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Transformando actitudes hacia las armas de

fuego
Plan Canje de Armas por Mejores Condiciones de Vida

Martín Appiolaza
Gabriel Conte
William Godnick

Junio 2003

Asociación Espacios para el Progreso Social


Argentina

1
Contenido

Introducción: El contexto sobre armas, seguridad y violencia en Argentina

El programa de canje de armas por mejores condiciones de vida

Implementación del programa

Evaluación del programa de canje de armas

Conclusión

Bibliografía

2
Sobre los autores

Martín Appiolaza
Es coordinador en el Centro Regional de Desarme de Naciones Unidas del proyecto que apoya
a las ONG y redes que trabajan sobre armas de fuego en América Latina y el Caribe.
Licenciado en Comunicación en la Universidad Nacional de Cuyo (Argentina). Editó en español
Desarme.org y fue presidente de la Asociación Espacios para el Progreso Social de Argentina.
Coordinó el Plan Canje de Armas y luego fue director de Control de Armas y Seguridad Privada
de Mendoza.

Gabriel Conte
Gabriel Conte es presidente de la Asociación Espacios para el Progreso Social de Argentina.
Como subsecretario de Relaciones con la Comunidad del Ministerio de Justicia y Seguridad de
ese estado, puso en marcha el Plan Canje de Armas. Es editor en español del sitio
Desarme.org. Es escritor y periodista, autor de 4 libros y coautor de otros 6. Ha asesorado
informalmente a la Comisión Nacional de Desarme, a la Comisión de Seguridad Interior del
Senado nacional, a diversos gobiernos provinciales y municipales de Argentina.

William Godnick
William "Bill" Godnick es asesor sobre asuntos latinamericanos con la ONG británica
International Alert y candidato para el doctorado en estudios de paz con la Universidad de
Bradford. Recibió su maestría en relaciones internacionales del Monterey Institute of
International Studies (Estados Unidos) y su licenciatura en el comercio internacional de San
Francisco State University (Estados Unidos). Bill fue un asesor informal en el desarrollo del
Plan Canje de Armas en Mendoza.

Sobre la Asociación Espacios para el Progreso Social

Espacios es una asociación civil nacida en la ciudad argentina de Mendoza, con desarrollo de
actividades en todo el territorio nacional. Sus principales objetivos son la lucha contra la
violencia urbana y la concreción de reformas en materia de seguridad y control de armas.
Ha organizado junto a la ONG Viva Rio de Brasil, un seminario de Desarme en Rio de Janeiro,
en abril de 2002, que dio origen al sitio bilingüe Desarme.org que Espacios edita en español.
Asimismo, ha coordinado seminarios de capacitación sobre Desarme y Seguridad ciudadana
en Mendoza (2000/2002), sobre Violencia Familiar (2003) y acompañado con asesoramientos a
distintas provincias, legisladores, ONG y autoridades de diverso nivel.
En el campo de acción, Espacios ha participado en la organización de eventos de la semana
de lucha contra las armas pequeñas en 2003 tanto en Mendoza como el Santa Fe.
En este mismo aspecto, realiza una campaña ante el Comité Federal de Radiodifusión
(COMFER) con el objeto de reordenar la transmisión de programas en donde se enseña la
utilización de armas de fuego en la televisión por cable. Espacios ha reclamado ante el
Congreso argentino que se investigue el funcionamiento del RENAR (Registro Nacional de
Armas), especialmente en lo que respecta a su relación con ONG que defienden la utilización
de armas, en los controles a la entidad y en el otorgamiento de licencias de uso tenencia legal
de armas de fuego, a raíz de la derogación de importantes normas producidas tras la debacle
política argentina de 2001.
Espacios ha producido informes sobre “Niños y armas en Mendoza” (Martín Appiolaza, 2002),
“Paz ciudadana: las formas en que participa la gente en el nuevo sistema de seguridad de
Mendoza” (Gabriel Conte, 2002), entre otros.

3
Resumen

Durante las fiestas de fin de año de 2000, el Ministerio de Justicia y Seguridad


de la provincia argentina de Mendoza completó la primera fase del Plan Canje
de Armas por Mejores Condiciones de Vida, de aquí en adelante llamado Plan
Canje de Armas, como parte de un enfoque multifacético de largo plazo para
transformar el clima de inseguridad pública. Doscientas ochenta y cinco
pistolas, revólveres y escopetas fueron entregados voluntariamente por los
ciudadanos para su destrucción a cambio de vales de comestibles y tiquetes
para juegos de fútbol, por valores de 50 a 100 pesos. Los participantes
pudieron hacer contacto con los organizadores del programa a través de
llamadas sin costo a una línea de teléfono. El intercambio concreto se realizó
durante la semana de la Navidad. Sin embargo, el debate se había instalado en
la sociedad desde los medios de comunicación y la Legislatura ocho meses
antes, con amplia difusión y participación. Un mes antes de que se recibieran
las armas de fuego, al concluir el ciclo lectivo en las escuelas primarias, se
coordinaron esfuerzos con el sistema educativo con el fin de sensibilizar en
torno a la problemática a los alumnos y, por su intermedio, los docentes y a las
familias. Este proceso previo culminó en la entrega de juguetes violentos en las
escuelas, recuperando de pistolas de juguete y juegos de video para su
destrucción pública e incorporación en instalaciones de arte. Los niños
recibieron a cambio objetos fuertemente simbólicos: árboles, plantas, libros,
cometas (barriletes, volantines) y complementaron el trabajo con exhibiciones
de música, pintura, dibujo y teatro.

También se creo una línea gratuita y anónima dependiente del área de


Investigaciones (policía judicial), el Fono Arma. Se promovió la realización de
denuncias a esta línea para señalar tráfico ilícito de armas de fuego, con mas
de 50 operativos exitosos entre 2002 y 2003.

La respuesta sumamente positiva a la primera fase del programa motivó a los


organizadores para lanzar una segunda fase de recolección de armas el 10 de
Abril del 2001 incluyendo sectores de la provincia fuera del área de la Gran
Mendoza. Si bien la segunda fase estaba programada para finalizar el 24 de
Abril del 2001, tuvo que ser extendida en dos ocasiones adicionales en
respuesta a la entusiasta solicitud de varias localidades que no estaban
originalmente programadas dentro del Plan Canje de Armas. La segunda fase,
que duró seis semanas, recogió un total de 2.281 armas y 6.547 municiones,
llegando a un total de 2.566 armas y 8.262 municiones para ambas fases
combinadas. Se puede argumentar que el pueblo de San Rafael, en la zona
sureña de la provincia de Mendoza donde se entregaron 809 revólveres,
pistolas, escopetas y rifles en el curso de cuatro días, vio la entrega de más
armas per cápita que cualquier otro programa en el mundo a la fecha. Eso
motivó un reconocimiento entregado por Centro Regional de las Naciones
Unidas para la Paz, el Desarme y el Desarrollo en América Latina y el Caribe
(UN-LiREC) y la Organización de Estados Americanos (OEA) a las autoridades
locales civiles, políticas y de la Policía Comunitaria durante un acto realizado
en noviembre de 2002 en la Ciudad de Mendoza.

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Luego, con la asistencia del UN-LiREC y la Real Policía Montada de Canadá
las armas fueron destruidas y refuncionalizados los almacenes de armas de los
poderes Ejecutivo y Judicial, lo que permitió su reordenamiento, traslado a un
nuevo sitio (la ex Bodega vitivinícola Giol), la incorporación de distintos niveles
de seguridad edilicia y la informatización del circuito incorporando nuevo y
moderno software. La donación por parte de UN-LiREC de una prensa permite
la destrucción permanente de las armas decomisadas para evitar la
acumulación en depósitos.

Introducción: El contexto sobre armas, seguridad y violencia en Argentina

“Dormimos sobre un colchón de armas”, fue la frase utilizada por el ex


presidente Fernando De la Rúa para referirse a la situación de la seguridad en
la Argentina en 2000, en ocasión de recibir a los dos autores argentinos de este
trabajo y hablarle a la prensa del plan de Mendoza.

Las antinomias de la historia argentina, los grupos armados y la represión de


las distintas dictaduras militares que gobernaron este país, dejaron una fuerte
impronta de violencia a las generaciones venideras.

