse precisamente al ingreso de los manifestantes al Congreso, el periodista de


Página 12 enfatiza lo que para él fue una ‘sospechosa actitud’ de las fuerzas policiales.
Algunas de las frases empleadas son: “La policía observaba desde la esquina”; “los
efectivos tomaron la entrada al edificio pero sorpresivamente, a los pocos minutos
abandonaron el portal”; “no pudieron ingresar más adentro porque finalmente
reapareció la policía que, con gases, desalojó el Congreso y la Plaza”. En este caso, el
tratamiento de la información es completamente distinto del anterior porque ubica el ojo
crítico en las fuerzas de seguridad y no en el “ejército destructor” de Vidal.
Al ser consultado por los acontecimientos de la madrugada del 29 de diciembre, Yapur
explicó que “el accionar de la policía esa noche era provocativo, no disuasivo; no es que
salían a tomar la plaza Los Dos Congresos para vaciarla de gente que quería ingresar al
Congreso, sino que ingresaban a la plaza, tiraban gases lacrimógenos, la gente se
enardecía y se retiraban”149. La sospecha personal de Yapur es lo que diferencia su nota
de la de Vidal.
En este caso, esa impresión persona se “cuela” en su escritura a ravés de los verbos
empleados y los adjetivos calificativos utilizados. De este modo, la crónica resultante
potencia la sensación de alerta que se le puede llegar a generar el lector. Por otro lado,

149
Entrevista realizada por las autoras al periodista Felipe Yapur

46
es menester destacar que ese ‘desliz’ de impresiones que Yapar efectúa no es percibido
por él como un acto subjetivo, sino como el producto de un ‘análisis enriquecido por la
experiencia profesional’. Asimismo, el lector del artículo asume esas impresiones como
inherentes al hecho que se describe.
“Era como que estaban provocando que la gente tome el Congreso. De hecho, cuando
suben las escalinatas y llegan a la puerta principal -que es una puerta gigante que
recuerdo que tenía unas cadenas muy gruesas- si bien había un grupo de muchachos con
toda su fuerza y juventud, era muy difícil que abran esa puerta si no tenían una
colaboración interna. Yo creo de hecho que hubo una colaboración interna de sacar los
candados o las cadenas porque eran gruesas y ese día cedieron. Curiosamente cedieron”,
relató Yapur. La posibilidad de una actuación de las fuerzas de seguridad susceptible de
ser cuestionada ni siquiera sobrevuela la nota de Vidal.
En relación a cómo plasmar una visión personal de los hechos en una nota, Yapur dijo:
“Me parece que con la simple descripción vos podés elaborar una… entre comillas, una
tesis de lo que pudo haber sucedido”150. Si bien el periodista se acerca a uno de los
grandes meollos de la práctica periodística, no termina de elaborarlo. Es decir, Yapur no
está del todo en lo cierto al decir que con la simple descripción uno “puede elaborar una
tesis”, sino que necesaria e inevitablemente se elabora desde el momento en que se
miran los hechos y estos son interpretados por el observador.
Ahora bien, admitida la participación del periodista, en la primera instancia de su labor,
como observador subjetivo de los hechos que él mismo o el medio para el que trabaja
consideran noticiosos ¿Cuán realista es la percepción de la sociedad que generan en sus
audiencias? Y admitida la imposibilidad de los medios de retratar el mundo tal cual es
¿Cuán explícita es la participación subjetiva en los procesos de elaboración de la
información de modo tal que los lectores puedan reconocerla?

A pesar del carácter subjetivo que cada periodista aporta a sus notas, todo discurso
informativo tiene anclaje en lo real. Los hechos ocurren y sobre ellos se informa.
Cuando hablamos de la actividad periodística hablamos de una profesión cuya razón de
ser es la construcción de relatos informativos. Pero construir no significa inventar,
puesto que el periodista no puede inventar sucesos, simplemente les da un tratamiento
para que puedan ser comprendidos por la sociedad.

150
Entrevista realizada por las autoras al periodista Felipe Yapur

47
Existe una clara distinción entre aquello que acontece y aquello que se traduce como
información noticiosa. La noticia es el mensaje que se le trasmite al resto de individuos
que forman parte de un núcleo social y como todo mensaje “la elaboración tiene su base
en un proceso interno, mental del comunicador. La necesidad de transmitir algo a otros,
de informar, surge de una previa internalización de experiencias anteriores, de una
relación de conocimiento con lo circundante, o de una actividad psicológica,
imaginativa o intelectual (…) el objeto de la comunicación es un acontecer, operado en
el interior del propio emisor, en su mecanismo psicológico-mental [ideas, sentimientos,
voliciones] y en otros externos a él [hechos, sucesos concretos]”151
Los diarios, por cuestiones lógicas, están en condiciones de publicar sólo una pequeña
parte de todo el compendio informativo que llega a la redacción. En la selección de los
temas publicables, así como también en la diagramación y ubicación de las notas o
vocabulario empleado en la redacción, los periodistas optan por una alternativa entre
muchas. “Al determinar qué se va a publicar de entre todo el material informativo
disponible se realiza una elección. Esto supone una valoración, ya sea desde la
perspectiva ideológica, económica, de audiencia o de rutina profesional”152
Entre todos los sucesos ocurridos durante un día en todo el mundo, solo unos pocos
serán recogidos por los medios para transformarlos en noticias. Tal como lo afirman las
autoras Stella Martini y Lila Luchessi: “No todas los hechos se convierten en noticia.
No todas las potenciales noticias se convierten en tales”153. Los medios seleccionan
aquellos acontecimientos que consideran relevantes para la sociedad y se los transmiten
en construcciones denominadas noticias. Ese proceso constituye una parte indispensable
de la vida del ser humano, pues a partir de esa agenda de hechos relevantes propuestos
por la prensa, el individuo elabora la construcción social de su realidad. Explica Alsina:
“los acontecimientos seleccionados y traducidos en noticias van a definir una sociedad
porque esos acontecimientos serán la imagen que dará la propia sociedad de sí misma, y
a su vez, cada sociedad vendrá a definir lo que es el acontecimiento”154
Los acontecimientos, considerados como “ese mundo dispuesto a ser comentado y que
surge de una fenomenalidad que se impone al sujeto, en estado bruto, captada de
antemano como percepción e interpretación. El acontecimiento nunca puede
transmitirse en estado bruto a la instancia de recepción, para lograr significación

151
Castelli, Eugenio. Op. Cit. p. 39
152
De la Torre, Lidia y Téramo, María Teresa. La noticia en el espejo. p.23.
153
Martini, Stella y Luchessi, Lila Op. Cit. p. 98
154
Alsina, Miguel Rodrigo. Op. Cit. p. 91

48
depende de cómo se lo mira, de la mirada de un sujeto que lo integra en un sistema de
pensamiento y al hacerlo lo vuelve inteligible” 155
En cada redacción existen pues, diversas zonas que operan como filtros seleccionadores
de aquellos hechos que finalmente se publicarán. Esa zona de destilación informativa
son controladas por los “gatekeepers”, término acuñado por el psicólogo Kart Lewis
hacia 1947 y que Mauro Wolf define como “individuo o grupo que tiene el poder de
decidir si deja pasar o bloquea un tema en particular”156 En la prensa de referencia, así
como en los medios de comunicación en general, los debates sobre la inclusión y
exclusión de hechos están en manos de un grupo conformado por los jefes de las
diversas secciones y, en ocasiones, por el director general de la redacción. Estos
encuentros requieren de una etapa previa en la que los periodistas les sugieran sumarios
informativos a sus superiores. Explica el periodista Néstor Restivo:
“Un diario es una suma de decisiones encadenadas que se van jerarquizando y con el
correr del día, se van confirmando o no. Los redactores les tiramos nuestros temas al
jefe, quien después tomará los más destacados para pelear durante la reunión de blanco
por un espacio en el diario. Cada sección al mediodía lleva diez temas, y con los otros
jefes y el jefe del diario o el que esté a cargo del diario ese día se dirá ‘ésta sí o ésta no’.
En general, si la lleva el jefe de una sección es porque cree que esa noticia es la que
vale. Ahora, de esos temas que lleva cada uno capaz que al otro día salen, con mucha
suerte, dos”157, explicó Restivo.
Como si los acontecimientos de diciembre de 2001 fueran aquel bazar en el que piensan
Aubenas y Benasayag158 al referirse a que el periodista actúa como exhibiendo las
etiquetas que allí existen, los hechos que fueron considerados acontecimientos, y sobre
los que los medios de análisis volvieron en reiteradas oportunidades en dicho período,
fueron:
• Establecimiento del corralito, consecuencias, repercusiones en la ciudadanía.
• Definición de política económica, negociaciones con el Fondo Monetario
Institucional, Estados Unidos y organismos.
• Saqueos
• Manifestaciones - Represiones

155
Charaudeau, Patrick. Op. Cit. p. 118 y 119.
156
Wolf, Mauro. La investigación de la comunicación de masas. Buenos Aires: Paidós Comunicaciones,
2004. p. 205
157
Entrevista realizada por las autoras al periodista Néstor Restivo.
158
Aubenas, Florence y Benasayag, Miguel. Op. Cit. p. 37

49
• Acefalía Institucional, sucesivas renuncias.

Vale recordar que los medios de comunicación son productores de símbolos culturales y
participan de un proceso de comunicación, de una serie de flujos en tensión y conflicto,
para no perder de vista su actividad como actores sociales.
La división que hicieron los medios para volver los acontecimientos más asequibles a su
público y la concentración de la atención en unos pocos actores del entorno político,
social y económico, en realidad oculta los procesos sociales complejos que trascienden
a los hechos. Por ello, y porque como expresa Martín Barbero “no se trata de
carnavalizar la teoría, sino de aceptar que los tiempos no están para la síntesis, que la
razón apenas nos da para sentir”159, es que pretendemos reconocer apenas las
características del alarmismo social en los medios gráficos de referencia argentinos, con
miras a relacionarlos con las lógicas de producción periodísticas y dejar abierta la puerta
a futuras investigaciones.
La planificación del listado de hechos que serán convertidos en noticia escritas por los
periodistas no responde a criterios azarosos, sino que deberán responder a los puntos
que constituyen esos filtros del gatekeeper. “en el filtro de las noticias, las normas de
empleo; profesionales y organizativas son más fuertes que las preferencias personales
de los gatekeepers (…)sus decisiones no son realizadas sobre la base de una valoración
individual de noticiabilidad; sino más bien en relación a un conjunto de valores que
incluyen criterios profesionales y organizativos denominados criterios de
noticiabilidad”160
Los manuales de periodismo coinciden en afirmar que para que un hecho se convierta
en noticia debe cumplir con una serie de parámetros básicos, ya que tal como sostiene
Mc Combs: “Aunque hay muchos temas que compiten por la atención pública, sólo
unos pocos tienen éxito (…) los medios informativos seleccionan y destacan un puñado
de cuestiones como las noticias más relevantes del momento”.161 Por eso, frente a la
gran cantidad de potenciales noticias, los periodistas deberían utilizar ciertas normas
para determinar cuáles serán los que tendrán un tratamiento informativo. Esos criterios
han sido designados de manera diversa por los autores. La noticiabilidad refiere al
conjunto de requisitos que debe cumplir un acontecimiento para alcanzar la categoría de
noticia. “los requisitos son tomados desde el punto de vista de la estructura de trabajo en
159
Martín Barbero, Jesús. Op. Cit. p. 229
160
Wolf, Mauro. Op. Cit. p. 206
161
Mc Combs, Maxwell. Op. Cit. p. 24

