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MOSTRE VIRTUALI
PASSIONE ARGENTINA
Il Tango in Italia negli anni '30
Si propongono all'ascolto del pubblico una serie di esempi tratti dalla collezione di
78 giri posseduta dall'Archivio della Discoteca di Stato.
Universidad de Valladolid
Museo dell'Audiovisivo
Discoteca di Stato
© 2002
La presente muestra web contiene una selección de tangos
compuestos durante el período del régimen fascista en Italia. Pero no se
trata de una antología de canciones con tema político, sino de
ejemplares creados en un momento felizmente productivo de la música
ligera italiana y pertenecientes a un repertorio homogéneo en cuanto a
los rasgos musicales y literarios, más allá de la variedad y riqueza de sus
componentes específicos.
Un nuevo recorrido trazado por Enrique Cámara, musicólogo argentino
que ha buscado, estudiado y reconstruído entre las más treinta mil
grabaciones en discos de 78 rpm. de la Discoteca di Stato, la historia y la fortuna del
tango en Italia alrededor de los años Treinta.
Algunas de estas canciones permanecen aún hoy en la memoria colectiva de los italianos.
Otras han sido olvidadas, pero alcanzaron una notable popularidad en el momento de su
creación y fueron objeto de numerosas versiones por parte de famosos intérpretes. Un
tercer grupo de piezas ha sido seleccionado por su valor musical, literario o documental
(referencias a la situación política o aspectos de la realidad social; relación con otros
géneros de la producción ligera italiana, española o argentina; contactos con el estilo de
ejecución de las jazz band).
Desde el momento de su llegada a Italia, el tango ocupó en la imaginación colectiva de los
italianos un espacio vinculado con el erotismo, lo prohibido y el mundo de lo exótico. De
los tres aspectos, el último permaneció aferrado con mayor persistencia al género. El
mismo deseo de exotismo que durante las últimas décadas del siglo XIX había favorecido
en Europa la organización de exposiciones universales, el nacimiento de archivos sonoros
dedicados a conservar mœsicas extraeuropeas y las primeras investigaciones
etnomusicológicas, preparó el ambiente propicio para una recepción entusiasta del tango
llegado de ultramar durante los años que precedieron a la explosión de la Gran Guerra. Si
durante estos primeros meses la fascinación ejercitada por el componente exótico del
tango provocó el nacimiento de múltiples y a menudo delirantes atribuciones genéticas de
este baile -se sugirió— su origen cubano, español y hasta asiático-, más tarde esta misma
connotación originó fantasiosos paralelismos geográficos y culturales por parte de los
autores de textos.
Paralelamente, la persistente connotación exótica adjudicada al tango
por creadores y consumidores italianos favoreció la persistencia de su
vinculación simbílica con la cultura argentina . Esta especie de "marca de
identidad" del género provocó fenómenos curiosos como, por ejemplo, la
presentación de Agata -canción satírica de Pisano y Cioffi fuertemente
vinculada a la temática italiana y con términos en dialecto napolitano-
como "vero tango argentino" en la grabación discogrífica realizada por
Nino Taranto. Si este hecho constituye una anécdota, no lo es la omisión
que cometen algunas publicaciones especialidadas. [...] Por este motivo
parece oportuno estudiar y dar a conocer uno de los subgéneros del tango italiano en
estos momentos en los que asistimos a un nuevo auge del género rioplatense en el
mundo. Al fin de cuentas, la creciente presencia del llamado tango argentino en ediciones
discográficas, espectáculos, escuelas de baile, programas televisivos y publicaciones de
Italia podría circunscribirse a una moda pasajera similar a las que el género conoció en el
pasado, mientras que su homónimo italiano constituye un fenómeno de cuya continuidad
diacrónica dan fe los diversos estilos que se sucedieron a través del siglo y cuyo grado de
difusión y popularidad puede constatarse hoy en centenares de localidades de todo el
país.