La restauración del sistema democrático mediante elecciones libre en 1983


permitió un histórico juicio y condena a los militares de la última dictadura. Sin
embargo, los principales responsables y aquellos que obedecieron ordenes
fueron liberados de sus responsabilidades mediante indultos y leyes especiales
realizadas primero por los primeros dos presidentes de la nueva democracia,
Raúl Alfonsín y Carlos Menem.

Todavía existen deudas sobre la desarticulación del aparato represivo,


mediante necesarias reformas al sistema de seguridad pública, tanto a nivel
nacional como en ámbitos provinciales.

La ausencia de políticas de seguridad de mediano y largo plazo quedó en


evidencia con el descalabro social originado por la política de concentración
económica y exclusión social generada en la Argentina en los años 90.

Desempleo e inseguridad fueron la marca de esos tiempos, y aun la


recuperación parece difícil.

No hay estudios publicados en el país sobre violencia y armas que abarquen la


totalidad del territorio. Pero hay indicios de que la violencia social, hacia
adentro de cada hogar, se potenció por la tenencia, descontrol y subestimación
existente del poder de las armas de fuego.

De tal modo, el estudio realizado en la provincia de Mendoza por Espacios, dio


cuenta que de 1.000 muertes producidas con armas de fuego en 10 años, el 90
por ciento se produjo entre personas que se conocían, eran familiares, amigos
o comerciaban entre si (Appiolaza, 2001).

Sumada la situación social a la carencia de controles por parte del estado, a


priori la prensa -frente al debate nacional instalado en los últimos dos años

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sobre el problema de las armas y su incidencia en la inseguridad- ha señalado
que existe una incapacidad estructural para controlar la circulación de armas.

De tal modo, debe señalarse que el RENAR (Registro Nacional de Armas) tiene
en sus archivos registrados un total de 805.097 usuarios legales de unas
2.625.000 armas. Esas cifras se duplicarían si se sumaran las que se calcula
existen ilegalmente o sin registrar.

Datos recientes dan cuenta de un incremento de 50 por ciento de los


homicidios producidos en la provincia de Buenos Aires entre 2001 y 2002
(Cassese, 2003). Cada tres horas se produjo un homicidio doloso en ese lapso
en la zona señalada.

De modo contrastante, debe señalarse la evaluación formulada por el Ministerio


de Justicia y Seguridad de Mendoza para el mismo período: entre 2001 y 2002
se redujeron en 18 por ciento los homicidios con armas de fuego (Desarme.org,
2003). Ese índice es adjudicado a la eficacia de los programas de control de
armas puestos en marcha allí.

La industria argentina de armas pequeñas

El Small Arms Survey (2001, p.16) clasifica a la Argentina como un pequeño


productor en su clasificación de fabricantes internacionales de armas pequeñas
y armas livianas y el tercer actor más importante en la Américas después de
Estados Unidos y Brasil. La definición de armas pequeñas y armas livianas
usada en este documento cubre tanto armas de tipo militar como armas de
fuego comerciales (escopetas cortas y largas) (Naciones Unidas, 1997). Los
términos armas pequeñas, armamentos, armas de fuego y pistolas serán
usadas de manera intercambiable dependiendo del contexto específico.

La Argentina ha estado produciendo armas pequeñas desde la década de


1930. La industria de armas creció exponencialmente después de 1946 cuando
el país comenzó a seguir una política de industrialización a través de la
substitución de importaciones (Der Ghougassian, 2000). Existían más de veinte
firmas del sector privado, además de múltiples instalaciones de producción de
la estatal Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM), durante el
auge de la prosperidad industrial en la década de 1980 (Dreyfus, 2000a;
Solingen, 1998). Históricamente la DGFM ha producido una variedad de
armamento militar bajo la licencia para FN Hestal (Bélgica) y Beretta (Italia),
principalmente para los militares argentinos. A fines de la década de 1990 el
control de la DGFM fue transferido del Ministerio de Defensa al Ministerio de
Finanzas y varias fábricas fueron cerradas mientras otras se fundieron con
intereses del sector privado. Estos cambios tomaron lugar en el contexto de
una mayor competencia de los fabricantes brasileños; la posible participación
de la DGFM en la venta ilícita de armas a Croacia y Ecuador, incidente que
llevó a la detención del ex presidente argentino Carlos Menem; y una amplia
política gubernamental de privatización de la empresas pública bajo la presión
de las instituciones financieras internacionales (Dreyfus, 2000a).

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Tres importantes productores privados que todavía existen son Bersa, Rexio y
Mahely. Los tres operan fuera de la provincia de Buenos Aires y producen un
abanico de productos para el mercado civil y militar, tanto doméstico como
internacional. El sector privado produjo unas 300.000 unidades por año en la
década de 1980, pero desde 1994 la industria sólo ha alcanzado un promedio
de 24.000 unidades por año (Small Arms Survey, 2001, p.28; Dreyfus 2000a).
La Tabla 1 muestra la exportación e importación de armas de fuego de la
Argentina desde 1994. El país ha mantenido un positivo balance de comercio
de armas de fuego para el período mostrado.

Table 1: Argentina – Importación y exportación de armas de fuego (cantidades)


Año Importación Exportación
1994 43.341 49.792
1995 22.055 39.839
1996 29.529 51.318
1997 40.489 58.066
1998 45.864 44.206
1999 28.137 56.664
2000 33.828 44.070
2001 26.151 51.711
Total 269.394 395.666
Fuente: Registro Nacional de Armas de la Argentina, Mayo 2003

La Tabla 2 enlista los precios aproximados del comercio y el mercado negro


para armas de fuego seleccionadas en Argentina además de los precios del
mercado negro brasileño. El grande y relativamente barato mercado negro de
Brasil provee un amplio incentivo a la exportación de armas a países vecinos
como la Argentina.

Tabla 2: Características de precio del mercado argentino de armas de fuego


Calibre Comercio privado Mercado negro Mercado negro brasileño
.22 $200-900 $70-300 $30
.38 $250-900 $80-300 $40
9mm $500-1,000 $150-400 $90
Fuente: Ministerio de Justicia y Seguridad, Gobierno de Mendoza, Noviembre 2000

Rol de las armas en la sociedad argentina

A pesar del violento pasado de la Argentina caracterizado por cincuenta años


de golpes militares que duraron hasta el comienzo del proceso de
democratización en 1983, solo durante los últimos diez años los ciudadanos del
país han comenzado a mostrar preocupación en relación a la proliferación de
armas de fuego en tanto se vincula con la seguridad pública y el crimen (Der
Ghougassian, 2000). La atención de las instituciones de seguridad giró de un
enfoque tradicional sobre la defensa nacional y la represión interna hacia
nuevas amenazas tales como el tráfico de armas, corrupción policial y
terrorismo internacional. La última amenaza se manifestó en la Argentina
durante dos explosiones terroristas contra la embajada israelí (1992) y una
organización nacional judía (1994).

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Los militares siempre mantuvieron fuertes restricciones y control sobre el
armamento militar que podría ser usado en levantamientos nacionales, aunque
estas restricciones no impidieron a las fuerzas guerrilleras de obtenerlas
durante el período de desapariciones forzadas de enemigos reales o percibidos
de la junta militar, conocida como la “Guerra Sucia” (Der Ghoussian, 1998).
Antes de que la democratización echara raíz, la junta militar usaba la lucha
contra el comunismo como un pretexto para cualquier acción de fuerza tomada
contra los oponentes políticos del régimen. Hasta que el anterior presidente
norteamericano Ronald Reagan pudo revertir a su predecesor (Jimmy Carter)
sobre las limitaciones a la venta de armas a América Latina, Argentina e Israel
servían como la principal fuente para el entrenamiento de unidades nativas de
inteligencia y combate en los conflictos de la Guerra Fría en Centroamérica, así
como para la venta de armas (Armony, 1997, p.132). Este rol puso más dinero
en los cofres de la junta militar argentina y ayudó a prolongar su legitimidad a
pesar de la oposición interna.

Hoy la Argentina es vista por algunos como un posible lugar para el comercio
internacional ilícito de armas, especialmente donde su frontera tiene límites con
Brasil y Paraguay.