50
los aparatos informativos y desde el punto de vista de la profesionalidad de los
periodistas”162
Puede establecerse un paralelismo entre el periodismo y un sistema de embudos. En el
extremo superior se encuentran todos y cada uno de los acontecimientos que llegan a la
redacción a la espera de ser seleccionados. En el otro extremo, el más angosto, se ubica
el producto final: la noticia. En el centro del embudo, se disponen los ítems o requisitos
que deben presentar los acontecimientos para recibir el tratamiento mediático.
La salida de noticias publicadas es reducida respecto de la cantidad de acontecimientos
a la espera de ser seleccionados. “En su selección de noticias los medios siguen
principios de universalidad y de neutralidad: entra todo. Por universalidad entendemos
que nada de lo que pasa queda excluido de la posibilidad de convertirse en noticia (…)
todo el mundo entra en el crisol informativo de los medios, todos los temas, sectores,
especialidades pueden ser generadores de noticias (…) por neutralidad entendemos que
las noticias no se clasifican en buenas o malas, sino que hay cosas que son noticias y
cosas que no. Esto es lo que debaten los periodistas en base a ciertos requisitos: qué es
noticia y qué no lo es”163
Dichas exigencias son conocidas con diversas acepciones. Algunos teóricos, como
Mauro Wolf, los llaman “umbrales de noticiabilidad”. Otros, como es el caso de
Rodrigo Alsina o de las autoras Martini y Luchessi, los designaron como “criterios de
noticiabilidad”. Pero más allá del nombre técnico con el que se los designe, la
importancia reside en que los hechos, para ser tomados en cuenta como potenciales
noticias deben cumplir con una serie de características establecidas por convención de
manera tácita. Explican las autoras Lidia De la Torre y María Teresa Téramo: “el
proceso de producción de la noticia exige, en su primera instancia, la selección de la
información, a través del reconocimiento de los criterios que hacen noticiable un
acontecimiento como actualidad, relevancia, proximidad geográfica e impacto”164 A los
mencionados anteriormente, otros autores añaden la novedad, excepcionalidad,
imprevisibilidad, el interés del público, la revelación de algo oculto.
Una vez que se han determinado los elementos constituyentes de la agenda del día, el
nivel de intensidad con el que se ajuste a los parámetros mencionados incidirá
directamente con la extensión y profundidad del tratamiento que alcanzará en los
medios. Tal como lo manifiesta Alsina: “mientras más interés provoque el hecho, más
162
Wolf, Mauro. Op. Cit. p. 216
163
Gomis, Lorenzo. Teoría del periodismo: cómo se forma el presente. Págs 76 a 78.
164
De la Torre, Lidia y Téramo, María Teresa. Op. Cit. p. 37 y 38

51
novedoso, actual y cercano sea, más extenso será el detalle con el que se abordará al día
siguiente”165
Sin embargo, en la actividad diaria desempeñada por los profesionales de los medios, se
incluyen otros elementos como por ejemplo: La diversificación de soportes y el auge de
los medios audiovisuales, la competencia con los otros diarios y los deseos de
superación que cada periodista presenta respecto de otros colegas, los criterios
comerciales que rigen a los medios en general y a la gráfica en particular y, finalmente,
los recursos técnicos disponibles en el interior de cada medio.

Contar

“La prensa ha construido su legitimidad


bajo esta promesa de un mundo
explicable, abarcable de una ojeada,
lineal”, Florence Aubena y Miguel
Benasayag en “La fabricación de la
información”

Con respecto a la actividad del profesional de la información, Aubenas y Benasayag


recuperan lo que escribió el filósofo Luís Althusser: “Raramente el periodista descubre.
En el mejor de los casos encuentra y en el peor, encuentra aquello que buscó. Existe un
nombre para eso: ideología. La ideología está cuando las respuestas preceden a las
preguntas”166. En el presente trabajo se entiende por ideología, tal como uno de los
sentidos que el mismo Althusser le dio al término “la serie de ideas que surgen de un
conjunto dado de intereses materiales”167.
Cuando el periodista se incorpora a un medio, es prácticamente imposible que esté
completamente de acuerdo con la ideología de la empresa. Para subsanar las posibles
contradicciones y reducir al mínimo el grado de conflictividad que puede presentarse,
los medios cuentan con diferentes sistemas para plasmar su ideología. McQuail
enumera 3 mecanismos puestos en marcha en las empresas informativas: “Existe el

165
Alsina, Miguel Rodrigo. Op. Cit. p. 62
166
Aubenas, Florence y Benasayag, Miguel. Op. Cit. p. 21.
167
Williams, Raymond. Palabras clave. Un vocabulario de la cultura y la sociedad. Buenos Aires:
Ediciones Nueca Visión, 2003. p. 172.

52
hecho de la selección de personal y las organizaciones, como es sabido, seleccionan el
personal de entre quienes simpatizan con su política. Con frecuencia se da un proceso
de “socialización interior”, en el sentido de la política de la empresa, mediante
sanciones, gratificaciones e insinuaciones informales. En tercer lugar, suele haber algún
mecanismo institucional que se hace cargo de los grandes conflictos, como la
asamblea editorial y las normas pactadas”168.
Viviana Mariño, periodista y docente sostuvo que, de alguna manera, se selecciona
periodistas dóciles con ausencia de mirada crítica y explicó que “muchas veces, se
construyen redacciones con este a priori”169. La falta de reflexión sobre la actividad
profesional, las relaciones con las empresas informativas y las pautas de trabajo
constituye una dificultas a la hora comprender el periodismo. Mariño concluyó: “Hoy
hay una mirada exacerbada sobre cómo el poder ve a los medios y no en como lo
medios contribuyen a esa construcción del espacio de poder, aún desde cargos humildes
como el de cronista o redactor”170.
En relación al proceso de socialización que se da en el interior de las redacciones, Felipe
Yapur relata: “Hay estupideces tan estúpidas como en cualquier otro lugar. Para darte un
ejemplo, había una época en que la que yo trabajaba en La Gaceta [de Tucumán] en la
sección Policiales y era la pandemia de los cortes de pene después del caso de Lorena
Bobbit. Bueno, nosotros teníamos la prohibición de poner la palabra “pene”. No
escrita… no es que había una nota que decía “se prohíbe…” pero te decían que al
Director no le gustaba. Entonces tenías que abandonar una palabra de cuatro letras que
era “pene”, cortita, espectacular, por “órgano sexual masculino”171.
Pero en ese proceso de socialización que describe McQuail, el periodista actúa un poco
a tientas, probando y reprobando al medio para el que trabaja. Yapur reconoce que el
periodista tiene cierto margen para contrapesar el poder ideológico del medio en el que
trabaja. El entrevistado explica: “Tenía mucha más coincidencia tal vez con Página que
con La Gaceta de Tucumán. Son siempre negociaciones… vas negociando o vas viendo
donde están los límites y cómo ese límite hay días que es flexible y hay días que es
rígido. Y vas escribiendo en el marco de esos límites que vas encontrando en el
medio”172.

168
McQuail, Denis. Op. Cit. p. 135.
169
Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Viviana Mariño.
170
Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Viviana Mariño.
171
Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Felipe Yapur.
172
Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Felipe Yapur.

53
Torresi, reafirma lo que sostiene Yapur al decir: “Uno conoce la línea editorial después
de estar tanto tiempo en el diario, sabe por donde va la cosa, sabe quién es Clarín,
quiénes son sus lectores. Es decir, uno maneja, sabe más o menos, qué tiene que decir y
como, hasta dónde puede llegar como parte del laburo. Porque en definitiva, uno trabaja
para una empresa”173. Ceriotto, por su parte, precisa: “Si vos viste que hay una actividad
o algo de un fulano que es reprobable y lo escribís y ese alguien es, ponele, un
funcionario o un anunciante y… vas a ver limitado tu margen de expresión. Te van a
llamar la atención o directamente no te dan para escribir hasta que un día preguntás”174.
Finalmente, el medio expresa su ideología en relación a temas muy relevantes de la
agenda pública a través de sus columnas de opinión y editoriales. Morosi, expresa una
diferencia fundamental entre el grupo de personas que encarna la identidad del medio y
los periodistas: “La mayoría de los periodistas que yo conozco no coinciden con la línea
del medio. Distinto es si sos columnista como Grondona o Morales Solá porque el
compromiso que tenés ahí de tratar de expresar las líneas políticas que el medio sostiene
es mucho más fuerte que para mí que me mandan a cubrir un corte de ruta”175.
Pero el aspecto ideológico no sobrevuela la esfera de la producción de la información,
sino que está estrechamente vinculado con los intereses comerciales del medio. Yapur
precisa que “un diario es una empresa, y por ser una empresa se rige por la lógica de las
empresas de una Sociedad capitalista; hay intereses creados y no quieren perjudicar sus
propios intereses”, y aclara que “eso sucede desde El pregón de Jujuy, pasando por
todos los diarios, hasta el Diario del Fin del Mundo en Ushuaia, para limitarnos
solamente a la Argentina”176.
Para comprender mejor este aspecto, vale volver la mirada sobre aspectos de la
cobertura periodística. Mientras Página 12 llamó al paquete de medidas económicas de
principios de diciembre “Plan Candado” y enfatizó la reacción negativa de los
ciudadanos tras su implementación, La Nación planteó un escenario diferente.
Con dar una primera mirada a las páginas que se refirieron a las repercusiones de la
puesta en marcha de las medidas económicas implementadas por el entonces Ministro
de Economía, Juan Domingo Cavallo, se pueden vislumbrar las diferentes tendencias de
los medios. Las volantas de las notas de uno y otro parecen referir a acontecimientos
absolutamente diferentes, cuando en realidad ambas son crónicas de los mismos hechos

173
Entrevista realizada por las autoras de esta a tesina a Leonardo Torresi.
174
Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Luis Ceriotto.
175
Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Pablo Morosi.
176
Entrevista realizada por las autoras de esta tesina a Felipe Yapur.

54
y dan cuenta casi de los mismos datos. Página 12 escribió en su volanta “Confusión y
nerviosismo en la primera jornada del congelamiento” con lo cual sugiere una
percepción negativa del clima que se vivía en la calle. Por su parte, La Nación sostuvo
en su volanta “El debut del nuevo plan: pese a las dudas e incógnitas no hubo caos”.

VOLANTA DE LA NOTA PUBLICADA POR PAGINA 12 EL 4 DE DICIEMBRE DE 2001- “LA BANCA RESPIRO EN EL FREEZER” DE CLAUDIO ZLOTNIK

VOLANTA DE LA NOTA PUBLICADA POR LA NACION EL 4 DE DICIEMBRE DE 2001- “CALMA EN EL PRIMER DIA DE RESTRICCIONES” SIN FIRMA

En bajada y copete se repite la misma dinámica ya que mientras el primero advierte que
“reinó el desconcierto en las sucursales” al referirse a las consultas realizadas por los
ahorristas, el segundo manifestó que “la gente se acercó masivamente a los bancos para
realizar consultas y pedidos”. Si bien ambas frases hablan de la incertidumbre generada
por la implementación del nuevo plan, Página 12 le da un tinte más inquietante.

COPETE DE LA NOTA PUBLICADA POR PAGINA 12 EL 4 DE DICIEMBRE DE 2001- “LA BANCA RESPIRO EN EL FREEZER” DE CLAUDIO ZLOTNIK

BAJADA DE LA NOTA PUBLICADA POR LA NACION EL 4 DE DICIEMBRE DE 2001- “CALMA EN EL PRIMER DIA DE RESTRICCIONES” SIN FIRMA

A su vez, en la redacción del cuerpo de las crónicas se mantienen las diferencias entre
ambos medios que, aunque comienzan con el mismo dato, lo plantean desde dos lugares
completamente diferentes. La Nación sostuvo que la primera jornada “estuvo mucho
más tranquila de lo que advertían la mayoría de los pronósticos previos”. Por su parte,
Página 12 al utilizar la cita indirecta para describir la misma situación establece una
distancia entre el dato en sí mismo y la postura del medio dejando en claro que “sin
inconvenientes” y “total normalidad” fueron expresiones de terceros ajenos al medio, en
este caso, agrupaciones que nuclear a los bancos. Asimismo, enfatizó su postura al
añadir: “si bien la jornada no tuvo la histeria del último viernes, lo cierto es que en las
sucursales se notó mucha confusión tanto en la gente común como por parte de los
empleados de las entidades”. Por su parte, La Nación expuso que “más allá de la mayor

55
afluencia de público, banqueros y comerciantes coincidieron en que fue un día
tranquilo”.