ORIGENES DEL TANGO RIOPLATENSE
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ESPACIOS DEL TANGO EN ITALIA
Milán constituye un buen ejemplo para indagar sobre el tipo de
espacios en los que se practica la nueva danza. Entre los salones
de moda más nombrados en la crónica mundana se encuentra el
San Martino, "con entrada desde el vicolo Beccaria", que recibe "un
público mixto pero adinerado", es decir, "jóvenes gagá de la
aristocracia y la alta burguesía junto con mayoristas de fruta y
verdura y comerciantes enriquecidos" . El tango figura a menudo en sus programas como
fenómeno de atracción. Otro salón de moda es el Trianon "con palco para los socios del
Giardino comunicante con la sede de este círculo". El Apollo, inaugurado en 1907,
también organiza constantes veladas danzantes, en las que no falta el tango.
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PROHIBICIONES Y CONDENAS
El ámbito de los pasos y figuras del tango guarda relación
con la dialéctica entre imitación de un modelo foráneo y la
adaptación a la idiosincracia de la sociedad receptora. En el
caso de Italia, uno de los objetivos perseguidos por la
transformación local de la coreografía era el
"adecentamiento" de la misma. Pero esta labor de aseo
llevada a cabo por algunos maestros de tango no consiguió
engañar a los moralistas, quienes desencadenaron una serie
de prohibiciones y condenas. Los periodistas italianos
comentaron las producidas por autoridades de otros países
(el emperador de Alemania Guillermo II, el rey de Inglaterra y
el burgomaestre de Viena, entre otros), algunas de las
cuales provocaron respuestas locales (como la divertida
poesía satírica publicada en la revista anticlerical L'Asino a
propósito del anatema lanzado contra el tango por el arzobispo de París Amette, densa de
alusiones a la situación política por la que atravesaba la sociedad italiana en relación con
las tensiones entre el Estado y la Iglesia).
Si bien las autoridades civiles italianas, salvo alguna excepción (como la del ministro de
guerra, general Spingardi) evitaron pronunciarse sobre el tema, las eclesiásticas
condenaron al tango por inmoral (es el caso del vicario de Roma, el obispo de Padua, los
integrantes del Colegio de Párrocos de Milán y los arzobispos de Módena, Verona,
Vicenza y Ferrara, entre otros).
Entre las prohibiciones que encuentran eco en la prensa italiana, cabe mencionar en
primer término -por ser cronológicamente una de las primeras- la emanada por el
Emperador de Alemania, Guillermo II. Cuando ésta se produce, el corresponsal de Il
Mondo Artistico en Berlín envía una colorida descripción de sobre la situación provocada
en esa ciudad por la novedad sudamericana. En Roma, el órgano oficial de la prensa
vaticana -L'Osservatore Romano- comenta la prohibición en los siguientes términos:
"El Kaiser ha hecho lo que ha podido para impedir que los gentilhombres se identifiquen
con la baja sensualidad de los negros y de los mestizos (...) ¡Y algunos van por ahí
diciendo que el Tango es como cualquier otro baile cuando no se lo baila
licenciosamente!. La danza Tango es, cuanto menos, una de aquellas de las cuales no se
puede de ninguna manera conservar ni siquiera con alguna probabilidad la decencia.
Porque, si en todos los otros bailes está en peligro próximo la moral de los bailarines, en
el tango la decencia se encuentra en pleno naufragio, y por este motivo el emperador
Guillermo lo ha prohibido a los oficiales cuando éstos vistan uniforme".