En la superficie parece haber una desconexión entre la industria de armas y la


prevalencia de su uso en actos de violencia en la Argentina actual. Sin
embargo, las nuevas amenazas de seguridad de corrupción policial,
narcotráfico y crimen callejero han sido exacerbadas por una prolongada
recesión económica que ha resultado en altos niveles de desempleo. En su
estudio del crimen y la violencia en América Latina, Buvinic, Morrision, et al.
(1999 p.27-28) concluyen que en Argentina la violencia social incrementó
cuando creció la disparidad de ingreso. En años recientes los reportes en la
prensa nacional de estremecedores y violentos que involucraban armas de
fuego han incrementado dramáticamente en la Argentina. Según las encuestas
de opinión pública la seguridad es una de las tres necesidades insatisfechas de
los ciudadanos del país.

Estadísticas sobre armas de fuego

Hay 890 vendedores de armas de fuego legalmente registrados en el Registro


Nacional de Armas (RENAR) del Ministerio de Defensa argentino. De estos 310
se encuentran en la provincia de Buenos Aires, también capital de la nación.
Veintidós están localizados en la provincia de Mendoza dando servicio a una
población de aproximadamente 1,5 millones. En la Argentina hay 2.224.779 de
armas de fuego registradas en el RENAR. El registro provincial sostenido por el
Ministerio de Justicia y Seguridad (MJS) en Mendoza tiene 80.000 armas
registradas y los funcionarios estiman que el número de armas ilegales en la
provincia rondan las 15.000 (Zentil, 2000a). Mendoza da cuenta del 4 por
ciento de la población de la Argentina, pero solo de 1,4 por ciento de todas las
armas de fuego registradas. El RENAR estima que hay un total de 1 millón de
armas de fuego ilegales circulando en la Argentina. Más de 46.000 se
reportaron robadas a nivel nacional entre Enero 2000 y Marzo 2001 (RENAR,
2001).

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El 75 por ciento de todas las armas legalmente registradas, a nivel nacional y
para la provincia de Mendoza, son pistolas y revólveres; 60 por ciento
pertenecientes a ciudadanos privados, 25 por ciento a autoridades de
seguridad pública y el resto categorizada como coleccionables (Appiolaza,
2000). Solo 4 por ciento de todas las licencias para armas de fuego son de
mujeres (RENAR, 2001). La ley argentina permite a los civiles la posesión de
revólveres hasta el calibre .32, pistolas hasta 6.25 mm y carabinas hasta el
calibre .22. Se requieren permisos especiales para revólveres calibre .38 y
pistolas 9 mm.
Un estudio realizado sobre las armas secuestradas por la Justicia en actos
criminales y que se encontraban en depósitos custodiados por la policía,
permitió demostrar en el 2001 que el tipo de arma más utilizada en actos
criminales son los revólveres de calibre .22 (Appiolaza, 2001). Esto ayudó a
debilitar la idea de que el problema eran las armas de grandes calibres. El
trabajo también permitió advertir que las marcas más utilizadas eran de
fabricación nacional y de un tipo que se había vendido en grandes cantidades a
bajo precio y sin restricciones durante los años 70 y 80.
Un trabajo posterior permitió comprobar que los jóvenes varones de sectores
socioeconómicos bajos son los que en mayor proporción reconocen tener
armas, se manifiestan a favor de su uso y al mismo tiempo son el grupo más
victimizado por las armas de fuego (Appiolaza, 2002).

El costo humano de la violencia por armas de fuego en Mendoza

Mendoza no es un hervidero de violencia armada en comparación con otras


ciudades sudamericanas tales como Río de Janeiro o Bogotá. El uso de rifles
de asalto, granadas y otros armamentos militares en el crimen no es común
como en Centroamérica y otras partes de América del Sur. Sin embargo, la
Argentina en general ha experimentado un incremento exponencial en la
magnitud de la violencia armada durante la última parte de la década de 1990.
El contexto de Mendoza, y la Argentina en general, no es el de los países
postconflicto sino más bien similar a la situación de naciones industrializadas
atentas a la prevención del crimen y el mejoramiento de la seguridad
comunitaria. El perfil típico de una víctima de violencia por armas de fuego es
un hombre joven entre las edades de 15 y 30. Sin embargo, no hay un perfil
para la típica persona que es intimidada o amenazada por armas de fuego,
pero no dañada físicamente. Las estadísticas del crimen relacionado con armas
de fuego entre 1998-2000 muestran diferentes tendencias, por un lado
demostrando un decrecimiento de los homicidios por armas de fuego y por el
otro, un incremento en los robos armados como se ilustra en la Tabla 3.

Tabla 2: Crimen relacionado con armas de fuego en Mendoza, Argentina (1998-2000)


Año 1998 1999 2000(a)
Homicidios 168 115 76
Robos armados 2,474 3,538 3,458
Fuente: Ministerio de Justicia y Seguridad, Gobierno de Mendoza, Noviembre 2000
(a) Cifras para el 2000 solo incluyen Enero a Septiembre.

Como sucede a menudo, las estadísticas difieren de los registros de salud


pública debido a los abordajes en la colección de datos y no son directamente
comparables. De acuerdo con el Ministerio de Salud y Desarrollo Social, entre

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1997 y 1998 el número total de víctimas de violencia por armas, incluyendo
suicidios, tratados en los hospitales de Mendoza incrementó de 145 a 206,
aunque los números de muertes decrecieron (Appiolaza, 2000). A la inversa,
las muertes por armas de fuego, donde las víctimas no lograron llegar al
hospital para tratamiento, se incrementaron de 66 a 117 entre 1999 y el 2001.
Estas cifras se han incrementado tanto para hombres como para mujeres,
aunque los niveles de victimación femenina son significativamente más bajos.
Las Tablas 4 y 5 detallan las circunstancias de muerte, con información más
específica recogida en 1999. A primera vista los datos más detallados de 1999
que también incluyen el suicidio indicarían que los rifles o escopeta son
atribuibles a muertes más violentas que las pistolas o revólveres, pero el gran
número de muertes donde no se ha identificado el tipo de arma de fuego
utilizado hace irresponsable sacar tal conclusión. Los datos también indican un
marcado incremento de muertes por armas de fuego incluyendo suicidio de un
año a otro, contradiciendo directamente la información presentada por las
fuentes policiales en la Tabla 3 anterior.

Tabla 4: Muertes por armas de fuego en Mendoza, Argentina (1998)


Tipo de armas Hombres Mujeres Total
Pistola o revólver 12 2 14
Rifle o escopeta 6 1 7
Sin identificar 39 6 45
Total 57 9 66
Fuente: Ministerio de Desarrollo Social y Salud, Gobierno de Mendoza, Noviembre 2000

Tabla 5: Muertes por armas de fuego en Mendoza, Argentina (1999)


Armas/Situación Hombres Mujeres Total
Suicidio c/pistola o 5 1 6
revólver
Suicidio c/rifle o 17 3 20
escopeta
Suicidio c/arma no 25 1 26
identificada
Homicidio c/pistola o 1 0 1
revólver
Homicidio c/rifle o 6 1 7
escopeta
Homicidio c/ arma no 50 7 57
identificada
Total 104 13 117
Fuente: Ministerio de Desarrollo Social y Salud, Gobierno de Mendoza, Noviembre 2000

Hasta en los países ricos industrializados tales datos sostenidos por diferentes
agencias de gobierno con diferentes mandatos y agendas puede confundir y
demostrar tendencias conflictivas. En Mendoza, en general, parece que el
sentimiento de inseguridad está en alza, mientras la confianza en las
autoridades locales de seguridad se ha mejorado levemente. Esto demuestra
que la mayoría todavía desaprueba su trabajo, pero un tanto mejor que las
actitudes hacia la ahora desaparecida fuerza policial de décadas anteriores que
estaba inspirada por la doctrina de la seguridad nacional y que se centraba en
la represión de actividades políticas subversivas más que en la prevención del
crimen, a fin de justificar el continuado control militar del gobierno.