NOTA PUBLICADA POR PAGINA 12 EL 4 DE DICIEMBRE DE 2001- “LA BANCA RESPIRO EN EL FREEZER” DE CLAUDIO ZLOTNIK

NOTA PUBLICADA POR LA NACION EL 4 DE DICIEMBRE DE 2001- “CALMA EN EL PRIMER DIA DE RESTRICCIONES” SIN FIRMA

Estas diferencias se mantuvieron a lo largo de todo el cuerpo de las notas y, para citar
sólo un ejemplo de ello, puede observarse como cada diario reconstruyó lo sucedido en
relación a la extracción de dinero por cajero automático. Página 12 pone el conflicto en
el centro de la escena al decir que “los cajeros automáticos volvieron a ser las vedettes”

56
y que la espera dentro de los bancos fue “insoportable”. En otro sentido, La Nación se
limitó a decir que la operación fue “bastante más trabajosa que en días normales”.
De lo analizado se desprende cómo a través de la redacción de las notas, incluso
aquellas que se consideran más informativas como las crónicas, los diarios establecen y
apuntalan su postura política y rechazan las ideas y acciones contrapuestas. Por
ejemplo, se percibe que La Nación respaldó la gestión vigente a través de transmitir
tranquilidad a sus lectores. Por su parte, Página 12 evidenció su desaprobación a las
medidas adoptadas por Cavallo. Cada una de estas posturas se reproducen en los medios
independientemente de la opinión personal de los periodistas que escriben en ellos.
Obarrio explicó que si bien preveía la posible renuncia de De la Rúa “hacía malabares
para dar cuenta de todas las flaquezas del gobierno pero sin calificar porque estaba en
un diario que apostó hasta último momento a que no se cayera el Presidente”. Esta
situación comprueba lo que sostiene Dellamea al exponer que la noticia no es una
imagen de la realidad sino un marco a través del cual se construye rutinariamente el
mundo social y los productores de la información tejen una red de facticidad creando
una ilusión de credibilidad. Con ello, se entiende que lo que manifiestan los diarios es
adoptado por sus lectores a pesar de que está mediado por la postura política de la
empresa informativa y sus intereses creados.
Asimismo, las empresas productoras de información hacen sus propias alianzas
estratégicas con grupos económicos e instituciones del mismo sector o de otros
diferentes, de acuerdo a sus propios criterios y necesidades. Sin embargo, el aspecto
comercial que es común a todas ellas es la comercialización de la información.
En el mercado de la noticia, los medios compiten con sus pares por la captación del
público. Patrick Charaudeau explica que la información consiste en brindarle a alguien
un saber o conocimiento del que carece. La heterogeneidad cualitativa y cuantitativa de
conocimientos entre los miembros de una sociedad hace que lo que sea información
para algunos ya esté en conocimiento de otros; y al mismo, tiempo que los datos más
exhaustivos no sean de acceso a una parte de la población porque no ha tenido un
acercamiento primario al mismo tema en el que otros ciudadanos son especialistas. Por
eso, Charaudeau explica que “si la instancia mediática eligiese proporcionar una
información con un fuerte contenido de saber, sería necesario que formulase una
hipótesis alta sobre el grado de saber del blanco, el cual, ya instruido en gran medida,
sería cuantitativamente reducido y por lo tanto el medio tendría que resolver un

57
problema de orden económico: vivir dirigiéndose a un pequeño número de
receptores”177.
En este sentido, se puede mencionar las diferencias entre los medios al referirse a los
saqueos. Mientras Clarín adopta una postura de neta actualidad al titular “Hubo otro
saqueo en Mendoza, donde ahora reparten comida”178, Página 12 establece un guiño con
el lector y apela a su conocimiento de la historia argentina titular “Antes por la híper,
ahora por la recesión179”. Ambos diarios relatan los mismos hechos o experiencias
similares; sin embargo, mientras Clarín sintetiza el tema de una manera que no exige
que sus lectores relacionen los acontecimientos con ningún otro, Página 12 les pide que
vuelvan en su memoria a los acontecimientos de 1989. Las intenciones aquí señaladas
de uno y otro medio se mantienen a lo largo del período de análisis.

NOTA PUBLICADA POR CLARIN EL 16 DE DICIEMBRE DE 2001- “HUBO OTRO SAQUEO EN MENDOZA, DONDE AHORA REPARTEN COMIDA” DE
ROXANA BADALONI

177
Charaudeau, Patrick. Op. Cit. p. 14
178
Nota, diario, fecha
179
Nota, diario, fecha

58
NOTA PUBLICADA POR PAGINA 12 EL 15 DE DICIEMBRE DE 2001- “ANTES POR LA HIPER, AHIRA POR LA RESECION” DE EDUARDO TAGLIAFERRO

En el mismo sentido, lo artículos manifiestan procesos de elaboración de la información


completamente distintos. La nota de Clarín comienza por el relato de los hechos y luego
recurre a la cita directa de seis fuentes oficiales. La referencia a la relación con los
saqueos de 1989 es mínima y aislada. En el caso de Página 12, dicha vinculación se
plantea desde el título y, en el cuerpo de la nota intercala testimonios oficiales, off the
record y narraciones de los sucesos. Desde el planteo mismo del contenido Página 12 se
involucra con la información y la presenta como suya en lugar de cómo un continuado
de testimonios a diferencia de Clarín que, al mismo tiempo que reitera el uso de la cita
directa, se aparta de la información que brinda a su público y borronea la imagen del
medio.
Sin embargo, el disminuir lo más posible la presencia de Clarín, como institución, en las
notas, no implica reducir la interpretación que el diario, como empresa, y el periodista,

59
como empleado, hacen de los hechos; la manipulación inevitable e imprescindible para
construir la noticia. Esa noción de objetividad que se implanta en los lectores impide
reconocer la posibilidad de una mirada diferente sobre los acontecimientos y el
dramatismo, como valor agregado para la noticiabilidad de los sucesos, que se aplica
desde la lógica comercial que apela a conmover a las audiencias. Esta idea se
profundiza aún más al pensar que las grandes empresas periodísticas tienen claramente
diferenciados a sus públicos y trabajan sobre ellos para fortalecer el vínculo comercial.

Los dos mecanismos hasta aquí explicados –la selección de personal y el proceso de
socialización interno- se relacionan, a su vez, con un tercero que abarca las formas de
producción de mensajes de cada uno de los medios. Es importante dejar claras, por lo
menos, tres relaciones que se plantean entre esta dimensión y las demás y qué implica
cada uno de estos vínculos.

A) En función del público, determinado por una lógica comercial, se busca la


claridad.
Como bien lo explicó Charaudeau la determinación de los públicos blancos se hace
sobre la base de una hipótesis de sus conocimientos para precisar qué puede y qué no
puede ser información para ellos. Ahora bien, el interés del periodista que escribe para
una audiencia definida es, ante todo, la claridad. Al preguntarles si piensan en el lector
al momento de escribir una nota, los entrevistados dieron las siguientes respuestas.
• “Trato de que se entienda, de que sea claro, de que la nota tenga mi sello”,
Leonardo Torresi180.
• “Las personas necesitan información y acuden al diario para obtenerla y poder
actuar en la sociedad, tomar decisiones. Me parece que eso es lo que esperan de
nosotros y tenemos el compromiso de cumplir con esa premisa primaria de
brindar el servicio de darle al lector toda esa información que necesita”, Pablo
Morosi181.
• “Uno de vez en cuando piensa en el lector, en que esto sea entendible ¿me
entendés? O sea, uno trata de explicar las cosas que sean comprensibles. Yo soy
conciente de que hay tipos que sé son lectores consuetudinarios de los diarios,
pero hay tipos que agarran el diario hoy y no tienen porqué saber lo que sucedió

180
Entrevista realizada por las autoras al periodista Leonardo Torresi
181
Entrevista realizada por las autoras al periodista Pablo Morosi.

60
ayer. Entonces vos tenés que dedicarle tres renglones para explicarle de lo que
estás hablando”, Felipe Yapur182.
• “Es lo que uno debería hacer, pensar permanentemente en el lector, pensar en el
que está viendo, en el que está leyendo, si está comprendiendo lo que vos le
querés decir si se entiende todo el texto, si el material traduce todo lo que fue”.
Alfredo Gutiérrez183.
Esta búsqueda de claridad se debe a que como bien sostienen Aubenas y Benasayag, “la
prensa ha construido su legitimidad bajo esta promesa de un mundo explicable,
abarcable de una ojeada, lineal”184. Sin embargo, la complejidad de la sociedad escapa al
objetivo periodístico y lo condiciona. Además, esa idea de “explicarle al lector lo que
ocurrió” requiere una simplificación de los hechos que desemboca en una potenciación
del alarmismo.
Como ejemplo, vale citar la nota publicada por el diario Clarín bajo el título “Pánico
entre la gente por los rumores de saqueo”. En la cabeza, la periodista Nora Sánchez
escribió: “aterrorizados por los saqueos, los dueños chinos del local decidieron
protegerse (…) y levantaron un muro dejando una camioneta adentro”. Así, un lector no
‘consuetudinario’ que se pone en tema a partir de la información del diario podría
conformarse una idea de la situación más ‘alarmante’ de lo que en verdad resulta.
Más adelante, Sánchez describe: “En Lanús Oeste, la gente vive en estado de pánico”;
“los rumores alimentan el terror”, “decididos a defenderse, los vecinos armaron
barricadas, quemaron gomas y maderas”. Los adjetivos calificativos le imprimen un
valor negativo agregado a los sucesos que, en un lector poco informado, le podría
generar una idea distorsionada que provoque miedo.
La imposibilidad de comprender a cabalidad el mundo que rodea a los seres humanos
exige que los periodistas reconstruyan dicho mundo en un modelo más sencillo antes de
darlo a sus lectores. Aubenas y Benasayag reflexionan: “Los periodistas informan,
intentan mostrar y hacer comprensible. Y generalmente no pueden más que trabajar lo
mejor posible en el mínimo de tiempo: ellos no son ni investigadores, ni expertos, salvo
raras ocasiones, y se dirigen a un lector tan poco especializado como ellos. El periodista
creyendo que se dedica a su oficio, se esforzará por transformar ese pozo de
interrogantes en un pilón de certezas. Colmará con informaciones superficiales aquello

182
Entrevista realizada por las autoras al periodista Felipe Yapur.
183
Entrevista realizada por las autoras al periodista Alfredo Gutiérrez.
184
Aubenas, Florence y Benasayag, Miguel. Op. Cit. p. 61

61
que ignora, esa verdadera complejidad que ningún otro sabio domina”185. En la
persecución de la claridad, que se les escapa de las manos, los periodistas recurren a
categorías que resultan familiares para sus lectores. “Acrobacias mediante, los
periódicos construyen y presentan un mundo que aparece como el resultado de un
conjunto de estrategias, de explicaciones que se van articulando unas con otras”,
concluyen los autores186.
En la búsqueda de dar cuenta del mundo, los periodistas tienen que resignar algunas
cosas y aceptar las condiciones de su oficio. Noelle Newmann afirma: “El medio real es
demasiado grande, demasiado complejo y demasiado fugaz como para poder conocerlo
directamente. No estamos preparados para afrontar tanta sutileza, tanta variedad, tantas
permutaciones y combinaciones. Y, aunque tengamos que actuar en ese medio, debemos
reconstruirlo en un modelo más sencillo antes de poder afrontarlo”187.
Por su parte, Charaudeau sostiene que la divulgación mediática no sólo implica explicar
con sencillez, sino que es “utilizar categorías de pensamientos que comparta en la
mayor medida posible el conjunto de una población: esquemas de razonamiento
simples, incluso simplistas, saberes ampliamente compartidos, que poco tienen que ver
con las directrices de la explicación original, técnica o especializada”188.
En pro de la claridad se recurre entonces a los estereotipos, que favorecen la eficacia de
los procesos de opinión pública. Sin embargo, como bien explica Noelle Newmann,
estos “se extienden rápidamente en las conversaciones y transmiten inmediatamente
asociaciones negativas o, en algunos casos, positivas”189. Con lo cual, el uso de
estereotipos implica un juicio y una sentencia por parte del periodista sobre aquella
pieza del mundo que intenta presentar a sus lectores.
En el período investigado, La Nación utilizó en sus crónicas una gran cantidad de
adjetivos que sirvieron para reforzar una hipótesis que el periódico sostuvo en todo
momento: “Los pobres saquean por hambre, los ricos por diversión”. La precedente
enunciación plantea una división del mundo por oposición entre personas ricas y pobres.
Sin embargo, estas categorías no son definidas con precisión, es decir, no hay un índice
que defina a partir de cuánta capacidad de consumo un individuo pasa de ser pobre a
rico. Asimismo, se eliminan categorías intermedias entre uno y otro extremo. De este
modo se observa como la necesidad de expresar una idea compleja en pocas palabras
185
Aubenas, Florence y Benasayag, Miguel. Op. Cit. p. 120
186
Aubenas, Florence y Benasayag, Op. Cit. p. 120
187
Noelle Newmann, Elizabeth. Op. Cit. p. 193.
188
Charaudeau, Patrick. Op. Cit. p. 74.
189
Noelle Newmann, Elizabeth. Op. Cit. p. 191.