(L'Osservatore Romano - 27/11/1913)
LA IGLESIA Y IL TANGO
El artículo contiene una condena a todo tipo de danza y a la "buena sociedad" italiana, de
la que se afirma que a menudo no es precisamente una "sociedad buena". Este dardo
enviado a los sectores laicos y progresistas de la sociedad italiana se inscribe en la línea
de los ataques que el Vaticano enviaba a los mismos en ese momento de tensión en las
relaciones entre Estado e Iglesia. En el Senado Italiano se debatía en esos momentos un
proyecto de ley sobre la prioridad del matrimonio civil sobre el religioso y este hecho
originaba a diario virulentos ataques por ambas partes, muchos de los cuales se
publicaban en la prensa para conocimiento de la opinión pública. Bajo esta óptica
debemos interpretar los siguientes conceptos emitidos por el obispo de Padua:
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ENTRE TÍTULO Y CODA
En los tangos rioplatenses la mujer recibe una doble imagen: a la madre en cuanto
elemento protector al que el hombre puede recurrir en los momentos de abandono, se
opone la milonguera, cruel y desprejuiciada, que provoca la pérdida del honor, la fe y los
bienes materiales del protagonista. Pero a menudo esta mujer es a su vez víctima de la
acción de hombres que la corrompen con promesas de riquezas y la inducen a
prostituirse. Las "engañosas luces" del centro de la ciudad -visto como lugar de pecado y
decadencia física y moral- arrastran hacia la perdición a la mujer que se deja encandilar
por ellas y la apartan irremediablemente de la pureza originaria del barrio que la vió nacer.
En la tradición rioplatense esta decadencia femenina es siempre narrada por varones,
cosa que sucede también a menudo en el tango italiano. La originalidad de Io conosco un
bar consiste en el hecho de que es la misma protagonista quien nos relata la historia de
su primera caída, que condicionará toda su vida (feliz idea con la que el autor asegura un
mayor impacto emocional sobre el oyente). La segunda transposición temática de esta
pieza concierne al café, local frecuentado aún hoy sobre todo por hombres en algunos
barrios de Buenos Aires y Montevideo. En los tangos rioplatenses el café es visto como
escuela de vida y metáfora del útero materno donde el varón puede consolarse de sus
desilusiones amorosas ("si sos lo único en la vida que se pareció a mi vieja", confiesa el
cantante al local en Cafetín de Buenos Aires, de Santos Discépolo y Mores). En el café de
barrio rioplatense es reemplazado por un bar italiano, último y único refugio de la
protagonista, situado en la periferia de la ciudad (espacio lejano del centro que aquí no es
tratado como portador de decencia, sino como refugium peccatorum en el cual es posible
encontrar consuelo y a la vez vivir la relación erética transgresiva sin tener que exponerse
después al sufrimiento de los recuerdos).
En general, los autores italianos de tango imitaron el modelo rioplatense poniendo en
boca del hombre herido los lamentos por la inconstancia, indiferencia e incluso abandono
del que es objeto por parte de la mujer. Cuando un tango italiano habla de este tema en
femenino puede suceder que confirme esta tendencia a mostrar la s‡dica satisfacción de
la mujer al comprobar su predominio e influencia sobre los sentimientos del hombre. En
Amore strano, tango de Bergamini e Borella conservado en la Discoteca di Stato pero no
incluído aquí, la protagonista canta: "T'amo ma non son gelosa di te / però non ti
nascondo / che se geloso tu sei di me / il mio piacere è profondo // T'amo ma non so
parlare d'amor / peró che tu mi piaci / lo dico a baci con tanto ardor / da far soffrire il tuo
cuor". A continuación, como si quisiera confirmar que este perverso juego de poder es una
caracterástica distintiva del tango, canta: "A un tango assomiglia il mio amor / che è tutto
un giuoco di vampe e di languor / un tango mi sembra di cantar / quando mi stringi al cuor
senza parlar".
Sin embargo, no pocas veces estos autores escribieron textos de tangos que excluían las
referencias de género, de modo que pudieran ser interpretados por cantantes de ambos
sexos. Es muy probable que ello haya contribuído a la difusión de temas que presentan
esta característica y fueron interpretados tanto por tenores como por sopranos. Otros
tangos famosos sufrieron leves transformaciones en el texto para ser cantados por un
intérprete de sexo distinto al original (vasta cambiar la palabra "pallido" por "pallida" en y
"ebbro" por "ebbra.
