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Según Galileo la ciencia debía abandonar como a la autoridad como criterio de legitimidad, cada
quien debía y podía juzgar con su “buen entendimiento y razón” y concluir en base a ello, sin
dejarse llevar por el saber instituido. Hasta hoy la retórica científicista hace uso y abuso de este
slogan del “libre pensador”. Muchos se preguntan hoy si es ésta la práctica científica real, y
contestan negativamente. Latour se ocupa de seguir los rastros de la literatura científica para
mostrarnos la ciencia –y su pretendidamente inexistente retórica- en acción. Veamos los
siguientes enunciados:
El ejemplo elegido ha sido interrumpido arbitrariamente para revelar únicamente dos caminos
distintos. Si dejamos continuar la historia un poco más, el argumento se complica y la
interpretación se vuelve mucho más compleja.
Si volvemos, ahora, veremos que es muy fácil continuar tras el enunciado 7, que criticaba la
manipulación de la GHRH realizada por el Dr. Schally, y replicar:
12) Si hay una «extraña coincidencia», reside en el hecho de que la crítica al des
cubrimiento de la GHRH por el Dr. Schally haya sido realizada de nuevo por su vieji
enemigo, el Dr. Guillemin ... Respecto a la homonimia de estructura entre la hemoglo bina
y la GHRH , ¿qué pasa? No prueba que Schally haya confundido un contaminant con una
hormona genuina, de la misma fonna que «tuvo un ataque» no debe confun dirse con
«estaba en forma».
Al leer el enunciado 6 que da por supuesta la existencia de la GHRH, el lector podría haber
decidido invertir dinero en empresas farmaceúticas; al tener noticii de 7 habrías cancelado todos
tus planes y podría haber comenzado a averiguar por qué la Administración de Veteranos
financiaba con fondos públicos un trabajo tal fútil. Pero, después de leer las contraafirmaciones
del enunciado 12, ¿qué haría? Para decidir debe evaluar la personalidad del Dr. Guillemin. ¿Es
un hombre suficientemente malvado como para formular dudas sobre el descubrimiento de un
competidor por pura envidia? Si lo cree, entonces 7 queda inutilizado, lo que elimina las dudas
acerca del enunciado 5. Si, por el contrario, crees en la honestidad de Guillemin, entonces el
enunciado 12 está en peligro, y lo mismo sucede con la afirmación 5.
En este ejemplo, lo único que se mantiene firme es la cuestión de la homonimia; para decidirte
sobre este asunto debes introducirte mucho más profundamente en la fisiología: ¿Es posible que
la sangre transporte dos mensajes homónimos a las células sin causar daños en el cuerpo?
Al formular estas dos preguntas, sobre la integridad de Guillemin y sobre un principio de la
fisiología, podrías escuchar otra réplica (a la réplica de la réplica):
Con este enunciado el lector está asistiendo, ahora, a una partida de billar: si 13 es verdadero,
entonces 12 está completamente equivocado, con la consecuencia de que 7, que discutía la
existencia de la sustancia de Schally, era correcto, y, entonces, el enunciado 5 (la afirmación
original), queda desautorizado. Naturalmente, de lo que se trata es de valorar la credibilidad del
enunciado 13. Si lo profiere un admirador acrítico de Guillemin o alguien que no sepa nada de
fisiología, entonces 12 puede volverse bastante verosímil, lo cual eliminaría el enunciado 7 y
establecería, de este modo, 5 ¡cómo un hecho comprobado!
Para no agotar la paciencia del lector terminaré aquí la historia, pero es obvio que el debate
podría continuar. La primera lección de importancia es esta: si el debate continuase,
investigaríamos más profundamente en cuestiones de fisiología, en las personalidades de Schally
y Guillemin y, más aún, en los detalles de la obtención de las estructuras de la hormona. El
número de nuevas condiciones de producción que debemos abordar nos aleja, cada vez más, de
los enanos y de las salas de hospital. La segunda lección es que con cada réplica añadida al
debate, se modificará el status del descubrimiento original hecho por Shally en la afirmación 5.