62
convierte a la capacidad de síntesis en un arma de doble filo y cómo cuanto más se
intenta explicar el mundo, menos se logra transmitir.
En este caso, el diario les atribuye la condición de ‘pobres’ a todas las personas
provenientes de ciertos barrios del Gran Buenos Aires como Hurlingam o Laferrere. La
asociación entre el nivel socioeconómico y la referencia geográfica es un recurso
frecuente en la prensa argentina que responde a las estigmatizaciones propias del
sentido común que construye la sociedad.
En la crónica titulada “Hubo saqueos y violencia en el conurbano”, el periodista expresó
que ‘los hambreados’ que saquearon la zona eran en su mayoría ‘madres con niñitos
visiblemente desnutridos’. Las palabras vertidas por el periodista sugieren que por
provenir de Hurlingam esas madres robaban la comida para alimentar a sus hijos. Sin
embargo, se trata de un claro ejemplo de estigmatización porque, en el cuerpo de la
misma nota, se informa que entre los comercios afectados hubo ‘casas de
electrodomésticos’ y que en la multitud se observaban ‘hombres levándose cajones de
sidra’.
Además, en la redacción abundan calificativos como ‘pobres’, ‘pillos’, ‘delincuentes’,
‘desocupados’, entre otros. Al referirse a quienes intervinieron en los saqueos
(estereotipo también propagado hasta el hartazgo por los medios) con dichos términos
se les aplica una carga valorativa alarmante.
“Hoy los medios están puestos a reproducir ciertas estigmatizaciones sociales. Ellos
juegan un papel enorme, por ejemplo, entre qué es vivir seguro y qué es vivir inseguro.
En esta época están funcionando como un lugar en el que circulan esas cristalizaciones
que después no se discuten más y pasan a formar parte de la agenda”190, sostuvo Mariño.
Las palabras de Mariño pueden ejemplificarse con una de las notas extraídas del diario
Página 12. La misma fue titulada “Reuniones para federalizar la represión a saqueos y
protestas”. En el cuerpo de la noticia, el periodista juega un papel importante a la hora
de crear expectativa y anticipar una situación a partir de una estigmatización.
La nota asocia indirectamente a la policía con la represión y se adelanta a los sucesos
sin fundamento aparente al decir que “la policía federal patrullaría la zona con armas
largas con la instrucción de prevenir, lo cual encierra el mayor de los peligros: que
maten gente”.
La asociación ‘represión’ con ‘muertes’ es producto de la cristalización de un estigma
atribuido desde hace muchos años a las fuerzas de seguridad internas. Si bien la lengua
190
Entrevista realizada por las autoras a la licenciada en comunicación Social, Viviana Mariño.

63
castellana define el concepto como “contener, refrenar, templar o moderar”191 una
acción, los medios apelan al uso del término como una forma de significar violencia o
abuso del poder.

B) En algunos casos la ideología del medio determina la distribución de recursos


que afecta la producción de mensajes
Los juicios de valor que se plasmen, a través del uso de los estereotipos, en los
productos informativos van a estar directamente determinados por la tendencia que
asuma el medio. Pero aún en la fase previa al proceso de elaboración del mensaje, la
línea de pensamiento interviene a través de la distribución de sus recursos para la
cobertura de temas. Así, lo que se hace visible en un medio y lo que no, y el lugar que se
da a cada acontecimiento en el diario – así como el permanecer indiferente ante otros
hechos- tiene que ver con la línea editorial y se plasma en gestión económica de sus
bienes.
A este respecto, Pablo Morosi explica que hay momentos en que el diario se mueve para
dar a entender que determinado tema le interesa más que otros, por ejemplo, a través del
trabajo de los enviados especiales. “Vos ves que a veces hay enviados en lugares donde
el diario tiene cobertura. En esto, le dicen al lector además de que te cuento lo que pasó,
este tema me importa. Si hay un corte de ruta en Santa Cruz, yo te muestro que me
importa y te lo digo porque arriba te pongo Pepito Pérez, enviado especial. Funciona
como un mensaje de alerta para el lector”, explica Morosi192.
Sin embargo, la distribución de los recursos también afecta directamente el trabajo de
los periodistas, especialmente, su disposición para realizarlo. “No es lo mismo que a vos
te manden a cubrir tal cosa y te pongan celular y un coche a tu disposición que aquel
que tiene que viajar cuatro horas y pagar el colectivo de su bolsillo”, dice Torresi193.

C) El propósito de captación lleva a la dramatización de los hechos y a la creación


de expectativa
Charaudeau le añade a la deformación propia del acontecimiento que conlleva toda
divulgación, la búsqueda de captación de lectores en miras de la continuidad de la
empresa informativa que tiene. Este aspecto tiene esencialmente dos aristas: la
dramatización de los hechos y la creación de expectativa.
191
Diccionario On line de la Real Academia Española
192
Entrevista realizada por las autoras al periodista Pablo Morosi.
193
Entrevista realizada por las autoras al periodista Leonardo Torresi.

64
Al propósito de captación “corresponde una instancia de producción que trata de seducir
a una instancia de recepción construida como blanco afectivo, y la elección de un tema
capaz de motivar al receptor desarrollando una actividad lingüística de dramatización
del acontecimiento mediático”, sostiene Charaudeau194. De allí que los valores que tenga
en cuenta el periodista para la selección de las noticias sean, como dice Noelle
Newmann, que pueda ser comunicado con claridad –es decir, que encaje en los
estereotipos producidos por la sociedad- y que este relacionado a conflictos, a lo
sorprendente, a aquellos con lo que el lector pueda identificarse 195. Con lo cual, ya desde
la selección de los acontecimientos a comunicar se busca la dramatización. Pero a ello
se suma la existencia y aplicación de estrategias discursivas que producen efectos
dramáticos, como la puesta en escena y el suspenso.
La dramatización se vuelve particularmente evidente en situaciones de crisis como la
vivida en 2001. Página 12, por ejemplo, apela a sus títulos como recurso válido para
ironizar sobre un tema. Durante diciembre de 2001 se publicaron titulares como “Para
tumbar el aguinaldo”, “La espada de Damocles de Soria”, “La fe fue lo único en alza” o
“La memoria no va a dejar la calle”. En todos los casos, los lectores podrían apreciar un
tono sarcástico que podría sugerirle al lector un significado diferente al que se le podría
dar en otro medio.
La Nación y Clarín, por su parte, también juegan con la dramatización aunque en ambos
casos se inclinan por un tinte menos sarcástico y más alarmante / angustiante. En el
primer caso se observaron frases como “Descontrol en barrios platenses”, “Córdoba no
fue ajena a las refriegas callejeras” o “Tierra arrasada en un barrio de Moreno”. En el
segundo, se emplearon encabezados como “Clima de barricadas en Córdoba”, “Banditas
de narcos armaron los saqueos”.
El suspenso aplicado a la elaboración de mensajes informativos también responde a una
lógica comercial destinada a mantener latente la atención del lector y la intención de
compra del producto periodístico. La necesidad de saber si sucedió aquello que el medio
anticipó como posible, alienta la adquisición del diario. Y a pesar de que las
predicciones no se cumplan, los nuevos interrogantes que plantea en cada edición
despiertan el interés por leer la siguiente.
En notas de los tres diarios que hablan de acontecimientos diferentes relacionados al
aspecto económico se puede observar la creación de expectativa de diferentes maneras.

194
Charaudeau, Patrick. Op. Cit. p. 150.
195
Noelle Newmann, Elisabeth. Op. Cit. p. 194.

65
• Clarín tituló: “En el Gobierno ya discuten la posibilidad de dolarizar”196. De esta
manera pone en agenda la dolarización a través de la palabra, referida,
indirectamente del Gobierno, aunque sin precisar quién. A través de la figura de
la conducción política, sin precisar partidos, cargos, funciones ni competencias
de quienes intervienen en la discusión a que refieren, instala una posibilidad no
prevista. A través de la volanta “Una medida que hasta fue conversada con el
FMI” resalta el alto nivel de probabilidad de que dicha expectativa se cumpla
involucrando a una segunda figura como el Fondo Monetario Internacional. En
el copete se destaca el empleo del verbo en potencia “se pondría” y la presencia
de una segunda alternativa de acción: la devaluación”. En el cuerpo de la notas,
estos elementos también se utilizan.

NOTA PUBLICADA POR CLARIN EL 16 DE DICIEMBRE DE 2001- “EN EL GOBIERNO YA DISCUTEN LA POSIBILIDAD DE DOLARIZAR” DE ERNESTO
SEMAN

• Página 12, en la nota “Cavallo tiene el salariazo a mano”197 también instala en


agenda un curso de acción. Sin embargo, en este caso lo hace a través de un
copete que plantea una hipótesis - “Si el gobierno fijara una tasa de interés
máxima para los préstamos bancarios ya otorgados, como lo hizo con la tasa que
se paga a los depositantes, los endeudados en créditos hipotecarios, personales y

196
Nota, diario, fecha
197
Nota, diario, fecha

66
tarjetas podrían ahorrarse 2400 millones”- que en la volante se la adjudica a lo
“economistas de la UIA”. A través de un punteo de datos claves de la economía
nacional para comprender la propuesta, expresa un estado de situación y luego
van apareciendo en el cuerpo de la nota, propuestas, estimaciones y
especulaciones de diferentes actores.

NOTA PUBLICADA POR PAGINA 12 EL 17 DE DICIEMBRE DE 2001- “CAVALLO TIENE EL “SALARIAZO“ A MANO” DE MAXIMILIANO MONTENEGRO

• La Nación, por su parte, tituló: “Siguen sin hallar la formula para levantar el
“corralito” bancario”198. En este caso, el medio no instala un tema sino que
vuelve sobre un punto que ya está en agenda pero refresca la expectativa sobre la
salida del corralito. Como los otros dos diarios utiliza verbos en potencial y las
voces de funcionarios del Gobierno, pero claramente identificadas.

198
Nota, diario, fecha

67
NOTA PUBLICADA POR LA NACION, 30 DE DICIEMBRE DE 2001- “SIGUEN SIN HALLAR LA FÓRMULA PARA LEVANTAR EL “CORRALITO” BANCARIO”, SIN
FIRMA.