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Comenzando en 1998, el gobierno provincial de Mendoza y los distintos
partidos políticos con representación en el parlamento provincial iniciaron la
reforma de la policía, incluyendo la creación de una academia de
entrenamiento multidisciplinario de seguridad pública y un instituto universitario
que también introdujo muchas de las más modernas técnicas socialmente
orientadas, de refuerzo de la ley, tales como una policía orientada a la
comunidad (Appiolaza, 2000). Doscientos oficiales de policía corruptos fueron
removidos de sus cargos al comenzar el proceso. Ahora, a fin de alcanzar
posiciones importantes en los rangos de la policía un oficial tiene que asistir a
la universidad y completar cinco cursos en derecho. La descentralización
también tuvo lugar dentro de este esquema. Cada una de las cuatro zonas de
la provincia tiene su propia fuerza de policía autónoma cuando antes había
una. Adicionalmente, hay una policía de tránsito y otra de investigaciones.

Como en casi todos los casos de reforma del sector seguridad, el grado de
sinceridad institucional para llevar a cabo estos cambios en orientación y
práctica es debatible y no discutiremos este aspecto aquí. El judicial se ha
sometido a un proceso similar, aunque Mendoza continúa quedando atrás de
otras regiones de la Argentina en relación a los crímenes cometidos y las
sentencias ejecutadas, como se demuestra en la Tabla 6 con información
tomada en cuenta al diseñar el Canje de Armas.

Tabla 6: Comparación nacional de crímenes y sentencias (1999)


Lugar Crímenes Sentencias Porcentaje
Provincia de Santa Fe 73,968 1,684 2.28%
Ciudad de Buenos Aires 191,755 2,513 1.31%
Provincia de Córdoba 104,362 1,207 1.16%
Provincia de Buenos 293,802 3,408 1.16%
Aires
Provincia de Mendoza 89,930 694 0.77%
Fuente: Ministerio de Justicia de Argentina, Noviembre 2000.

La situación en Mendoza descripta hasta ahora demuestra que las armas de


fuego están presentes en esta sociedad y tienen efectos negativos según las
estadísticas de seguridad pública y salud pública. Si bien las técnicas de policía
pueden estar mejorando, es evidente que el judicial debe volverse más
eficiente en enjuiciar todos los crímenes incluyendo aquellos relacionados a
armas de fuego y violencia. Toda la discusión hasta ahora ha estado muy
enfocada en la evidencia estadística proveída por el gobierno nacional y
provincial. Debemos tomar esta información por lo que vale, un punto de
referencia con el cual comenzar a analizar el problema. Si bien nadie es tan
crédulo para creer que las cifras del gobierno reflejan la realidad
completamente, la mera categorización y estratificación de los datos colectados
por las agencias de gobierno nos dicen bastante.

Además de la violencia armada que han tenido permanente impacto en la


opinión pública, la caza furtiva e ilegal también ha sido descubierta como una
fuente del mal uso y de efectos negativos de las armas de fuego en el medio
ambiente. Estos incidentes están más a menudo asociados con armamento de
mayor poder que aquellos relacionados al crimen doméstico tradicional o de la

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calle. En el primer mes del 2001 la delegación regional del servicio forestal para
la región de Mendoza recuperó dieciséis armas de fuego incluyendo ocho
carabinas calibre .22, una carabina Mauser de 7.62 mm, dos escopetas de 12 a
16 y tres revólveres, calibres .22, .32 y .38 (Castón, 2001).

En resumen, que hay evidencia concreta que Mendoza esta negativamente


afectada por la presencia y mal uso de armas de fuego en varios contextos en
términos de crimen y salud pública así como del medio ambiente. Con este
establecido es apropiado ahora discutir los particulares del Plan Canje de
Armas del Ministerio de Justicia y Seguridad.

El Programa de Canje: Orígenes, apoyo político y planificación

La idea de intercambiar armas por algún beneficio en especie no es original de


Mendoza. De hecho estos tipos de programas han sido implementados en
Estados Unidos por varias décadas ya en el contexto de prevención del crimen
y construcción de paz en el postconflicto, en la mayor parte de 1990. El
Programa de Canje de Armas en Mendoza fue inspirado por un estudio de
programas anterior en El Salvador, Panamá, Río de Janeiro, Albania y
Cambodia entre otros. De hecho los organizadores del programa escogieron un
nombre llamativamente similar al realizado por el gobierno municipal de San
Miguelito, Panamá en 1998.

Muchos en el Reino Unido recordarán el esquema de recomprar armas


implementado por la Oficina Sede en colaboración con el refuerzo de la ley en
respuesta al tiroteo en 1996 de una escuela en Dunblane, Escocia, donde
dieciséis niños y una maestra fueron muertos y doce otros fueron heridos. La
Ley sobre Armas de Fuego de 1997 prohibió la posesión de todas las armas en
manos de civiles. Entre Julio de 1997 y Febrero de 1998, 162.000 armas y 700
toneladas métricas de municiones fueron entregadas a través de Gran Bretaña
a cambio de amnistía e incentivos monetarios. A pesar de algunas fallas,
incluyendo el fracaso de la participación de parte de 25.000 propietarios de
armas, el programa fue considerado un marcado éxito al colectar 87 por ciento
de todas las armas de mano legalmente registradas (Bonn International Center
for Conversión, 2001).

Un canje de armas o programa de amnistía fue formalmente presentado a la


legislatura provincial en Mendoza, Argentina en Febrero el 2000. Las primeras
reacciones fueron de carcajadas que después se convirtieron en un candente
debate sobre si tal esquema desarmaría a los criminales. Los simpatizantes del
tema en todos los tres principales partidos, Alianza, Justicialista y Demócrata,
fueron más realistas y propusieron que tal esfuerzo se enfocaría más sobre el
cambio de las actitudes y cultura locales en relación a los instrumentos de
violencia. Como es usual, el debate incluyó el punto de vista que la entrega
voluntaria de armas dejaría indefensos a los ciudadanos honestos contra
criminales bien armados. Sin embargo, a diferencia de muchas otras
sociedades, el debate sobre el rol de las armas en la sociedad no fue
estrictamente sobre las líneas partidarias; los partidos gobernantes Alianza y
Justicialista estaban unánimemente de acuerdo para la recolección voluntaria

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de armas, mientras los Demócratas estaban divididos entre varios liderazgos
en la misma legislatura bajo la misma bandera partidaria.

Aunque con amplio apoyo político en la provincia y el apoyo moral del


presidente argentino Fernando de la Rúa y los líderes provinciales de Santa Fe
y Córdoba, que estaban pendientes de ver si este programa era adecuado para
sus regiones, llevó hasta el 9 de Agosto del 2000 elaborar y aprobar la Ley
Provincial sobre Desarme 6809 (Appiolaza, 2000). Esta ley hizo lo siguiente:

• Hizo posible la entrega de armas legales e ilegales, explosivos y


municiones a cambio de un beneficio en especie para el propósito de
destrucción por un periodo de 180 días con la posibilidad de continuar
con el proceso por 180 días adicionales.
• Creó dos líneas telefónicas abiertas para llamar sin costo, una bajo la
vice-secretaría de relaciones con la comunidad del MJS para suministrar
información en relación al programa de entrega de armas y la otra bajo
el control de la policía de investigaciones para denunciar la presencia y
localización de armamento ilegal.
• Estableció el marco para desarrollar mecanismos de prevención para la
entrada ilegal de armas de fuego, explosivos y municiones en el territorio
provincial.
• Promovió el desarrollo de una estrategia para la mejor implementación y
control del registro regional de armas de fuego y del intercambio
comercial de armas de fuego.

Una vez establecido el marco legal, la tarea de planificar e implementar el


esquema de recolección de armas fue colocado en manos del MJS –
específicamente de la Subsecretaria de Relaciones con la Comunidad. Esta
área convocó a Martín Appiolaza, un periodista que había trabajado con el
Diario Los Andes, el de mayor circulación en Mendoza, para coordinar el
programa y educar al público sobre el mismo. Como periodista tenía una
perspectiva distinta de aquella de la política y los políticos en relación a la
seguridad pública y el rol de las armas de fuego en la sociedad. Esto no solo le
ayudó a conceptualizar el reto de motivar a los ciudadanos de entregar las
armas desde una perspectiva más sociológica, sino que sus contactos con los
medios aseguraron que el programa sería cubierto por los periódicos durante
todas sus etapas. Correia (2000) apunta que la trangulación de apoyo del
gobierno local, los ciudadanos y los medios es crítica para el éxito de
programas diseñados para mejorar la seguridad comunitaria. En este punto el
principal desafío del MJS era convencer a la ciudadanía de aceptar el
programa y de participar.