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ESTILEMAS MUSICALES
Entre los estilemas propios de los tangos compuestos por italianos durante este período,
algunos proceden del área rioplatense y son propios del género, otros se filtran desde los
conjuntos instrumentales más influyentes –las jazz band, por ejemplo- y son
características de la época, mientras que otros proceden de las tradiciones italianas (ya
sea locales –canción napolitana- o internacionalizadas –bel canto-).
La fórmula melódica formada por la sucesión descendente de los grados V-V descendido-
IV-III, procede de la tradición musical académica europea (nacida más de un siglo atrás
probablemente como contracanto al ascenso cadencial desde la dominante hasta la
tónica) y fue adoptada en algunos géneros populares (el blues, por ejemplo). Los
compositores rioplatenses de tango la aplicaron a menudo (cfr. Ejs. Sonoros Nos. 1 y
2) y los italianos la adoptaron sin reservas (cfr. Ej. Sonoro Nº 3). En el tango italiano esta
fórmula melódica en descenso cromático se instaló con tal prepotencia que pasó a
convertirse en uno de sus principales rasgos musicales caracterizadores. Es así como la
oímos como recurso de identificación del género en distintos lugares de la estructura y
vestida con toda suerte de variaciones ornamentales. Sin embargo, la fórmula prefiere
algunos sitios en los que predomina sobre cualquier otro procedimiento. Tal es el caso del
inciso de clausura que precede a la cadencia auténtica final de las piezas (lo cual
aumenta la expectativa sobre la aparición de dicha cadencia). (cfr. Ej. Sonoro Nº 4).
También puede aparecer en la dominante que precede a la entrada del cantor. (cfr. Ej.
Sonoro Nº 5) o en función de enlace (cfr. Ej. Sonoro Nº 6). En el final, suele exponerse
con rallentando (cfr. Ej. Sonoro Nº 7). También puede aparecer en distintos sitios de la
escala, en relación con la armonía. (cfr. Ej. Sonoro Nº 8). En el Ej. Sonoro Nº 9
aparece con pie de habanera decapitado. y en el Ej. Sonoro Nº 10 ocupa la subdivisión
binaria del pulso (aquí, en el piano). En los enlaces correspondientes a la última repetición
del estribillo, puede ocupar valores de dos pulsos de duración. (cfr. Ej. Sonoro Nº 11).
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Variantes rítmicas y caracteristicas armonicas
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El estilo ejecutivo
El parámetro tímbrico incluye, por supuesto, el tipo de impostación vocal empleado por los
cantores de ambos sexos. Durante el período de entreguerras aún no se había insinuado
en la canción ligera italiana la emisión vocal enronquecida que habría de caracterizar a la
expresividad de cantantes y cantautores en épocas posteriores y para cuya adopción tal
vez hayan confluido diversos modelos (desde el propuesto por el verismo operístico hasta
el que aportaría el rock anglosajón). Tampoco el tango rioplatense era cantado por las
voces roncas y graves que conocemos ahora (basta con escuchar grabaciones
procedentes de aquellas décadas de Manolita Poli, Libertad Lamarque o Manuel Bianco).
En Italia el predominio de los ámbitos agudos y ciertos ornamentos heredados del bel
canto fueron el arma de batalla de intérpretes de tango como Ada Neri, Inés Talamo, Milly,
Emilia Vidali (todas sopranos); Anacleto Rossi, Daniele Serra, Crivel, Giglio, Franco Lary,
Benassati, Fiorentini, Rico Bardi, Aldo Ardinghi, Aldo Masseglia (casi todos tenores);
algunos procedentes del ambiente lírico, como el célebre Carlo Buti, a quien muchos
recuerdan no solo en Italia sino también en Argentina. La "voce tenera e dolce" campea
en los tangos italianos de entreguerras, provocando finales como el del siguiente ejemplo,
en dominante aguda (cfr. Ej. Sonoro Nº 39) o en filato pp (cfr. Ej. Sonoro Nº 40). Los
escasos barítonos de la época ascienden en falsete, como en este final sobre la tónica
aguda. (cfr. Ej. Sonoro Nº 41) Algunos intérpretes desarrollan ornamentos típicos de la
canzonetta napolitana. (cfr. Ej. Sonoro Nº 42).