Por lo visto, ya sea sobre temas previamente establecidos o nuevas cuestiones, los
medios crean expectativa y según la teoría esto corresponde a una lógica comercial que
busca mantener latente la atención del público. Felipe Yapur admitió que la capacidad
de anticipación a los hechos es un recurso fundamental que se sustenta en el manejo de
las fuentes: “la confianza con las fuentes te permite prever que es lo que va a
suceder”199. Sin embargo, esa relación en particular de la que habla Yapur es un arma de
doble filo en tanto la búsqueda permanente de la primicia sobrevalúa la novedad y la
equipara al nivel de veracidad de los testimonios.
En el caso del ejemplo mencionado de Clarín, el diario se guarda de adjudicarle la
mención de la posibilidad de dolarizar a una autoridad en particular y habla con la voz
de “fuentes de la Casa Rosada”, “los más optimistas”, “un banquero de primera línea” y
aquellos “escucharon decir” algo a Chrystian Colombo, el entonces Jefe de Gabinete.
Ahora bien, la dolarización no se implementó y ni Clarín, ni ningún otro medio se
retractaron nunca. Pero la seguidilla de posibles medidas económicas publicadas por los
medios reconstruyó una situación de inestabilidad que se grabó en la memoria de los
públicos y alentó el alarmismo. ¿Qué fue lo que sembró en los periodistas la idea de que
la dolarización era una posibilidad? No lo inventaron, sino que levantaron el temor de
aquellas fuentes de confianza de las que habla Yapur y lo propagaron sobre sus lectores
a través de testimonios de personas de personas no identificadas y el uso de verbos en

199
Entrevista realizada por las autoras al periodista Felipe Yapur.

68
potencial. La alarma estaba sembrada y el público la cosechó al comprar el diario en la
mañana.
Por su parte en los ejemplos de Página 12 y La Nación se puede observar la clara
identificación de las fuentes acompañada por el mismo uso de verbos en potencial. La
reconstrucción breve que hace La Nación de las medidas económicas permite una
construcción de la expectativa fundada en los últimos sucesos e insinuada apenas.
Finalmente, Página 12 utiliza la voz de terceros especialistas. Este recurso es aplicable
cuando no en un tema que tiene determinada continuidad en el tiempo no hay noticias
sustentadas en hechos, por lo que apela a construir noticias sustentadas en dichos. La
herramienta permite mantener la actualidad del tema, satisfacer la necesidad de los
lectores de recibir datos vinculados a dicho tema y a la vez suscitar aún mayor
expectativa.
Al hablar de las variables económicas manejadas en el periodo de análisis, Ceriotto
explicó: “Todos los días era algo distinto. Propuestas de economistas para arreglar lo
que estaba pasando, muchas notas de servicios, muchísimas… partes de novedades
escritos y no escritos… Y cada vez más políticos y economistas que indicaban cosas,
pero nosotros no decíamos que hacer. Sólo dábamos el micrófono” 200. Como si decidir a
quién darle el micrófono fuera una actividad menos relevante que la de contar los
hechos, como si desconociera que el medio y el periodista también hablan a través de
sus entrevistados.

Voz del medio, voz del pueblo


De los lugares comunes erigidos sobre
el poderío del periodismo, el de mayor
aceptación general parece ser, hoy, el de
su supuesta capacidad casi absoluta
para definir el rumbo de un país al
constituirse en un determinado cuarto
poder, en una especie de vocero de la
población.
Martín Latorraca y Hugo Montero
“El periodismo urgente”

200
Entrevista realizada por las autoras al periodista Luís Ceriotto

69
Las organizaciones mediáticas son una de las principales fuentes de la opinión pública,
entendida esta como el conjunto de representaciones colectivas que construyen y
transforman la definición social de la realidad, tal como sostiene Gil Calvo. Sin
embargo, el autor precisa: “Esa realidad definida por la opinión pública no es real –
aunque esté también determinada por la realidad objetiva (lo real)-, sino imaginaria. Por
eso hay que insistir en su irrealidad: la opinión pública no construye la realidad, sólo la
define –y la redefine- desde fuera de ésta. Esto no impide que los seres humanos,
informados por la opinión pública, reconstruyan esa realidad externa al interactuar entre
sí con ella”201.
En el mismo sentido, Noelle Newmann sostiene: “Las imágenes que tenemos en la
cabeza son la realidad. No importa cuál sea verdaderamente la realidad, porque sólo
cuentan nuestras suposiciones sobre ella. Sólo ellas determinan las expectativas,
esperanzas, esfuerzos, sentimientos: sólo ellas determinan lo que hacemos. Pero estas
acciones sí que son reales, tienen consecuencias reales y crean realidades nuevas”202.
Los medios operan en el espacio público a través de 5 ejes: temporalidad, proximidad,
jerarquización, categorización y tematización. Estos, a su vez se interrelacionan en las
tres dimensiones de análisis planteadas alentando el desarrollo del alarmismo.

Cuestión de tiempos

La temporalidad, tiene que ver con la obsesión de los medios con el futuro. Al hablar
de la realidad, Gil Calvo diferencia tres niveles de realidad: a) la realidad objetiva de la
que se encarga el conocimiento experimental (correspondiente en ese trabajo al
concepto del mundo de lo real, de lo fáctico), b) la realidad social, entendida como
sistema de relaciones entre agrupaciones y c) la realidad comunitaria, entendida como
agregado solidario que comparte un destino común. De ésta última se ocupan los climas
de opinión, que Gil Calvo define como “estimaciones aproximadas del estado unitario
del colectivo social agregado, que tratan de avanzar previsiones sobre su futura
viabilidad”203. Sin embargo, como bien dice el autor, se trata de “estimaciones
aproximadas” y “previsiones” porque el futuro colectivo es imprevisible e incierto. En
esta persecución de un objetivo imposible, los climas de opinión se quedan sin
respuestas certeras y aumenta la incertidumbre en una escalada infinita.
201
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 50.
202
Noelle Newmann, Elisabeth. Op. Cit. p. 196.
203
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 74.

70
Si bien la prensa informa sobre las tres clases de realidad que identifica Gil Calvo, su
función específica es centrarse en la realidad emergente, como fuente de verdaderas
noticias, de acontecimientos impredecibles que rompen el normal desarrollo de la
sociedad. “Si la realidad natural o producida es predecible –por naturaleza o por
programación-, sólo la realidad emergente es impredecible, y por tanto sólo en ella se
pueden encontrar como hallazgo inesperado las verdaderas noticias: scoops, primicias,
exclusivas”, sostiene Gil Calvo204.
Por lo tanto, los profesionales de prensa están más interesados en cubrir e investigar la
realidad emergente que se compone, como dice Gil Calvo “tanto de novedades, intentos
o innovaciones –en modas, comportamientos, artefactos o tecnologías- como de
sucesos, accidentes, conflictos y toda clase de desastrosas emergencias, sobre todo
cuando se producen por sorpresa como consecuencia imprevista de las interacciones
humanas”205. Annabella Quiroga sostuvo que “todo periodista quisiera tener su
diciembre de 2001; digamos que para trabajar, es lo mejor que te puede pasar… no te
aburrís nunca”206. Por su parte, Luís Ceriotto dijo: “El problema es escribir el diario
cuando no pasa nada. Pensá que tenés hojas y hojas para llenar y nada que poner”207.
Gil Calvo afirma: “Y si no se producen, se inventan. Quiero decir que muchas veces la
prensa trata de hinchar las noticias normales – o sea previsibles, en tanto que naturales o
racionales- para convertirlas en revelaciones sensacionales, exagerando para ello su
carácter imprevisto, novedoso e insólito”208. Gil Calvo intenta explicar que si los hechos
no son lo suficientemente singulares y decisivos, los periodistas buscan realzar el interés
informativo. Gil Calvo concluye que “la prensa siempre reivindica como su función
prioritaria la de disparar la alarma ante cualquier catástrofe, lo que considera su más
legítima función de servicio público”209.
Otra de las problemáticas que infiere en la construcción de la noticia es la tensión
imperante hacia el interior de las redacciones. Los periodistas entrevistados destacaron
que en e trabajo cotidiano deben lidiar con diversas presiones que ejercen su influencia
de una u otra manera. Una de las presiones que fueron mencionadas en forma recurrente
es la del auge de los medios audiovisuales en perjuicio de los soportes gráficos. Internet

204
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 149.
205
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 149.
206
Entrevista realizada por las autoras a la periodista Annabella Quiroga.
207
Entrevista realizada por las autoras al periodista a Luis Ceriotto
208
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 149.
209
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p. 150.

71
y fundamentalmente la televisión, representan un elemento decisivo a la hora de
publicar. Opina Daniel Gutman, periodista de Clarín:
“El problema que tiene hoy el diario es que llega a manos de la gente cuando ésta ya
está muy informada sobre un tema. La televisión y la gran cantidad de cadenas de
noticias durante las 24 horas permiten que la gente pueda seguir paso a paso, por
ejemplo, una toma de rehenes. Entonces el problema que se presenta es que al otro día,
no quieren que les expliques qué pasó, porque eso ya lo saben. A lo sumo leen los
títulos para saber qué opina el medio o busca explicaciones del porqué ocurrió
Otro periodista del mismo medio, Néstor Restivo, plantea el conflicto respecto a este
punto cuando sugiere que los medios audiovisuales y gráficos deberían complementarse
mutuamente, algo que según su punto de vista, no ocurre en la actualidad:
“El diario debería ser más un lugar de reflexión. Hoy, la persona que tiene Internet, tele
en su casa ve las cosas en vivo y en directo. Y eso al otro día no lo podés decir toda otra
vez. En eso para mí Clarín se equivoca. Si hoy la radio, TV o Internet hablan de algo
hasta el cansancio, fijate que el diario al día siguiente repite todo. Para mí eso no sirve,
yo buscaría darle al lector un plus distinto, analiza más la información. Porque la gente
tiene tantas fuentes de información. El diario debe dar un análisis o lectura de análisis,
saber por qué pasó, un contexto amplio. Hoy en día la gente no hace como en el pasado
que compra el diario para enterarse de lo que pasó, sino que amplía sus conocimientos,
eso que ya sabe. El tema es que, yo entiendo, la gente no tiene tiempo de leer grandes
notas. Entonces los diarios son pro cíclicos, te dan más de lo mismo, en lugar de
contrarrestar o equilibrar eso, te dan más de lo mismo.”.
En ambos casos, los periodistas dejan entrever el problema de tener que cumplir con la
exigencia de la ‘primicia’ cuando ya no hay nada nuevo para decir. La aparición
recurrente del tema “corralito” en las notas de todo el período analizado es un claro
ejemplo de ello, así como el regreso permanente sobre las reacciones de los ciudadanos.

De aquí y de allí
El eje de la proximidad se maneja desde un punto de vista egocéntrico, porque más
interés tiene la noticia para la audiencia si sucede cerca de ella o la afecta de alguna
manera. Charaudeau sostiene que “la proximidad espacial debe dar a la noticia un
interés particular, porque ha sucedido en el mismo espacio físico en que se mueve la
propia instancia de recepción”210.
210
Charaudeau, Patrick. Op. Cit. p. 173.

72
Un buen aspecto para analizarlo, se plasma en la cobertura de los saqueos que hicieron
los tres medios. La ubicación de los mismos primero en el interior del país, los
planteaba como un conflicto, pero de cierta manera lejano. Las provincias de Córdoba,
Santa Fe y Entre Ríos fueron las primeras en aparecer y la información, con el correr de
los días se planteó como si los saqueos fueran una sombra que avanzaran
“territorialmente” hacia la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma. Esto se
dio muy a pesar de que los tres medios son de alcance nacional. El “dónde” es una de
las preguntas clave con respecto a los hechos de los que se quiere dar cuenta y cuanto
más cerca es, aumenta su grado de interés.
Página 12 tituló “El reclamo de comida llega a Buenos Aires”211, y el copete de la nota
sostiene: “Después de los saqueos del fin de semana, la situación es cada vez más frágil
en Concordia, Rosario y Mendoza, pero la novedad más importantes es que los
conflictos por la falta de alimento llegaron al Gran Buenos Aires”. Si bien cabe
preguntarse porqué el autor del copete hace dicha jerarquización de los acontecimientos,
la proximidad del conflicto con la ubicación física de las redacciones y los centros de
poder, son un factor que no debe olvidarse.
La Nación, por su parte, expresa la misma situación al poner en su volanta “Conmoción
social: corridas en la Capital” y en el título “Las calles porteñas, invadidas por el
desborde popular”212. En la nota “Un malestar evidenciado desde Puente Alsina hasta
Flores”213 utiliza la mención de puntos distantes para reflejar un extenso espacio donde
se produce el conflicto y utiliza el recurso gráfico para fijarlo en los lectores.