Insertado en 6, se convierte más en un hecho; menos, cuando se fragmenta en 7; más, con 12
que elimina a 7, menos, nuevamente, en 13, etc. El destino del enunciado, es decir, la
decisión acerca de si es un hecho o una ficción, depende de los debates posteriores. Ello
no ocurre solamente con el enunciado 5 que he elegido artificialmente como origen del debate,
sino con todos los enunciados que lo califican o modifican. Por ejemplo 7, que discute la
capacidad de Schally, se vuelve más un hecho con 13 que establece la honestidad de Guillemin,
pero menos con 12 que pone en duda su apreciación. Esta dos lecciones son tan importantes que
podría decirse que este libro es simplemente un desarrollo de esta cuestión esencial, el estatus
de un enunciado depende de enunciados posteriores. Su certeza depende del enunciado
aceptado a continuación; esta atribución retrospectiva se repite para cada nuevo enunciado, que
también será un hecho o una ficción dependiendo de un tercero, y así sucesivamente.
(...)
La presencia o ausencia de referencias, citas y notas al pie de página se considera tan indicativa
de la seriedad del documento, que se puede transformar un hecho en ficción, o una ficción en un
hecho, simplemente abatiendo o eliminando referencias. Elugar de unir pasivamente su suerte a
la de otros trabajos, artículo modifica activamente el status de esos trabajos. El artículo no sólo
está citado; está, además, atenuado o, como modalizado. Llamaremos modalidades positivas a
aquellos enunciados que apartan a una afirmación de sus condiciones de producción, haciéndola
suficientemente sólida para inducir otras consecuencias necesarias. Llamaremos modalidades
negativas a aquellos enunciados que llevan a una afirmación en la dirección opuesta, es decir,
hacia sus condiciones de producción y a explicar en detalle por qué es sólida o débil, en vez de
utilizarla para inducir otras consecuencias más necesarias.
20) El péptido porcino usado en este trabajo era una muestra aislada esencialmente
homogénea, tal como se ha descrito previamente (refs. 5,9). [ ... En algunos casos los
productos de la carboxipeptidasa B se analizaron con el sistema amortiguador de litio de
Benson, Gordon y Patterson (ref. 10). [...] La degradación de Edman se ejecutó tal y como
Gottlieb et al. lo relatan (ref. 14). También se utilizó el método de Gray y Smith (ref 15).
En la figura 1.5 que ilustra el contexto de cita, un acontecimiento de ese tipo aparecerá como una
corriente regular de flechas, todas ellas alineadas en la misma dirección y dando lugar cada vez a
más artículos. Cada nuevo artículo que entre en el combate lo desplaza un paso más allá,
añadiendo su pequeña fuerza a la fuerza del hecho ya establecido, en lugar de invertir el proceso.
Este acontecimiento, nada frecuente, es lo que la gente tiene en mente cuando habla de un
«hecho». Espero que ahora quede claro que este acontecimiento no lo hace cualitativamente
distinto de una ficción; un hecho es lo que se estabiliza colectivamente a partir de las
controversias, cuando la actividad de los artículos posteriores no consiste únicamente en la crítica
o la deformación, sino también en la confirmación. La fuerza del enunciado original no reside en él
mismo, sino que se deriva de todos los artículos que lo incorporan. En principio, cualquiera de los
artículos podría desestimarlo. El control por el hipotálamo de la hormona del crecimiento, puede
ser discutido, lo ha sido y lo será; pero para ello el disidente se enfrentará, no con una afirmación
en un artículo, sino con la misma afirmación incorporada a cientos de artículos. En principio no es
imposible; en la práctica es enormemente difícil. Cada afirmación llega al autor futuro con su
propia historia, es decir, con ella misma más todos los artículos que hicieron algo con, o a, ella.