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El estilo napolitano
El estilo napolitano emerge con fuerza en algunos tangos -la prolongada tradición de los
festivales de Piedigrotta no es ajena a ello- y se caracteriza por el canto en dúo con
frecuentes paralelismos de tercera, el uso de mandolinas y guitarras en los
acompañamientos. (cfr. Ej. Sonoro Nº 43) y una ambientación localista en los textos.
Súmese a ello la mención de lugares emblemáticos de la canción partenopea (el mar y la
luna de Sorrento en el. Ej. Sonoro Nº 44). Estos rasgos se superponen en algunos
tangos. (cfr. Ej. Sonoro Nº 45). En el título y el estribillo del ejemplo anterior se menciona
una localidad típica de la zona - Santa Lucia- y el siguiente es paráfrasis de la famosa
creación de Enrico Cossovich y Teodoro Cottrau con el mismo título y que en 1848 diera
comienzo a la historia de la canción italiana según Borgna (1992:13); el comienzo
presenta el cu-cu imitado por la trompeta con sordina (cfr. Ej. Sonoro Nº 46).
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Los contenidos literarios del tango italiano encuentran a menudo expresión musical por medio de su
transposición a rasgos melódicos cuya asociación semántica pertenece a la tradición europea. Véase
la predilección de numerosas melodías de tango por el perfil melódico descendente en los
segmentos musicales asociados a textos literarios que hacen referencia a la tristeza del varón por un
amor imposible, o torturador, o generador de celos, o fuente de traición, cuando no
irremediablemente perdido. (cfr. Ej. Sonoro Nº 47). A menudo la frase musical comienza con un
salto ascendente de cuarta (desde la dominante hasta la tónica superior), para ir después
descendiendo paulatinamente (cfr. Ej. Sonoro Nº 48). Dicho rasgo aparece vinculado a una pasión
amorosa con altibajos en la que predomina la frustración y la renuncia. Esta es la razón de ser del
incipit ascendente de la frase en cuestión y también de los ascensos centrales del estribillo, ya que el
todo se asocia a la forma ternaria reexpositiva que presentan frecuentemente los mismos: tras el
ansioso ascenso melódico vuelve la caída con la repetición de la frase inicial. De este modo, el
perfil melódico de los tangos refleja el fatalismo del hombre que se detiene en el placer morboso de
la propia angustia y que parece no encontrar una solución positiva a su desesperada situación. Como
el Tristán wagneriano que se arranca las vendas cuando llega su salvadora para desangrarse en sus
brazos, el varón de los tangos italianos de entreguerras -y ésta es una característica heredada del
género rioplatense- sólo desea encerrarse en su llanto sin esperanza.
El ejemplo anterior nos permite mencionar una característica de este repertorio. Se trata de la
macroforma, que en la mayoría de los tangos italianos de los años veinte y treinta presenta la
estructura biseccional propia de muchos géneros cantados de la música ligera de la época (tendencia
a la que no escapó el tango rioplatense), es decir, la presencia de dos grandes "partes", articuladas a
su vez en dos secciones cada una. En los tangos cantados la música de la primera sección
corresponde a los versos de las estrofas, mientras la de la segunda está destinada al estribillo. Este
rasgo se combina con un juego de modos del sistema tonal: primera parte en menor para las estrofas
y segunda en mayor para el estribillo. También existen tangos escritos totalmente en modo mayor o
menor. Sin embargo, los tangos italianos difieren de los sudamericanos en cuanto a que el estribillo
presenta una forma reexpositiva que coincide en número de compases y organización temática con
lo que señala Adorno como propio de la canción ligera europea de esos años.: "Treinta y dos
compases con un bridge en el centro (es decir, una parte que conduce a la repetición)". (Ej. Sonoro
Nº 48)
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Universidad de Valladolid
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Discoteca di Stato
© 2002