211
Nota, diario, fecha
212
Nota, diario, fecha
213
Nota, diario, fecha

73
NOTA PUBLICADA POR PAGINA 12 EL 18 DE DICIEMBRE DE 2001- “EL RECLAMO DE COMIDA LLEGA A BUENOS AIRES” SIN FIRMA

74
NOTA PUBLICADA POR LA NACION EL 20 DE DICIEMBRE DE 2001- “LAS CALLES PORTEÑAS INVADIDAS POR EL DESBORDE POPULAR” SIN FIRMA

Sin embargo, hay que tener en cuenta que al mismo tiempo que la proximidad es un
elemento de noticiabilidad, es un factor de alarma. Cuanto más cercano sucede aquello
que es imprevisible, más incertidumbre y temor generará y peor aún cuando el avance
territorial progresivo hacia la ubicación de los centros de poder se prolonga durante
varias ediciones ya que alienta la duración de la alarma.
En realidad, la reflexión crítica invitaría a pensar qué diferencia hay entre los
hambrientos de Mendoza y los de la Ciudad de Buenos Aires y qué hace que en una
nota se priorice el segundo dato por sobre el primero. La mirada Morosi, como
corresponsal en La Plata, ayuda a comprender una perspectiva que los periodistas de las
redacciones ubicadas en Buenos Aires parecen tener naturalizada y ni siquiera registrar.

75
El periodista explicó: “Ese es un ejemplo de algo que parece estallar en la Ciudad de
Buenos Aires. La situación se venía gestando en el Conurbano y terminó explotando el
19 y 20 con los hechos que todos conocemos. Pero los saqueos ya venían insinuándose
o produciéndose concretamente. Cuando episodios como estos llegan a la Capital tienen
mucha resonancia desde el punto de vista político, pero a veces es más fácil ver el fondo
de la cuestión cuando uno puede ver el movimiento más genuino”.

Esto sí, esto no


La jerarquización opera como método de selección de las noticias que se incluirán en
cada edición de los diarios. “Los medios, al seleccionar las informaciones y presentarlas
como lo que realmente ha ocurrido, impiden que otros hechos lleguen al conocimiento
ciudadano”, afirma Charaudeau214.
El operativo de jerarquización y selección es el que constituye el pilar de la realidad
percibida por la opinión pública. En este sentido, Noelle Newmann explica que “lo que
no se cuenta, no existe; o, más modestamente, sus posibilidades de formar parte de la
realidad percibida son mínimas”215.
La competencia con otros medios es otro punto que apremia a los profesionales de la
información. En los testimonios recogidos durante la etapa de entrevistas, los
periodistas no dudaron en afirmar que la presencia del periódico contrario en el lugar de
los hechos es motivo de consulta obligada por los jefes de sección. Incluso, la
especulación sobre el espacio que se le va a dar a un determinado tema en el periódico
de la competencia puede modificar la disposición del material. Opina Pablo Morosi:
“Sí, la competencia entre los diarios es muy fuerte, todo el tiempo está presente. A mí
en la Nación, por ejemplo, me mandan a hacer una cobertura y lo primero que me
pregunta el editor es ¿está Clarín? Lo primero. Y eso te mata.”
Los casos que requieren que el periodista se traslade y permanezca por varios días en
otras ciudades, provincias e incluso países, incrementa el peso del otro. Admite
Leonardo Torresi: “En general, lo que publican los demás te obsesiona más cuando vas
de viaje. Incluso a veces se da de crear una relación con tipos de otros medios, si te
mandan a cubrir a un pueblo chico, que te cruzás todo el día, a la noche van a comer
todos al mismo lugar, o te juntás para un picadito. Es raro, buscás sacar información de
lo que buscan, a dónde va este o el otro, conocés el auto, ves si están en la misma zona

214
Charaudeau, Patrick. Op. Cit. p. 14
215
Noelle Newmann, Elisabeth. Op. Cit. p. 197.

76
que vos. En esas coberturas hay dos momentos extremos: de felicidad, cuando cerrás la
nota y la mandás para irte a dormir y el otro es al otro día, cuando llega el diario y ves
que el otro sacó un dato que no tenía y te querés matar.”
Morosi, por su parte, añade: “Cuando vos tenés una nota buena, que realmente tiene
interés social, que sabés que va a tener repercusión y que no está la televisión, esa nota
va a la tapa. Porque mañana los obligas a los otros medios a que vayan ahí. En cambio,
si vos vas a un lugar que ya están los otros medios como América y demás, esa nota
seguro que tiene un lugar importante pero no va a la tapa. Son cosas que ahora están
muy calientes porque tampoco hay un manual.”
Además de las cuestiones generales que, en mayor o menor medida afectan a todos los
periodistas, se suma las prioridades de cada diario.
“La Nación es medio raro con las noticias porque por ejemplo, no es un diario que
busque como loco la primicia. Te exigen más que chequees las fuentes, que mires otra
vez. Cuando vos tenés una información que perjudica o puede afectar a un funcionario
te piden que le des la oportunidad de hablar, que busques más pruebas. Y si por ahí vos
le decís que no te contestó te dicen “esperalo a mañana”. En ese lapso, el cronista que
hace la nota se vuelve loco porque sabe que lo va a tener otro y que alguien lo va a
publicar antes. Pero el diario no se fija tanto en eso. Y creo que en esta actitud radica el
prestigio que se comenta del diario. Vos sabés que lo que tiene es seguro. A veces te
comés el garrón de que aquello que vos tenías lo publica otro”, reflexiona Morosi.
Otro periodista de Clarín, por su parte, manifestó las dificultades a las que debe
enfrentarse un periodista cuando sus jefes quieren darle una dirección determinada en la
redacción de sus noticias. El diario, desde el punto de vista empresarial, tiene en juego
intereses económicos y suele medir sus acciones a fin de que éstos no se vean
perjudicados.
XXX explicó que “Clarín jugó mucho a la devaluación y a la pesificación, porque el
grupo tenía deuda en dólares y le convenía que el que viniese, pesificase la deuda”. En
relación a cómo los intereses económicos de la empresa informativa afectó la
producción de artículos, el periodista precisó: “Clarín apoyó mucho a De la Rúa, pero
cuando vio que la cosa ya no iba más empezó a presionar por la pesificación y nosotros,
como periodistas de esa sección, no podíamos opinar en contra de eso, pero lo que sí
podíamos hacer era ir a hablar con gente que dijera ‘ojo que esto se va todo al diablo’ y
publicarlo”.

77
Sin embargo, XXX recordó una situación en la que tuvo que ceder frente a las
exigencias de sus superiores: “Me tocó entrevistar a Roberto Alemann, que había sido
ministro de Economía. Él me decía en su momento, que las 4 D de las que se venía
hablando iban a ocurrir en la Argentina [default de la deuda, dolarización de la
economía, depósitos congelados y devaluación] eran mentiras. Bueno, yo vine al diario
y cuando llegás, en general tu jefe te pregunta qué te dijo el entrevistado, sobre todo
para el título, para ver cómo vamos con eso. Y yo le comenté lo que me había dicho
pero que pensaba que era mentira ya que se sabía que de las 4 D alguna, por lo menos
una, iban a pasar. Y el jefe me decía ‘no, y si te dijo eso hay que ponerlo. Además se le
quiere dar la página entera’”.
La nota a las que XXX se refirió fue publicada el 7 de diciembre de 2001 y constó en
realidad en un texto en el que intervinieron cinco analistas económicos. Es curioso que
al relatar la experiencia, el periodista omita mencionar a las otras fuentes. En particular,
recuerda haber entrevistado a Alemann y la situación en la que publicó algo con lo que
no estaba plenamente de acuerdo. El periodista sostuvo: “Esa entrevista no la firmé y
quería dejar en evidencia que sabía que me estaba mintiendo. Nosotros tenemos el
atributo de firmar o no firmar. Yo soy un tipo así. No firmo si no quiero y hacerlo
cuando quiero”.
En la publicación se puede inferir la tensión entre el pensamiento del periodista y la
línea del medio. De las cinco fuentes que presenta la nota, sólo Alemann es el que
manifestó frente al entrevistador una postura diferente frente al tema del curso
previsible para la economía argentina del momento. De hecho, la cabeza del texto
comienza con la frase “un solo economista ayer indicó que prefiere conservar la
convertibilidad”216 y enseguida contrapone la visión de Alemann con el resto de los
especialistas al agregar que es “uno de los cinco consultados por Clarín”. En este
sentido, se puede decir que si bien se da cuenta de la opinión del ex ministro de
Economía rápidamente se la reduce al contraponerla a la opinión de la mayoría.
Si bien esto sucede en el cuerpo de la nota, el título pareciera apuntar a otra cuestión al
decir que “los economistas”, en términos generales, “fluctúan entre convertibilidad y
dolarización”, cuando la nota expone cuatro opiniones parejas y una disidente. En este
sentido, cuando el medio apuesta a difundir determinada información que considera
afín a su línea editorial puede incurrir en fomentar la incertidumbre, más aún en un
contexto político, social y económico tenso. Para no desacreditar la visión más acorde
216
Clarín, 7 de diciembre de 2001. Los economistas fluctúan entre convertibilidad y dolarización”

78
al pensamiento de la empresa informativa, Clarín tituló sin diferenciar la opinión de la
mayoría de los consultados, y a la vez, alimentó el clima de incertidumbre al dar la
impresión de ni siquiera expertos en la materia podían vislumbrar hacia donde dirigía la
economía nacional.
XXX concluyó su relato: “En esa época, el jefe que yo tenía no era de darte libertad.
Entonces, me aceptó la decisión de no firmar la nota, pero fue un costo que yo pagué.
Además es raro que una entrevista que ocupa toda una página salga sin firma. Pero yo
no quería ser cómplice de lo que estaba diciendo ese tipo”. A pesar de que el periodista
analiza lo sucedido, pierde de vista el efecto del producto informativo en las audiencias.

Los criterios de noticiabilidad son flexibles y están abiertos a posibles modificaciones


según el contexto temporal en el cuál se utilicen. “Los temas pueden forzarse en todos
los medios (…) no siempre los criterios de noticiabilidad planteados desde la
explicación teórica y que suelen aparecer en las entrevistas con los profesionales, se
aplican rigurosamente a la hora de seleccionar la información.”217 Pero lo cierto es que,
si bien ofician de parámetros básicos que guían al periodista a la hora de jerarquizar los
acontecimientos, el profesional de la información no es una máquina simple que opera
en forma automática. Existe un margen de acción en la que entran en juego todas las
capacidades implícitas del ser humano (como el razonamiento, su cultura, la ley moral
vigente) que condicionan al periodista en el proceso de selección y jerarquización.
La autora María Teresa Téramo introduce algunos valores pertenecientes al mundo de lo
sensible de los individuos y que influyen de igual modo en el proceso de selección de
los acontecimientos: “el proceso de producción de las noticias exige y articula dos
instancias: la selección de la información a través del reconocimiento de los criterios
que hacen noticiable un acontecimiento como actualidad, relevancia, proximidad e
impacto, y su conexión con las fuentes, y la verificación ampliación, contextualización
–antecedentes y consecuencias- e interpretación u observación de periodista de esa
información. En resumen: las formas en que esos valores que marcan el hecho elegido
son procesados –recreados- en la noticia y se ofrecen al público”218 La autora destaca
que existe una suerte de sexto sentido en el periodista, adquirido a través de su
experiencia profesional, que lo guiará en la elección de un tema sobre otro para fabricar
sus noticias.

