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Lectura Nº 5
La relación médico-paciente y su significado en la formación
profesional
Material de Lectura para uso exclusivo de los alumnos de la FMH-USMP
Responsables: Mg. Ricardo Torres Vásquez- Mg. Martha Urdanivia Abarca
RESUMEN
Durante sus interacciones con otros seres humanos, el hombre establece diferentes
tipos de relaciones, algunas de carácter superficial como las desarrolladas al preguntar
la hora a un transeúnte y otras de carácter mucho mas complejo como las que se
establecen con los familiares, amigos, compañeros de trabajo o estudio y con la
persona amada. Estas son las relaciones interpersonales, que cumplen los 3
parámetros establecidos por Pedro Lain Entralgo, el relevante médico e historiador
español que tanto aportó al tema de que se trata.1
Sin duda alguna, la investidura profesional del facultativo lograda como fruto de
muchos años de entrenamiento y cuya exitosa culminación requiere una profunda
vocación médica, determina que su gestión -considerada entre las más necesitadas de
dedicación total- sea altamente valorada por la población, quien al mismo tiempo que
respeta y admira al facultativo espera de él una conducta concordante con su
importante misión social.4
Se trata además:
El médico, por tanto, debe ser consciente de que su relación profesional interpersonal
está caracterizada por:
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• La demanda de una constante disposición a la relación de ayuda, sin
aspiración de reciprocidad.
• El planeamiento cuidadoso de cada una de sus acciones, toda vez que en la
relación médico-paciente sólo hay dos alternativas: la psicoterapia o la
yatrogenia.
Por otra parte, el facultativo debe también conocer que sus potencialidades
diagnósticas, curativas y rehabilitatorias se incrementan en razón directa con su
capacidad para desarrollar exitosamente sus relaciones profesionales y que estas, por
mecanismos de retroalimentación comunitaria, incrementarán también el efecto
positivo de sus acciones preventivo-promocionales.
El médico debe estar plenamente consciente de sus propias cualidades como persona
y como profesional, es decir, conocer sus "talones de Aquiles" en el carácter -si es que
los hay- así como las situaciones en que pueda sentir inseguridad, angustia y
hostilidad, así como percatarse de sus mecanismos psicológicos para enfrentar dichas
contingencias. Igualmente importante es el nivel de información de que disponga el
médico sobre los aspectos del carácter y sociodemográficos de sus pacientes. Debe
también tener en cuenta el gran significado profesional de su prestigio científico y
social.
Como puede apreciarse, los elementos enunciados son los que disponía
espontáneamente el médico de familia de principios del siglo pasado, pero
actualmente resultan de muy diferente accesibilidad cuando se trabaja con los
modelos institucionales, aunque en gran parte se rescatan con el ejercicio del médico
generalista equipado, cuyo paradigma es el Médico General Integral en Cuba.
En esencia, el paciente pretende aliviarse, curarse o rehabilitarse, así como saber qué
tiene y cuál es su pronóstico. El médico, sin embargo, persigue establecer una buena
comunicación que le permita diagnosticar y tratar adecuadamente la afección que
motiva la consulta.
La experiencia médica permite ir más allá de lo que expresa el enfermo y saber leer
entre líneas sus preocupaciones habituales. Un ejemplo muy frecuente es la
preocupación del paciente ansioso en el sentido de que sus manifestaciones puedan
ser premonitoras de una enfermedad mental, por lo que resulta imprescindible
informarle, con objetivos psicoterapéuticos de apoyo, que no existe ese riesgo.
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Se sugiere reflexionar sobre la variación de objetivos presentes en una visita hogareña
orientada a modificar la actitud familiar ante el embarazo de una adolescente.
MOTIVO DE CONSULTA
POSICIÓN EN LA RELACIÓN
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problema de salud. Esta es en definitiva la alianza terapéutica de alto significado,
sobre todo en pacientes con problemas crónicos o predominantemente psicosociales.8
El único aspecto en que el médico debe preocuparse por conservar su posición one
up, es en el relativo a su condición de experto en salud.