Antes de continuar, los organizadores contactaron a docenas de ONG


participantes en la emergente Red Internacional de Acción sobre Armas
Pequeñas (IANSA), incluyendo al movimiento de desarme brasileño de alto
perfil conocido como Viva Río.1 Además de apoyo moral y motivación, IANSA
y Viva Río puso al MJS de Mendoza en contacto con el Bufete de Ayuda para

1
Para más información sobre la Red Internacional de Acción sobre Armas Pequeñas visite
<http://www.iansa.org> y para Viva Río visite http://www.vivario.org.br

13
el Desarme Práctico en el Bonn International Center for Conversion (BICC)2 del
cual recibieron consejo experto e intercambio sobre diferentes ideas y
enfoques. El BICC ya había desarrollado una guía para una mejor práctica en
recolección de armas y destrucción con versiones en inglés, español, francés,
portugués y ruso que fue usada como un punto de referencia clave para
desarrollar todo el esquema del programa (Laurance, Godnick, et al., 2000).
Durante las etapas de planeamiento el programa de Mendoza no solo se
benefició de otras experiencias en Estados Unidos y América Latina, sino
también del abordaje pionero del Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) “Armas para el Desarrollo” en Albania. Si bien pueden haber
opiniones contendientes en cuanto a la efectividad y eficiencia del esfuerzo
piloto de recolección de armas del PNUD en Gramsh, Albania, el concepto trajo
la idea de promover la participación comunitaria en el desarme con la promesa
del desarrollo de los bienes públicos e infraestructura de la comunidad. Como
veremos más adelante el MJS en Mendoza decidió desarrollar un programa
híbrido combinando los beneficios materiales individuales del enfoque de
“Bienes a cambio de armas” con incentivos colectivos para la comunidad.

Metas y objetivos

Las metas y objetivos del Plan Canje de Armas deben ser vistas en el contexto
del acuerdo político multipartidario que hizo posible su implementación. Bajo
este acuerdo se adoptó una nueva política pública de seguridad incluyendo
reformas significativas del sector policial, incremento de la investigación y el
procesamiento de las redes de crimen organizado y mejoras en el
procedimiento de las patrullas en el Gran Mendoza. Puntos focales adicionales
incluían la ampliación de los programas de resolución de conflictos vecinales y
mediación, sistemas de vigilancia comunal y foros para asegurar la
participación ciudadana directa en la política del sector seguridad.

El Plan Canje de Armas se dispuso a comunicar el mensaje de desarme a


todos los niveles de la sociedad, a proveer consejería y subrayar sobre los
múltiples peligros que entraña la posesión de armas de fuego.

Los objetivos específicos del programa eran:

• Elevar el precio de las armas de fuego en el mercado negro;


• Reducir el número de armas disponibles a los criminales;
• Prevenir mayor proliferación de armas de fuego;
• Reducir el número de muertes, accidentes y lesiones;
• Reforzar la relación entre armas y violencia;
• Incrementar la solidaridad comunitaria;
• Desarrollar programas complementarios para beneficiar la seguridad
pública.

Campaña de educación pública

2
Un amplio rango de recursos y perfiles de país/caso pueden encontrarse en el sitio web de
BICC Help Desk en http://www.disarmament.de>.

14
Con anterioridad, los organizadores del programa admitieron que no era
probable que un esfuerzo de recolección voluntaria de armas llevara a la
entrega de las mismas de parte de criminales y que la verdadera meta era
influenciar un cambio en la cultura y las actitudes hacia el rol de las armas en la
sociedad. En este contexto la campaña de educación pública se volvió
igualmente importante como el programa de entrega de armas. A fin de hacerlo
saber al público y motivarlo a participar en el Plan Canje de Armas se
implementó una estrategia multi-media por el MJS. Esta campaña de
educación pública incluía:

• El establecimiento de un número 0-800 sin costo y anónimo donde la


gente pudiera conseguir información sobre el Plan Canje de Armas;
• La cobertura constante de parte de los periódicos;
• Anuncios televisados que mostraban dos pistolas idénticas lado a lado
frente a un niño a quien se le pedía que distinguiera la verdadera de la
de juguete;
• La creación de un sitio web con todos los detalles del programa3;
• La incorporación de organizaciones no gubernamentales,
específicamente grupos vecinales y la Liga de Fútbol del Gran
Mendoza, como extensionistas a nivel de la comunidad;
• Implementación de una campaña de entrega de juguetes violentos en
las escuelas de primaria locales.

El componente más poderoso de la campaña de educación pública del MJS fue


la campaña de entrega de juguetes violentos llevada a cambo en las escuelas
primarias locales. Las acciones de entrega de juguetes violentos no son nada
nuevo y han sido probadas en todo el mundo, especialmente en Estados
Unidos. Sin embargo, lo que hizo algo original de esta experiencia era la forma
en que se conectaba directamente en el venidero programa de canje de armas
y en que los niños no sólo eran educados sobre los peligros de las armas, sino
también usados como vehículos para influenciar a sus padres que podrían
efectivamente tener armas de fuego en su casa.

Alrededor de unos 6.000 escolares entregaron más de 6.000 juguetes violentos


y juegos a cambio de libros, plantas y arbustos en macetas. Escuelas de nueve
departamentos (divisiones políticas similares a condados) participaron en la
provincia de Mendoza. Los sicólogos recomendaron no destruir los juguetes
porque esto podía ser visto como un “acto violento”, y que mejor se derritieran
los plásticos y se incorporaran en mosaicos o trabajos de arte a ser exhibidos
en la escuela. En muchas escuelas, se actuaron dramas, se cantaron corales y
lanzaron globos al cielo con mensajes contra la violencia. En un punto, en una
escuela particular, toda la excitación llevó a un grupo de muchachos casi al
enfrentamiento porque cada niño apoyaba un equipo de fútbol contra otro,
Boca Juniors versus River Plate. Cuando el Director General de Escuelas
(Ministro de Educación) se dio cuenta hizo que ambos grupos se pusieran
frente a frente y se diesen la mano y abrazaran. Esto puede sonar trivial, hasta
ridículo, pero aquellos que conocen la seriedad con que los fanáticos

3
El Programa de Canje de Armas puede ser encontrado en
<http://www.seguridad.mendoza.gov.ar/canje/canarm.htm>

15
argentinos apoyan a sus equipos de fútbol verían alguna significación en este
acto, por muy corto que sea su impacto.

En resumen que la campaña de entrega de juguetes violentos llegó a un amplio


público que incluía 6.000 niños, sus maestros, padres y familias. Varios
participantes en el programa de canje de armas que comenzó un mes después
mencionaron la influencia de sus hijos en la decisión para entregarlas.

Implementación del Programa

Fase 1 – Diciembre 2000

Aun antes de que el programa comenzara el 23 de Diciembre del 2000 varias


docenas de personas habían llamado a la línea gratuita para preguntar acerca
de las armas que querían entregar y sobre los incentivos disponibles por
hacerlo. En esencia, el MJS había hecho arreglos para recibir 35 armas de
fuego por la vía de la recolección a domicilio. El resto de las 285 armas de
fuego fueron entregadas en sitios establecidos con anticipación a través del
área del Gran Mendoza en centros comunitarios, sucursales del MJS y en las
sedes de la liga de fútbol. Las armas recogidas incluían revólveres hasta el
calibre .32, pistolas hasta el calibre .25, rifles y escopetas hasta el calibre .38
con cañones de no más de 60 cm de largo. Mil setecientos quince balas fueron
recogidas con las armas de fuego, pero fueron tomadas como donaciones.
Esta primera etapa del programa solamente incluía armas permitidas para el
uso civil. El MJS y ambas cámaras de la legislatura se comprometieron a
trabajar hacia una ley temporal en el futuro cercano que permitirá la entrega de
todo tipo de armas ilegales en próximas jornadas de recolección.