217
Martini, Stella y Luchessi, Lila. Op. Cit. p. 129
218
Téramo, María Teresa. Op. Cit. p. 37 y 38.

79
Es interesante observar cómo dentro de los criterios de noticiabilidad se menciona el
impacto o interés humano que debe encerrar un tema para que sea considerado noticia.
Pero para determinar qué es lo que a los lectores le interesa más, habría que realizar en
forma cotidiana sondeos de opinión. Otra opción sería ofrecer el abanico de temas que
circula por el universo y dejar que ellos seleccionen los que más les interesan. Ambas
tareas resultan inconcebibles si se toman en cuentan los tiempos que rigen a los
productores de la noticia. ¿Cómo hacen entonces los periodistas para determinar el nivel
de interés humano que posee un hecho? En general, los testimonios recogidos dejan en
claro que tal criterio se mide en relación al criterio propio del medio para el cual trabaja.
El periodista de La Nación Mariano Obarrio explicó: “Si vos estás en La Nación, sabés
qué información sirve y cuál no. Es la experiencia, el oficio. La tarea cotidiana con tu
jefe, con los colegas. Tenés en mente la línea editorial, las indicaciones de los jefes de
redacción. Eso más o menos te va dando una idea de qué cosas resultan interesantes
para tu lector. A mi a veces me pasa, que vamos a cubrir un hecho y uno de Página 12
me dice: ‘tomá, esto lo podés publicar vos’. Otras veces, pasa lo contrario, vos manejás
información que sabés que en el diario en que vos estás no va a salir.”219
Quiere decir que al momento de plasmar en el periódico los hechos ‘relevantes’ se
atienden cuestiones que involucran los pensamientos y las sensaciones del equipo
periodístico de cada sección. Las decisiones sobre el material publicable son tomadas
por consenso y en ella se valoran impresiones del grupo sobre qué puede causar mayor
y mejor impacto en los lectores, cómo redactarlo para capturar la atención y hasta qué
complementos incluirle al texto para que éste no pase desapercibido.
Otro de los criterios que propicia el debate es el referido al ‘nivel de impacto’. Ningún
ser humano está en condiciones de predecir con exactitud aquello que va a ocurrir en el
futuro. Puede tejer una red de conexiones entre su experiencia vivida, su bagaje cultural
e informativo y su capacidad analítica y así elaborar una teoría más o menos coherente
de lo que puede llegar a suceder con determinadas cuestiones. Pero en el fondo, no
dejan de ser suposiciones de las consecuencias que pueden llegar a producir un
fenómeno. Quiere decir que el nivel de impacto es el resultado de la interacción de un
conjunto de criterios que involucran la opinión y el análisis del periodista y sus fuentes.
Las observaciones anteriores son tenidas en cuenta por las autoras Martini y Luchessi:
“La noticia se rige entonces no sólo por las características puntuales del acontecimiento

219
Entrevista realizada por las autoras al periodista Mariano Obarrio.

80
que relata sino también por las suposiciones de los efectos sobre lo cercano y conocido
en un determinado lugar”220

Etiquetemos
Por otro lado, a los efectos de una mayor claridad para los lectores, se pone en juego la
categorización. Así, el espacio público se clasifica en categorías que permiten a los
individuos reconocer, comprender, identificarse y reaccionar frente a los
acontecimientos reproducidos en los medios. Las categorías se refieren, según
Charaudeau, a la distribución del mundo social en espacios de acción, que en los medios
corresponde a las prácticas sociales representadas; al modo como los actores participan
de dichos ámbitos, que se cristaliza en la aparición de personajes, y a los tipos de
palabra que tienen derecho de ciudadanía, aspecto perceptible en la administración de
las fuentes periodísticas221.
Los estudios realizados por Marc Benton y Jean Paul Frazier sobre la articulación que el
público hace de la información recibida establecen que esto ocurre en tres niveles: la
etiqueta de los mayores problemas; la especificación del tema principal, causa del
problema y soluciones propuestas; pro y contras de las soluciones propuestas y los
autores de las propuestas222.
El tratamiento que los diarios le dieron Fernando De la Rúa, ex presidente de la
Argentina, es ilustrativo de las diferentes formas de aplicar categorías y de cómo estas, a
su vez, fortalecen los estereotipos. Mariño explicó: “De la Rúa muy rápidamente quedo
tomado como el figurín del Alzheimer, el figurín del tipo que no sabía ubicarse dónde
estaba. Todo desembocó en que los medios ganaran esa guerra por estigmatizar”.
Un primer ejemplo es la nota de Página 12 “De la Rúa entre el desconcierto y la
negación del estallido social”223 que refirió al discurso que el ex Presidente dio en
cadena Nacional pocas horas antes de renunciar. La foto que ilustra la nota lo muestra a
De la Rúa en tres cuartos perfil, del lado izquierdo y con la bandera argentina detrás. Si
bien en sí misma es una imagen de alto nivel connotativo, el epígrafe actúa como un
fuerte anclaje al expresar “El presidente Fernando de la Rúa apeló a un tono impostado
y se puso los anteojitos”.

220
Martini, Stella y Luchessi, Lila. Op. Cit. p. 113
221
Charaudeau, Patrick. Op. Cit. p. 178
222
Benton, Marc; Frazier, Paul Jean. The Agenda-Setting Function of the Mass Media at. Three Levels of
Information Holding. EEUU: Communication Research--An International Quarterly,1976. p.137 y 138.
223
Nota, diario, fecha

81
NOTA PUBLICADA POR PÁGINA 12 EL 20 DE DICIEMBRE DE 2001- “DE LA RUA ENTRE EL DESCONCIERTO Y LA NEGACION DEL ESTALLIDO SOCIAL”
DE JOSE NATANSON

Clarín, tituló la nota del mismo acontecimiento con un textual: “Hay que distinguir entre
los necesitados y los violentos”224. Si bien el textual en si mismo expresa casi una ironía,
teniendo en cuenta que el 20 de diciembre los medios habían reproducido imágenes de
caos en todo el país, se fortalece con la imagen de un De la Rúa que ocupa poco espacio
de la foto y mirando hacia abajo.

224
Nota, diario, fecha

82
NOTA PUBLICADA POR CLARIN EL 20 DE DICIEMBRE DE 2001- “HAY QUE DISTINGUIR ENTRE LOS NECESITADOS Y LOS VIOLENTOS” DE ATILIO BLETA
Y MARIANO THIEBERGER

La Nación había manifestado ya la misma intención irónica en una nota del 10 de


diciembre: “De la Rúa: Se restableció el diálogo”225. Si bien el acontecimiento en sí
mismo es la negociación de Cavallo con el FMI, el relatar los hechos a través de la
mirada del Presidente es una opción válida y que fortalece el estigma establecido sobre
De la Rúa. Mientras el título habla de diálogo, la foto muestra al entonces Presidente
con auriculares y la mirada perdida.

225
Nota, diario, fecha

83
NOTA PUBLICADA POR LA NACIONEL 10 DE DICIEMBRE DE 2001- “DE LA RUA: SE REESTABLECIO EL DIALOGO” DE GABRIELA LITRE

La carga negativa establecida entonces –no sólo sobre el Presidente, sino sobre las
instituciones políticas en general- se propagó rápidamente a través de los medios de
comunicación que en su búsqueda de claridad y rapidez apelaron a juegos cómplices
para reforzar los estereotipos establecidos. Dado que estos son fácilmente reconocidos y
aceptados, la alarma se difundió a mayor velocidad.

Sobre qué pensar

Finalmente, la tematización se da a través de la presencia de determinados temas que se


vuelven recurrentes en la agenda de los medios y en la agenda pública en un juego de
distribución de secciones y subsecciones que deben corresponder a las grandes
categorías de pensamiento de la opinión pública. Noelle Newmann retoma de Niklas
Luhmann la comprensión de que “el proceso social no puede afrontar muchos temas a la

84
vez, pero al mismo tiempo, para él puede ser cuestión de vida o muerte tratar los que se
hayan vuelto urgentes”; por ello, “los procesos de opinión pública deben regular el foco
de la atención pública”226.
Sólo para anclar el aspecto en el período analizado, vale citar los principales temas
identificados y los títulos relacionados:
• Acefalía institucional

Clarín 25 de diciembre de 2001, pág. 2 Página 12

Página 12 La Nación 21 de diciembre, pág. 8

La Nación 21 de diciembre de 2001, tapa

• Estallido Social
La Nación 30 de diciembre de 2001, pág. 12 Clarín 21 de diciembre de 2001, pág. 4

Clarín 30 de diciembre, pág. 13 Página 12 22 de diciembre de 2001, pág. 18

Clarín 22 de diciembre, pág. 42 Página 12

Página 12 La Nación

226
Noelle Newmann, Elisabeth. Op. Cit. p. 200.

85
• Corralito

Clarín 13 de diciembre Clarín 2 de diciembre, pág. 14

La Nación La Nación

Página 12 Página 12

• Saqueos
• Relación con el FMI
De este modo, la prensa impone su principio de realidad al administrar la alarma social.
“Es la lógica del espectáculo, consistente en la creación de múltiples expectativas
cargadas de una gran tensión que busca conocer por anticipado un desenlace que se
adivina inminente pero cuyo signo se caracteriza por su radical incertidumbre”, explica
Gil Calvo. Asimismo, el autor atribuye 3 características a los medios en el fenómeno
del alarmismo que coinciden con los resultados de la lógica de producción
periodística227:
• Creación de expectativa que genera angustia ante lo desconocido e invisible
• Revelación sensacional que identifica y reconoce a la personificación del mal
• Alto impacto social de la revelación pública asignándole un lugar
preponderante en el medio

Hacer contar

227
Gil Calvo, Enrique. Op. Cit. p138

86
“Múltiples explicaciones son alegadas
generalmente, pero ellas terminan por
fundirse en el mismo crisol de donde
saldrá, cuadrada y categórica, una
historia petrificada en el tiempo, con
principio y conclusión”, Aubenas y
Benasayag en La Fabricación de la
Información

La tarea periodística está definida en gran medida por la obtención de la información.


Dado que los hechos son la materia prima de la profesión, es menester que el periodista
obtenga buena calidad del material sobre el que se basa su labor. Sin embargo no sólo
tienen que ver con la provisión de materia prima para el proceso de producción de la
información sino que le aportan a los periodistas un recurso para elaborar mensajes
complejos. Más de una vez el periodista habla a través de sus fuentes, al seleccionar los
testimonios.
Los procedimientos para acceder a los datos se relacionan en forma directa con el
trabajo de fuentes. Como lo afirma Eugenio Castelli, “la palabra fuente, en su sentido
más general significa principio, fundamento u origen. En el término de la comunicación
social, se lo puede traducir semánticamente como origen de la información”228
También se considera como tales a “todo depósito de información de cualquier tipo que
sea accesible y consultable por el periodista como ser prensa, libros, archivos diversos,
etc”229
Existen fuentes directas e indirectas, primarias y secundarias, pero todas ellas son
importantes para elaborar una noticia.
Cabe hacer una primera distinción aclarando que toda fuente originaria de la
información, es el mismo hecho que será objeto de comunicación. El suceso sobre el
cual se va a construir la noticia. Pero en este trabajo, nos abocaremos a trabajar en las
denominadas fuentes informantes o intermedias, es decir “las personas, grupos o
instituciones que en forma ocasional o permanente, suministran informaciones al
comunicador o a los medios”230

228
Castelli, Eugenio. Op. Cit. p. 35
229
Martini, Stella y Luchessi, Lila. Op. Cit. p. 153.
230
Castelli, Eugenio. Op. Cit. p. 35

87
Conseguir fuentes que puedan corroborar los datos que servirán como base para
construir la noticia es un punto central de la actividad. “El acceso a las fuentes y la
comprobación de su confiabilidad se sitúan como dos de los aspectos principales del
trabajo periodístico”231
En realidad se debe tener en cuenta que ninguna persona difunde un suceso sin tener
intereses de por medio. Quiere decir que existen informantes que de una u otra forma se
encuentran vinculados a cierto acontecimiento y tienen especial interés por darlo a
conocer. Alex Grijelmo sostiene: “En la vida política, económica, artística o en
cualquier ámbito relacionado con los periodistas, algunos personajes tienen la habilidad
de facilitar buena información. Se convierten así en fuentes privilegiadas que hacen
favores a los periódicos y esperan recibirlos a cambio”232
La multiplicidad de fuentes que maneja un periodista conforma un tejido, una red de
retroalimentación permanente en la que los datos se superponen, se contrastan, se
verifican o se descartan. “El aspecto más importante es que la articulación de la res de
las fuentes no es casual ni arbitraria (…) de hecho es un proceso circular en el que
fuentes, periodistas y públicos coexisten en un sistema complejo”233, sostiene Mauro
Wolf.
El ejercicio diario de la profesión y los años de trayectoria que un periodista posee en
determinada sección del medio para el cual trabaja, lo obliga a tratar con una cantidad
específica y limitada de informantes o fuentes. Más allá de que los teóricos indiquen
que entre el periodista y sus informantes debieran mantener una prudencial distancia,
el contacto diario termina por forjar una relación que muchas veces se define como
“fuente de confianza”.
El testimonio del periodista Osvaldo Santoro citado por las autoras Stella Martini y Lila
Luchessi confirma lo anterior: “Hay fuentes que uno las ha probado varias veces y las
califica. Fuentes confiables, muy confiables, pero siempre es recomendable tener otra
fuente, un documento que corrobore lo que está diciendo. Si hay documentos sierre es
mejor, el documento siempre es más irrefutable que una fuente anónima”234
Pero en la práctica, las relaciones humanas no son tan lineales y la camaradería a veces
hace que el periodista se tome ciertas licencias.