VÍAS DE COMUNICACIÓN
Es fundamental que el médico capte los mensajes del paciente y controle siempre los
que él mismo emite por las 4 vías de comunicación:
Valore el especialista con qué frecuencia omite la toma de la tensión arterial por
considerarla innecesaria desde su punto de vista (pero no en el del paciente), y cuánta
cautela manifiesta cuando examina un estudio electrocardiográfico frente al paciente,
para evitar que su expresión facial delate los hallazgos. Reflexione además, sobre la
importancia de tener en cuenta los canales de comunicación cuando se obtiene
información familiar en un estudio epidemiológico de terreno.
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POTENCIALIDAD FRUSTRANTE
Para analizar sólo un aspecto, reflexione sobre los matices de la relación médico-
paciente en la práctica privada o en la privatizada (donde aparece como factor
estresante emergente la empresa tipo Managed Care o Health Maintenance
Organization,15 y en la que tiene carácter de total gratuidad.
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Motivo de la consulta. Las deficiencias derivadas de la subvaloración de este aspecto
son evidentes si se aprecia que algunos médicos utilizan iguales técnicas de
entrevistas ante un paciente con onicomicosis y otro con mareos. Ellos pasan por alto,
que en el segundo, la connotación macrosocial del síntoma, popularmente valorado
como premonitor de "embolia" o expresivo de tumores cerebrales o presión alta,
determinará importantes dificultades en la comunicación y un estado de
hipersugestibilidad que muchas veces resulta terreno abonado para que se produzca
yatrogenia por mal manejo de comunicaciones extraverbales, como cuando se
chequea ingenuamente la tensión arterial del enfermo que, colmado de angustia,
"escruta el rostro del médico para arrancarle el secreto de su mal pronóstico".
Por igual mecanismo puede ocurrir que ante enfermos con molestias articulares o
dolores precordiales, se utilicen términos como artrosis generalizada o infarto del
miocardio, reconocidos popularmente como denominadores de afecciones de mal
pronóstico.
Estado afectivo. Las deficiencias en este sentido se hacen evidentes por la ocasional
incapacidad del médico para aceptar y manejar manifestaciones de hostilidad, reclamo
e hipersensibilidad y angustia de pacientes y familiares, real o imaginariamente
afectados por dolencias graves. Innecesario resulta señalar que si la respuesta del
facultativo a esta situación interpersonal fuera de incomprensión y rechazo, esta
conducta errada sería suficiente para destruir la relación médico-paciente y exagerar
además, la comprensible angustia del enfermo y sus familiares.
Defensas. Algunos médicos son incapaces de romper estos obstáculos que afectan la
comunicación y no logran, mediante su comportamiento en la relación, el clima de
confianza y seguridad que la actitud de aceptación "no enjuiciadora" determina, y que
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permite al enfermo comunicar aspectos que afectan su autoestima.
Constituye una utopía aspirar a que el médico pueda siempre desarrollar su trabajo
con la afectividad suficiente para considerarlo perfecto, pero es indudable que todavía
muchos pueden y deben esforzarse por profundizar en la comprensión y el manejo de
los mecanismos que seguramente harían más exitosa la gestión médica y lograr lo que
el profesor Miguel Sorin llama la actitud critica en la profilaxis de la yatrogenia,
conducta que debe basarse en la característica de observadores participantes durante
la relación médico-paciente.15
SUMMARY
After 42 years of medical exercise and after having explored from the teaching and
investigative point of view in the field of Medical Psychology and Psychiatrics, the
author pretends to convey to the youngest members of the health team his
appreciations on the human transcendence of the physician-patient relationship and
some auto- and heterocritic assessments on significant aspects, as well as the most
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frequent deficiencies reported at the world level.. Among the approached elements
there is a wide range definition including steps with relatives and sound subjects, as
well as with other members of the health team, although it is recommended to maintain
the classic designation for being a paradigm of all the professional and technical
relations in the sphere of health management. Important aspects of the characteristics
of the participants in the relationship; goals, chief complaint; affective state; position in
the relationship; ways; defenses and distortions of communication; frustrating
potentiality of the faced situations and the historical and social context are stressed.
Commenrts are made on the most frequently underestimated aspects. It is aspired to
use these assessments as a useful tool for medical teaching.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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