Tabla 7: Armas aceptadas bajo el Programa de Canje de Armas

• Rifles, hasta el calibre .22


• Escopetas, de un solo cañón hasta de 60 cm
• Pistola, hasta el calibre .25
• Revólveres, hasta el calibre .32
• Cualquier modelo fabricado antes de 1970

El esfuerzo de recolección duró cuatro días, 23-27 de Diciembre del 2000, 285
armas de fuego fueron entregadas para su destrucción a cambio de tiquetes
para eventos deportivos o billetes de Vale Más por valor de $ 50 a $100. Vale
Más son subsidios del gobierno similares a las estampillas de comida. Son
redimibles en pequeños negocios familiares, pero no en las grandes cadenas
de supermercados. De esta manera el gobierno provincial ayuda a promover
los pequeños negocios que son una especie en extinción de cara a la
expansión global de las grandes cadenas internacionales de hipermercados.
En futuras rondas de recolección el MJS está estudiando instalar alarmas
comunitarias en vecindarios que colectivamente entregaron cantidades
significativas de armas. Las alarmas comunitarias son sistemas eléctricos que
conectan a las casas de un vecindario dado y permite a los ciudadanos

16
responder colectivamente a los problemas de crimen y violencia. Otros
incentivos bajo consideración para futuros esfuerzos incluyen becas
educacionales; pases de transporte público y billetes de viaje. Diecinueve mil
novecientos dólares se gastaron en incentivos para recuperar las 285 armas
entregadas, resultando en un costo por incentivo de 70 pesos por arma en la
primera fase del programa.

Además del MJS y la policía, otras agencias gubernamentales y no


gubernamentales colaboraron con tiempo y recursos para hacer posible el Plan
Canje de Armas, incluyendo el Ministerio de Salud y Desarrollo Social y la
Dirección General de Escuelas. En cada lugar, incluyendo los sitios de
recolección móviles, un equipo recibía las armas y asistían a los individuos
participantes en cómo escoger la forma más apropiada de compensación. Un
representante de la Subsecretaría de Relaciones con la Comunidad del MJS y
trabajadores sociales del mismo ministerio recibían a los participantes del
programa. Un representante del Registro Provincial de Armas REPAR asistía
con todas las consideraciones técnicas, sin uniforme, a fin de no causar
desconfianza entre la gente que sospecha de la participación oficial de la
policía o los militares. La policía sólo se involucró directamente en el transporte
de las armas en contenedores de plástico o metal recogidos en visitas casa por
casa y en resguardar las armas en los sitios de recolección pre-establecidos.
En general, la primera etapa del Programa de Canje de Armas fue considerada
un éxito, no solo en términos de elevar la conciencia pública sino también en
sobrepasar las expectativas sobre las armas recogidas. Los organizadores del
programa no esperaban recibir más de 30 armas en total y de hecho recogieron
285, con aún mayor interés en participar expresado por grupos e individuos
fuera del área metropolitana.

Debido a la naturaleza anónima del intercambio y sobre la base de no hacer


preguntas, fue imposible recoger datos sobre los individuos que entregaron
armas. Sin embargo, a como ha sido el caso en otros programas “cada arma es
una conversación” y, de hecho, mucha gente optó por compartir sus razones de
la entrega del arma. A continuación hay varios ejemplos anecdóticos de la Fase
1:

• En una comunidad una mujer en sus cuarenta entregó un revolver y


rehusó cualquier compensación. Una semana antes había tratado de
matar a sus niños y suicidarse.
• Un anciano llamó a la línea gratuita desde un teléfono público y una
unidad móvil de recolección fue a encontrarle en la humilde vivienda
donde vivía en las afueras de la ciudad. Estaba desempleado y dijo que
el vale de comida que él recibió por su arma lo alimentaría a él y a su
esposa por varios meses. Dos hombres más salieron de sus casas
para entregar sus armas envueltas en periódicos cuando vieron que su
vecino había entregado la suya.
• Otra mujer entregó un arma que su hijo tenía escondida en su casa,
pues había andado involucrado con una pandilla local.
• Antonio R. Había amenazado a su esposa, Susana D, ambos
profesores universitarios, con un revólver en varias ocasiones durante

17
discusiones domésticas. Susana insistió que él entregara el arma como
parte del programa si quería que permanecieran juntos. El lo hizo.
• El dueño de un pequeño establecimiento en el conflictivo vecindario
Godoy Cruz entregó su revólver y escopeta porque no quería
preocuparse de que alguien pudiera salir lastimado con sus armas.
Esperaba que su ejemplo motivaría a otras personas cercanas a hacer
lo mismo.
• Una pareja de mediana edad entregó varias pistolas a cambio de
tiquetes para ver jugar a su equipo favorito de fútbol; las habían
guardado durante muchos años sin ninguna intención de usarlas.

Todas las armas entregadas fueron aplastadas con una prensa públicamente y
guardadas en contenedores plásticos en el almacén de la policía provincial.
Una compañía local donó tiempo y equipo para destruir el armamento. Las
armas destruidas serán incorporadas dentro de una o más obras de arte, para
ser entregadas al departamento de arte de la universidad local. La artista local
y jefe del departamento de arte de la universidad Eliana Molinelli expresó que
“es posible crear conocimiento y belleza de un material que fue originalmente
designado sólo para matar y herir” (Revista Nueva, 2001).

Fase 2 – Abril 2001

Después de semanas de atención de los medios comenzó la segunda fase del


Programa de Canje de Armas el 10 de Abril del 2001. Además de establecer un
centro de recolección en Relaciones con la Comunidad del MJS en Mendoza,
la Tabla 8 muestra los centros de recolección establecidos a través de la
provincia.

Tabla 8: Fechas y localización de los centros de recolección de la Fase 2

Abril 10-11 en el Centro Cultural de Junín


Abril 12-13 / Mayo 9-10 en Palmira
Abril 16-17 en la terminal de buses de Tunuyán
Abril 18/ Mayo 7-8, 10 en el Edificio Municipal de Luján de Cuyo
Abril 16/20/Mayo 2-4. 7-11, 14-15 en Relaciones con la Comunidad del MJS, Mendoza
Abril 19-20 en el Centro Comunitario de Villa Nueva
Abril 23-25/Mayo 2-4 en el Museo del Ferrocarril de San Rafael
Abril 24 en el Centro de Compras de Maipú
Abril 25-26 en la Unión de Trabajadores de Servicios Alimenticios, San Martín
Abril 27 en La Consulta en San Carlos
Mayo 14-16 en General Alvear
Mayo 16-17 en La Paz
Mayo 18 en Eugenia Bustos en San Carlos

Los centros fueron escogidos estratégicamente por ser locales ya familiares


para la mayoría de la comunidad y estar completamente disociados de la
policía. La segunda fase recolectó 2.281 armas de fuego. El MJS gastó US$
112,850 en incentivos para recoger 2.281 armas de fuego resultando en un
costo por incentivo por arma de $ 49 para la segunda fase y $52 por armas en
general para las dos primeras fases del programa.

18
Si bien se entregaron armas fabricadas en todas partes del mundo, en su
mayoría las armas fueron producidas en fábricas argentinas. Como
mencionamos antes el pueblo de San Rafael, una municipalidad provincial con
una población de aproximadamente 80.000 habitantes, entregó 809 armas en
cuatro días. Cuando los organizadores del programa agotaron los incentivos
después de los dos días originalmente programados tuvieron que reprogramar
otra visita a San Rafael. Otras áreas donde la demanda pública requería
nuevas visitas incluían el Area Metropolitana del Gran Mendoza y Luján.

Abajo se presentan ejemplos de anécdotas de la Fase 2:


• Una mujer con dos hijos adolescentes entregó una escopeta que había
heredado de su padre. “Mis muchachos siempre están preguntando por
la escopeta del abuelo, queriendo verla, tocarla, jugar con ella –no es
un juguete y me da miedo que algo pase. No somos del tipo de familia
que caza, o... yo no quiero que mis muchachos piensen que las armas
son útiles para algo más que herir”.
• Una mujer entregó un revólver que su marido originalmente compró
para protección personal. Tres meses antes ella estuvo peligrosamente
a punto de dispararle durante una discusión doméstica. “Me di cuenta
qué peligroso era tener un arma en mi casa. La escondí y le dije a mi
esposo que me la habían robado del carro. Esto fue antes de que oyera
acerca del Plan Canje de Armas – escuche sobre el intercambio de
armas y decidí deshacerme de ella de una vez y para siempre. Ahora
ya no estoy tan asustada”.
• Un hombre expreso: “Decidí entregar mi pistola porque tengo niños.
Acostumbraba a cazar, pero ya no lo hago más. Verdaderamente, la
principal razón es que tengo miedo de que mis niños entren en
contacto con una bala”.
• “Escuche de la recolecta de armas en televisión y traje estas armas que
pertenecen a mi abuelo. Creo que es una buena manera de concienciar
a todo mundo sobre el peligro de las armas. Patricia de López, veinte
años, de Ciudad Mendoza.
• Una mujer paralítica confinada a una silla de ruedas llegó a la oficina
del Ministerio de Justicia y Seguridad de Mendoza con una pistola
completamente cargada. Entregó la pistola después de confesar que
ella había comprado la pistola recientemente con la intención de
suicidarse.