231
Martini, Stella y Luchessi, Lila. Op. Cit. p. 151.
232
Grijelmo, Álex. El estilo del periodista. Madrid, España: Santillana ediciones, 1998. p. 575.
233
Wolf, Mauro. Op. Cit. p. 255.
234
Martini, Stella y Luchessi, Lila Op. Cit. p. 153

88
“A veces tengo que buscar información y recurro a personajes como Luís D’ Elía. Más
allá de su actividad como piquetero oficialista, sentarte a tomar un café con él es de lo
más divertido y útil para rescatar declaraciones que, de otra manera, no conseguís. Él es
capaz de decirte las barbaridades más grandes o de revelarte cierta data sin tapujos. Yo
he tomado algo con él, hice mi trabajo y he pasado buenos momentos. Es un tipo
macanudo”, admitió un periodista del diario La Nación.
Esta clase de vínculos inevitables que se construyen entre el profesional de la
información y sus fuentes, construye una relación de confianza que muchas veces es
utilizada para acelerar los tiempos de producción de la noticia.
Según los testimonios recogidos en el período de entrevistas, los periodistas prefieren
contar con la confirmación de sus datos por parte de una fuente “de confianza” antes
que recibir la ratificación de tres informantes menos cercanos.
“Cuando estás en una situación de conflicto grave como la del 2001, se complica un
poco el tema de conseguir declaraciones de varias fuentes. Por eso conviene llamar a
aquellas con las que tenés un trato más directo, siempre que sean acordes al tema. Se
supone que uno debe consultar para cada nota con 3 o 4 fuentes que sean creíbles. Pero
la práctica te va dando cancha y vos ya sabés quién te puede fallar y quién no. Por eso,
tal vez hablás con 1 o 2 que valen por 4. Cuando ya tenés varios años de experiencia
sabés quién es más apropiado para cada caso o quién tiene cierto interés y no pueden
contestarte o porque tienen interés y te quieren dar las cosas”, aseguró Mariano Obarrio,
periodista de “La Nación”.
La fiabilidad de una fuente, desde el punto de vista periodístico, puede aprovecharse en
términos de conveniencia. El tiempo juega un papel central en la labor del periodista y
por ello, tener fuentes de confianza permite acotar los tiempos de chequeo de material.
“Las fuentes deben ser fiables, según la mirada de los profesionales, de modo que la
información suministrada requiera el menor número posible de controles. En caso
contrario, la noticia debería ser comprobada al menos en base a dos fuentes distintas.”235
Se deduce que la relación de confianza entre ambas partes puede llegar a limitar a
noticia en términos de pluralidad de fuentes. Incluso puede ocurrir que el periodista se
fíe del material que le provee su informante y que éste no resulte del todo cierto o esté
incompleto. Las autoras Stella Martini y Lila Luchessi así lo exponen. “El ritmo de
trabajo impone que los datos surjan de una sola voz interesada y los efectos políticos
que se logren vayan mucho más allá de la garantía de información. Si bien el acceso a
235
Wolf, Mauro. Op. Cit. p. 257.

89
los insumos informacionales puede sostenerse por caminos diversos, la urgencia que
caracteriza el trabajo hace que se publique sin verificar o se responda a favores hechos
por los informantes, con los riesgos políticos que ello implica (…) El conocimiento
entre el profesional y sus fuentes es importante para el ejercicio del trabajo cotidiano.
No obstante, a partir de la construcción relacional que esta confianza logre implicar, los
públicos pueden resultar damnificados. Una fuente habitual puede necesitar favores y
hasta demandar exclusividad”236
A su vez, los periodistas especializados en una sección o tema en particular, profundizan
aún más su vínculo con las fuentes a quienes llegan a catalogar como proveedores
personales de datos. “normalmente, los especialistas desarrollan relaciones estrechas y
prolongadas con sus propias fuentes y terminan convirtiéndose en personales que
mantienen al día a los cronistas suministrándoles indiscreciones, noticias reservadas. Es
decir que desarrollan una relación casi simbiótica de obligaciones recíprocas”237.
Cabe destacar que el acceso a las fuentes no está distribuido de manera ecuánime en el
mundo periodístico. Existen ciertas diferencias entre los trabajadores de los medios a la
hora de tomar contacto con este tipo de informantes.
Los periodistas que integran la muestra de la presente investigación, coincidieron en que
debido a que las buenas fuentes alivian en un 50% la tarea de profesional de la
información, pertenecer a un medio de comunicación de renombre representa una gran
ventaja.
“Trabajar para un diario como La Nación te abre puertas. Yo, ahora estoy en La Plata y
si se me ocurre tener el testimonio de Solá, pido en la redacción el directo del
Gobernador, me lo pasan y lo llamo a él. Él me habla en persona. Reconozco que para
un periodista que trabaja en un diario zonal, el 80% de su trabajo se basa en lograr una
entrevista con Solá, y quizá su trabajo se ve empobrecido por la falta de esa voz que no
pudo conseguir debido a que los voceros o secretarios lo puentearon. Es así. Si están en
un medio conocido todo es más fácil”, opinó Pablo Morosi, corresponsal del diario La
Nación en la ciudad de La Plata.
Por otro lado, los medios gráficos de renombre mantienen vínculos con sus fuentes que
hoy están consolidadas por los años de permanencia dentro de la actividad. La cantidad
de años en el ejercicio de la profesión es casi directamente proporcional con la cantidad,
calidad y variedad de las fuentes que maneja el periodista. Incluso, a mayor jerarquía

236
Martini, Stella y Luchessi, Lila Op. Cit. p. 147.
237
Wolf, Mauro. Op. Cit. p. 259.

90
dentro del medio, más importante aún suele ser la función que desempeña el informante.
“La cúpula periodística, como el jefe de economía, el jefe de política, el director del
diario, y demás. Ellos tienen línea directa con el gobierno”, aseguró Néstor Restivo,
periodista del diario Clarín.
Algunos teóricos explican lo anterior como el producto de una relación en la que el
poder ejerce una gran influencia. “La red de fuentes que los aparatos de información
utilizan como instrumento esencial para su funcionamiento refleja la estructura social y
el poder existente. Los que ostentan mayor poder económico o político pueden obtener
fácilmente acceso a los periodistas y viceversa”238
Este detalle juega a favor en tiempos de crisis como las que el país atravesó durante el
2001. La situación de vulnerabilidad en la que se encontraba el poder político hizo que
muchos de los periodistas vieran limitadas sus chances de obtener testimonios de parte
de sus fuentes habituales. Sin embargo, los periódicos más importantes continuaron
recibiendo un interesante caudal informativo gracias a la cercanía que muchos jefes de
sección mantenían con las fuentes internas de los ministerios y de la propia Casa de
Gobierno.
“En esa época los Jefes de Clarín tenían el teléfono directo de los voceros de De la Rúa
y de Cavallo. Hablar con ellos era una cosa natural. Pero al resto del personal del diario,
se le cortó la llegada a sus fuentes. De todas maneras, ahí había en juego temas que
podían afectar a todo el país, por eso los datos que te daban eran cualquier cosa. Es
decir, acceso a la información había pero trataban de vender mercadería podrida como
le decimos nosotros. Capaz que a Cavallo no le convenía que se pudriera todo, entonces
él decía que estaba todo bien. En esa época, quien hablaba más con Cavallo era mi jefe
que tenía línea muy directa, yo era simplemente un redactor”, reveló Restivo.
Para mencionar un caso en el que el medio hablo a través de las palabras de la fuente es
la nota de tapa de la Nación del 19 de diciembre, cuando pocas horas antes de lo que
después se conoció como el estallido social, el diario tituló: “Cuestionó el FMI la
política económica de la Argentina”239. La cita indirecta hace propio, en cierta forma, el
cuestionamiento que había verbalizado el economista principal del Fondo Monetario
Internacional.

238
Wolf, Mauro. Op. Cit. p. 255.
239
Nota, diario, fecha

91
NOTA PUBLICADA POR CLARIN EL 19 DE DICIEMBRE DE 2001- “CUESTIONO EL FMI LA POLITICA ECONOMICA ARGENTINA” SIN FIRMA

Otro ejemplo interesante es el del uso de los testimonios de Adolfo Rodríguez Saá como
títulos en Clarín, que también aportaron a la categorización del personaje. “A ver si lo
entiende de una vez: yo soy el Pre-si-den-te”240 y “En vez de catorce, sólo vinieron seis.
Así yo no sigo renuncio”241 parecen títulos absolutamente contradictorios y que fueron
publicados con una semana de diferencia. Las contradicciones que Rodríguez Saá
representaba podrían ser las mismas que las de Clarín en dicho momento.

240
Nota, diario, fecha
241
Nota, diario, fecha

92
NOTA PUBLICADA POR CLARIN EL 24 DE DICIEMBRE DE 2001- “A VER SI LO ENTIENDE DE UNA VEZ: YO SOY EL PRE-SI- DEN-TE” DE MARIANO
THIEBERGER

NOTA PUBLICADA POR CLARIN EL 31 DE DICIEMBRE DE 2001- “EN VEZ DE CATORCE, SOLO VINIERON SEIS. ASI YO NO SIGO, RENUNCIO” DE
MARIANO PEREZ DE EULATE

93
A modo de cierre…

El análisis de las lógicas de producción de la información en el contexto del alarmismo


permite observar la importancia primordial de la actividad profesional del periodista.
Los procesos de selección y jerarquización que están permanentemente en marcha le
generan una responsabilidad ineludible sobre el producto informativo.
Sin embargo, en las sociedades modernas, la auto presentación de los medios y su
aceptación por parte de la ciudadanía tiende a ocultar la participación del individuo en el
proceso de elaboración y las lógicas de producción involucradas. Sobre la base de la
objetividad, los medios construyeron una especie de Imperio de la Información
legitimado a través de la idea de que reflejan lo real.
Al mirar, contar y hacer que otros cuenten, cada periodista lo hace de manera diferente.
Por lo tanto, la producción de mensajes informativos siempre estará mediada por la
inevitable manipulación de los datos, ya sea conciente o inconscientemente. Mc Quail
sostiene: “Existe acuerdo sobre que la objetividad fue una invención relativamente
tardía dentro de la historia del periodismo. Pero se discute menos que tiene mucha
relación con la necesidad práctica y comercial de estar al servicio de grandes públicos
heterogéneos y conseguir que la consignación de los nuevos acontecimientos no resulte
problemática”242.
Por ello, una vez reconocidos los aspectos del alarmismo que se reproducen en la prensa
gráfica diaria de referencia argentina por un lado y tras haber especificado todos y cada
uno de los requisitos indispensables para que el periodista pueda llevar a cabo su tarea,
es menester contrastarlos a fin de sacar conclusiones que permitan comprender a
cabalidad el fenómeno a través del cual se gesta la alarma social y cómo la actividad
periodística la potencia.

242
Mc Quail, Denis. Op. Cit. p. 131 y 132

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