Esta actividad de cada uno de los artículos que constituye la fuerza de un trabajo, no se hace
visible mediante una crítica, puesto que en este caso no hay ninguna, sino a través de la erosión
a la que se somete el enunciado original. Incluso en los raros casos en los que una afirmación
continúa siendo creída por muchos textos posteriores, y tomada como una cuestión de hecho, no
permanece inalterada. Cuanta más gente la crea y la utilice como una caja negra, más trans-
formaciones sufre. La primera de estas transformaciones es una estilización extrema. Hay una
gran cantidad de literatura sobre el control de la hormona del crecimiento, y el artículo de
Guillemin al que me he referido tiene una extensión de cinco páginas. Trabajos posteriores, que
toman su artículo como un hecho, lo convierten en una frase:
24) Guillemin et al. (ref.) han determinado la secuencia del GRE H Tyr Ala Asp Ala lle Phe
Thr Asn Ser Tyr Arg Lys Val Leu Gly Gln Leu Ser Ala Arg Lys Leu Leu GIn Asp lle Met Ser
Arg Gln Gln Gly Gly Ser Asn Gln Glu Arg Gly Ala Arg Ala Arg Leu N1- 12.
Más tarde, este mismo enunciado se convierte en una frase de una línea, con una única
modalidad positiva simplificada: «X (el autor) ha mostrado que Y». Ya no hay más discusiones.
Si el enunciado 24 va a continuar siendo creído como opuesto al 5, cada artículo sucesivo se
sumará a esta estilización. La actividad de todos los artículos posteriores tendrá como resultado
la pronta desaparición del nombre del autor, y sólo la referencia al artículo de Guillemin indicará el
origen de la secuencia. A su vez, la secuencia es todavía demasiado larga para escribirla. Si se
convierte en un hecho, será incluida en tantos artículos que pronto no será necesario escribirla, ni
tan siquiera citar un artículo tan conocido. Después de unas pocas docenas de artículos que
utilicen el enunciado 24 como un hecho incontrovertible, se transformará en algo similar a esto:
25) Inyectamos GRF sintéfico a 60 ratones suizos machos, albinos y de 20 días, etc.
El enunciado aceptado está, digámoslo así, erosionado y pulido por aquellos que lo aceptan.
Volvamos a los enunciados simples con los que empecé este capítulo (véase 1, 5 y 8).
Restrospectivamente, nos darnos cuenta de que en esta estilización ha intervenido mucho
trabajo, y de que un hecho de una frase, nunca se encuentra al principio de¡ proceso (como tuve
que suponer para mantener en marcha nuestra discusión), sino que ya es un producto semifinal.
Sin embargo, pronto la referencia misma será redundante. ¿Quién cita el artículo de Lavoisier
cuando escribe la fórmula H20 del agua? Si las modalidades positivas continúan actuando
sobre el enunciado 24, se hará tan conocido que ni siquiera habrá necesidad de hablar de él. El
descubrimiento original se habrá convertido en conocimiento tácito. El GRF será uno de los
muchos frascos de productos químicos que cualquier estudiante universitario de primer año toma
de la estantería en algún momento de su formación. Esta erosión y estilización tienen lugar
solamente cuando todo va bien; cada artículo posterior toma el enunciado original como un hecho
y lo encapsula, empujándolo de esta forma, por así decirlo, un paso más allá. Como vimos antes,
cuando proliferan las modalidades negativas, ocurre lo contrario. El enunciado 5 de Schally sobre
una nueva GHRH no había sido estilizado, y aún menos, incorporado a la práctica tácita. Por el
contrario, cada vez más elementos, que a él le hubiera gustado mantener corno tácitos, emergen
y son objeto de discusión, como los procedimientos de purificación del enunciado 7 o sus
fracasos previos en 13. De este modo, dependiendo de si los otros artículos empujan a un
enunciado dado río abajo o río arriba, será incorporado al conocimiento tácito sin nada que
indique que fue producido por alguien, o será abierto y se añadirán muchas condiciones
específicas de producción. Este doble movimiento con el que ahora estamos familiarizados, se
resume en la figura 1.6 y nos permite orientarnos en cualquier controversia, según la etapa en la
que se encuentre el enunciado que hayamos escogido como punto de partida y el sentido en el
que otros científicos lo empujen.