Un pequeño grupo de las armas recogidas en la segunda fase del programa


fueron destruida el 9 de Julio del 2002 en Mendoza en solidaridad y al unísono
con el Día Internacional de la Destrucción de Armas Pequeñas que se celebró
en Nueva York y otros lugares simultáneamente en el mundo, al comenzar la
Conferencia de Naciones Unidas sobre el Tráfico Ilícito de Armas Pequeñas en
Todos sus Aspectos4, con el patrocinio del gobierno de Brasil, Mali, Países
Bajos y el Reino Unido.
La destrucción se completó entre el 8 y el 10 de agosto, luego los días 22 y 23
de noviembre del 2002: la iniciativa llamada “Mendoza sin armas” sumó al MJS,

4
Para más información sobre la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Tráfico Ilícito de
Armas Pequeñas en Todos sus Aspectos visitar http://www.un.org/Depts/dda/CAB/samllarms/.

19
al Poder Judicial, la Universidad Nacional de Cuyo y la Municipalidad de la
Ciudad de Mendoza y contó con el apoyo de UN-LiREC, al Real Policía
Montada de Canadá y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
La destrucción se complementó con la reforma de los depósitos de armas y
grandes eventos públicos de concientización en la que participaron miles de
niños y jóvenes.

Evaluando el Programa de Canje de Armas

El Plan Canje de Armas ha recuperado más de 2.000 armas a cambio de


comestibles, entradas para el fútbol y otras cosas. Ha reducido la posibilidad de
accidentes y el mal uso en los hogares de aquellos que participaron.
Combinado con la campaña de educación en las escuelas también iluminó la
relación entre armas y violencia en la mente de miles de jóvenes y sus familias.
De hecho el Plan Canje de Armas en Mendoza influyo la posición del Gobierno
de Argentina ante la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Tráfico Ilícito de
Armas Pequeñas en Todos sus Aspectos haciéndola más progresista y dando
un ejemplo concreto desde el mundo en desarrollo de no postconflicto.
Adicionalmente, se debe observar que seis otras provincias argentinas: San
Juan, Neuquen, Córdoba, Chubut, la capital y la provincia de Buenos Aires han
adoptado todas ahora el nuevo y progresista modelo de seguridad de Mendoza
que contempla la implementación de un programa incentivado de amnistía de
armas.

Mendoza y su vecino provincial San Juan han establecido una comisión de


seguridad bi-provincial que incluye combatir la proliferación y mal uso de armas
(Diario Los Andes, 2001). En lo relativo a armas de fuego la comisión se ha
comprometido a:

• Desarrollar controles de la frontera provincial para prevenir el tráfico de


armas y drogas:
• Establecer mecanismos de intercambio de información permanentes y
flexibles entre las instituciones policiales y de gobierno provincial;
• Promover la armonización en la reforma policial y judicial.

La idea es expandir eventualmente la comisión a fin de incluir otras provincias


en el Oeste de la Argentina. Las contrapartes en el Ministerio de Justicia y
Seguridad del Gobierno de San Juan expresaron que no habrían estado tan
dispuestos a formar una comisión bi-provincial si no hubiesen sido testigos del
éxito del Programa de Canje de Armas.

Tal vez la única debilidad que los autores de este reporte han encontrado en el
desarrollo del programa y su implementación es la exclusión de la participación
de gente que tiene armamento militar de alto poder y explosivos. Por supuesto,
es improbable que Mendoza tenga grandes cantidades de rifles AK-47 y
granadas de mano, pero otras armas excluidas del programa incluían pistolas
automáticas 9 mm y revólveres calibre .38, básicamente cualquier armamento
prohibido para la posesión civil. Es entendido que esto es probablemente una
consecuencia de los acuerdos políticos y legislativos que hicieron posible el
Plan Canje de Armas. El punto principal aquí es que es contraproducente

20
rechazar gente dispuesta a entregar algunos tipos específicos de armamentos
ilegales cuando sacarlos de circulación es una las principales metas del
programa. Los organizadores del programa se han comprometido a rectificar el
programa si obtienen más fondos y aprobación para implementar una tercera
fase.

Evaluar los resultados del Programa de Canje de Armas será un desafío. De


acuerdo a Rosenfeld (1996) hay tres tipos de metas de programa a ser
evaluados en relación a los programas de recompra de armas: metas
inmediatas relacionadas con servicios de entrega, metas intermedias tales
como conciencia pública y las metas finales del programa (ya enunciadas).

La toma de conciencia pública tendrá que medirse a través de una variedad de


encuestas de opinión y grupos focales. Un grupo multidisciplinario que incluya
organizaciones comunales, funcionarios de policía y salud pública, deben
estudiar las otras y más complejas metas de largo plazo. Después de cientos
de programas implementados en los Estados Unidos no hay evidencia
concluyente sobre si estos programas reducen la proliferación y el mal uso de
armas, pero esto puede subestimar otros objetivos de la política (Laurance,
1996). Rosenfeld (1996) apunta que el atractivo popular y el significado social
de programas de recompra de armas es mayoritariamente normativo e
ideológico, parte de un sistema de controles suaves. El éxito se mide por la vía
del fortalecimiento de los lazos comunitarios, la movilización del apoyo para el
liderazgo comunitario y llamar la atención hacia otras formas de control social
capaz de reducir la violencia armada en vez de métodos tradicionales de
control del crimen. Romero, Wintemute, et al. (1998) en su estudio de un
programa en Sacramento, California en 1993 concluyeron que los beneficios
potenciales de un programa de recompra de armas son más fácilmente
medibles en el nivel hogareño que en el comunitario.

Cuantificando resultados tangibles

Tabla 9: Armas entregadas al Programa de Canje de Armas


Tipo Fase I Fase II Total
Carabinas 26 165 191
Escopetas 35 373 408
Pistolas 40 307 347
Revólveres 184 1.436 1.620
Total 285 2.281 2.566
Fuente: Ministerio de Justicia y Seguridad, Gobierno de Mendoza, Argentina, Julio 2001.

Aunque los organizadores del programa evitaron hacer grandes alegatos y


predicciones sobre lo que haría el Programa de Canje de Armas en términos de
impacto más allá del cambio cultural y la toma de conciencia pública, los
escépticos en el gobierno y la sociedad civil preguntarán si el esfuerzo produjo
cualquier beneficio tangible. Hughes-Wilson y Wilkinson (2001) han puesto una
serie práctica de guías y simples fórmulas para evaluar el impacto de un
programa en términos de estadísticas de recuperación y el costo financiero del
programa. Las estadísticas sobre el crimen y el efecto en el mercado negro
para las armas de fuego tendrán que ser medidas en el tiempo a fin de detectar
cualquier impacto, mientras que el índice de riesgo de armas específicas

21
requiere analizar el uso de modelos específicos de armas y su frecuencia de
uso en mortalidad y lesiones por armas de fuego a fin de calcular el número de
vidas potencialmente salvadas.

a. Estadísticas de recuperación

Las 2.281 armas recuperadas representan aproximadamente el 2.5 por ciento


de todas las armas legales e ilegales circulando en Mendoza, estimadas en
unas 95.000 (80.000 legalmente registradas y 15.000 armas ilegales). Sin
embargo, las 2.281 armas recuperadas representan el 15% de las armas
ilegales que el MJS estima están circulando en la provincia, un porcentaje de
recuperación mucho más significativo.

b. Costos financieros

Un costo de incentivo por encima del promedio por arma se estimó en US$ 52.
Sin embargo, había otros costos involucrados que incluían salarios del
personal, seguridad, operadores de teléfonos, publicidad, suministros y
logística. El Plan Canje de Armas gastó US$ 299.197 en incentivos del
programa y costos de operación resultando en un costo de US$ 116 por arma
recobrada.

Riesgos de evaluación

Hay dos desafíos directos para cualquiera que intente evaluar la efectividad de
un programa dado de recolección de armas. Primero, debido a que son
generalmente anónimos por naturaleza no se puede impedir que alguien fuera
del área geográficamente designada llegue a entregar un arma. Segundo, el
número real de armas ilegales es en gran medida desconocido, a pesar de
estimados educados. Adicionalmente, hay una amplia variedad de otras
políticas, aparte de los programas de entrega voluntaria de armas que también
tienen un impacto en la proliferación y el mal uso de las armas de fuego. Di
Chiaro III (1998) y Greene (2001) creen que hay una multitud de otras medidas
requeridas para enfrentar la ampliación y el abuso de armas de fuego
incluyendo:

• Fortaleciendo las leyes existentes;


• Armonizando los enfoques con ciudades vecinas, provincias y países;
• Marcando únicamente las armas pequeñas y ligeras;
• Persiguiendo mayor transparencia en la producción de armas y el
comercio;
• Restringiendo los suministros de municiones;
• Construyendo capacidad en las regiones afectadas;
• Mejorando la recolección de datos y compartiendo la información;
• Mejorando la capacidad de seguridad y almacenamiento entre entidades
gubernamentales incluyendo mantenimiento de registro y reporte de
pérdidas;
• Asegurando altos estándares y prácticas entre empresas privadas de
seguridad y otros cuerpos no gubernamentales autorizados para
mantener y usar armamento;

22
• Adoptando una base legal clara e inambigua para la posesión y uso; y
• Suprimiendo y eliminando las herramientas de violencia a través de
cateos y otras operaciones.

Intentar aislar el impacto de un programa de recolección de armas, o cualquier


otra de las políticas mencionadas arriba, sobre la circulación y uso de armas de
fuego durante un período dado de tiempo es una tarea muy difícil. Más allá de
estas dificultades hay aún una mayor mezcla de variables sociales, políticas y
económicas más directamente relacionadas con las causas de raíz de la
proliferación y mal uso de armas que necesitan ser tomadas en consideración
como parte de cualquier evaluación de programa.

Conclusión

Por supuesto los críticos tenían razón. Pocos criminales, si es que alguno,
entregaron sus armas. Sin embargo, desde el principio el MJS expresó que las
metas del Plan Canje de Armas eran más culturales que otra cosa. Aunque en
una ocasión un hombre llegó al centro comunitario donde las armas estaban
siendo recogidas, colocó dos revólveres sobre la mesa y dijo: “No quiero
cometer otro robo y estoy entregando mis armas”. Las autoridades se dieron
cuenta después que el reconocido delincuente tomó los vales de comida por
$100 que recibió por los revólveres y los donó a un hogar para discapacitados
esa misma tarde.

El Plan Canje de Armas ha sobrepasado por mucho las expectativas de sus


simpatizantes más idealistas, tanto en números duros como en historias
inspiradoras. Cuando se comenzó a promover la idea dentro de la Secretaría
de Relaciones Comunitarias del MJS se convirtieron en objeto de caricaturas
políticas que se burlaba de lo que consideraban era una idea ingenua y
simplista. Desde entonces los periódicos han cambiado su línea editorial,
celebrando la innovación y habilidad de su comunidad para establecer un
nuevo estándar para la seguridad pública en Argentina.

El Plan Canje de Armas ha demostrado una vez más que al enfocarse en las
herramientas tangibles de la violencia se puede obtener la atención de grandes
segmentos de la población, especialmente las mujeres. Habría que esperar
que, como entidad de gobierno, el MJS tome la oportunidad para fortalecer los
lazos con grupos comunitarios, organizaciones no gubernamentales y la policía
local y desarrollar un programa más amplio de acción que no solo busque la
reducción en la mortalidad y lesiones por armas de fuego, sino también tener
un impacto en las percepciones de inseguridad de los mendocinos en su vida
cotidiana.

El futuro del Programa de Canje de Armas

Para mediados del 2001 la severa situación financiera y económica en


Argentina una vez más alcanzó niveles de crisis. Los gastos del Gobierno,
incluyendo fondos proveídos por el gobierno central a los gobiernos
provinciales para proyectos tales como el Plan Canje de armas, fueron
recortados en una gran escala. Una tercera fase del programa planificada para

23
Agosto del 2001 fue cancelada. El entusiasmo para implementar programas
similares de parte de otras provincias argentinas disminuyó sin la posibilidad de
fondos nacionales para sus esfuerzos.

Los organizadores del Plan Canje de Armas en Mendoza, sin embargo, no han
renunciado a su esperanza ni parado sus esfuerzos. En cooperación con
miembros de la sociedad civil local los representantes del MJS han creado la
organización no gubernamental sin fines de lucro Asociación Espacios para el
Progreso Social. Entre sus metas esta la continuación del Programa de Canje
de Armas en el micro nivel, organizar recolección de armas y destrucción en
vecindarios particulares, sustituir el apoyo económico del gobierno por uno del
sector privado e iglesias. Esta vez los políticos, la prensa y la sociedad en su
conjunto son menos escépticos acerca del potencial del programa para
producir resultados positivos.

El desarme continuará en la Argentina y Mendoza. En la provincia que tuvo la


iniciativa, se han aprobado desde el MJS diversas normas que garantizan la
continuidad del programa:

• Plan de recepción de armas en “donación”;


• Inclusión de la discusión sobre la relación armas-violencia-inseguridad
en todas las escuelas (400 mil alumnos participaron en 2002);
• Exigencia de estudios psicológicos y físicos para autorizar la tenencia
legal;
• Continuidad de funcionamiento de las líneas gratuitas de consulta;
• Apoyo logística para el funcionamiento continuado de otra línea
telefónica gratuita y anónima: el Fono Arma, para denunciar la venta,
locación / arrendamiento, transporte o guarda ilegal de armas de fuego;
• Prohibición de la venta de replicas de juguete de armas de fuego
(Proyecto de ley en estudio legislativo y ya aplicado en municipios);
• Capacitación policial para el control de fronteras;
• Destrucción permanente de stock ocioso de armas de los almacenes
oficiales.

En tanto, la asunción de las nuevas autoridades argentinas encabezadas por el


presidente Nestor Kirchner, ha dejado abierta la posibilidad de fuertes reformas
en materia de justicia y seguridad, que podrían incluir cambios en la política de
armas.

De hecho, con el asesoramiento y acompañamiento de Espacios, las ciudades


argentinas de Rosario (la segunda en importancia y cantidad de habitantes,
después de la capital Buenos Aires) y Santa Fe han aprobado normas
municipales para la realización de planes de canje de armas, con la base del
programa realizado en Mendoza, aunque adaptados a la realidad local.

El mismo camino han seguido otros estados provinciales, como Córdoba, Salta,
Río Negro, Chubut, Neuquen, Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, Chaco, San Luis, San Juan y una gran cantidad de municipios que han
solicitado el asesoramiento de Espacios y/o del Gobierno de Mendoza.

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En lo que respecta a los controles, Espacios y Viva Rio han planteado la
necesidad de investigar el tráfico de granadas militares argentinas a Brasil.
Asimismo, en setiembre de 2002 la ONG argentina expuso ante la Comisión de
Seguridad Interior del Senado Nacional argentino la necesidad de un amplio
plan de desarme y reforma del sistema de seguridad, algunos de cuyos puntos
basamentales son los siguientes:

• Reforma interna de las fuerzas armadas y de seguridad;


• Plan de auditoria, control permanente y seguridad de arsenales y
almacenes oficiales de armas y municiones;
• Plan de recolección de armas en todo el territorio argentino;
• Reformulación del RENAR de modo de vincular su control a la seguridad
y no solo a la legalidad de la tenencia y potación de armas.

En buena medida, el enfoque amplio y las acciones sobre armas de fuego en


distintos ámbitos de la Argentina se originaron en el Plan Canje de Arma.
Además, Espacios se ha integrado al trabajo de la red de MERCOSUR de
ONG que trabajan por el desarme y es parte de IANSA.

www.espacios-eps.org

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