Ahora empezamos a entender el tipo de mundo al que es conducido gradualmente el lector de
literatura científica o técnica. Dudar de la precisión de los misiles soviéticos 1, del descubrimiento
de Schally de la GHRli, 5, o de la mejor forma de construir células de combustible era, al principio,
una tarea fácil. Sin embargo, si la controversia se prolonga, se incorporan cada vez más
elementos y en adelante ya no se tratará de un simple desafío verbal. Vamos de una
conversación entre unas pocas personas a textos que en seguida se refuerzan a sí mismos, y que
rechazan la oposición enrolando a muchos aliados. Cada uno de estos aliados aplica muchas
tácticas distintas a muchos más textos involucrados en la discusión. Si nadie retorna un artículo,
este se pierde para siempre, sin que importe lo que decía o lo que valía. Si un artículo dice haber
resuelto la polémica de una vez por todas, puede ser desarticulado inmediatamente, y citado por
razones completamente distintas, añadiéndose así a la confusión una afirmación vacía más.
Mientras tanto, entran en la lucha cientos de resúmenes, informes y pósters que se añaden a la
confusión, al mismo tiempo que artículos críticos de más extensión se esfuerzan por poner algo
de orden en los debates, aunque a menudo, simplemente echan más leña al fuego. A veces
muchos artículos toman, una y otra vez de forma repetida, unas pocas afirmaciones estables,
pero incluso en estos casos poco frecuentes, la afirmación se erosiona lentamente, perdiendo su
forma original, encapsulada cada vez en más artículos ajenos, volviéndose tan familiar y rutinaria
que pasa formar parte de la práctica tácita y ¡desaparece de la vista!
Este es el mundo al que se enfrentará alguien que quiera disentir y contribuir a los debates. El
artículo que lea se habrá preparado para sobrevivir en este mundo. ¿Qué debe hacer para ser
leído, para ser creído, para evitar ser malinterpretado, destruido, desarticulado o ignorado?
¿Cómo puede asegurarse de que será recogido por otros, de que será incorporado a enunciados
posteriores como una cuestión de hecho, de que será citado, recordado y reconocido? Esto es lo
que deben intentar conseguir los autores de un nuevo artículo técnico. La acalorada controversia
les ha llevado a leer cada vez más artículos. Ahora tienen que escribir uno nuevo para apoyar
cualquiera de los elementos de los que partieron: la cuestión del MX, el error de la GHRH o el
fiasco de las células de combustible. No es necesario decir que en este punto la mayoría de los
disidentes se habrán rendido. Introducir a los amigos, dar muchas referencias, actuar sobre todos
los artículos citados y organizar de forma ostensible este campo de batalla, ya es suficiente para
intimidar y forzar a la mayoría de la gente a abandonar. Por ejemplo, si queremos discutir la
precisión de los misiles soviéticos como en 1, el descubrimiento de la GHRH como en 5 o la
forma correcta de conseguir células de combustible como en 8, estaremos muy, pero que muy
aislados. No estoy diciendo que la gente se desanima porque la literatura es demasiado técnica,
sino que, por el contrario, pensamos que es necesario llamar técnica o científica a una literatura
que está hecha para aislar al lector, introduciendo muchos más recursos. El «hombre corriente
que tropieza con la verdad», que postulaba ingenuamente Galileo, no tendrá ninguna posibilidad
de vencer a los miles de artículos, referees, partidarios y corporaciones subvencionadoras que se
oponen a su tesis. El poder de la retórica reside en hacer que el disidente se sienta solo. Esto es
lo que realmente le ocurre al «hombre (o mujer) corriente» cuando lee la gran cantidad de
informes sobre controversias, de las que en principio partimos de forma inocente.